Está en la página 1de 12

BERNARD POTTIER

REYES, Graciela (1985): «Orden de palabras y valor informativo en español», en


Julio Fernández-Sevilla, Humberto López Morales, José Andrés de Molina, Antonio
g) B-C-E-P:une préposition (relateur) fonctionne en B (fue escrito por Quilis y Gregorio Salvador (eds.), Philologica hispaniensia in honorem Manuel Alvar,
Juan), est intégrée en C (porvenir), exprime la détermination déic- Madrid: Gredos, vol. II, pp. 567-588.
tique en E (por tres semanas) et le lien logique en F (porque no
quiso).
* * *
La mise en énoncé, et en texte, implique tout un réseau d'intercon-
nexions des possibles entre les propiétés lexémiques et l'ensemble des
taxemes.
ORDEN DE PALABRAS Y VALOR INFORMATIVO
C'est a partir de la que l'on peut, nous semble-t-il, valablement étudier
EN ESPAI\!OL
les comportements syntaxiques.

BERNARD POTTIER
Universidad de París-Sorbona
En este trabajo intento un análisis del problema de la estructura temá-
tica o valor informativo de una enunciación. Teniendo en cuenta que la
estructura temática oracional (distribución de la información en una ora-
ción) es un fenómeno que obedece a necesidades comunicativas, propongo
una consideración de tema y rema basada en las nociones de clase de
información (información presupuesta vs. información no presupuesta)
y de «respectividad» (aquello de que se trata en una comunicación). Echo
luego un vistazo a algunos problemas gramaticales del español que pueden
estudiarse desde la perspectiva pragmática del valor informativo, y analizo
finalmente la tematización y algunos fenómenos sintácticos, semánticos
y comunicativos relacionados con este proceso.

L LA ESTRUCTURA TEMÁTICA

Como es sabido, los primeros estudios sobre la estructura temática


de la oración se deben a los lingüistas de la escuela de Praga, que llama-
ron al fenómeno de la distribución de información «perspectiva funcional
de la oración» (functional sentence perspective) 1• Los lingüistas de Praga
definieron los conceptos de dinamismo comunicativo, importancia comu-
nicativa y ligazón contextual (contextual boundness). Partiendo de la idea
de que la comunicación es un fenómeno dinámico y no estático, J. Firbas,
por ejemplo, considera que el grado de dinamismo comunicativo de un
elemento indica en qué medida ese elemento contribuye al desarrollo de
la comunicación; ciertos elementos cuya información se deriva del con-
texto precedente contribuyen menos al proceso de informar que otros
elementos cuya información es independiente del contexto 2• De esta ma-

1 Véase especialmente V. Mathesius, 1928 y 1975; J. Firbas, 1975; F. Danes, 1974;


P. Sgall et al., 1973.
2 Cfr. J. Firbas, 1975.

566 [10] [1] 567


GRACIELA REYES ORDEN DE PALABRAS Y VALOR INFORMATIVO EN ESPAÑOL

nera, Y teniendo en cuenta la gradación de significado creada por el orden (1) Tema = Información relativamente conocida (establecida, presupuesta) =
lineal de la oración 3, se puede establecer la «importancia comunicativa» Aquello de que se trata = Sujeto.
inherente a los elementos lingüísticos, es decir, la jerarquía comunicativa Rema = Información relativamente nueva (inesperada, no presupuesta) =
determinada por el papel que cada uno cumple en la comunicación. Los Aquello que se dice para modificar aquello de que se trata = Predi-
elementos ligados al contexto son aquellos cuyo contenido informativo cado.
está almacenado en la memoria del oyente. De esta noción surge otra
que ha hecho fortuna en los estudios posteriores: los elementos ligados Me limitaré a un análisis breve de la relación entre las nociones indi-
al entorno verbal o no verbal (al contexto verbal, a la situación de comu- cadas en (1). La ecuación tema= información conocida y rema= infor-
nicación o a la «experiencia del mundo» compartida por los hablantes) mación nueva es poco eficaz debido a la imprecisión de los términos
hacen referencia a la información «conocida» (given, old information). «conocido» y «nuevo». Las nociones que estos términos designan dependen
Según esta consideración, la estructura temática oracional consiste en la de las creencias del hablante acerca del oyente, según las cuales el oyente
articulación entre una frase nominal que representa información conocida identificar fácilmente una entidad se considera que este
y una predicación que, completamente o en parte, representa información sistema de creencias y de presuposiciones sobre lo que el oyente puede
nueva (new, unexpected, non presupposed information). Siguiendo la ter- identificar sirve directamente al propósito de la comunicación: grosso
minología de la escuela de Praga, se llama tema a la información conocida modo, actualizar verbalmente entidades conocidas para decir algo «nuevo»
Y rema a la información nueva; también se usan las expresiones tapie y de ellas. Es muy difícil, sin embargo, reducir a definiciones de valor gene-
comment, presupposition y focus 4• Los criterios de determinación de lo ral lo que el oyente cree o intenta en cada acto comunicativo, y es abso-
conocido y de lo nuevo varían de estudio a estudio. Firbas, al hablar de lutamente imposible hacerlo si el acto comunicativo considerado es una
«grados» de importancia comunicativa, ya había establecido que no hay oración, es decir, un enunciado entendido --en el mejor de los casos-
una dicotomía entre tema y rema: las categorías de «conocido» y «desco- como la realización de un acto de habla en el sistema, sin atención al
nocido» se insertan en un continuum, en el cual algunos elementos son contexto.
conocidos pero más actualizados, por la razón que sea, respecto de otros, En efecto, sólo podemos analizar creencias e intenciones en actos co-
y algunos elementos son «nuevos» sólo en relación con otros del mismo municativos reales: no en el sistema, sino en la actuación (y, teóricamente,
texto. Son tantos los factores textuales y contextuales que intervienen en en tipos de actuación). Ahora bien, la distinción tema/rema se refleja por
la distinción entre lo conocido y lo nuevo que los estudios recientes sobre ejemplo, en español y en muchas otras lenguas, en el orden de los ele-
valor informativo (informativity) y estructura temática oracional llegan mentos dentro de la oración, y ese orden, por más variable que sea, no
a resultados contradictorios. Para agravar las cosas, a la equiparación es arbitrario y diferente en cada emisión, sino, por el contrario, un fenó-
entre tema e información conocida se agrega (no siempre explícitamente) meno sistemático oracional. Para zanjar el problema metodológico, se
otra noción, la de «aquello de que se trata» o respectividad (aboutness) 5• puede considerar la oración no una entidad ideal derivada de las reglas
Si afiadimos la idea tradicional, y aceptada tácitamente entre los lógicos 6, de buena formación gramatical, al estilo de los generativistas, sino un
de que el sujeto de la oración asertiva -hasta el momento sólo se ha enunciado mínimo (sintáctica, semántica y comunicativamente mínimo en
estudiado el valor informativo de las aserciones- representa lo conocido, contexto). Para estudiar su estructura temática, debemos suponer que la
o aquello de que se habla, o ambas cosas, la situación de los estudios oración, delimitada formal y comunicativamente, es una unidad de un
recientes, y sólo en lo que concierne a la oración asertiva (téngase en sistema mayor, el texto, entendido éste como unidad lingüística de comu-
cuenta que los temas discursivos o macroestructuras semánticas, y su nicación y por lo tanto estrechamente dependiente del contexto. En cuanto
relación con los temas oracionales, constituyen aún otro problema) puede unidades de comunicación, oración y texto pueden coincidir; hay textos
resumirse como en (1): formados por una sola oración.
Para agregar el contexto ausente a las oraciones usadas como ilustra-
ciones gramaticales, suele presuponerse un diálogo mínimo, en el cual
3 Sobre el orden lineal en español véase D. Bolinger, 1954-55.
4 Véase M. A. K. Halliday, 1967; N. Chomsky, 1969; M. A. K. Halliday y R. Hasan, la aserción considerada es la respuesta a cierta pregunta o ciertas pre-
1976; S. Kuno, 1972; H. Clark y S. Haviland, 1977; W. L. Chafe, 1976; G. Yule, 1981. guntas (el conjunto posible de preguntas «agotaría» el contexto recons-
5 Noción también proveniente de las teorías de la perspectiva funcional de la
truible de una oración). El diálogo planteado en (2) nos muestra el fun-
oración. Así, dice P. Sgall (1975, pág. 409): «A basic characterizatíon of communication cionamiento de estas preguntas y nos hace volver al problema de la
must also include an account of the fact that, when uttering a declarative sentence
(making a statement), the speaker attempts to make the hearer identify sorne points ecuación entre tema e información conocida:
of the information stored in the hearer's memory and modify them in sorne respects,
i. e. the speaker not only says something, but says something about this or that.» (2) a. ¿A quién admira el profesor?
6 Véase especialmente C. Strawson, 1964. b. El profesor admira a Chomsky.

