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PERÚ
FACULTAD DE DERECHO
TRABAJO INDIVIDUAL
NOMBRE:
CRISTHIAN CERNA BALDEON
(20152432)
TIPO DE EVALUACIÓN:
TRABAJO FINAL
PROFESOR:
Dr. ERNESTO AGUINAGA MEZA
JEFE DE PRÁCTICA:
RICHARD ANDRÉ O'DIANA ROCCA
CURSO:
INTRODUCCIÓN A LAS CIENCIAS JURÍDICAS
HORARIO:
0103
SEMESTRE 2017-1
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LA PERTINENCIA DEL USO DE LA “TEORÍA DE
LAS APARIENCIAS” EN EL PROCESO DE
ELECCIÓN DE FISCALES
INTRODUCCIÓN
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dicha teoría. Por ello, en el presente trabajo se comprobará que la utilización de la
“teoría de las apariencias” sirve como herramienta jurídica importante para determinar
la existencia de una conducta intachable en los postulantes a cargos de alta jerarquía,
como el Fiscal Supremo o Juez Supremo, para garantizar los principios de la recta e
imparcial administración de justicia, la seguridad jurídica, el interés público de contar
con funcionarios probos y con conducta intachable, y la legitimidad ciudadana.
CAPÍTULO PRIMERO
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Finalmente, la legitimidad ciudadana guarda una gran relevancia frente a las
instituciones pertenecientes a un Estado democrático social de derecho. La ciudadanía
respalda las instituciones públicas en función al proceder y actuar de las autoridades
encargadas de dirigir estas. Además, es necesario tener en cuenta la cercanía de la
ciudadanía con respecto a las instituciones, por ejemplo, frente al Congreso o
Parlamento la sociedad se siente más próxima puesto que esta última puede elegir a
aquellos que ocuparan los puestos previamente establecidos. Sin embargo, esta cercanía
no es la misma frente a instituciones como el Poder Judicial o Ministerio Publico ya que
las autoridades correspondientes a estas no son elegidas por la ciudadanía, sino, que son
elegidos mediante otras instituciones.
Ante esto, el funcionario público de estas dos últimas instituciones debe mostrar un
óptimo ejercicio de sus funciones siguiendo el Derecho y teniendo como fines últimos
la realización de la justicia y la garantizarían del bienestar común y social. Proceder de
esta manera es lo que les dará un mayor respaldo ciudadano pues es necesario para
asegurar la estabilidad democrática que debe caracterizar a países como el Perú.
Todos estos últimos cuatro principio enumerados y definidos líneas arriba pueden
encontrarse, de cierta manera, agrupados en la Teoría de las apariencias que fue
desarrollada originariamente por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH),
además de ser, posteriormente, utilizadas y desarrolladas por la Corete Interamericana
de Derechos Humanos y el Tribunal Constitucional peruano. Según esta teoría el juez o
próximos, como el fiscal, no solo deben ser imparciales y garantizadores de los
principios ya mencionados, sino, que además deben aparentar seguir esa misma línea de
comportamiento y actuar frente a la sociedad. Del mismo modo, el TEDH en su
sentencia respecto al Caso Piersack contra Bélgica señaló: “Se puede distinguir así entre
un aspecto subjetivo, que trata de averiguar la convicción personal de un juez
determinado en un caso concreto, y un aspecto objetivo, que se refiere a si éste ofrece
las garantías suficientes para excluir cualquier duda razonable al respecto” (1982: F.j.
30).
Sobre lo último, es el mismo juez el que debe demostrar su imparcialidad y compromiso
con los demás principios, para ello no debe existir ningún tipo de cuestionamiento
relevante que afecte su imagen y que se desprenda que no cuenta con una conducta
intachable.
En el caso de la reposición del fiscal Castañeda Segovia, este no demostró de forma
contundente su desconexión o el grado de involucramiento que pudo tener en el caso
“Business Track”. Además, la acusación que lo señalaba como posible parte de la trama
delictiva, mas no lo acusaba concretamente ni sentenciaba, no provenía de un ciudadano
cualquiera, sino, de una institución jurisdiccional como es la Corte Superior y,
posteriormente, la Corte Suprema. Esto determino que había un cuestionamiento grave
respecto a la supuesta conducta irreprochable que todo postulante a un alto cargo de la
magistratura debe tener; por ello no fue elegido por el CNM para ocupar el cargo de
Fiscal Supremo del Ministerio Público.
