Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
FACULTAD DE INGENIERIA
EAP: Ingeniería Agroindustrial
CURSO:
COMPOSICION BIOQUIMICA DE PRODUCTOS
AGROINDUSTRIALES
TEMA:
SEMANA N°06
ESTUDIANTES:
DOCENTE:
Víctor Augusto Castro Zavaleta
2019
Aminoácidos, Péptidos y Proteína.
Clasificación y estructura:
Los ᾳ-aminoácidos son las unidades estructurales de las proteínas. Constan de
un átomo de carbono a covalentemente unido a un átomo de hidrógeno, un grupo
amina, un grupo carboxílico y una cadena lateral, o grupo R.
[𝐵𝑎𝑠𝑒 𝐶𝑜𝑛𝑗𝑢𝑔𝑎𝑑𝑎]
pH = pKa + log[𝐴𝑐𝑖𝑑𝑜 𝐶𝑜𝑛𝑗𝑢𝑔𝑎𝑑𝑜] (Ecuación de “Henderson-Hasselbach”)
Uno de los más relevantes factores que afectan a las propiedades físico-químicas,
como la estructura, la solubilidad, la fijación de la grasa, etc., de proteínas y
péptidos es la hidrofobia de sus aminoácidos constitutivos. La hidrofobia puede
definirse como el exceso de energía libre de un sóluto disuelto en agua,
comparada con la que ofrece en un disolvente orgánico en condiciones similares.
La forma más directa y más simple de determinar las hidrofobias relativas de las
cadenas laterales de los aminoácidos implica la obtención experimental de los
cambios de energía libre para la disolución de las cadenas laterales de los
aminoácidos en agua y en un disolvente orgánico, como el etanol.
1.2. Reactividad química de los aminoácidos:
Estructura primaria:
Por estructura primaria de una proteína se entiende la secuencia lineal en que los
aminoácidos que la constituyen se unen de forma covalente, a través de enlaces
amida, conocidos también como enlaces peptídicos. El enlace peptídico es el
fruto de la condensación del grupo ᾳ-carboxílico del aminoácido i y el grupo
amina del aminoácido i + 1, con eliminación de una molécula de agua. En esta
secuencia lineal, todos los restos de aminoácido se encuentran en la
configuración L. Una proteína con n restos de aminoácidos contiene n-1 enlaces
peptídicos. Al extremo en el que se encuentra el grupo a-amina libre se le conoce
como N-terminal y a aquel que tiene el grupo a-COOH libre se le conoce como
e-terminal. Por convención, N representa el comienzo y C el fin de la cadena
polipeptídica.
Estructura secundaria:
Por estructura terciaria se entiende la disposición espacial lograda cuando una cadena
polipeptídica lineal, con segmentos provistos de diversas estructuras secundarias, se
pliega sobre sí misma para adquirir una forma tridimensional compacta La adquisición
por parte de una proteína (inicialmente provista de una configuración lineal) de una
determinada estructura terciaria es un proceso complejo. A nivel molecular, los
detalles estructurales de una proteína están justificados por su secuencia
aminoacídica. Desde un punto de vista energético, la formación de las estructuras
terciarías supone la optimización de diversas interacciones (hidrofóbicas,
electrostáticas y de van der Waals) y enlaces de hidrógeno entre diversos grupos de la
proteína, de manera que se reduzca al valor mínimo posible la energía libre de la
molécula. El aspecto más importante de la reorganización geométrica, para la
reducción de la energía libre durante la adquisición de la estructura terciaria, es la
nueva ubicación de la mayoría de los restos hidrófobos en el interior de la estructura
y la de la mayor parte de los restos hidrófilos, especialmente los cargados, en la
interfase proteína-agua.
Estructura cuaternaria:
Es la disposición espacial adoptada por una proteína que contiene más de una
cadena polipeptídica. Numerosas proteínas biológicamente importantes son
dímeros, trímeros, tetrámeros, etc. Cualquiera de estos complejos cuaternarios
(también denominados oligómeros) puede estar formado por subunidades
(monómeros) idénticas (homogéneas) o distintas (heterogéneas).
La formación de las estructuras oligoméricas es debida a interacciones
específicas proteína-proteína. Se trata fundamentalmente de interacciones no
covalentes, como puentes de hidrógeno, interacciones hidrófobas e interacciones
electrostáticas. La riqueza en aminoácidos hidrófobos parece influir en la
tendencia a la formación de proteínas oligoméricas.
