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Temas de endodoncia 2005, 10, 3–29 Todos los Derechos de autorrBlackwell Munksgard
derechos reservados
TEMAS DE ENDODONCIA 2005
1601-1538

Morfología del conducto radicular y su

relación con los procedimientos de
endodoncia
FRANK J. VERTUCCI

El depósito de tejido duro de la pulpa dental humana adopta numerosas configuraciones y formas. Un conocimiento profundo
de la morfología del diente, la interpretación cuidadosa de las radiografías en ángulo, la preparación adecuada del acceso y una
exploración detallada del interior del diente son requisitos previos esenciales para un resultado exitoso del tratamiento. La
ampliación y la iluminación son ayudas que deben utilizarse para lograr este objetivo. Este artículo describe e ilustra la
morfología dental y analiza su relación con los procedimientos de endodoncia. Una comprensión profunda de la complejidad
del sistema de conductos radiculares es esencial para comprender los principios y problemas de conformación y limpieza, para
determinar los límites apicales y las dimensiones de las preparaciones del conducto y para realizar procedimientos
microquirúrgicos exitosos.

Es importante visualizar y tener conocimiento de las relaciones
anatómicas internas antes de emprender una terapia de
endodoncia. Es obligatoria la evaluación cuidadosa de dos o más
radiografías periapicales. Estas radiografías en ángulo
proporcionan información muy necesaria sobre la morfología del
conducto radicular. Martínez-Lozano et al. (1) examinó el efecto
de la inclinación del tubo de rayos X en la determinación precisa
del sistema de conductos radiculares presente en los dientes
premolares. Descubrieron que al variar el ángulo horizontal 201y
401el número de conductos radiculares observados en primeros
y segundos premolares maxilares y primeros mandibulares
coincidió con el número real de conductos presentes. En el caso
de segundos premolares mandibulares solo los 401ángulo
horizontal identificó la morfología correcta. La importancia crítica
de evaluar cuidadosamente cada radiografía tomada antes y
durante la terapia de endodoncia fue enfatizada por Friedman et
al. (2). En un reporte de caso de cinco canales en un primer molar
mandibular, estos autores enfatizaron que fue la apariencia
radiográfica lo que facilitó el reconocimiento de la compleja
morfología del canal. Advirtieron que "cualquier intento de
desarrollar técnicas que requieran menos radiografías corre el
riesgo de perder información que puede ser significativa para el
éxito de la terapia".
Sin embargo, es posible que las radiografías no siempre
determinen la morfología correcta, especialmente cuando
solo se toma una vista bucolingual. Nattress et al. (3)
radiografió 790 incisivos y premolares mandibulares
extraídos para evaluar la incidencia de la bifurcación del
canal en una raíz. Usando la pauta de 'rotura rápida' (Fig. 1)
que la desaparición o el estrechamiento de un canal infiere
que se divide resultó en la falta de diagnóstico de un tercio
de estas divisiones a partir de una sola vista radiográfica. La
evaluación del sistema de conductos radiculares es más
precisa cuando el odontólogo utiliza la información de
múltiples vistas radiográficas junto con una exploración
clínica minuciosa del interior y exterior del diente.
El principal objetivo de la terapia de conducto radicular es la
conformación y limpieza profunda de todos los espacios pulpares
y su completa obturación con un material de obturación inerte.
La presencia de un canal no tratado puede ser motivo de fracaso.
Un canal puede dejarse sin tratar porque el dentista no reconoce
su presencia. Es extremadamente importante que los médicos
utilicen todo el armamento a su disposición para localizar y tratar
todo el sistema de conductos radiculares. Es una lección de
humildad ser consciente de la complejidad de los espacios a los
que se espera acceder, dar forma, limpiar y llenar. Podemos
consolarnos sabiendo que incluso bajo las condiciones más

3
Vertucci
Fig. 1. Representación esquemática de una radiografía periapical
de premolar que revela pistas sobre la morfología del conducto
radicular. Una desaparición abrupta del canal grande en el
primer premolar mandibular generalmente significa una
bifurcación del canal.
En circunstancias difíciles, nuestros métodos actuales de terapia de
conducto dan como resultado una tasa de éxito excepcionalmente
alta.
Medidas diagnósticas como múltiples radiografías
preoperatorias, examen del piso de la cámara pulpar con un
explorador afilado, apertura de surcos con puntas ultrasónicas,
tinción del piso de la cámara con colorante azul de metileno al 1
%, realización de la prueba de la "burbuja de champán" de
hipoclorito de sodio y visualización Los puntos de sangrado del
conducto son ayudas importantes para localizar los orificios del
conducto radicular. Stropko (4) recomienda el uso de EDTA
acuoso al 17 %, etanol al 95 % y el irrigador Stropko, equipado
con una aguja de irrigación endodóntica con muescas de 27 G
para limpiar y secar el piso de la cámara pulpar antes de
inspeccionar visualmente el sistema de conductos.
Una ayuda importante para localizar los conductos radiculares
es el microscopio de operación dental (DOM), que se introdujo en
la endodoncia para proporcionar una mejor iluminación y
visibilidad (Fig. 2). Trae detalles minuciosos a la vista. Mejora la
capacidad de los dentistas para eliminar selectivamente la
dentina con gran precisión, minimizando así los errores de
procedimiento. Varios estudios han demostrado que aumenta
significativamente la capacidad de los dentistas para localizar y
negociar canales. Estudiando la raíz mesiovestibular de los
molares maxilares, Baldassari-Cruz et al. (5) demostraron un
aumento en el número de segundos conductos
mesiovestibulares (MB-2) localizados desde un 51% a simple vista
hasta un 82% con el DOM. Coelho de Carvalho y Zuolo (6)
concluyeron que el DOM facilitó la localización del canal al
magnificar e iluminar los surcos en el
4
Fig. 2. La adaptación del microscopio quirúrgico dental ha
proporcionado avances excepcionales en la localización y
manejo de la anatomía del canal.
piso pulpar y diferenciando las diferencias de color entre
la dentina del piso y las paredes. El DOM les permitió
encontrar un 8% más de canales en los molares
mandibulares.
Gorduysus et al. (7) determinaron que el DOM no
mejoró significativamente su capacidad para ubicar
canales, sino que facilitó su capacidad para negociarlos.
Schwarze et al. (8) identificaron el 41,3% de los canales
MB-2 con asas de aumento y el 93,7% de los canales MB-2
con el DOM. Buhrley et al. (9) por otro lado, determinaron
que las asas dentales y el DOM fueron igualmente
efectivos en la localización de conductos MB-2 de molares
maxilares. Cuando no se utilizó aumento, este canal se
localizó en solo el 18,2% de los dientes.
Kulild y Peters (10) utilizando el DOM localizaron dos conductos
en la raíz mesiovestibular de los molares maxilares el 95,2% de
las veces. Stropko (4) determinó que se localizaba una mayor
incidencia de canales MB-2 "a medida que adquiría más
experiencia, programaba tiempo suficiente para el tratamiento,
usaba rutinariamente el DOM y empleaba instrumentos
específicos adoptados para la microendodoncia". Trabajando en
este entorno, localizó clínicamente los conductos MB-2 en el 93 %
de los primeros molares superiores y en el 60 % de los segundos
molares. Todos estos estudios demuestran que la magnificación y
la iluminación son un armamento esencial para realizar la terapia
endodóntica.
Componentes del sistema de conductos radiculares
Todo el espacio de la dentina del diente donde se aloja
la pulpa se denomina cavidad pulpar (Fig. 3). Es
 Morfología del conducto radicular

Fig. 3. Principales componentes anatómicos del sistema de conductos

radiculares.

contorno corresponde al contorno externo del diente (11). Sin embargo, factores como el

envejecimiento fisiológico, la patología y la oclusión dan forma a su tamaño mediante la

producción de dentina y cemento secundarios y terciarios. La cavidad pulpar se divide en dos

porciones: la cámara pulpar que se encuentra en la corona anatómica del diente y la pulpa o

canal(es) radicular(es) que se encuentran en la raíz anatómica. Otras características incluyen Fig. 4. Primer molar maxilar que ilustra un canal de bifurcación
(flecha).
cuernos pulpares, conductos laterales, accesorios y bifurcados, orificios de conducto, conexiones

entre conductos, deltas apicales y forámenes apicales. Un conducto radicular comienza como un

canal con orificios en forma de embudo generalmente presente en o ligeramente apical a la línea

cervical y termina en el foremen apical que se abre a la superficie de la raíz entre 0 y 3 mm desde

el centro del ápice de la raíz (12-17) . Casi todos los conductos radiculares se curvan

particularmente en dirección vestibular-lingual (18). Estas curvaturas pueden plantear problemas

durante los procedimientos de modelado y limpieza porque no son evidentes en una radiografía

facial estándar. Las vistas en ángulo son necesarias para determinar su presencia, dirección y

gravedad. Una curvatura puede ser una curvatura gradual de todo el canal o una curvatura

pronunciada cerca del vértice. También pueden ocurrir dobles curvaturas del canal en forma de

's'. En la mayoría de los casos, el número de conductos radiculares se corresponde con el número

de raíces, pero una raíz de forma ovalada puede tener más de un conducto. Una curvatura puede

ser una curvatura gradual de todo el canal o una curvatura pronunciada cerca del vértice.

También pueden ocurrir dobles curvaturas del canal en forma de 's'. En la mayoría de los casos, el
número de conductos radiculares se corresponde con el número de raíces, pero una raíz de forma
ovalada puede tener más de un conducto. Una curvatura puede ser una curvatura gradual de
todo el canal o una curvatura pronunciada cerca del vértice. También pueden ocurrir dobles
curvaturas del canal en forma de 's'. En la mayoría de los casos, el número de conductos
radiculares se corresponde con el número de raíces, pero una raíz de forma ovalada puede tener
Fig. 5. Los conductos accesorios aparecen en tres patrones distintos en los
primeros molares mandibulares. (A) En el 13%, un solo canal de bifurcación
se extiende desde la cámara pulpar hasta la región intrarradicular. (B) En el
23%, un conducto lateral se extiende desde el tercio coronal de un
conducto radicular principal hasta la región de la bifurcación; El 80% se
extiende desde el conducto radicular distal. (C) El diez por ciento de los
dientes exhiben canales laterales y de furcación.

más de un conducto.

