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1. Introducción
El primer paso para la atribución de responsabilidad penal a una persona
es la imputación objetiva y subjetiva del hecho. Ello nos dirá que esa
persona debe responder por el delito. Sin embargo, el proceso siguiente es
determinar el grado de intervención en el delito que han tenido todas y
cada una de las personas que intervinieron en la realización del hecho.
Este proceso tiene gran relevancia a efectos prácticos debido a que la pena
es ostensiblemente distinta según la forma de intervención de cada
persona. El sistema chileno distingue dos clases de intervinientes en el
delito: por un lado están los autores y por otro los partícipes. La autoría y
la participación son formas de intervención en los delitos señalados en la
parte especial. Se trata de normas jurídico-penales que permiten la
aplicación de la norma de sanción. A continuación se analizará en detalle
cada uno de estas formas de intervención delictiva y sus requisitos.
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c. Autor mediato :es el que comete el delito sirviéndose de otro
como "Instrumento". La figura de la autoría mediata cumple
con la finalidad de ampliar el concepto de autor basado
tradicionalmente en la ejecución de propia mano del tipo. 15.3
A su vez, dentro del grupo de los partícipes existen las siguientes formas
de intervención
a. Inductor La inducción es la actuación consistente en convencer o
determinar intencionalmente a otra persona para que cometa un delito,
pero sin que el inductor participe en la ejecución del delito.
b. Cómplice 16 art
c. Encubridor17 art
3. LA AUTORIA
Se han desarrollado diversas teorías que intentan establecer y definir el
concepto de autor de un delito y así diferenciarlo de los partícipes. Cada
una de estas teorías contiene características propias de la teoría del delito
dominante en la época en que se desarrollaron.
3.1 Concepto unitario de autor
Según esta teoría todos los sujetos que intervienen en el delito deben ser
considerados autores. Sostiene que no es conveniente diferenciar entre
autores y partícipes. Esta teoría se fundamenta en la teoría de las
equivalencias de las condiciones según la cual, todo sujeto que aporta
alguna condición en la producción del resultado debe ser calificado de la
misma manera como autor y sancionados con la misma pena.
3.2.1 Teoría subjetiva
Las teorías subjetivas parten de la base de que es imposible diferenciar
autor y partícipe en el plano objetivo ya que todos han aportado alguna
condición causal para la realización del delito. De esta manera, la
necesidad de distinguir por imperativo legal entre autor y partícipe sólo
puede ser con base en un criterio subjetivo.
Para la teoría subjetiva, autor es aquel que ha realizado el hecho con el
ánimo de autor (animus auctoris) y partícipe quien haya intervenido con
ánimo de participe (animus socii). Como un intento de determinar el
contenido subjetivo de autores y partícipes se han formulado dos
respuestas:
a. Teoría del dolo: tendrá el animus auctoris quien actúe con la voluntad de
la que depende que el delito se consume. En cambio, el animus socci
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implica únicamente una voluntad de colaboración con la decisión del
autor.
b. Teoría del interés: De acuerdo con ella, será autor aquel sujeto que
posea un interés principal en obtener el resultado propio del delito.
3.4. El concepto restrictivo de autor
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4.3.1 Autoría en los delitos de dominio y delitos de infracción de
deber
La formulación de la teoría del dominio del hecho dio lugar a la
denominación de delitos de dominio a todos aquellos casos en que la
autoría se fundamentaba en el dominio del curso causal por parte del
autor. La realización del hecho se llevaba a cabo por el dominio de la
acción.
5. La autoría en el CP chileno
El CP considera autores a los señalados en el art. 15. Sin embargo, en este
artículo no sólo se encuentran regulados los autores, sino que también dos
partícipes como el inductor (15.2) y el cómplice penado como autor (15.3) a
los que el legislador ha penado igual que el autor debido a la gravedad de
sus conductas.
La autoría consiste en aquellos casos en que solamente una persona ha
participado en la ejecución del delito y dentro de los autores encontramos
distintos tipos descritos en el art. 15.1:
a) Los que toman parte en la ejecución de manera directa o inmediata
(autoría ejecutiva)
b) Lo que toman parte en la ejecución impidiendo o procurando impedir
que se evite el hecho (autoría no ejecutiva).
