Está en la página 1de 11

1

La realidad de la ficción en El Quijote,

La Familia de Pascual Duarte y Las Nubes

¿Por qué nos inquieta que el Quijote sea lector del Quijote, y
Hamlet, espectador de Hamlet? Creo haber dado con la causa: tales
inversiones sugieren que si los caracteres de una ficción pueden ser
lectores o espectadores, nosotros, sus lectores o espectadores, podemos
ser ficticios.
Jorge Luis Borges (Magias Parciales del Quijote en Otras Inquisicione,1952)

Pretendemos explorar los entramados textuales que surgen del empleo del tema del
manuscrito en la novela moderna.
Analizaremos esta estrategia en tres obras: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra (1605-1615), La Familia de Pascual Duarte de
Camilo José Cela (1942) y Las Nubes de Juan José Saer (1997).
El tópico del manuscrito puede estudiarse en relación con la memoria que resignifica la
historia configurando el sentido de la misma: así, la acción de contar representa mucho más
que una correlación cronológica de acontecimientos.
En el relato, el manuscrito permite producir diferentes niveles de ficcionalización: lo
que se comprueba hasta la exacerbación en el Quijote.
Este recurso permite el juego de enmascaramiento del autor real, lo que produce un
efecto de ambigüedad en relación con la autoría. En otro nivel se pone a prueba la autoridad de
"lo dicho", que se refuerza con la utilización del yo autobiográfico.
La presencia de este tipo de discurso pretende emparentarse con la historiografía, con
el relato-verdad, instaurando un mundo posible con características propias.
Exploraremos este modo peculiar de crear ficción con herramientas propias de la
historia como ciencia, veremos cómo este hacer toma características precisas con cada autor,
en una diacronía de la literatura en castellano.
En la novela Las Nubes observamos que se construye un aparato contenedor del relato
emparentándolo con el discurso histórico.
Este relato representa las Memorias del Dr. Real, mediatizadas por un segundo
narrador, Soldi quien las deposita en el Archivo Provincial como documento. La aparición de
2

un tercer narrador: Pichón, problematiza los límites entre la historia y la ficción. La


incertidumbre gira alrededor del hallazgo de un manuscrito, cedido a Soldi por una anciana,
quien había muerto sin saber el contenido de dichos papeles.
Nos interesa mucho tu opinión porque, contrariamente a lo que yo
considero, Tomatis afirma que no se trata de un documento auténtico, sino
de un texto de ficción. i

Pero esto se atenúa inmediatamente por los dichos del propio Soldi, quien
sostiene que:
...pensándolo bien, ¿qué otra cosa son los Anales, la Memoria sobre
el calor de Lavoisier, el Código Napoleón, las muchedumbres, las ciudades,
los soles, el universo?ii

Saer expone en El concepto de ficción la configuración de lo ficcional no como


una mera reivindicación de lo falso, sino como un discurso problematizador de la verdad. Al
trabajar con lo ficcional, multiplica al infinito las posibilidades de su tratamiento. Esto es
consecuencia de la amalgama que realiza de un modo inevitable entre lo empírico y lo
imaginario.
Lo ficcional contiene la literatura y otros discursos, y así es como logra existir
entre el relato de la ficción y el de la historia. Historiografía y ficción comparten una fase
narrativa, inherente a ésta, pero despreciada por aquélla (en su pretensión de portavoz de
verdad objetiva). En relación con la narratividad, White señala:
La historiografía constituye una base especialmente idónea sobre la
cual considerar la naturaleza de la narración y la narratividad porque en ella
nuestro anhelo de lo imaginario y lo posible debe hacer frente a las
exigencias de lo real. Si consideramos la narración y la narratividad como
instrumento con los que se median, arbitran o resuelven en un discurso las
pretensiones en conflicto de lo imaginario y lo real, empezamos a
comprender tanto el atractivo de la narrativa como las razones para
rechazarla. Si acontecimientos putativamente reales se representan de forma
no narrativa, ¿qué tipo de realidad es la que se ofrece, o se piensa que se
ofrece, a la percepción bajo esta realidad? ¿Qué aspecto tendría una
representación no narrativa de la realidad histórica? Al responder a esta
cuestión no llegamos necesariamente a una solución al problema de la
naturaleza de la narrativa, pero empezamos a vislumbrar en parte la base del
atractivo de la narratividad como forma de representación a los
acontecimientos que se conceptúan reales en vez de imaginarios.iii
3