6,3% de las veces en el tercio cervical de la raíz (13). Se

Los conductos accesorios y laterales se extienden desde la
pulpa hasta el periodonto. Un conducto accesorio es cualquier
rama del conducto o cámara pulpar principal que se comunica
con la superficie externa de la raíz. Un conducto lateral es un
conducto accesorio ubicado en el tercio coronal o medio de la
raíz, que generalmente se extiende horizontalmente desde el
conducto radicular principal (19). Ocurren el 73,5% de las veces
en el tercio apical, el 11,4% de las veces en el tercio medio y
forman por el atrapamiento de los vasos
periodontales en la vaina radicular epitelial de Hertwig
durante la calcificación (20). Sirven como vías para el
paso de irritantes principalmente de la pulpa al
periodonto.
Los canales accesorios también pueden ocurrir en la bifurcación o
trifurcación de dientes multirradiculares (13). Vertucci (21) llamó a
estos canales de furca (Fig. 4). Se forman como un

5
6
Tabla 1. Morfología de los dientes permanentes maxilaresnorte
Vertucci

Posición de transversal Posición de apical

Posición de los canales laterales Transverso anatomosis agujero
Nº de Canales con anastomosis Apical
Diente Raíz dientes canales laterales Apical medio cervical bifurcación entre canales Cervical Medio Apical Laterales centrales deltas

Central – 100 24 1 6 93 – – – – – 12 88 1

Lateral – 100 26 1 8 91 – – – – – 22 78 3

Canino – 100 30 0 10 90 – – – – – 14 86 3

Primero – 400 49.5 4.7 10.3 74 11 34.2 16.4 58 25.6 12 88 3.2

premolar

Segundo - 200 59.5 4 16.2 78.2 1.6 30.8 18.8 50 31.2 22.2 77.8 15.1
premolar

Primero MEGABYTE 100 51 10.7 13.1 58.2 " 52 10 75 15 24 76 8

molar

base de datos 100 36 10.1 12.3 59.6 18 0 0 0 0 19 81 2

PAG 100 48 9.4 11.3 61.3 # 0 0 0 0 18 82 4

Segundo MB 100 50 10.1 14.1 65.8 " 21 8 72 20 12 88 3

molar

base de datos 100 29 9.1 13.3 67.6 10 0 0 0 0 17 83 2

PAG 100 42 8.7 11.2 70.1 # 0 0 0 0 19 81 4

Nota:Las cifras representan porcentajes del total.

norteResultados publicados previamente en: Vertucci FJ. Anatomía del conducto radicular de los dientes permanentes humanos. Oral Surg Oral Med Oral Patol Oral Radiol Endod 1984: 58:589–599.

resultado del atrapamiento de los vasos periodontales durante la
fusión del diafragma que se convierte en el piso de la cámara
pulpar (20). En los molares mandibulares se presentan en tres
patrones distintos (Fig. 5). La incidencia de canales de furcación
para cada diente se puede encontrar en las Tablas 1 y 2.
Vertucci y Anthony (22) utilizando el microscopio electrónico de
barrido encontraron que el diámetro de las aberturas de
bifurcación en los molares mandibulares variaba de 4 a 720metro
metro. Sus números variaron de 0 a más de 20 por espécimen. Se
encontraron forámenes tanto en el piso de la cámara pulpar
como en la superficie de la bifurcación en el 36% de los primeros
molares maxilares, el 12% de los segundos molares maxilares, el
32% de los primeros molares mandibulares y el 24% de los
segundos molares mandibulares (Fig. 6A y B). Los dientes
mandibulares tienen una mayor incidencia (56%) de forámenes
que involucran tanto el piso de la cámara pulpar como la
superficie de bifurcación que los dientes maxilares (48%). No se
encontró relación entre la incidencia de agujeros accesorios y la
ocurrencia de calcificación de la cámara pulpar o la distancia
desde el piso de la cámara hasta la furcación. La evidencia
radiográfica no pudo demostrar la presencia de furca y canales
laterales en la porción coronal de estas raíces. Haznedaroglu et
al. (23) determinaron la incidencia de canales de furcación
permeables en 200 molares permanentes en una población
turca. Usando un microscopio estereoscópico, este grupo
examinó el piso de la cámara pulpar que se tiñó con un 0,5% de
colorante fucsia básico. Se detectaron canales furcales
permeables en el 24% de los primeros molares maxilares y
mandibulares, el 20% de los segundos molares mandibulares y el
16% de los segundos molares maxilares. Estos conductos pueden
ser la causa de lesiones endodónticas primarias en la bifurcación
de dientes multirradiculares.
Anatomía del conducto radicular
Junto con el diagnóstico y la planificación del tratamiento, el
conocimiento de la morfología del canal y sus frecuentes
variaciones es un requisito básico para el éxito de la endodoncia.
Haciendo hincapié en la importancia de la anatomía del canal,
Peters et al. (24) informaron que las variaciones en la geometría
del canal antes de los procedimientos de limpieza y modelado
tenían más influencia en los cambios que ocurren durante la
preparación que las propias técnicas de instrumentación.
Desde los primeros trabajos de Hess y Zurcher (25) hasta los
estudios más recientes que demuestran las complejidades anatómicas
del sistema de conductos radiculares, se ha establecido durante
mucho tiempo que una raíz con un conducto cónico y un
Morfología del conducto radicular
capataces solteros es la excepción y no la regla. Los
investigadores han mostrado múltiples forámenes, canales
adicionales, aletas, deltas, conexiones entre canales, bucles,
canales en forma de "C" y canales accesorios. En consecuencia, el
médico debe tratar cada diente asumiendo que la anatomía
compleja ocurre con la suficiente frecuencia como para
considerarla normal.
El dentista debe estar familiarizado con las diversas vías que toman
los conductos radiculares hasta el ápice. El sistema de canales
pulpares es complejo y los canales pueden ramificarse, dividirse y
volver a unirse. Weine (26) clasificó los sistemas de conductos
radiculares de cualquier raíz en cuatro tipos básicos. Vertucci et al.
(27) utilizando dientes limpiados cuyas cavidades pulpares se tiñeron
con colorante de hematoxalina (Fig. 7), encontraron un sistema de
canales mucho más complejo e identificaron ocho configuraciones de
espacio pulpar (Fig. 8).
Los porcentajes de dientes permanentes humanos con
estas configuraciones de canales se presentan en las Tablas 3
y 4. Las variaciones anatómicas presentes en estos dientes se
enumeran en las Tablas 1 y 2. El único diente que demostró
las ocho configuraciones fue el segundo premolar superior.
Caliskan et al. (28) evaluaron 1400 dientes permanentes en una población turca y
obtuvieron resultados morfológicos similares a los reportados por Vertucci. Sin embargo,
estos autores encontraron más de un canal en el 22% de los laterales maxilares, el 55%
de las raíces mesiovestibulares de los segundos molares maxilares y el 30% en la raíz
distovestibular de los segundos molares mandibulares. Atribuyeron las diferencias a las
variaciones de las poblaciones en ambos estudios. Kartal y Yanikoglu (29) estudiaron 100
dientes anteriores mandibulares y encontraron dos nuevos tipos de conductos
radiculares que no habían sido identificados previamente. La primera configuración
nueva consta de dos conductos separados que se extienden desde la cámara pulpar
hasta la raíz media, donde el conducto lingual se divide en dos; los tres canales luego se
unen en el tercio apical y salen como un solo canal. En su segunda configuración, un
canal sale de la cámara pulpar, se divide en dos en el tercio medio de la raíz, se une para
formar un canal que nuevamente se divide y sale como tres canales separados con
forámenes separados. Gulabivala et al. (30) examinaron molares mandibulares en una
población birmana y encontraron siete configuraciones de canales adicionales (Fig. 9).
Estos incluyen tres canales que se unen en uno o dos canales; dos canales que se
separan en tres canales; dos canales que se unen, se dividen en dos y terminan en un
solo canal; cuatro canales que se unen en dos; cuatro canales que se extienden desde los
orificios hasta el ápice y cinco canales que se unen en cuatro en el ápice. Sert y 9). Estos
incluyen tres canales que se unen en uno o dos canales; dos canales que se separan en
tres canales; dos canales que se unen, se dividen en dos y terminan en un solo canal;
cuatro canales que se unen en dos; cuatro canales que se extienden desde los orificios
hasta el ápice y cinco canales que se unen en cuatro en el ápice. Sert y 9). Estos incluyen
tres canales que se unen en uno o dos canales; dos canales que se separan en tres
canales; dos canales que se unen, se dividen en dos y terminan en un solo canal; cuatro
canales que se unen en dos; cuatro canales que se extienden desde los orificios hasta el
ápice y cinco canales que se unen en cuatro en el ápice. Sert y
7
8
Tabla 2. Morfología de los dientes permanentes mandibularesnorte
Vertucci

Posición de los canales laterales Transverso Posición de la anastomosis transversa Posición del foramen apical
Nº de Canales con anastomosis Apical
Diente Raíz dientes canales laterales Cervical Medio Apical Furcación entre canales Cervical Medio Apical Central Lateral deltas

Central – 100 20 3 12 85 – – – – – 25 75 5

Lateral – 100 18 2 15 83 – – – – – 20 80 6

Canino – 100 30 4 dieciséis 80 – – – – – 30 70 8

Primero – 400 44.3 4.3 16.1 78,9 0.7 32.1 20.6 52,9 26.5 15 85 5.7
premolar

Segundo - 400 48.3 3.2 16.4 80.1 0.3 30 0 66.7 33.3 16.1 83,9 3.4
premolar

Primero Medio 100 45 10.4 12.2 54.4 " 63 12 75 13 22 78 10

molar

23

Distal 100 30 8.7 10.4 57,9 # 55 10 72 18 20 80 14

segundo mesial 100 49 10.1 13.1 65.8 " 31 10 77 13 19 81 6

molar

11

Distal 100 34 9.1 11.6 68.3 # dieciséis 11 74 15 21 79 7

Nota:Las cifras representan porcentajes del total.

norteResultados publicados previamente en: Vertucci FJ. Anatomía del conducto radicular de los dientes permanentes humanos. Oral Surg Oral Med Oral Patol Oral Radiol Endod 1984: 58:589–599.

