Está en la página 1de 20

Introduccion

Nombre:
Madeline Jimenez.
Matricula:
A00135786

Nombre:
Thalia Mateo.
Matricula:
2020-2100

Nombre:
Jose Ruben.
Matricula
A00135066

Materia:
Psicopatologia .

Maestro:
Lora silvestre.
Tema:
La depresion.

1
Indice

Presentacion………….1pag
Introduccion……………3pag
Capitulo I……………….4pag
Capitulo II………………7pag
Capitulo III……………..10pag
Conclusion……………..19pag
Bibliografia………………20pag

2
Introduccion

La depresión trastorno emocional de la cual causa una tristeza constante en la


persona quien la padece, según la OMS (Organización Mundial de la Salud)
este trastorno mental es muy frecuente y provoca
una discapacidad para llevar a cabo las actividades diarias.
Esta enfermedad puede afectar a cualquier persona no importa su edad, su
cultura, sus ingresos económicos, nivel educativo, etc. Esto provocará un
impacto en la vida de la persona quien está pasando por este trastorno,
dificulta en su vida diaria y lamentablemente muchas personas no han podido
sobrellevar o no han recibido la ayuda adecuada para disminuir este trastorno
hasta tal punto que muchas personas han transcurrido al suicido.

Muchas personas pueden adquirir tratamiento para la depresión porque en


algunas ocasiones suele ser muy costoso, ya sea medicamentos o
psicoterapias, en América donde la mayoría de los países tienen ingresos muy
bajos no pueden tener acceso a un tratamiento que le ayude a sobrellevar este
trastorno y también se da los casos que la población no cuenta con la
suficiente información para saber dónde acudir y buscar ayuda.
En este trabajo final se estará redactando con amplitud acerca de la depresión
ya que este es el tema central al conjunto de subtemas que componen la
información.

3
Capitulo I
Que es la depresión
Es un sentimiento de tristeza y/o una disminución del interés o del placer en las
actividades que se convierte en un trastorno cuando es lo suficientemente
intensa como para interferir con el funcionamiento normal de la persona. Puede
sobrevenir tras la pérdida de un ser querido u otro acontecimiento doloroso,
aunque con respecto a este resulta desproporcionado y de una duración mayor
a la esperada.
Pueden contribuir a la depresión factores diversos: hereditarios, efectos
secundarios de determinados medicamentos, acontecimientos dolorosos con
elevada carga emocional y cambios en los niveles hormonales o de otras
sustancias presentes en el organismo, entre otros factores.
La depresión genera un cuadro de tristeza y decaimiento y/o de pérdida del
interés y del placer en la realización de actividades que solían ser del agrado
de la persona afectada.
El médico basa el diagnóstico en los síntomas.
El tratamiento con antidepresivos, la psicoterapia y en ocasiones la terapia
electroconvulsiva son beneficiosos.
El término depresión se utiliza a menudo para describir un estado de ánimo
triste o desalentador que es consecuencia de acontecimientos emocionalmente
angustiosos, como un desastre natural, una enfermedad grave o la muerte de
un ser querido. Una persona puede decir que se siente deprimida en ciertos
momentos, como durante las vacaciones (depresión vacacional) o en el
aniversario de la muerte de un ser querido. Sin embargo, estos sentimientos no
suelen implicar un trastorno. Por lo general estos sentimientos son temporales,
ya que duran días y no semanas o meses y ocurren en oleadas que tienden a
estar relacionadas con pensamientos o recuerdos del acontecimiento
traumático. Además, estos sentimientos no interfieren sustancialmente con el
funcionamiento normal de la persona durante ningún periodo de tiempo.

4
Causas de la depresión
La causa exacta de la depresión no se conoce bien. Hay una serie de factores
que predisponen probablemente a la depresión. Los factores de riesgo incluyen

 Una tendencia familiar (hereditaria)


 Acontecimientos que provocan alteraciones emocionales, en especial
las pérdidas
 El sexo femenino, posiblemente en relación con los cambios en los
niveles hormonales
 Ciertos trastornos orgánicos
 Efectos secundarios de algunos fármacos
 La depresión no refleja debilidad de carácter y tampoco ha de estar
necesariamente relacionada con un trastorno de la personalidad, un
trauma infantil o una carencia en la atención de los progenitores. La
clase social, la ascendencia y los aspectos culturales no parecen
intervenir en la posibilidad de sufrir depresión alguna vez en la vida.