La intencionalidad de lo real aúna los discursos ficcional e histórico. Saer


sostiene que:
...la ficción no solicita ser creída en tanto que verdad sino en tanto
que ficción. Ese deseo no es un capricho de artista, sino la condición primera
de su existencia porque sólo siendo aceptada en tanto que tal, se
comprenderá que la ficción no es la exposición novelada de tal o cual
ideología, sino un tratamiento específico del mundo, inseparable de lo que
trata.iv

Si bien es cierto que no existen fronteras definidas entre lo ficcional y la


historia, podríamos hallar una diferencia en que aquélla ancla sus posibilidades en la
figuración retórica y ésta se encuentra fuertemente vigilada por la referencialidad. Otra
distinción radicaría en el manejo de temporalidades diferentes: la una no exige la
representación de un antes y un después, ya no constituye el tiempo la marca cronológica
sucesiva en el lenguaje, sino que el personaje se encarga de esta dinámica; la otra, se rige por
la ley de causa-efecto (puesto que pasó esto, sucede aquello).
Estas cuestiones son sutilmente trabajadas en Las Nubes, sobre todo aquella
relacionada con la ficción-realidad/verdad objetiva, etc. Este proyecto estético se regodea en
la paradoja de lo ficcional; reniega de la historia:
No lo hago con veleidades de historiador porque no tengo ninguna fe
en la historia. No creo ni que pueda servir de modelo para el presente, ni que
podamos recuperar de ella otra cosa que unos pocos vestigios materiales...v

Y por otro lado, pretende ostentar los atributos propios de ésta:


El texto que te mando en el dísket (...) yo lo estaba descifrando y
pasando en limpio con total fidelidad, (...) deposité en el Archivo Provincial,
donde pueden ser consultados, apenas terminé de copiarlos.vi

Este relato se centra en el hallazgo de un manuscrito que Soldi "pasa en limpio con
total fidelidad". Surge el mito del Archivo, que devela la relación entre el conocimiento y el
poder. Se construye así un andamiaje ideológico para sustentar la legitimidad del poder que se
remonta desde las crónicas hasta las novelas actuales.
González Echevarría manifiesta:
El Archivo guarda, recoge, retiene, acumula y clasifica, como su
contrapartida institucional. Monta tanto como la ley, como la ley de la
ficción. Las ficciones se encuentran contenidas en un recinto o receptáculo,
en una prisión de relatos que es, al mismo tiempo, el origen de la novela.vii
4

El concepto de cronotopoviii cobra vida en la imagen concreta del manuscrito


encontrado. Facilita el "...terreno esencial para mostrar y representar los hechos, y
precisamente gracias a la especial condensación y concreción de los rasgos del tiempo - el
tiempo de la vida humana, del tiempo histórico - en determinados sectores del espacio".ix
Funciona como el punto preferencial para desandar las escenas medulares de la novela,
es el punto organizador.
En La Familia de Pascual Duarte, también la trama gira en torno al hallazgo
del manuscrito de las Memorias de Pascual Duarte.
Ambos manuscritos están narrados en primera persona. En La Familia..., el
autor real se desdibuja, se camufla detrás de un transcriptor, a manos de quien llegan las
memorias. Por él, nos enteramos que es el propio Duarte quien las escribe, con el fin de
alivianar su pena y para que no lo condenen sin conocer su vida.
De este modo, el lector puede considerar como responsable de la novela a dos o
más personas, según a cuántos juzgue implicados en el manejo del manuscrito.
Al inicio, un editor cuenta que Pascual ha muerto y ha dejado sus memorias; al
final nos enteramos de la muerte de éste por medio de testigos presenciales y en la mitad
encontramos las palabras del propio Pascual.
Esto genera una ambigüedad con respecto a dónde comienza realmente la novela y
sobre todo cómo acaba, ya que no es el protagonista quien nos la cuenta. En definitiva, tanto la
historia como la invención del legado del manuscrito son parte de la construcción de la
ficción.
El concepto de archivo o manuscrito, se relaciona, tanto en latín como en
griego, con la noción de poder, autoridad, magistratura, etc. En sus orígenes las palabras
archivo, manuscrito, documento eran terminologías usadas en el aspecto jurídico, pero al pasar
a la literatura, mutaron y produjeron connotaciones diferentes.
El vocablo archivo reúne tres ideas fundamentales presentes ya desde su origen:
poder, secreto y ley. Archivo no sólo quiere decir que algo se guarde, sino que es secreto, está
codificado, confinado.
Una figura importante es el transcriptor y su influencia en el texto. Alega que
no ha alterado en lo más mínimo el relato, además de desentenderse totalmente de la autoría:
Quiero dejar bien patente desde el primer momento, que en la obra
que hoy presento al curioso lector no me pertenece sino la transcripción, no
5