Fig. 6. (A) Microfotografía electrónica de la superficie de
bifurcación del segundo molar mandibular. Múltiples forámenes
accesorios en la superficie de la bifurcación (aumento original,
- 30). (B) Microfotografía electrónica del suelo de la cámara
pulpar de un segundo molar mandibular. Los forámenes
accesorios múltiples varían de 20 a 140metrometro. El canal
distal (D), los canales mesiales (M) se identifican para la
orientación (aumento original,-30).
Bayirli (31) evaluó las configuraciones de los conductos radiculares en
2800 dientes por género en una población turca. El noventa y nueve
por ciento de sus especímenes eran idénticos a los especímenes de la
clasificación Vertucci. El 1% restante (36 dientes) representa 14
morfologías de canal adicionales que ocurrieron con el doble de
frecuencia en los dientes mandibulares. Estos autores concluyeron
que el género juega un papel en la determinación de la morfología del
conducto y que tanto el género como el origen étnico deben
considerarse durante la etapa de evaluación preoperatoria de la
terapia del conducto radicular.
Además dein vitroestudios, se ha publicado una gran cantidad
de informes de casos en las últimas dos décadas que describen
una variedad de configuraciones complejas de canales. Algunos
de estos informes se enumeran en las tablas 5 a 8. Un informe
(81) criticó los estudios que informaban sobre casos 'extraños'
que consideraba raros. Sin embargo, parece haber un aumento
en la notificación de casos complejos
Morfología del conducto radicular
anatomia ambosin vitroyen vivo.Es importante que estos
informes se publiquen porque llama la atención sobre su
existencia para que se pueda reconocer y tratar una
anatomía similar.
Tipos específicos de morfología del canal parecen ocurrir en
diferentes grupos raciales. Tropo et al. (82) encontraron que los
pacientes de raza negra tienen un mayor número de premolares
mandibulares con canales adicionales que los pacientes de raza
blanca. Los pacientes negros tenían más de un canal en el 32,8%
de los primeros premolares y el 7,8% de los segundos
premolares. Los canales múltiples en pacientes blancos ocurren
en el 13,7% de los primeros premolares y el 2,8% de los segundos
premolares. Walker (83-85) determinó que los asiáticos tienen
diferentes porcentajes de configuraciones de canales que los
informados en estudios dominados por caucásicos y africanos.
Wasti et al. (86) concluyeron que los paquistaníes del sur de Asia
tienen sistemas de conductos radiculares diferentes a los de los
caucásicos. Manning (87) encontró que los asiáticos tienen una
mayor frecuencia de segundos molares mandibulares en forma
de C y de una sola raíz. Weine et al. (88) por otro lado concluyeron
que la presencia de dos conductos en la raíz mesiovestibular de
los primeros molares maxilares en pacientes japoneses era
similar a la morfología descrita para otras poblaciones étnicas. El
clínico se enfrenta a diario a un sistema de conductos radiculares
altamente complejo y variable. Todo el armamento disponible
debe utilizarse para lograr un resultado exitoso.
Antes de comenzar el tratamiento, el dentista no puede determinar
con precisión el número real de conductos radiculares presentes. La
anatomía del piso y la pared de la cámara pulpar proporciona una
guía para determinar qué morfología está realmente presente.
Krasner y Rankow (89) en un estudio de 500 cámaras pulpares,
determinaron que la unión cemento-esmalte era el punto de
referencia anatómico más importante para determinar la ubicación de
las cámaras pulpares y los orificios del conducto radicular.
Demostraron que existe una anatomía específica y consistente del
suelo y la pared de la cámara pulpar y propusieron leyes para ayudar
a los médicos a identificar la morfología del canal. Las relaciones
expresadas en estas leyes son particularmente útiles para localizar los
orificios de los conductos calcificados.
Estas leyes son:
1. 'Ley de simetría 1:A excepción de los molares maxilares, los
orificios de los canales son equidistantes de una línea
trazada en dirección mesiodistal a través del piso de la
cámara pulpar.
2. 'Ley de simetría 2:A excepción de los molares superiores, los
orificios de los conductos se encuentran en una línea
perpendicular a una línea trazada en dirección mesiodistal a
través del centro del suelo de la cámara pulpar.
9
Vertucci

Fig. 7. Dientes limpios que demuestran la variación del conducto radicular. (A) Segundo molar mandibular con tres canales mesiales. (B)
Premolares mandibulares con configuración de canal Vertucci tipo V. (C) Premolares mandibulares con tres canales y conexiones entre
canales. (D) Segundo molar maxilar con dos canales palatinos. (E) Primer molar superior con dos conductos que se separan en tres en la
raíz mesiovestibular. Orificio MB-2 cerca del orificio palatino.

3. 'Ley del cambio de color:El color del suelo de la cámara pulpar es
siempre más oscuro que el de las paredes.'
4. 'Ley de orificios ubicación 1:los orificios de los conductos
radiculares siempre se encuentran en la unión de las
paredes y el suelo.'
5. 'Ley de orificios ubicación 2:Los orificios de los conductos radiculares
están ubicados en los ángulos de la unión entre el piso y la pared.'
6. 'Ley de orificios ubicación 3:Los orificios de los conductos
radiculares están ubicados en el extremo de las líneas de
fusión del desarrollo de la raíz.'
Se encontró que las leyes anteriores ocurren en el 95% de los dientes
examinados. Cinco por ciento de mandibular segundo y tercero
los molares no se ajustaban a estas leyes debido a la presencia de
una anatomía del canal en forma de C.
La cavidad pulpar generalmente disminuye de tamaño a
medida que el individuo envejece. La formación de dentina no es
uniforme a lo largo de la vida y es más rápida en el techo y el
suelo que en las paredes de las cámaras pulpares de los dientes
posteriores. Tales calcificaciones dan como resultado una cámara
pulpar aplanada (Fig. 10). Una raíz siempre contiene un conducto
radicular, aunque uno no sea visible en una radiografía y sea
difícil de localizar y negociar. Si solo hay un canal, estará en el
centro de la raíz. Al iniciar una preparación de acceso en un
diente con una cavidad pulpar calcificada, es

10

Fig. 8. Representación esquemática de las configuraciones del
canal de Vertucci.
útil hacerlo antes de colocar el dique dental. Esto permite al
odontólogo evaluar las relaciones radiculares y trabajar con
mayor eficacia en el eje longitudinal del diente. Sin embargo, una
vez que se localiza el canal, se debe colocar el dique dental antes
de continuar. Cuando se busca un canal calcificado, la ampliación
y la iluminación son requisitos previos absolutos para evaluar los
cambios de color y trabajar en profundidad dentro del diente.
También es útil detenerse ocasionalmente y tomar vistas
radiográficas adicionales. La radiografía facial recta proporciona
información sobre la penetración mesial-distal, mientras que una
radiografía en ángulo proporciona información sobre la
penetración vestibular-lingual. Estas radiografías ayudan a
determinar la corrección del ángulo de penetración y su
proximidad al canal esquivo. La fresa LN (Caulk/ Dentsply, Tulsa,
OK, EE. UU.), la fresa Mueller (Brasseler, Savannah, GA, EE. UU.) y
las puntas ultrasónicas delgadas son especialmente útiles para
localizar conductos radiculares calcificados. La localización de los
canales y la penetración inicial bajo el microscopio es ayudada
por instrumentos finos como el abridor de microorificios
(Dentsply Maillefer, Ballaigues, Suiza).
Un examen del piso de la cámara pulpar ofrece pistas
sobre la ubicación de los orificios y el tipo de sistema de
conductos presente. Cuando hay un solo canal,
generalmente se ubica en el centro de la preparación del
acceso. Todos estos orificios, especialmente si tienen forma
ovalada, deben explorarse minuciosamente con pequeñas
limas tipo K precurvadas apicalmente para determinar si hay
más de un canal presente. Si solo se encuentra un orificio que
no está en el centro de la preparación, es probable que haya
otro presente y se debe buscar uno en el lado opuesto. La
relación de los dos orificios entre sí también es
Morfología del conducto radicular
significativo. Cuanto más cerca estén entre sí, mayor será
la posibilidad de que los dos canales se unan en algún
punto dentro del cuerpo de la raíz. También es
importante la dirección que toma una lima al introducirla
en un orificio. Si la lima inicial colocada en el canal distal
de un molar mandibular, por ejemplo, apunta hacia bucal
o lingual, se debe sospechar un segundo canal. Si hay dos
canales, cada uno será más pequeño que un solo canal.
Siempre que una raíz contiene dos conductos que se unen, el conducto palatino/
lingual es generalmente el que tiene acceso en línea recta al ápice. Esta anatomía se trata
mejor preparando y obturando el canal palatino/lingual hasta el ápice y el canal bucal
hasta el punto de unión (90). Si ambos conductos se agrandan hasta el ápice, se obtiene
una preparación en forma de "reloj de arena". El punto en el que se unen los dos
conductos estaría más constreñido que la preparación en el vértice. Rellenar tal situación
deja vacíos en el tercio apical e invita al fracaso, especialmente si las bacterias
permanecen en el canal. Las limas rotatorias de níquel-titanio también se deben usar con
precaución cuando este tipo de anatomía está presente porque el instrumento puede
separarse cuando la lima atraviesa la curvatura pronunciada hacia la parte común del
canal. Cuando un canal se separa en dos, la división es bucal y lingual con el canal lingual
generalmente separándose del canal principal en un ángulo agudo; a veces en casi un
ángulo recto (Fig. 11). Slowey (91) recomienda 'que es útil visualizar esta configuración
del canal como una letra 'h' minúscula. El canal bucal sería la porción de línea recta de la
letra 'h', mientras que el canal lingual existe alrededor de la mitad de la raíz en un ángulo
agudo desde el canal bucal recto. Esto requiere una modificación en el acceso hacia
lingual para lograr el paso sin obstrucciones de los instrumentos al canal lingual (91). El
canal bucal sería la porción de línea recta de la letra 'h', mientras que el canal lingual
existe alrededor de la mitad de la raíz en un ángulo agudo desde el canal bucal recto.
Esto requiere una modificación en el acceso hacia lingual para lograr el paso sin
obstrucciones de los instrumentos al canal lingual (91). El canal bucal sería la porción de
línea recta de la letra 'h', mientras que el canal lingual existe alrededor de la mitad de la
raíz en un ángulo agudo desde el canal bucal recto. Esto requiere una modificación en el
acceso hacia lingual para lograr el paso sin obstrucciones de los instrumentos al canal
lingual (91).
Los molares superiores generalmente tienen tres raíces
y pueden tener hasta tres canales mesiales, dos canales
distales y dos canales palatinos. La raíz mesiovestibular
del primer molar maxilar ha generado más investigación
e investigación clínica que cualquier raíz en la boca.
Generalmente tiene dos canales, pero se ha informado de
un tercer canal. Cuando son dos, se denominan
mesiovestibular (MB-1) y segundo mesiovestibular (MB-2).
Gorduysus et al. (7) estudiaron la ubicación y la vía del
canal MB-2 en los primeros y segundos molares maxilares
usando el DOM y encontraron que la ubicación de este
canal varía mucho. Se ubicó consistentemente mesial o
directamente sobre una línea entre el MB-1 y los orificios
palatinos (Fig. 12), dentro de los 3,5 mm palatinos.
11
12
Tabla 3. Clasificación y porcentaje de conductos radiculares de los dientes maxilaresnorte
Vertucci