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2. SITUACIÓN LEGAL, CONSTITUCIONAL Y JURISPRUDENCIAL
ACTUAL DE LOS DERECHOS Y PRINCIPIOS EN ESTUDIO
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siguiendo el procedimiento necesario establecido en las leyes orgánicas. Finalmente,
tiene un apartado específico en el título IV, desde el artículo 39 hasta el artículo 42.
Siguiendo en la misma jurisdicción nacional, en la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, tanto en la STC 05057-2013- PA/TC y la STC 00025-2015- AI. Es en
esta ultima el TC señala que “el derecho de acceso a la función constituye un derecho de
participación. […] pertenece al ámbito de derechos que implican una intervención en la
cosa pública de las personas en tanto miembros de una comunidad política”
(fundamento 42).
A nivel internacional, el derecho al acceso a la función pública está garantizada en
tratados internacionales sobre Derechos Humanos que han sido ratificados por el Perú.
Por ello, tanto en el artículo 23, literal c) del Convenio Internacional de Derechos
Humanos como en el artículo 25, literal c) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, señalando conjuntamente que “ las personas tienen derecho a gozar de tener
acceso, en condiciones general de igualdad, a las funciones públicas de su país”.
Por su lado, la Corte IDH ha señalado en el caso Yamata vs. Nicaragua (23/06/2015)
que “el derecho a tener acceso a las funciones públicas en condiciones generales de
igualdad protege el acceso a una forma directa de participación en el diseño,
implementación, desarrollo y ejecución de directrices políticas estatales a través de
funciones públicas. Se entiende que estas condiciones generales de igualdad esta
referidas tanto al acceso a la función pública por elección popular como por
nombramiento o designación” (F.j. 200)
Por otro lado, como ya se mencionó anteriormente, los principios que le garantizan al
ciudadano y a la sociedad la correcta administración y ejercicio de la función pública y,
sobre todo, de la administración de justicia (jueces y fiscales) confluyen en el uso de la
“teoría de las apariencias”. Este resulta ser, en propósito del presente trabajo, una
herramienta jurídica para determinar criterios objetivos con el objetivo de determinar el
compromiso del postulante a un cargo público de alta jerarquía e importancia frente a
manifestación exterior de su imparcialidad y los demás principios ya mencionados.
Para propósitos de este trabajo y la utilización de la mencionada “teoría de las
apariencias”, es necesario dejar en claro la conexión entre el juez y el fiscal en la
administración de justicia. A través de un proceso de racionamiento, podemos observar
que la labor conjunta entre estas dos importantes autoridades estatales se manifiesta en
el normal ejercicio de sus funciones. En cuanto al fiscal, sabemos que el esta autoridad
es el encargado de investigar y, posteriormente, si las pruebas lo demuestran, acusar al
presunto culpable de cometer determinados actos ilícitos frente a un tribunal. Es en esta
etapa en el que se manifiesta el proceder de los jueces, puesto que al remitirse a las
pruebas y el razonamiento basado en el Derecho, pueden sentenciar al acusado y
condenarlo a una determinada sanción. Esto demuestra el trabajo conjunto tanto del
Ministerio Publico como el Poder Judicial de asegurarle a la sociedad el derecho
fundamental de un debido proceso con el objetivo de concretizar la justicia.
Además, en la Constitución Política peruana se puede observar la comparación entre
estas dos instituciones estatales en el artículo 58 al señalar que “los miembros del
Ministerio Público tienen los mismos derechos y prerrogativas y están sujetos a las
mismas obligaciones que los del Poder Judicial en la categoría respectiva. Les afectan
las mismas incompatibilidades. Su nombramiento [a través del CNM] está sujeto a
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requisitos y procedimientos idénticos a los de los miembros Poder Judicial en su
respectiva categoría”. De la misma manera, se le puede aplicar la Ley de la Carrera
Judicial.
Sabemos que la utilización de la “teoría de las apariencias” por parte del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, la Corte IDH y el Tribunal Constitucional se dirige
expresamente a la función judicial. Sin embargo, teniendo en cuenta lo mencionado, se
puede utilizar esta teoría para determinar la existencia de una conducta irreprochable en
los postulantes que buscan ser elegidos, como en el caso, como Fiscales Supremos u
otros cargos de la misma importancia y jerarquía.
Con respecto a esto último, se puede observar los requisitos y criterios que se necesitan
en el ámbito de la conducta irreprochable que se necesita por parte de las autoridades
administradoras de justicia. En primer lugar, está la Ley Orgánica del Ministerio
Público en el artículo 39, numeral 5, que señala como uno de los requisitos para ser
Fiscal Supremo el “gozar de conducta intachable, públicamente reconocida”. En
segundo lugar, de la misma manera este requisito se encuentra establecido en el artículo
IV del Título Preliminar y el artículo 2, numeral 8 de la Ley de la Carrera Judicial, que
también vincula a los fiscales supremos del Ministerio Publico.