he corregido ni añadido ni una tilde, porque he querido respetar el relato


hasta en su estilo.x

Lo que se contradice con otro pasaje:


Encontradas, las páginas que a continuación transcribo, por mí y a
mediados del año 39, en una farmacia de Almendralejo (...) me he ido
entreteniendo, desde entonces acá, en irlas traduciendo y ordenando (...)
He preferido, en algunos pasajes demasiado crudos de la obra, usar
de la tijera y cortar por lo sano; el procedimiento priva, evidentemente, al
lector de conocer algunos pequeños detalles - que nada pierde con ignorar...xi

Estas segundas afirmaciones ponen en jaque las pretensiones de fidelidad del


transcriptor, colocándolo en el rol de un editor, quien selecciona y reorganiza el material que
presenta un nuevo mundo de posibilidades, y sería falso minimizar los efectos que esta
práctica tuviera en el texto original.
Esta ambigüedad ha sido prevista por el autor real, con afán de complejizar la
lectura, y desligarse de los defectos estilísticos, las incoherencias, y otras faltas, recordándonos
que todo es obra del personaje, a quien nada se puede objetar.
El editor presenta a Pascual Duarte como un "modelo de conductas, un modelo
no para imitarlo, sino para huirlo"xii. Pero resulta dudosa la cualidad didáctica, ya que Pascual
se encuentra demasiado alejado del hombre común para constituir una acertada lección contra
el mal.
Duarte dirige sus memorias a Joaquín Barrera López, con la finalidad de que
otros puedan aprender de ellas, y afirma que el escribirlas representa para él una purga y un
acto de arrepentimiento: "Noto cierto descanso después de haber relatado todo lo que pasé, y
hay momentos en que hasta la conciencia quiere remorderme menos".xiii
Una forma de que sea más creíble lo relatado, consiste en que sea el mismo
protagonista de los hechos quien los narre.
Este narrador abreva su energía en las fuentes de la memoria y la experiencia
personal, ello lo autoriza, lo coloca en el sitio de quien habla con autoridad, puesto que él es el
único a quien podemos remitirnos.
Es posible hablar de la gestación de un "contrato de veridicción"xiv por lo que
el discurso refuerza su pretensión de "historicidad" con la primera persona.
La intención de este sujeto de enunciación es producir un efecto de sentido
"verdad", este efecto constituye un hacer particular, un hacer-parecer-verdad - un "como
6

si" -, esto es, la construcción de un discurso cuya función no es decir verdad, sino parecer-
verdad y, pretende ser leído como verdadero por parte del destinatario. La adhesión de éste
sanciona dicho contrato.
El narrador se disculpa porque su fuerte no son las memorias - y es de justificar,
ya que su instrucción académica resulta precaria y porque muchas cosas caerán en el olvido.
Advierte que la narración no será cronológica, sino que contará aquellos hechos fuertemente
arraigados en su memoria.
Esta actividad de contar no constituye para Pascual un añadir sencillamente
episodios unos a otros, sino que configura totalidades significativas a partir de una sucesión.
Lo configurativo constituye la resignificación constante del relato, es decir que
por más modesta que sea la narración, siempre será más que una secuencia cronológica de
acontecimientos.
Otro elemento importante que organiza la novela es la memoria, ya que a través
de ella se resignifica toda la experiencia de vida en el umbral de la muerte.
Sostiene Benjamin: "La muerte es la sanción de todo lo que el narrador puede
referir y ella es quien le presta autoridad".xv
La prontitud de su muerte lo incita a reevaluar su experiencia de vida, pero
también lo sume en una dificultad suprema: la imposibilidad de narrar su propia muerte:
Al empezar a escribir esta especie de memoria me daba buena cuenta
de que algo había en mi vida - mi muerte, que Dios quiere abreviar - que en
modo alguno podría yo contar; (...) pensé desfallecer cuando la inteligencia
no me esclarecía dónde debía poner punto final.xvi