Los factores genéticos contribuyen a la depresión en aproximadamente la


mitad de las personas que la padecen. Por ejemplo, la depresión es más
frecuente entre los familiares de primer grado (sobre todo en un gemelo
idéntico) de las personas con depresión. Factores genéticos pueden afectar a
la funcionalidad de las sustancias que ayudan a las neuronas a comunicarse
(neurotransmisores). La serotonina, la dopamina y la norepinefrina son
neurotransmisores que pueden estar implicados en la depresión.

Las mujeres son más propensas que los varones a sufrir depresión, aunque las
razones no se conocen bien. Los factores hormonales son los factores
biológicos que parecen estar más implicados en la aparición de depresión. La
alteración de los valores hormonales puede causar cambios de humor justo
antes de la menstruación (tensión premenstrual), como parte del síndrome
premenstrual, durante el embarazo y después del parto. Algunas mujeres
sufren depresión durante el embarazo o durante las 4 primeras semanas

5
después del parto (lo que se conoce como tristeza o melancolía puerperal o, si
la depresión es más grave, depresión puerperal o posparto). Otro factor de
predisposición bastante frecuente en las mujeres es la alteración funcional de
la glándula tiroidea.

La depresión puede darse conjuntamente con una serie de trastornos o


factores físicos o tener su origen en estos. Los trastornos físicos pueden
causar depresión directamente (por ejemplo, cuando un trastorno tiroideo
afecta a los niveles hormonales) o indirectamente (por ejemplo, cuando la
artritis reumatoide causa dolor y discapacidad). Con frecuencia un trastorno
físico causa depresión de forma directa e indirecta a la vez. Por ejemplo, la
causa de la depresión por sida es directa si el virus causante de la enfermedad
(virus de la inmunodeficiencia humana, VIH) lesiona el cerebro. En cambio, la
causa de la depresión es indirecta cuando es debida a la repercusión
globalmente negativa de la enfermedad en la vida de la persona.

Muchas personas refieren sentirse más tristes al final del otoño y durante el
invierno, y atribuyen esta tendencia al acortamiento de las horas de luz natural
y a las temperaturas más bajas. Sin embargo, en algunas personas, esta
tristeza es lo suficientemente grave como para ser considerada un tipo de
depresión (denominada trastorno afectivo estacional).

El uso de algunos medicamentos de venta con receta, como algunos


betabloqueantes (utilizados para tratar la hipertensión), puede causar
depresión. Por razones desconocidas, los corticoesteroides a menudo causan
depresión cuando el organismo los produce en grandes cantidades como parte
de un trastorno (como en el síndrome de Cushing), pero tienden a causar
hipomanía (una forma más leve de manía) o, en muy pocos casos, manía,
cuando se administran como medicación. A veces la interrupción de un
tratamiento farmacológico puede causar una depresión temporal.

Existen diversos trastornos de la salud mental que predisponen a una persona


a la depresión. Entre ellos se encuentran ciertos trastornos de ansiedad, el
alcoholismo, otros trastornos por uso de sustancias y la esquizofrenia. Una
6
persona que haya sufrido depresión tiene, en relación con las otras personas,
mayor probabilidad de padecerla nuevamente.

Los acontecimientos angustiosos desde el punto de vista emocional, como la


pérdida de un ser querido, pueden desencadenar a veces una depresión, pero
por lo general solo en personas que están predispuestas a sufrirla, como las
que cuentan con un historial familiar de depresión. No obstante, la depresión
puede aparecer o empeorar sin que concurra ningún factor de estrés vital
aparente o significativo.

Capitulo II
Síntomas de depresión
Los síntomas de la depresión evolucionan habitualmente de forma gradual a lo
largo de días o semanas y pueden ser muy variables. Por ejemplo, una
persona que se está deprimiendo puede mostrarse aletargada y triste, o
irritable y ansiosa.

Muchas personas con depresión no son capaces de experimentar de forma


normal ciertas emociones, como el duelo, la alegría y el placer. Puede
parecerles que el mundo se ha vuelto carente de vida y de estímulos. Pierden
interés en las actividades de las que solían disfrutar o no experimentan ninguna
satisfacción al realizarlas.