Para finalizar, se determinará como es que se ha regulado una de las características
principales que debe ser parte de la administración de justicia: imparcialidad. Esta
asegura que la justicia sea igual y equitativa para todas las personas que conforman una
sociedad democrática del Estado de derecho que tiene como objetivo el respeto por los
derechos fundamentales.
De esta manera, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el artículo 10
se menciona que “toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser
oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la
determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación
contra ella en materia penal”. Asimismo, está reconocida en el artículo 14 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el artículo 6.1 del Convenio Europeo de
Protecciones Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, articulo 8.1 de la
Convención Americana y el artículo 8 de la Convención Interamericana contra la
Tortura.
Finalmente, todos los derechos y principios hasta estos momentos mencionados,
definidos, y también sus respectivas regulaciones en el ámbito nacional e internacional,
nos servirán como insumos necesarios para proceder con las siguientes ponderaciones
entre los derechos frente a los principios.
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CAPITULO SEGUNDO
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Los subprincipios de este test de ponderación son la idoneidad, necesidad y
proporcionalidad en sentido estricto. En primer lugar, el de idoneidad, por el cual se
trata de hacer un análisis medio-fin. Este subprincipio tiene dos pasos. Primero, se debe
determinar la existencia de un fin constitucional, es decir, que lo que se busque obtener
con la limitación de un principio tenga una finalidad lícita y amparada por la
Constitución. Asimismo, se requiere que el medio planteado tenga relación directa con
el objeto legítimo planteado.
En segundo lugar, está el subprincipio de la necesidad, el cual es una relación medio-
medio. Se debe analizar que el medio planteado sea el único posible o el medio menos
lesivo para alcanzar el objetivo planteado. Solo se superará este subprincipio de
necesidad si no existe otro medio alguno menos lesivo para lograr el objetivo
constitucional.
Por último, está el subprincipio de la proporcionalidad en sentido estricto. En este debe
analizarse el grado de afectación del derecho que se va a limitar. Será grave si se
encuentra en su contenido esencial; será media si se encuentra con el contenido
secundario; y será leve si se encuentra en su contenido adicional. Para determinarlo se
debe analizar el grado en el que se afectará la realización del derecho, es decir, si se
podrá realizarse en algún nivel el derecho o no. Se determinará, finalmente, si los
beneficios de un derecho o principio limitante serán mayores a los perjuicios que
resulten de la limitación de otro derecho o principio.
Para la realización de las siguientes operaciones estarán relacionados con el caso STC
00791-2014-PA/TC (EXP. N°. 01044-2013-PA/TC), que trata acerca de la negación por
parte del CNM a nombrar al postulante Castañeda Segovia como Fiscal Supremo.
Esto se debe a que en la utilización del método de la ponderación se necesita un caso
concreto. Sin embargo, ello no impedirá que se llegue a una conclusión general que
abarque las dos ponderaciones a realizarse y llegar a una generalización en el sistema
jurídico peruano. Finalmente, el hecho que se llegue a dar relevancia a un derecho o
principio sobre otro, esto no quiere decir que este último se elimine del ordenamiento
jurídico, sino que pierde relevancia en el caso concreto.
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relacionados al caso Business Track. Sin embargo, esta corte recomienda solo investigar
a la persona mas no lo acusa ni lo sentencia. A pesar de esto último, el CNM ve como
relevante tomar en cuenta el supuesto involucramiento para la no elección de Castañeda
como Fiscal Supremo, señalándolo supuestamente, según Castañeda Segovia, como
culpable de cometer aquellos actos ilícitos que se le señala.
En primer lugar, se analizar el subprincipio de idoneidad. Por lo tanto se determinará si
la “teoría de las apariencias” garantiza los principios de la recta e imparcial
administración de justicia, la seguridad jurídica, el interés público de contar con
funcionarios probos y con conducta intachable, y la legitimidad ciudadana. Estos
principios en su conjunto garantizan, en común, la correcta y legitima administración de
la justicia.