568 [2] [3] 569


GRACIELA REYES ORDEN DE PALABRAS Y VALOR INFORMATIVO EN ESPAÑOL

La expresión referencial el profe sor es temática porque, por haber sido ción de nuestro esquema (l); esto será posible, espero, por medio del
mencionada en la pregunta, se considera información conocida (ya esta- análisis de la noción de respectividad, mucho menos estudiada, sobre todo
blecida en el contexto previo, en este caso). Lo nuevo sería parte de la en la frase 8•
preclic2.ción: a C!wmsky. Pero la respuesta a (2 a) podría ser también (3): En el ejemplo (3) visto antes sujeto y predicado tienen el mismo refe•
rente, y los dos son conocidos según la pregunta (2 a). Pero si suponemos
(3) El profesor se admira a sí mismo.
que toda oración consta de una estructura tema-rema (excepto, quizá,
aquellas oraciones en que el tema no se menciona por consabido, y que
El referente del predicado es el mismo referente del sujeto, y ambos son
serían entonces íntegramente remáticas), el tema de (3) no puede ser sino
conocidos por haber sido mencionados en la pregunta. En un contexto
el profesor, ya que en (3) se habla del referente designado por el profesor,
más amplio, podría comprobarse que el rema de (3) no sólo se refiere a una
y se dice de él que. se admira a sí mismo. Esto puede verificarse en este
entidad conocida, sino que su información no es inesperada o ajena a
caso, transformando la oración según los mecanismos de la tematización
toda presuposición. La constatación Se ad1nira solamente a sí mismo, ya
(topicalization):
sabes cómo es, puede tener un grado mínimo de valor informativo, y cr~o
que muchas de nuestras predicaciones diarias no pretenden modificar (3') En cuanto al profesor, se admira a sí mismo.
sustancialmente el conocimiento que tiene el interlocutor acerca de una
entidad determinada. No está de más recordar aquí que todo texto, aun Las expresiones en cuanto a, hablando de, acerca de, etc. se pueden apli-
el mínimo (y artificial) intercambio ilustrado en (2), es parte de un texto car, fuera de contexto (ya que no siempre lo admite la coherencia general
mayor, de una historia de intercambios comunicativos que han ido crean- del discurso) al sintagma nominal que -dé información conocida o no-
do entre los interlocutores un vastísimo conjunto de presuposiciones (a intuitivamente consideramos que representa a la entidad de la que se
ese subsuelo comunicativo apunta el tú sabes). trata en esa oración (y a la entidad, o a una de las entidades, de la estruc-
Parece claro -y, como observación, trivial- que el tema de una ora- tura semántica o macroestructura del discurso del que esa oración forma
ción no puede definirse como información conocida, porque el hecho de parte). Procesos semejantes de tematización se observan en ( 4) y (5):
ser información conocida no es exclusivo del tema: el tema no puede ser (4) Si de comer se trata, no hay quien le gane.
definido exclusivamente por la propiedad de conocido o desconocido del (5) El vino de Salta, ése sí me gusta.
referente de la frase nominal que lo representa. Las razones son, al menos,
dos: en primer lugar, la dificultad de establecer qué entidad es conocida En la conversación la tematización de un elemento puede deberse a
por el oyente desde el punto de vista de las creencias y propósitos del la intención de retomar un tema pendiente, ya establecido en alguna etapa
hablante 7 , y en segundo lugar, el hecho de que la característica «refe- previa de la conversación o inferible de otro tema ya establecido también;
rente conocido» (cuando puede establecerse con cierta facilidad, como la tematización sirve para asegurar la coherencia del discurso, como se
en (2) ), no parece ser exclusiva del tema. Sin embargo, intuitivamente ve en (6):
podemos afirmar que el tema de una oración designa, en la gran mayoría
(6) La crisis económica era gravísima. La inflación había llegado al 150 %.
de los casos, información ya establecida en el contexto verbal, presente Por primera vez la clase media se sentía tan afectada como para mani-
en el contexto empírico, o presupuesta por hablante y oyente en virtud festar públicamente su descontento. En cuanto a las clases más pobres,
de los sobreentendidos generales de la conversación. Para confirmar esta su situación era angustiosa.
intuición debemos enunciar de una manera más precisa la primera ecua-
7 Desde esta perspectiva, lo conocido y lo nuevo adquieren valores relativos, y la Como veremos más adelante, la tematización permite además dar mayor
dicotomía resulta insuficiente. E. Prince (1981, pág. 237) intenta captar la complejidad valor comunicativo al tema, haciendo recaer en él la atención. Por el
de la clase de información discursiva en la siguiente taxonomía: momento, nos interesa señalar que el tema de una oración puede ser
Assumed Familiarity cualquier sintagma nominal susceptible de ser tematizada con algún ele-
mento del tipo en cuanto a. (Dejo a un lado en este trabajo la posibilidad
de que el verbo pueda ser el tema de la oración.) Pero el procedimiento
New Inferrable Evoked no siempre es posible, o fácil, aun fuera de las restricciones de la cohe-

~
Brand-newUnused (Noncontaining) Containing (Textually) Situationally
rencia discursiva. Adapto un ejemplo de van Dijk 9:
(7) Un hombre paseaba por una playa.

~
Inferrable Inferrable Evoked Evoked
8 Para la noción discursiva de respectividad, véase van Dijk, 1980, cap. V.
Unanchorecl Anchored 9 Van Dijk, 1980, pág. 184.

570 [4] [5] 571


., ''·•""j ¡¡¡,

GRACIELA REYES ORDEN DE PALABRAS Y VALOR INFORMATIVO EN ESPAÑOL

Supongamos que (7) es el comienzo de un discurso, probablemente lite- memoria bajo ciertos rótulos. Según T. Reinhart 14 , los dos procedimientos
rario. El sujeto indefinido refiere a un individuo que se presupone desco- de construcción de este conjunto de proposiciones ( o de mundos posibles
nocido; todos los demás constituyentes de la oración son igualmente compatibles con lo que se presupone, en términos de Stalnaker), son la
desconocidos. Aparentemente, esta oración no tiene tema. Sin embargo, evaluación y el almacenamiento de información; ambos procedimientos
observa van Dijk, podríamos decir que esta frase es «acerca de» un hom- se llevan a cabo organizando la información por ternas oracionales, como
bre. Es difícil verificar esta intuición tematizando la frase nominal, como en el catálogo temático de una biblioteca. Siguiendo esta idea, debemos su-
se ve en (8): poner que los temas oracionales se incluyen luego en conjuntos más redu-
(8) ? En cuanto a un hombre, paseaba por una playa. cidos, los ternas discursivos. La función del tema oracional es permitir a
los hablantes organizar, clasificar y almacenar la información en unida-
En (9), a su vez, hay una serie de elementos «conocidos», pero la oración des mayores y fáciles de retener. Una misma proposición puede expresarse
no trata de ellos específicamente 10 : con diferentes aserciones (por ejemplo, Juan abrazó a María y María
il abrazó a Juan tienen, teóricamente, el mismo contenido proposicional,
i,1,! (9) Esta tarde un hombre extraño entró en mi oficina. pero sus temas son diferentes y serán por lo tanto archivadas en el con-
i Es probable que esta oración trate de lo que sucedió esta tarde, y que
junto contextual como diferentes proposiciones). De acuerdo con Reinhart,
hay que suponer que cada oración declarativa está asociada a un conjunto
responda a la pregunta amplia ¿Qué pasó?, o ¿Qué te pasó? Ningún ele- de posibles aserciones pragmáticas según de qué trate la oración; en cada
·¡'1,i
'
mento de (9) parece ser el tema, de modo que (9) -corno (7) podría enunciación se selecciona sólo una de esas posibles aserciones, y se selec-
considerarse enteramente remática. Sin embargo, aunque en (7) no hay ciona de acuerdo con el contexto. En la oración (10),
ningún elemento conocido y en (9) hay varios (yo, esta tarde, mi oficina),
1 parece más fácil atribuir un tema a (7) que a (9), porque en (7) puede (10) Pedro besó a Eduvigis.