totales con
totales con Tipo VI, Tipo VII, dos totales con
Nº de Tipo i, Tipo II, Tipo III, un canal Tipo IV, Tipo V, 1-2-1 1-2-1-2 canales Tipo VIII, tres canales
Dientes dientes 1 canal 2-1 canales 1-2-1 canales en el vértice 2 canales 1-2 canales canales canales en el vértice 3 canales en el vértice

maxilar central 100 100 0 0 100 0 0 0 0 0 0 0

Lateral maxilar 100 100 0 0 100 0 0 0 0 0 0 0

canino maxilar 100 100 0 0 100 0 0 0 0 0 0 0

Primer premolar maxilar 400 8 18 0 26 62 7 0 0 69 5 5

Segundo premolar maxilar 200 48 22 5 75 11 6 5 2 24 1 1

primer molar maxilar

mesiobucal 100 45 37 0 82 18 0 0 0 18 0 0

Distobucal 100 100 0 0 100 0 0 0 0 0 0 0

Palatal 100 100 0 0 100 0 0 0 0 0 0 0

segundo molar maxilar

mesiobucal 100 71 17 0 88 12 0 0 0 12 0 0

Distobucal 100 100 0 0 100 0 0 0 0 0 0 0

Palatal 100 100 0 0 100 0 0 0 0 0 0 0

norteResultados publicados previamente en: Vertucci FJ. Anatomía del conducto radicular de los dientes permanentes humanos. Oral Surg Oral Med Oral Patol Oral Radiol Endod 1984: 58:589–599.
 Tabla 4. Clasificación y porcentaje de conductos radiculares de los dientes mandibularesnorte

totales con Tipo VI, Tipo VII, totales con totales con
Nº de Tipo i, Tipo II, Tipo III, un canal Tipo IV, Tipo V, 1-2-1 1-2-1-2 dos canales Tipo VIII, tres canales
Dientes dientes 1 canal 2-1 canales 1-2-1 canales en el vértice 2 canales 1-2 canales canales canales en el vértice 3 canales en el vértice

Incisivo central mandibular 100 70 5 22 97 3 0 0 0 3 0 0

Incisivo lateral mandibular 100 75 5 18 98 2 0 0 0 2 0 0

canino mandibular 100 78 14 2 94 6 0 0 0 6 0 0

Primer premolar mandibular 400 70 0 4 74 1.5 24 0 0 25.5 0.5 0.5

Segundo premolar mandibular 400 97.5 0 0 97.5 0 2.5 0 0 2.5 0 0

Primer molar mandibular

Medio 100 12 28 0 40 43 8 10 0 59 1 1

Distal 100 70 15 0 85 5 8 2 0 15 0 0

Segundo molar mandibular

Medio 100 27 38 0 sesenta y cinco 26 9 0 0 35 0 0

Distal 100 92 3 0 95 4 1 0 0 5 0 0

norteResultados publicados previamente en: Vertucci FJ. Anatomía del conducto radicular de los dientes permanentes humanos. Oral Surg Oral Med Oral Patol Oral Radiol Endod 1984: 58:589–599.
Morfología del conducto radicular

13
Vertucci

y 2 mm mesialmente desde los orificios MB-1. No todos los orificios

MB-2 conducen a un verdadero canal. Un canal MB-2 'aparente' no se
pudo rastrear mucho más allá de los orificios en el 16% de los dientes.

La negociación del canal MB-2 es a menudo difícil debido a un

reborde de dentina que cubre sus orificios, la inclinación mesiobucal
de sus orificios en el piso pulpar (Fig. 13A) y su trayecto que a menudo
toma una o dos curvas abruptas en la coronal. parte de la raíz. La
mayoría de estas obstrucciones se pueden eliminar mediante la
"acanaladura o avellanado" con puntas ultrasónicas mesial y
apicalmente a lo largo del surco mesiovestibular-palatino (Fig. 13B).
Este procedimiento hace que el canal se desplace mesialmente, lo que
requiere mover la pared de acceso más mesialmente. La canaleta
puede tener que extenderse de 0,5 a 3 mm de profundidad. Se debe

Fig. 9. Representación esquemática de las configuraciones de tener cuidado para evitar la perforación de la pared furcal de esta raíz
canales complementarias de Gulabivala et al. a las de Vertucci. como una concavidad.

Tabla 5. Informes de casos de configuraciones de canales apicales para dientes maxilares anteriores y premolares

Autores Diente 1 canal 2 canales 4 canales

Mangani y Ruddle (32) incisivo central – – X

Todd (33) incisivo central – X –

Genovese y Marsico (34) incisivo central – X –

Sinaí y Lustbader (35) incisivo central – X –

Von der Vyver y Traub (36) incisivo central – X –

Cabo-Valle y González-González (37) incisivo central – X –

Mader y Konzelman (38) incisivo central – X –

Pecora et al. (39) Incisivo lateral – X –

Thompson et al. (40) Incisivo lateral Xnorte – –

Fabra-Campos (41) Incisivo lateral – X –

Christie et al. (42) Incisivo lateral – X –

Walvekar y Behbehani (43) Incisivo lateral – – X

collins (44) Incisivo lateral – X –

Soares y Leonardo (45) Primer premolar maxilar – – X

Soares y Leonardo (45) Segundo premolar maxilar – – X

Ferreira et al. (46) Segundo premolar maxilar – – X

Barkhordar y Sapone (47) Segundo premolar maxilar – – X

Bajo (48) Segundo premolar maxilar – – X

norteDos canales se unen en uno.

14
 Morfología del conducto radicular

Tabla 6. Informes de casos de configuraciones de canales apicales para molares maxilares

Autores Diente 1 canal 2 canales 4 canales

Bond et al. (49) Primer molar mesiobucal – – Reporte de un caso

Beaty (50) Primer molar mesiobucal – X –

Maggiore et al. (51) Primer molar mesiobucal – X –

Cecic et al. (52) Primer molar mesiobucal – X –

Baratto-Filho et al. (53) Primer molar mesiobucal – X –

Wong (54) Primer molar mesiobucal – X –

Martínez-Berna et al. (55) Primer molar distovestibular 3 –

Hülsmann (56) Primer molar distovestibular X –

Bond et al. (49) Primer molar distovestibular – X –

Beaty (50) Primer molar distovestibular X – –

Maggiore et al. (51) Primer molar distovestibular X – –

Cecic et al. (52) Primer molar distovestibular X – –

Baratto-Filho et al. (53) Primer molar distovestibular X – –

Wong (54) Primer molar distovestibular X – –

Martínez-Berna et al. (55) primer molar palatino 3 – –

Hülsmann (56) primer molar palatino X – –

Bond et al. (49) primer molar palatino Xnorte – –

Beaty (50) primer molar palatino X – –

Maggiore et al. (51) primer molar palatino – – X

Cecic et al. (52) primer molar palatino – X –

Baratto-Filho et al. (53) primer molar palatino – X –

Wong (54) primer molar palatino – – X

Thews et al. (57) primer molar palatino – 2 –

Benenati (58) Segundo molar mesiobucal X – –

Fahid y Taintor (59) Segundo molar mesiobucal X – –

Benenati (58) Segundo molar distovestibular X –

Fahid y Taintor (59) Segundo molar distovestibular – X –

Benenati (58) segundo molar palatino – X –

norteDos canales se unen en uno.

existe en su superficie distal. Apical al nivel de la depresión, el Los molares mandibulares suelen tener dos raíces. Sin
canal puede ser recto o curvarse bruscamente hacia la embargo, ocasionalmente se presentan tres raíces con dos o
distovestibular, bucal o palatina. tres conductos en mesial y uno, dos o tres conductos en