Las personas deprimidas se preocupan con intensos sentimientos de


culpabilidad y autodenigración, y es posible que pierdan la capacidad de
concentrarse. Pueden experimentar sentimientos de desesperación, soledad e
inutilidad. Suelen presentar dificultades para tomar decisiones; se muestran
retraídas, con frecuentes sentimientos de desamparo y desesperanza que
aumentan a medida que evoluciona la enfermedad, y piensan en la muerte y en
el suicidio.

La mayoría de las personas depresivas tienen dificultad para conciliar el sueño


y se despiertan repetidamente, sobre todo de madrugada. Algunas personas
con depresión duermen más de lo habitual.
7
La falta de apetito y la pérdida de peso pueden conducir a la caquexia, y en las
mujeres puede interrumpirse la menstruación. Sin embargo, el exceso
alimentario y el aumento de peso son frecuentes en personas con depresión
leve.

Algunas personas deprimidas descuidan su higiene personal e incluso a sus


hijos, a otros seres queridos o a sus mascotas. Algunas se quejan de padecer
una enfermedad física, que les ocasiona diversas molestias y dolor.

El término depresión se utiliza para describir varios trastornos relacionados:

 Trastorno depresivo mayor


 Trastorno depresivo persistente
 Trastorno disfórico premenstrual
 Trastorno depresivo mayor

Las personas con trastorno depresivo mayor están deprimidas la mayoría de


los días durante 2 semanas por lo menos. Suelen presentar un aspecto triste y
abatido, tener a menudo los ojos llenos de lágrimas, y mostrarse con el ceño
fruncido y las comisuras de los labios hacia abajo. Pueden mostrarse decaídos
y evitar el contacto visual. Apenas pueden moverse, muestran poca
expresividad facial y hablan en un tono monótono.

Trastorno depresivo persistente


La persona afectada por el trastorno depresivo persistente ha estado deprimida
durante la mayor parte del tiempo a lo largo de 2 años o más.

Los síntomas comienzan gradualmente, a menudo durante la adolescencia, y


pueden durar años o décadas. El número de síntomas que se encuentran
presentes a la vez es variable y en ocasiones son menos graves que en una
depresión mayor.

8
Las personas con este trastorno pueden ser taciturnas y pesimistas,
escépticas, y pueden haber perdido el sentido del humor o la capacidad de
divertirse. Algunas se muestran pasivas, apáticas e introvertidas. Algunas de
ellas se quejan constantemente y son muy propensas a criticar a otros y a
hacerse reproches a sí mismas. Puede preocuparles su propia incompetencia,
el fracaso y los acontecimientos negativos, en ocasiones hasta el punto de
encontrar un goce morboso en sus propios fracasos.

Trastorno disfórico premenstrual


Los síntomas graves se producen antes de la mayoría de los períodos
menstruales y desaparecen una vez que estos terminan. Los síntomas causan
un malestar significativo y/o provocan un deterioro funcional considerable en la
persona que los padece. Los síntomas son similares a los del síndrome
premenstrual pero son más graves, de modo que causan muchas molestias e
interfieren negativamente en el funcionamiento normal en el trabajo y en las
interacciones sociales.

El trastorno disfórico premenstrual puede aparecer por primera vez en


cualquier momento después de que las niñas comiencen a menstruar. Puede
empeorar a medida que las mujeres se acercan a la menopausia, pero termina
después de la menopausia. Afecta al 2-6% de las mujeres que están
menstruando.

Las mujeres con trastorno disfórico premenstrual tienen cambios de humor y,


de repente, se entristecen y lloran. Se muestran irritables y se enojan
fácilmente. Se sienten muy deprimidas, desesperadas, ansiosas y nerviosas.
Pueden sentirse abrumadas o fuera de control. Suelen menospreciarse a sí
mismas.

Al igual que ocurre en otros tipos de depresión, las afectadas por este trastorno
pueden perder interés en sus actividades habituales, tener dificultad para
concentrarse y sentirse cansadas y sin energía. Pueden comer demasiado y
tener antojo de determinados alimentos. Pueden dormir demasiado poco o en
exceso.
9
Como les ocurre a muchas mujeres cuyo periodo está a punto de comenzar,
estas mujeres pueden notar los pechos hinchados y dolorosos a la palpación
y/o los músculos y las articulaciones doloridos. Pueden sentirse hinchadas y
aumentar de peso.