j
•I
intuirse que se está hablando de un hombre (no tengo espacio para tra-
tarlo aquí, ni tampoco es pertinente para lo que quiero demostrar, pero seleccionaré Pedro como tema si es el terna de la aserción pragmática que
corresponde al contexto de (10), es decir, si se está hablando de Pedro,
11 quiero dejar dicho que muchas frases nominales indefinidas, lo mismo

l,: que las cuantificadas que designan un conjunto de individuos, pueden lo que suele significar que Pedro ya está en mi archivo. Si no está, y la
1, funcionar como temas 11 ). proposición de (10) es nueva en el discurso, puedo elegir otra posible
¡¡1 La noción de respectividad que estamos tratando de aplicar consiste aserción, siempre relativa al contexto. Y si no puedo hacer ninguna de
lt! en la relación entre una frase nominal y el acto proposicional. Esta rela- estas dos operaciones, quizá me atenga al hecho de que la expresión con-
,,
111
ción puede explicarse dentro de una teoría de los contextos conversacio- siderada es el sujeto de la oración -por haber sido mencionada en primer
nales. Siguiendo a R. Stalnaker 12, consideraremos que un intercambio lugar, con cierta entonación, etc.- y tratarla como tema en el proceso
verbal es un proceso que se desarrolla en un contexto continuamente cam- de evaluación y almacenamiento (volveremos a hablar del sujeto más
biante. El contexto conversacional (context set) es el conjunto de pro- abajo). Recordemos, sin embargo, que hay casos en los cuales la selección
posiciones presupuestas por el hablante -y, en el mejor de los casos, del tema no depende del contexto, sino de la estructura sintáctica y se-
compartidas íntegramente por el oyente- en cada momento de la con- mántica de la oración, y de la colocación del acento de intensidad. Así,
versación 13 • Durante el transcurso de la conversación, se agregan nuevas por ejemplo, las oraciones ( 4) y (5), presentadas antes, que sufrieron el
proposiciones que modifican continuamente el contexto. Los elementos no proceso de tematización, sólo admiten como tema los elementos destacados
presupuestos de esas nuevas proposiciones se van «archivando» en la sintácticamente como tales.
Los miembros del conjunto de posibles aserciones pragmáticas de una
oración son, según Reinhart, la proposición expresada por la oración y
10 El ejemplo es también de van Dijk, ibidem.
11 Cfr. T. Reinhart, 1982, pág. 11. cada par posible de los miembros siguientes: la proposición y la inter-
12 R. Stalnaker, 1978. pretación de una frase nominal. Anotando 0 la proposición, P AP las posi-
13 El concepto de presuposición del hablante debe entenderse como en la siguiente bles aserciones pragmáticas, y Cl la interpretación de un sintagma nominal
definición: «A proposition P is a pragmatic presupposition of a speaker in a given de la oración, resulta la fórmula (11):
context just in case the speaker assumes or believes that P, assumes or believes that
his audience assumes or believes that P, and assumes or believes that his audience (11) PAP 0 junto con (a, 0).
recognizes that he is making these assumptions, or has these beliefs,, (Stalnaker, 1974, (0)
pág. 200). La presuposición del hablante se realiza aun cuando éste sólo finja hacer
esas suposiciones y tener esas creencias (ibídem, pág. 202); en este sentido diremos
más adelante que las presuposiciones pueden crearse (inventarse) para imponer algo
como consabido por el oyente. 14 T. Reinhart, 1982, § 6.

572 [6] [7] 573


GRACIELA REYES ORDEN DE PALABRAS Y VALOR INFORMATIVO EN ESPAÑOL

Si en determinado contexto se elige 0 (la proposición sola) la oración no De modo que también el problema semántico del valor de verdad de
tie~e tema; si se elige otro miembro, la expresión correspondiente a a las proposiciones está relacionado con la estructura temática oracional;
sera el tema de la oración: la oración tratará pragmáticamente de a. De esta relación no ha sido estudiada todavía, y la dejaré a un lado en lo
modo que cuando una oración emitida en un contexto determinado es que sigue. Sólo interesa, en este punto, dejar constancia de que incluimos
acerca de la interpretación de cierto sintagma nominal a 1 ( se ha elegido en nuestro conjunto presuposicional como temas solamente aquellos indi-
el par ( a1, 0) en ese contexto), la proposición fil de esa oración será clasi- viduos cuya existencia es verificable en algún mundo (real o posible).
ficada por el oyente en ese contexto dentro de un subconjunto ya exis- Volviendo a la fórmula (11), vemos que una oración puede tratar de
tente en su archivo bajo el rótulo a, o bajo un nuevo rótulo a 1 • si 0 es un referente que no esté ya en el conjunto de presuposiciones del oyente;
admitida por el oyente se incorporará al conjunto de presup~siciones en principio, un referente totalmente nuevo puede ser el tema de una
sobre las que seguirá desarrollándose la conversación 15 • En otras palabras, oración, según el criterio pragmático de respectividad. Así, en el caso de
la noción pragmática de respectividad explica el hecho de que el oyente (7), que repito:
elija la interpretación de una frase nominal de la oración en relación con (7) Un hombre paseaba por una playa.
la proposición de la oración, de acuerdo con el contexto.
Al seleccionar determinado tema oracional, el oyente comprobará el
Es posible que en este caso archivemos la información bajo un hombre,
valor de verdad de la proposición analizando lo que sabe de ese elemento
que ha elegido como tema. C. Strawson ha indicado que la evaluación de
la verdad de una proposición suele centrarse en el tema de la oración que
1
¡
al menos provisionalmente, si no tenemos un contexto que nos guíe (como
se dijo antes, a falta de otros criterios puede tenerse en cuenta el carácter
de sujeto de la frase nominal en cuestión). La elección se justificaría si el
la expresa 16 • Así, el valor de verdad de la proposición Los cisnes son ¡··.·
contexto verbal de (7) ( oración que consideramos principio de relato) se
blancos, por ejemplo, será comprobado de acuerdo con nuestro conoci- desarrollara como en (14), donde toda la secuencia trata de un hombre:
miento de los cisnes, y no de acuerdo con nuestro conocimiento de todas
las cosas blancas que hay en el mundo (no analizaremos las cosas no (14) Un hombre paseaba por una playa. Al llegar a la escollera, el hombre
blancas para ver si entre ellas hay cisnes). La relación entre el tema se detuvo.
( elegido según el criterio de respectividad esquematizado en (1)) y el valor
de verdad de una proposición se pone de manifiesto de manera clara en Según muestran casos como éstos, el tema oracional no ha de ser nece-
el famoso ejemplo: sariamente información conocida, ni establecida antes en el discurso. Sin
embargo, los principios de coherencia del discurso, basados en la grada-
(12) El actual rey de Francia es calvo.
ción lineal que va de lo conocido a lo nuevo, nos llevan a seleccionar,
La inexistencia del individuo al que se refiere el tema impide que esta siempre que sea posible, temas ya existentes en el conjunto presuposicio-
oración tenga valor de verdad: según el criterio aceptado en semántica nal. Traduciendo esto a los términos de Chafe (véase nota 4), diríamos
después de la réplica de Strawson a Russell, esta oración no es verdadera que los referentes «están en nuestra conciencia». Por economía tendemos
ni falsa porque no hay tal rey de Francia. Pero obsérvese lo que sucede a agrupar la información nueva bajo esos rótulos ya existentes. En suma:
en (13) 17 : si bien el concepto de información conocida no es suficiente para definir
(13) Mi amiga Irene está de novia con el actual rey de Francia.
el tema oracional (ni el de información nueva es suficiente para definir el
rema), el hecho, observado arriba, de que la mayoría de los temas ora-
Supongamos que mi amiga Irene se refiere a un individuo real; no hay, cionales representen información conocida puede interpretarse en los
en cambio, ningún referente posible para la expresión el rey de Francia. No términos pragmáticos de la noción de respectividad, a saber, que nor-
se puede decir que (13) carezca de valor de verdad (que no sea verdadera malmente elegimos una interpretación a1 (relativa a una proposición en
ni falsa): (13) es falsa porque mi amiga Irene, que existe, no está de novia determinado contexto) si Cl1 ya está en nuestro contexto presuposicionaL
con el rey de Francia. El valor de verdad de una proposición parece veri- Las nociones de información conocida y nueva y de respectividad no se
ficarse sólo en el tema; en el caso de (13) la expresión nominal sin refe- contradicen -como intuitivamente afirmábamos al principio- y ambas
rente deja de ser relevante para el valor de verdad de la proposición son relativas a un contexto, a una historia de comunicación limitada espa•
porque no representa el tema oracional. Strawson observa que el predi- cial y temporalmente.
cado «absorbe» la expresión sin referente 18 • Pero aun desde esta perspectiva la noción de información conocida
mantiene su carácter impreciso. En cambio resulta mucho más claro el
IS Cfr. T. Reinhart, 1982, pág. 25. concepto de información presupuesta, si circunscribimos la noción de pre-
16 Strawson, 1964.
17 Adapto el ejemplo de J. McCawley, 1981, pág. 240.
suposición a la indicada en el tratamiento del contexto de la conversación.
18 Strawson, 1964, pág. 112. Las ventajas de considerar que el tema representa información presu-

