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Introducción
La ciudad es la más importante obra del hombre, lo reúne todo, y nada que se relacione con el
resumir en dos simples conceptos. El primero es que la ciudad es obra del hombre y por lo
incongruencias, lo que lleva a pensar que una ciudad ideal puede dar lugar a una sociedad
ideal, según la lógica esto sería pertinente, pero el crear una ciudad ideal es una tarea que
conlleva mucho planeamiento puesto que el mínimo error puede llevar a esta al abandono o
inhabitabilidad.
han imaginado una ciudad ideal, ya sea como representación física de una sociedad utópica o
Como ejemplo se tomará un diseño de Leonardo Da Vinci, el cual nunca llegó a concretarse
pero que hoy en día se toma de referencia para diseños urbanos que satisfacen necesidades
sociales.
2. Ciudad ideal
Ciudad ideal es una idea acuñada en la Antigüedad con el propósito de concretar las
características que debía reunir la ciudad para el desarrollo del hombre teniendo en cuenta su
(Beatus ille), que en realidad manifestaba la contradicción de llevar la ciudad al campo; los
neoclásico y las ensoñaciones de la arquitectura visionaria desde finales del siglo XVIII; los
Las críticas al concepto de ciudad ideal son contemporáneas a sus propias formulaciones, y
La concepción de una "ciudad ideal" (città ideale) fue uno de los tópicos del Renacimiento,
de la plaza mayor o plaza de arrabal del urbanismo castellano); mientras que las grandes
XVI los grandes espacios abiertos (flanqueados por edificios alineados que se alejan hacia la
línea del horizonte, cerrada por un hito urbano destacado, de formas clásicas, preferiblemente
prefigura la traza italiana de las fortificaciones que se construyeron por toda Europa,
imagen 1 “la ciudad ideal llamada “de Berlín”, sin atribución, ca.1477(gemaldegalerie, berling).
imagen 2 “la ciudad ideal llamada “de Baltimore”, atribuida a fra carnevale,ca.1480-1484(walters Art Museum,Baltimore).
imagen 3 “la ciudad ideal llamada “de urbano 5 atribuida a algunos de los pintores de la corte urbinesa de
federico de montefeltro(piero della francesca,melozzo da forli,luciano laurana a francesco di giorgio martini”
A finales del siglo XV, hace ya más de 500 años, Leonardo da Vinci diseñó su ciudad ideal.
Una urbe optimizada y saneada, pensada para ofrecer las mejores prestaciones a sus
ciudadanos. Aunque nunca llegó a materializarse, sus ideas resultaron fundamentales para la
planificación de otros trazados urbanos.
El paso del mundo medieval al renacentista propició que los pensadores dejaran de mirar
tanto hacia arriba y atender a los mandatos divinos para centrarse en los problemas y las
necesidades que se presentaban, y por montones, a nivel de tierra. Muchos de ellos, al igual
que hoy, en unas ciudades que no dejaban de crecer.
Según indica Martin Civiera en ‘Apuntes de Leonardo Da Vinci para una ciudad ideal’, la
ciudad que imaginó el genio italiano podría albergar un máximo de 30.000 habitantes y sería
abierta, sin murallas de contención. Se crearía a lo largo del río Ticino, que nace en Suiza y
atraviesa las provincias italianas de Varese, Novara, Milán y Pavía, al norte del país.
El agua es un elemento muy presente en toda la obra de da Vinci y juega también un papel
fundamental en su planificación urbanística. Parte del caudal del río iría a parar a los canales
de la ciudad, alrededor de los que se extendería su trazado.
El inventor, arquitecto e ingeniero renacentista tuvo en cuenta uno de los grandes retos de las
ciudades actuales: la separación de las vías para el tráfico rodado de las peatonales. Su
solución, una ciudad que cuenta con varios niveles. Uno inferior, pensado para el comercio y
el transporte, y otro superior, amplio y ventilado, para el uso y disfrute de los ciudadanos.
