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PERÚ
presenta el alumno:
Santiago Masamune
Diciembre, 2016
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RESUMEN
El presente trabajo tiene como principal fin desarrollar un análisis de la función del
Medellín ideal que evoque a aquella ciudad natal que Fernando recuerda. El trabajo
cuenta con dos capítulos para realizar el análisis. En el primer capítulo, analizaré la
teoría del intelectual como generador y organizador del orden en las sociedades en
relación con el rol que Fernando intenta cumplir, teniendo en cuenta para esto las teorías
sobre el intelectual de Ángel Rama y Antonio Gramsci. Por otro lado, en el segundo
capítulo analizaré como se relaciona la teoría del decaimiento social y cultural de las
del orden y la civilización (Europa). Se concluye que la unión de todas estas secciones
terminan por establecer las razones por las cuales el proyecto ordenador de Fernando
termina siendo un fracaso frente a la Medellín caótica. Por ello el triunfo de la ciudad
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contra Fernando, también es el triunfo de la violencia y el caos en las sociedades
urbanas contemporáneas.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………….4
CAPÍTULO 1: LA RELACIÓN ENTRE LA TEORÍA DE LOS INTELECTUALES Y
EL ROL DE FERNANDO…………………………………………………………….....9
1.1. Las concepciones sobre el intelectual según A. Rama y A.
Gramsci………………………………………………………………………..11
1.2. El cuestionado rol de Fernando como
intelectual……………………………………………………………………………….17
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………44
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INTRODUCCIÓN
El tema en torno al cual girará todo este trabajo es respecto al rol que cumple Fernando
terminar sus últimos años de vida ahí. Sin embargo, cuando observa en lo que se ha
convertido Medellín en todos esos años de ausencia, emprende una labor que se
Este orden que Fernando quiere instaurar es el que imperaba en lo que él llama la
“Medellín antediluviana”, es decir, la ciudad en donde Fernando había crecido hasta irse
dos planos por los cuales un intelectual es capaz de edificar una ciudad: plano de la
Esta investigación está dividida en dos capítulos. Ambos capítulos cuentan con sus
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como generador y organizador del orden en la sociedad establecido por las
subcapítulo se estudiará las concepciones que tanto Rama y Gramsci tienen sobre el
intelectual. Estas dos representaciones se caracterizan por sus diferencias en tanto que el
primero establece un rol paternal del intelectual en relación con el poder y el segundo
social. El segundo subcapítulo consiste en la explicación de las razones por las cuales el
capítulo analiza la relación entre la teoría del decaimiento social y cultural de las
cual este escritor expone que el intelectual en Hispanoamérica ha tenido gran relevancia
relación con el poder estatal. Gracias a la utilización de este libro se puede conocer
términos como “la ciudad letrada” en la cual se ubica el intelectual para emprender el
proyecto ordenador de las ciudades y, por otro lado, entender la resaltante relación entre
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segundo lugar, las obras La formación de los intelectuales y Los intelectuales y la
nos expone la importancia del intelectual respecto a su compromiso con la cultura y las
de estos trabajos es que se establece que el intelectual es un personaje que debe estar
estrechamente relacionado con sus respectivas clases sociales: clase dominantes y clases
sociedades. Freud nos dice que la sociedad termina sintiéndose frustrada debido a las
restricciones que impone las instituciones, que son productos de la cultura, a los
en torno a la novela La Virgen de los sicarios son relativamente amplias y variadas con
respecto a los temas que están enfocados. En primer lugar, en “La Virgen de los
sicarios y una gramática del caos”, un texto escrito por Aileen El- Kadi, se puede
observar que hay un análisis de la figura de Fernando en relación con los dos sicarios
(Alexis y Wilmar) frente a Medellín. Se ofrece un estudio del discurso crítico que va
adquiriendo cada vez más características fuertemente violentas frente a la Medellín que
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configuraciones presentadas como civilización/ barbarie. Además, analiza el desarrollo
proceso histórico que se desarrolló en Medellín. Orella trata de explicar dicha novela
argumentando que esta guarda una profunda relación con una larga tradición histórica
que abarca aproximadamente dos siglos y que tuvo como contexto a Latinoamérica y,
sobre todo, a Colombia. En cuarto lugar, se presenta “La Virgen de los sicarios leída a
espacio público” escrito por Jorge Joaquín Locane. Este estudio ofrece la configuración
recorrido por Medellín. Por último, “El carnaval en la representaci6n del sicario y el
sino la representación de los sicarios que acompañan a este (Alexis y Wilmar). Además,
el trabajo expone como se lleva a cabo la relación entre estas dos representaciones, la
frente a dos paradigmas sobre esta figura establecidos por Ángel Rama y Gramsci. Si
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desarrollo del intelectual frente a su contexto y su afán por establecer su particular
orden, mi trabajo se caracteriza por presentar dos planos significativos por el cual un
intelectual puede construir dicho orden en la Medellín caótica: plano de las ideas y el
plano de la implementación. Por lo que se verá posteriormente que estos dos planos
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CAPÍTULO 1
intelectual que está representado por Fernando. Se puede afirmar esto con certeza,
regresa a Medellín luego de una larga estancia en Europa. Por lo tanto, la representación
del intelectual será objeto de estudio en este capítulo, por lo que terminaríamos
asumiendo los riesgos que emprender este estudio conlleva como menciona Alfaro:
“Hablar del intelectual es una tarea difícil pues dicho término carece de precisiones
intelectual que representa Fernando una imagen que encaja dentro de las
representaciones realizadas a lo largo de los estudios sobre este tema o es una imagen
particular, es decir, una representación del intelectual que niega ciertos paradigmas?
