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UNIVERSIDAD NACIONAL DANIEL ALCIDES CARRIÓN – ESCUELA PECULADO Y MALVERSACIÓN

DE FORMACIÓN PROFESINAL DE INGENIERÍA CIVIL DE FONDOS

PECULADO Y MALVERSACIÓN DE FONDOS

INTRODUCCIÓN

En el campo del Derecho Penal, podemos observar cómo se utilizan las figuras delictivas de
nuestra legislación en los numerosos procesos judiciales que soporta el tan cuestionado
sistema anticorrupción. Es cierto que existieron execrables actos delictivos en el depuesto
régimen, que merecen sancionados ejemplarmente. Es cierto también que en el período
presidencial comprendido entre los años 1990 – 2000, vivió enquistada una organización
delictiva con múltiples matices y componentes que a la postre sumió a nuestro país en un gran
perjuicio de índole moral y económico. No cabe ninguna duda de ello. Sin embargo, a la luz de
los acontecimientos que evidencian una aguda crisis en nuestro Sistema de Administración de
Justicia, es importante tener la sensatez necesaria para hacer un deslinde que involucre como
premisa esencial de todo Estado de Derecho el respeto a nuestras propias normas legales y a
su debida aplicación dentro de un proceso judicial. Mucho se ha venido discutiendo sobre este
famoso delito de asociación para delinquir que parece estar configurado como una suerte de
cajón de sastre en todos los procesos penales anticorrupción, mas, el tema no es tan simple
como el lanzar una imputación sin – previamente y como lo requiere la ciencia penal realizar
un juicio de tipicidad que nos lleve, aunque sea en el grado de la probabilidad, a sostener la
comisión de un delito de esta magnitud. Actuar de modo contrario, supondría dar cabida a
cuestionamientos como el de alegación de la violación a las normas del debido proceso,
indebida aplicación de la Ley Penal por analogía, implantación de un sistema de
responsabilidad objetiva, etc. A mérito de ello, resulta importante entonces conocer la real
dimensión de este delito de asociación para delinquir y su tratamiento en la legislación
nacional.

DEFINICIÓN

1. PECULADO:

El término peculado se emplea en el ámbito del derecho para nombrar al delito que se
concreta cuando una persona se queda con el dinero público que debía administrar. El
peculado, por lo tanto, forma parte de lo que se conoce comúnmente como corrupción.

Quien comete este delito roba fondos que pertenecen al Estado y que, en teoría, debía
gestionar. El concepto procede de peculio (cuyo origen etimológico se halla en el latín
peculĭum), que es el capital que una persona le concedía a su descendiente o su siervo para
que éstos hagan uso.

La persona que incurre en esta falta defrauda la confianza del Estado, cuyas autoridades le
encomendaron algún tipo de función y le posibilitaron el acceso a los recursos públicos. El
peculado en ocasiones no refiere específicamente al robo de dinero, sino que también puede
concretarse cuando el funcionario en cuestión hace uso de ciertos objetos que, en realidad,
deberían estar disponibles para el bien común.

Por ejemplo: “El secretario de Medio Ambiente fue denunciado por peculado”, “El peculado
fue confirmado cuando los investigadores lograron demostrar que el ministro utilizaba

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instalaciones públicas para fiestas personales”, “El gerente de la telefónica estatal atribuyó los
problemas financieros al peculado cometido por algunos ejecutivos”.

Lo que diferencia al peculado de otro tipo de robos o estafas, en definitiva, es que el


delincuente es alguien que ejerce funciones públicas y que se apropia de recursos estatales
que debía custodiar y gestionar, abusando de su posición. Esta particularidad, por supuesto,
agrava la condición del robo.

2. MALVERSACIÓN DE FONDOS:

La malversación de fondos es el acto de tomar el dinero que se le ha entregado en confianza,


pero que pertenece a otra persona. Por ejemplo, alguien que trabaja en un banco puede robar
secretamente el dinero que se suponía que debía poner en una bóveda. El dinero no pertenece
a esa persona, sino que pertenece al cliente del banco (el que le dio al cajero el dinero).