La estructura de las proteínas está estabilizada por distintos tipos de enlaces, como
enlaces covalentes (enlace peptídico, enlace por puentes disulfuro), enlaces por
puentes de hidrógeno (interacciones dipolo-dipolo), interacciones hidrofóbicas,
enlaces salinos (interacciones electrostáticas) o las fuerzas de los contactos de Van der
Waals. Todos estos tipos de enlaces juegan un importante papel en la estabilización
de la estructura tridimensional de las proteínas.
Enlaces por puente disulfuro: Este tipo de enlaces se establece al oxidarse dos
cisteínas para formar una cistina, unión de los dos azufres.
Enlaces salinos: Al poderse encontrar en el esqueleto polipeptídico
aminoácidos ácidos (Glu y Asp) que presentan carga negativa; y aminoácidos
básicos (His, Lys, Arg) que presentan carga positiva; hay distintas regiones de
las proteínas con carga opuesta que se atraen por fuerzas electrostáticas,
interacciones que se conoce con el nombre de enlace salino.
Puentes de hidrogeno: Para que un puente de hidrógeno se forme se requiere
de una molécula que posea un hidrógeno unido a un átomo de elevada
electronegatividad y otra molécula que posea otro átomo electronegativo con
alta densidad electrónica (es decir carga parcial negativa). Cuando ambas
moléculas se aproximan por el hidrógeno, se genera un enlace débil
denominado puente de hidrógeno. En un puente de hidrógeno la molécula que
posee el hidrógeno que participa en el puente se denomina donadora y aquella
que porta el átomo electronegativo complementario se denomina aceptora. Una
misma molécula puede actuar como donadora y aceptora formando dos o más
puentes de hidrógeno simultáneamente.
Interacciones hidrofóbicas: Se dan entre las cadenas laterales de los
aminoácidos hidrofóbico, estos aminoácidos suelen disponerse en el interior de
la proteína, evitando de esta manera las interacciones con el agua. Este tipo de
fuerzas hidrofóbicas intervienen en el correcto plegamiento de la proteína.
Fuerzas de Van der Waals: Estas fuerzas son el resultado de las fuerzas
atractivas y repulsivas que se establecen al acercarse los átomos, de manera que
existe una distancia en que la atracción es máxima. Esta distancia se encuentra
en lo que se conoce con el nombre de radios de Van der Waals. Estas fuerzas
se deben a que cada átomo posee una nube electrónica que puede fluctuar,
creando de esta manera dipolos temporales. El dipolo transitorio en un enlace
puede inducir un dipolo complementario en otro enlace, provocando que dos
átomos de los diferentes enlaces se mantengan juntos. Estos dipolos transitorios
provocan una atracción electrostática débil: las fuerzas de Van der Waals.
Una vez que una molécula proteica empieza a desplegarse, un ligero incremento de la
concentración del agente desnaturalizante o de la temperatura despliega por completo la
totalidad de la molécula. Lo que sugiere que las proteínas globulares sólo pueden hallarse en
el estado nativo o en el desnaturalizado.
Es muy frecuente en proteínas globulares y en solución se encuentran constantemente en
transición N↔D, aunque una pequeñísima parte se encuentra en forma abierta
Agentes Desnaturalizantes
La desnaturalización puede ser provocada por numerosos factores que se dividen en factores
físicos y químicos.
Efectos de la desnaturalización:
Mayor sensibilidad del enlace peptídico a los fenómenos de hidrólisis
provocados por enzimas proteolíticas.
Cambios en la solubilidad por exposición de las unidades peptídicas hidrofílicas
o hidrofóbicas.
Pérdida de la actividad enzimática y biológica.
Disminución y pérdida de la capacidad de cristalización.
Aumento de la viscosidad intrínseca.
Cambio en la capacidad de retención de agua.