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Para analizar el rol de Fernando como intelectual, considero necesario establecerlo en
relación con el marco establecido por Ángel Rama y Antonio Gramsci en el cual cada
uno establece una representación sobre qué es el intelectual, es decir, establecen cada
uno una teoría sobre este objeto de estudio. Estas dos concepciones presentan a dicho
intelectual como un ser que está relacionado a una institución o un grupo social
determinado. Además, que estos emplean al intelectual como un medio para conseguir
último, cabe precisar que ambos escritores compartían una filiación política izquierdista.
Sin embargo, este tono político no es tan resaltante en el escritor uruguayo, Rama,
estaba más enfocado en su labor artística y crítica literaria; sin embargo, en La ciudad
letrada expresa un cierto tono paternalista cuando explica del rol del intelectual en
relación con la sociedad (en específico, con las masas o muchedumbres). En cambio,
puesto que expresa la necesidad de llevar a cabo una “revolución intelectual y moral”
llevada a cabo por las clases subalternas las cuales son organizadas culturalmente por el
“intelectual orgánico”.
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1.1 Las concepciones sobre el intelectual según A. Rama y A. Gramsci
Como ya se mencionó líneas arriba, dos de las más importantes concepciones sobre el
desarrollada por Rama y desde una perspectiva europea y revolucionaria con Gramsci.
Con respecto a Rama, él nos explica que el intelectual en su relación con el poder, en
este caso el Estado, instaura el orden y edifica la llamada «ciudad letrada» el cual, según
Rama, “componía el anillo protector de poder y el ejecutor de sus órdenes […]” (1998:
32). Desde esta ciudad, el intelectual (también llamado “letrado” por Rama) organiza el
relación entre la letra y el poder. Por otra parte, Gramsci expone que el intelectual
cumple un papel social de mediador entre lo que él configura como «la clase dominante
y la clase subalterna». Este intelectual, como un sujeto especializado en una u otra clase
la organización de la cultura.
A lo largo de La ciudad letrada, Rama nos ofrece un análisis profundo del desarrollo
histórico y social acerca de los países en Latinoamérica y la función que ejercen los
la conquista hispanoamericana por parte de los españoles a comienzos del siglo XVI. La
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establecerse el orden en el territorio conquistado. Para llevar a cabo esta misión, el
poder estatal requirió de los servicios de un grupo de personas que tenían la idoneidad
edificar una ciudad en un plano mental para que posteriormente se pueda implementar
en la realidad. Este grupo eran los intelectuales, a los que Rama enmarca como “[…]
estrechamente asociados a las funciones del poder y componían lo que Georg Friederici
se puede afirmar que estos intelectuales mantenían una relación servicial frente al poder
estatal y que su accionar dependía de lo que ordenase dicho poder. Además tenía el
dicha colectividad.
la cual engloba un discurso que está cargado de reglas y costumbres que la clase que
posee el poder quiere que forme el sentido común en todos los habitantes de la sociedad.
Así pues, una nación se estructura sobre una cultura determinada. El ámbito
cultural tiene un conjunto articulado de funciones: por un lado la formación de
unas determinadas redes de comunicación que incluyen el lenguaje así como
toda una serie de elementos estéticos (arte, arquitectura, urbanización), rituales
(bandera, himno, fiestas nacionales) e intelectuales (literatura, poesía,
construcción ideológica), pero, por otro lado, existen unos modelos de ética
«nacional», unas pautas colectivas en cuanto a los valores y las normas, y, por
último, unos mecanismos de «socialización», de legitimación (1982: 22).
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Rama menciona que es necesaria la presencia de una «ciudad letrada». En esta se
realidad y los cambios sufridos en esta (Rama 1998: 40). Además, este espacio era
es capaz de llevar a cabo el proyecto del establecimiento del orden encomendado por las
altas esferas de poder. El objetivo era la realización del «sueño del orden» el cual
ese poder garantizaba. Y además se imponía a cualquier discurso opositor de ese poder,
obligándolo a transitar, previamente, por el sueño de otro orden” (Rama 1998: 121).