Los funcionarios y servidores públicos, que administran y perciben fondos estatales, tienen el
deber de resguardar su intangibilidad así como de procurar la adopción de medidas tendientes
a evitar que terceros los sustraigan de la esfera de la Administración.

Dicho lo anterior, se penalizan aquellos actos, en virtud de los cuales, los funcionarios
«Garantes» del patrimonio (bienes) estatal, en vez de protegerlo y conservarlos
adecuadamente, procede a su apropiación u indebida utilización, dando lugar a una aplicación
privada del erario público.

Aparece así, la figura delictiva de «Malversación de Fondos», contenida normativamente en el


artículo 398º del CP, donde el disvalor reposa en el desvió de los fondos por parte del
funcionario público, a un destino diverso al establecido en la Ley, pero aplicándolo en el
ámbito mismo de la Administración.

En el delito de Malversación de Fondos, también se aprecia una vulneración a los deberes


esenciales del cargo funcionarial, es decir, el sujeto activo asume la calidad de «Garante», de
los bienes que administra.

El artículo 82º de la Ley Fundamental, dispone a la letra que: “La Contraloría General de la
República es una entidad descentralizada de Derecho Público que goza de autonomía
conforme a su ley orgánica. Es el órgano superior del Sistema Nacional de Control. Supervisa la
legalidad de la ejecución del Presupuesto del Estado, de las operaciones de la deuda pública y
de los actos de las instituciones sujetas a control”.

El presupuesto público es el medio que emplea el Estado, para programar periódicamente el


desarrollo socio-económico de la Nación, mediando el trazado de ciertos objetivos, que
pretenden armonizar su crecimiento económico con el progreso social de sus ciudadanos.

En la ejecutoria contenida en el Exp. Nº 3630-2001-Ucayali, se señala que: “En el delito de


malversación de fondos el bien jurídico protegido es preservar la correcta y funcional
aplicación de los fondos públicos, es decir la racional organización en la ejecución del gasto y
en la utilización o empleo del dinero y bienes públicos; se trata en suma, de afirmar el principio
de legalidad presupuestal, esto es, la disciplina y racionalidad funcional del servicio”.

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El legislador sujeta la punición de la conducta a la afectación del servicio público o de la


función encomendada.

Este elemento le otorga cierta sustantividad material a este injusto funcionarial, permitiendo
salvar objeciones, en cuanto a su naturaleza administrativa, definiendo criterios de
“necesidad” y “merecimiento” de pena. A lo cual se podría añadir de lege ferenda el ánimo de
lucro, evitando imputaciones que no riñen con los principios elementales de la Administración
Pública.

El juicio de adecuación típica tenga como añadidos criterios de lesividad, que permitan
sustraer de la norma, conductas -si bien formalmente atípicas-, carentes de ofensividad,
cuando el funcionario distrae los fondos públicos a la ejecución de obras públicas esenciales
para la población (estado de necesidad).

3. ASOCIACIÓN ILÍCITA PARA DELINQUIR

¿Asociación para delinquir o Asociación ilícita para delinquir. Me inclino por la primera opción,
y es que creo que el hablar de una asociación para delinquir, bajo ningún punto de vista podría
suponer una actividad lícita, de manera que la asociación destinada a cometer delitos como
resulta obvio siempre vivirá en la ilicitud, ello se puede colegir inclusive, si tomamos en cuenta
que, de acuerdo al artículo 140 inciso 3º del Código Civil, no podría existir legalmente una
asociación con un ilícito.