15
Vertucci
Tabla 7. Informes de casos de configuraciones de canales apicales para dientes mandibulares anteriores y premolares
Autores Diente
Funato et al. (60) incisivo central
D´Arcangelo et al. (61) Canino
Orguneser y Kartal (62) Canino
Heling et al. (63) Canino
Holtzmann (64) segundo premolar
El Deb (65) segundo premolar
Rödig y Hülsmann (66) segundo premolar
Bram y Fleisher (67) segundo premolar
Rodas (68) segundo premolar
Macri y Zmener (69) segundo premolar
norte Tres canales se unen en dos. w
Cinco canales se unen en cuatro.
raíz distal (Cuadro 8). DeMoor et al. (92) informaron que los primeros molares mandibulares
ocasionalmente tienen una raíz distolingual adicional (radix entomolaris, RE). La aparición de estos
primeros molares mandibulares de tres raíces es inferior al 3 % en poblaciones africanas, 4,2 % en
caucásicas, inferior al 5 % en poblaciones euroasiáticas y asiáticas y superior al 5 % en poblaciones
con rasgos mongoles. La superficie distal de la raíz mesial y la superficie mesial de la raíz distal
tienen una concavidad radicular que hace que esta pared sea muy delgada. La instrumentación
demasiado entusiasta de la concavidad puede conducir a una perforación en tira de la raíz. A
veces se presenta un canal medio mesial (MM) en el surco de desarrollo entre los canales MB y ML
(Fig. 14). La incidencia de aparición de un canal MM varía del 1% (13) al 15% (93). Debe buscarse
siempre durante la preparación del acceso. Se utiliza una fresa para eliminar cualquier
protuberancia de la pared axial mesial que impida el acceso directo al surco de desarrollo entre
los orificios MB y ML. Con aumento, este surco de desarrollo debe explorarse cuidadosamente con
la punta afilada de un explorador endodóntico. Si se localiza una depresión u orificios, el surco
puede atravesarse con puntas ultrasónicas a expensas de su aspecto mesial hasta que una
pequeña lima pueda atravesar este canal intermedio. Los canales en la raíz distal son el canal
distal (D) si hay un solo canal y el canal distobucal (DB), distolingual (DL) y distal medio (MD) si hay
más de un canal. este surco de desarrollo debe explorarse cuidadosamente con la punta afilada
de un explorador de endodoncia. Si se localiza una depresión u orificios, el surco puede
atravesarse con puntas ultrasónicas a expensas de su aspecto mesial hasta que una pequeña lima
pueda atravesar este canal intermedio. Los canales en la raíz distal son el canal distal (D) si hay un
solo canal y el canal distobucal (DB), distolingual (DL) y distal medio (MD) si hay más de un canal.
este surco de desarrollo debe explorarse cuidadosamente con la punta afilada de un explorador
de endodoncia. Si se localiza una depresión u orificios, el surco puede atravesarse con puntas
ultrasónicas a expensas de su aspecto mesial hasta que una pequeña lima pueda atravesar este
canal intermedio. Los canales en la raíz distal son el canal distal (D) si hay un solo canal y el canal
distobucal (DB), distolingual (DL) y distal medio (MD) si hay más de un canal.
dieciséis
1 canal 2 canales 3 canales 4 canales
– X –
– X –
– Xnorte –
– – X
– – – X
– – X –
– – X –
– – – X
– – – X
– – – Xw
La configuración del canal en forma de C fue reportada por
primera vez por Cooke y Cox (94). Si bien la mayoría de los
conductos en forma de C ocurren en el segundo molar
mandibular, también se han informado en el primer molar
mandibular, los primeros y segundos molares maxilares y el
primer premolar mandibular. Los molares mandibulares en
forma de C se denominan así por la morfología de la sección
transversal de su raíz y conducto radicular. En lugar de tener
varios orificios discretos, la cámara pulpar del molar en forma de
C es un solo orificio en forma de cinta con un 1801arco (o más),
comenzando en el ángulo de la línea mesiolingual y recorriendo
vestibular o lingual para terminar en el aspecto distal de la
cámara pulpar. Por debajo del nivel de los orificios, la estructura
de la raíz de un molar en forma de C puede albergar una amplia
gama de variaciones anatómicas. 'Estos se pueden clasificar en
dos grupos básicos: (1) aquellos con un solo canal en forma de C,
en forma de cinta, desde los orificios hasta el vértice y (2) aquellos
con tres o más canales distintos debajo de los orificios en forma
de C habituales.' Afortunadamente, los molares en forma de C
con una sola franja de canal son la excepción y no la regla. Más
común es el segundo tipo de canal en forma de C, con sus
canales discretos que tienen formas inusuales (94).
Existe una variación étnica significativa en la incidencia de
molares en forma de C. Esta anatomía es mucho más común
en los asiáticos que en los caucásicos. Investigaciones en
Japón y China mostraron una incidencia del 31,5% de canales
en forma de C (95–96). Haddad et al. (97) encontraron una
tasa del 19,1 % en sujetos libaneses, mientras que Seo y Park
 Morfología del conducto radicular

Tabla 8. Informes de casos de configuraciones de canales apicales para molares mandibulares

Autores Diente 1 canal 2 canales 3 canales 4 canales

Beatty y Krell (70) primer molar mesial – – X –

Martínez-Berna y Badanelli (71) primer molar mesial – – X –

Fabra-Campos (72) primer molar mesial – – X –

Baugh y Wallace (73) primer molar mesial – Xnorte – –

Ricucci (74) primer molar mesial – Xnorte – –

DeGrood y Cunningham (75) primer molar mesial – Xnorte – –

Jacobsen et al. (76) primer molar mesial – Xnorte X X

Reeh (77) primer molar mesial – – – X

Ricucci (74) Primer molar distal X – –

DeGrood y Cunningham (75) Primer molar distal – Xnorte – –

Martínez-Berna y Badanelli (71) Primer molar distal Xw Xnorte – –

Beatty y Krell (70) Primer molar distal – X – –

Reeh (77) Primer molar distal – – X –

Beatty e Interián (78) Primer molar distal – – X –

Friedman et al. (2) Primer molar distal – – X –

Stronger et al. (79) Primer molar distal – – X –

Pozos y Bernier (80) Segundo molar distal X – – –

Beatty y Krell (70) Segundo molar distal – – X –

Beatty y Krell (70) Segundo molar distal – X – –

Pozos y Bernier (80) Segundo molar distal Xz – – –

norteTres canales se unen en dos. w

Tres canales se unen en uno. zLos
canales mesial y distal se unen.

(98) encontró que el 32,7% de los coreanos tenían segundos
molares mandibulares en forma de C. Aunque la anatomía
del canal en forma de C crea desafíos técnicos considerables,
el uso del DOM, la instrumentación sónica y ultrasónica y las
técnicas de obturación termoplástica han hecho que el
tratamiento sea más predecible.
Región apical de la raíz.
El concepto clásico de la anatomía de la raíz apical es que existen
tres puntos de referencia anatómicos e histológicos, a saber
la constricción apical (AC), la unión cemento-dentinal (CDJ) y
el foramen apical (AF). La anatomía del ápice radicular
descrita por Kuttler (99) (Fig. 15) muestra el conducto
radicular estrechándose desde los orificios del conducto
hasta la CA, que generalmente se encuentra entre 0,5 y 1,5
mm dentro de la FA. Generalmente se considera que es la
parte del conducto radicular con el diámetro más pequeño.
Es el punto de referencia más utilizado por los odontólogos
como terminación apical de los procedimientos de modelado,
limpieza y obturación.
El CDJ es el punto en el canal donde el cemento se encuentra
con la dentina. Es el punto donde termina el tejido pulpar.

17
Vertucci

Fig. 10. Comparación del tamaño de las pulpas de dos primeros

molares mandibulares a diferentes edades. (A) Edad, 7 años. La
cámara pulpar es grande. (B) 55 años. La cámara pulpar se reduce
considerablemente de tamaño a través de la formación de dentina Fig. 12. Representación esquemática de la posición del orificio del
reparadora, principalmente en el suelo pulpar. canal MB-2 en los molares maxilares.

Fig. 13. Representación esquemática de la orientación del

orificio MB-2 antes (A) y después (B) del procedimiento de
canalización. Quitar las obstrucciones facilita el acceso a este
orificio.

Fig. 11. Vista mesial de un premolar mandibular con

configuración de canal Vertucci Tipo V. El canal lingual se
separa del canal principal en casi un ángulo recto, lo que
requiere la ampliación del acceso al lingual. Esto debe
realizarse utilizando el DOM.

y comienzan los tejidos periodontales. Su ubicación en el

conducto radicular es muy variable. Generalmente no es
la misma área que la CA y no es un punto fijo en la
población de diferentes países (100). Smulson et al. (101)
estimaron que el CDJ se ubica aproximadamente a 1,0
mm del AF.
Desde el AC o diámetro menor (102) el canal se ensancha a Fig. 14. Acceso al primer molar mandibular con tres canales
medida que se acerca al AF o diámetro mayor. La forma del mesiales. Aproximadamente la mitad de los canales mesiales
medios terminan en un agujero separado.
espacio entre los diámetros mayor y menor se ha descrito de
diversas formas como en forma de embudo, hiperbólica o
"gloria de la mañana". Se ha determinado que la distancia personas mayores se debe a la mayor acumulación de
media entre los diámetros mayor y menor es de 0,5 mm en cemento. El AF es la 'circunferencia o borde
una persona joven y de 0,67 mm en una persona mayor. El redondeado, como un embudo o cráter, que diferencia
aumento de longitud en la terminación del canal cementante del exterior