Entonces, el intelectual es defensor y difusor del discurso que disponga el poder que lo
contrate, lo que lo obliga a oponerse a todo aquel que pronuncie un tono disidente y
marginarlo para que no afecte al sistema establecido. Esto se realizaba mediante el uso
de la «letra» la cual “se constituirá como un dispositivo excluyente, no sólo del prestigio
social que implicaba el ser letrado, sino también de las esferas de poder y de los
Sin embargo, luego del desalojo del poder colonial, el intelectual junto con la «ciudad
letrada» enfrentan dos retos los cuales tienen que superar con el objetivo de evitar su
intelectual a incluir a esta muchedumbre dentro de un plan para originar una nueva
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caracteriza por la incorporación de estos invasores de la ciudad en un nuevo plan
discurso a través de producciones artísticas y jurídicas para legitimar los intereses de los
Por otro lado, Gramsci también emprendió una ardua labor para definir al intelectual.
Esta perspectiva gramsciana del intelectual es ideologizada, ya que el estudio sirve para
ermitaño alejado del contacto e indiferente al desarrollo histórico, debido a que está en
contacto con una de las dos clases sociales (clase dominante y clases proletaria o
clases o grupos sociales que son contradictorios en la sociedad: la clase burguesa o clase
dominación por parte de la clase burguesa es llamado por Gramsci «hegemonía». Cabe
precisar, por lo tanto, que la hegemonía es una imposición cultural y que “en ese
dominantes producen una hegemonía que busca ser extendida a toda la sociedad como
la correcta visión del mundo” (García- Liendo 2011: 102). Esta visión es impuesta a
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través de las distintas instituciones pertenecientes al Estado, Iglesia o los medios de
comunicación.
A pesar de ello, la clase subalterna ofrece una respuesta contundente contra dicha
hegemonía para romper las cadenas del dominio. Sin embargo, es necesario resaltar que
solo los que tienen conciencia de clase, es decir, reconocimiento de sí mismos como la
intelectual que surge desde la propia clase y con conciencia de ella. Este intelectual es
considerado como «orgánico» para Gramsci y lo describe como “el que emerge sobre el
A si, por ejemplo, el empresario capitalista crea consigo al técnico de la industria, etc.
organizadores de una nueva cultura, etc” (1967: 22). Este intelectual, por un lado, con
organización de la cultura. Esto quiere decir que el intelectual, cuyo prestigio será
el discurso se les enseña a los futuros ciudadanos que conformarán la sociedad y que
Además, el intelectual hace uso de los medios comunicación que posee la clase
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Por otro lado, la clase subalterna también crea sus propios intelectuales orgánicos, los
cuales se caracterizan por ser principalmente dirigentes políticos que desarrollan una
ideología que será enarbolada por la clase oprimida. Para elaborar el discurso
este proletariado a través del adoctrinamiento ideológico que se realiza en los partidos
políticos de los trabajadores. Alcanzar el poder es el objetivo, por ello, mediante lo que
Finalmente, el intelectual es un ser comprometido con las clases sociales y que funciona
para ellas, incluso llega a ser un nexo entre ellas dos. Por lo tanto, si se quiere establecer
una denominación que nombre a una clase conformada por intelectuales sería «la clase
imposible, puesto que existe una obvia contradicción ideológica entre los intelectuales
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1.2. El cuestionado rol de Fernando como intelectual
lugar natal. Para esto, es necesario mencionar que la figura que representa Fernando es
¡Yo soy un presunto gramático! Qué calumnia, qué desinformación” (45). Una vez que
intelectual que sigue los lineamientos, presentados líneas arriba, de Ángel Rama y
reestablecer el orden y edificar una nueva sociedad? o ¿una figura social comprometida
con el desarrollo histórico de la sociedad y especializado por algunas de las dos clases
afirmativa o negativamente.
Rama y la figura de Fernando como intelectual ofrece una serie de contrastes, según los
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Rama expone, como ya hemos visto, a un intelectual que está sumamente relacionado
con el poder estatal y que ejerce dicho poder con el objetivo de establecer en la realidad
el «sueño del orden» que es tan necesario para fundar las principales ciudades en las
zonas conquistadas. Bajo esto estos tópicos (relación con el poder y el establecimiento
en la novela.
Con respecto a la vinculación con el poder, se puede afirmar que Fernando no mantiene
ninguna relación con el poder estatal, en otras palabras, no cumple ningún papel de
Ante esto, Fernando, a pesar de su papel como intelectual y lo importante que esto
significa para el ordenamiento social según Rama, es un individuo excluido del poder.
siendo un punto más de la crítica y quejas del narrador. A pesar de ello, en algunos
pasajes de la novela termina dando ciertos consejos al Estado para establecer el orden
como: “El Estado está para reprimir y dar bala. Lo demás son demagogias, democracias.
