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Qué es

Las alergias, también llamadas reacciones de hipersensibilidad, son


respuestas exageradas del sistema inmunológico (las defensas de
nuestro organismo) al entrar en contacto con determinadas sustancias,
llamadas alérgenos. Su aparición se recrudece en primavera, porque uno
de los grupos de alérgenos más frecuentes son los pólenes, unas células
reproductoras de las plantas que proliferan durante esta estación. Otros
agentes alérgenos son los hongos ambientales, los ácaros de polvo y
los epitelios de algunos animales, como los perros, gatos, caballos y
roedores. También pueden generar reacciones alérgicas
determinados alimentos o fármacos y la picadura de insectos como abejas
o avispas.

Causas
Se estima que un 20 por ciento de la población sufre algún tipo de
reacción alérgica y parece ser una cifra que va en aumento. Los
especialistas estiman que en los próximos 20 años, las alergias podrían
formar parte de la vida de la mitad de los europeos y del 30 por ciento de
la población española. Estos son los principales alérgenos:
 Polen: las gramíneas, el olivo, las cupresáceas, las arizónicas,
el plátano de sombra y la parietaria son las plantas que causan más alergias
en España, especialmente durante la primavera.
 
 Hongos ambientales: estos hongos liberan unas partículas
microscópicas conocidas como esporas que, al ser respiradas, pueden
causar síntomas alérgicos relacionados con el asma, la rinitis y
la conjuntivitis.
 
 Ácaros de polvo o ácaros domésticos: son insectos microscópicos
que se desarrollan en lugares húmedos y tibios.
 
 Epitelios de animales: perros, gatos, caballos y roedores son los que
causan más reacciones alérgicas.
 
 Determinados alimentos: la leche, el huevo, el marisco, el trigo,
la nuez, el cacahuete, el chocolate y la soja son los más comunes.
En parte, el aumento podría deberse a que en los países industrializados
los niños no tienen contacto directo con múltiples microorganismos (virus y
bacterias). Esta protección podría hacer que su sistema inmune no se
estimule lo suficiente y crezcan más vulnerables ante los agentes
externos.
No obstante, se sospecha que existe una predisposición hereditaria a las
alergias, lo que significa que un niño cuyos padres son alérgicos
probablemente desarrolle algún tipo de sensibilización, aunque no
necesariamente hacia la misma sustancia que rechazan sus padres. Por
ejemplo, si la madre es alérgica al marisco, tiene más probabilidades de
desarrollar una alergia, pero no precisamente a ese alimento, sino a otros
alérgenos como el polen. También puede favorecer la aparición de las
alergias situaciones en las que bajan o se debilitan las defensas del
organismo (tras una infección vírica o durante el embarazo).

Evalúa tus síntomas

Síntomas
A pesar de que son muy molestas, por lo general, las alergias no son
complicaciones graves, pero sí pueden acabar en cuadros más
complejos, como el asma. De hecho, se calcula que el 80 por ciento de
los asmáticos tienen, en menor o mayor grado, una base alérgica. En
estos casos, el asma aparece también por la acción de los alérgenos y los
pólenes son el principal grupo que la desencadena.
Las reacciones alérgicas pueden ser leves o graves. La mayoría de ellas
consiste sólo en la molestia que causa el lagrimeo y el picor en los ojos,
además de algunos estornudos. En el extremo opuesto, las reacciones
alérgicas pueden poner en peligro la vida si causan una
repentina dificultad respiratoria, un mal funcionamiento del corazón y un
acusado descenso de la presión arterial, que puede acabar en shock. Este
tipo de reacción, llamada anafilaxia, puede afectar a las personas
sensibles en distintas situaciones, como poco después de comer ciertos
alimentos, tras la toma de determinados medicamentos o por la picadura
de una abeja.
Las alergias causan lagrimeo y picor en los ojos, además de algunos estornudos.