18
 Morfología del conducto radicular

Tabla 10. Tamaño de los agujeros apicales principalesnorte

Dientes Valores medios (tu)

incisivos maxilares 289.4

Incisivos mandibulares 262.5

premolares maxilares 210.0

premolares mandibulares 268.25

molares maxilares

Palatal 298.0

mesiobucal 235.05

Distobucal 232.20

Molares mandibulares

Fig. 15. Morfología del ápice de la raíz. Desde su orificio, el canal

Medio 257.5
se estrecha hasta la constricción apical o diámetro menor, que
generalmente se considera la parte más estrecha del canal. A Distal 392.0
partir de este punto, el conducto se ensancha a medida que sale
de la raíz por el agujero apical o diámetro mayor. El espacio entre
norteResultados publicados previamente en: Morfis A, Sylaras
los diámetros menor y mayor tiene forma de embudo.
SN, Georgopoulou M, Kernani M, Prountzos F. Estudio de los
ápices de los dientes permanentes humanos con el uso de un
microscopio electrónico de barrido. Oral Surg Oral Med Oral
Pathol Oral Radiol Endod 1994: 77(2):172–176.
Tabla 9. Distancia perpendicular media desde el
ápice de la raíz hasta la constricción apical y
diámetros mesiodistal y labiolingual en la
constricciónnorte Ponce y Vilar Fernandez (103) evaluaron secciones

mesiodistal labiolingual Vertical

histológicas seriadas de dientes anteriores superiores para
Dientes (mm) (mm) (mm) determinar la ubicación y el diámetro de la CDJ y el diámetro
de la AF. Descubrieron que la extensión del cemento desde la
incisivo central 0.370 0.428 0.863
FA hacia el conducto radicular difería considerablemente en
Incisivo lateral 0.307 0.369 0.825 las paredes opuestas del conducto. El cemento alcanzó el

Canino 0.313 0.375 1.010
Resultados publicados previamente en: Mizutani T,
norte
Ohno N, Nakamura H. Estudio anatómico del ápice de la
raíz en los dientes anteriores superiores. J Endod 1992:
18(7): 344–347.
superficie de la raíz'. Kuttler (99) determinó que el diámetro
de la FA en personas de 18 a 25 años era de 502metrom y en
los mayores de 55 años fue de 681metrom, demostrando su
crecimiento con la edad. La FA normalmente no sale por el
vértice anatómico, sino que tiene una desviación de 0,5 a 3,0
mm. Esta variación es más marcada en dientes viejos por
aposición de cemento. Los estudios han demostrado que la
FA coincide con el vértice de la raíz apical entre un 17% y un
46% de las veces (12–16).
mismo nivel en todas las paredes del canal solo el 5% de las
veces. La mayor extensión generalmente ocurrió en el lado
cóncavo de la curvatura del canal. Esta variabilidad volvió a
confirmar que el CDJ y el AC generalmente no son la misma
área y que el CDJ debe considerarse solo un punto en el que
dos tejidos histológicos se encuentran dentro del conducto
radicular. El diámetro del canal en el CDJ era muy irregular y
se determinó que era 353metrom para maxilares centrales,
292metrom para incisivos laterales y 298metrom para
caninos.
Mizutani et al. (104) prepararon secciones transversales
seriadas de 90 dientes anteriores superiores y encontraron que el
ápice de la raíz y la AF principal coincidían en el 16,7% de los
incisivos centrales y caninos y en el 6,7% de los incisivos laterales.
Tanto el ápice radicular como la AF de los incisivos centrales y
caninos se desplazaron distolabialmente mientras que los de los
incisivos laterales se desplazaron distolingualmente. La dis-

19
Vertucci

La distancia desde el ápice de la raíz hasta la CA y los diámetros

Tabla 11. Diámetro mediano del canal (en mm) a 1, 2 y
del conducto radicular mesiodistal y labiolingular en la CA se
5 mm del ápicenorte
muestran en la Tabla 9. El diámetro labiolingual en todos los
Bucal/lingual mesial/distal
dientes anteriores maxilares es aproximadamente 0,05 mm

Diente (canal) mayor que el diámetro mesiodistal. Esto tiene implicaciones

Posición 1 mm 2 mm 5 mm 1 mm 2 mm 5 mm definitivas en los procedimientos de conformación y limpieza, ya

Maxilar que solo el diámetro mesiodistal es evidente en la radiografía.

incisivo central 0,34 0,47 0,76 0,30 0,36 0,54

Morfis et al. (105) estudiaron los ápices de 213 dientes

Incisivo lateral 0,45 0,60 0,77 0,33 0,33 0,47 permanentes con el uso de un microscopio electrónico de barrido
y determinaron el número y tamaño de AF, su distancia desde el
Canino 0,31 0,58 0,63 0,29 0,44 0,50
ápice anatómico y el tamaño de los agujeros accesorios. Se
Premolar observó más de una FA principal en todos los dientes excepto en
la raíz palatina de los molares maxilares y la raíz distal de los
Canal único 0,37 0,63 1,13 0,26 0,41 0,38
molares mandibulares. El veinticuatro por ciento de los
bucal 0,30 0,40 0,35 0,23 0,31 0,31 premolares superiores y el 26% de los incisivos superiores no
mostraron FA principal. Las raíces mesiales de los molares
Palatal 0,23 0,37 0,42 0,17 0,26 0,33
mandibulares (50%), los premolares maxilares (48,3%) y la raíz
Molar mesial de los molares maxilares (41,7%) presentaron el mayor

Soltero 0,43 0,46 0,96 0,22 0,32 0,29 porcentaje de FA múltiple. Este hallazgo es consistente con las
mesiobucal observaciones de que las raíces romas suelen tener más de un
conducto radicular. Los valores medios del tamaño de la FA
1.º mesiovestibular 0,19 0,37 0,46 0,13 0,27 0,32
principal se enumeran en la Tabla 10. Variaron de 210metrom
2º mesiobucal 0,19 0,31 0,38 0,16 0,16 0,16 para los premolares superiores a 392metrom para las raíces
distales de los molares mandibulares. Todos los grupos de
Distobucal 0,22 0,33 0,49 0,17 0,25 0,31
dientes demostraron al menos un agujero accesorio. Los
Palatal 0,29 0,40 0,55 0,33 0,40 0,74 premolares maxilares presentaron el mayor número y tamaño de

mandibular foramen accesorio (valor medio 53,4metrom) y la composición

morfológica apical más complicada. Esto fue seguido de cerca
Incisivo 0,37 0,52 0,81 0,25 0,25 0,29
por los premolares mandibulares y puede ser una razón por la
Canino 0,47 0,45 0,74 0,36 0,36 0,57 cual la terapia de conducto puede fallar en este grupo de dientes.

Premolar
Briseño Marroquín et al. (106) investigaron la anatomía
Soltero 0,35 0,40 0,76 0,28 0,32 0,49 apical de 523 molares maxilares y 574 mandibulares de una
población egipcia por medio de un estereomicroscopio
Bucal 0,20 0,34 0,36 0,23 0,29 0,41
asistido por computadora (-40 aumentos). La forma
Palatal 0,13 0,32 0,37 0,18 0,21 0,17 fisiológica del foramen (constricción apical) más común fue

Molar ovalada (70%); la media de los diámetros del foramen

fisiológico estrecho y ancho fue de 0,20 a 0,26 mm en los
Solo mesial 0,45 0,80 2,11 0,22 0,30 0,29
molares mandibulares, de 0,18 a 0,25 mm en las raíces
mesiobucal 0,40 0,42 0,64 0,21 0,26 0,32 maxilares mesiovestibulares y distovestibulares y de 0,22 a
0,29 mm en la raíz maxilar palatina. Hubo un alto porcentaje
mesiolingual 0,38 0,44 0,61 0,28 0,24 0,35
de dos forámenes fisiológicos en las raíces mesial (87%) y
Distal 0,46 0,50 1,07 0,35 0,34 0,59 mesiobucal (71%) de los primeros molares mandibulares y
maxilares, respectivamente; hubo una alta frecuencia de
norteResultados publicados previamente en: Wu MK, R'Oris A, Barkis
D, Wesselink P. Prevalencia y extensión de canales ovales largos forámenes accesorios en raíces mesiovestibulares maxilares
en el tercio apical. Cirugía oral Oral Med Oral Pathol Oral Radiol (33%) y mesiales mandibulares (26%).
Endod 2000: 89(6):739–743. Mjor et al. (107,108), encontró una enorme variación en
la morfología de la raíz apical, incluyendo numerosos