¡carajo!” (105) o “El Estado debe concientizarse más y comprarles ropa a los
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muchachos con el fin de que ya no piensen tanto en procrear ni matar. Las canchas de
futbol no-bas-tan” (103). Por lo tanto, esta situación se interpretaría como una expresión
aparato estatal para realizar su labor de ordenador y legitimador del orden ya que
teniendo estos recursos se sentiría más capacitado aun para la realización tal objetivo.
poder cuando debía y que producto de esto, si lo hubiese hecho, tendría los beneficios
que involucrarse en el aparato estatal colombiano ofrece, por cierto un Estado muy
corrupto. Esto lo expresa el narrador cuando menciona que ‹‹ […] “la ley debe castigar
el delito”. ¡Pero cuál ley, cuál delito! Delito el mío por haber nacido y no andar
existe y el que no existe no habla. ¡A callar!» (20). De esta última parte citada, también
puedo interpretar que Fernando se siente completamente hundido en la nada y vacío por
nada. Cuando me muera aquí sí que va a ser el acabose, el descontrol. Señor Fiscal
General o Procurador o como se llame, mire que ando en riesgo de muerte por la calle:
Con respecto al establecimiento del orden, se puede observar que lo que influencia a
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extranjero, el orden que ya imperaba. Su objetivo no es, por lo tanto, establecer un
orden en favor de un grupo que detenta el poder para legitimar su gobierno. Con
respecto a esto último, sería importante mencionar que Fernando, según El- Kadi en
“La Virgen de los sicarios y una gramática del caos”: “el narrador se coloca como
representante de las oligarquías que han desaparecido” (2010: 9-10). Esto, en cierto
modo, establece una compatibilidad con lo que menciona Rama sobre el origen del
intelectual, el cual es privilegiado y oligárquico. Sin embargo, como bien menciona El-
Kadi, esta oligarquía ha dejado de existir, por lo que Fernando es una persona que no
solo por la extinción de esta, sino, también por su temprano alejamiento de esta al irse
hacia el extranjero. Pero al referirnos a la instauración del orden, surge una pregunta:
¿cómo o con qué herramientas intenta restaurar el orden? Con la violencia, pero no la
violencia legítima del Estado, pues ya hemos visto que está alejado de este, sino una
violencia informal que surge de Fernando mismo. La Medellín que quiere restaurar es la
Esta violencia consta de dos partes: por un lado, lo que consideraría como el violentador
intelectual que es Fernando, y por otro lado, la del violentador efectivo o material,
cuando dice: “Yo no le veo a este asunto más solución ni remedio que cortar como lo
hizo Alejandro, de un tajo, el nudo gordiano, e instaurar el fusiladero […]” (90) o “Mis
extrema ruindad. ¿La solución para acabar con la juventud delincuente? Exterminen la
niñez” (27). Sin embargo esta violencia informal termina saliéndose de control a tal
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siendo parte de lo que tanto criticaba. Como lo menciona Alfaro: “La violencia sería la
expresión del poder, pero a su vez, el germen que terminará por neutralizarlo, pues en su
aplicación la violencia no solo generará la muerte, sino también una reacción violenta a
fracasando como intelectual y se involucra aún más con la violencia que él tanto
criticaba.
Por otro lado, cuando se analiza la configuración del intelectual según Gramsci y se
clase dominante y clase subalterna. Peor aún, Fernando se muestra muy reacio y crítico
hacia esas dos clases, y siente odio en un grado mayor hacia la clase subalterna, por
En primer lugar, se puede establecer que Fernando se muestra reacio al estado actual de
que lo vio nacer. El narrador lo expresa de la siguiente manera: “Recuerdo que íbamos
de bache en bache ¡pum! ¡pum! ¡pum! por esa carreterita desbarajustándose, como se
nos desbarajustó después Colombia, o mejor dicho, como se ‘les’ desbarajustó a ellos
porque a mí no, yo aquí no estaba, yo volví después, años y años, décadas, vuelto un
viejo a morir” (6). Para concretizar termina concluyendo que “Yo no soy de aquí. Me
los años, y el desconcierto que esto le genera (El- Kadi 2010: 3) es una característica
En segundo lugar, una vez establecido que Fernando se muestra ajeno al desarrollo de la
ciudad, también se tendría que aclarar que el interés que menciona Gramsci tiene como
objetivo resguardar o renovar el poder en dicha sociedad. Por ello, Fernando, más que
Medellín. Una vez aclarado esto, podemos mencionar que la relación de Fernando tanto
con la clase dominante como con la clase subalterna es caracterizada por el alejamiento,
en tanto que no se siente perteneciente a una de ellas, y las critica. Con respecto a la
clase dominante que estaría representada por el Estado, como ya hemos visto, Fernando
se muestra alejado de esa institución y asume una crítica, por ejemplo cuando menciona:
“¿es que estos cerdos del gobierno no son capaces de asfaltar una carretera tan esencial,
que corta por en medio mi vida? ¡Gonorreas! […]” (11). Fernando no es el legitimador
tanto con conciencia de ella. Por lo tanto, los intereses de esa clase y el desarrollo de un
individualista.
