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Una solución es una mezcla homogénea cuyos componentes, llamados soluto y solvente, no
pueden ser separados por métodos mecánicos simples (filtración, decantación y centrifugación).
Las soluciones verdaderas constan de un solvente y uno o varios solutos cuyas proporciones
varían de una solución a otra.
En una solución, el soluto es la liquidencia que se absorbe, es decir, que se parte o se pinta en otra
sustancia, que es el disolvente por lo que se puede encontrar en un estado de agregación
diferente al comienzo del proceso de disolución y experimentar una transición de fase.
Cuando el soluto se disuelve, este pasa a formar parte de la disolución. Al disolver una sustancia,
el volumen final es diferente a la suma de los volúmenes del disolvente y el soluto, debido a que
los volúmenes no son aditivos. La cantidad de soluto y la cantidad de disolvente se encuentran en
proporciones variables entre ciertos límites. Normalmente el disolvente se encuentra en mayor
proporción que el soluto, aunque no siempre es así. La proporción en que tengamos el soluto en el
seno del disolvente depende del tipo de interacción que se produzca entre ellos. Esta interacción
está relacionada con la solubilidad del soluto en el disolvente, es decir, tiene que ver con la
cantidad de soluto que es capaz de admitir este disolvente. La solubilidad de un compuesto
químico depende en gran medida de su estructura molecular. En general, los compuestos iónicos
y moleculares polares son solubles en disolventes polares como el agua o el etanol; y los
compuestos moleculares apolares en disolventes apolares como el hexano, el éter o el
tetracloruro de carbono.
Casi todas las membranas celulares son libremente permeables para el agua. Esta difusión libre de
agua permite la redistribución neta de agua entre uno y otro compartimento ante cambios en la
osmolaridad de un componente. Dado que el sodio es el soluto extracelular principal, su
concentración se utiliza como índice de la osmolaridad (directamente para el líquido extracelular o
indirectamente para el intracelular).
La ingestión de agua es muy variable entre las diferentes personas e incluso dentro de la misma
persona en función del clima, los hábitos e incluso el grado de actividad física.
Pérdida insensible de agua: parte de las pérdidas de agua no puede regularse de modo preciso, la
que se pierde por evaporación de las vías respiratorias y difusión a partir de la piel, lo que supone
unos 700 ml al día, esta pérdida de agua es independiente de la sudoración.
Pérdida de agua por las heces: se pierde normalmente una pequeña cantidad de agua unos 100
ml
Pérdida de agua por los riñones: el resto del agua perdida se excreta en la orina por los riñones
estas pérdidas son muy variables según el agua ingerida, pudiendo oscilar entre 0,5 l al día, hasta
20 l. El medio más importante por el que el organismo mantiene un equilibrio entre los ingresos y
las pérdidas de agua y electrolitos.
El líquido corporal total se distribuye entre dos compartimentos: el líquido extracelular y el líquido
intracelular. A su vez el líquido extracelular se divide en el líquido intersticial y el plasma
sanguíneo. Hay otro pequeño compartimento llamado líquido transcelular: sinovial, peritoneal,
pericárdico, líquido cefalorraquideo.
Líquido intracelular: constituye alrededor del 40% del peso corporal: 28-42 l de líquido
corporal están dentro de las células.
Líquido extracelular: constituye alrededor del 20% ó unos 14 litros en un adulto normal,
todos los líquidos del exterior de las células. (Líquido intersticial, que supone más de ¾
partes, del líquido extracelular y el plasma, que supone ¼ parte del líquido extracelular).
La composición iónica del plasma y del líquido intersticial es similar gracias a las membranas
capilares, que mantienen el equilibrio entre las fuerzas hidrostáticas y coloidosmótica. La
distribución del líquido entre los compartimentos intra y extracelular está determinada por el
efecto osmótico de los solutos más pequeños (Na, cl…) que actúan a través de la membrana
celular, ya que la membrana celular es muy permeable al agua e impermeable a iones pequeños,
el agua se mueve rápidamente a través de la membrana celular, y el líquido extracelular
permanece isotónico con el líquido extracelular