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DIAGNÓSTICO DE LA PERSONALIDAD

Desarrollos actuales y estrategias combinadas

Teresa Ana Veccia


Beatriz H. Cattaneo Javier G. Calzada M. Alejandra Ibáñez
Capítulo 6 Consideraciones éticas en la práctica del
psicodiagnóstico
Javier Gonzalo Calzada María Alejandra Ibáñez
El propósito de este capítulo es presentar los principios éticos más
importantes que rigen el ejercicio del psicólogo en la práctica del
psicodiagnóstico a partir de la presentación de un caso clínico.
Guía para el lector: lo que se encuentra resaltado (negrita)
corresponde a los principios reglamentados en Pautas internacionales para
el uso de los tests (International Test Commission)* y el Código de Ética del
Psicodiagnosticador.**
Algunas de las notas al pie son aclaraciones de relevancia, le sugerimos
detenerse en ellas.
Caso Clínico:
R de cuatro años es traída por sus papás. Dicen: "Habla mal, es lo que
más salta a la vista en el jardín” (...) “se aísla un poco cuando algo no le sale
bien, se pone a llorar”.
Sus padres creen que la raíz de sus problemas es emocional y citan
tres episodios para ellos traumáticos ocurridos durante los tres años de R, y
que serían según su entender los desencadenantes:
1. Internación de la madre durante un mes en terapia intensiva,
período durante el cual tampoco ve a su papá.
2. Viaje repentino por asuntos de trabajo del padre el mismo día
que le dan el alta a la madre.
3. Accidente automovilístico al regreso del padre.
Cuando se interroga por el motivo de consulta, los padres insisten con
el problema del habla y el llanto cuando algo no le sale bien.
En este encuentro se solicita un informe de evaluación del jardín al
que asiste, y se los vuelve a citar, ampliando así el número de entrevistas
con los padres. Se les dijo al finalizar este primer encuentro, que se
realizarían una serie de entrevistas de evaluación durante las cuales se
trabajaría con ellos y con la niña. Finalizados los encuentros (pautados en
ocho de 40 minutos de duración cada uno por reglamento institucional), se
destinaría un espacio para conversar acerca de lo trabajado durante el
proceso.
Resulta oportuno citar aquí a un autor cuya lectura recomendamos:
Avila Espada. Este autor plantea que “la fase final de la entrevista, o de la
serie de entrevistas [de tipo diagnóstica] es el encuadre, que puede ser de
tipo diagnóstico (necesidad de realizar más entrevistas o aplicación de
pruebas para ayudar a la toma de decisiones) o terapéutico, en el que se
propone el tipo de tratamiento que se va a seguir o el recurso asistencial al
que se le va a derivar y por qué, buscando el acuerdo del paciente ...” (1997,
cap. I, p. 33).
En este caso, se continuó con la fase diagnóstica, obteniendo el
consentimiento de los padres de R.
El profesional deberá obtener el consentimiento explícito de quienes
serán evaluados (en este caso, de los responsables de la menor) informando
a los mismos la finalidad de la evaluación.1 Es oportuno aclarar lo siguiente:
muchas de las pruebas son eficaces si el evaluado las desconoce ya que en
muchos casos es lo novedoso del estímulo lo que le da validez. El
consentimiento consistirá en aceptar la toma de pruebas que tendrá una
finalidad determinada según el caso, ofreciendo un espacio de devolución lo
más amplia posible.
Debe quedar claro, en el establecimiento del encuadre, que la
información será tratada confidencialmente (secreto profesional)2 y que en
su oportunidad (entrevistas de devolución) le serán transmitidos los
resultados obtenidos (en términos que les resulten comprensibles).
Otra cuestión a explicitar y acordar es la siguiente:
Se respetará el día y horario de encuentro fijado, y deberá quedar
claro la fijación de Jos honorarios.
En el caso que presentamos se agrega que hay una menor de por
medio. Esto implica que los padres se harán responsables, no sólo del pago
de los honorarios, sino de que su hija no falte y asista puntualmente a las
citas. Y si faltara, se responsabilizarán de avisar con tiempo. Estas cuestiones
son válidas se trate tanto de una institución o del ámbito privado.
Por otro lado, deberán esperarla mientras está con el profesional en el
consultorio, ya sea, alguno de los padres, el tutor a cargo, o algún mayor
responsable relacionado con la familia.
Y en líneas generales -siempre conviene recordarlo- el entrevistador:
