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EXUDADOS ALGODONOSOS

Los exudados algodonosos (en ocasiones incorrectamente denominados exudados blandos o


cuerpos citoides) se localizan en la capa de fibras nerviosas de la retina y representan el
aspecto oftalmoscópico de un microinfarto; su presencia implica enfermedad isquémica
micro- vascular. Los exudados aparecen inicialmente como placas blanquecinas, más
comúnmente en el polo posterior, ya que es en este sitio donde la capa de fibras nerviosas de
la retina es más gruesa. Se vuelven más pequeños y más circunscritos con el tiempo y se
absorben completamente en el transcurso de 6-8 semanas, aunque pueden persistir durante
más tiempo en la retinopatía diabética.

Causa: por oclusión capilar a nivel de la capa de fibras nerviosas, que determina la
interrupción del flujo axoplásmico originado por la isquemia y la acumulación subsiguiente
del material transportado, son en realidad microinfartos.
Signos. Lesiones superficiales esponjosas blanquecinas pequeñas que ocultan los vasos
sanguíneos subyacentes y que son clínicamente evidentes sólo en la retina postecuatorial,
donde la capa de fibras nerviosas tiene un espesor suficiente para hacerlos visibles (fig.
13.12B).

La AGF muestra hipofluorescencia focal debida al bloqueo de la fluorescencia de la coroides


basal, con frecuencia asociada a defectos de perfusión de los capilares adyacentes.
EXUDADOS DUROS

Los exudados duros se forman por el depósito de lípidos y de lipo-


proteínas y son un signo de permeabilidad vascular anómala de los vasos
papilares, retiníanos o subretinianos. El depósito de lípidos no se produce
en todos los casos de fuga vascular. El lípido es depositado normalmente
en la interfase entre la retina normal y anormal. En el interior de la retina,
un exudado duro se ve como una acumulación amarillenta y bien
circunscrita, profunda a los vasos retiníanos, en la capa plexiforme
externa.

Se presentan en dos tipos de distribución retiniana: como un patrón


circinado (círculo completo o parcial separado del vaso que fuga por una
zona libre) o como estrella macular, y en este caso el lípido se acumula en
la capa de fibras de Henle que rodea la mácula. Las estrellas maculares son
el re sultado de un foco vascular que fuga, ya sea adyacente a la mácula,
en la retina periférica o en el EPR subyacente. Pueden ser también
consecuencia de fuga papilar cuando tienden a ser más prominentes en el
lado nasal de la mácula; son particularmente comunes en las fases de
resolución del infarto de la papila óptica. Una mayor sedimentación de
lípidos en un escudado circinado o en estrella macular progresa hasta
formar una placa de exudado.
En otra fuente dice localizan entre la capa plexiforme externa y la nuclear interna.
Signos
• Lesiones céreas amarillas con bordes claramente diferenciados, organizados a menudo en cúmulos o
anillos en el polo posterior, rodeando microaneurismas con fugas (fig. 13.6B).
• Con el tiempo, el número y tamaño de las lesiones tienden a aumentar (fig. 13.6C), y la fóvea puede estar en
peligro o dañada (fig. 13.6D).
• Cuando cesan las fugas, los exudados se absorben espontáneamente en un período de meses o años, tanto en
los capilares circundantes sanos como por fagocitosis de su contenido lipídico.

La AGF muestra hipofluorescencia por la fluorescencia capilar de base de la coroides y la retina.


Microaneurismas
Los microaneurismas son dilataciones de la pared capilar (principalmente saculares) que se puede formar por
dilatación focal de la pared capilar con ausencia de pericitos, o por fusión de los dos brazos de un asa capilar (fig.
13.4A). La mayoría se desarrolla en el plexo capilar interno (capa nuclear interna) con frecuencia en relación con
zonas sin perfusión capilar (fig. 13.4B). La pérdida de pericitos también puede producir una proliferación de
células endoteliales, con formación de microaneurismas celulares (fig. 13.4C). Los
microaneurismas pueden verter componentes del plasma a la retina por rotura de la barrera hematorretiniana o
trombosarse
(fig. 13.4D).
1. Signos. Pequeños puntos rojos redondeados, a menudo inicialmente temporales, en la fóvea; tienden a ser los
primeros signos de RD (fig. 13.4E). Pueden ser indistinguibles de las hemorragias puntiformes.
2. Angiografía con fluoresceína (AGF). Las primeras imágenes muestran pequeños puntos hiperfluorescentes
(fig. 13.4F) que corresponden a microaneurismas no trombosados, habitualmente más numerosos que los visibles
clínicamente. Las imágenes tardías muestran hiperfluorescencia difusa por extravasación.

Drusas EPR
Exudados duros Capa plexiforme externa
Y otras fuentes dicen que entre esta y la nuclear
interna
Exudado blandos Capa de fibras nerviosas
Microaneurismas Capa nuclear interna
Hemorragia en llamas Capa de fibras nerviosas
Hemorragias redondeadas Capa nuclear interna o en la plexiforme interna
Las hemorragias prerretinianas son consecuencia de sangrado en el interior
del espacio subhialoideo, entre la membrana limitante interna de la retina y
la cara posterior del vitreo. En ocasiones una hemorragia causa un
desprendimiento localizado de la membrana limitante interna y, a
continuación, se asienta por la fuerza de la gravedad formando un nivel
líquido horizontal. La localización prerretiniana se demuestra por la
ocultación de los vasos sanguíneos de la retina. La hemorragia
prerretiniana está causada por hemorragia producida en un desgarro
retiniano, neovascularización retiniana superficial o hemorragia
intrarretiniana que rompe la membrana limitante interna. En el caso de
cualquier hemorragia persistente, la hemoglobina puede absorberse a partir
de los hematíes y deja eritroclastos blancos.

Hemorragias en llamas: se localizan en la capa de fibras nerviosas y


suelen observarse en el polo posterior, donde la capa de fibras nerviosas
tiene su máximo grosor. Tienen un aspecto lineal en llama, porque se
distribuyen a lo largo de los axones retinianos, y por lo general se
absorben con un daño relativamente escaso.
Las hemorragias redondeadas se sitúan en la profundidad de la retina, en
la capa nuclear interna o en la plexiforme interna, o se observan en la
retina periférica, donde las fibras nerviosas son delgadas. En estas
regiones la disposición vertical de las libras de Müller y de las neuronas
limita la diseminación lateral.

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