Efecto de la ubicación y el diseño de la cavidad de acceso sobre el grado y la

Blackwell Science, Ltd

distribución de la superficie instrumentada del conducto radicular en los dientes

anteriores superiores

G. Mannan, ER Smallwood y K. Gulabivala

Eastman Dental Institute for Oral Healthcare Sciences, University College London, Reino Unido.

Resumen tinción de tinta y puntuada por tres evaluadores independientes utilizando un

índice diseñado para tal fin.
Mannan G, Smallwood ER, Gulabivala K. Efecto de la ubicación y el diseño de la
Resultados Hubo un buen acuerdo entre los evaluadores. Ninguna de las
cavidad de acceso sobre el grado y la distribución de la superficie instrumentada del conducto
cavidades de acceso permitió el contacto del archivo con toda la pared del
radicular en los dientes anteriores superiores.
conducto radicular. Las puntuaciones generales (secciones palatales y
Revista Internacional de Endodoncia , 34 , 176-183, 2001.
bucales) mostraron diferencias significativas ( P < 0.01) entre los grupos de

Objetivo La hipótesis nula probada en este estudio fue que en los dientes anteriores cavidades de acceso en la medida en que las paredes del canal podrían ser

de raíz única con una anatomía simple del conducto radicular, los diferentes diseños archivadas. La cavidad de acceso incisal en línea recta tenía la mayor

de cavidades de acceso ('cingulum lingual', 'lingual convencional', 'línea recta proporción de superficie instrumentada del conducto radicular. La cavidad

incisal') no influyen en la capacidad de endodoncia archivos para planear las lingual de acceso al cíngulo fue la peor a este respecto. Las diferencias en los

paredes de los conductos radiculares. puntajes de tinta residual entre los tipos de cavidad de acceso fueron
significativas para las mitades bucales ( P < 0.01) pero no para las mitades

Metodología Se dividieron treinta dientes anteriores superiores humanos palatinas ( PAGS > 0,05).

extraídos al azar en tres grupos para cada cavidad de acceso. Las cavidades de

acceso se prepararon de acuerdo con criterios predefinidos y las raíces

incrustadas en matrices individuales de masilla de polivinil-siloxano. Las Conclusiones La hipótesis nula fue probada. Independientemente del diseño de

matrices permitieron que estos dientes se dividieran en mitades bucales y la cavidad de acceso, la preparación mecánica no permitió la instrumentación de

palatinas y se volvieran a ensamblar. Los dientes divididos permitieron la toda la pared del conducto radicular. El acceso en línea recta permitió que se

eliminación de los restos pulpares del sistema del conducto radicular y las instrumente la mayor proporción de la pared del conducto radicular y que el

paredes se tiñeron con una capa uniforme de tinta negra permanente. Una vez cíngulo lingual sea el que menos.

secas, las raíces divididas se volvieron a ensamblar en las matrices de masilla y

se utilizó una técnica de archivo de retroceso para preparar los canales con
Palabras clave: Diseño de cavidad de acceso, superficie de canal instrumentada.
riego por agua. Las paredes del canal fueron examinadas por residuos

Recibido el 19 de noviembre de 1999; aceptado el 6 de marzo de 2000

Introducción en los conductos radiculares parece tener una distribución específica que
puede compararse con un recubrimiento de las paredes de la dentina
La etiología polimicrobiana de la enfermedad periapical está bien establecida,
mediante una biopelícula (Nair 1987). El conocimiento del grado de
pero la naturaleza exacta de la fl ora bacteriana y su distribución en el sistema
penetración de los túbulos dentinales por las bacterias y su contribución a la
de conducto radicular y la dentina no están bien definidas (Nair 1997).
reinfección es incierto (Peters et al . 1995), pero se sabe que las bacterias
Morfotipos bacterianos
pueden colonizar predentina (Shovelton 1967) y túbulos dentinarios
mineralizados de 300 µ m (Horiba et al . 1990) a casi la mitad de su longitud
(Shovelton 1967). Se ha sugerido que esta capa infectada debe eliminarse
Correspondencia: K. Gulabivala, Departamento de Odontología Conservadora, Eastman Dental
mecánicamente para maximizar las posibilidades de éxito.
Institute for Oral Healthcare Sciences, 256 Grays Inn Road, Londres WC1X 8LD, Inglaterra, Reino
Unido (fax: +44 0207915 1028; correo electrónico: K.Gulabivala@eastman.ucl .ac.uk ).

