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RESUMEN AUTORÍA E ITER CRIMINIS

AUTORÍA

1. GENERALIDADES

La autoría y la participación identifican a los sujetos que intervienen en la ejecución de una


conducta típica y antijurídica, ya sea porque realizan la conducta punible o porque colaboran a su
ejecución de algún modo relevante para el tipo penal. El concurso puede implicar varios autores, o
uno o más autores y otros partícipes.

Excepcionalmente existen tipos que requieren varias personas para realizar la conducta típica
<<delitos de concurso necesario>>. La concurrencia normalmente se da en la ejecución material
del tipo, pero también puede ser una forma de participación, como el aborto facultativo con
consentimiento de la mujer.

Calidad de autor –como de partícipe- tiene relevancia para establecer a quién ha de imputarse
personalmente la realización de un injusto. La calidad de autor puede analizarse en tres niveles:
autor del tipo, autor del injusto y autor culpable. Únicamente el autor culpable merece pena.

Nuestra legislación, tres formas de participación: autores, cómplices y encubridores. Los autores
son quienes realizan el hecho típico y los partícipes propiamente tales son quienes intervienen en
un hecho típico ajeno.

2. AUTORES

Quien realiza o ejecuta el tipo penal: “el que” realiza la conducta descrita en la ley. Welzel. Se
distinguen los autores materiales de otros que inducen o cooperan en forma necesaria a la
ejecución del delito. De allí que se hable además de autor en sentido amplio.

La ley considera autores formas de participación que no tienen que ver con la realización de
hechos descritos por el tipo, básicamente a inductores y cooperadores o cómplices necesarios.

2.1. Determinación de la calidad de autor

Teoría causal, no se distingue la clase de autor, es un concepto unitario que sólo podría darse en
los DRM por acción. Se excluyen los DMA y los delitos de omisión.

Siguieron tesis restrictivas, teoría de la imputación objetiva, autores todos aquellos que han
creado un riesgo jurídicamente prohibido que se haya concretado en la afectación de la norma.

“Teoría del dominio del hecho”, autor el sujeto que es señor de su acción. “Dominio final”.
Problema, sólo explica la acción, se excluirían los tipos imprudentes y los omisivos.

Autores, quienes tienen en sus manos las “riendas” de la conducción de la acción. En principio esta
idea permite considerar autores no solamente al autor de propia mano, como señala Jescheck,
sino también a quien ejecuta el delito utilizando a otro como instrumento (autor mediato) y al
coautor en cuanto realiza una parte necesaria del hecho delictivo del plan (dominio funcional del
hecho).

2.2. Clases de autores

a) Autor material, ejecutor o inmediato

Art. 15 N°1. Consideran autores a quienes “toman parte en la ejecución del hecho, sea de una
manera inmediata y directa, sea impidiendo o procurando impedir que se evite”. Autor material:
tomar parte en la ejecución del hecho de manera inmediata y directa. Es quien realiza
materialmente los hechos descritos por el tipo. Todos comparten el dominio del hecho, a todos
pertenece. No se limita a una dirección final hacia la ejecución del tipo (delitos dolosos). También
hay autores materiales de tipos imprudentes y tipos de omisión.

Si existen varios autores materiales rige el “principio de convergencia de voluntades”. Todos los
que participen de un mismo hecho han de tener conciencia de que es una obra común, que la
conducta es una y que todos toman parte en ella.

La segunda parte de la norma citada considera autores quienes toman parte en la ejecución del
hecho “impidiendo o procurando impedir que se evite”. Estos “autores” impiden que el delito se
frustre o procuran impedir que su comisión se evite.

b) Autor mediato

Sujetos que no realizan directa ni inmediatamente hechos descritos por el tipo, pero se valen o se
sirven de otro como para su realización. “Ejecutan” el tipo utilizando a otro como instrumento o lo
realizan a través de otro. Art. 15 N°2.

La imputación del hecho como suyo no radica en el ejecutor materia, o no sólo en él, sino en el
sujeto que se sirve de su conducta para realizarlo. Para invertir la posición del sujeto de atrás y
considerarlo autor. Este agente debe tener una especial intervención que posibilite considerar el
hecho como “obra suya”.

a. Fuerza

Se entiende que como el legislador habla de que otro lo ejecuta, éste actúa y, por tanto, la presión
no anule a su voluntad. Se trata entonces de una fuerza compulsiva que no excluye la voluntad,
sino la libertad. El sujeto de que se sirve no se considera autor, al menos no autor culpable.