Factores
Factores físicos químicos
Calentamiento Ácidos
Enfriamiento Bases
Tratamiento
mecánico Sales
Presión
hidrostática Metales
Radiación Disolventes
Orgánicos
Agentes físicos:
La aplicación de calor es el más importante de los agentes físicos. La velocidad de
desnaturalización de una proteína depende mucho de la temperatura. Mientras que para
la mayoría de las reacciones químicas cada incremento de 10 ºC duplica la velocidad
de reacción, en la desnaturalización esta velocidad aumenta unas 600 veces para el
mismo incremento. El contenido de agua es un factor que posee gran importancia,
especialmente en el caso de productos desecados; algunas proteínas son estables a
temperaturas superiores a los 100 ºC si es muy bajo el contenido de humedad. La fuerza
iónica, el pH de la solución y la naturaleza de los iones presentes son también factores
capaces de modificar la susceptibilidad de la proteína a la desnaturalización por calor.
Las presiones elevadas de 100 kg/cm2 son capaces de producir desnaturalización de
las proteínas, debido a que se modifican las estructuras de las moléculas y adquieren
mayor densidad. Las radiaciones ultravioletas inactivan determinadas enzimas y
disminuyen la solubilidad de algunas proteínas.
- Agentes químicos:
El pH del medio tiene gran importancia en los fenómenos de desnaturalización de
proteínas. La mayoría de las proteínas son estables en un reducido intervalo de pH y
valores del mismo. A medida que el pH se aleja de valor óptimo, aumentan las cargas
en los grupos R y también las que ejercen repulsión entre diferentes zonas de la
molécula. Esto comporta la modificación de la estructura, aunque, si estos cambios no
son excesivos, la proteína puede adquirir de nuevo su configuración normal cuando se
reestablece el valor de pH óptimo. Altas concentraciones de solutos (6-8M) tales como
urea o guanidina son capaces de ocasionar ruptura de puentes de hidrógeno y, en
último término, la desnaturalización de la proteína. Los detergentes sintéticos son los
agentes más enérgicos para causar la desnaturalización debido a su propiedad de
neutralizar los grupos hidrófilos e hidrófobos, bloqueando así las fuerzas necesarias
para mantener la estructura proteica. Los disolventes orgánicos, como acetona o
alcohol, son capaces de conseguir la desnaturalización, aunque en este caso es posible
disminuir los efectos trabajando a bajas temperaturas.
Cambios de pH
Las proteínas son mas estables a la desnaturalización a su punto isoeléctrico que a ningún otro
pH. El grado de desplegamiento es mayor a pHs extremos alcalinos que a pHs extremos ácidos.
En ocasiones puede ser reversible
2. Por Urea y Cloruro de Guanidinio
El GuHCI es un agente desnaturalizante más potente que la urea, por su carácter iónico. Forman
puentes de hidrógeno, a concentraciones altas, rompen la estructura del agua, La
desestructuración del agua por el disolvente la transforma en mejor disolvente para los residuos
apolares, lo que determina el desplegamiento y la solubilización de los restos apolares del
interior de la molécula proteica.
3. Por detergentes
Son potentes desnaturalizantes como el dodecil sulfato sódico (SDS), A diferencia de la
urea y el GuHCI, se fijan fuertemente a las proteínas desnaturalizadas, por lo cual producen
una desnaturalización total a concentraciones de detergente relativamente bajas
4. Por disolventes orgánicos
Se usan para solubilizar sustratos y desplazar el equilibrio de algunas reacciones enzimáticas
al disminuir la concentración de agua del sistema. Las proteínas disueltas en un sistema
acuoso sufren cambios en su estructura tridimensional cuando son trasladadas a un sistema
con un solvente distinto.
Unión directa al solvente orgánico a la proteína
Cambio en la constante dieléctrica del medio
El efecto de la constante dieléctrica puede explicarse mediante la Ley de Coulomb:
F=(𝑞1 . 𝑞2 )/𝑟 2 є. Los sistemas acuosos son los más frecuentes en los alimentos y al tener el
agua una є alta, la atracción entre las partículas con cargas opuestas (en proteínas provienen
las positivas de Lys, His y Arg, y negativas de Asp y Glu) tiene más dificultades para lograrse
en agua.
1. Hidratación
Al igual que otras sustancias orgánicas, las proteínas en estado seco tienden a retener una
cierta cantidad de agua hasta alcanzar el equilibrio con la humedad relativa del medio que
Por otra parte, las propiedades de hidratación también se ven afectadas por diversos
factores extrínsecos, siendo los más importantes la concentración de proteínas, el pH y la
temperatura.
La concentración de proteínas está directamente relacionada con la cantidad total de agua
que pueden absorber.