176 Revista Internacional de Endodoncia, 34 , 176-183, 2001 © 2001 Blackwell Science Ltd
 Mannan y col. Acceso a cavidades y superficie instrumentada en endodoncias
Es un hecho bien establecido que la anatomía del conducto radicular de los
dientes molares es infinitamente más compleja que la de los dientes anteriores
maxilares de raíz única (Green 1955, Vertucci 1984), lo que teóricamente facilita
el desbridamiento del sistema de canales en este último grupo. Sin embargo,
esto no está confirmado por in vitro investigación sobre desbridamiento bacteriano
(Delany et al . mil novecientos ochenta y dos). La reversión de los cultivos después
del desbridamiento tampoco es diferente entre los dientes anteriores y
posteriores (Myers et al . 1969). Además, la mayor tasa de éxito prevista en los
dientes maxilares anteriores en comparación con los molares no se materializa
en los estudios de resultados (Storms 1969, Selden 1974, Kerekes
1978, Kerekes y Tronstad 1979, Swartz et al . 1983). Claramente, las
inferencias importantes quedan por extraer de estas observaciones. Hay dos
elementos principales para el desbridamiento del conducto radicular, el
mecánico y el químico. La preparación mecánica del conducto radicular por
sí sola tiene un efecto limitado sobre la fl ora microbiana (Ingle & Zéldow
1958, Byström & Sundqvist 1981, Dalton et al . 1998). La adición de
tratamiento químico en forma de irrigación y medicamentos mejora la
capacidad de reducir el contenido microbiano de los sistemas de
conducto radicular (Byström y Sundqvist 1983, Byström y Sundqvist
1985, Byström
et al . 1985, Ørstavik et al . 1991, Kuruvilla y Kamath
1998). Otros estudios muestran que el tratamiento antimicrobiano
efectivo que resulta en un cultivo negativo antes de la obturación
contribuye a un 10 a 26% más de posibilidades de resultados exitosos
(Rhein et al . 1926, Buchbinder 1941, Engström et al . 1964, Olièt & Sorin
1969, Hèling & Shapira 1978, Sjögren et al . 1997).
Es sorprendente que, a pesar de las obvias diferencias anatómicas entre
los dientes anteriores de raíz única y los dientes posteriores múltiples, una
diferencia más notable en el resultado del tratamiento no sea evidente. La
respuesta debe estar en la dinámica de la muerte bacteriana y las razones de
la persistencia de la infección. El fracaso del tratamiento relacionado con la
persistencia de la infección en las partes apicales inaccesibles de la raíz
puede explicar tal resultado (Wada et al .
1998). Por otro lado, la falla puede ser una función de la persistencia de la
infección en la parte coronal restante del sistema de conducto radicular.
La biopelícula bacteriana puede verse alterada mecánicamente desde las
superficies instrumentadas del conducto radicular, pero la superficie no
instrumentada solo se desbrida por la acción de los irrigantes químicos o los
medicamentos que la alcanzan (Baumgartner y Cuenin 1992, Wakabayashi et al . 1995,
Tatsuta et al .
1999). Tanto los dientes anteriores como los posteriores tienen
superficies instrumentadas y no instrumentadas, cuyas proporciones
relativas nunca se han cuantificado en los dos grupos de dientes. Es
posible que estas proporciones sean similares para los dos grupos. La
distribución espacial
© 2001 Blackwell Science Ltd
Sin embargo, la superficie del canal no instrumentada en los dos grupos es
probablemente diferente. Eso en los dientes posteriores limita en gran
medida con el istmo inaccesible, los cul-de-sacs, las membranas y las aletas,
mientras que en los dientes anteriores tales complejidades son raras y la
superficie no instrumentada está en continuidad directa con la superficie
instrumentada y potencialmente accesible. Por lo tanto, puede ser posible
alterar la proporción de superficie instrumentada a no instrumentada
cambiando el acceso. La capacidad de alcanzar una superficie con un
instrumento puede mejorar la oportunidad de interrumpir la biopelícula y
exponer las capas más profundas de bacterias a los efectos de los agentes
químicos (Sén et al . 1999).
Suponiendo que el cepillado mecánico de la dentina por el
instrumento sea una parte importante del tratamiento del conducto
radicular, es probable que el diseño de la cavidad de acceso y su
ubicación influyan en el desbridamiento de los dientes anteriores (Zillich
y Jerome 1981, LaTurno y Zillich 1985, Mauger et al . 1999). Nunca se ha
informado el efecto del diseño de la cavidad de acceso en el resultado
del tratamiento, pero la impresión subjetiva de que este puede ser un
factor importante es fuerte. Históricamente, las cavidades de acceso en
los dientes anteriores estaban ubicadas en el cíngulo porque
representaba la distancia más corta a la cámara pulpar, una
consideración importante cuando solo había motores de pie disponibles.
También era la única área donde una fresa que giraba lentamente podía
cortar el esmalte sin resbalar del diente (Harty 1976). A pesar del hecho
de que las piezas de mano de turbina de alta velocidad han
reemplazado esta consideración, el uso de cavidades de acceso de
'cíngulo lingual' ha persistido. Sobre la base de consideraciones
anatómicas, las cavidades de acceso "incisales" se han recomendado
como óptimas (Zillich y Jerome 1981, LaTurno y Zillich 1985, Gulabivala
y Stock 1995). Aún así,
et al . 1994, Walton 1996, Burns y Herbranson 1998). Aunque no es un tema nuevo,
el debate sobre los méritos del acceso en línea recta sigue vigente (Rybicki y Heuer
1999). Se planteó la hipótesis de que incluso en los dientes anteriores superiores,
solo se instrumenta una proporción limitada de la superficie del conducto radicular,
independientemente del diseño de la cavidad de acceso. Sin embargo, el diseño y la
ubicación pueden influir en la extensión de la instrumentación. El objetivo de este
estudio fue evaluar el grado y la ubicación de la pared del conducto radicular
instrumentada en los dientes anteriores superiores cuando se utilizaron diferentes
diseños de cavidades de acceso.
materiales y métodos
Treinta incisivos maxilares permanentes humanos extraídos y caninos con
coronas intactas o mínimamente restauradas
Revista Internacional de Endodoncia, 34 , 176-183, 2001 177
 Acceso a cavidades y superficie instrumentada en endodoncias Mannan y col.