Este numeral contiene dos formas de ser considerado y penado como autor
directo, cuyo requisito común es tomar parte en la ejecución del hecho. Sin
embargo, ello puede ser de dos formas:
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6. La participación imprudente en un delito doloso y culposo
La doctrina alemana dominante entiende que sólo se puede ser
partícipe en el hecho del autor siempre que éste último actúe dolosamente.
Esta categórica opinión se basa en la exigencia legal del §27 del StGB (CP
alemán) que exige que el hecho principal del autor donde interviene el
cómplice sea doloso.
§26. Como instigador será sancionado al igual que el autor, quien
dolosamente determine a otro para la comisión de un hecho doloso
antijurídico
§27. Como cómplice se castigará a quien haya prestado dolosamente
ayuda a otro para la comisión un hecho doloso antijurídico
Con base en ello, el StGB trabaja con un concepto unitario
(extensivo) de autoría para los delitos imprudentes (culposos). Ahora bien,
en el CP chileno la participación del inductor, del cómplice y del
encubridor sólo requieren la existencia objetiva de un hecho sin establecer
como requisito que él sea doloso. Con base en ello y en contra de la
opinión de alguna doctrina (CURY/MATUS, Comentario) en nuestra
opinión es perfectamente posible castigar a una persona cómo cómplice
doloso o imprudente en un hecho típico y antijurídico doloso o imprudente
del autor.
7. Principios que regulan la participación
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y 16) y cuando establece una agravante para quienes actúen en el delito de
robo y hurto con personas inimputables (art. 456 bis).
El principio de accesoriedad ha tenido diversas formulaciones en cuanto a
relación que debe existir entre la conducta del partícipe con la del autor.
Así se conocen al menos cuatro formas de accesoriedad.
a. Accesoriedad mínima: Para sancionar al partícipe sería necesario sólo
la existencia de un hecho típico por parte del autor aun cuando esté
justificado. Sin embargo, si el hecho típico está justificado lo está para
todo el ordenamiento jurídico y no solo para el autor, sino que para
todos los intervinientes.
b. Accesoriedad media o limitada: Es la postura más aceptada por la
doctrina chilena (véase HERNANDEZ, Código penal comentado) y señala
que el hecho del autor debe ser únicamente típico y antijurídico a pesar
que no concurra culpabilidad del autor.
c. Accesoriedad máxima: De acuerdo a una accesoriedad máxima, para
castigar al partícipe el hecho del autor debe ser típico, antijurídico y
culpable. ETCHEBERRY plantea que ésta es la accesoriedad que sigue
el CP chileno en virtud del art. 17 castiga al partícipe encubridor no de
un hecho sino de un crimen o simple delito y de encubrir a delincuentes
(autores de un hecho típico, antijurídico y culpable). Sin embargo, la
culpabilidad es algo estrictamente personal y no puede hacer depender
la punibilidad del partícipe.
d. Hiperaccesoriedad: De acuerdo a ella el hecho del autor no solo debe
ser típico, antijurídico y culpable, sino que también debe tener las
condiciones objetivas de punibilidad del tipo (si las exige) y que no
concurran escusas legales absolutorias. En este sentido, en los delitos
patrimoniales o contra la propiedad como el hurto, si se da entre
parientes, nunca podría castigarse al partícipe ya que el autor siempre
tendrá una excusa legal absolutoria de acuerdo al art. 489.
3. Principio de exterioridad: Según el cual sólo resulta punible aquella
actividad desarrollada por los partícipes del delito cuando el autor haya
dado comienzo a su ejecución).
4. Principio de comunicabilidad: Regla general, no hay comunicabilidad
que se extienda a los elementos subjetivos del tipo, ni a las calidades
personales a los coautores, ni a los partícipes del delito, sino que dicha
comunicabilidad sólo se dará en ciertos casos excepcionales a algunos
autores o coautores del delito.
Sin perjuicio cada sujeto que interviene en el delito responderá por su propio
dolo.