574 [8] [9] 575


ORDEN DE PALABRAS Y VALOR INFORMATIVO EN ESPAÑOL
GRACIELA REYES

p_u~~ta son, ~r~ncipalmente, dos. En primer lugar, la noción de presupo- en la estructura semántica de la oración, pacientes. De modo que esos
s1c1on pragmat1ca es lo suficientemente amplia como para dar cuenta del sujetos no son nunca temáticos, sino remáticos, como en (17):
papel informativo de lo que en una conversación los hablantes consideran (17) Ya se acabó el alboroto y ahora empieza el tiroteo.
«terreno común»; la noción abarca todos los grados de conocimiento sobre
entidades, relaciones y hechos (cfr. el cuadro de Prince en nota 7). En El orden verbo-sujeto (empieza el tiroteo vs. el orden anómalo el tiroteo
segundo lugar, si las presuposiciones son las suposiciones del hablante empieza) responde al principio general del orden lineal según el cual el
acerca de lo que el oyente puede aceptar como verdadero en cada etapa
tema antecede al rema.
de la conversación, podemos incluir en el concepto de tema oracional la Finalmente, por medio de la entonación contrastiva, el hablante de
repre~entación de entidades o individuos desconocidos, y entonces pode- español puede «rernatizar» el sujeto de cualquier verbo, que pierde así su
mos mterpretar casos como el de (7), ya visto. Aunque el referente sea carácter temático. Hablando de María, puede aseverarse (18 y repli-
desconocido, el hablante obliga al oyente a presuponer su existencia en
carse (18 b):
mundo posible, al menos en el de la conversación, mediante el
reconocimiento de su intención de tratar de esa entidad. Otras veces se (18) a. María es la más lista de la familia.
facilita la construcción del archivo del oyente haciendo explícita la calidad b. JUANA es la más lista.
de entidad nueva del tema, como en (15):
(18 b) puede expresarse también como (19 a) y (19 b):
(15) Quiero hablarte de un amigo mío. Se llama Faustino Sánchez, e irá
(19) a. La que es lista es Juana.
a verte para ... b. La lista es JUANA.

Volviendo al esquema (1), podernos ahora ser más precisos: las nocio- Los ejemplos (16)-(19) muestran que el orden de palabras y la entonación,
nes pragmáticas de información presupuesta y de respectividad se refieren junto con las características semánticas de ciertos elementos, son decisi-
a fenómenos complementarios dentro del proceso de intercambio de in- vos para la asignación del tema y el rema oracionales y que, en cambio,
formació1:: Insisto en que ambas nociones, por ser pragmáticas, se aplican la estructura sintáctica parece irrelevante 21 • Sin embargo, la abrumadora
a la orac1on en cuanto segmento de discurso en contexto, que es la única cantidad de sujetos temáticos, generalmente expresiones de referencia
manera, a mi entender, de considerar una oración, si seguimos usándola definida, revela la tendencia a que el tema de la oración se manifieste
en lingüística corno unidad de análisis 19 • El tema, pues, representa la in- sintácticamente como sujeto, y explica que la selección de la interpreta-
formación presupuesta por los interlocutores, información de la que se ción de un sintagma nominal como tema (en relación con la proposición
t~ata en el acto proposicional; la respectividad puede verbalizarse me- y en determinado contexto) recaiga en el sujeto de la oración, sobre todo
diante una referencia rnetadiscursiva: hablando de, etc. El rema, a su vez, si el supuesto terna no está todavía en el conjunto presuposicional, o si
representa la información no presupuesta ( cualquiera sea su grado de varias de las frases nominales ya están en el conjunto presuposicional,
novedad) que se añade, obedeciendo a un propósito comunicativo cons-
y no hay tematización, como en (20):
cient_e del hablante, para modificar, ampliar, etc., aquello de que se trata.
Fmalmente, ( 1) sugiere una equivalencia entre los objetos pragmáticos (20) María llevó a tu sobrino al parque.
t~ma y rema y _sus manifestaciones sintácticas en la oración, sujeto y pre-
dicado respectivamente. Ya hemos dicho que el tema no se manifiesta Si tanto María como tu sobrino como el parque están ya en el conjunto
siempre como sujeto oracional, según se ve en (16): presuposicional ( es fácil imaginar una situación en la que todos esos ele-
mentos se hayan mencionado o sean inferibles) entonces lo más probable
(16) A este hombre no lo aguanto más.
es que (20) trate de María, en respuesta por ejemplo a la pregunta ¿No
está María en casa?
Se habla, sin duda, de este hombre, expresión que es, sin embargo, com- De modo que el sujeto superficial suele coincidir con el tema, y el
plemento directo de la oración, y no sujeto. Ejemplos de lo mismo nos predicado con el rema, siguiendo el patrón del orden de palabras: si el
dan las oraciones con verbos «presentativos», es decir, verbos que denotan orden de los constituyentes es normal, la frase que representa al elemento
existencia, presencia, ausencia, comienzo, aparición, llegada, etc. La fun- menos presupuesto aparecerá al final de la oración y recibirá el acento
ción predicativa de estos verbos es presentar a sus sujetos 20, que son, principal. Este orden puede alterarse, de acuerdo con las intenciones del
hablante y con el contexto, pero, como veremos, el patrón tema-rema
19 Sobre el problema oración vs. texto, véanse, entre otros, S. Schmidt, 1978;
J. Morgan, 1975; R. de Beaugrande, 1980. 21 Esta idea sirve de base al análisis de H. Contreras, 1978, sobre el que volve-
20 Cfr. A. Hatcher, 1956, cap. l. remos.

[11]
577
576 [10]
HOMENAJE A ALVAR, II. - 37
GRACIELA REYES
ORDEN DE PALABRAS Y VALOR IN.FORMATIVO EN ESPAÑOL

tiende a preservarse, aun a expensas del patrón sintáctico sujeto-predicado, diferencia semántica entre (22 a) y (22 b) y entre (23 a) y (23 b ), por
en lenguas como el español, en que el orden de los constituyentes sintác- ejemplo, sólo puede explicarse cabalmente acudiendo otra: vez a la noción
ticos es relativamente flexible. de respectividad:
(22) a. A María le regalaron un perro, y a la semana el perro se le murió.
b. A María le regalaron un perro, y a la semana un perro se le murió.
2. EL ANÁLISIS PRAGMÁTICO DE FENÓMENOS LINGÜÍSTICOS (23) a. A María le regalaron un perro, y la mordió.
b. A María le regalaron un perro, y lo mordió.
2.1. El fenómeno más directamente dependiente de la estructura in-
formativa oracional es el orden de palabras: el orden de los constitu- La segunda cláusula coordinada de estas oraciones ilustra, en (22), el
yentes de la oración y el orden de los lexemas dentro de cada consti- uso del artículo definido e indefinido, y en (23) un caso de pronominaliza-
tuyente. En español, mientras algunas construcciones presentan un orden ción. Está claro que el perro muerto de (22 a) es el mismo perro que le
inalterable (lo mío, se lo dije, etc.), otras (sustantivo-adjetivo, adjetivo- regalaron a María, y que en cambio el perro muerto de (22 b) es otro
adverbio, sujeto-verbo, complementos del verbo entre sí y con relación perro, porque «el perro» significa aquí, simplemente, 'el perro que acabo
al resto de la oración) muestran, en cambio, un orden más o menos flexi- de mencionar'; el artículo definido indica en este caso que estamos ha-
ble. La relativa flexibilidad en el orden de los elementos oracionales en blando dé una entidad conocida por haber aparecido ya en el discurso,
español no es un problema de «estilo» ajeno a reglas (gramaticales, co- y el indefinido que estamos hablando de una entidad no presentada previa-
municativas); por el contrario, debe estudiarse desde una perspectiva mente (de igual modo que los demás determinadores posibles, como otro,
funcional que tenga en cuenta fenómenos gramaticales como la entonación cierto, algún, etc.). La diferencia entre expresiones de referencia definida
o la estructura semántica y fenómenos textuales relativos a la distribu- y expresiones de referencia indefinida tine que ver pues con las nociones
ción de información. Otros problemas, como la determinación 22 , la prono- de clase de información y de respectividad, hasta el punto de que el
minalización, la escisión de oraciones o la pasivización, todos ellos depen- artículo definido podría interpretarse como un signo que apunta, no a un
dientes de la manera de articularse la información en la oración o en objeto de determinado mundo (el referente del sintagma nominal), sino,
cadenas de oraciones, han sido estudiados tanto por la gramática tradi- metacomunicativamente, a la expresión misma: indica cómo ha de enten-
cional como por la moderna (estructuralista y generativa) sin haberse derse esa expresión en determinado texto y cómo ha de catalogarse en
prestado atención casi nunca al concepto de valor informativo. Sin em- el contexto conversacional 25 • Si no es presupuesto por el discurso mismo
bargo, se han hecho referencias a aspectos pragmáticos de dichos fenó- como en (22), o no forma parte de la situación de comunicación, el objeto
menos. Un ejemplo típico es el de la definición de sujeto oracional. La designado puede pertenecer al terreno común de las experiencias del
Gramática académica nos dice que el sujeto «es la persona o cosa de la mundo, como ilustran (24 ),
cual decimos algo» 23 , o sea, la expresión oracional de cuyo referente trata (24) Salió el sol,
nuestra predicación. Esta definición, en principio semántica, puesto que
tiene que ver con la relación lógica entre sujeto y predicado, se completa, o, en contextos más restringidos de experiencia, (25) y (26),
en otros parágrafos del Esbozo, con consideraciones sintácticas como la
(25) Habló el presidente.
concordancia, pero la definición citada se fundamenta realmente en una
noción pragmática, la de respectividad. De acuerdo con esta noción en (21), (26) El decano dijo que entregáramos los proyectos de investigación mañana.