y las configuraciones del conducto radicular no comprometidas por

calcificación o esclerosis (determinadas radiográficamente) se recogieron y
almacenaron en solución salina formal al 4%. Antes de su uso, se lavaron
con agua del grifo y se eliminaron los restos de la superficie raspando con
un bisturí. Se dividieron al azar en tres grupos de 10 dientes, cada grupo se
preparó con un diseño diferente de la cavidad de acceso. Los criterios para
cada uno se muestran a continuación y se representan esquemáticamente
en la Fig. 1 (a – c).

Grupo 1: acceso al cíngulo lingual (Fig. 1a)

El punto de entrada inicial era la superficie lingual de la corona, justo

coronal al cíngulo. Con la fresa en ángulo recto con el eje largo del
diente, la abertura se amplió hasta que la cavidad se extendió
mínimamente para eliminar todo el techo de la cámara pulpar
cervical-incisalmente y mesiodistalemente.

Grupo 2: acceso lingual convencional (Fig. 1b)

El punto de entrada inicial era el centro de la superficie lingual de la corona

con la fresa en ángulo recto con respecto al eje largo del diente. La abertura
se agrandó manteniendo la fresa en ángulo recto con el eje largo del diente
hasta que la cavidad se extendía cervicalmente hasta un punto justo por
encima del cíngulo, incisalmente a menos de 2 mm del borde incisal y
mesiodistalmente para eliminar todo el techo de la cámara pulpar.

Grupo 3: acceso en línea recta incisal (Fig. 1c)

El punto de entrada inicial estaba justo por debajo del borde incisal en la
superficie lingual de la corona, con la fresa paralela al eje largo del
diente. La abertura se agrandó manteniendo la fresa paralela al eje largo
hasta que la cavidad se extendía cervicalmente al centro de la superficie
lingual, incisalmente para involucrar la mitad del ancho buco-lingual del
borde incisal y mesiodistalmente para incluir todo el techo de la cámara
pulpar.