A diferencia de otras legislaciones (por ejemplo la argentina que precisa de tres o más
integrantes), el Código Penal peruano requiere para la consumación del delito de asociación
para delinquir de una agrupación de dos o más personas cuya finalidad esencial sea cometer
delitos. La razón fundamental de esa diferencia pareciera estar en la tendencia seguida en
otras legislaciones de orientar la existencia de la asociación desde un punto de vista formalista
que a su vez guarde cierta concordancia con la pluralidad establecida en la norma legal
especial, tal como se desprende de la opinión del jurista argentino Carlos Fontán Balestra,
quien sobre el particular sostiene lo siguiente: La asociación debe estar constituida por tres o
más personas. Se trata de un delito que requiere una forzosa pluralidad de autores, puesto
que, para que pueda condenarse por asociación ilícita, ha menester, a lo menos, de tres
personas responsables. De otro modo, no podría decirse que la asociación existió, por falta la
exigencia legal de número de personas que la constituyen. Esto no quiere decir, en modo
alguno, que deban resultar condenadas tres o más condenadas tres o más personas, sino que
aparezca probada su responsabilidad. En ese sentido, el legislador peruano creo con notable
criterio ha pretendido privar de esta formalidad a la asociación punible, pues sería ilógico que
una agrupación de esta índole pretenda constituirse legalmente para cometer delitos. Por ello,
el legislador nacional no introdujo en la hipótesis de tipificación el término asociación, como si
lo hace el Código Penal argentino siguiendo la línea ya anotada anteriormente, de allí que
particularmente considero que el término asociación para delinquir tampoco es correcto y
debería ser re-planteado por agrupación para delinquir a fin de darle el correcto sentido al
término. Por lo demás, complementando la idea anotada anteriormente, es importante

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precisar que, como lo sugiere el tratadista italiano Giusseppe Maggiore, no es necesaria la


existencia de ninguna forma jurídica (estatutos, ordenamientos, actas), ni a ninguna
organización jerárquica (pueden existir o no jefes o promotores); basta que haya un concierto
de carácter permanente de intenciones y de acciones”. [5]. La opinión doctrinal esbozada
líneas arriba indica claramente que si bien la figura delictiva en análisis no requiere de una
organización jerárquica ni jurídica completa, no menos cierto es, que esta agrupación debe
suponer, siempre, un acuerdo de voluntades permanente con la finalidad ya descrita. Ello
determina que no toda reunión por más cuestionada que pueda ser aquella implique la
comisión del hecho punible materia de imputación, conforme lo veremos más adelante. Sin
embargo, es importante considerar que si bien la doctrina penal no exige una organización
delictiva completa o perfecta, al menos es menester que se haga alusión a que debe rodear a
esta agrupación de personas siquiera una mínima distribución de tareas o roles.

El tipo legal contenido en el artículo 317 orienta a que la agrupación tenga por finalidad
esencial la de cometer delitos, dando nacimiento al elemento de la permanencia (o
habitualidad) de la que esta figura depende prioritariamente. Ante ello, corresponde hacer las
siguientes precisiones 1º Si bien el artículo en análisis no lo menciona con claridad, se entiende
que al exigirse que la finalidad de la agrupación sea la de cometer delitos, debe de tratarse de
más de una conducta ilícita, ya que de no verificarse este elemento y apreciarse por ejemplo
un solo delito, nos encontraríamos frente a un simple concierto de voluntades de carácter
eventual que lindaría con un supuesto de complicidad o de co–autoría, según sea el caso. 2º La
Ley Penal habla de delitos y no de planes delictivos, por lo que será indispensable que la
finalidad de la agrupación vaya dirigida a cometer conductas típicas, antijurídicas y culpables,
de ello que ya en la actividad probatoria deberán acreditarse los siguientes presupuestos 1) la
existencia de una agrupación destinada a cometer delitos, 2) los delitos objeto de la
agrupación y 3) la membresía del imputado. En tal contexto, sería contraproducente que, bajo
los lineamientos propuestos, se procese penalmente a una persona sólo por el delito en
análisis si es que, antes o en el mismo litigio, no se ha comprendido a aquellos delitos cuya
ejecución sostiene a la agrupación. Esto no determina que la figura delictiva dependa de la
probanza de los otros hechos punibles, pues sería todas luces ilegal que pueda emitirse una
condena sólo por este delito habiendo sido descartados los demás (delitos – fines). Sin
embargo y a mérito de lo referido, es preciso aclarar que la doctrina que se ha pronunciado al
respecto no exige que el imputado participe directa o indirectamente en los delitos fines, ya
que bastará, como lo veremos luego, que la persona tenga únicamente el carácter de miembro
de la agrupación. Retomando el punto inicialmente propuesto, a fin de completar la idea, creo
que es evidente como lo exige la doctrina que se ha pronunciado al respecto que debe tratarse
de delitos consumados y no de meras tentativas.y 3º Resulta medular, por decir lo menos, que
se diferencie un acuerdo de voluntades circunstancial del elemento requerido por el delito en
análisis que, como ya tengo expuesto, precisa que habitualidad. En efecto, para la
consumación de la asociación para delinquir es necesario que el acuerdo de voluntades entre
los agentes miembros sea permanente, vale decir extendido en el tiempo de una forma
constante y no un acuerdo ocasional, siendo este punto el que distingue a esta figura delictiva
tan empleada hoy en día. Puede darse el caso incluso que este acuerdo de voluntades se repita
en varias oportunidades prolongadas en el tiempo, pero que no suponga la permanencia que
precisa el tipo penal, ya que podríamos estar ante varios delitos independientes que no

