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Anatomía de la mama

La mama está formada principalmente por tejido adiposo (grasa) y la glándula


mamaria. Con los ciclos hormonales y el embarazo, el tejido predominante es el
glandular, mientras que, tras la menopausia, la glándula se atrofia y el volumen de
la mama depende básicamente del tejido adiposo. El tejido adiposo mamario es
uno de los que más se afecta con las oscilaciones del peso, siendo de los
primeros tejidos que disminuyen de tamaño al adelgazar, y de los primeros que
aumentan al incrementar el peso. La glándula está formada por
diferentes lobulillos glandulares (entre 15 y 20), de los cuales salen
los conductos galactóforos que confluyen en el seno galactóforo. Esta última
estructura comunicará el interior de la mama con el exterior a través del pezón, y
es por donde se expulsa la leche en la lactancia.

El pecho se extiende desde la 2ª hasta la 6ª costillas, medialmente hasta el


esternón (a unos 2 cm de la línea media) y lateralmente hasta la línea media
axilar. Está anclada a la fascia del músculo pectoral mayor mediante
los ligamentos de Cooper. La cola de la mama o cola de Spence, extiende la
mama oblicuamente hacia la axila.

El complejo areola-pezón (CAP) se encuentra entre la 4ª y 5ª costilla en mamas no


ptósicas (no caídas), lateral a la línea medioclavicular. La distancia ideal entre el
pezón y la horquilla esternal se sitúa entre 19 y 21 cm, aunque puede variar en
función de la constitución de la mujer. Esta medida es similar al segmento que une
la línea medio clavicular con el pezón. Cifras incrementadas en estas medidas
pueden indicar que el pecho está ptósico (caído). Otras medidas importantes se
encuentran entre el surco submamario y el pezón (situado en 5-6 cm) y del pezón
a la línea media (entre 9 y 11 cm).
El diámetro areolar suele situarse en torno a los 4-5 cm, y en el centro se sitúa el
pezón, con una proyección de 1 cm y un diámetro de unos 5 mm. La horquilla
esternal y los pezones deben formar un triángulo equilátero.
Todo el tejido mamario está vascularizado principalmente por vasos perforantes
de la arteria y venas mamarias internas, situados a los lados del esternón.
También recibe vascularización de los vasos torácicos laterales, rama de la
arteria axilar. Otras arterias que aportan vascularización a la mama son los
intercostales y toracoacromiales. Conocer la vascularización de la mama es
esencial para poder realizar determinadas cirugías como reducciones mamarias,
mamas tuberosas e incluso mamoplastias de aumento. Una planificación sin tener
en cuenta los patrones vasculares puede llevar al fracaso de la cirugía e incluso a
la pérdida del complejo areola-pezón.

El líquido intersticial de la glándula mamaria es drenado mediante los vasos


linfáticos de la mama a través de los linfáticos interlobulillares que confluyen
formando el plexo linfático subareolar. Todos ellos drenan a los ganglios linfáticos,
situados principalmente en la axila, aunque también puede estar en las
proximidades de los vasos mamarios internos e incluso supraclaviculares. Este
drenaje linfático tiene especial relevancia sobre todo en los tumores malignos, que
usan los vasos linfáticos para propagar la enfermedad a distancia.
Anatomía de la mama durante la lactancia
Tras el análisis de ecografías de la mama lactante, la Dra. Donna Geddes, de la
Universidad de Australia Occidental, empezó a cuestionar los diagramas anatómicos que
aparecían en los libros de texto. El modelo estándar de la mama se basaba en
disecciones anatómicas realizadas en cadáveres por parte de Sir Astley Cooper en 1840.
Con el respaldo de Medela, se llevaron a cabo más estudios y los resultados han
redefinido nuestros conocimientos sobre la mama lactante.

Descubrimientos clave

La investigación llevada a cabo en la Universidad de Australia Occidental ha dado como resultado algunos
descubrimientos revolucionarios que han invalidado la mayoría de conocimientos que se tenían sobre la
anatomía de la mama durante la lactancia.

Los principales descubrimientos fueron los siguientes:

 La cantidad de orificios ductales es de entre 4 y 18 (anteriormente, entre 15 y 20).

 Ramificación de los conductos más próxima al pezón.

 No existen los senos galactóforos tradicionalmente descritos.


 Los conductos pueden encontrarse cerca de la superficie de la piel, lo que hace que sean
fácilmente comprimibles.

 La mayor parte del tejido glandular se encuentra en los 30 mm en torno al pezón.

Medela generó una imagen para demostrar los nuevos hallazgos y muchos libros de texto y páginas de
Internet utilizan esta imagen ahora como recurso.

Importancia para la práctica

Existen tres consideraciones importantes en relación con la práctica de la lactancia:

1. Una primera eyección de la leche rápida es importante para una eficaz extracción de la leche.

2. Los embudos deben tener el tamaño adecuado para cada madre.

3. La posición de la mano es importante cuando se sujeta el pecho durante la extracción.

1. Una primera eyección rápida y eficaz de la leche es importante para una óptima extracción de la leche

En los conductos no se almacenan volúmenes grandes de leche, ya que no se observan senos galactóforos;
por tanto, se puede extraer muy poca leche antes de la primera eyección. Se tiene constancia de que los
bebés realizan una acción de succión rápida al principio, lo que estimula la eyección de la leche («bajada de
la leche»). La investigación demuestra que una primera eyección de la leche rápida favorece más
eyecciones de leche posteriores. De hecho, el 80 % de la leche materna se extrae en los primeros siete
minutos cuando se emplea un sacaleches 2-Phase al vacío máximo tolerable (Kent et al. 2008).

Por tanto, es importante usar un sacaleches que pueda estimular de forma eficaz la eyección de la leche y
conseguir una buena colocación para ayudar a iniciar la eyección de la leche cuando se da el pecho.

2. Los embudos deben tener el tamaño adecuado para cada madre

Un perfecto acoplamiento del embudo evitará la compresión de los conductos galactóforos superficiales, lo
que favorece un drenaje eficaz de la mama.

3. Posición de la mano: cuando se sujeta el pecho o durante la extracción

Puesto que el 65 % del tejido glandular se sitúa en los primeros 30 mm del pezón y los conductos son
bastante superficiales, es importante considerar la posición de las manos y los dedos cuando se está dando
el pecho o durante una extracción. La presión sobre los conductos y el tejido puede impedir que la leche
fluya libremente, lo que puede producir bloqueos y, a su vez, congestión; la consecuencia es una reducción
de la producción de leche. Cuando no se extrae la leche del pecho se produce una proteína denominada
inhibidor por retroalimentación de la lactancia (FIL). Cuando la cantidad de FIL aumenta, se envía una señal
al hipotálamo para reducir la prolactina y, en consecuencia, se reduce la producción de leche. Para evitar
que esto suceda, las madres deben recibir consejo sobre cómo colocar al bebé para que no tengan que
ejercer demasiada presión sobre el pecho durante la toma o la extracción.

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