El acceso se realizó utilizando una fresa de carburo de tungsteno en una

pieza de mano de alto par con refrigerante de agua. Después de la
penetración inicial de la cámara pulpar, se usó una fresa sin corte (fresa de
carburo Zekrya, Dentsply Maillefer, Ballaiguès, Suiza) para extender
completamente las cavidades. Las longitudes de trabajo del canal se
calcularon midiendo un archivo que pasó a través del canal hasta que sea
visible apicalmente, y restando un milímetro. Con el archivo en el lugar , Se
radiografiaron los dientes desde dos aspectos (buccolingual y palatino)
utilizando una técnica paralela estandarizada. La raíz de cada diente estaba Figura 1 Vista esquemática de las tres cavidades de acceso; a) cavidad lingual de

incrustada en una silicona. acceso al cíngulo; (b) Cavidad de acceso lingual convencional; (c) Cavidad de acceso

incisal.

178 Revista Internacional de Endodoncia, 34 , 176-183, 2001 © 2001 Blackwell Science Ltd
 Mannan y col. Acceso a cavidades y superficie instrumentada en endodoncias
matriz de masilla (masilla de polivinil-siloxano, Coltène, NJ, EE. UU.).
Cuando se fijó, se retiró el diente, se preaguronó longitudinalmente en la
superficie proximal con un disco de diamante y se partió con un osteótomo.
Esto expuso el canal en las mitades bucal y palatina. La pulpa fi ja se
extrajo con una brocha de púas y archivos Hedstroem y las paredes del
canal se lavaron con agua y se secaron antes de teñirlas con una sola capa
de tinta (Black Printing Ink, Windsor y Newton, Londres, Reino Unido)
aplicada con un pincel pequeño ( No. 40 cepillo de sable, Rowney,
Londres, Reino Unido), o en áreas estrechas, una sonda endodóntica (EX
DG16, Hu-Friedy, Chicago, IL, EE. UU.). La tinta se dejó secar al aire
durante 48 h antes de volver a aproximar las dos secciones y
reemplazarlas en la matriz de silicona.
Los canales en los dientes reensamblados se instrumentaron utilizando la
técnica de retroceso descrita por Mullaney (1979), comenzando con un
archivo K-Flex de tamaño 10 (Kerr UK, Peterborough, UK) en la longitud de
trabajo. Se usó movimiento de empuje y arrastre con abundante irrigación con
solución salina hasta que el archivo se sintió suelto. El siguiente archivo de
tamaño se insertó en toda su longitud y se trabajó de la misma manera hasta
que se soltó. Esto se repitió hasta que el área apical se amplió a tres tamaños
más grandes que el primer archivo para unirse a la longitud de trabajo, con
recapitulación frecuente con pequeños archivos e irrigación. El canal se volcó
usando la misma acción retrocediendo con archivos progresivamente más
grandes en incrementos de un milímetro, cada archivo se trabajó hasta que se
soltó. La porción coronal se refinó con taladros Gates Glidden, tamaños 2 y 3
(Claudius Ash, Potters Bar, Reino Unido) introdujo pasivamente en el canal y
acarició contra las paredes principalmente para eliminar el bulto de dentina
lingual. Los canales fueron finalmente regados y secados con puntas de
papel.
Después de la extracción de la matriz de masilla, tres evaluadores puntuaron
de forma independiente cada mitad de la raíz de acuerdo con los criterios que
La prueba de ji cuadrado modificada se llevó a cabo combinando las
se proporcionan a continuación, utilizando un microscopio estereoscópico a 25 × magnificación
y condiciones de iluminación estandarizadas. Se otorgó una puntuación
independiente para las porciones coronal, media y apical. La raíz se delineó
dibujando con tinta indeleble en las raíces:
0 0 Limpie las paredes de la dentina sin dejar rastro de manchas
1 Tinción limitada a áreas inaccesibles (hendiduras anatómicas o
irregularidades del canal que los archivos nunca podrían contactar)
2 Menos de una sexta parte de las áreas accesibles cubiertas por la mancha (incluso si
un área inaccesible de laroger estaba cubierta por la mancha)
3 Entre un sexto y un tercio de las áreas accesibles cubiertas por
manchas.
4 4 Más de un tercio de las áreas accesibles cubiertas por manchas.
© 2001 Blackwell Science Ltd
Se evaluó la consistencia de la puntuación entre los evaluadores. Las
puntuaciones acordadas se tomaron como los valores verdaderos y se trazaron
para dar una distribución de frecuencia por diseño de cavidad de acceso, mitad
bucal o palatina y tercios coronal, medio o apical. Los datos se analizaron
estadísticamente utilizando una prueba de Chi-cuadrado modificada. A los fines
de esta prueba, los puntajes bajos (0 y 1) y los puntajes altos (2,
3, 4) se agruparon.
Resultados
Análisis de los datos
Se encontró que los puntajes de manchas de tinta residuales para los tres
evaluadores estaban en buen acuerdo. Hubo desacuerdo entre los tres
evaluadores en solo el 1.7% de las puntuaciones. Hubo un acuerdo
completo entre los tres en el 50% de los casos y entre dos de los tres en el
48.3% restante de los casos. Estos fueron tomados como los puntajes
verdaderos.
La frecuencia de las puntuaciones individuales se obtuvo para las
superficies bucales y palatinas de cada tipo de cavidad de acceso (Fig. 2). La
cavidad de acceso en línea recta incisal obtuvo puntuaciones de 0, 1 o 2
solamente, mientras que los otros diseños de cavidades de acceso mostraron
una proporción de puntuaciones más altas. El diseño de acceso al cíngulo
lingual fue el único que mostró la puntuación 4 y luego solo en las secciones
coronales. Parecía haber poca diferencia en la tinción residual de las secciones
apicales que siempre tenían superficies sin instrumentar. Las superficies bucal
y palatina mostraron algunas diferencias que fueron más marcadas en la
cavidad de acceso al cíngulo.
Análisis estadístico de datos.
puntuaciones - (0, 1) y (2, 3, 4). Se construyeron tablas de contingencia de
dos por tres para los datos generales que combinan las puntuaciones para
las mitades bucal y palatina (Tabla 1) y para estas puntuaciones por
separado (Tablas 2, 3). La prueba mostró que había diferencias significativas
entre las puntuaciones de manchas de tinta residuales para los tres tipos de
cavidad de acceso ( P < 0.01) y entre las mitades bucales de las raíces de los
tres grupos ( P < 0,01). La diferencia entre los puntajes de manchas de tinta
residuales para las mitades palatales no fue significativa ( PAGS > 0,05).
Discusión
Una encuesta de libros de texto pasados ​y actuales (Ingle et al. 1994, Weine
1996, Burns & Herbranson 1998) muestra que tres
Revista Internacional de Endodoncia, 34 , 176-183, 2001 179
 Acceso a cavidades y superficie instrumentada en endodoncias Mannan y col.