20

conductos accesorios, áreas de reabsorción y reabsorción
reparada, cálculos pulpares adheridos, incrustados y libres y
cantidades variadas de dentina secundaria irregular. Los túbulos
dentinarios primarios se encontraron con menos frecuencia que
en la dentina coronal y eran más o menos irregulares en
dirección y densidad. Algunas áreas estaban completamente
desprovistas de túbulos. Ramas tubulares finas (300–700 mm de
diámetro) que corren a 451a los túbulos principales y microramas
(25-200 mm de diámetro) que discurren a 901a los túbulos
principales estaban frecuentemente presentes. Esta estructura
variable en la región apical presenta desafíos para la terapia del
conducto radicular. Las técnicas de obturación que se basan en la
penetración de adhesivos en los túbulos dentinarios pueden no
tener éxito. Estos autores concluyeron que la capa híbrida puede
convertirse en una parte muy importante de los sistemas
adhesivos en la parte apical del conducto radicular.
Aunque se ha debatido durante décadas, existe una
controversia considerable sobre el punto exacto de
terminación de los procedimientos de tratamiento de
conductos radiculares (109–110). La determinación
clínica de la morfología del canal apical es difícil en el
mejor de los casos. La existencia de una CA puede ser
más conceptual que real. Dummer et al. (111)
determinaron que un solo AC tradicional estaba
presente menos de la mitad del tiempo. Con
frecuencia, el conducto radicular apical es cónico o
paralelo o contiene múltiples constricciones. Otros
autores (112-113) han sugerido que una constricción
apical no suele estar presente, particularmente
cuando hay reabsorción radicular apical y patología
perirradicular. Weine (114) recomienda los siguientes
puntos de terminación para la terapia: 1 mm desde el
ápice cuando no hay reabsorción ósea o radicular; 1.
Wu et al. (115) consideran que es difícil localizar
clínicamente la CA y la FA y que el ápice radiográfico es un
punto de referencia más fiable. Estos autores recomiendan
que los procedimientos de conducto radicular terminen a 0-3
mm del ápice radiográfico, según el diagnóstico pulpar. Para
casos vitales, la evidencia clínica y biológica (116–117) indica
que un punto favorable para terminar la terapia fue 2–3 mm
por debajo del vértice radiográfico. Esto deja un muñón
pulpar apical que evita la extrusión de materiales de
obturación irritantes hacia los tejidos perirradiculares. Con la
necrosis pulpar, las bacterias y sus subproductos pueden
estar presentes en el conducto radicular apical y poner en
peligro la cicatrización. En estos casos, se logró una mejor
tasa de éxito (116-117) cuando la terapia terminó en o dentro
de los 2 mm del vértice radiográfico. Cuando la terapia
Morfología del conducto radicular
terminado menos de 2 mm o extendido más allá del ápice
radiográfico, la tasa de éxito disminuyó en un 20%. Para los casos
de retratamiento, la terapia debe extenderse hasta el vértice
radiográfico o, preferiblemente, 1 a 2 mm por debajo del mismo
para evitar la extensión excesiva de los instrumentos y los
materiales de relleno en los tejidos perirradiculares.
Langeland (118-121) y Ricucci y Langeland
(122) concluyeron después de evaluar los tejidos apicales y
perirradiculares después de la terapia del conducto radicular,
que el pronóstico más favorable se obtuvo cuando los
procedimientos se terminaron en la CA, mientras que el peor
se obtuvo cuando se trabajó más allá de la CA. El segundo
peor pronóstico ocurrió cuando los procedimientos se
terminaron a más de 2 mm de la CA. Estos hallazgos
ocurrieron en tejido vital y necrótico y cuando las bacterias
estaban presentes más allá de la FA. La presencia de sellador
y/o gutapercha en los tejidos perirradiculares, en los canales
laterales y en las ramificaciones apicales siempre producía
una reacción inflamatoria severa (123–125). Estos autores, sin
embargo, admiten que es difícil en el mejor de los casos
localizar clínicamente la CA. Finalmente, Schilder (126)
recomendó un punto de terminación para toda la terapia en
o más allá del vértice radiográfico y abogó por el relleno de
todas las ramificaciones apicales y canales laterales. El límite
apical de instrumentación y obturación sigue siendo una de
las mayores controversias en el tratamiento de conductos
radiculares.
Un sello distintivo de la región apical es su variabilidad e
imprevisibilidad. Debido a la tremenda variación en las formas y
diámetros de los conductos, existe preocupación acerca de la
capacidad de los médicos para dar forma y limpiar los conductos en
todas las dimensiones. La capacidad para lograr esto depende de la
anatomía del sistema de conductos radiculares, las dimensiones de
las paredes del conducto y el tamaño final de los instrumentos de
ampliación.
El archivo inicial que explora la anatomía del canal y se
une en el canal se usa a veces como una medida del
diámetro apical del canal radicular. Intentando medir el
tamaño de los conductos radiculares apicales de forma
ovalada, Wu et al. (127) demostraron que en el 75% de los
casos la lima inicial contactaba solo con un lado de la
pared apical del canal; en el 25% restante el instrumento
no logró contactar con ninguna pared. En el 90% de los
conductos, el diámetro del instrumento inicial era menor
que el diámetro corto del conducto. En consecuencia, el
uso de la primera lima para unir para medir el diámetro
del canal apical y como guía para la ampliación apical no
es fiable. Leeb (128) reconoció este problema y determinó
que podría remediarse eliminando las interferencias en el
21
Vertucci
tercios coronal y medio del canal. Contreras et al. (129) concluyeron
que el ensanchamiento radicular antes de la exploración del canal
eliminó las interferencias y aumentó el tamaño inicial de la lima que
estaba ajustado en el ápice (casi dos tamaños de lima más grandes). El
ensanchamiento temprano le da al dentista una mejor idea del
tamaño del canal apical para que se puedan tomar mejores decisiones
con respecto al diámetro final apropiado necesario para la limpieza y
la conformación apical.
Gani y Visvisian (130) compararon la forma de la porción apical
del sistema de conductos radiculares de los primeros molares
maxilares con laD0diámetro de los instrumentos de endodoncia y
encontraron que las correlaciones entre los diámetros máximos
del canal y los diámetros de los instrumentos eran muy variables.
La evaluación del diámetro del conducto radicular mostró que en
los conductos palatino y MB-2 predomina una forma circular
(ambos diámetros son iguales); una forma plana (el diámetro más
grande excede al más pequeño por más que el radio) ocurre con
mayor frecuencia en el canal MB-1; tanto las formas circulares
como las planas se encuentran en el canal distovestibular. Los
canales planos y en forma de cinta persisten cerca del ápice
incluso en pacientes de edad avanzada y principalmente en el
canal MB-1. Se creía que este hallazgo se debía al estrechamiento
concéntrico de los canales en forma de cinta principalmente a lo
largo de su diámetro más pequeño. Los canales ovales se
estrechan principalmente a lo largo de su diámetro más grande y
tienden a volverse circulares. Estos autores concluyeron que el
primer molar maxilar presenta una forma de canal muy
complicada en el límite apical de su sistema de canales y esta
anatomía dificulta el modelado, limpieza y obturación. Esto es
particularmente cierto en el MB-1 y en los canales distobucales.
Debido a esta gran variabilidad les fue prácticamente imposible
establecer pautas de calibres de instrumentos que garantizaran
una preparación adecuada del canal.
Wu et al. (131) estudiaron los diámetros de los conductos
radiculares apicales y las conicidades de cada grupo de dientes y
demostraron que los conductos radiculares suelen tener forma de
óvalo largo o de cinta en los 5 mm apicales (Tabla 11). Estos autores
definieron un canal ovalado largo como aquel que tiene una relación
de diámetro de canal largo a corto mayor que 2. Se encontró que este
tipo de morfología de canal ocurre en el 25% de las secciones
transversales estudiadas. Tienen un diámetro vestibular/lingual
mayor que su diámetro mesial/distal. Se encontró que esto era cierto
para todos los canales excepto el canal palatino de los molares
maxilares. Las medidas del canal sugieren que las preparaciones
apicales deben llevarse a tamaños más grandes que los
recomendados anteriormente (132). Estos autores concluyeron que
"debido a los canales ovales largos, los canales más grandes se
estrechan en la dirección bucal-lingual, los rangos más amplios en
22
los diámetros apicales de los canales y la falta de tecnología
para medir estos diámetros, es muy difícil, si no imposible,
desbridar adecuadamente todos los canales solo con
instrumentación.' Este hecho fue enfatizado aún más por Wu
y Wesselink (133) cuando reportaron extensiones no
instrumentadas en el 65% de los canales ovales preparados
con limas utilizando la técnica de fuerza balanceada y por
Rodig et al. (134) quienes determinaron que los instrumentos
rotatorios de níquel-titanio no permitían la preparación
controlada de las extensiones bucales y linguales de los
canales ovales. Los instrumentos crearon una protuberancia
redonda en el canal dejando las extensiones sin preparar y
llenas de barro dentinario y desechos.
La conformación y limpieza completas de los
conductos radiculares suele ser difícil de lograr
debido a las variaciones en las formas de las
secciones transversales de los conductos (135–137)
y la presencia de irregularidades y curvaturas en los
conductos. Las limas manuales de acero inoxidable
y las limas rotatorias cónicas de níquel-titanio se
utilizan actualmente para la ampliación del
conducto radicular. El ensanchamiento excesivo con
estos instrumentos, particularmente en raíces
curvas, presenta el peligro de adelgazar o perforar
la pared del conducto radicular en la superficie
cóncava de una raíz (138). Además, el riesgo de
contratiempos iatrogénicos aumenta porque los
conductos radiculares tienden a estar más cerca de
la parte interna (cóncava) de las raíces curvas (139–
140). Abou-Rass et al. (141) recomendaron un
"limado anticurvatura" al preparar canales curvos.
Lim y Stock (142) compararon el empaste
anticurvatura utilizando la técnica de retroceso con un
método de retroceso circunferencial estándar en
conductos radiculares de molares curvos y
demostraron que el empaste anticurvatura reduce el
riesgo de perforación a través de la superficie
radicular furcal o curva. Estos autores señalaron que
un valor arbitrario de 0,3 mm de dentina es el grosor
mínimo de la pared del canal que debe quedar
después de la preparación para proporcionar
suficiente resistencia a las fuerzas de obturación y a
las fuerzas ejercidas durante la función. Gluskin et al.
(143) demostraron que las formas de conductos
preparadas con limas GT rotatorias de níquel-titanio
(Dentsply-Tulsa Dental, Tulsa, EE. UU.) estaban mejor
centradas y conservaban más dentina en la región de
la zona de peligro de los molares curvos que los
instrumentos manuales. Garala et al.

