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PRIMERA LECTURA (PAG 35, 69-88):

REFLEXIONES SOBRE LA EFICACIA DE LOS DELITOS CONTRA LA


ADMINISTRACIÓN EN MATERIA URBANÍSTICA

Con respecto a la corrupción urbanística se puede deducir que hace alusión a los
casos de abuso de poder en cargos públicos vinculados a la especulación
inmobiliaria y al incumplimiento de las normativas urbanísticas y medioambientales
con el objeto de obtener un enriquecimiento ilícito.
Sus causas son variadas y diversas. Generalmente, incluyen financiación por
parte de los partidos políticos y es preciso resaltar que gracias a esas conductas
irregulares se toma la decisión de reforzar la fiscalización de las cuentas, los
gastos y sus ingresos y así lograr un mejor manejo de estos. Un aspecto más que
pone en riesgo el buen funcionamiento de los controles administrativos tiene que
ver con el escaso ejercicio por parte de la mayoría de los municipios de sus
obligaciones en el campo de la disciplina urbanística.
En primer lugar, entendemos que la accesoriedad del Derecho Penal se convierte
en un instrumento esencial para satisfacer las exigencias de subsidiariedad que
posibilitan la intervención del sistema penal, encaminada a los principios de
racionalidad y efectividad.
Por accesoriedad conceptual se entiende la recepción de conceptos
administrativos en el derecho penal a través de la incorporación de elementos
normativos. La accesoriedad al Derecho Administrativo o accesoriedad normativa
supone la remisión de la ley penal a normas jurídico-administrativas, pudiendo ser
la remisión estática (la norma penal indica de forma expresa y concreta la norma
administrativa de complemento) o dinámica (lo que equivale a normas penales en
blanco).
La técnica legislativa empleada por el Código Penal para tal fin ha supuesto una
mayor penetración del Derecho Penal en ámbitos del Derecho Administrativo,
como son el urbanismo y la responsabilidad de las autoridades y funcionarios
públicos, estrechamente vinculada esta última con el Derecho Administrativo
sancionador.
Una crítica a esta aplicación de la norma administrativa es que se concentra
solamente en la imposición de una multa, dándole la oportunidad a los infractores
de salir casi ileso de esa actuación por ende se necesita que el código penal
(encargado de imponer sanciones penales que puede llevar a la cárcel o prisión )
tenga una estrecha relación con la administración, de tal manera que su forma de
sanción sea más severa y clara, con el objetivo de dejarle claro a los infractores su
responsabilidad ante está actuación.
Para que se logre esta relación, es importante que este delito deje de ser
considerado por el legislador como accesorio y comience a ejercerse de manera
independiente, además de que se agrave la pena a aquellos funcionarios que por
medio de está violación del tipo penal acompañado de la delincuencia común o
especializada, afecta a la población en general.
Asimismo, se suplemente lo esencial. Es decir, que el gobierno se centre en la
elección de sus funcionarios, en cómo llegaron ahí y como ejercen sus funciones
con la finalidad de descubrir y eliminar todo tipo de corrupción dentro y fuera de la
administración.
En consecuencia, se establece que, dentro de la tipificación del ilícito, en materia
administrativa o penal, se tendrá que valorar su infracción respecto a la gravedad
de su conducta. En tal sentido, en la tipificación administrativa se tendrá en cuenta
las acciones menos gravosas y en la tipificación penal serán las más graves. Sin
embargo, el legislador no estableció un criterio de infracción gravosa, por lo que
resulta complicado al momento de tipificar el ilícito.
SEGUNDA LECTURA (123-163):
APLICACIÓN DEL DELITO DE COHECHO EN ASUNTOS RELACIONADOS
CON LA CORRUPCION URBANÍSTICA
En el escrito, se presenta una valoración e investigación por parte del autor, en
cuanto a las múltiples irregulares a nivel urbanístico en España gracias a
recalificaciones de terrenos, licencias para construir en zonas no urbanizables y
posibles tratos de favor a determinadas constructoras. Entonces, una de las
razones por la que la corrupción tiene tanto protagonismo en el urbanismo es
porque dentro es esta actividad operan grandes cantidades de dinero que
favorece al enriquecimiento ilícito de quienes participan en ella; incluyendo tanto a
la parte privada como a la pública, estableciendo así que detrás de esta actuación,
se esconde o se está en presencia ante un soborno o un delito de cohecho.
Cabe destacar que los planes urbanísticos o sus modificaciones son aprobados
sin cumplir los estándares urbanísticos previstos en las leyes.
La estructura gubernamental de España asimismo la autonomía de la provincia ha
afectado la aplicación de los órganos de control en temas como la urbanización
entre otros, está problemática se discute en la mala regulación de norma y dinero
del país que están destinado a conseguir un “bien común”.
La respuesta que aporta el Derecho administrativo a este problema se ha dicho
que resulta insuficiente ya que, por un lado, se encuentra la complejidad de la
normativa administrativa y su excesivo tecnicismo dificulta saber cuándo se
produce una actividad ilícita, y reduce sus posibilidades de persecución y sanción;
por otro, porque no cuenta con suficientes recursos ni preventivos ni represivos
Las autoridades administrativas y judiciales encargada de las distribución de estos
recursos, se han aprovechado de la falta regulación de los órganos de control
para desviar dinero a cuentas privadas o de terceros sin ninguna consecuencia, ya
que la autonomía de territorio donde se presente la desviación de dinero se
protege por su autonomía gubernamental, por ello es esencial proponer que el
gobierno a cargo de del primer ministros, le una mayor fuerza y autoridad a los
que tiene como finalidad proteger y mantener los bienes del estado igualmente
vigilar el cumplimiento de obras públicas que tiene como objetivo primordial el
bienestar de la comunidad existe.
El funcionario público a la hora de desviar los dineros caerá en el tipo penal del
peculado en sus diferentes funciones, sabiendo así que el que viola la norma
también tiene que enfrentarse a sus respectivas consecuencias. Sin embargo, si
en el accionar de la conducta penal participa un particular este tendrá que
enfrentarse a la misma pena que el funcionario.
CRITICA: El autor considera que esto no debe ser así puesto que el funcionario en
el ejército de sus funciones se le facilita cometer el delito en contra del estado, y
que el particular por sí solo no puede ejercer está conducta por ende se propone
que se elimine lo anterior y se imponga está nueva normatividad.