Figura 2 Frecuencia de puntajes (0, 1, 2, 3, 4) para cada tipo de cavidad de acceso en las superficies vestibular y palatina en las secciones apical, media y coronal.

tabla 1 2 × 3 tablas de contingencia para puntajes combinados

Cavidad de acceso Cavidad de acceso Cavidad de acceso
de medias medias bucales y palatales para cada cavidad de
al cíngulo convencional en línea recta Total
acceso
Puntuación de

0o1 11 15 26 52
Puntuación de 2

o> 2 49 45 34 128
Total 60 60 60 60 60 60 180

Tabla 2 2 × 3 tablas de contingencia para puntajes medios

Cavidad de acceso Cavidad de acceso Cavidad de acceso
bucales para cada cavidad de acceso
al cíngulo convencional en línea recta Total

Puntuación de

0o1 44 55 13 22
Puntuación de 2

o> 2 26 25 17 68
Total 30 30 30 90

Tabla 3 2 × 3 tablas de contingencia para puntajes de media

Cavidad de acceso Cavidad de acceso Cavidad de acceso
palatina para cada cavidad de acceso
al cíngulo convencional en línea recta Total

Puntuación de

0o1 77 10 13 30
Puntuación de 2

o> 2 23 20 17 60 60

Total 30 30 30 90

(Consulte MS).