Trastorno de duelo prolongado


El duelo prolongado es la tristeza persistente que sigue a la pérdida de un ser
querido. Se diferencia de la depresión en el hecho de que la tristeza se
relaciona específicamente con la pérdida más que con los sentimientos más
generales de tristeza y fracaso asociados a la depresión.

Se considera duelo prolongado cuando el duelo (como lo demuestra el deseo


persistente o el anhelo y/o la preocupación por el fallecido) es de larga
duración (al menos 12 meses), se experimenta durante gran parte del tiempo y
es más profundo de lo que la cultura de una persona considera habitual.
También debe ir acompañado de 3 o más de los elementos siguientes durante
1 mes como mínimo y en un grado que cause angustia o discapacidad:

 Incredulidad
 Dolor emocional intenso
 Sensación de confusión de identidad
 Evitar los recordatorios de la pérdida
 Sensación de entumecimiento
 Intensa soledad
 Sentimientos de falta de sentido
 Dificultad para participar en los aspectos de la vida cotidiana

Capitulo III
Diagnóstico de la depresión
Evaluación médica
Pruebas que permiten identificar los trastornos que pueden causar depresión.

10
Generalmente, el médico diagnostica la depresión basándose en los síntomas.
Los médicos utilizan listas específicas de los síntomas (criterios) para
diagnosticar los diferentes tipos de trastornos depresivos. Para facilitar la
distinción entre la depresión y los cambios normales del estado de ánimo, los
médicos determinan si los síntomas están causando una angustia significativa
a la persona afectada, o bien menoscaban de manera significativa su
capacidad para desenvolverse. La existencia de antecedentes personales o
familiares de depresión ayuda a confirmar el diagnóstico.

La presencia de una preocupación excesiva, ataques de angustia y obsesiones


son frecuentes en la depresión, de modo que el médico puede pensar,
erróneamente, que la persona tiene un trastorno de ansiedad.

En personas de edad avanzada, es difícil determinar la existencia de un


trastorno depresivo, sobre todo si no trabajan o tienen poca interacción social.
Además, la depresión puede confundirse con la demencia, porque sus
síntomas pueden llegar a ser similares, como por ejemplo la confusión y la
dificultad para concentrarse y pensar con claridad. Sin embargo, si tales
síntomas son debidos a una depresión, se curan con el tratamiento
antidepresivo. Cuando la causa es la demencia, no remiten.

Existen cuestionarios estandarizados que se emplean para la identificación de


cuadros depresivos y para la determinación de su gravedad, pero no pueden
utilizarse como única herramienta para diagnosticar la depresión. Dos de ellos
son la escala de valoración de Hamilton, realizada de manera verbal por un
entrevistador, y el inventario para la depresión de Beck, cuestionario que debe
rellenar la persona afectada. Existe un cuestionario de escala de depresión
geriátrica para las personas de edad avanzada. Los médicos también suelen
preguntar a su paciente si piensa en dañarse a sí mismo o si tiene planes para
ello. Tales pensamientos indican que la depresión es grave.

 Tratamiento de la depresión
 Tratamiento complementario

11
 Psicoterapia
 Fármacos, principalmente antidepresivos
La mayoría de las personas con depresión no requieren ser hospitalizadas. Sin
embargo, algunas personas sí lo requieren, especialmente si tienen ideas de
suicidio o lo han intentado, si están demasiado débiles por la pérdida de peso o
si tienen riesgo de sufrir problemas cardíacos a causa de su estado de
inquietud.

El tratamiento depende de la gravedad y del tipo de depresión:

Depresión leve: tratamiento complementario (incluyendo visitas frecuentes al


médico y educación) y psicoterapia
Depresión entre moderada y grave: fármacos, psicoterapia, o ambos, y en
ocasiones terapia electroconvulsiva.
Depresión estacional: fototerapia
Trastorno de duelo prolongado: psicoterapia adaptada a este trastorno
Habitualmente, la depresión puede tratarse con éxito. Si se ha identificado una
causa (como una sustancia o algún trastorno determinado), hay que corregirla
en primer lugar, pero también pueden ser necesario el tratamiento
farmacológico de la depresión.

