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Medellín, 16 de noviembre de 2018

Señores
Consejo Superior de la Judicatura
Consejo Seccional de la Judicatura de Córdoba
Presidencia
Atención: Dra. Pamela Gánem Buelvas
Carrera 5 No. 24 – 19. Piso 4. Edificio “Centro 25”. Tel.: (094) 782 74 74
MONTERÍA – CÓRDOBA

Asunto: Reposición a la resolución CSJCOR18-352 del 02 de noviembre de 2018

Respetuosamente y a través del presente escrito, se interpone el recurso de reposición a


la resolución CSJCOR18-352 del 02 de noviembre de 2018 “Por medio de la cual se archiva
una solicitud de Vigencia Judicial Administrativa”, con base en las siguientes
consideraciones:

Se anuncia en la providencia que “(…) hay dos cobros del mismo crédito en dos procesos
distintos; en el proceso concursal que está actualmente en etapa de liquidación y a la
espera de la respuesta de la superintendencia de sociedades seccional Cartagena y en el
proceso Ejecutivo del BANCO AGRARIO DE COLOMBIA contra ALVARO DIAZ RICARDO,
situación que está prohibida (…)

Al respecto, es preciso señalar que la entidad ejecutante está haciendo uso de la RESERVA
DE LA SOLIDARIDAD, figura ésta de carácter legal:

El artículo 70 de la Ley 1116 de 2006, preceptúa que “En los procesos de ejecución en que
sean demandados el deudor y los garantes o deudores solidarios, o cualquier otra persona
que deba cumplir la obligación, el juez de la ejecución, dentro de los tres (3) días
siguientes al recibo de la comunicación que le informe del inicio del proceso del
insolvencia, mediante auto pondrá tal circunstancia en conocimiento del demandante, a fin
de que en el término de ejecutoria, manifieste si prescinde  de cobrar su crédito al garante
o deudor solidario. Si guarda silencio, continuará la ejecución contra las garantes o
deudores solidarios”.
(…) (El llamado es nuestro).

Del estudio de la norma antes transcrita, se desprende que en el evento de que el


acreedor de una sociedad que se encuentre adelantando un proceso de insolvencia, haya
iniciado un proceso ejecutivo contra los codeudores solidarios, dentro del mismo se
pueden presentar las siguientes hipótesis:

i) Que el acreedor manifieste que prescinde de hacer valer su crédito contra los
codeudores: en cuyo caso el proceso ejecutivo termina frente a los codeudores y frente al
deudor concursado, pero deberá ser remitido al juez concursal, para su incorporación 
dentro del respectivo proceso de insolvencia, previo el levantamiento de las medidas
cautelares que pesan sobre los bienes de propiedad de aquellos.
ii)  Que el acreedor manifieste que continúa la ejecución contra los codeudores: En este
caso, el proceso ejecutivo continuará únicamente frente a los codeudores y no contra el
deudor concursado, dado el carácter preferente del trámite concursal, y las medidas
cautelares que se hayan decretado y practicado en relación con este último quedarán a
disposición del juez del  concurso.

iii) Que el acreedor guarde silencio: lo cual no altera los derechos del acreedor, y por
consiguiente, el juez que conoce del proceso ejecutivo deberá continuar la ejecución
contra los garantes o deudores solidarios, y poner a disposición del juez concursal las
medidas cautelares practicadas sobre bienes del deudor principal.

iv) Que el codeudor o codeudores solidarios hayan satisfecho totalmente la obligación a


cargo del deudor principal: en cuyo caso aquellos deberá informar tal circunstancia al
promotor o liquidador y al juez concursal para que sea tenida en cuenta en la calificación y
graduación de créditos, posibilidad que puede darse  durante el trámite del proceso de
reorganización o durante la ejecución del acuerdo.