180 Revista Internacional de Endodoncia, 34 , 176-183, 2001 © 2001 Blackwell Science Ltd
 Mannan y col. Acceso a cavidades y superficie instrumentada en endodoncias
Se han recomendado distintos tipos de cavidades para acceder a los sistemas del
conducto radicular de los dientes anteriores superiores. Sin embargo, no hay
comparación de su relativa eficacia y beneficios. Este estudio buscó evaluar la
capacidad de planear mecánicamente las paredes del conducto radicular de los
dientes anteriores superiores utilizando las diferentes cavidades de acceso. Otros
estudios sobre el desbridamiento del conducto radicular han utilizado métodos
histológicos (Walton 1976, Walker y del Rio
1989, Rodrigues y Bif fi 1989), pero carecen de sensibilidad
porque el estado preexistente es desconocido y limita la
evaluación a un plano preseleccionado. Para comenzar con una
línea base estándar para la evaluación, se decidió desarrollar el
enfoque utilizado. El método funcionó bien una vez que se
estableció la técnica para la división predecible de los dientes.
Relativamente incluso se obtuvieron mitades bucales y palatinas.
La selección de la tinta fue crítica y requirió varios estudios piloto.
Sus requisitos eran que no debería ser frágil ni descascararse
(solo debería eliminarse por contacto con el archivo), ni debería
disolverse en agua o solución salina, ni crear una mancha que
simplemente transfiriera la mancha de una parte del canal a otro.
El desarrollo del índice también tomó algunos ensayos antes de que se
estableciera un modelo sensible y viable. Esto fue probado en dientes de prueba y
evaluado por los observadores para determinar su confiabilidad, aunque esto no se
hizo en una muestra lo suficientemente grande como para analizar
estadísticamente. Los resultados finales demostraron la validez del índice.
Los resultados del estudio confirmaron la hipótesis propuesta como se
esperaba por la predicción de la anatomía del conducto radicular (Zillich
y Jerome 1981). La puntuación '0' se le dio solo tres veces en tres raíces,
una en cada tercio de la raíz. Dos de estos estaban en la sección apical y
media de la mitad palatina de una cavidad de acceso en línea recta. Los
puntajes de '1' y '2' fueron los más comunes. La puntuación de '4' solo se
asignó en el grupo de cavidades de acceso al cíngulo. La cavidad de
acceso en línea recta permitió el mejor cepillado mecánico de las
paredes del conducto radicular, seguido del acceso lingual convencional
y luego las cavidades de acceso al cíngulo. Para fines de análisis
estadístico, los puntajes se agruparon en aquellos donde había evidencia
de 'instrumentación' (excepto en hendiduras o aletas inaccesibles)
(puntajes 0, 1) y aquellos donde había evidencia de 'no instrumentación'
(puntajes 2, 3, 4). Las diferencias entre los grupos de cavidades de
acceso fueron significativas ( P < 0,01). Las diferencias entre las mitades
bucal y palatina fueron interesantes; las mitades bucales revelaron signi
fi cativo ( P < 0.01) difieren
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entre los grupos de cavidades de acceso como antes pero las mitades
palatales no revelaron diferencias ( PAGS > 0,05). Una comparación de las
tablas de contingencia muestra que las mitades bucal y palatina de la
cavidad de acceso en línea recta fueron similares, pero hubo diferencias en
las otras dos cavidades. Las superficies palatinas estaban mejor planificadas
por los archivos, dejando grandes áreas sin instrumentar en las superficies
bucales. Los números no permitieron un análisis más profundo de la
instrumentación por parte apical, media o coronal de las raíces.
Curiosamente, las partes coronales de los conductos radiculares estaban
menos instrumentadas que las otras dos. Esto puede tener implicaciones
para una posible decoloración futura de la corona. Los puntajes para las
partes apicales de los canales fueron principalmente '1' y '2' y
ocasionalmente '3'. A pesar del criterio de agrandar el canal 3 tamaños más
grandes que el primero en unirse apicalmente, la parte apical del canal
nunca estuvo completamente instrumentada y siempre tuvo algún grado de
superficie sin instrumentar. Los resultados de este estudio dan una idea de
la razón de la reducción de las cargas bacterianas en los dientes irrigados
con hipoclorito de sodio y vestidos con medicamentos (Byström y Sundqvist
1983, Byström y Sundqvist
1985, Ørstavik et al . 1991) en comparación con los que solo están
preparados mecánicamente (Ingle & Zéldow 1958, Byström & Sundqvist