Por otro lado, la clase subalterna le es aún más repudiable, ya que considera que es el
principal origen del desastre que se vive en Medellín, por lo que no se siente
identificado con ella. Entonces, se podría decir, que al igual que con la clase dominante,
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eliminando a la antagonista y alcanzar el poder. Su desprecio por esta clase se puede
clase ociosa, haragana. Que una haga la fuerza es lo que quieren, que importe máquinas,
que pague impuestos, que apaguen incendios mientras ellos, los explotados, se rascan
sentenciándolos al decir: “mi fórmula para acabar con la lucha de clases es fumigar esta
las dos clases sociales antagonistas de la sociedad y una acérrima crítica deconstructiva,
sobre todo para la clase subalterna que era el agente de cambio para el escritor
socialista.
Para terminar el capítulo, uno de los hallazgos de esta sección es que se puede observar
que como producto del cuestionamiento al papel como intelectual de Fernando podemos
ninguna clase social. Por otro lado, también se ha establecido que el orden que Fernando
quiere instaurar en Medellín es particular ya que está inspirado en los recuerdos que el
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CAPÍTULO 2
intelectual que representa Fernando. Sin embargo, un trabajo sobre el intelectual sin
las acciones de dicho intelectual sería una muestra incompleta de un trabajo académico.
que es descrito por Fernando. Esto nos mostrará cómo se configura el contexto o
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del narrador enmarcada en una obra literaria, por lo que los hechos y acontecimientos
descritos en la Medellín de La Virgen de los sicarios no reflejan los reales sucesos que
Hay que tomar en cuenta que la reflexión que Fernando hace sobre Medellín está
en sus recuerdos y que existió antes de que él se exiliara al extranjero. Por lo tanto, es
necesario comparar esta relación entre las dos Medellín con lo que Ángel Rama
se han desvanecido y que son registradas “para que no mueran”, la aplicación de una
insignia goethiana según la cual “solo es nuestro lo que hemos perdido para siempre”»
(1998: 78).
Para desarrollar este capítulo, por un lado, considero necesario analizar la configuración
invasión de las ciudades por los campesinos. Proceso caracterizado como la migración
interna. Por otro lado, el análisis del fracaso de Fernando como intelectual frente a
Medellín (contexto) es importante debido a que se verá como dicho fallo se presenta en
dos fases: el fracaso en el plano de la construcción mental de una ciudad ideal debido a
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2.1. La configuración de Medellín como una ciudad caótica
sicarios de Fernando Vallejo”: “No solo porque los discursos de la modernidad han sido
modernización económica y social que permitiría a las nuevas naciones entrar en esa
modernidad deseada es ahora considerado como un espejismo, una ilusión” (2008: 287).
Esto da como resultado un caos imperante en las instituciones que se originaron para
establecido una relación con el narcotráfico y recibe dinero de este sin importar los
principios morales que supuestamente tendría esta institución. Por otro lado, como
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A lo largo de La Virgen de los sicarios, Fernando dirige una serie de críticas hacia las
dos instituciones más importantes como lo son el Estado y la Iglesia católica, ya que
En primer lugar, Fernando emprende dicho discurso crítico contra el Estado. Como ya
vimos anteriormente, Fernando es un intelectual que está alejado del poder que otorga el
inexistente acción de la policía para controlar lo que ocurre en las calles de Medellín. Lo
ideal es que suceda, como menciona Capel en “A modo de introducción: Los problemas
de las ciudades. Urbs, Civitas y Polis”: “El gobierno de la ciudad necesita reglas
jurídicas claras, una voluntad decidida para su cumplimiento, de una autoridad capaz de
hacer acatar las normas. Es decir, necesita de una administración pública eficiente”
(2003: 13). Sin embargo ello no se lleva a cabo en la Medellín caótica. Fernando, luego
de mencionar la urgente necesidad de orden, señala que “Eso que dije yo es lo que debió
decir la autoridad, pero como aquí no hay autoridad sino para robar, para saquear a la
res pública […]” (52) para luego llegar a una polémica conclusión cuando dice “así que
a robar, y mejor en el gobierno que es más seguro y el cielo es para los pendejos” (19).
Dentro del desarrollo de esta exposición crítica, ataca, también, a quien dentro del
Colombia. Este sujeto que como máximo funcionario de la república debería tomar el
papel como generador y organizador del orden (intentando reemplazar el rol que en
27
este espacio caótico al estar involucrado en los principales problemas de la sociedad.