La apertura de un proceso de reorganización o de liquidación judicial de uno de los


codeudores solidarios no impide al acreedor iniciar proceso ejecutivo contra los restantes
codeudores o continuar con el mismo si ya lo hubiere iniciado al momento de la apertura
del trámite concursal, lo que significa que éste no rompe la solidaridad, y por contera,
los derechos del acreedor permanecen incólumes.

Luego, la posibilidad de cobrar a los deudores solidarios en el proceso ejecutivo y hacer


valer la acreencia dentro del proceso de insolvencia, no corresponde a un doble pago de
una misma obligación, sino un doble cobro, es decir, el ejercicio de los derechos derivados
de la solidaridad.

De otra parte, se tiene que el acuerdo de reorganización es un acto plurilateral, en el que


participan tanto el deudor como los acreedores, el cual debe ser aprobado con la mayoría
prevista en la ley, y a partir de entonces es de obligatorio cumplimiento para los
acreedores ausentes o disidentes.

Sin embargo, es de advertir, que en el referido acuerdo no es posible disponer   de los


derechos de los acreedores en relación con terceros, tales como garantes, fiadores,
avalistas y codeudores del concursado, y por ende, su renuncia o modificación deberá
provenir única y exclusivamente del acreedor y no de la decisión de las mayorías.

En tal virtud, lo decidido en el acuerdo de reorganización en cuanto a los términos y


condiciones en que se pagarán las obligaciones a cargo del deudor, no pueden trasmitirse
a los codeudores solidarios, pues se trata de dos procesos con objetivos y procedimientos
diferentes; el primero, pretende a través de un acuerdo, preservar la empresa siempre y
cuando sea viable, así como normalizar sus relaciones comerciales y crediticias mediante
la reestructuración operacional, administrativa, de activos o pasivos; el segundo, persigue
que el juez libre mandamiento de pago, ordenando al demandado que cumpla la
obligación en la forma pretendida o en la que aquél considere legal, ni que se pueda
predicar que si bien el acreedor puede iniciar proceso contra los codeudores solidarios,
ésta facultad no puede superar los límites del acuerdo en torno a las obligaciones, pues,
se repite, las condiciones allí establecidas no se pueden aplicar a éstos, por las razones ya
aducidas.

Finalmente, se observa que cuando celebre un acuerdo de reorganización entre la


sociedad deudora y sus acreedores, no significa que por este hecho el acreedor
beneficiario de la solidaridad, no pueda perseguir el cobro de la obligación a los
codeudores solidarios dentro de un proceso ejecutivo, ni mucho menos predicarse tal
posibilidad en caso de fracaso del acuerdo, toda vez que la ley no previó tal circunstancia,
amén de que ello rompería el principio de la solidaridad, y por consiguiente, el ejercicio de
los derechos inherentes a la misma.1

Son anteriores suficientes justificaciones para ofrecer ilustración al despacho sobre la


pertinencia de la vigilancia que se requiere, considerando que el instructor pareciera
desconocer la permisión y el alcance de la reserva anunciada.

Se insiste entonces en que existen méritos para que el Consejo Superior de la Judicatura
ejerza la actividad de vigilancia a efectos de garantizar el proveer según los mandatos
constitucionales y legales y a efectos de ponderar el debido proceso en ambas
actuaciones: la concursal y el ejecutivo.

Recibo comunicaciones y/o notificaciones en los correos electrónicos:


cobro.juridicoregantioquia@bancoagrario.gov.co
sandra.mendoza@bancoagrario.gov.co

y/o en la Carrera 52 No. 50 – 37. Edificio Suramericano. Piso 2. Medellín – Antioquia.