1981, Dalton et al . 1998). La inferencia parece ser que incluso en los
dientes anteriores maxilares, la instrumentación mecánica por sí sola es
inadecuada para erradicar las proporciones de la biopelícula microbiana y
que se requieren irrigantes antimicrobianos y medicamentos. Sin embargo,
si esto es adecuado por sí mismo es cuestionable ya que las bacterias
residuales aún permanecen y contribuyen a las reversiones del cultivo
(Myers et al . 1969). Es pertinente preguntarse si el uso de una cavidad de
acceso en línea recta conduciría a un mejor efecto antimicrobiano y, en
última instancia, al resultado en la curación periapical. Curiosamente, las
tasas de éxito de los dientes anteriores en dos estudios donde se usó agua
o solución salina sola para irrigación fueron similares, si no más, que otros
estudios, a saber, 84% y 90% (Harty et al . 1970, Adenubi y Rule 1976).
Ambos estudios del mismo Instituto tenían defensores de las cavidades de
acceso en línea recta. Como los estudios previos no mencionan el diseño
de las cavidades de acceso utilizadas, no es posible comentar su efecto
sobre el resultado del tratamiento.
También se deben considerar otros factores en la selección de la cavidad
de acceso adecuada. La falta de acceso en línea recta compromete el control
apical de los instrumentos y puede provocar la formación de salientes,
perforaciones y, debido a la fatiga, la posible separación de los instrumentos.
La unión coronal de los instrumentos también puede predisponer a la fractura
dental. La entrega de un irrigante puede verse afectada por
Revista Internacional de Endodoncia, 34 , 176-183, 2001 181
 Acceso a cavidades y superficie instrumentada en endodoncias Mannan y col.
acceso inadecuado ya que se ha demostrado que los fluidos alcanzan muy
poco más allá de la punta de la aguja (Chow
1983) y cuanto más recto sea el acceso a la porción apical de la
raíz, es más probable que la aguja llegue más al canal.
Inherente al diseño de las cavidades de acceso es la cantidad y
distribución de tejido dental eliminado. Las cavidades de acceso al cíngulo
conservan el tejido incisal, pero si se requiere una corona, se perdería de
todos modos. Una cavidad incisal, por otro lado, preserva la dentina en el
área del cíngulo, importante para la retención adecuada y la forma de
resistencia de una corona. El acceso en línea recta también implica la
extracción de no más dentina que el abordaje palatal convencional. La
invasión en el borde incisal y las preocupaciones sobre la estética deben
ser infundadas teniendo en cuenta la calidad del material restaurador
compuesto moderno disponible. En algunos casos, el acceso en línea
recta puede incluso requerir un enfoque labial (Clements y Gilboe 1991).
La cavidad de acceso lingual convencional proporciona un diseño que se
encuentra entre los otros dos, dejando el borde incisal intacto pero
permitiendo un contacto razonablemente bueno del archivo con las
paredes del canal. Este diseño más conservador puede ser comparable
con el acceso en línea recta cuando se combina con los efectos
adicionales de la limpieza química, y por lo tanto puede considerarse más
apropiado si se considera la estética de la estructura dental restante.
En general, sin embargo, parece que la cavidad de acceso en línea recta tiene
muchos méritos, incluido un mejor cepillado de las paredes del canal, menos
restricción de los instrumentos en sentido coronal y, por lo tanto, un mejor control
apical y, por último, la preservación de la dentina importante en el área del cíngulo.
Los estudios futuros deberían evaluar el efecto del diseño de la cavidad de acceso
en el desbridamiento bacteriano y el resultado del tratamiento.
Conclusiones
Independientemente del diseño de la cavidad de acceso, la instrumentación
mecánica no permitió que se cubriera toda la pared del conducto radicular al
preparar canales de tres tamaños de archivo más grandes que el primer archivo
para unirse apicalmente. La cavidad de acceso incisal en línea recta permitió
rellenar una mayor proporción de las paredes del conducto radicular que la cavidad
de acceso lingual convencional, que a su vez era mejor que la cavidad de acceso al
cíngulo.
Referencias
Adenubi JO, Rule DC (1976) Tasa de éxito para el relleno de raíces en pacientes
jóvenes: un estudio retrospectivo. British Dental Journal
141 , 237–41.
182 Revista Internacional de Endodoncia, 34 , 176-183, 2001
Baumgartner JC, Cuenin PR (1992) Eficacia de varias concentraciones de
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