Podemos ser testigos de ello, cuando Fernando menciona que “apuntalado en una
a poquitos” (88) o también cuando dice que “la ley de Colombia es la impunidad y
nuestro primer delincuente impune es el presidente, que a estas horas debe estar
no permitir que sean las medias verdades o las ideas comúnmente aceptadas las que
gobiernen el propio caminar” (2009: 40). Por lo tanto, la crítica que Fernando le hace al
Estado, debido a las deficiencias de este último, es una actitud contestataria frente a la
Por último, en el recorrido que Fernando emprende en Medellín observa una serie de
hechos violentos y delictivos como el asesinato de un joven por parte de un ladrón que
ciudad de los policías quienes son los que supuestamente deben ejercer el control de
toda aquella situación que atente contra el orden público. Entonces, es cuando dirige su
crítica hacia aquellos que no cumplen su labor diaria de establecer el orden cuando se
cuestiona: « ¿Y la policía? ¿No hay policía en el país de los hechos? Claro que la hay
son “la poli”, “los tombos”, “la tomba”, “la ley”, “los polochos”, “los verdes
hijueputas”. Son los invisibles, los que cuando los necesitas no los ves, más
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transparentes que un vaso. Pero el día en que se corporicen, que les rebote la luz en sus
cuerpos verdes, ay parcero, a correr que te van a atracar, a cascar, a mandar para el otro
toldo» (107).
En segundo lugar, de la misma forma que Fernando critica la ineficacia del Estado,
principales jerarcas de la Iglesia católica en Medellín. Pero esta crítica no está tan
consecuencia de la contradicción que se denota entre los principios que defiende esta
Los principios que la Iglesia sostiene con respecto a su relación con sus fieles es la de
Además, “en el tejido social, la Iglesia pugna por su reconocimiento como una
autoridad moral orientada a promover valores que conducen a un orden más adecuado
para el ser humano, así como por extender sus bases de apoyo” (Molina 2013: 53). En
sociedad: el narcotráfico. Esta relación comienza luego de que las familias oligárquicas
para tratar con los pobres, lo cual es criticado por Fernando, ya que argumentaba que de
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tramar sus tretas. Para él no había dinero malo o bueno, sucio o lavado. […] Él fue el
La crítica va dirigida hacia un eclesiástico que reforzó, aún más, los lazos ya existentes
lo ideal, rechazarían toda clase de relación con una organización delincuencial que se
desarrolla a partir del sufrimiento y la muerte de muchas personas. Sin embargo, esta
institución está tan degradada de la misma forma en que lo esta los correligionarios que
siguen esta fe, que son en su mayoría los que conforman la sociedad caótica de
Medellín.
Por otro lado, la configuración caótica de Medellín tiene a otros protagonistas. Estos son
migración interna” que tuvo sus inicios a fines de los años setenta. Como consecuencia
tanto, se puede decir, bajo este discurso que lo “bárbaro” entró a lo que hasta ese
momento era “civilizado”. Fernando los retrata de la siguiente manera: “los fundadores,
ya se sabe, eran campesinos: gentecita humilde que traía al campo sus costumbres,
como rezar el rosario, beber agua ardiente, robarle al vecino y matarse por chichiguas
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con el prójimo” (29), y sentencia “¿Qué podía nacer de semejante esplendor humano?”
(30).
aquello de lo que huían, razón por la cual fueron a la ciudad. Fernando dice que “a
machete, con los que trajeron del campo cuando llegaron huyendo dizque de la
‘violencia’ y fundaron estas comunas sobre terrenos ajenos, robándoselos, como barrios
trajeron, con los machetes. De lo que venían huyendo eran de sí mismos” (88). Se puede
Por lo tanto, desde esta perspectiva podemos afirmar que los campesinos eran la propia
Esta situación fastidia profundamente al intelectual Fernando. El- Kadi, por su parte, en
“La Virgen de los sicarios y la gramática del caos” nos ofrece un acercamiento sobre
las personas que ocuparían posteriormente las comunas: “La plebe urbana molesta al
albergar al “populacho” y que son descritas por Fernando como “[…] casas y casas y
casas, feas, feas, feas encaramadas obscenamente las unas sobre las otras” (58). Estas se
ubicarían en las laderas de la ciudad que Fernando denomina como Medallo, la ciudad
separación de espacios presenta un gran contraste en todo sentido. Fernando nos dice al
respecto: “La ciudad de abajo nunca sube a la ciudad de arriba pero lo contrario sí: los
31
Finalmente, establecidos los dos factores que generan que Fernando configure a
Medellín como una ciudad caótica, puede establecer una relación entre la falta de
control por parte de las instituciones y la revelación instintiva o tanático de las personas
como diría Freud. El mismo Freud nos señala en El malestar en la cultura: “La cultura
Naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre sí” (1976: 88). Por lo que a
falta de instituciones que ofrezcan dicha protección y regulación de las relaciones, como
instintivas o primitivas. En tanto estas son completamente relacionadas con las personas
sicarios, Fernando sentenciaría: “así, de cambio en cambio, paso a paso, van perdiendo
32
2.2. El fracaso de Fernando como intelectual frente a Medellín (contexto)
perspectiva del narrador, se culminará con el análisis del fracaso de Fernando como
desarrollo, o sea, Medellín. Pero anteriormente, según Rama: “la traslación del orden
social a una realidad física, en el caso de las fundación de ciudades, implica el previo
concepción racional” (1998: 19) Por lo tanto, se va a establecer que para que el
subjetivo, es decir, el plano de las ideas, las imágenes y los símbolos, y el objetivo, o
elaborar un discurso sobre la base de ideas y símbolos, en el cual tiene que construir las
este intelectual tiene que implementar su discurso, difundirlo y que genere impacto en la
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sociedad para cambiar el contexto. Esto es lo que se llamaría la puesta en práctica de
un fracaso rotundo. Veremos cómo aquello que se debería desarrollar como una
elaboración mental de una ciudad ideal termina siendo en realidad una imagen
Alexis y Wilmar.