Tratamiento complementario
El médico puede programar visitas o llamadas telefónicas cada semana o cada
dos semanas para las personas con depresión. El médico explica a la persona
afectada y a sus familiares que la depresión tiene causas físicas y que requiere
un tratamiento específico, que suele ser eficaz. El médico les tranquiliza
diciéndoles que la depresión no refleja un defecto de carácter, como una
debilidad. Es importante que los miembros de la familia comprendan el
trastorno, participen en el tratamiento y brinden apoyo.

Aprender acerca de la depresión puede ayudar a las personas a entender el


trastorno y lidiar con él. Por ejemplo, se puede aprender que el camino hacia la
recuperación es a menudo desigual y que los episodios de tristeza y de
pensamientos oscuros pueden reaparecer, pero se detendrán. Así, se puede
12
poner cualquier retraso en perspectiva y la persona afectada es más propensa
a continuar con su tratamiento y no darse por vencida.

Ser más activo, por ejemplo dando paseos y haciendo ejercicio de forma
regular, puede ser beneficioso, así como interactuar más con otras personas.

Los grupos de apoyo como la Depression and Bipolar Support Alliance ,


DBSA , pueden ser beneficiosos, ya que proporcionan la oportunidad de
compartir experiencias y sentimientos comunes.

Psicoterapia
La psicoterapia como único tratamiento puede ser tan eficaz como la terapia
farmacológica en el tratamiento de la depresión leve. Combinada con
fármacos, puede ser eficaz en la depresión grave.

La psicoterapia individual o de grupo ayuda a la persona que sufre depresión a


hacerse cargo gradualmente de sus anteriores responsabilidades y a adaptarse
a las presiones normales de la vida. La terapia interpersonal se centra en los
papeles sociales del pasado y presente de la persona, identifica los problemas
que aparecen en la interacción con los demás y proporciona orientación
cuando la persona se adapta a los cambios en los papeles de la vida. La
terapia cognitivo-conductual puede ayudar a combatir el desánimo y los
pensamientos negativos.

Terapia con medicamentos para la depresión


Existen varios tipos de fármacos antidepresivos disponibles (véase la tabla
Fármacos utilizados para tratar la depresión). Se incluyen los siguientes:

 Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)


 Antidepresivos de nueva generación
 Antidepresivos heterocíclicos
 Inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO)
 Antidepresivo melatoninérgico

13
 Fármacos similares a la ketamina
 Los psicoestimulantes, entre ellos el metilfenidato y la dextroanfetamina,
se suelen prescribir junto con los antidepresivos. Los psicoestimulantes
se utilizan para aumentar el estado de alerta mental y la conciencia.

El hipérico (hierba de San Juan), una planta utilizada como suplemento


dietético, se usa en algún caso para aliviar la depresión leve, aunque no se ha
comprobado su efectividad. Debido a la existencia de interacciones
potencialmente nocivas entre el hipérico y muchos tratamientos
farmacológicos, las personas interesadas en tomar este suplemento dietético
deben consultar con su médico sobre las posibles interacciones con su
medicación.

Terapia electroconvulsiva
La terapia electroconvulsiva (TEC) (en el pasado denominada en ocasiones
"terapia de choque") se usa algunas veces en el tratamiento de personas con
depresión grave, incluyendo a personas psicóticas, que amenazan con
suicidarse o se niegan a comer. Se utiliza también para tratar la depresión que
acontece durante el embarazo, cuando los fármacos resultan ineficaces.

Este tipo de terapia suele ser muy eficaz y puede aliviar con rapidez los
síntomas depresivos, a diferencia de la mayoría de los antidepresivos, cuyo
efecto tarda en producirse incluso semanas. La velocidad con que actúa puede
salvar vidas. Una vez se termina la terapia electroconvulsiva, los episodios de
depresión pueden reaparecer. Para ayudar a evitar que reaparezcan, los
médicos a menudo recetan antidepresivos.

En el procedimiento de la terapia electroconvulsiva, se colocan unos electrodos


en la cabeza y se aplica una corriente eléctrica para inducir una convulsión en
el cerebro. Por razones desconocidas, las convulsiones alivian la depresión.
Generalmente se administran un mínimo de 5 a 7 sesiones, a días alternos.

Como la descarga eléctrica puede provocar contracciones musculares y dolor,


es necesario aplicar anestesia general durante los tratamientos. La terapia
14
electroconvulsiva puede originar alguna pérdida temporal de memoria y, en
muy escasas ocasiones, una pérdida permanente de memoria.