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determinen necesariamente de una agrupación que perturbe la paz pública como bien jurídico
tutelado. Me explico de mejor forma con el siguiente ejemplo A, B y C se reúnen en el año
2000, y ejecutan un delito X. Tres años más tarde, convergen ocasionalmente y llevan a cabo
un delito Y. Dentro de esa hipótesis resulta claro que estamos ante un acuerdo de voluntades
que no supone necesariamente la permanencia o habitualidad que invoca el artículo 317.

La materialidad

La acción consiste en tomar parte en una asociación o banda, o si se quiere, en ser miembro de
ellas. El delito se consuma con el dolo hecho de forma de la asociación, y esa consumación se
prolonga hasta que la asociación concluye, sea por disolución, sea por el arresto de los
asociados o de alguno de ellos que reduzca él numero de menos de tres. Es un delito
permanente. La permanencia no se altera, y por ello el delito queda único e idéntico, cuando
una persona forma parte simultanea y sucesivamente de varias asociaciones para delinquir. Y
no desaparece la identidad por el hecho de que el agente se asocie, con otras personas, ya que
las personas de los asociados no tienen valor ante la ley, que solo considera él numero.

No se trata pues de castigar aquí la participación de todos o de cada uno de los delitos que el
grupo se propone cometer, que mal podrían penarse si no se han ejecutado, sino el hecho en
sí mismo de formar parte de esa agrupación destinada a cometer delitos, con independencia
de la responsabilidad que pueda resultar por los delitos cometidos o por cada uno de los
miembros de la asociación.

La pena que corresponde a esta figura se aplica con independencia de la que pueda
corresponder al autor por los delitos cometidos como miembro de la banda; por los cometidos
por él, sea como autor o como participe; pero no todos los cometidos por la agrupación. La
responsabilidad por el delito de asociación ilícita no se extiende a los delitos cometidos por
ella, para los que habrá de determinarse la responsabilidad individual en cada caso, de
acuerdo con los principios generales. El delito concurrirá materialmente en tales casos. Dicho
en pocas palabras, la asociación ilícita es un delito autónomo.

Por asociación se entiende el acuerdo de varias personas en el caso tres o más para dedicarse
a determinada actividad.

Este es un delito autónomo y se podría considerar como un antecedente de la criminalidad


organizada. No se trata de delincuencia ocasional, sino de una de las manifestaciones más
peligrosas. Consiste en la reunión de varias personas a fin de llevar a cabo hechos delictivos.
La asociación ilícita constituye el acto preparatorio para la perpetración de delitos, que existen
cuando tres o más personas se conciertan para su ejecución y resuelven realizarlos. La
asociación, como forma de preparación para la perpetración efectiva de delitos, difiriere de la
invitación (propósito) y de la instigación (provocación), se realiza por el mero hecho de realizar
un pacto con voluntad decidida de cometer los delitos. Características de esta confabulación
la resolución colectiva y hasta que se llega a ella, en realidad no existe. La resolución debe
tener como objetivo la comisión de varios delitos concretos.