tratará con respeto y cortesía al evaluado, será neutral no discriminando
según edad, sexo, religión u otros motivos.
En el segundo encuentro se indaga acerca de la historia vita! evolutiva
y los vínculos familiares.
R es la única hija de este matrimonio cuyo marido es más joven que su
esposa. La señora tiene un hijo adolescente fruto de una relación anterior.
R aún duerme con sus papás, situación que a estos no les incomoda.
La madre no buscó el embarazo. Dice: “Al principio tenía vergüenza,
una mujer de mi edad (más de 40). Pero después cuando vi la panza, me
gustó.”
Nació por cesárea y su madre no la pudo amamantar: “no me bajaba la
leche” -dice. Le dieron mamadera, y agrega: “chupete no quiso nunca”.
Cuentan que R entra al jardín materna] a las siete de la mañana
(ambos padres trabajan hasta el mediodía), luego es llevada a la casa donde
mira televisión gran parte del tiempo. No tiene amigos ni va a la casa de
ninguna compañera de la escuela.
Su madre dice que no dedica mucho tiempo a jugar con ella, pues
suele estar gran parte del día en la cama deprimida.
Durante todo el encuentro el papá acordaba lo que decía la madre de
R. Sólo dijo no estar de acuerdo con que R durmiera tan pocas horas (se
acuesta a las 23 y se levanta a las 6.30 hs.).
Para la elección de las técnicas se ha tenido en cuenta el caso
particular que se está atendiendo.
Citamos aquí a la Lic. Teresa A. Veccia 1999) quien afirma: “Las
técnicas se combinan estratégicamente según la situación planteada por la
demanda y las características del sujeto en cuestión (...) No prestar atención
a estos aspectos es una manera de burocratizar la función, transformándola
en rutinaria, faltando al compromiso ético que supone aplicar del mejor
modo posible los conocimientos adquiridos, evitando un resultado
iatrogénico para el entrevistado.”
Al pensar en el caso particular el profesional deberá: comprobar que
los conocimientos, destrezas, aptitudes, u otras características que miden
los tests se corresponden con conductas relevantes en el contexto en el que
se van a llevar a cabo las inferencias. Y que no hay presencia de sesgo
cultural para el grupo que se utilizará.
Para el primer encuentro con R se dejó a su alcance material
apropiado para su edad (juegos y juguetes acordes a su edad, hojas, lápices,
marcadores, etc.). R sólo usó las hojas y los marcadores. Dada su marcada
dificultad para expresarse se descartaron las técnicas narrativas dándole
entonces preponderancia a las técnicas gráficas y al juego.
Se trabajó con ella la técnica del Dibujo Libre, el Test de la Casa-Árbol-
Persona, el Test Familia Kinética Actual, la técnica de la Hora de Juego
Individual y Diagnóstica Familiar.
La siguiente afirmación es más que oportuna al respecto de lo que
venimos sosteniendo:
"Como psicólogos nos posicionarnos frente a una persona (familia,
grupo, etc.) que voluntariamente o no debe ser evaluada. Si aplicamos los
conocimientos con fines de servicio, la identidad profesional del psicólogo
adquiere su verdadera proyección ética. Nuestra mirada, clínica al fin,
deberá comprender la singularidad de ese sujeto con su historia, cultura y
valores...”3
La aplicación de las técnicas y tests durante el proceso
psicodiagnóstico deberán cumplir con una serie de requisitos, a saber:
En primer lugar, estar habilitados para hacerlo. No hace falta más
que citar la Ley de Ejercicio Profesional de la Psicología (Ley
23.277 de 1985) donde aparece claramente expresado en el
Título II “De las condiciones para el ejercicio de la profesión.”4
Además, el psicólogo que se dedique a esta tarea debe
especializarse en ella.
Conocer los fundamentos teóricos de la técnica que se planea
utilizar, los pasos de la administración y las pautas para la
interpretación de los datos obtenidos.
Mantenerse actualizado respecto de los cambios y avances en
relación con sus usos, sus normas, haremos, etc. Esto requiere un
constante estudio y un acercamiento a los ámbitos de producción
científica (como universidades, centros de investigación,
asociación de profesionales, etc.), y a los espacios donde circula
el conocimiento científico (como congresos, jornadas, ateneos
clínicos, etc.).
Contar —en la medida de las posibilidades5— con un entorno
físico tranquilo, libre de distracciones, luminoso. Eliminar toda
fuente de distracción como alarmas, celulares, etc.
Asegurarse que haya suficiente material disponible y que no haya