Este proyecto estético cumple con todos los requisitos de la construcción de un


mundo posible, perfectamente creíble y verosímil.
Hemos analizado dos novelas relativamente contemporáneas: Las Nubes y La Familia
de Pascual Duarte. En ellas constatamos cómo dos autores trabajan con un mismo tópico: el
manuscrito y cómo plantearon la conflictiva relación entre la realidad y la ficción.
Todos estos aspectos fueron anticipados magistralmente en la obra que marcó
el inicio de la novela moderna: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
El motivo del manuscrito organiza este relato exuberante, definitivamente
barroco, y subraya la lábil frontera entre la realidad y la ficción.
7

Cervantes no llamó novela a su obra, sino "Libro" y preferentemente "historia", esta


designación no la utiliza para aludir a una invención ficticia, sino a una historia verdadera.
Indudablemente no podemos creer en esto, el Quijote puede parecer un libro de
caballería, una novela o cualquier otro tipo de ficción, pero no es historia.
Estamos ante una narración que pretende pasar por historia, una obra que se
finge históricamente verdadera, enmarcada en la ficción.
Lo fascinante de este relato resulta ser la construcción intrincada de la trama,
mimetizando la realidad con la ficción. Y como prueba de ello podemos citar un fragmento en
el cual aparece Cervantes como autor de La Galatea:
- La Galatea, de Miguel de Cervantes - dijo el barbero.
- Muchos años ha que es grande amigo mío ese Cervantes, y sé que es más
versado en desdichas que en verso. Su libro tiene algo de buena
invención, propone algo, y no concluye nada; es menester esperar la
segunda parte, que promete; quizá con la enmienda alcanzará del todo la
misericordia que ahora sele niega; (...) xvii

En esta cita se menciona la segunda parte de esta novela, así se entrecruza la


realidad exterior y la interior de la misma.
La figura del manuscrito se instaura fuertemente, convirtiéndose en la
organizadora medular de la trama, puesto que el Quijote fue escrito, en principio, por Cide
Hamete Benengeli. El compilador de la obra adquirió este cartapacio por medio real y lo hizo
traducir por un morisco. Estas intermediaciones complejizan aún más la autoría de la obra.
Este documento no es el único hallado, existen otros como la novella El
Curioso Impertinente, considerada como antecedente de las Novelas Ejemplares (1613) y el
Quijote apócrifo de Avellaneda, que circuló junto con la segunda parte del Quijote cervantino.
En la segunda parte, los duques ya conocen a Don Quijote por haber leído la
impresión de la primera parte. Según la narración, el tiempo transcurrido entre la primera y la
segunda impresión es equivalente a un mes, y no a diez años.
Tal vez una respuesta posible del por qué de la pretensión de "Historia
verdadera" tantas veces ostentada en el Quijote sea porque por aquellos tiempos afirmar que
una historia era ficción era lo mismo que decir que era mentirosa, engañosa, que contaminaba
con errores las fértiles mentes de los jóvenes.
8

La ficción estaba circunscripta, tolerada en la dimensión poética, no así en la


prosa, considerada el vehículo de documentos jurídicos, sermones y la historia. Estaba mal
visto corromper la narración con las perniciosas falsedades de la ficción.
El Quijote no devela la intrincada relación entre la ficción y la historia, sino que
la potencializa, proyectando su atención sobre esa imprecisa frontera. Expone las pruebas de la
incertidumbre y compromete al lector in fabula. Cide Hamete, colocando en tela de juicio la
veracidad del episodio de la cueva de Montesinos (II,XXIV) sostiene: "Tú, letor, pues eres
prudente, juzga lo que te pareciere, que yo no debo, ni puedo más; puesto que se tiene por
cierto que al tiempo de su fin y muerte dicen que se retrató della"...xviii
Esta forma de percibir el impreciso límite entre la historia y la ficción, entre
verdad y mentira, entre realidad e invención es lo que distingue a la novela de los libros de
caballería, puesto que aquélla constituye el género más consciente de sí mismo y el más
introvertido a la vez.
Cervantes construyó un vasto aparato histórico - nos referimos al realismo de
las ventas y los caminos de la Mancha, la puntillosa verosimilitud de los personajes, la
existencia histórica del bandolero Roque Guinart, las menciones a los Anales de la Mancha, a
sus Archivos, etc. - que otorgan a cada uno de los capítulos el afán de ser históricamente
verificables. Las vacilaciones que produce el traductor sobre la posible inautenticidad de la
conversación de Sancho con su esposa o el descenso de don Quijote a la cueva sirven para dar
mayor sentido de exactitud histórica al relato.
Concluimos que el Quijote constituye una colosal protesta en contra de la
confianza moral de la España de la Contrarreforma, y nada mejor que la ironía para cumplir
dicho cometido.