La influencia del pH es muy importante ya que al modificarse la ionización de una
solución proteica se alteran las fuerzas de atracción y de repulsión entre proteínas, y la
capacidad de éstas para unirse a las moléculas de agua. La máxima capacidad de ligar
agua se presenta en la mayoría de las proteínas a valores de pH entre 9 y 10 debido a la
ionización de los grupos suIfhidrilo.
La capacidad de fijar agua por las proteínas va disminuyendo a medida que aumenta la
temperatura debido a la ruptura de los lábiles puentes de hidrógeno. Además, durante el
calentamiento hay una desnaturalización seguida de una agregación, lo que lleva consigo
una reducción de la superficie proteica expuesta al agua y, en consecuencia, se reduce la
disponibilidad de grupos polares para fijar agua. Esta reducción es de, aproximadamente,
un 10% con respecto a la proteína nativa.
La conformación de una proteína en solución depende, fundamentalmente, de sus
interacciones con el agua. La mayor parte de los alimentos son sistemas sólidos hidratados
y el comportamiento fisicoquímico y reológico, de las proteínas y los otros constituyentes
del alimento, está influenciado no solo por la presencia de agua, sino que también por la
actividad de agua.
Se pueden distinguir seis clases (o estados) de agua ligada a las proteínas; el agua presente
en cada uno de esos estados, puede determinarse cuantitativamente por algún método
físico específico:
1.El agua de estructura (o de constitución), ligada a la proteína por enlaces hidrógeno, que
contribuyen a estabilizar la estructura de la proteína y no está disponible como disolvente
o reactivo.
2. El agua de la capa monomolecular; absorbida en sitios específicos de la proteína
(cadenas laterales polares ionizadas o no ionizadas) por intermedio de enlaces de
hidrógeno o interacciones dipolo-dipolo. Representa de 40 a 90 mg/g de proteína. Esta
clase de agua forma una primera capa en torno a la proteína. No está (o está poco)
disponible como disolvente o reactivo.
3. El agua no congelable; sus fuertes interacciones con la proteína impiden que cristalice
durante el descenso de temperatura. El agua no congelable incluye al agua de estructura y
a la de la capa monomolecular. Representa hasta 0.3-0.5 gramos por gramo de proteína.
Lo que corresponde aproximadamente a casi la totalidad del agua que puede absorber una
proteína en una atmósfera con humedad del 90%. La mayor parte de esta agua se encuentra
bajo la forma de capas sucesivas en torno a la proteína, unidas unas con otras por
intermedio de enlaces de hidrógeno e interacciones dipolo-dipolo. Esta clase de agua está
disponible como disolvente y reactivo. La cantidad de agua no congelable está relacionada
directamente con el contenido de aminoácidos de la cadena lateral polar.
4. El agua de hidratación hidrófoba, no está muy bien definida, pero también contribuye
a la conformación de la proteína.
5.El agua capilar o embebida está retenida físicamente entre las moléculas proteicas.
Constituye la mayor parte del agua, incluso en los poros de los alimentos húmedos, más
o menos gelificados, como el queso o la carne. Representa hasta 10 gramos por gramo de
proteína. Esta clase de agua está disponible como disolvente y como reactivo.
6. El agua de hidratación hidrodinámica, rodea las moléculas proteicas en solución y,
durante los movimientos de difusión u otros, se desplaza con ellas. Se comporta como el
agua libre.
Las fronteras de estas diferentes categorías de agua no están delimitadas de una manera
muy precisa, ya que dependen en parte, de la naturaleza de la proteína y del método de
medición.
Diversos factores ambientales influyen en las propiedades de hidratación de las proteínas,
tales como la concentración, pH, temperatura, tiempo, fuerza iónica y presencia de otros
constituyentes; los cuales afectan las fuerzas que intervienen entre las interacciones
proteína-proteína, y proteína-agua. La mayoría de las propiedades funcionales vienen
determinadas por el equilibrio entre estas fuerzas.
La absorción total del agua aumenta con la concentración proteica.
Las variaciones de pH al modificar la ionización y la carga neta de la molécula proteica,
alteran las fuerzas atractivas y repulsivas entre proteínas y la capacidad de estas últimas
para asociarse con el agua. En el punto isoeléctrico las interacciones proteína-proteína son
máximas y las proteínas asociadas y replegadas sobre ellas mismas, manifiestan el mínimo
de hidratación e hinchamiento.