marcas de usuarios previos en los cuadernillos, hojas, etcétera.
Las instrucciones deben ser leídas o dichas pausada y claramente,
de manera que sepamos que la consigna ha sido comprendida.
Cuando de la devolución se trata ésta debe ser algo dinámico y en
términos entendibles para el o los entrevistados. En el caso que estamos
analizando, habrá una entrevista de devolución con los padres (puede ser
más de una), quienes en definitiva, aceptarán o no las recomendaciones que
se hagan. Y posteriormente, un encuentro a solas con R.
En este caso, además, la escuela ha solicitado un informe. Es necesario
tener presente que:
al elaborar las conclusiones diagnósticas hay que cuidar de no
influir con preconceptos, diferencias sociales, valores, religión,
etc.
al elaborar los informes se debe contar siempre con el
consentimiento de la persona evaluada o de sus representantes
legales.
Debemos también:
Asegurarnos que el nivel técnico y lingüístico de los contenidos
sea adecuado para su comprensión por los receptores.
Incluir, cuando corresponda, un resumen claro en los informes, y,
cuando sea pertinente, recomendaciones concretas.
Explicitar claramente en los informes que los resultados de los
tests son confidenciales y se mantendrán archivados el tiempo
establecido en el Código Civil y en el Código de Ética del
Psicodiagnosticador, que es de cinco años.
Resulta pertinente reiterar que no se debe informar acerca de las
respuestas esperadas en los tests o de los criterios para su evaluación, a los
efectos de no invalidar el uso futuro de los instrumentos. Y con una clara
meta de proteger los instrumentos de trabajo del psicólogo.
Situación imaginaria:
La institución en donde se llevó a cabo el proceso psicodiagnóstico de
este caso está organizando un ciclo de ateneos clínicos, e invita a los
miembros a presentar casos clínicos para su discusión. Entusiasmado con la
convocatoria, el profesional decide preparar la presentación del caso que
aquí mencionamos junto con un colega. Pero antes deben tomar el recaudo
de suprimir el nombre y otros datos identificatorios que comprometan la
confidencialidad del caso.
Dado que la presentación clínica realizada en el ateneo despertó el
interés de un grupo de colegas, se les ocurrió la idea de iniciar una
investigación a partir de que algunos de los resultados obtenidos en las
pruebas gráficas de R tenían características similares con otros casos
parecidos. Cuando el fin es la investigación, es obligación suprimir el nombre
y otros datos identificativos de las bases de datos de los resultados,
elaboración de haremos, u otros tratamientos estadísticos, con el claro fin
de no violar la confidencialidad.
Además, deberán asegurar que los materiales sean guardados en
archivos seguros, inaccesibles a quienes sean ajenos a la investigación.
Llegado el momento, darán a conocer los primeros resultados de la
investigación, y en este punto, no está demás recordar que los resultados
que se difundan no deben ser falsos ni se debe proveer el material de las
técnicas psicodiagnósticas para ser difundidas en los medios masivos de
comunicación.
Conclusión:
La ética constituye nuestra línea directriz en el ejercicio profesional.
No debemos tomarla como una mera serie de prerrogativas que deben
cumplirse por el sólo hecho de que están para ser cumplidas, sino para que
podamos reflexionar críticamente sobre ellas. Saber que son, en cierta
medida, la garantía de que nuestro trabajo de ayudar, a quien requiera de
nuestros servicios, se ha hecho con profesionalismo y responsabilidad.
En lugar de hablar del psicólogo que hace psicodiagnóstico, nosotros
preferimos hablar del ejercicio ético del profesional psicólogo que se
especializa en psicodiagnóstico.

Notas:
1. Versión en español traducida y adaptada por la Asociación
Argentina de Estudio e Investigación en Psicodiagnóstico (ADEIP),
2000.
2. Publicado por ADEIP, 2000.
3. Caio: “Algunas cuestiones éticas relacionadas con el
psicodiagnóstico".
4. El Código de Ética del psicodiagnosticador de ADEIP aclara ai
respecto del secreto profesional lo siguiente: "Es obligación
guardar en secreto la información que le fuere confiada en el
marco o contexto de la evaluación excepto en casos en que deba
priorizarse el derecho a la integridad del evaluado o de terceros
sobre el derecho a la intimidad'".

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