Conclusión

El punto convergente de estas tres novelas lo constituye el hallazgo de un


manuscrito, consecuentemente el juego que se produce entre lo real y lo ficcional, entre la
verdad y la mentira.
Tanto en Las Nubes como en La Familia de Pascual Duarte, el relato versa
sobre una sola historia: en aquélla se narra la historia de un joven psiquiatra que conduce a
9

cinco locos a una clínica, viajando desde Santa Fe hasta Buenos Aires, y en ésta, se cuenta la
vida de Pascual Duarte, un campesino extremeño hijo de un alcohólico, que espera su propia
ejecución en la celda de los condenados a muerte. Ambas historias son narradas en primera
persona, con el fin de acentuar la fidelidad del relato.
En Las Nubes se narra desde la vejez, signo por excelencia del conocimiento; y Pascual
Duarte narra en proximidad de la muerte, bajo esta influencia éste resignifica, reconfigura toda
experiencia vivida, contando sólo aquello que su memoria guardó recelosa.
En estas historias la memoria juega un papel primordial, ya que es a través de
ella que se organiza el relato.
En cuanto al Quijote, la cuestión se dificulta al máximo, ya que si bien la
historia que predomina corresponde a la del Ingenioso Hidalgo, ésta se entremezcla con otras -
los relatos intercalados -.
Las dos primeras novelas se encuentran enmarcadas en dos niveles narrativos: 1) el
diegético: el relato primario, el relato de cada uno de los editores, 2) el extradiegético: las
memorias que cuentan el Dr. Real y Pascual Duarte, respectivamente.
En el Quijote hallamos más niveles narrativos: 1) el diegético: acciones del caballero y
su mundo, 2) el extradiegético: el relato del historiador Cide Hamete, 3) intradiegético: relatos
intercalados - episodios de Marcela y Grisóstomo, Dorotea y Don Fernando, el capitán cautivo
e incluso la novela El Curioso Impertinente -, ficción dentro de la ficción.
El Quijote constituye un compendio de todos los géneros literarios anteriores,
supone la continua supresión de fronteras imprecisas, al mismo tiempo que desdibuja los
límites entre la historia y la ficción. Tal vez aquí están asentados algunos de los rasgos de la
no-ficción, un intento superador por edificar un espacio más allá de la ficción.

Notas

i
Saer, J.J. Las Nubes. Bs.As.Seix Barral. 1997. Pp.14
ii
Saer, J.J. Op.Cit Pp.14
iii
White, H. "El valor de la narrativa en la representación de la realidad" en El contenido y la
Forma. Barcelona Paidos.1992Pp20
iv
Saer,J.J. El concepto de ficción. Bs.As.1996 Pp.2
v
Saer,J.J: Las Nubes.Bs.As.Seix Barral.1997 Pp14
10

vi
Saer, J:J: Op.Cit.Pp14
vii
González Echeverría, R. "Un claro en la selva: de Santa Mónica a Macondo" "La novela
como mito y archivo" en Mito y Archivo. Una teoría de la narrativa latinoamericana. México.
F.C.E. 1998 Pp45
viii
Bajtin, Mijail. Estética de la creación verbal. México. FCE, 1982.
ix
AAVV. Diccionario léxico de la teoría de M. M. Bajtin Córdoba. REUN.1996.Pp63
x
Cela, Camilo J. La Familia de Pascual Duarte. Barcelona. Destino. 1994.Pp.13
xi
Cela, Camilo J. OpCit.Pp.13-14
xii
Cela, Camilo J. Op. Cit. Pp14
xiii
Cela, Camilo J. Op. Cit. Pp.16
xiv
Greimas, A:J: Del Sentido II Madrid Gredos. 1989Pp112. Entiéndase como la
configuración de un acuerdo entre el enunciador y el enunciatario, es decir, el consenso de lo
que diga será tomado como verídico.
xv
Benjamin, W. Para una crítica de la violencia y otros ensayos. Madrid. Taurus. 1991 Pp121
xvi
Cela, Camilo J. La familia de Pascual Duarte. Barcelona. Destino 1994Pp16
xvii
De Cervantes Saavedra, Miguel. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Madrid.
Edaf. 1997.Pp.52
xviii
De Cervantes Saavedra, Miguel. Op. Cit. Pp598