(21) ¿Qué es poesía? Poesía eres tú. En (23), quién mordió a quién, o quién fue mordido por quién (ya que
se trata de un complemento directo) depende otra vez de la noción de
consideramos que el sujeto de la segunda oración es poesía porque poesía
es el tema, aunque el sujeto, según la concordancia, debería ser tú 24 • 25 Aunque no le atribuye al artículo valeres metacornunicativos, F. Lázaro Carreter

De la misma manera, los fenómenos gramaticales que acabo de enu- (1980, cap. X) llega a conclusiones semejantes en su tratamiento funcional del artículo.
Lázaro distingue el artículo (categoría que consta, para él, sólo de las formas «defi-
merar (determinación, pronominalización, etc.) también se explican, y en nidas») ele otros determinantes por la incapacidad del artículo para actualizar con-
gran medida, según los mecanismos de presentación de información. La ceptos que no sean consabidos (pág. 37). La función específica del artículo, según
Lázaro, es la presentación de nombres ya actualizados (pág. 39), es decir, presentes
22 Para un análisis de la determinación orientado hacia la consideración del con-
en el contexto verbal o empírico: «el artículo funciona como presentador ulterior de
texto, véase E. Coseriu, 1967.
un nombre actualizado por el saber compartido que acompaña su mención» (pág. 41),
23 Esbozo, 1973, § 3.1.3.
pero no tiene función determinante (como un, otro, etc.) porque no «reduce la exten-
24 Según el Esbozo, éste sería un «caso especial» ele concordancia, en el cual el
sión» del nombre (pág. 37). Un análisis pragmático del artículo puede verse en H. Wein-
verbo concuerda con el predicativo y 110 con el sujeto. Cfr. § 3.6.5.d).
rich, 1980, y J. Morgan, 1975.
578 [12] 579
[13]
GRACIELA REYES ORDEN DE PALABRAS Y VALOR INFORMATIVO EN ESPAÑOL

respectividad: según cuál sea el tema oracional entenderemos la y lo. está tratando y el nuevo que surge, cuando la hay, suele indicarse con
Pero además, la posibilidad misma de usar pronombres en esas cláusulas expresiones como a propósito, por cierto, esto me recuerda, etc. o bien
se debe al hecho, puramente pragmático, de que las entidades que el las locuciones tematizadoras como en cuanto a. Si no hay relación alguna
pronombre designa ya fueron mencionadas en el discurso. En otros casos, entre los temas -al menos evidente- es necesario, a veces, indicarlo:
esas entidades formarán parte de la situación de comunicación, es decir, hablando de otra cosa, haciendo una digresión, etc. Los interlocutores se
estarán presentes en el espacio de percepción de los hablantes. aseguran así el buen éxito de la comunicación, de acuerdo con sus inte-
La misma noción de respectividad explica en principio el uso de la reses o propósitos. (En los textos didácticos, orales y escritos, hay gran
voz pasiva. En (27 a) hablamos de María, en (27 b) de un perro: cantidad de señales metacomunicativas, algunas formularias, para señalar
las relaciones temáticas.) Siendo tan importante la indicación de los temas
(27) a. María fue mordida por el perro. de un discurso, no es extraño que haya también elementos oracionales
b. El perro mordió a María.
cuya función es señalar o representar el tema. Hemos visto que el sujeto
suele cumplir la función representativa. Cuando el sujeto -expreso o
El agente que, en su función sintáctica de sujeto, suele ser el tema de las presupuesto por el entorno comunicativo- deja de cumplirla, el nuevo
oraciones activas, desaparece con notable frecuencia en las oraciones pasi- elemento que desempeña ese papel aparece marcado por un cambio de
vas, donde el paciente se ha convertido en el tema. El agente suele ser posición en la frase; lo más frecuente, claro está, es que ocupe el lugar
consabido, o carecer de interés; cuando se lo menciona es porque ha del sujeto (príncipio de oración). Hemos visto un caso, el de dislocación
dejado de ser presupuesto y tiene, en cambio, más valor informativo que con en cuanto a o similares, como en (28):
el paciente: siempre es remático 26•
Parece, pues, imprescindible estudiar éstos y otros fenómenos grama- (28) -¿Tienes un papel y un lápiz?
-Papel tengo. En cuanto al lápiz, no llevo ninguno, me parece.
ticales a partir de una consideración de cómo se comunica lo que se
quiere comunicar. El estudio asépticamente sintáctico no es suficiente,
Obsérvese que también el sujeto puede aparecer marcado con expresiones
como sabemos hace tiempo; tampoco lo es el sintáctico-semántico (enten-
de este tipo:
diendo la semántica como el estudio de los significados convencionales,
fuera de contexto): el valor de uso de los elementos lingüísticos no puede (29) Los García me cayeron muy bien. Él es fino y simpático. En cuanto
dejarse a un lado, con la consecuencia de que el estudio del sistema abs- a ella, es algo reservada, pero agradable.
tracto de la lengua debe desplazarse hacia el estudio fenomenológico de
la comunicación. En casos como éstos, la expresión tematizadora pone el sujeto en el pri-
mer plano de atención, que normalmente no tiene, ya que, de acuerdo con
las teorías del orden lineal y progresión en la capacidad comunicativa de
2.2. A modo de ilustración final de lo que vengo diciendo, y retomando
los elementos oracionales, el sujeto temático es el elemento con menos
ahora nuestra noción de tema oracional, vamos a ver un fenómeno que
ya hemos presentado, la tematización. poder informativo. La necesidad de poner en primer plano un tema puede
deberse a intenciones comunicativas diferentes, que sólo pueden estu-
La tematización responde, prioritariamente, a un imperativo de la
diarse en el discurso. La intención más importante es la de asegurar la
comunicación: la coherencia discursiva. Uno de los aspectos de esta cohe-
coherencia, como hemos visto antes a propósito del ejemplo (6). En los
rencia, la llamada cohesión o coherencia lineal, consiste en la relación o
casos que acabamos de ver (ejemplos (28) y (29)) la coherencia se man-
conexión lógicamente adecuada de los referentes de una oración respecto
tendría sin necesidad de tematizar el segundo elemento; la tematización
de otras oraciones en un fragmento de texto. La distribución coherente de
parece dar cierto relieve al tema, y consecuentemente a la información
información en un texto exige que los elementos presupuestos precedan
no presupuesta que sigue: en (28) el lápiz no puede ofrecerse, y en (29)
a los no presupuestos, y que los temas oracionales sean identificables,
ella y él «me cayeron bien», por lo que es previsible que él tenga alguna
de modo que cada predicación se asigne a un elemento preexistente en el
buena cualidad, como la de ser simpático, pero menos previsible que ella
conjunto presuposicional. A su vez, los temas oracionales deben estar
sea «reservada», como característica opuesta a «agradable» 28 • Si no se
relacionados a los temás discursivos. En términos de Grice, el quebranta-
estudian discursos completos, no se puede avanzar mucho más en el aná-
miento de la máxima de pertinencia ( «Be relevant») sólo puede entenderse
lisis de este tipo de dislocación.
como la intención de hacer una implicatura (implicature 27 ), ya que nor-
malmente el hablante pone gran empeño en mantener la coherencia de zs T. Reinhart (1982, pág. 11) atribuye a las expresiones del tipo en cuanto a la fun-
una exposición o de una conversación. La relación entre el tema que se ción exclusiva de cambiar el tema de conversación, lo que no es exacto, pues estas
fórmulas nos se usan para abrir temas completamente nuevos. Por otra parte, no
26 Cfr. T. Givón, 1979, cap. 2, y H. Contreras, 1978, cap. 6. todas las expresiones que agrupo con en cuanto a tienen papeles intercambiables, lo
27 H. P. Grice, 1975, 1978. que demuestra la necesidad de un estudio más detallado.