Tel.: (+57 4) 574 56 00 Ext. 4224 – CEL.: 313 887 98 91

Atentamente,

SHANDRA MILENA MENDOZA BENITEZ


Coordinadora de Cobro Jurídico
Subgerencia de Cartera – Regional Antioquia
Vicepresidencia de Crédito y Cartera
sandra.mendoza@bancoagrario.gov.co
PBX: 57 (4) 574 56 00 Ext. 4224

1
Superintendencia de Sociedades. Concepto 220-072487 
ASUNTO: Condiciones de pago establecidas en un acuerdo de reorganización no se
pueden transmitir a los codeudores solidarios dentro de un proceso ejecutivo.
1.- “ ¿Qué es y en que consiste la figura jurídica de la reserva especial de la solidaridad?
La figura jurídica de la reserva especial de la solidaridad consiste en la conservación de la
misma, para poder ejercer los derechos que ella concede, esto es, conservar la solidaridad
entre los codeudores para poder perseguir a cualquiera de ellos. 2.- “ ¿Cuál es la reserva
especial de la solidaridad a que se refiere el artículo 1573 del Código Civil? El artículo 1573
del Código Civil establece: “ El acreedor puede renunciar expresa o tácitamente la
solidaridad respecto de uno de los deudores solidarios o respecto de todos. “ La renuncia
tácitamente a favor de uno de ellos, cuando la ha exigido o reconocido el pago de su
parte o cuota de la deuda, expresándolo así en la demanda o en la carta de pago, sin la
reserva especial de la solidaridad, o sin la reserva general de sus derechos. “ Pero esta
renuncia expresa o tácita no extingue la acción solidaria del acreedor contra los otros
deudores, por toda la parte del crédito que no haya sido cubierta por el deudor a cuyo
beneficio se renunció la solidaridad. “ Se renuncia la solidaridad respecto de todos los
deudores solidarios, cuando el acreedor consiente en la división de la deuda.” (El llamado
es nuestro). Este artículo consagra la renuncia expresa o tácita de la solidaridad cuando se
dan los casos señalados en él, por ello para no perder ésta, es necesario reservarla o sea
manifestarse en el tal sentido que se entienda que no renuncia ni expresa ni tácitamente a
la solidaridad.

3.- “ ¿A qué casos le es aplicable la reserva especial de la solidaridad? Es imposible hacer


una enumeración de cuáles son los casos en los que se aplica la reserva especial de la
solidaridad, en el caso que nos ocupa, es procedente hacer la reserva especial de la
solidaridad, para poder continuar ejecutando al codeudor, cuando el deudor inicia un
proceso concordatario (art. 100 Ley 222 de 1995) o cuando este se hubiere terminado. 4.-
¿Cómo se aplica la reserva especial de la solidaridad? La reserva especial de la solidaridad
se aplica dentro del proceso ejecutivo en el cual están demandados el deudor que inicia el
concordato y su avalista o cualquier otra garante; para ello es necesario agotar el
procedimiento establecido en el artículo 100 de la Ley 222 de 1995, esto es, dentro del
término de ejecutoria del auto que pone en su conocimiento la solicitud de envío del
expediente del proceso ejecutivo para ser incorporado al proceso concordatario, debe el
acreedor manifestarle al juez que continúa la actuación ejecutiva contra el avalista. 5.-
¿Cuándo de acuerdo a la aplicación de la ley en el tiempo, es legal hacer uso de la reserva
especial de la solidaridad? Este es un interrogante genérico que se responde acudiendo al
principio general de derecho que establece que todo lo que no esté prohibido está
permitido. 6.- “ ¿Cuáles son los efectos concretos de la aplicación de la reserva especial de
la solidaridad? El efecto que produce hacer la reserva especial de la solidaridad es poder
perseguir al codeudor solidario en forma separada del garantizado, cuando la acción no
proceda contra éste. 7.- “ ¿Qué efectos tiene la reserva especial de la solidaridad en
relación con el fuero de atracción de los procesos concursales? Al hablar de fuero de
atracción del proceso concursal se entiende que existe un proceso ejecutivo contra el
deudor que inicia un proceso concordatario, el cual es atraído para ser incorporado al
mencionado trámite concursal, por ello el efecto es el que tantas veces se ha señalado,
que es poder continuar persiguiendo al deudor solidario en el proceso ejecutivo. 8.-
¿Respecto de los avalistas, se puede pedir la aplicación de la reserva especial de la
solidaridad antes de que exista un proceso concursal?