Prevención
Evitar un alérgeno es mejor que intentar tratar una reacción alérgica. Evitar
una sustancia puede suponer dejar de usar un determinado fármaco,
instalar aire acondicionado con filtros, renunciar a tener un animal de
compañía en casa o no consumir cierta clase de alimentos. En ocasiones
una persona alérgica a una sustancia relacionada con un trabajo
determinado (por ejemplo harinas, maderas, etcétera) se ve obligada a
cambiar de empleo. Las personas con fuertes alergias estacionales
pueden considerar la posibilidad de trasladarse a una región donde no
exista ese alérgeno.
Cuando no se pueda evitar totalmente el contacto con el alérgeno, es
recomienda reducir la exposición al mismo. Por ejemplo, una persona
alérgica al polvo de la casa puede eliminar todo el mobiliario, las
alfombras y las cortinas que acumulen ácaros; cubrir colchones y
almohadas con protectores plásticos; quitar el polvo y limpiar las
habitaciones con un paño húmedo y con bastante frecuencia; usar aire
acondicionado para reducir la alta humedad interior que favorece la
multiplicación de los ácaros del polvo; e instalar filtros de aire altamente
eficientes. Dado que algunos alérgenos, en especial los que transporta el
aire, no pueden evitarse, los médicos suelen utilizar métodos para
bloquear la respuesta alérgica y prescriben medicamentos para aliviar los
síntomas. La inmunoterapia alergénica (inyecciones contra la alergia)
puede brindar una solución en estos casos. Los antihistamínicos son los
fármacos más comúnmente usados para tratar las alergias (pero no se
utilizan para tratar el asma).

Consejos útiles:
 Evitar la exposición a agentes alérgenos como el polen, los hongos
ambientales, los ácaros de polvo o los epitelios de algunos animales sería
así una medida a tener en cuenta para evitar un ataque de asma. En el
caso de que una persona no esté diagnosticada pero sospeche que
puede tener alergia a alguno de estos factores, es recomendable que
acuda al alergólogo.
 
 Otra precaución que deben tomar las personas alérgicas es evitar
realizar ejercicios intensos en época de polinización, ya que pueden dificultar la
respiración y derivar en una crisis de asma.
 
 En caso de rinitis, es aconsejable vigilar la aparición de cualquier indicio
asociado con el asma (pitidos, fatiga, etcétera), ya que este tipo de alergia
con frecuencia genera esta enfermedad.
 
 Cuando una persona está ya diagnosticada de alergia, debe
permanecer alerta ante cualquier indicio de agravamiento de los síntomas
y acudir al médico en caso de empeoramiento.

Tipos
Los diferentes tipos de reacciones alérgicas generalmente se clasifican
según su causa, la parte del cuerpo más afectada y otros factores.
Algunos de los tipos de alergia más comunes son los siguientes:
 Alergias alimentarias: son respuestas exageradas del sistema
inmunológico que se producen por la ingesta de determinados alimentos,
como la leche, el huevo, el marisco, la nuez, el cacahuete, el chocolate, la
soja o el trigo. Una alergia alimentaria no es lo mismo que la intolerancia
alimentaria, cuyo consumo ocasiona efectos indeseables generalmente
de menor gravedad.
 
 Alergia al polen: en época polinización, son frecuentes las
reacciones alérgicas provocadas por las gramíneas, el olivo, las
ciperáceas, las arizónicas, el plátano de sombra y la parietaria, entre otras
plantas.
 
 Rinitis alérgica: es una reacción alérgica muy común. Se trata de
una alergia a las partículas que transporta el aire (por lo general polen y
hierbas, pero en ocasiones mohos, polvos y caspa de animales) que
producen estornudos; picor, goteo o congestión nasal; picor cutáneo e
irritación en los ojos. La rinitis alérgica puede ser estacional o perenne
(todo el año).