Poseen un vínculo asociativo, no necesariamente de naturaleza estable. Se trata de


conglomerados políticos en el amplio sentido de la palabra, y con “todas las características

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individuales que la sociología moderna define para tales grupos: un código (grupo de normas),
extensión territorial, coerción física, y una fuerza administrativa capaz de asegurar la
observancia de las normas y efectuar medidas coercitivas”.

Conservan una estructura jerárquica, generalmente avalada por ritos o conductas indicadoras
de las relaciones de poder, tanto hacia adentro como hacia fuera del grupo.

Tienen una división de tareas más o menos clara entre los componentes del grupo, las cuales
de por sí ya indican la jerarquía de cada componente. Esta racionalidad interna es lo que ha
generado una creciente tendencia a considerarlas como si fuesen empresas criminales.

Poseen, mecanismos de autocontrol, defensa y adaptabilidad, tanto hacia los factores internos
como externos. Estos van desde los códigos de silencio, tipo omerta italiana, hasta la
administración de la violencia física (a menudo cargada de simbolismos) contra sus propios
integrantes o amenazas foráneas, y la inducción a la corrupción para generar un clima de
impunidad en torno a sus actividades.

 ELEMENTOS DEL TIPO

Tomar parte en una asociación o banda

La figura no persigue la participación en uno o más delitos, sino la participación de la


asociación para cometerlos. Resulta irrelevante a estos efectos. Si se ejecutan planeados. Si
se cometiesen, concurrirían materialmente con este, ya que la asociación constituye un delito
autónomo.

Organización

Presupone una cierta “organización”, esto es, la atribución principal y/o jerarquías a los
miembros. Jefe es quien conduce el grupo y organizador en quien planea.

Permanencia

El objetivo ilícito plural de la asociación ilícita presupone una cierta estabilidad y la misma.

El elemento “permanencia” hace a la esencia de este delito y lo hace susceptible a la


repetición del crimen. De la permanencia deriva el peligro de la variedad y de los atentados
criminales, que afectarían el bien jurado protegido.

Un numero mínimo de participen

La Asociación debe estar constituida por tres o más personas. Se trata de un delito que
requiere una forzosa pluralidad de autores, puesto que para que pueda condenarse por
asociación ilícita, ha menester, a los menos de tres personas responsables.

Ese mínimo de tres personas debe estar constituido por sujetos capaces desde el punto de
vista penal.

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No se requiere que los asociados estén reunidos materialmente o que habiten en el mismo
lugar, ni siquiera que se conozcan personalmente, porque lo que interesa en el acuerdo con
cierta permanencia como para que se pueda hablar de asociación ilícita.

Propósito colectivo de cometer delitos

El acuerdo que da origen a la asociación ilícita debe tener una finalidad delictuosa debe ser
colectiva, y por lo tanto tiene una naturaleza objetiva respecto de los participes; es decir, que
él prosista delinquir debe ser perseguido por la asociación inspirar a todos y cada uno de los
miembros.

Indeterminación

Las palabras “asociación o banda destinada a cometer delitos” son entendidas por la
jurisprudencia como el fin de cometer delitos indeterminados. La indeterminación no puede
ser absoluta. No basta, por ejemplo, querer causar ilícito a alguien, el acuerdo debe
comprender una pluralidad de planes delictivos, en general, se habrán definido el campo de
acción, los potenciales sujetos pasivos las líneas generales de la metodología que presidirá los
hechos.

