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UTILIDAD MARGINAL DECRECIENTE

En la sección (c) de la figura 2-11, la utilidad marginal desciende continuamente. Esta propiedad
se conoce como el principio de la utilidad marginal decreciente. No hay forma de probar la
utilidad marginal decreciente; sin embargo, los economistas y otros especialistas durante años
han creído fuertemente en este concepto. A utilidad marginal decreciente, incluso, se le considera
una ley. Esta supuesta ley tiene que ver con una utilidad sicológica o subjetiva que puede recibir
una persona cuando consume más de un bien particular. Es decir, la ley dice así:

Cuando un individuo consume más de un bien particular, el nivel total de utilidad, o satisfacción,
derivado del consumo aumenta. Sin embargo, la utilidad marginal disminuye a medida que
aumenta el consumo.

Por ejemplo, tómese el caso de un individuo hambriento sentado a la mesa. Lo primero que se le
sirve lo aprecia enormemente, y el individuo deriva una cantidad considerable de utilidad de éste.
Lo segundo que se le sirve no tiene un impacto tan agradable como lo primero, y lo tercero
posiblemente sea menos satisfactorio. Este individuo experimenta una utilidad marginal
decreciente del alimento hasta que deja de comer; esto se aplica para la mayoría de las personas.
Los restaurantes en los que los clientes pueden consumir todo lo que quieran cuentan con este
hecho; una segunda porción de costilla puede proporcionar cierta utilidad marginal, pero la tercera
porción tendría solo un poco de utilidad marginal o incluso puede ser negativa. La caída en la
utilidad marginal de otros bienes es incluso mayor.

Considérese por un momento la posibilidad opuesta, es decir, una utilidad marginal creciente. En
esta situación, la utilidad marginal después de consumir, por ejemplo una hamburguesa se
incrementaría. La segunda hamburguesa seria más valiosa y la tercera incluso más. Si existe la
utilidad marginal creciente, ¡Cada persona consumiría solo un bien o servicio! En vez de observar
que “en la variedad esta el placer”, se diría que se prefiere la monotonía en el consumo. No
obstante, esto no es así y, por consiguiente, se tiene gran confianza en el concepto de utilidad
marginal decreciente.

Por ejemplo, supóngase que el cumpleaños de una persona es el 25 de diciembre y que está
deriva una utilidad de escuchar nuevos discos compactos cada mes. Aun si ella recibe
exactamente la misma cantidad de discos compactos como regalo en diciembre 25 de los que
quizá recibiera si su cumpleaños fuera seis meses después, su nivel total de utilidad derivado de
estos regalos será mejor. ¿Por qué? Debido a la utilidad marginal decreciente. Piénsese que
parientes y amigos le dan discos compactos como regalo de cumpleaños y navidad. La utilidad
total percibida de, por ejemplo, 20 discos compactos en diciembre 25 es menor que si recibiera 10
en diciembre 25 y 10 en una fecha de cumpleaños diferente varios meses después.

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