Diagnóstico
Como cada reacción alérgica es desencadenada por un alergeno
específico, el principal objetivo del diagnóstico es identificar ese alérgeno.
Este puede ser una planta estacional o el producto de una planta, como el
polen de la hierba o la ambrosía, o una sustancia como la caspa del gato,
ciertos medicamentos o algún alimento en particular. El alérgeno puede
causar una reacción alérgica cuando se deposita sobre la piel o entra en
un ojo, es inhalado, ingerido o inyectado.
Existen pruebas que pueden ayudar a determinar si los síntomas están
relacionados con la alergia y a identificar el alérgeno implicado.
Una muestra de sangre puede mostrar muchos eosinófilos, un tipo de
glóbulo blanco cuyo número suele incrementarse durante las reacciones
alérgicas. La prueba cutánea RAST (radioalergoabsorbente) mide las
concentraciones en sangre de anticuerpos IgE específicos de un
determinado alérgeno, lo cual puede ayudar a diagnosticar una reacción
alérgica en la piel, rinitis alérgica estacional o asma alérgica.
Las pruebas cutáneas son más útiles para identificar alérgenos concretos.
La prueba RAST puede ser utilizada en los casos en que no es posible
realizar una prueba cutánea o no resultaría seguro llevarla a cabo. Ambas
pruebas son altamente específicas y precisas, a pesar de que la prueba
cutánea es generalmente un poco más precisa, suele ser más barata y los
resultados se conocen de inmediato.

Tratamientos

Antihistamínicos: Lo que debe saber


Los antihistamínicos bloquean la acción de la histamina, un producto
químico generado por el organismo en respuesta a los alergenos. La
histamina puede causar estornudos, moqueo, picor en los ojos o en la piel
o urticaria. Esto es lo que debe saber sobre los antihistamínicos:
 Conviértalos en rutina: Si su médico le advierte que debe tomar
antihistamínicos, tome su medicación de manera regular durante la
temporada de alergia para prevenir problemas como la fiebre del heno. Si
toma los antihistamínicos de manera irregular puede experimentar efectos
secundarios más notables y menos eficaces para el control de los
síntomas.
 
 Mantenga un horario idóneo: Si usted está tomando antihistamínicos
que le producen somnolencia, debería tomárselos media hora antes de
irse a dormir. Los antihistamínicos desarrollados recientemente producen
somnolencia en un número reducido de personas. 
 
 Aumente el uso gradualmente: algunos antihistamínicos alivian los
síntomas de la fiebre del heno en la mayoría de las personas sin el efecto
secundario del sueño. Para evitar estos problemas, su organismo necesita
acostumbrarse a la medicación gradualmente. Comience tomando las
pastillas sólo por la noche. Si la marca que consume le sugiere tomar dos
en un periodo de 24 horas, comience tomando una pastilla por la noche
durante tres días. Al cuarto día puede tomar una pastilla por la noche y
otra por la mañana siguiendo las indicaciones de su médico. 
 
 Pruebe distintas marcas.
 
 Tenga en cuenta los efectos secundarios: Los antihistamínicos no
favorecen a todas las personas. Muchas personas son conscientes de
que los antihistamínicos pueden causar somnolencia, pero en los niños y
algunas personas mayores, que a veces tienen el efecto opuesto, produce
agitación o comportamiento hiperactivo.
 

Inmunoterapia
También conocida como "desensibilización" o "vacunas para la alergia"
puede cambiar gradualmente la manera en la que el organismo reacciona
a las sustancias que le producen alergia para que no experimente más
sus síntomas. La mayoría de las personas que se siguen vacunando
experimentan una mejora significativa, esta mejora no se observa hasta
unos meses después de haber comenzado la vacunación, y no suele ser
clara hasta que transcurra el año de tratamiento.
La inmunoterapia se reserva normalmente para las personas que no
obtienen mejoras con los fármacos o que necesitan una combinación de
medicamentos que es cara, que tienen síntomas de la alergia durante
muchos meses cada año, y que no pueden evitar los factores
desencadenantes (alérgenos) que les producen los síntomas. Este tipo de
vacunas tratan las alergias producidas por las picaduras de insectos,
polen, moldes, ácaros del polvo, cucarachas o al pelo de animales como
los perros o los gatos.

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