No, porque la reserva se pide es para separar al codeudor (avalista) del deudor cuando
ambos están demandados en el mismo proceso ejecutivo y poder seguir la acción contra
el codeudor, por cuanto está prohibido continuarla contra el deudor una vez que inicia el
concordato (artículo 99 Ley 222 de 1995), por ello, si no hay proceso concordatario, el
acreedor puede escoger libremente a quien demanda ejecutivamente, si al deudor, al
codeudor o a ambos. En conclusión, se tiene que frente al caso planteado, la reserva de la
solidaridad de que trata el artículo 1573 del Código Civil, no opera, por así decirlo,
automáticamente frente a la situación descrita en el párrafo segundo del artículo 68 de la
Ley 550 de 1999, sino que para ello, es necesario el acreedor al momento de hacer valer
su crédito dentro del proceso concursal, ha debido manifestar que no renuncia ni expresa
ni tácitamente a la solidaridad, con el fin de, se reitera, de poder ejercer los derechos que
ella concede, es decir, para poder perseguir a cualquiera de los codeudores solidarios ante
el no pago de la obligación dentro del proceso concursal o ante la renuncia de su
acreencia, en los términos de la segunda de las normas citadas. En los anteriores términos
se da respuesta a su consulta, no sin antes advertir que la misma tendrá el alcance
previsto en el artículo 28 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo.