En este sentido, resulta más adecuado omitir hablar de “instrumento” y preferir “medio” o
“intermediario”, pues el ejecutor sí se comporta y para llegar al de atrás y considerarlo autor éste
debe haber empleado fuerza suficiente como para entender que el hecho ejecutado por el
compelido se le puede imputar. Él domina la voluntad del que actúa. De otro modo sólo cabría una
intervención como partícipe. Obviamente para que surja responsabilidad penal del autor mediato,
el ejecutor debe, al menos, haber dado comienzo a la ejecución del tipo (tentativa).
Se suman a la falta de libertad, los sujetos que actúan sin conciencia de la realización del hecho
típico, ya por falta de dolo o por falta de elementos subjetivos especiales del tipo. Error de tipo,
como quien le dice a otro que entregue a la víctima una caja de bombones envenenados, sin que
este otro lo conozca.

Se agregan también supuestos en los que el ejecutor no realiza el tipo objetivo, básicamente en los
delitos especiales, cuando la calidad especial la tiene el sujeto de atrás (intraneus) y no el ejecutor
(extraneus).

b. Inducir

Es hacer nacer en otro la voluntad de delinquir (resolución criminal). Para que el inductor se
considere autor y proceda su castigo es necesario que el ejecutor exteriorice su conducta, al
menos, en grado de tentativa. De modo que habría dos autores.

Se ha entendido que para considerar autor al inductor debe haberse aprovechado del ejecutor. En
general, para considerar al sujeto de atrás como autor debe haber creado condiciones para lograr
la conducta típica del ejecutor o haber aprovechado circunstancias con ese fin. Como se observa,
la autoría mediata sólo puede ser dolosa.

c) Coautor

Todos los sujetos que intervienen conjuntamente y concertados o con mutuo acuerdo en la
realización de un hecho punible. Todos ejecutan el hecho típico y antijurídico. Todos comparten el
dominio del hecho. Es fundamental el concierto previo, pues allí se dividen la conducta, se
reparten roles y tareas.

Art. 15 N°3. Es una conducta de cooperación que corresponde a los cómplices. Sin embargo, se
sancionan como autores por ese concierto previo que implica que debía contarse con ese aporte.
La conducta corresponde a los que en doctrina se llama “cooperación necesaria”.
GRADO DE EJECUCIÓN DEL DELITO (ITER CRIMINIS)

Se distingue una fase interna de una externa. La primera, va desde la ideación del ilícito hasta la
resolución delictiva o voluntad criminosa. La segunda comienza con la manifestación exterior de la
voluntad criminosa y culmina con la ejecución total de la conducta punible, su consumación, que
puede llegar a su agotamiento. El agotamiento es posterior a la consumación y tiene que ver con
la consecución de aquello que el agente se proponía con la realización del delito, si logró su
finalidad, por ejemplo, aprovecharse de los efectos del ilícito.

Este proceso sólo se puede dar en los delitos dolosos, pues ellos implican conductas que se dirigen
a la realización de tipos penales.

En este sentido, las penas se fijan para los delitos consumados, para la realización completa del
supuesto de hecho descrito en la ley. Las conductas que no desarrollan totalmente los elementos
del tipo son atípicas y, por lo tanto, deben en principio quedan impunes. Es un problema de
tipicidad que ha de tener en cuenta, por tanto, la clase de tipo de la que se trata (DRM o DMA).

La fase externa puede interrumpirse al comienzo, es decir, cuando se exterioriza la voluntad


criminosa o después. La sola manifestación de esa voluntad normalmente no se castiga, a menos
que por sí misma constituya un delito, como en caso de las injurias (art. 416) que se consuma por
proferir expresiones deshonrosas.

1. PROPOSICIÓN Y CONSPIRACIÓN

Proposición, modo de exteriorizar la voluntad criminosa, al ofrecer a otro realizar una conducta
punible. No supone la aceptación de esas personal.

Tanto la proposición como la conspiración no suelen castigarse. Ellas sólo se sancionan por
excepción, cuando la ley las pena especialmente, pero no como conductas aisladas sino con
relación a determinados tipos (como formas previas de desarrollo de delitos y no figuras
autónomas), que deben ser un crimen o de un simple delito.

