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María Dolores Béjar, “El Período de Entreguerras”, en Historia del siglo XX,
Buenos Aires, Crítica, 2012, pp. 95-160

María Dolores Béjar expone en “El periodo de entreguerras” una visión amplia
sobre los diferentes acontecimientos y procesos sociales que se dieron al culminar la
Gran Guerra. Detalla los hechos más relevantes, y que desembocaron en una guerra con
mayores desastres que la misma Gran Guerra: la II Guerra Mundial. En esta época,
aclara Béjar, se consolidaron diferentes movimientos sociales y políticos que tendrán
gran influencia en el desarrollo del conflicto.

Béjar argumenta que al finalizar la I Guerra Mundial, se produjeron grandes


problemas con las economías mundiales; Gran Bretaña entra en crisis, mientras que
Estados Unidos comienza un ascenso económico que será muy significativo para la
nación. Se dan también diferentes ciclos económicos después de la guerra tanto para el
sector rural como urbano, y surgen grandes crisis mundiales, a excepción de la Unión
Soviética debido a su economía planificada. A esta terrible crisis se la ha denominado
como la Gran Depresión.

Por otra parte, Béjar sostiene que en el periodo de entreguerras aparecieron


diferentes movimientos de tinte político y social que tuvieron gran repercusión para el
estallido de la Segunda Guerra; estos son: la democracia liberal, la democracia social,
los movimientos fascistas y nazistas, conformación de La Tercera Internacional, entre
otros movimientos y formas de gobierno que defendieron sus diferentes intereses.

Al culminar la Primera Guerra Mundial el mundo ya no era capitalista. Grandes


potencias habían entrado en profundos cambios económicos. Gran Bretaña, una de las
mayores potencias en el mundo hasta antes del conflicto, ahora entraba en un gran
declive; este se derivó de la caída del patrón oro, y de la poco autarquía con la que
contaba la nación británica. Por otra parte, también existieron naciones que después de la
guerra mejoraron su economía notablemente. Es el caso de los Estados Unidos, que en la
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posguerra fue el principal motor de reconstrucción de la economía europea y la


reactivación del comercio mundial (Béjar, 97), y que como consecuencia de esto, su
economía alcanzaría niveles mucho más productivos. Sin embargo, hay que tomar en
cuenta que en la nación norteamericana, se implantaron diferentes estrategias de
gobierno que posibilitaron su expansión económica.

Se dan también diferentes ciclos económicos después de la guerra tanto para


sectores rurales como urbanos. Béjar pone en evidencia que la economía mundial no se
mantuvo lineal. Desde que culminó la guerra en 1918, hasta 1921, se produjeron
problemas de tinte económico. Es el caso de Alemania que se vio afectada por el gasto
público, y por las deudas de guerra; lo que generaría inflación e hiperinflación,
afectando sobre todo a la clase media, quebrando a propietarios más pobres, y dejando
un alto índice de desocupación. A partir de 1924 las economías mantienen una
estabilidad derivada de los refinanciaciones de deudas y del clima de paz: se acuñaron
nombres específicos para designar el período: “Los dorados veinte” en Alemania, “los
felices” en los EE. UU y “los años locos” en Francia. (Béjar, 98). Pero el aparente
desarrollo se derrumbó en 1929. Las acciones realizadas en “los años locos” habían
generado nuevos problemas para la economía. Se produjeron cierres de bancos,
devaluación de monedas, y otros conflictos que conllevarían a la Gran Depresión. Estos
problemas no afectaron a los soviéticos, pues sus economías no eran capitalistas; ellos
tenían otra forma de planificar se economía.

Aparecieron diferentes trayectorias políticas entre los países europeos. Béjar


expone estas fuerzas políticas y los países en donde se desarrollaron con mayor fuerza:
La democracia liberal que siguió vigente en Francia, Gran Bretaña, Suiza, Bélgica y
Holanda. El fascismo cobró fuerza en Italia, y el nazismo en Alemania, siendo esta
última una fuerza de alienación de corte fascista. La democracia social que se extendió
por Escandinavia y en los Estados Unidos a través del New Deal. Así también evidencia
Béjar: “En la periferia europea, en los países del este y del sur, hubo movimientos
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fascistas que no llegaron al gobierno y se impusieron dictaduras tradicionales, como en


el caso de España, después de una feroz guerra civil” (Béjar, 99)

Béjar muestras diferentes conclusiones en su texto acerca del período de


entreguerras. Sostiene que al culminar la I Guerra Mundial, el mundo ya no era
capitalista. Se vivió un impacto económico que truncó el “desarrollo” de la expansión
capitalista, misma que fue derivado de los problemas dados a finales del siglo XIX. Se
presentan tres periodos económicos entre las dos guerras. El primero de pobreza y crisis
que afectaba a los más pobres; el segundo, caracterizado por una estabilidad en las
economías; y un tercer momento a partir de la crisis de 1929, que según Béjar fueron:
“tiempos oscuros en los que la desesperación, la codicia, el miedo, el pragmatismo
oportunista y la presencia de líderes carismáticos ofrecieron el marco en que se afianzó
el nazismo y se desencadenó la Segunda Guerra Mundial” (Béjar, 95).

El período de Entreguerras

El período de Entreguerras
El período de Entreguerras es el tiempo que transcurre entre el fin de la I Guerra Mundial
(1918) y el inicio de la II Guerra Mundial (1939).
Durante este período se vivieron acontecimientos tan importantes como la Revolución
rusa, la Gran Depresión de 1929 y el ascenso de los totalitarismos.
A la vez, se produjo una revolución científica y cultural, que cambió la percepción del
mundo y puso las bases de innovaciones técnicas que llegan hasta hoy.

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