configurar la realidad que se le presenta para establecer otra nueva que contenga
necesario mencionar lo que dijo Alfaro con respecto a la elaboración del espacio en “La
sicarios de Fernando Vallejo: “el tratamiento del espacio tiene algunas particularidades
respecto de otras obras de esta misma serie. Dicha especificidad radica en que el
discursivo, produciéndose así lo que Aínsa llamará «la apropiación del topos por el
logos»” (2010: 20). Por lo tanto los nuevos espacios se forman, en un primer momento,
en el plano mental en donde están las ideas y símbolos. Sin embargo, es necesario
mencionar, que aparte de este primer momento ya mencionado, surge otro en donde el
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realidad es la ciudad, o sea, lo que representaba, y la cosa representada que termina
en el plano mental es una imagen apocalíptica de Medellín que tiene como fin último la
debacle total. Esto se puede deber a que el gran impacto que la nueva Medellín causa en
objetivo. Añadiendo a esto la gran amargura y desesperación que le causa estar dentro
de ese espacio que se construyó, en la ausencia del narrador, como consecuencia del
pesar de esto, a Fernando le queda el espacio del lenguaje (la escritura) que es usada
Fernando empieza describiendo el contexto que él aprecia con nostalgia y que desea que
regrese: “había a las afueras de Medellín un pueblo silencioso y apacible que se llamaba
Sabaneta […] Estaba al final de esa carretera, en el fin del mundo. Más allá no había
nada, ahí el mundo empezaba a bajar, a redondearse, a dar la vuelta” (5). Sin embargo, a
su regreso menciona que la ciudad, Medellín, ha abarcado la totalidad del espacio que
antes permanecía rural. Esto lo podemos ver cuando menciona: “ya para entonces
nos había ido de las manos. Éramos, y de lejos, el país más criminal de la tierra, y
Medellín la capital del odio” (8). Hay una representación, por parte de Fernando, de
Medellín como un gran monstruo que termina devorándose al pueblito que lo vio nacer.
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Esta configuración sería el inicio de lo que después sería la representación total del
por Medellín, por sus calles, en el limbo de mi vacío por este infierno, buscando entre
almas en pena iglesias abiertas, me metí un tiroteo” (23). Se puede observar que ya está
pena serían las personas que están representadas como muertos en vida, lo cual se deja
Medellín es ir uno rebotando por esta vida muerto. Yo no inventé esta realidad, es ella la
Medellín como una bestia infernal que está dispuesta a asesinar a todo aquel que se le
presente. Esto se puede observar cuando el narrador señala que “un asesino
menciona que “la noche de alma negra, delincuente, tomaba posesión de Medellín, mi
Medellín, capital del odio, corazón de los vastos reinos de Satanás” (85- 86). El máximo
jefe del reino de las tinieblas, llamado también “lucifer” hace su aparición en esta
representación, lo cual deja en claro que el dominio total de Medellín está bajo lo
sobrenatural, bajo lo totalmente demoniaco. Nada más y nada menos que bajo el
Para darle, aún más, el realce apocalíptico, Fernando hace mención de un ave particular
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Compañero, amigo y paisano: no hay ave más hermosa que el gallinazo, ni de más
tradición: es el buitre del español milenario, el ‹‹vultur›› latino. Tienen estas avecitas la
capacidad de transmutar la carroña humana en el espíritu del vuelo. Mejores pilotos
nadie, ni los del narcotráfico. ¡Mírenlos el cielo de Medellín planeando! Columpiándose
en el aire, desflecando nubes, abanicando el infinito azul con su aleteo negro Ese negro
que es el luto de los entierros… Y aterrizan como los pilotos de don Pablo: en un
campito insignificante, minúsculo, cual la punta de este dedo. «Me gustaría terminar
así- le dije a Alexis-, comido por esas aves para después salir volando» (48).
apocalíptica. De esto podemos interpretar que Medellín es el lugar habitado por muertos
que no sabe que están vivos y que están condenados a ser devorados por aquellas aves
“mensajeras de la muerte.
Fernando, por lo que la representación de Medellín está condenada a perecer sin la más
estatal y del uso legítimo de la fuerza. Ante esto, se ve en la necesidad de utilizar a los
dos jóvenes que conoce como herramientas para establecer el orden por medio del uso
La relación que se establece entre estos dos sicarios y Fernando cuenta con algunas
fuertemente, aun sabiendo que estos sicarios son el producto de los que el tanto odia.
