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El Caso “United States v.

Carroll Towing” 32 La barcaza llamada Anna C cargada con harina de


propiedad de United States, estaba atada con otras barcazas por una línea común de amarre a
un muelle en el río Norte ubicado en las proximidades de la ciudad de Nueva York. El
remolcador de Carroll Towing Co. (empresa contratada por el propietario de una de las
barcazas atadas) fue enviado por órdenes del capitán de puerto para arrastrar una de las
embarcaciones y reajustar la línea de amarre. Al parecer, la línea de amarre 32 159 F.2d 169
(1947). UNITED STATES et al. v. CARROLL TOWING CO., Inc., et al. Nos. 96, 97, Dockets 20371,
20372. Circuit Court of Appeals, Second Circuit. January 9, 1947.Recuperado de:
https://h2o.law.harvard.edu/collages/2923 25 no fue reajustada de la mejor manera, por lo
que el Anna C se desató del muelle y empujada por el viento se fue a la deriva en dirección de
un buque petrolero de la armada ocasionando su colisión. En el momento en el que se
soltaron los amarres no había un barquero vigilando la barcaza a pesar de ser en horas
laborales. Posteriormente, fue enviado un remolcador de asistencia para retornar la barcaza
hasta el muelle sin saber que la colisión con el buque le había provocado un agujero por
debajo a la barcaza permitiendo la filtración del agua. Poco después la barcaza Anna C se
hundió con toda la mercancía en su interior. 33 El propietario de la barcaza hundida demandó
a la empresa de remolcadores marítimos Carroll Towing Co. por la negligencia de sus
trabajadores que causó la pérdida del Anna C junto con toda la mercancía a bordo. La
demandada, a su vez, excepcionó argumentando que el demandante fue el negligente porque
ningún agente de su compañía estaba a bordo pendiente de la barcaza en el momento en que
los operarios del remolcador manipularon los cordajes. El Tribunal consideró que la barcaza
tenía la probabilidad de desatarse incluso si un barquero hubiese estado a bordo; sin embargo,
habría descubierto el agujero inmediatamente después de la colisión y obtenido ayuda para
mantener la barcaza a flote el tiempo suficiente para salvar a la carga. No obstante, el juez
Hand, declaró que no había ninguna norma que precisara la responsabilidad cuando una
barcaza sin personas a bordo se desamarra y provocara daños, y según la costumbre marina,
no siempre deben estar barqueros a bordo para vigilar las barcazas, pues en algunas ocasiones
pueden estar realizando alguna labor en tierra. En consecuencia, para tomar una decisión más
razonable propuso una fórmula algebraica para determinar si se ha cumplido con el nivel
apropiado de diligencia:

“Puesto que hay ocasiones en las que un buque puede romper sus amarras, y si lo hace, se
convierte en una amenaza para los que lo rodean; el deber del propietario, al igual que en
otras situaciones similares, para proveer contra las posibles lesiones resultantes es una función
de tres variables: (1) La probabilidad de que ella va a romper; (2) la gravedad de la lesión
resultante, si lo hace; (3) la carga de las precauciones adecuadas. Posiblemente para traer esta
noción de relieve sirve decirlo en términos algebraicos: si la probabilidad de que ocurra P; la
lesión, L; y la carga, B; responsabilidad depende de si B es menor que L multiplicado por P: es
decir, si B

Finalmente, el Tribunal dictaminó que dejar una barcaza con supervisión durante las horas del
día, no tenía un nivel alto de costos en comparación con el riesgo significativo y magnitud de
los daños que se pudiesen causar por el desamarre de la misma, de tal manera que el
demandado al ser el encargado de ajustar las líneas de amarre debía destinar un miembro de
la tripulación a bordo de la nave como medida de cuidado y diligencia para prevenir un
eventual daño. De este modo, el demandado fue encontrado responsable por negligencia por
estar ausente de la nave sin una justificación.
A pesar de la dificultad que se puede encontrar al tratar de coordinar teorías jurídicas y
económicas, se ha demostrado que el estudio interdisciplinar del derecho, permite que se
realicen razonamientos jurídicos más acordes con la realidad social; de tal manera, que resulta
conveniente para la ciencia jurídica ser una disciplina abierta, que tome en cuenta la
importancia de los fenómenos económicos en las cuestiones jurídicas. En Latinoamérica, el
Análisis Económico del Derecho no ha alcanzado la relevancia que detenta en el sistema
jurídico norteamericano o europeo, sin embargo, en los últimos años este método ha venido
cobrando una considerable importancia no solo en el ámbito académico sino en el práctico,
tanto así que ya se pueden encontrar decisiones judiciales fundamentadas en valoraciones
económicas. El Análisis Económico del Derecho aparece con el fin de superar problemas que
no han sido resueltos de manera satisfactoria por las doctrinas ortodoxas, propone la
utilización de principios económicos para analizar casos concretos, así, en el campo de la
responsabilidad civil extracontractual la Regla Hand establece una forma diferente de analizar
el concepto de culpa, buscando reducir la discrecionalidad judicial y aportando razones más
objetivas que aportan a una decisión justa y ante todo eficiente. Los tribunales que utilizan la
Regla Hand, han demostrado que la determinación de la culpa de un sujeto es susceptible de
ser evaluada valiéndose de herramientas económicas sin generar incertidumbre en los
destinatarios de la ley, la fórmula de negligencia aporta a la eficiencia económica y coadyuva
en mayor medida el cumplimiento de las funciones de la responsabilidad civil. Finalmente, es
posible afirmar que los tribunales Colombianos han empezado a tener en cuenta así sea de
manera implícita la utilización del análisis económico para fundamentar sus decisiones, sin
embargo, en el campo de la responsabilidad civil aún queda mucho camino. La Regla Hand no
está lejos de ser tomada en cuenta como un criterio adicional para la determinación de culpa,
pues algunos elementos que la constituyen se equiparan a los criterios ya utilizados en el
derecho

El problema de la responsabilidad civil no se debe a la falta de regulación, pues ya existen


normas para responsabilizar a los causantes del daño; el problema más bien tiene que ver en
cómo se aplica. Los tribunales difícilmente logran satisfacer las funciones de reparación de los
daños y prevención de los mismos, pues muchas veces consideran que hay incertidumbre
tanto en la existencia como en el quantum del daño.40 Rechazan la aplicación de reglas como
la del Juez Hand, por la gran dificultad que significa comparar, a posteriori, los riesgos de
accidentes y los costos de evitarlos. Si los jueces no pueden comparar estos riesgos y costos,
son incapaces de evaluar la responsabilidad de una manera que induce un comportamiento
eficiente, agregándose que las partes no dan al juez la información necesaria para verificar las
variables que para la formula son

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