ASUNTO: SITUACION DE LOS FIADORES SOLIDARIOS DENTRO DE UN PROCESO DE


REORGANIZACION DE QUE TRATA LA LEY 1116 DE 2006
Me refiero a su escrito radicado en esta Entidad con el número 2014- 01- 174967,
mediante el cual, previa las consideraciones allí expuestas, formula una consulta sobre
algunos aspectos relacionados con la situación de los fiadores solidarios dentro de un
proceso de reorganización empresarial, en los siguientes términos:
a) Cuál es la situación jurídica en que quedan los fiadores solidarios de las empresas
comerciales del sector privado, que no solo acceden y son admitidas al aludido trámite
concursal, sino que efectivamente celebran acuerdo de reorganización empresarial con sus
acreedores.
b) Si una vez aprobado el acuerdo, se hace procedente la continuidad de los procesos
ejecutivos que se adelantan contra dichos deudores solidarios, o si por el contrario los
señores Jueces están obligados a poner fin a los mismos, ya que de proseguirse con
dichos trámites, es ir en contravía del acuerdo celebrado entre deudor principal y
acreedores?
Al respecto, me permito manifestarle que de conformidad con lo dispuesto en el artículo
28 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, es
función de la Superintendencia de Sociedades la de absolver las consultas de carácter
general y abstractas que se le formulen sobre temas de derecho estrictamente societario
regulado por la legislación mercantil, y no sobre temas contractuales, procedimentales o
jurisdiccionales, y que dicho sea de paso no asesora sobre hechos particulares como
resulta ser el caso planteado.
No obstante lo anterior, este Despacho se permite, a título meramente informativo hacer
las siguientes precisiones de orden legal, a la luz de la Ley 1116 de 2006 y del Código
Civil, en lo pertinente:
i) Sea lo primero advertir que la apertura de un proceso de reorganización del deudor
principal, le permite al acreedor cobrar su crédito dentro del aludido trámite concursal o
iniciar un proceso ejecutivo contra los codeudores solidarios o continuar el mismo si ya lo
hubiere iniciado al momento de la apertura de dicho proceso de insolvencia. Lo anterior
significa que la apertura de este proceso no rompe la solidaridad, y por ende, los derechos
del acreedor permanecen incólumes. La posibilidad de cobrar a los codeudores en el
proceso ejecutivo y hacer valer la acreencia en el proceso de insolvencia, tal
comportamiento no corresponde a un doble pago de una misma obligación, sino a un
doble cobro, es decir, el ejercicio de los derechos derivados de la solidaridad.
ii) Ahora bien, el artículo 70 de la Ley 1116 de 2006, preceptúa que “En los procesos de
ejecución en que sean demandados el deudor y los garantes o deudores solidarios, o
cualquier otra persona que deba cumplir la obligación, el juez de la ejecución, dentro de
los tres (3) días siguientes al recibo de la comunicación que el informe del inicio del
proceso de insolvencia, mediante auto pondrá tal circunstancia en conocimiento del
demandante, a fin de que en el término de ejecutoria, manifieste si prescinde de cobrar su
crédito al garante o deudor solidario. Si guarda silencio, continuará la ejecución contra los
garantes o deudores solidarios”. (El llamado es nuestro).
iii) Del estudio de la norma antes descrita, se desprende, de una parte, que dentro de los
procesos de reorganización y de liquidación judicial, deberá informarse al juez que está
conociendo de procesos ejecutivos únicamente contra el deudor acerca de la apertura del
proceso, para que ordene su remisión para su incorporación al respectivo proceso
concursal, y de otra, que si el proceso ejecutivo se adelanta contra el deudor concursado y
codeudores solidarios o garantes, el juez, dentro de los tres (3) siguientes al recibo de la
comunicación que da cuenta de la apertura del proceso concursal, deberá poner en
conocimiento de la parte actora dicha circunstancia, a fin de que dentro del término de
ejecutoria de la providencia exprese si prescinde de hacer valer su crédito respecto de los
codeudores solidarios o garantes, evento en el cual se presentan las siguientes hipótesis:
a) Que el acreedor manifieste que prescinde de hacer valer su crédito contra los
codeudores o garantes, en cuyo caso, el proceso ejecutivo termina frente a los mismos y
frente al deudor concursado, y por ende, deberá ser remitido al juez que conoce del
proceso concursal, previo el levantamiento de medidas cautelares de los bienes de
propiedad de aquellos.
b) Que el acreedor exprese que continúa la ejecución contra los codeudores o garantes,
en este evento, el proceso ejecutivo continuará su trámite frente a los mismos y no contra
concursal, y las medidas cautelares allí decretadas quedarán a órdenes del juez del
concurso.
c) Que el acreedor guarde silencio, tal proceder no altera los derechos del acreedor, y en
consecuencia, el juez que conoce del proceso ejecutivo deberá continuar el mismo en la
forma indicada en el literal b) precedente.
iv) Sin embargo, puede suceder que a pesar de que se le haya solicitado al juez la
remisión del proceso ejecutivo que allí se adelanta contra los codeudores solidarios o
garantes, para su incorporación dentro del proceso concursal, aquél haga caso omiso de
dicho requerimiento, en cuyo caso el interesado deberá pedir al juez que está conociendo
del proceso que proceda de conformidad, la que de no ser atendida, podrá solicitar la
intervención de la Superintendencia de Sociedades para que se cumpla con lo dispuesto
en la norma en mención, en lo pertinente, la cual por tratarse de una disposición de
carácter procesal es de orden público, y por consiguiente, de obligatorio cumplimiento.
v) Lo anterior, habida cuenta que ante tal proceder, esto es, que el juez no remita el
proceso ejecutivo para su incorporación, podrían los codeudores solidarios o garantes ser
obligados al pago de la obligación, con las consecuencias jurídicas que ello comporta,
cuya actuación surtida dentro del mismo será nula por violación de una norma de carácter
imperativo.
vi) De otra parte, el hecho de que se celebre un acuerdo e reorganización entre la
sociedad deudora y sus acreedores, ello no es óbice para que se continúe los procesos
ejecutivos que se adelanten contra los deudores solidarios hasta su culminación, máxime
si se tiene en cuenta que solamente en el evento de que el demandante prescindiere de