La naturaleza y concentración de iones tienen efectos significativos sobre la absorción de
agua, hinchazón y solubilidad de las proteínas. En general, hay enlaces competitivos entre
agua, sales y grupos laterales de aminoácidos. A concentraciones salinas bajas (menor a
0.2 M), la hidratación aumenta. A concentraciones salinas fuertes, predominan las
interacciones agua-sal, en detrimento de las interacciones agua-proteína, lo que puede
originar una deshidratación de las proteínas.
La absorción y retención de agua por los ingredientes proteicos, tienen un papel
fundamental en la calidad de la textura de diversos alimentos, especialmente carnes
trituradas y pastas de panadería. El embebecimiento del agua sin disolución de la proteína
conduce a una hinchazón (expansión) y le confiere propiedades como consistencia,
espesamiento, viscosidad y adherencia.
2. Solubilidad
La solubilidad de una proteína se define como el porcentaje de proteína que se mantiene
en disolución o dispersión coloidal bajo condiciones específicas y que no sedimenta a
fuerzas centrífugas moderadas. Para que una proteína sea soluble debe interaccionar con
el disolvente (puentes de hidrógeno, dipolo-dipolo e interacciones iónicas); por ello, se
puede definir también como el equilibrio entre las interacciones proteína-proteína y
proteína-disolvente.
La principal ventaja de una buena solubilidad es que permite una dispersión rápida y
completa de las moléculas proteicas, lo que conduce a un sistema coloidal, disperso y con
una estructura homogénea; todo ello resulta esencial en la elaboración de salsas, sopas
deshidratadas, bebidas, purés, etc.
Las proteínas pueden clasificarse en cuatro grupos según el grado de solubilidad:
Formación de Espumas
Existen alimentos que son espumas como el merengue, la nata batida, las panetelas, entre
otros. Las espumas alimentarias son dispersiones de gotas de gas (aire o CO2) en una fase
continua líquida o semisólida, formada por las llamadas laminillas
Al igual que para la formación de emulsiones se requiere de una adecuada hidrofobicidad
superficial, solubilidad y un alto grado de flexibilidad de la molécula proteica y en este
caso además debe formar películas fuertes, gruesas, cohesivas, elásticas e impermeables
al aire, alrededor de cada burbuja.
La capacidad de formar espumas, depende de la facilidad de establecer una película
interfacial cohesiva a una concentración muy baja y que sea capaz de atrapar y retener
aire, así como soportar esfuerzos mecánicos. La función de las proteínas es reducir la
tensión interfacial orientando sus grupos hidrófilos hacia el exterior de la burbuja en
contacto con el agua y los hidrófobos hacia el interior, con el aire.
Donde:
v es el número de moles de ligando unidas por mol de proteína
n el número total de puntos de fijación X 1 mol de proteína
[L] la concentración de ligando libre al equilibrio
K la constante de equilibrio de la fijación (𝑀^(−1)).
De acuerdo con esta ecuación, la representación de v/[L] en función de v será una línea
recta; los valores de K y n pueden obtenerse de la pendiente y la intersección,
respectivamente. El cambio de energía libre de la fijación del ligando a la proteína se
obtiene a partir de la ecuación ∆G = -RT ln K, donde R es la constante de los gases y T la
temperatura absoluta.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA FIJACIÓN DE SUSTANCIAS DEL FLAVOR
Las sustancias volátiles del flavor se fijan a las proteínas hidratadas vía,
fundamentalmente, interacciones hidrofóbicas, por lo que cualquier factor que afecte a
este tipo de interacciones o a la hidrofobia superficial de las proteínas influye sobre la
fijación de flavores:
La fijación de flavores suele ser mejor a pHs alcalinos que a pHs ácidos, debido a que las
proteínas tienden a desnaturalizarse más profundamente a pHs alcalinos que a pHs ácidos.
VISCOSIDAD
La aceptación por el consumidor de varios alimentos líquidos o semisólidos (por ej.,
sopas, bebidas, caldos, etc,) depende de la viscosidad y de la consistencia del producto.
La viscosidad de una disolución define su resistencia al flujo cuando se somete a la acción
de una fuerza (o esfuerzo) de cizalla. En una disolución ideal, el esfuerzo de cizalla (es
decir, la fuerza por unidad de área, F/A) es directamente proporcional a la velocidad de
deformación.