 ESTRUCTURA DEL TIPO

Él capitula III del Titulo VII del Libro Segundo del Código Penal, a través de un articulo describe
la asociación ilícita Así

ART. 242”Cuando tres o más personas se asocien con el propósito de cometer delitos, cada
una de ellas Será mencionada, por ese solo hecho, con prisión de 1 a 3 años.

Cuando la asociación sea para cometer los delitos de homicidio doloso, robo, secuestro y
trafico de armas, la sanción será de 5 a 7 años.

A los promotores, jefes o dirigentes de la asociación ilícita, les será aumentada la sanción en
una cuarta parte.

Aquí los sujetos activos son plurisubjetivos y el tipo exige un mínimo de tres(3) personas para
considera que hay asociación.

 LA PIRATERIA

El vocablo “pirata”, que proviene del griego “peiratés” a través del latín y que no es
propiamente sinónimo de “bucanero”, “Filibustero” o

“Corsario”, como también se conoce a quien merece tal apelativo- significa “el que se
aventura”, “el que procura lograr fortuna”. A todo el mundo le es familiar la bandera negra
con la calavera y las dos tibias cruzadas, así como el estereotipo del filibustero con pata de
palo o un parche en el ojo, de que la literatura se ha servido mas de una vez para dar vida a
personajes que se han vuelto clásicos en la pluma de grandes novelistas y narradores.

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En el siglo XIX, los esfuerzos de algunas naciones, particularmente Inglaterra, Francia y Estados
Unidos, lograron prácticamente abolir la piratería; El corzo, del que sé sirvió también nuestro
Atraigas en su momento, tenia otra finalidad. Gradualmente los gobiernos fueron
reconociendo que la piratería constituía un delito internacional, e hicieron esfuerzos por
desterrarla.

Entrado el siglo XX , quedan aun sectores afectados por ella: Los mares del sur de la China son
su teatro de operaciones entonces, Modernamente, la delincuencia internacional ha tomado
otros cauces, de raíz sobre todo política; el terrorismo ha inaugurado el secuestro de
aeronaves de buques, planteando un problema que no ha hallado todavía solución. Las
facetas trágicas de los hechos actuales, los tremendos avances de la tecnología que los hacen
posibles como hasta hace poco no se hubieran imaginado, llenan de angustia el espíritu. Los
tiempos de la piratería clásica, que vemos ahora desde lejos.

Han quedado, sin duda, atrás; su realidad luctuosa queda en la bruma; recordamos mas bien lo
heroico, lo pintoresco. Lo atrevido de la aventura: en una palabra, ya no navegan los
majestuosos galeones trayendo el oro de las Indias, ya no están Mogan o el Corsario Negro,
rodeados de su romántica aureola, al acecho de su presa o a la espera de su venganza.

 ESTRUCTURA DEL TIPO

Él articula 243 describe el delito de piratería en estos términos:

ART. 243.- “El que reakuce akgyb acti de depredación o violencia contra una nave o contra
persona o cosas que ella se encuentre, será sancionado con prisión de 2 a 6 años.

El que se apodere de una nave o de cosas que pertenezcan a su equipaje, por medio de fraude
o violencia cometidos contra su comandante o la tripulación, será sancionado con prisión de 5
a 10 años.

Con relación a este hecho delictivo, hay que tomar en cuenta los principios que rigen la validez
de la ley penal en el espacio, en virtud de que el objeto material son las naves o aeronaves que
cursan el territorio marítimo o el espacio aéreo, o en alta mar o cielos abiertos. Además, el
abanderamiento de naves nos otorga competencia para conocer de hechos delictivos
cometidos contra naves con bandera panameña fuera del territorio marítimo nacional.

El verbo rector del articulo 243 lo constituye la palabra “realice” que requiere de un hacer y
que el tipo aclara que la conducta debe ser de actos de depredación contra la nave, contra las
personas o las cosas que se transporten.

El sujeto activo es común y el pasivo es la sociedad y la tripulación o pasajeros víctimas de los


actos violentos realizados en su perjuicio.

El objeto material es la nave y el equipaje que se destruye o es objeto de apoderamiento.