Fototerapia
La fototerapia con una caja de terapia de luz es el tratamiento más eficaz para
la depresión estacional, pero también puede ser beneficiosa para otros tipos de
trastornos depresivos.

La fototerapia consiste en sentarse a una distancia determinada de una caja de


luz que emite luz con la intensidad necesaria. A la persona se le indica que no
mire directamente a la luz y que permanezca frente a esta durante 30 a 60
minutos diarios. La fototerapia puede realizarse en el propio domicilio.

Si la persona se acuesta tarde y se levanta tarde, la fototerapia es más efectiva


por la mañana. Si la persona se acuesta temprano y se levanta temprano, la
fototerapia es más efectiva a última hora de la tarde.

Otras terapias
Se pueden probar otras terapias que estimulan el cerebro cuando otros
tratamientos no son efectivos. Entre estos factores se incluyen los siguientes

 Estimulación magnética transcraneal repetitiva


 Estimulación del nervio vago
Se cree que las células estimuladas liberan mensajeros químicos
(neurotransmisores) que ayudan a regular el estado de ánimo y, por tanto,
pueden aliviar los síntomas de la depresión. Estos tratamientos pueden resultar
de utilidad a aquellas personas con depresión grave que no responden a los
fármacos o a la psicoterapia.

En la estimulación magnética transcraneal repetitiva, se coloca una bobina


electromagnética sobre la frente, cerca de la zona del cerebro que se cree que
15
interviene en la regulación del humor. El electroimán produce pulsos
magnéticos indoloros que los médicos piensan que estimulan las células
nerviosas del área específica del cerebro que se desea activar. Los efectos
secundarios más habituales son dolores de cabeza y molestias en la zona en la
que se coloca el dispositivo.

Para la estimulación del nervio vago, se implanta un dispositivo parecido a un


marcapasos bajo la clavícula izquierda y se conecta al nervio vago en el cuello
con un cable que pasa por debajo de la piel. (El par de nervios vagos discurre
desde el tronco cerebral, ubicado cerca de la base del cráneo, a través del
cuello y descendiendo por cada lado del tórax y el abdomen hasta órganos
como el corazón y los pulmones). El dispositivo se programa para estimular
periódicamente el nervio vago con una señal eléctrica indolora. Puede ser útil
para la depresión cuando otros tratamientos no son efectivos, pero por lo
general tarda de 3 a 6 meses en tener efecto. Los efectos secundarios
consisten en ronquera, tos y cambio en la voz, que se hace más profunda
cuando se estimula el nervio.

Conceptos
Desasosiego ansioso: la persona se siente tensa e inusualmente inquieta.
Tiene dificultad para concentrarse porque teme que pueda suceder algo
horrible o que pueda perder el control de sí misma.
Mixto: la persona también presenta tres o más síntomas de manía. Estos
síntomas incluyen sensación de euforia y/o exceso de confianza y, además, la
persona habla más de lo normal, duerme poco y muestra un pensamiento
acelerado. Estas personas no presentan todos los síntomas requeridos para un
diagnóstico de trastorno bipolar, pero corren riesgo de desarrollarlo.
Melancólico: las personas afectadas ya no experimentan satisfacción con
ninguna de las actividades con las que solían disfrutar. Se muestran lentas,
tristes y desanimadas. Hablan poco, dejan de comer y pierden peso. Se
sienten culpables de modo exagerado y sin motivo real. A menudo se
despiertan temprano y no pueden volver a dormirse.
Atípico: la persona se puede animar temporalmente cuando sucede algo
bueno, como la visita de sus hijos. Puede aumentarles el apetito, por lo que
16
ganan peso. Pueden dormir durante largos períodos de tiempo. Son
excesivamente sensibles a lo que perciben como críticas o rechazos. Pueden
sentirse lastrados, como si apenas pudieran mover las piernas.
Psicótica: las personas afectadas presentan creencias falsas (delirios); a
menudo piensan que han cometido pecados o delitos imperdonables, que
sufren enfermedades incurables o vergonzosas, o que están siendo
observadas o perseguidas. Algunas tienen alucinaciones, por lo general voces
que les acusan de delitos diversos o les condenan a muerte.
Catatónica: las personas afectadas se muestran muy retraídas. El
pensamiento, el lenguaje y la actividad general disminuyen hasta el punto de
cesar toda actividad voluntaria. Algunas personas imitan el habla (ecolalia) o
los movimientos (ecopraxia) de otros.
Estacional: los episodios de depresión tienen lugar en una determinada época
del año, que suele comenzar en otoño o en invierno y finalizar en primavera.
Estos episodios son más frecuentes en las latitudes extremas del norte y del
sur, donde el invierno es por lo general más largo y riguroso. La persona se
muestra lenta. Se pierde el interés por las actividades habituales, y dejan de
hacerlas. También puede dormir demasiado y comer en exceso.