BIBLIOGRAFÍA

- AAVV. Diccionario léxico de la teoría de M.M.Bajtin Córdoba. REUN.1996


- La estética de la novela en M.M.Bajtin Córdoba. Narvaja editor.1998
- Bajtin/ Medvedev. "Las tareas inmediatas de los estudios literarios" en El método formal
de los estudios literarios. Madrid Alianza. 1994
- Bajtin, Mijail. Estética de la creación verbal. México. FCE, 1982
- Benjamin, W. Para una crítica de la violencia y otros ensayos. Madrid. Taurus. 1991
- Cela, Camilo J. La familia de Pascual Duarte. Barcelona. Destino 1994
- De Cervantes Saavedra, Miguel. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Madrid.
Edaf.1997
- Eco, Umberto. "Pequeños Mundos" en Los límites de la interpretación. .Barcelona . lumen.
1992
- Ferro, R. "De la narración" "Más allá de la ficción" "El testimonio" en La ficción. Bs.As.
Biblos.1998
- Greimas, A.J. "El contrato de veridicción" en Del Sentido II. Madrid. Gredos. 1989.
- González Echeverría, R. "Un claro en la selva: de Santa Mónica a Macondo" "La novela
como mito y archivo" en Mito y Archivo. Una teoría de la narrativa latinoamericana.
México .F.C.E. 1998
- White, H. "El valor de la narrativa en la representación de la realidad" en El contenido y la
forma. Barcelona Paidos. 1992
- Wardopper, Bruce. Don Quijote: ¿Ficción o historia? en El Quijote Comp. George Haley.
Madrid Taurus. 1989
- Ilia, P. La novelística de Camilo José Cela. Madrid Gredos. 1978
11

- Lloréns, V. "Historia y ficción en el Quijote" en El Quijote Comp. George Haley. Madrid


Taurus. 1989
- Platas Tasende, Ana M. Diccionario de términos literarios. Madrid Espasa Calpe. 2000
- Ricoeur, P. "La función narrativa y la función humana del tiempo" " Para una teoría del
discurso" en Historia y Narratividad Barcelona Paidos. 1998
- Saer, J.J. El concepto de ficción, Bs.A.1996
- Las Nubes. Bs.As. Seix Barral. 1997

Resumen de ponencia: La realidad de la ficción en El Quijote, La familia de Pascual


Duarte y Las Nubes
Responsable: Karina Beatriz Lemes
Pretendemos explorar los entramados textuales que surgen del empleo del tema del
manuscrito en la novela moderna.
Analizaremos esta estrategia en tres obras: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la
Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra (1605-1615), La Familia de Pascual Duarte de
Camilo José Cela (1942) y Las Nubes de Juan José Saer (1997).
El tópico del manuscrito puede estudiarse en relación con la memoria que resignifica la
historia configurando el sentido de la misma: así, la acción de contar representa mucho más
que una correlación cronológica de acontecimientos.
En el relato, el manuscrito permite producir diferentes niveles de ficcionalización: lo
que se comprueba hasta la exacerbación en el Quijote.
Este recurso permite el juego de enmarcamientos del autor real, lo que produce un
efecto de ambigüedad en relación con la autoría. En otro nivel se pone a prueba la autoridad de
"lo dicho", que se refuerza con la utilización del yo autobiográfico.
La presencia de este tipo de discurso pretende emparentarse con la historiografía, con
el relato-verdad, instaurando un mundo posible con características propias.
Exploraremos este modo peculiar de crear ficción con herramientas propias de la
historia como ciencia, veremos cómo este hacer toma características precisas con cada autor,
en una diacronía de la literatura en castellano.

También podría gustarte