Los medios de ejecución son la violencia o el fraude.

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 BIEN JURIDICO

Algunos Tratadistas sostienen que el bien que se protege es la libertad de los mares y el aire.
Carlos Creus adversa esta tesis y estima que el bien tutelado es la seguridad del transporte en
los casos de piratería.

El diputado panameño al incluir estos delitos como Capitulo del Titulo VII, considero que el
bien jurídico que se protege es la seguridad colectiva integrada por la vida, bienes, salud en su
proyección social como bienes propios de la sociedad.

 CULPABILIDAD

La piratería es un delito doloso, que requiere el pleno conocimiento y la voluntad de


realizar los actos de violencia o depredatorios contra la nave, personas u objetos. Se trata de
un dolo directo.

Cinco supuestos de tipos calificados de piratería según el art. 244:

El que, en convivencia con piratas, entregue una nave, su carga o lo que pertenezca a su
tripulación;

El que, con amenazas o violencia, se oponga a que el comandante o la tripulación defiendan la


nave atacada por piratas;

El que, por causa propia o ajena, equipe un buque para destinarlo a la piratería;

El que, a sabiendas trafique con piratas o les suministre auxilio, y

El que, por medio de violencia aprese una nave, para desviarla de su ruta o conducirla a lugar
diferente de su destino”.

Según explica Carlos Creus “en esta convencía del agente no solo queda comprendida la
confabulación con el pirata, sino también la aceptación tolerante del requerimiento pirático.
La culpabilidad se integra con el conocimiento del carácter de pirata del sujeto a quien hace la
entrega y la voluntad de entregar los objetos.

Con relación al punto tercero del articulo 244 se recalca que el equipamiento del buque al que
se hace referencia, debe estar destinado a la piratería. Los autores plantean que en los casos
de error relacionado con el destino del buque, si es un error de hecho esencial e invencible,
concreta una excluyente de culpabilidad, la cual es recogida por nuestra legislación en él
articula 33.

 PENABILIDAD (ASOCIACION ILICITA)

La sanción señalada por la ley en los casos de asociación ilícita es de 1 a 3 años de prisión para
cada una de las personas que se asocien para cometer delitos.

Se prevé un aumento de la pena en una cuarta parte, aplicable a quienes como jefes,
dirigentes o promotores de la asociación ilícita.

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 PUNIBILIDAD DE LA PIRATERIA

Él articulo 243, contiene en el tipo básico de piratería, sanción de prisión de 2 a 6 años al que
realice la conducta descrita por el tipo.

Cuando la acción consista en apoderamiento de la nave o de cosas que pertenezcan a su


equipaje, utilizando fraude o violencia directamente contra el capitán del buque o de su
tripulación se aumentara la pena de 5 a 10 años.

Como vemos en este articulo se establece dos sanciones con tramos penales diferentes, y que
él articulo 244 cuando enuncia la oración “con la misma pena señala en el art. Anterior”, hace
que se preste a confusión. Que basados en el principio de favorabilidad, se podría afirmar que
la pena aplicable en los cincos supuestos del articulo 244, es la que fija el primer párrafo.

Por ultimo, cabe mencionar el delito de control de la dirección de una aeronave utilizando
violencia o amenaza.

Estas conductas desvaloradas comenzaron a registrares de manera esporádica primero y con


mayor frecuencia después, a partir de la segunda mitad del siglo XX. Algunos casos han sido de
gran victimización. Se le considera como modalidades de terrorismo, ya que lesionan y ponen
en peligro vida, bienes e integridad personal no-solo de la tripulación, sino también de los
pasajeros indiscriminadamente.

Dada la gravedad de estos hechos punibles y de una mayor culpabilidad, se les fija una sanción
de 5 a 15 años de prisión, que es una pesa principal, privativa de libertad, única y grave.

Cabe anotar que la sanción se impone aunque los asociados ilícitamente no hayan iniciado la
colisión de hechos unibles.

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