Los mencionados principios son constitucionales pues están establecidas a lo largo de
toda la Constitución Política del Perú. Con respecto a la seguridad jurídica, el Tribunal
Constitucional, en su STC 0016-2002-AI/TC, señala que esta es “un principio que
transita todo el ordenamiento, incluyendo desde luego a la Norma Fundamental que lo
preside. Su reconocimiento es implícito en nuestra Constitución” (Fundamento 4). La
recta administración de la justicia se encuentra amparada en el artículo 159, numeral 2
de la Constitución Política peruana. El interés público de contar con funcionarios probos
y con conducta intachable y la legitimidad ciudadana está amparada en el artículo 138
de la Norma Fundamental en tanto que señala que la administración de la justicia emana
del pueblo y que el Poder Judicial, o las instituciones estatales relacionadas a esta
función, la ejerce. Por ello es necesario que las autoridades que conforman dichas
instituciones sean probas y administren en beneficio del bienestar general y social.
Luego de comprobar que todos los principios mencionados son constitucionales, se
procederá a determinar si la “teoría de las apariencias” garantiza efectivamente estos
principios en una relación de medio- fin. Afirmamos que esta teoría garantiza al
ciudadano y a la sociedad la correcta administración y ejercicio de la función pública y,
sobre todo, de la administración de justicia (jueces y fiscales), que es la confluencia de
los principios constitucionales mencionados líneas arriba.
La “teoría de las apariencias” no solo garantiza que el administrador de la justicia no
solo se comporte de acuerdo a la imparcial y los demás principios del Derecho, sino que
aparente, es decir, que lo exteriorice ante la percepción ciudadana que se realiza de esa
manera. Por lo tanto, queda comprobado el medio- fin que es necesario para determinar
la idoneidad de la medida limitadora.
En segundo lugar, se analizará el subprincipio de necesidad. Se determinará si existe la
posibilidad que exista una medida menos lesiva al derecho a la presunción de inocencia.
En el comienzo de esta ponderación se planteó como pregunta si la medida, teoría de las
apariencias, afecta en su esencia al derecho a la presunción de inocencia de Castañeda
Segovia. Sin embargo, el objetivo es demostrar que la medida en cuestión es la más
adecuada y menos lesiva. Por ello se procedió a realizar una investigación acerca si
podría existir otra medida menos lesiva, sin embargo, los resultados fueron
infructuosos, no existiendo, de esta manera, una medida alternativa.
Por último, se procederá a determinarla proporcionalidad de la medida, es decir, si los
beneficios que surgen de la aplicación de la “teoría de las apariencias” en el caso de
Castañeda Segovia son mayores a los perjuicios que puede generar en el derecho a la
presunción de inocencia.
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Como se ha podido comprobar a lo largo de la presente ponderación, los beneficios de
la aplicación de la “teoría de las apariencias”, como herramienta para llevar a cabo un
proceso de evaluación y elección de postulantes a cargos de suma importancia, por parte
del CNM, son altos ya que beneficia a la sociedad frente a la administración de justicia
(jueces y fiscales) enmarcada dentro de un Estado social democrático de Derecho.
En cambio, la afectación al derecho a la presunción de inocencia de Castañeda Segovia
es baja. Esto se debe a que si bien el CNM utiliza la medida en cuestión para determinar
la conducta irreprochable del postulante, no emite un juicio que culpe o sentencie
expresamente a dicha persona como culpable de determinados actos ilícitos en el caso
Business Track. Simplemente se señala que, tanto el factor mediático del caso Business
Track como el señalamiento por parte de una instancia jurisdiccional importante del
supuesto involucramiento de Castañeda en dicho caso, no permite tener una certeza
incontrovertida de la conducta intachable que debe no solo tener el postulante, sino,
también aparentar.
En conclusión, se ha comprobado que la aplicación de la medida, teoría de las
apariencias, no afecta esencial ni mínimamente el derecho a la presunción de inocencia.
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Lo mismo ocurre en el desarrollo del subprincipio de necesidad. No se ha podido
encontrar, a pesar de haber realizado una investigación, medida alternativa a la “teoría
de las apariencias” que sea menos lesiva al derecho limitado.
Por último, llegando al subprincipio de la proporcionalidad en sentido estricto se debe
comprobar que los beneficios de la utilización de la medida en cuestión son mayores a
los perjuicios que se puedan generar en el derecho al acceso a la función pública. Los
beneficios de la aplicación de la medida son altos como ya se estableció en la
ponderación anterior.
Por otro lado, al remitirnos en el caso concreto de Castañeda Segovia, podemos
observar que ha este no se le ha permitido ejercer su derecho de acceso a la función
pública, por lo que ha habido una afectación directa a ese derecho. Sin embargo, esta
afectación o limitación de dicho derecho está justificada por la utilización de la “teoría
de las apariencias”, sobre todo por los principios que justifican esta medida.