Suicidio
Los pensamientos sobre la muerte son uno de los síntomas más graves de
depresión. Muchos depresivos desean morir o sienten que valen tan poco que
merecen morir. El 15% de las personas deprimidas que no reciben tratamiento
acaba su vida suicidándose.

Una amenaza de suicidio es una situación de urgencia. Cuando alguien


amenaza con quitarse la vida, el médico puede procurar su hospitalización con
el fin de mantenerle bajo supervisión hasta que el tratamiento reduzca el riesgo
de suicidio. Dicho riesgo es especialmente alto en los casos siguientes:

Cuando la depresión no es tratada o se trata de modo inadecuado

17
Al inicio del tratamiento (momento en que la persona comienza a sentirse más
activa desde el punto de vista físico y psíquico, pero su estado de ánimo se
mantiene sombrío)
 Con motivo de un aniversario importante
 Cuando existe una oscilación entre la depresión y la manía (trastorno
bipolar).
 Cuando la persona se siente muy ansiosa
 Cuando la persona toma alcohol o consume drogas asociadas a la vida
recreativa
En las semanas o meses después de que la persona haya intentado
suicidarse, particularmente si utilizó un método violento.

Abuso de sustancias
Las personas con depresión son más propensas a abusar del alcohol o de
otras drogas recreativas en un intento de facilitarse el sueño o de sentirse
menos ansiosas. Sin embargo, la depresión conduce al consumo de alcohol y a
otros trastornos por consumo de sustancias con menos frecuencia de lo que se
pensaba.

Se tiene una mayor propensión a fumar en exceso y a descuidar la salud. Por


lo tanto, aumenta el riesgo de aparición o empeoramiento de otras
enfermedades, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Otros efectos de la depresión


La depresión puede reducir la capacidad del sistema inmunitario para
responder frente a los invasores externos o peligrosos, tales como
microorganismos o células cancerosas. En consecuencia, las personas con
depresión tienen mayor probabilidad de sufrir infecciones.

Además, la depresión aumenta el riesgo de desarrollar trastornos cardíacos y


vasculares (como infartos y accidentes cerebrovasculares). La razón puede ser
que la depresión causa ciertas alteraciones físicas que incrementan este
riesgo. Por ejemplo, el organismo produce más cantidad de sustancias que

18
ayudan a la coagulación de la sangre (factores de coagulación), y el corazón
tiene una menor capacidad para modificar la velocidad con la que late como
respuesta a diferentes situaciones.

Conclusión:
La depresión es una enfermedad en que afecta a la persona y su estado
psicoemocional y al mismo tiempo interfiere en la salud física y en la vida
cotidiana del individuo, como el ambiente laboral, familiar, social y su vida
misma.
Anteriormente los temas tratados nos ayudan a conocer su idéntica, sus
causas, síntomas, sus tipos de trastornos, como realizar su diagnóstico y llevar
a cabo su tratamiento.
Para nosotros como futuros profesionales de la psicología clínica es un tema
muy importante para nuestra formación y preparación académica, ya que será
nuestro pan cotidiano que trataremos. Unas de las particularidades de tener
presente es que cada individuo es diferente y es necesario realizar el
tratamiento o terapia sea realizada a la enfermedad y su gravedad y nivel o
estado en que se encuentre el paciente.

19
Bibliografia

Coryell W. Depresion agos 2021


https://www.msdmanuals.com/es-do/hogar/trastornos-de-la-salud-mental/
trastornos-del-estado-de-%C3%A1nimo/depresi%C3%B3n

La depresión concepto (Consultado en www.nimh.nih.go Pág. Web.


Recuperado 24 Mayo 2022)
https://www.nimh.nih.g0v/health/publicati0ns/espan0l/depresion-sp

Tomas C. Centro psicologico. es. https://tratamientospsicologicos.es/trastornos-


depresivos/

20

También podría gustarte