hacer valer su crédito contra los deudores solidarios, el proceso ejecutivo termina frente a
los mismos y al deudor concursado, en cuyo caso, el expediente deberá, se repite, ser
remitido al juez que conoce del proceso concursal, previo el levantamiento de las medidas
cautelares, a efectos de que dentro de éste se tenga el crédito que allí se cobraba contra
la concursada.
vii) Cuando quiera que los codeudores o la sociedad concursada extingan total o
parcialmente la obligación, deberá el acreedor informar de tal hecho al promotor y al juez
que conoce del proceso concursal. Esta posibilidad puede darse mientras se tramita el
proceso de reorganización o durante la ejecución del acuerdo.
No obstante y a medida que se vaya dando cumplimiento a las estipulaciones del acuerdo
de reorganización o de adjudicación, según fuere el caso, el acreedor o los codeudores
deberán informar de dicha circunstancia al juez concursal, acreditando los pagos
respectivos, para lo de su competencia.
viii) Al tenor de lo previsto en el artículo 28 de la Ley 1116 de 2006, “La subrogación legal
o cesión de créditos traspasan al nuevo acreedor todos los derechos, acciones, privilegios
y accesorios en los términos del artículo 1670 del Código Civil. El adquirente de la
respectiva acreencia será titular también de los votos correspondientes a ella”. (El llamado
es nuestro).
ix) Del análisis de la disposición antes citada, se colige que cuando se de alguna de las
operaciones allí previstas, esto es, el pago de acreencias por parte de un tercero o la
cesión de créditos, las mismas transfieren al nuevo acreedor todos los derechos, acciones
y privilegios del antiguo, cuyo titular de la respectiva acreencia también lo es de los votos
correspondientes.
En tales circunstancias, si un tercero paga obligaciones a cargo de un deudor concursado
hasta antes de la reunión de determinación de acreencias y derechos de voto u opera en
su favor una cesión de créditos, deberá solicitar al promotor que lo tenga como
subrogatorio o cesionario de la respectiva acreencia, con el fin de que la misma sea tenida
en cuenta en el acuerdo de reorganización que se llegare a celebrar entre el deudor y sus
acreedores, cuyo pago se hará en la forma y términos allí estipulados.
Por su parte, el artículo 1666 del Código Civil, preceptúa que la subrogación es la
trasmisión de los derechos del acreedor a un tercero que le paga.
Sin embargo, es de advertir que es requisito indispensable para que opere la figura de la
subrogación que el pago sea hecho por un tercero, ya que si lo efectúa el mismo deudor u
otra persona a su nombre o por su encargo, no cabe la subrogación sino la extinción de la
obligación.
En el primer evento, es necesario endosar los títulos valores contentivos de la obligación a
favor del subrogatario, para que este a su vez pueda perseguir el pago de la obligación allí
contenida; en tanto que en el segundo evento, no procedería dicha circunstancia, esto es,
el endoso de los títulos que fueron objeto de pago por sustracción de materia.
Ahora bien, si el crédito subrogado se encuentra amparado con garantía personal, es
decir, con garantes o codeudores solidarios o de cualquier otra persona que deba cumplir
la obligación, el subrogatario podrá a su elección, prescindir de hacer valer su crédito
contra el deudor principal o perseguir su pago respecto de los deudores solidarios o
garantes.
De otra parte, se observa que de acuerdo con lo señalado en el artículo 1667 ibídem, la
subrogación puede darse por ministerio de la ley o en virtud de una convención del
acreedor.
En efecto, el artículo 1668 ejusdem, prevé que se efectúa la subrogación por ministerio de
la ley, y aun contra la voluntad del acreedor, en todos los casos señalados por las leyes y
especialmente a beneficio:
1.- Del acreedor que paga a otro acreedor de mejor derecho en razón de un privilegio o
hipoteca.
2.- Del que habiendo comprado un inmueble, es obligado a pagar a los acreedores a
quienes el inmueble está hipotecado.
3.- Del que paga una deuda a que se halla obligado solidaria o subsidiariamente.
4.- Del heredero beneficiario que paga con su propio dinero las deudas de la herencia. 5.-
Del que paga una deuda ajena, consintiéndolo expresa o tácitamente el deudor.
6.- Del que ha prestado dinero al deudor para el pago, constando así en escritura pública
del préstamo, y constando además en escritura del pago haberse satisfecho la deuda con
el mismo dinero.
x) A su turno el artículo 1669 del citado código, prevé que se efectúa la subrogación en
virtud de una convención del acreedor, cuando este, recibiendo de un tercero el pago de
la deuda, le subroga voluntariamente en todos los derechos y acciones que le
corresponden como tal acreedor; la subrogación en este caso está sujeta a la regla de la
cesión de derechos, y debe hacerse en la carta de pago.
De la norma en mención, se deduce que la subrogación convencional debe someterse a
las normas de la cesión de derechos, así: el pago lo hace un tercero, con dinero suyo y en
ese momento del pago debe hacerse la manifestación de subrogar, al igual debe quedar
constancia en la carta de pago artículo 1959 s.s. C.C., ante todo es primordial la
aceptación o notificación del deudor.
xi) De otro lado, en cuanto a los efectos de la subrogación, el artículo 1670 del Código
Civil, dispone que la subrogación, tanto legal como convencional, traspasa al nuevo
acreedor todos los derechos, acciones y privilegios, prendas e hipotecas del antiguo, así
contra el deudor principal como contra cualesquiera tercero, obligados solidaria y
subsidiariamente a la deuda.
Si el acreedor ha sido solamente pagado en parte, podrá ejercer sus derechos
relativamente a lo que se le esté debiendo, con preferencia al que solo ha pagado una
parte del crédito.
Luego, si la subrogación legal como convencional traspasa al nuevo acreedor todos los
derechos del antiguo, entre ellos, los privilegios prenda e hipotecas, ello implica que el
subrogatario se ubique en la misma clase en que se encontraba el acreedor originario.
La obligación  solidaria desde el punto de vista pasivo se da en la medida en que la
compañía y las personas naturales están obligadas frente a su acreedor por el total de la
obligación y éste último puede dirigirse contra todos los deudores conjuntamente, o contra
cualquiera de ellos a su arbitrio.