580 [14] [15] 581


GRACIELA REYES ORDEN DE PALABRAS Y VALOR INFORMATIVO EN ESPAÑOL

La designación metacomunicativa del tema oracional puede adoptar El tópico sería pues un tema marcado por ciertos procedimientos en la
otra forma que da lugar a un fenómeno sintáctico frecuentemente mal superficie textual. En la construcción C P V Contreras distingue el tema
comprendido: la anteposición de un complemento y su «repetición» por del tópico por la presencia o ausencia de P, aunque admite que P no es
medio de un pronombre, en el orden Complemento + Pronombre (acusa- siempre obligatorio. Veamos primero una construcción con P obliga-
tivo o dativo) + Verbo (C P V) o, si el antepuesto es el pronombre, en torio 32 :
el orden P V C. En estos casos, la dislocación con en cuanto a es posible
(30) No hay duda que se la POSTERGA a la mujer.
también, pero no frecuente. Repito el ejemplo (16) visto cuando conside-
(31) No hay eluda que se POSTERGA a la mujer.
ramos la posibilidad de que el sujeto no representara al tema oracional:
(16) A este hombre no lo aguanto más. Según Contreras, en (30) a la mujer es el tópico por la presencia de
P; en (31), en cambio, a la mujer es el tema; tópico y tema están pos-
El pleonasmo, que Bello encontraba «muy del genio de la lengua caste-
puestos al rema (representado por el verbo, sobre el que recae la cima
llana» 29 , consiste en especializar el complemento no pronominal (a este
melódica) porque en esta oración se ha alterado el orden normal. Creo
hombre) en la función de representar al tema, de modo que el pronom-
que estos mismos ejemplos muestran que la distinción teórica entre tema
bre sólo llena la función sintáctica de complemento obligatorio del verbo;
y tópico no es necesaria: en (30) y (31) a la mujer representa el tema en
C y P tienen el mismo referente, pero la función de C ( que no es sintác-
los dos casos, si admitimos que el verbo es remático (para lo cual hemos
t~camente obligatorio) es una función pragmática: designar el tema, y,
de imaginar que ambas aserciones responden a una pregunta como ¿Qué
si el tema es consabido y su representación no necesaria para asegurar
se le hace a la mujer?). La única diferencia es que en (30) el tema se ha
la coherencia textual, ponerlo de relieve, como en los casos de en cuanto a.
distinguido por razones metacomunicativas, de acuerdo con los propósitos
Las frases definidas de una oración son las que, con mayor probabilidad,
del hablante en algún contexto posible; el análisis de Contreras, cuyo
representarán al tema, de modo que el sujeto, y, en segundo lugar, el
objetivo es proponer reglas sistemáticas y predictivas sobre el orden de
complemento ( especialmente el CD 30 ) son los constituyentes oracionales
los elementos oracionales, no tiene, naturalmente, en cuenta la depen-
que más frecuentemente representarán al tema, aunque en teoría cual-
quier elemento puede ser temático en una oración. dencia contextual del fenómeno 33 •
Con referencia a los casos en que el pronombre no aparece obligato-
La construcción C P V obedece estrictamente a la regla del orden lineal
riamente, Contreras cita un ejemplo de A. Hatcher 34 :
de palabras según la cual el tema se antepone al rema, regla que explica
otra, la sintáctica de anteposición del sujeto (el sujeto suele anteponerse (32) Luces naturales no sé si las tengo.
al predicado): precisamente el sujeto se antepone porque representa al
tema oracional. La regla pragmática podría enunciarse así: cuando el que admite también
sujeto no es temático, y el tema es C, C se antepone para mantener el
(33) Luces naturales no sé si tengo.
orden normal elemento presupuesto - elemento no presupuesto. Es verdad
que no siempre se antepone C, pero en los casos de anteposición de P
(construcción P V C) la función catafórica de P es señalar el C pospuesto, (32) ilustra un caso de C P V. En (33) también se ha invertido el orden
que mantiene su valor temático. Siendo el tema un referente, y no una normal, pero no se añade P. Para entender la diferencia entre ambas
expresión, puede considerarse también que el elemento antepuesto, sea
C o P, representa al tema, y la segunda expresión correferencial llena Ia 32 Contreras, ibiclem, cap. 9.
33 Si (30) y (31) aparecieran escritas sin indicación ele cima melódica, en (30) a la
función sintáctica de complemento del verbo. mujer seguiría siendo el tema, y en (31), en cambio, a la mujer (si esta oración no
H. Contreras, en el mejor estudio que se ha hecho hasta el presente tuviera contexto precedente, es decir, si fuera el comienzo de una comunicación con
del orden de constituyentes oracionales en español, distingue el tema ( defi- entonación normal), sería el rema. A propósito de (31), nótese que en oraciones im-
personales de este tipo se ocupa normalmente la posición inicial que le corresponde
nido en términos de información «conocida») de lo que él llama «tópico»
como «sujeto» (consabido o indeterminado, pero en todo caso presupuesto en deter-
y que, según entiendo, es el elemento temático seleccionado por medio minado contexto). Del mismo modo decimos Se prefiere a las rubias, Se ayuda a los
de dislocaciones (en cuanto a, construcción C P V, simple anteposición) 31_ pobres. Quizá siguiendo la ley de anteposición del tema en la oración podamos dife-
renciar el se impersonal del pasivo en casos como Se venden libros usados (frente
a La conferencia se aplazó) en los que el orden de palabras corrobora nuestra intui-
29 A. Bello y R. Cuervo, 1973, § 919. ción de que estas oraciones son impersonales y no pasivas pese a la concordancia
30 H. Contreras, 1978, cap. 9. entre el verbo (venden) y la expresión nominal (libros usados). El orden de palabras
31 Desde otra perspectiva, H. Contreras (ibidem) ha mostrado que el paciente y la tematización explican también la diferencia entre Esto se puede hacer y Esto
(categoría semántica que suele coincidir con el CD) tiene bajo rango remático es decir puede hacerse. La colocación de se depende de diferentes propósitos comunicativos.
poca propensión a ser rema oracional (véanse especialmente caps. 5-7). ' ' 34 H. Contreras, 1978, pág. 103.