La parte inferior se construiría en base a calles anchas y canales (el inventor llegó incluso a
diseñar plantas hidráulicas para crear canales artificiales por toda la ciudad). Por esta vía
inferior podrían transitar carruajes, animales de carga y barcos, lo cual facilitaría el transporte
de mercancías.
De esta forma, la parte superior de la ciudad serviría, de forma casi exclusiva, para el
desplazamiento de los peatones. En esta se encontrarían las viviendas, las plazas y otros
edificios públicos. Su arquitectura sería ordenada y atendiendo a la estética de la época, pero
siempre supeditada a la funcionalidad. La idea de da Vinci esconde, también, una división
social entre la clase trabajadora y la clase alta.
Limpieza y salubridad
La separación de las vías comerciales de las peatonales se presentaba como una solución
para descongestionar las calles. Podría terminar, también, con los problemas de limpieza
propios de las ciudades medievales. Parte del plan de da Vinci era que las aguas residuales se
vaciasen de forma subterránea.
La parte superior de la ciudad se situaría a más de tres metros por encima del nivel del canal.
Sus calles tendrían un ancho igual o superior a la altura de sus edificios, para garantizar
una correcta ventilación, buena iluminación y reducir los daños en caso de desastres naturales
como terremotos. Contarían, también, con pendientes y desagües para evacuar el agua de
lluvia.
Gracias a máquinas hidráulicas, todas las habitaciones de los edificios y los talleres
artesanales contarían con una red de distribución de agua. Algo fundamental para mantener la
higiene y que hubiese supuesto un gran avance en pleno siglo XV.
imagen 4
Verticalidad
Da Vinci planteó la idea de sacar partido a la verticalidad de los edificios, de forma que se
pudiese acceder a los dos niveles de la ciudad desde las viviendas. La trama subterránea de la
ciudad conectaría con sus plantas bajas, para garantizar el abastecimiento de bienes. Las
escaleras se situarían en el exterior, lo que permitiría aprovechar mejor los espacios
interiores.
El trabajo urbano de Leonardo da Vinci combina (como tantos otros) inventiva, técnica y
arte. La organización de la ciudad parte de la lógica y la funcionalidad, situando al hombre en
el medio de sus cálculos.
De la ciudad imaginada por el urbanista italiano no tenemos más que bocetos. Sin embargo,
algunas de sus ideas se aplicaron en los siglos XIX y XX, con la aparición de los
movimientos modernistas, las vanguardias y la renovación del trazado de algunas ciudades
como París.
imagen 5
7. Bibliografía
1. Peter Ochsenbein / Karl Schmuki (Hrsg.): Studien zum St. Galler Klosterplan
II. St. Gallen 2002. Fuente citada en de:St. Galler Klosterplan
2. Véase trampantojo y quadratura.
3. Códice B, fol. 36r, citado en , La Ciudad Europea Del Siglo XV Al XX:
Orígenes, Desarrollo y Crisis de la Civilización Urbana en la Edad Moderna y
Contemporánea, Akal, 2002, ISBN, 847090437X, pg. 65.
4. Alessandro Marchi, Maria Rosaria Valazzi, La città ideale: l'utopia del
Rinascimento a Urbino tra Piero della Francesca e Raffaello, Milano: Electa, 2012;
fuente citada en it:Città ideale (dipinto)
5. Carlos Sambricio, José Rafael Moneo, La arquitectura española de la
Ilustración, Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España, 1986, ISBN
8470884336, pg. 25
WEBGRAFÍA
6. https://es.wikipedia.org/wiki/Ciudad_ideal
7. FERNANDO CHUECA GOITIA - BREVE HISTORIA DEL URBANISMO,
edición 2005
8. http://www.ciudaddevalparaiso.cl/inicio/patrimonio_urbano_detalle.php?id_
urbano=15
9. http://www.patrimoniochileno.net/index.php?option=com_content&view=art
icle&id=274:fuerte-bulnes&catid=28:ciudades-y-monumentos&Itemid=34
10. http://www.memoriachilena.cl/temas/index.asp?id_ut=lasoberaniachilenaen
elextremosur:elfuertebulnes
11. http://es.wikipedia.org/wiki/Urbanismo_renacentista