En cuanto al Derecho Penal, nos encontramos frente a la figura del ilícito de


cohecho de manera pasiva o activa que, a su vez, esta subdivido en diferentes
categorías, las cuales son:
 Cohecho pasivo propio o impropio
 Cohecho activo propio o impropio
De hecho, el acuerdo o el intento de acuerdo viene conformado por dos
elementos: primero, por la solicitud de la de la dádiva y segundo por el
compromiso de realizar un determinado acto. Es decir, que no constituye delito de
cohecho en la mera solicitud o la aceptación de una recompensa, sino la solicitud
o la aceptación a cambio de algo.
En cualquier delito de cohecho existe una puesta en escena de al menos 2
personas: el funcionario que solicita acepta o recibe una dádiva o presente y, el
particular que acepta la solicitud del funcionario u ofrece una dádiva o presente al
funcionario. La conducta del particular constituye el denominado delito de cohecho
activo.
No se puede olvidar la posibilidad que reconoce el delito de cohecho pasivo de
que la conducta pueda realizarse directamente por el funcionario o a través de
persona interpuesta. Esto implica que se podrá considerar autor del delito al
funcionario en aquellos casos en los que no realiza directamente las conductas
típicas, sino que utiliza un mediador.
TERCERA LECTURA (163-188):
EL URBANISMO COMO ESCENARIO DELICTIVO
En España, existe un aprovechamiento de sus funciones públicas, que se ocultan
detrás de industrias como la locomotora económica del país para ocultarse tras la
necesidad de construir viviendas y satisfacer la demanda creciente. oculta un
medio de enriquecimiento desproporcionado como lo es el desarrollo urbanístico
de tantas ciudades españolas.
Una de las características que ofrece la delincuencia urbanística y a la que se
refiere su conexión con la delincuencia funcional, que es la que va a eliminar los
obstáculos legales que pudieran existir para el constructivismo descontrolado.
Es el maridaje entre los constructores/promotores y las autoridades locales lo que
genera el nacimiento de las condiciones idóneas para este enriquecimiento
desbocado de países que, fascinado por el desarrollismo inmediato, son
incapaces de ver las hipotecas de todo tipo que van a transmitirle a generaciones
futuras.
Por lo que el Parlamento Europeo mostro preocupación por el impacto desastroso
del medio ambiente y la ecología de numerosas zonas costeras y el debilitamiento
del propio derecho de propiedad, amenazado por la voracidad expropiatoria del
agente urbanizador.