582 [16] [17] 583


GRACIELA REYES ORDEN DE PALABRAS Y VALOR INFORMATIVO EN ESPAÑOL

construcciones nos es indispensable el contexto; en el trabajo de Hatcher aquel barrio. Montones de adoquines levantados, de trabajo estacio-
se cita esta oración dentro del siguiente fragmento: nado y perezoso. (CC, pág. 28).
(.38) Los demás quizá lo sabían para qué habíamos ido allí. Yo, más o
(34) -Las luces naturales harán de usted una lumbrera de la Iglesia [ ... ].
menos, me lo figuraba. (CC, pág. 166)
-Luces naturales no sé si las tengo 35.
(39) Que se trataba de un nombre propio no lo dudé en ningún momento.
(L, pág. 112)
En lugar de considerar que (33) es un caso de elisión de P (elisión que
Contreras atribuye al hecho de que el C antepuesto sea genérico) y crear En (35) el negocio señala anafóricamente un criadero de cerdos y
una nueva regla y nuevas restricciones, basta con comprobar en el con- buena fuente de recursos; la identidad referencial se infiere «tendiendo
texto verbal que el elemento antepuesto ha sido mencionado inmediata- un puente» entre las expresiones 38 , por lo cual consideramos el negocio
mente antes, es decir, que es tan temático en (33) como en (32), y que información presupuesta, temática. El elemento tematizada en (36), a su
en ambos casos ocupa el lugar del sujeto: este desplazamiento nos auto- vez, que ya ha sido mencionado antes, se retoma. En ambos casos la tema-
riza a considerar (33) un caso de tematización, según la fórmula C V. Es tización asegura la cohesión discursiva y al mismo tiempo trae el tema
cierto que cuando el tema antepuesto es de referencia genérica P no suele oracional al primer plano, como se ve más claramente, quizá, en (36).
aparecer, pero lo que importa para el estudio del valor informativo es (37) y (38) presentan la construcción P V C. P anuncia un C que, sobre
que el C antepuesto sea el tema y que se haya cambiado de sitio con todo en (38), no se presupone fácilmente, al punto de que si eliminamos
alguna intención comunicativa 36 • Cualquier C, genérico o no, puede apa- los pronombres, en ambos casos, y más claramente en (38), C adquiere
recer antepuesto en construcción C V ( excepto con verbos como decir: valo~ remático. Cuanto más «temático» sea un discurso, más «sólido» es
*A mí dijo); es necesario determinar en cada caso, de acuerdo con los o se pretende que sea el conjunto de presuposiciones compartidas por
criterios de respectividad y clase de información, si el C antepuesto es los interlocutores: mayor entonces la complicidad y la intimidad del tono,
tema o rema: si es tema, se tratará de un proceso de tematización expli- aludan Ias presuposiciones a proposiciones realmente consabidas o a pro-
cable por intenciones comunicativas, y si es rema estaremos ante el caso posiciones que se deben aceptar por consabidas sin que lo sean, como en
típico de oración enfática (explicable por el mismo criterio). En suma, el discurso literario. No todos los tipos de discurso admiten la tematiza-
no hay razón para agregar un tercer elemento a la dicotomía tema/rema, ción de (38); en un texto didáctico, por ejemplo, el hablante debe presu-
al menos desde una perspectiva pragmática. Dentro de la teoría de Con- poner lo menos posible. En ciertos discursos literarios, en cambio, se
treras, puede objetarse que si P en la construcción tematizadora C P V presupone ad libitum, tanto sobre la existencia misma de los individuos
·es optativo, la distinción tema / tópico se pierde por completo, como en algún mundo posible como sobre las creencias, opiniones y conoci-
muestra (31). mientos compartidos por el lector. Este segundo tipo de presuposición
Veamos ahora algunos ejemplos de la construcción C P V 37: se impone en los textos publicitarios y propagandísticos. Quizá la catego-
(35) En el fondo del patio, los gemelos tenían un criadero de cerdos [ ... ] ría y frecuencia de las tematizaciones pueda servir de criterio adicional
que fue una buena fuente de recursos [ ... ] El negocio lo había empe- para distinguir tipos de texto.
zado Pedro Vicario, pero cuando éste se fue al servicio militar, su Finalmente, (39) ilustra el caso de una cláusula temática antepuesta.
hermano gemelo aprendió también el oficio de matarife. (CMA, pág. 66) La anteposición de C y la anteposición de P (como en (38)) responden
(36) Luego se quitaron las chaquetas [ ... ] y pidieron otra botella. Tenían más bien a procedimientos mecánicos de cohesión discursiva que a razo-
la camisa sucia de sudor seco y una barba del día anterior que les nes de énfasis, al menos en estos ejemplos.
daba un aspecto montuno. La segunda botella se la tomaron más Un tercer tipo de tematización consiste, como hemos dicho, en alterar
despacio. (CMA, pág. 88) el orden V C, que se convierte en C V. Como éste es también el procedi-
(37) Era aquél un barrio destartalado, incorrecto y alegre [ ... ] Las casas se miento más común de enfatización del rema, no se puede estudiar la
levantaban a empujones y hacían montar a las calles unas sobre otras fórmula C V como un fenómeno único, aunque en ambos casos se perciba
de cualquier manera. Siempre las andaban empedrando las calles de la intención de énfasis 39 • Ya he adelantado el valor de esta construcción,
al intentar distinguirla de la tematización más común C P V. En reali-
35 A. Hatcher, 1956, pág. 26.
36
dad, el valor enfático (o, más estrictamente, la intención de dar mayor
A. Hatcher (1956) que ha estudiado las construcciones C P V y C V, indica co-
rrectamente que en el caso C P V el C es presupuesto («given»). Pero en el caso C V importancia informativa al tema) sólo puede proponerse como una inter-
no distingue la clase de información proporcionada por C, y por eso no llega a pretación provisional. La razón más evidente de la anteposición de un
establecer los diferentes valores semánticos de ambas construcciones.
37 Los ejemplos proceden de Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anun- 38 Cfr. el concepto de bridging en H. Clark y S. Haviland, 1977, pág. 6.
ciada, Barcelona, 1981 (CMA); Carmen Martín Gaite, Cuentos Completos, Madrid, 1978, 39 Contreras (1978) trata la inversión del C como un caso de orden enfático, es
(CC); y Julio Cortázar, Un tal Lucas, Madrid, 1979 (L). decir, sólo admite la posibilidad de anteponer el C cuando es remático; cfr. caps. 9 y 10.

584 [18] [19] 585


GRACIELA REYES ORDEN DE PALABRAS Y VALOR INFORMATIVO EN ESPAÑOL

elemento en oraciones con entonación normal, o escritas, es el hecho de La anteposición con pausa es frecuente en los titulares de la prensa
que ese elemento desempeñe un papel semejante al del sujeto, el de escrita, como en (45) y ( 46) ( tomados de un periódico de Buenos Aires):
representación de un tema oracional. Mientras está claro que ( 40) no es
(45) Perú: el fin del populismo.
posible porque un elemento no presupuesto no se puede tematizar,
(46) Fórmula I: se suspendió el Gran Premio.
(40) *Un libro lo compro mañana.
En estos titulares los temas destacados al principio representan informa-
no está tan clara la diferencia entre (41 a) y (41 b), ejemplos ambos de ción que se supone conocida del lector. Los títulos son un tipo de texto
tematización: que requiere un análisis más detenido del que puedo dedicarle aquí, por
(41) a. -¿Compraste verduras para la ensalada? su doble función de titular (dar título, dar tema) a un texto, y de narrar
-Compré tomates, cebolla ... La lechuga no la compré. o anunciar un hecho. Un título es, en sí mismo, y por su función espe-
b. -¿Compraste verduras para la ensalada? cífica como texto, un elemento tematizante, que a su vez puede escindirse
-Compré tomates, cebolla ... Lechuga no compré. en tema y predicación sobre ese tema, como en los titulares (45) y (46),
o en tí tul os literarios como (47):
Entiendo que en los dos casos el C antepuesto es temático porque, aparte
(47) Lucas, sus clases de español. (L, pág. 39)
la tematización de (41 a), es muy posible que en nuestro concepto de
ensalada la lechuga sea un ingrediente casi obligatorio 40 , de modo que
lechuga puede considerarse presupuesto. Pero, a la vez, lechuga se opone En los tres casos la tematización interna ha de entenderse en relación con
a los demás elementos del conjunto ensalada: la anteposición indica pre- otro texto adyacente.
cisamente ese contraste. Lechuga no compré en (41 b) es, pues, un caso Las características y funciones comunicativas de la tematización de
una frase nominal quedan sólo esbozadas. Es necesario un estudio por-
de tematización que se diferencia del caso La lechuga no la compré en que
menorizado de cada procedimiento en relación con las macroestructuras
lechuga tiene, en lechuga no compré, un referente menos presupuesto en
el discurso. En efecto, la construcción temática C V indica, por lo general, discursivas, y un análisis comparativo de los diferentes tipos de temati-
una presuposición más débil (cfr. (32)-(34) ). La entonación, en la construc- zación. En éste y en otros campos, es mucho lo que queda por hacer
ción C V, es normal. En cambio, cuando la inversión tiene la función de siguiendo la dirección -que me parece prometedora- del análisis del
enfatizar el rema, la lengua hablada la marca con una entonación especial: valor informativo en español 1'.