Estas dos personas son el resultado de esa “barbarie” que atenta contra lo civilizado, sin
embargo se forma una relación afectiva que es muy significativa para Fernando (Locane
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2012: 93). Fernando establece en lo que difiere y coincide con Alexis al mencionar que
presente sin futuro: en ese suceder de las horas y los días vacíos de intención, llenos de
muertos” (79). Lo que los unía, por lo tanto, era la complicidad de haber emprendido un
implicados, “la gran masacre” para restaurar Medellín. Fernando termina tomando el
control de Alexis a tal grado que este se termina ofreciendo para ser utilizado como una
novela a continuación: “Yo te lo mato – me dijo Alexis con esa complacencia suya
atenta siempre a mis más mínimos caprichos-. Déjame que la próxima vez le saco el
fierro” (24). Conforme avanza la novela, transcurren los seguidos asesinatos ejecutados
por Alexis y que tienen como autor intelectual a Fernando. Esto se puede observar
cuando el narrador menciona: “sí niño, esta vez sí me parece bien lo que hiciste, aunque
de mal genio en mal genio, de grosero en grosero vamos acabando con Medellín. Hay
Exterminadores”. Así como se plantea, esto termina siendo una contradicción tanto en el
ámbito del lenguaje como en el aspecto religioso. Estos dos aspectos se involucran y
termina siendo una afrenta desde el discurso hacia lo establecido por las consignas
religiosas. Tanto los enunciados como: “mi niño era el enviado de Satanás que había
venido a poner orden en este mundo con el que Dios no puede” (105) o “basuqueros,
de todo probó el Ángel, todos fueron cayendo fulminados por su mano bendita, por su
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terminamos el análisis de este aspecto con lo que menciona Sarabia en “El carnaval en
construcción del sicario en la obra reproduce la dicotomía del ángel en el mito cristiano,
una criatura que puede encarnar bondad, belleza e inocencia o venganza, muerte y
Con respecto a la sucesión de estos ángeles, se sabe que Alexis termina asesinado por
Colombia a fines del siglo XIX”: “todo fluye en un presente de violencia, cada
momento es una pequeña variación del anterior, sin cambio visible” (2001: 35).
que Fernando consideraba como “lacras”. Sin embargo, Wilmar también es asesinado
antes de que junto a Fernando viajasen hacia el extranjero. Ante esta última pérdida,
como el Estado y la Iglesia que son impuestas por la cultura y, como resultado, el
triunfo de los impulsos primitivos y tanáticos que van a convertir a Medellín en una
ciudad caótica. En segundo lugar, sobre cómo el establecimiento de dos planos (tanto
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como una ciudad apocalíptica en el plano mental, y la ausencia de herramientas para
CONCLUSIONES
GENERALES
intenta llevar este proyecto a cabo. Sin embargo, el proceder de Fernando, que
el intelectual terminará siendo desconfigurada a tal grado que será una de los
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principales motivos de dicho fracaso. La violencia, lo salvaje, la “barbarie”,
última del intelectual termina representando dicha derrota ante la caótica ciudad
de Medellín.
que, así mismo, Fernando emprende el proyecto ordenador por propia iniciativa.
Además, se ha concluido con respecto al orden que se quiso instaurar, que este
fin último de Fernando termina siendo claramente particular. Esto se debe a que
este orden está inspirado en los recuerdos del propio Fernando sobre su ciudad
que, sin embargo, han terminado fracasando. Las masas campesinas que
migraron hacia la ciudad, lo que Fernando expresa más bien como una invasión,
también están incluidos en aquella diatriba. Todo esto termina por descolocarlo a
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en el plano de las ideas y los símbolos. Esto termina desembocando en la imagen
sería un fracaso ya que lo que se tenía que configurar era en realidad una ciudad
ESPECÍFICAS
intelectual no goza de autonomía alguna, puesto que esta figura siempre está al
intelectual es frente al poder estatal (el cual está a merced de aquellos que lo
emprenda el proyecto ordenador. Por otra parte, Gramsci establece que dicha
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se ve sometida ante algo o alguien. Sus acciones no responden al pedido de
último tiene como soporte principal, para originar y organizar el orden, al poder
damos cuenta que este carece de dicha característica. Ante ello, Fernando se ve
obligado a buscar un nuevo soporte y lo encuentra en los dos sicarios que conoce
Medellín.
diatriba. Este espacio del que estamos hablando es el lenguaje (la escritura) el
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7. La extrema violencia que se experimenta en Medellín tiene una explicación
Freud. Esta teoría nos dice que las personas se encuentran oprimidas frente a lo
que ellos mismos han creado, la cultura, que está constituida por instituciones
cual le deja campo abierto a que los instintos tanáticos de los habitantes de
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