El hecho de que Castañeda Segovia no haya despejado duda alguna sobre los
cuestionamientos a su conducta, que debería ser intachable, ha permitido que el CNM
tome el motivo de dicho cuestionamiento, caso Business Track, como relevante y que
conjuntamente con la “teoría de las apariencias” proceda a no elegirlo como Fiscal
Supremo.
A pesar de lo mencionado, dicha limitación al derecho de acceso a la función pública no
es permanente, sino, es temporal ya que dependerá de Castañeda Segovia lograr
desaparecer todo cuestionamiento legítimo a su conducta. Si esto se lleva a cabo, dicha
persona podrá acceder a la función pública, o por lo menos, que no haya dudas sobre su
conducta intachable.
Producto de lo mencionado, podemos concluir que los beneficios de la aplicación de la
medida es alta y que la afectación del derecho en cuestión también pareciese ser alta.
Sin embargo, esta limitación no será permanente puesto que dependerá del postulante al
cargo público que en un futuro presente todas las condiciones necesarias (idoneidad y
conducta) para ser elegidos para dicho cargo.
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CONCLUSIÓN
En síntesis, en el presente trabajo se ha llevado a cabo una labor teórica y practica que
nos ha permitido comprobar la pertinencia del uso de la “teoría de las apariencias” en el
proceso de elección de funcionarios públicos con cargos de alta jerarquía, en este caso
el de Fiscal Supremo, ya que garantiza los principios de la recta e imparcial
administración de justicia, la seguridad jurídica, el interés público de contar con
funcionarios probos y con conducta intachable, y la legitimidad ciudadana. En primer
lugar, se presentó las nociones básicas o definición de conceptos a cerca de los
principios que el uso de la “teoría de las apariencias” garantizaba y, por otro lado, la de
los derechos de los postulantes a cargos públicos (derecho a la presunción de inocencia
y derecho al acceso a la función pública) que se encontrarían supuestamente vulnerados.
Esto nos permitió darnos un marco conceptual que nos permitiría pasar a un estudio de
la situación legal, constitucional y jurisprudencial de los principios y derechos
involucrados.
En segundo lugar, se procedió a realizar la ponderación de principios y derechos, un
método usualmente aplicado por los Tribunales Constitucionales contemporáneos, sobre
todo el peruano, enfocado en el caso concreto del señor Castañeda Segovia. Esto nos
permitió, por un lado, determinar que el uso de la “teoría de las apariencias” no vulnera
el derecho a la presunción de inocencia del postulante a fiscal supremo Castañeda
Segovia. El CNM al usar la “teoría de las apariencias” busca comprobar que la conducta
del postulante sea intachable y libre de cuestionamientos; no emite juicio o sentencia
alguna culpando a Castañeda Segovia como culpable de cometer un hecho ilícito. Por
otro lado, se comprobó que el uso de la teoría en cuestión no vulnera en su esencia y de
forma permanente en derecho al acceso a la función pública. Si bien al usar dicha teoría
el CNM no elige al postulante Castañeda Segovia como fiscal supremo esto se
encuentra justificado ya que se preserva a través de la mencionada no elección una serie
de principios que busca a optimización de las instituciones, y la legitimidad y confianza
por parte de la ciudadanía hacia el Estado y sus instituciones.
Si bien la comprobación se ha enfocado en la utilización de la “teoría de las
apariencias” en un caso concreto, esto no significa que dicha utilización se vea
restringida a este caso. La utilización de dicha teoría, no solo por parte de la CNM, sino
por otras autoridades que se encargan de elegir a funcionarios públicos, puede ser
generalizada e incluso formar parte de una costumbre o tradición en el ejercicio de
elección de funcionarios públicos, sobre todo de aquellos que ocupan cargos de suma
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importancia y que, por lo tanto, están bajo la supervisión ciudadana. Habiéndose
comprobado que la utilización de la “teoría de las apariencias” no es anticonstitucional
ni vulnera derechos fundamentales, nos permite confirmar su uso como un método
institucionalizado y obligatorio para las autoridades al momento de ejercer su
competencia constitucional o legal de elegir a funcionarios públicos. Además, esta idea
se refuerza en los beneficios que traería la concretización de lo que se ha propuesto ya
que se garantizan principios que permiten seguir con la labor de llevar a cabo el
fortalecimiento de las instituciones estatales.
BIBLIOGRAFÍA
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15
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CONGRESO DE LA REPÚBLICA
LEY Nº 29277. Ley de la Carrera Judicial
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PODER EJECUTIVO
DECRETO LEGISLATIVO Nº 052. Ley Orgánica del Ministerio Público.
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