Fig. 16. (A) Corte en X de un diente anterior mandibular que muestra
restos de pulpa que quedan en los recesos de las paredes del
conducto radicular en 1 mm apical. Preparación rotatoria de níquel
titanio (tamaño 40, conicidad de 0,08) e irrigación manual [6% NaOCL
y RC prep (Premier)]. (B) Fotomicroscopía electrónica de la pared del
canal en (A) que ilustra muchos desechos. (C) Corte en X de un diente
anterior mandibular que muestra paredes limpias del canal en 1 mm
apical después de una preparación rotatoria de níquel titanio (tamaño
40, conicidad de 0,08) e irrigación sónica acústica con NaOCL al 6 %.
(Micromega, Besancon, Francia) se usaron de acuerdo con las
instrucciones del fabricante. La estructura de la pared del canal
removida durante la preparación nunca excedió el 60%.
Morfología del conducto radicular
Fig. 17. Fuga a través de los túbulos dentinarios que se origina en la
superficie radicular biselada. (A) El relleno inverso no se extiende
coronalmente a la altura del bisel. Las flechas indican el camino
potencial para la penetración de fluidos. (B) La obturación inversa se
extiende coronalmente hasta la altura del bisel y bloquea la
penetración de fluidos (flechas) en el espacio del conducto radicular.
De Vertucci FJ y Beatty RG. Fuga apical asociada con la técnica de
retroobturación: un estudio de tinción. J Endod 1986: 12(8): 335.
Ninguno de los sistemas preparó en exceso los conductos ni
comprometió la integridad de la raíz por la eliminación excesiva
de la pared del conducto. Sin embargo, los autores encontraron
que las preparaciones apicales mostraron la menor cantidad de
preparación. Se observaron muchas preparaciones apicales y
coronales donde solo se instrumentó una porción de la pared del
canal. Parece necesaria una ampliación adicional del canal apical
para incorporar el canal original en la preparación final. Peters et
al. (145–146) llegaron a conclusiones similares al estudiar el
efecto de cinco sistemas de instrumentación rotatoria de
níqueltitanio en el desbridamiento del canal. Descubrieron que
todas las técnicas dejaban el 35% o más del área de la superficie
del canal sin cambios. Todos estos resultados son bastante
predecibles teniendo en cuenta el entorno altamente variable y
hostil que proporciona el sistema de conductos radiculares y el
estado actual de los instrumentos intracanales de endodoncia
que no pueden entrar en contacto con todos los huecos
presentes a lo largo de las paredes del conducto. Hacen un buen
trabajo en la conformación del canal, pero un mal trabajo en el
desbridamiento total del canal.
Al intentar encontrar mejores formas de limpiar y esterilizar los
conductos radiculares, Card et al. (147) determinaron que
agrandar los conductos por encima de los tamaños apicales
recomendados tradicionales era la única forma de eliminar
eficazmente las bacterias cultivables del conducto. Los mayores
tamaños apicales optimizaron la irrigación y desinfección y
facilitaron la eliminación mecánica de microbios. Usmán
23
Vertucci
Fig. 19. Tipos de istmo del canal.
et al. (148) concluyeron de manera similar que un aumento en el tamaño de
la instrumentación del canal a la longitud de trabajo producía un aumento
en la limpieza del canal. Sin embargo, el volumen de irrigante, el número de
cambios de instrumentos y la profundidad de penetración de las agujas de
irrigación tuvieron un efecto mucho menor en el desbridamiento del canal.
El precio de aumentar el diámetro apical del canal puede ser errores de
procedimiento y/o fracturas radiculares. Como complemento a estas
técnicas, la microtransmisión acústica mediante irrigación sónica y
ultrasónica parece tener un efecto positivo en la limpieza de los canales
ovales, como lo demostraron Lumley et al. (149) y Jurecko et al. (150) (figura
16). Sin embargo, es necesario realizar más investigaciones para
determinar los mejores procedimientos de tratamiento para un sistema de
conductos radiculares altamente variable.
Peters et al. (151) demostraron recientemente un modelo
tridimensional detallado de la cavidad pulpar obtenido mediante
tomografía computarizada de alta resolución. Este método es muy
prometedor para aumentar aún más nuestro conocimiento de la
anatomía del conducto radicular. Estudiando los molares maxilares,
estos autores determinaron el volumen, el área y las dimensiones de
los sistemas de conductos radiculares. Los diámetros medios del canal
en los 0,5 mm apicales fueron 188 - 5, 174 - 12 y 318 - 23metrom para
los canales mesiovestibular (MB-1), distovestibular y palatino. Dicha
información contribuye en gran medida a ayudarnos a establecer los
tamaños finales de instrumentación para los procedimientos de
limpieza y modelado.
En conjunto, elen vivoestudios e informes de casos
discutidos anteriormente subrayan la importancia de un
24
Fig. 18. (A) Istmo completo en la
superficie radicular biselada entre dos
conductos. (B) El istmo se ha
convertido en parte de la
retropreparación que debe tener una
profundidad uniforme de 3 mm.
suficiente conocimiento de la anatomía dental para el
tratamiento de conducto no quirúrgico. Sin embargo, la anatomía
natural se altera durante los procedimientos quirúrgicos y es
necesario abordar características anatómicas adicionales. Como
resultado de sus estudios sobre anatomía apical, Morfis et al.
(105) concluyeron que el biselado del ápice de la raíz de 2 a 3 mm
durante los procedimientos quirúrgicos elimina la gran mayoría
de los conductos accesorios no preparados y sin obturar y, por lo
tanto, elimina la posibilidad de fracaso. Este hallazgo concuerda
con los resultados de Kim et al. (152) quienes determinaron que
la cantidad de resección de la raíz apical depende de la incidencia
de ramificaciones accesorias y apicales en el extremo de la raíz.
Usando un bisel perpendicular al eje longitudinal de una raíz,
encontraron que la remoción de 1 mm del ápice eliminó el 52 %
de las ramificaciones apicales y el 40 % de los conductos
accesorios. La remoción de 2 mm de ápice eliminó el 78% de las
ramificaciones apicales y el 86% de los conductos accesorios. La
remoción de 3 mm eliminó el 98% de las ramificaciones apicales y
el 93% de los conductos accesorios. En consecuencia, las
resecciones apicales de 3 mm son las más efectivas para eliminar
la mayoría de estas estructuras.
Durante la resección de la raíz apical, un bisel
perpendicular al eje largo de una raíz expone una pequeña
cantidad de microtúbulos (107–108). Sin embargo, un 451
bisel expone un número significativamente mayor. Vertucci y
Beatty (153) teorizaron que el biselado del ápice de la raíz en
tal ángulo aumenta el número de túbulos dentinarios y la
posibilidad de fugas dentro y fuera del conducto radicular.
Para evitar que esto sucediera, recomendaron que las
retropreparaciones se extendieran coronalmente hasta la
altura del bisel (Fig. 17). Tidmarsh y Arrowsmith (154)
corroboraron su teoría examinando los extremos de las
raíces desarrolladas con un microscopio electrónico de
barrido.
El vértice de la raíz alberga una variedad de estructuras
anatómicas y restos de tejido. Si se hace necesaria la cirugía, una
resección radicular apical puede alterar la anatomía del canal. Las
conexiones entre canales pueden quedar expuestas y un solo
agujero puede convertirse en múltiples agujeros. Los resultados
serán malos si esta anatomía alterada no se reconoce y trata.

Wada et al. (155) evaluaron el ápice radicular de dientes con
periodontitis apical refractaria que no respondieron al tratamiento de
conducto. Removieron el extremo de la raíz y encontraron que el 70%
contenía ramificaciones apicales significativas. Esta frecuencia es
altamente sugestiva de una estrecha relación entre la complejidad
anatómica del sistema de conductos radiculares, la persistencia de
bacterias dentro del conducto y el fracaso de la cicatrización de la
patología perirradicular (156–158).
Cambruzzi y Marshall (159) denominaron 'istmo' a la conexión
intercanal o anastomosis transversa y destacaron la importancia
de prepararlo y rellenarlo durante la cirugía. Un istmo es una
comunicación estrecha en forma de cinta entre dos conductos
radiculares que contiene pulpa o tejido derivado de la pulpa.
También puede funcionar como un reservorio bacteriano.
Cualquier raíz que contenga dos o más conductos radiculares
tiene el potencial de contener un istmo (Fig. 18). Por lo tanto,
siempre que haya múltiples conductos en una superficie radicular
resecada, debe sospecharse un istmo. Cambruzzi y Marshall
también defienden laen vivouso de colorante azul de metileno
como ayuda para visualizar el contorno de la superficie radicular
resecada y la presencia de un istmo.
Weller et al. (160) encontraron que la mayor incidencia de
istmo en la raíz mesiovestibular de los primeros molares
maxilares se presentaba a 3-5 mm del ápice de la raíz. El nivel
de 4 mm contenía un istmo completo o parcial el 100% de
este tiempo. La presencia de un istmo parcial fue reportada
por Teixeira et al. (161) quienes encontraron que ocurrían
con más frecuencia que un istmo completo.
La identificación y el tratamiento del istmo es de vital
importancia para el éxito de los procedimientos quirúrgicos. Hsu
y Kim (162) identificaron cinco tipos de istmos que pueden ocurrir
en una superficie radicular biselada (Fig. 19).
Tipo i Dos o tres canales sin
comunicaciones.
Tipo II Dos canales con una conexión
definida entre ellos.
Tipo III Tres canales con una conexión definida
entre ellos.
Tipo IV Los canales se extienden hacia el área del istmo.
Tipo V Es una verdadera conexión o
corredor en todo el tramo.
Los istmos se encuentran en el 15% de los dientes anteriores,
el 16% de los premolares maxilares en el nivel de resección de 1
mm y el 52% en el nivel de resección de 6 mm. Ocurren el 30% de
las veces a nivel de 2 mm en premolares mandibulares y el 45% a
nivel de 3 mm y el 50% a nivel de 4 mm en el
Morfología del conducto radicular
Raíz mesiovestibular del primer molar superior. La raíz mesial de
los primeros molares mandibulares contiene istmo el 80 % del
tiempo en el nivel de resección de 3 a 4 mm, mientras que el 15 %
de las raíces distales tiene istmo en el nivel de 3 mm. Las técnicas
de endodoncia microquirúrgica han permitido al odontólogo
visualizar la superficie radicular resecada e identificar el istmo,
prepararlo con puntas ultrasónicas y rellenar la preparación con
materiales de obturación aceptables. El reconocimiento y
tratamiento microendodóntico del istmo del canal es un factor
que ha reducido significativamente la tasa de fracaso de la
cirugía endodóntica (163–164).
En conclusión, los resultados de los procedimientos de endodoncia
quirúrgicos y no quirúrgicos están influenciados por estructuras
anatómicas altamente variables. Por lo tanto, los médicos deben
conocer las estructuras complejas del conducto radicular, las
dimensiones transversales y las alteraciones iatrogénicas de la
anatomía del conducto.
La interpretación cuidadosa de las radiografías en ángulo, la
preparación adecuada del acceso y una exploración detallada del
interior del diente, idealmente con aumento, son requisitos
previos esenciales para un resultado exitoso del tratamiento.
Expresiones de gratitud
De Cohen S, Hargreaves, KM: Pathways of the Pulp, ed. 9,
Capítulo 7, St. Louis, 2006, Mosby.
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