 1 Código Civil. Art. 1571. – “El acreedor podrá dirigirse contra todos los deudores
solidarios conjuntamente, o contra cualquiera de ellos a su arbitrio, sin que por éste
pueda oponérsele el beneficio de la división”.
Así las cosas, en virtud de la solidaridad que cobija la responsabilidad del deudor principal
y la de los codeudores de la obligación, tanto el uno como los otros, deben relacionar tal
acreencia como propia e independiente dentro del proceso de reorganización que cada
uno de ellos adelante, sin perjuicio de que, a la luz de lo dispuesto en el artículo 70 de la
Ley 1116 citada, en el evento que a alguno de ellos les sea demandado ejecutivamente el
pago de la obligación y con posterioridad inicien un proceso de reorganización, se
presente alguno de los casos planteados en Oficio 220-072487 del 12 de mayo de 2009
por la Supersociedades, así:

“…el artículo 70 de la Ley 1116 de 2006, preceptúa  que “En los procesos de ejecución en
que sean demandados el deudor y los garantes o deudores solidarios, o cualquier otra
persona que deba cumplir la obligación, el juez de la ejecución, dentro de los tres (3) días
siguientes al recibo de la comunicación que le informe del inicio del proceso del
insolvencia, mediante auto pondrá tal circunstancia en conocimiento del demandante, a
fin de que en el término de ejecutoria,  manifieste si prescinde de cobrar su crédito al
garante o deudor solidario. Si guarda silencio, continuará la ejecución contra los garantes
o deudores solidarios”.
(…)