2. ACTOS PREPARATORIOS

Clásicos actos preparatorios son procurarse medios para la comisión del ilícito, buscar cómplices o
partícipes. La preparación del delito no se castiga por regla general, porque son previos a la
ejecución del delito y no repercuten aún en el objeto de la norma, como la compra de un cuchillo,
que puede destinarse a un delito de lesiones o de homicidio o a la cocina.

Sin embargo, también se establece el castigo de ciertos actos preparatorios. Se ha dicho que su
punibilidad se justifica con base a su “peligrosidad”. Ej. Art. 455. Otro ej. Art. 481 “El que fuere
aprehendido con bombas explosivas…”.

Estas formas imperfectas se castigan sólo si la ley expresamente lo hace y es discutible su


punibilidad si no existe, al menos, algún grado de peligrosidad de la conducta respecto del bien
tutelado.
3. TENTATIVA Y FRUSTRACIÓN

Los actos de ejecución del delito comienzan con la tentativa. Existe delito consumado cuando se
dan todos los elementos del tipo.

3.1. Tipicidad del delito frustrado y la tentativa

a) Tipo de tentativa

Desde un punto de vista objetivo, deben realizarse hechos externos que supongan un principio de
ejecución del delito. Puede darse tanto en DMA como DRM, a diferencia de la frustración. La
conducta no debe completarse, por eso se puede dar en ambas clases de delitos.

Además del comienzo de acción, ésta debe interrumpirse por causas ajenas o independientes de la
voluntad del agente. Así, la interrupción voluntaria de la tentativa (desistimiento de la tentativa o
tentativa abandonada) no se castiga. De todas formas, para ello el desistimiento voluntario debe
ser efectivo, lograr la interrupción sin peligro de bienes penalmente protegidos.

Desde un punto de vista subjetivo, la tentativa exige dolo de delito consumado, pues sólo se trata
de una interrupción objetiva.

b) Tipo de delito frustrado

En la frustración de un delito se realiza toda la conducta típica –se completa la acción-, pero no se
consuma el tipo por falta de resultado. Al agente no le queda nada más por hacer. La conducta se
completa. Sólo puede existir en los DRM, por en los DMA la realización de la conducta consume el
tipo. Falta de resultado por una causa independiente de su voluntad. Se limita a los crímenes y
simples delitos. Se excluyen faltas en general.

La interrupción voluntaria en la tentativa se llama “desistimiento” y en la frustración


“arrepentimiento”, porque la acción se completa y el resultado no debe producirse por voluntad
del agente. El arrepentimiento debe ser eficaz.

c) Desistimiento y arrepentimiento

La diferencia entre uno y otro está en la magnitud de la conducta que debe realizar el agente para
conseguir la interrupción, detenerse o actuar de modo de impedir el resultado.

3.2. Antijuridicidad del delito frustrado y la tentativa

Los actos de ejecución, a diferencia de los preparatorios, siempre se penan (art. 7). La regla rige
para crímenes y simples delitos, pues las faltas sólo se castigan consumadas (art. 9). Por eso es
importante distinguir la tentativa de los actos preparatorios.

El fundamento del castigo de los actos de ejecución está en el peligro que representan para el bien
tutelado. De allí que normalmente no se sancionen los actos preparativos, salvo si son peligrosos,
ni la llamada “tentativa inidónea”. La inidoneidad se determina básicamente con atención a
medios u objetos materiales inidóneos.

Dos grandes doctrinas: las objetivas y las subjetivas. Las primeras no consideran los fines del autor.
Dentro de estas tesis destaca la teoría pragmática de Carrara. Los actos preparativos son
equívocos, pues pueden conducir indistintamente al delito a una acción inofensiva. Por su parte,
los actos de ejecución son unívocos, sólo conducen al delito. Los unívocos son los actos que crean
un peligro. Las teorías subjetivas consideran los propósitos del autor para determinar si son actos
preparatorios o de ejecución.

Se considera inidónea por falta de aptitud para afectar el bien tutelado, ya porque la conducta se
dirige a un objeto material inexistente o inidóneo para la consumación del delito –como cama
vacía o un sujeto ya muerto frente a una acción de matar- o emplea medios no idóneos –como la
infusiones de manzanilla para provocar aborto-. Por eso se habla también de “delito imposible”.
En las tentativas inidóneas sólo existe dolo de consumación, sólo el tipo subjetiva se completa, no
hay desvalor de resultado y ni siquiera desvalor de acción si se entiende que éste también
requiere de la peligrosidad de la conducta.

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