(42) -¿Cuánto te pagó? GRACIELA REYES

-UNA MISERIA me pagó. University of Illinois at Chicago

Hay que notar, finalmente, que la tematización del tipo C V es mucho


menos frecuente que la del tipo C P V; en la lengua hablada C V se
observa casi siempre en casos de oposición dentro de un conjunto finito de BIBLIOGRAF1A CITADA
elementos. Por otra parte, sólo cierto grupo de verbos transitivos la admi-
ten; los más comunes son tener, hacer, decir, dar 41 •
De BEAUGRANDE, R. (1980): Text, discourse, and process. New Jersey, Ablex.
Hay todavía otros tipos de tematización: la que se hace mediante la
BELLO, A. y CUERVO, R. (1973): Gramática de la lengua castellana. Buenos Aires, Sopena,
llamada pseudoescisión y la que consiste en anteponer un elemento con 9.a ed.
pausa fuerte o débil. La pseudoescisión es típica de la lengua hablada BoLINGER, D. (1954-55): «Meaningful word order in Spanish», Boletín de Filología,
coloquial, como en (43) y (44): Universidad de Chile, págs. 45-46.
(43) -¿Estás enferma? CLARK, H. y HAVILAND, S. (1977): «Comprehensive and the Given · New Ccontract», en
-Lo que estoy es cansada. R. O. Freedle (ed.), Discourse production and comprehension. New Jersey, Ablex.
CoNTRERAS, H. (1978): El orden de palabras en español. Madrid, Cátedra.
(44) Usted les enseña a hablar corriente y nada de culteranismos que aquí
los franceses lo que vienen a aprender es a no hacer papelones en la
frontera y en las fondas. (L, pág. 39).
* En el tiempo transcurrido entre la redacción de este trabajo y su impresión
han aparecido algunos artículos y un libro ,que tratan el tema del orden de constitu-
40 Puede verse esto desde el punto de vista de la teoría cognoscitiva de los marcos yentes oracionales en español. Menciono, por razones de espacio, sólo el libro: Marga-
(trames); cfr. van Dijk, 1980. rita Súñez, Syntax and Semantics of Spanish Presentational Sentence-Types, Washing-
41 Cfr. A. Hatcher, 1956, Appendix. ton, Georgetown University Press, 1982.

586 [20] [21] 587


GRACIELA REYES

C0SERIU, E. (1967): «Determinación y entorno», en Teoría del lenguaje y lingüística


general. Madrid, Gredas, 2.a ed.
CHAFE, W. (1976): «Givenness, Contrastiveness, Definiteness, Subjects, Topics, and Point
of View», en C. Li (ed.), Subject and Tapie. New York, Academic Press.
CH0MSKI, N. (1969): «Deep Structure, Surface Structure and Semantic Interpretation»,
Indiana University Linguistics Club.
DANES, F. (1974): «Functional Sentence Perspective and the organization of the text»,
en F. Danes (ed.), Papers on Functional Sentence Perspective, Academia, Praga.
Van DIJK, T. (1980): Texto y contexto. Madrid, Cátedra. (Text and Context, London,
Longman, 1978.) OTRA VEZ SOBRE EL VERSO VEINTE DEL CANTAR
FIRBAS, J. (1975): «On the thematic and non thematic section of the sentence», en DE MIO CID
Style and Text. Studies presented to Nils Eric Enkvist, Estocolmo.
GrvóN, T. (1979): On understanding grammar. New York, Academic Press.
GRICE, H. P. (1975): «Logic and conversation», en P. Cole y J. Morgan (eds.), Syntax
and Semantics 3: Speech Acts. New York, Academic Press. 1. Han pasado ya casi cuarenta años desde que, en 1944, Amado
GRICE, H. P. (1978): «Further notes on Logic and Conversation», en P. Cole (ed.), Alonso propuso una nueva lectura del verso veinte del Cantar de Mio Cid.
Syntax and Semantics 9: Pragmatics. New York, Academic Press. El lingüista navarro transformaba -sin desautorizar la interpretación
HALLIDAY, M. A. K. (1967): «Notes on transitivity and theme in English», Journal of
tradicional- lo que se venía considerando una construcción hipotética
Linguistics, 3, págs. 37-81 y 199-244.
HALLIDAY, M. A. K y HASAN, R. (1976): Cohesion in English. London, Longman.
en dos oraciones independientes, una de ellas optativa introducida por sí 1 :
HATCHER, A. G. (1956): «Theme and underlying question. Two studies of Spanish word ¡Dios que buen vasallo! ¡Si oviesse buen señore!
arder»: Word, 12, Supplement number 3.
KuNo, S. (1972): «Functional Sentence Perspective», Linguistic lnquiry, 3, págs. 269-320. Esta rectificación no fue unánimemente admitida: Leo Spitzer inme-
LÁZARO CARRETER, F. (1980): «El problema del artículo en español», en Estudios de Lin- diatamente escribió una nota defendiendo la consideración hipotética del
güística, Barcelona, Ed. Crítica.
segundo hemistiquio 2 • Mientras que las razones de A. Alonso eran de
MATI!ESIUS, V. (1928): «On linguistic characterology with illustrations from modern
English», en J. Vachek (ed.), A Prague School Reader in Linguistics, Indiana Uni-
carácter eminentemente lingüístico (ponía todo su énfasis en el sentido
versity Press, 1964. optativo de sí), Spitzer utilizaba, sobre todo, argumentos de índole lite-
MATHESIUS, V. (1975): A functional analysis of present day English on a general Lin- raria, que completó posteriormente Martín de Riquer 3 : el Cantar de Mio
guistics Basis, Academia, Praga. Cid sigue un patrón épico basado en la Chanson de Roland y en este
McCAWLEY, J. (1981): Everything that linguists have always wanted to know about modelo aparecen construcciones similares que son claramente hipotéticas;
Logic. University of Chicago Press. por tanto, también habrá de ser considerada como condicional la oración
MoRGAN, J. (1975): «Sorne remarks on the nature of the sentences», en R. Grossman que comentamos.
et al. (eds.), Papers from the Parasession on Functionalism. Chicago Linguistics El interés de los investigadores recaía esencialmente en el valor de si,
Society. condicional u optativo, y en la relación., paratáctica o hipotáctica, entre
PRINCE, E. (1981): «Toward a Taxonomy of Given - New Information», en P. Cole (ed.), los dos hemistiquios. Badía Margarit, en un trabajo algo posterior 4, aun-
Radical Pragmatics. New York, Academic Press.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (1973): Esboza de una nueva gramática de la lengua española. 1 Alonso, A., « ¡Dios, qué buen vasallo! Sí oviesse buen señore! », RFH, VI, 1944,
Madrid, Espasa-Calpe. págs. 187-191.
2 Spitzer, L., « ¡Dios, qué buen vassallo si oviesse buen señor!», RFH, VIII, 1946,
REINHART, T. (1982): «Pragmatics and Linguistics: An analysis of Sentence Tapies».
págs. 132-135.
Indiana University Linguistics Club. 3 Riquer, M. de, « ¡Dios que buen vassallo, si oviesse buen señor!», Revista Biblio-
SCHMIDT, S. (1978): Teoría del texto. Madrid, Cátedra. (Texttheorie, München, 1973.) gráfica y Documental, III, 1, 1949, págs. 257-260.
SGALL, P. et al. (1973): Tapie, focus, and generative Semantics. Scriptor, Kronberg. 4 Badía Margarit, A., «Sobre las interpretaciones del verso 20 del Cantar de Mio
SGALL, P. (1975): «On the nature of tapie and focus», en Style and Text. Studies Cid», Archivum, IV, 1954, págs. 149-165.
presented to Nils Eric Enkvist, Estocolmo. Se ocupan también del mismo verso, desde una óptica literaria y sin aportar mo-
STALNAKER, R. (1974): «Pragmatic Presuppositions», en M. K. Munitz Y P. K. Unger dificaciones importantes en su interpretación los siguientes autores: Chasca, E. de,
(eds.), Semantics and Philosophy, New York, New York University Press. El arte juglaresco en el «Cantar de Mio Cid», Madrid, Gredas, 2.a ed., 1972, págs. 67
y ss.; Bandera Gómez, C., El «Poema de Mío Cid»: Poesía, historia, mito, Madrid,
STALNAKER, R. (1978): «Assertion», en P. Cole (ed.), Syntax and Semantics 9: Pragmatics.
Gredas, 1969, págs. 37 y ss.; Carrasco, F., « ¿Un antecedente latino de ¡Dios, qué
New York, Academic Press. buen vassallo! ¡Sí oviesse buen señore! ?», Thesaurus, XXIV, 1969, págs. 284-286;
STRAWS0N, C. (1964): «Identifying Reference and Truth values», Theoria 30, págs. 96-121. Armand, O., «El verso 20 del Cantar de Mio Cid», Cuadernos Hispanoamericanos, 269,
YULE, G. (1981): «New, current and displaced Entity Reference», Lingua 55, págs. 41-52. 1972, págs. 339-348.

588 [22] [1] 589

También podría gustarte