Satisfecha la acreencia total o parcialmente, quien efectúe el pago deberá denunciar dicha


circunstancia al promotor o liquidador y al juez del concurso para que sea tenida en
cuenta en la calificación y graduación de créditos”- (El llamado es nuestro).
b) Del estudio de la norma antes transcrita, se desprende que en el evento de que el
acreedor de una sociedad que se encuentre adelantando un proceso de insolvencia, haya
iniciado un proceso ejecutivo contra los codeudores solidarios, dentro del mismo se
pueden presentar las siguientes hipótesis:

i)  Que el acreedor manifieste que prescinde de hacer valer su crédito contra los
codeudores: en cuyo caso el proceso ejecutivo termina frente a los codeudores y frente
al deudor concursado, pero deberá ser remitido al juez concursal, para su incorporación
dentro del respectivo proceso de insolvencia, previo el levantamiento de las medidas
cautelares que pesan sobre los bienes de propiedad de aquellos.

ii)  Que el acreedor manifieste que continúa la ejecución contra los


codeudores:  En este caso, el proceso ejecutivo continuará únicamente frente a los
codeudores y no contra el deudor concursado pero, dado el carácter preferente del
trámite concursal, las medidas cautelares que se hayan decretado y practicado en relación
con este último quedarán a disposición del juez del concurso.

iii)  Que el acreedor guarde silencio: lo cual no altera los derechos del acreedor, y por
consiguiente, el juez que conoce del proceso ejecutivo deberá continuar la ejecución
contra los garantes o deudores solidarios, y poner a disposición del juez concursal las
medidas cautelares practicadas sobre bienes del deudor principal.

iv) Que el codeudor o codeudores solidarios hayan satisfecho totalmente la


obligación a cargo del deudor principal: en cuyo caso aquellos deberá informar tal
circunstancia al promotor o liquidador y al juez concursal para que sea tenida en cuenta
en la calificación y graduación de créditos, posibilidad que puede darse durante el trámite
del proceso de reorganización o durante la ejecución del acuerdo.

c) La apertura de un proceso de reorganización o de liquidación judicial de uno de los


codeudores solidarios no impide al acreedor iniciar proceso ejecutivo contra los restantes
codeudores o continuar con el mismo si ya lo hubiere iniciado al momento de la apertura
del trámite concursal, lo que significa que éste no rompe la solidaridad, y por contera, los
derechos del acreedor permanecen incólumes. Luego, la posibilidad de cobrar a los
deudores solidarios en el proceso ejecutivo y hacer valer la acreencia dentro del proceso
de insolvencia, no corresponde a un doble pago de una misma obligación, sino un doble
cobro, es decir, el ejercicio de los derechos derivados de la solidaridad.

d.- De otra parte, ..

e.- Finalmente, se observa que cuando se celebre un acuerdo de reorganización entre la


sociedad deudora y sus acreedores, no significa que por este hecho el acreedor
beneficiario de la solidaridad, no pueda perseguir el cobro de la obligación a los
codeudores solidarios dentro de un proceso ejecutivo, ni mucho menos predicarse tal
posibilidad en caso de fracaso del acuerdo, toda vez que la ley no previó tal circunstancia,
amén de que ello rompería el principio de la solidaridad, y por consiguiente, el ejercicio de
los derechos inherentes a la misma.…”

Expuesto lo anterior, se reitera que en virtud de la solidaridad que acompaña al deudor


principal y a sus codeudodes solidarios, todos éstos deben considerar como suya la
acreencia del caso y, por ende, cada uno debe relacionarla como tal al momento de
presentar el proyecto de calificación y graduación ante el juez de su propio concurso de
insolvencia.

Así mismo, dado que la hipoteca es una garantía real independiente de la garantía
personal que ofrecen los codeudores, a quienes les asiste una responsabilidad autónoma
perseguible sobre su propio patrimonio, para efectos de la cobertura de garantía de la
hipoteca en el caso que usted expone, resulta indiferente que los codeudores hayan
omitido mencionarla en su propio proyecto de calificación y graduación.
Fuente: Oficio 220-022092 Del 04 de Marzo de 2013  Supersociedades

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