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8. La Participación en el Código penal chileno
El CP chileno regula tres formas de participación: la inducción (15.2), la
complicidad (15.3 y 16) y el encubrimiento (art. 17).
1. La inducción o instigación
Tradicionalmente, según la doctrina la inducción consiste en crear de
forma dolosa y directa en otra persona la determinación o resolución de
ejecutar un hecho típico y antijurídico concreto (BAUMANN/WEBER). Aparece
la figura del inductor que corresponde a quien sujeto que determina
dolosamente a otro a ejecutar el delito y el inducido que es aquel que lo
ejecuta. Ésta último es en el fondo el autor del hecho.
Para que se configura la inducción es necesario que el sujeto inducido
realice efectivamente el hecho, al menos que haya dado inicio a la tentativa de
él. Si el inducido no lleva a cabo una mínima ejecución calificable de tentativa
solo se podría hablar de un acto preparatorio punible de proposición si el
inducido rechaza llevar a cabo el hecho punible.
Es importante destacar que si bien el inductor causa en el inducido la
decisión de que éste último ejecute el hecho antijurídico, no habrá inducción
si el autor ya estaba decidido previamente a cometer el hecho. Así por ejemplo
A le señala a B la necesidad de asesinar a C cuando B ya estaba decidido
-antes de reunirse con B- de matar a C.
La resolución de cometer el hecho antijurídico ha de nacer a través de un
influjo psíquico que lleva a cabo el inductor sobre el inducido. Este influjo debe
tener una entidad suficiente para hacer aparecer la decisión delictiva
La inducción está regulada en el art.15 n°2 del CP donde se al inductor se
le considera autor a efectos de pena. El inductor es un partícipe en el delito
que ejecuta el autor (inducido). Sin embargo, por razones de política criminal
basada en la gravedad de su intervención se le considera autor con la
importante consecuencia que implica ser castigado con la misma pena de este
último.
La inducción sólo va referida a un hecho principal que realiza el autor.
Parece difícil que pueda entenderse que conforme al art. 15.2 quepa hablar de
inducción a un acto de complicidad. Así, por ejemplo quien induce a otro a
que coopere con el autor no podría ser calificado de inductor ya que aquel a
quien ha inducido no ha ejecutado el hecho, sino que sólo ha hecho de
cómplice de quien efectivamente lo ejecutó. En efecto, el art. 15.2 se refiere a
la inducción del hecho principal y no de un hecho accesorio como uno de
complicidad. Esto es importante ya que a pesar de que el cómplice pueda ser
tratado penológicamente como autor en virtud de la consideración del CP, no
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cabe considerarlo estructuralmente como autor. Por lo tanto, si A convence a
B de facilitar los medios a C para que éste último ejecute el delito, A no puede
ser calificado de inductor, pues no ha inducido a un sujeto a que ejecute el
hecho en calidad de autor, sino que indujo a un sujeto a que intervenga como
partícipe en el hecho principal de otro.
La inducción requiere de requisitos objetivos y subjetivos.
Requisitos objetivos:
1. Que el inducido sea un sujeto libre: Esto implica que no cabe inducción
(sino autoría mediata) respecto a un inimputable. En otras palabras,
aquel que recibe el influjo psíquico debe ser libre para decidir
finalmente ejecutar el hecho y posee el dominio de la acción final.
2. Que la inducción sea directa: En este punto se suele sostener que debe
haber una relación personal o un contacto sin intermediarios entre el
inductor y el inducido de tal manera que sólo podrá ser inductor aquel
último sujeto que lleva a cabo el influjo psíquico sobre el que ejecuta el
hecho. Se trata de una exigencia basada en la inmediatez entre inductor
e inducido. Bajo este requisito se suele rechazar la inducción en cadena
donde aparece uno o más eslabones intermediarios del influjo psíquico
entre el inductor y el que ejecuta el hecho. Sin embargo, esta situación
rígida basada en una visión causal del contacto entre el inductor e
indicado genera fricciones y algunos problemas en ámbitos como el
crimen organizado y el derecho penal económico donde suele faltar ese
contacto personal entre el hombre del escritorio y aquel que lleva a cabo
el delito. Así, alguna doctrina (CORDOBA RODA) entiende que el
requisito de “directo” de la inducción se refiere más bien a que ella
recaiga inmediatamente en otra persona no siendo obstáculo para
calificar de inducción el hecho de que aparezcan intermediarios.