 CORRUPCIÓN URBANÍSTICA
Se considera una subespecie de la delincuencia económica que se caracteriza
por guardar una conexión con la corrupción administrativa. En otras palabras,
es una manifestación del abuso del poder. Está constituida por dos
protagonistas:
 En primer lugar, tenemos a un cargo público, quien es el encargado de
otorgar las licencias para las construcciones imposibles de acuerdo a la
normatividad del municipio concernido
 En segundo lugar, encontramos al beneficiario de esa autorización que
actúa en connivencia con aquel y que es quien, de ordinario, toma la
iniciativa.
Es decir, hay dos colectivos o grupos que intervienen en el ilícito de corrupción
urbanística:
El primer grupo está integrado por aquellas personas profesionales de la actividad
constructora ya como promotores o constructores, y que actúan generalmente
bajo la figura de persona jurídica. Estas son las personas denominadas
“influyentes”.
El segundo grupo está formado por las autoridades, funcionarios o técnicos de los
ayuntamientos que en connivencia con los del primer grupo se unen, para obtener
una recalificación de terrenos, un cambio de los usos del mismo, o una
modificación del nivel de edificación. Son denominadas personas “influidas”.
Obviamente, unos y otros actúan por un ánimo de lucro, pero, así como la
actividad de los primeros es un hacer, la de los segundos es un dejar hacer, no
ejerciendo sus funciones de control, no impidiendo la ilegalidad de las obras,
permitiendo, en definitiva, la vulneración de la normativa.
En el primer grupo encontramos que aquellas personas que son generalmente
físicas adquieren un terreno que no es susceptible de urbanización para ser
propietarias de ellos y después conseguir a través de sus influencias la
recalificación del terreno para obtener un enriquecimiento.
Las características de la delincuencia urbanística:
A). Se trata de delincuentes de nivel socioeconómico elevado y que se definen por
tener un peculiar código moral y escala de valores que preside el éxito económico,
y por tanto el enriquecimiento personal.
B). Cuentan con asesores competentes en el mundo jurídico económico que
ponen sus conocimientos al servicio de burlar o sostener la Ley.
C). Abusan de la figura de la persona jurídica para conseguir la impunidad
personal. Las técnicas del levantamiento del velo son necesarias en estas
investigaciones.
D). Otra forma de conseguir la impunidad de los últimos y más importantes
responsables es concentrar la responsabilidad penal en eslabones intermediarios,
a pesar de no tener ellos la última y más importante responsabilidad.
E). Esta delincuencia se produce en un escenario de insensibilización —cuando
no admiración— social. No hay un reproche social intenso.

La investigación de los casos de corrupción urbanística a través de las técnicas de


«seguimiento de la pista de papeles» se ofrece como técnica investigadora eficaz
para alcanzar la operación, y junto con esta «pista de los papeles» resulta
complementaria la prueba pericial que los interpreta y da sentido, así como las
conclusiones derivadas de tales periciales.
Los peritos son una pieza esencial en el proceso, ya que su aportación suple la
ausencia de saberes científicos del Juez, son colaboradores inestimables del Juez
y del Fiscal, pero no hay que olvidar que es el Juez/Tribunal quien debe valorar
toda la prueba de cargo y de descargo y a través de un proceso lógico explícito
llegar a la conclusión correspondiente. Por eso los peritos no suministran al Juez
su decisión, sólo le ilustran y le ofrecen su parecer.
Todo juicio es un decir y un contradecir, por ello lo usual será que, frente a la
pericial de la acusación, que normalmente estará efectuada por los funcionarios de
los cuerpos técnicos concernidos, desde el Cuerpo de Inspectores de Finanzas del
Estado hasta funcionarios del Servicio de Blanqueo del Banco de España, podrán
existir otros expertos autores de informes efectuados a instancia de la defensa. La
elección de uno u otro informe no es cuestión que debe quedar oculta en la
conciencia del Juez. Al igual que en el caso de la existencia de una testifical plural
y contradictoria, el Juez o Tribunal debe explicitar y razonar la decisión que adopte
y la superior credibilidad que le concede a un informe sobre otro, sin que, a mi
juicio, deban ser descalificados los de la defensa por esa exclusiva procedencia.
Sería un tratamiento discriminatorio inaceptable.

 IDONEIDAD DE LA PRUEBA INDIRECTA BASADA EN LOS INDICIOS


Toda investigación penal, supone la reconstrucción del pasado con las huellas del
presente, pues bien, si en relación a la corrupción urbanística, los delitos del
primer nivel, los que he llamado escueta y netamente urbanísticos son
relativamente fáciles de acreditar, ya que basta la comparación.
La investigación de estos delitos, la «pista de los papeles», las periciales
económicas y una selección de datos enlazados que aparezcan en la instrucción
nos pueden permitir construir una inferencia fundado en un juicio lógico-inductivo
efectuado a posteriori por el operador judicial que nos permita arribar al hecho a
probar —el delito concernido—en condiciones de alcanzar el estándar de certeza
que puede justificar la condena. Ese estándar es, como se sabe, la certeza más
allá de toda duda razonable.
Es inútil que busquemos una regulación de la prueba indirecta, en realidad toda
prueba, puede ser directa o indirecta porque este adjetivo se predica de la forma
en que al Juez le llega la noticia de lo ocurrido, pero como en realidad al Juez le
llega la noticia siempre a través de algo o de alguien, prácticamente toda prueba
es indirecta. La única directa sería aquella que percibe el Juez, sin intermediarios
y por sí solo: cuando presencia un crimen. Pero entonces, ya no operaría en su
condición de Juez sino de testigo.
La técnica de interpretación y valoración de la prueba a través de los indicios es
método especialmente idóneo para avanzar en la investigación de casos de
corrupción urbanística en relación a los delitos del segundo nivel y este método es
más garantista que las llamadas pruebas personales ya que estos casos de
corrupción y ocultamiento suele ser la regla.
Cabe resaltar, que cuando no se tiene prueba directa del cargo imputado, el
operador judicial podrá acudir a la prueba indiciaria, que le permitiría el
pronunciamiento de una condena sin que se le menoscabe el derecho de la
presunción de inocencia. Pero, deberá contener los siguientes requisitos:
 Que parta de hechos plenamente probados.
 Que los hechos constitutivos de delitos se deduzcan de los indicios a través
de un proceso mental razonado y acorde a las reglas de criterio humano,
especialmente detallado en la sentencia condenatoria.

 DOS CUESTIONES GENERALES A LOS DELITOS URBANISTICOS

Existen dos cuestiones de dogmática penal, las cuales son:


1. Los delitos contra la ordenación del territorio son leyes en blanco, es decir,
los elementos definitorios del delito no están en el tipo, sino que es preciso
acudir a la legislación administrativa para integrar el delito.
Sin embargo, la jurisprudencia constitucional ha admitido la técnica de la ley
penal en blanco. En tal sentido se puede citar técnica la STC 127/ 1990 de 5
de Julio que reconoce dicha técnica siempre que cumpla con los siguientes
requisitos:
a. Que el reenvío a la legislación administrativa concernida sea expreso.
b. Que el reenvío sea necesario para proteger el bien jurídico.
c. Que la norma penal contenga la pena y el <<núcleo esencial de la
prohibición>>.
d. Que quede salvaguardado el principio de certeza –lex certa- y se pueda
cumplir la función de garantía del tipo, haciéndose posible para la
generalidad de personas el conocimiento de la conducta penalizada.

2. La simultaneidad entre sanción administrativa y penal. Non bis in idem.

La non bis in idem tiene dos naturalezas:


 Garantía Procesal: es aquel fundamento basado en la seguridad jurídica,
que impide el doble enjuiciamiento sobre los mismos hechos. Consiste en
que cualquiera que haya sido la actuación, ya sea penal o administrativa,
posteriormente no se le puede aplicar otra.
 Garantía Material: consiste en la imposibilidad de una doble sanción por los
mismos hechos; ya que, atentaría contra el principio de proporcionalidad y
de culpabilidad. Consiste en que, si se le aplica una sanción administrativa
y luego pasa a una actuación penal, la sanción que se le aplicara deberá
tener en cuenta la ya aplicada en la actuación administrativa, para que le
haga el correspondiente descuento.

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