En mi opinión, mientras el influjo psíquico sea constante y el mismo que
genere la resolución de cometer el hecho antijurídico en el autor, podría
afirmarse que estamos en presencia de una inducción en cadena. Sin
embargo, el problema de esta tesis podría venir dados por el principio de
accesoriedad de la participación en relación a que sólo cabe participación de
un hecho principal y el inductor del inductor es un partícipe den un hecho
secundario.
3. Que sea determinada: Según este requisito, se debe inducir a un hecho
concreto (homicidio, lesiones, estafa, etc.) sin necesidad de que sea
detallado en cuanto a su contenido y en cuanto a la forma de ejecución.
Basta que el hecho inducido sea determinado en sus rasgos
fundamentales. De esta forma, no cabe inducción de una mera
invitación genérica a delinquir.
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Requisitos subjetivos:
1. Que la inducción sea dolosa: La inducción requiere un doble dolo, un
dolo de inducir a otro y un dolo de que ese otro ejecute el hecho principal.
El primero consiste en el conocimiento de que se está instigando a que un
tercero libre resuelva la ejecución de un delito. Tradicionalmente se exige
un dolo directo, aunque es posible también afirmar que cabe inducción
con dolo eventual.
2. La inducción a un delito culposo: Si bien la inducción requiere un
doble dolo, ello nada tiene que ver con el hecho principal que ejecuta el
autor quien tendrá su propio tipo subjetivo respecto a ese hecho. En
efecto, es perfectamente posible configurar una inducción a un delito
culposo donde el tipo subjetivo del inductor es dolo pero el tipo subjetivo
del autor-inducido puede ser imprudencia (culpa). Así por ejemplo, A quien
convence a B a que tome las llaves de un vehículo en mal estado,
conociendo su falta de experiencia o sabiendo de la influencia del alcohol
en la que se encontraba B en se momento, lleva a cabo una inducción un
delito culposo. Incluso puede darse la inducción con dolo eventual de un
delito culposo en el ejemplo de que A convence a B (quien estaba bajo los
efectos del alcohol) de que conduzca el vehículo con C como copiloto
conociendo el riesgo que ello implica y sin contar con ninguna medida de
control o dominio de dicho riesgo, de tal manera que acaba produciéndose
un accidente con el resultado de muerte de C.
2. La complicidad
Nuestro CP contiene dos clases de cómplices: Unos penados como
autores (15.3) y otros cómplices propiamente tal (16.)
Conceptualmente, los cómplices que, no hallándose comprendidos en
el artículo 15.3, cooperan a la ejecución del hecho por actos
anteriores o simultáneos.
La complicidad del art. 16 es una conducta complementaria, si
no hay delito (un hecho principal del autor) tampoco habrá
complicidad. Y es necesario que se trate de un hecho típico y
antijurídico, sin importar si el autor es considerado culpable o no.
2.1. Condiciones de la complicidad
a. Que quien ejecuta la acción no sea el autor del delito. (Ya que la
función del cómplice es ayudar al autor del delito para que éste
pueda cumplir su objetivo
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b. El cómplice debe realizar una acción ya sea con anterioridad o con
simultaneidad a la comisión del delito que deberá importar una
colaboración al delito ejecutado por el autor.
c. La acción de colaboración ha de ser considerada por el autor. (Autor
del delito debe toma en cuenta dicho acto de ayuda haciendo uso de
él).
3. El encubrimiento
Encubridores: Son los que con conocimiento de la perpetración de un
crimen o de un simple delito intervienen con posterioridad a su ejecución.
Esta situación se encuentra contenida en el art.17 del CP.
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3.3. Concurso de encubrimiento
El sujeto efectúa varias acciones de forma simultánea, donde todas estas
acciones serán consideradas como un injusto único. Se aplica una unidad
por continuidad.
Estos delitos no son autónomos, sino que más bien es accesorio al hecho o
delito encubierto.
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