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Autor de la ficha: Francisco Javier Gómez Cuevas Título de ficha: LOS MOVIMIENTOS

Temática: Legitimidad ESTUDIANTILES COMO CATALIZADORES DE


Fecha de Elaboración: 09/06/20 LA LEGITIMIDAD EN LA CONSTITUYENTE
Hora de elaboración: 3:30 PM Autores: Norberto Bobbio, Hans Kelsen,
Thomas Hobbes, Rodrigo Losada

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

¿Cómo influyó el movimiento de la Séptima Papeleta para integrar a todos los sectores de la
sociedad colombiana y brindarle legitimidad a la Asamblea Nacional Constituyente instalada el 5
de febrero de 1991 en Colombia, desde el enfoque funcional-estructuralista?

PALABRAS CLAVE: Legitimidad, movimiento estudiantil, Séptima Papeleta, asamblea


constituyente.

ENFOQUE: Estructural-funcionalista

“la preocupación por las funciones y disfunciones de las partes de un organismo cualquiera en
relación con otras partes del mismo, o con respecto al organismo en su totalidad. Así como para
subsistir, un organismo vivo necesita que se cumplan en su interior determinadas funciones, por
analogía, se concluye que la esfera política, o el sistema político, requiere el desarrollo de ciertas
tareas, sin las cuales flaquea o aun llega a perecer” (Losada & Casas, 2008, p. 169)

“Desde este punto de vista, los esfuerzos investigativos de los funcionalistas se dirigen a
identificar cuáles son las funciones imprescindibles para que un sistema de gobierno se
desempeñe en forma adecuada, que estructuras deben cumplirlas ya través de cuales procesos
son llevadas a cabo” (Losada & Casas, 2008, p. 170)

“El enfoque estructuralista asume como insustituible un examen del entorno social, cultural,
político y económico del hecho, relación o proceso político investigado y de sus antecedentes
históricos, pero deja al investigador un amplio espacio para que, según su familiaridad con el tema
de investigación y su propio vocabulario, decida cuales son los aspectos específicos del entorno en
los cuales conviene profundizar”(Losada & Casas, 2008, p. 221)

“Querer comprender y explicar la realidad social y política a partir de un análisis de las estructuras
que la componen” (Losada & Casas, 2008, p. 222)

“El enfoque estructural-funcionalista, como su nombre lo indica, se construye a partir de dos de


los enfoques anteriormente mencionados y ambiciona integrarlos” (Losada & Casas, 2008, p. 243)

“Para Almond, son cinco los conceptos fundamentales de su enfoque [Funcional estructuralista]:
sistema, estructura, función, proceso y políticas” (Losada & Casas, 2008, p. 244)

“A fin de producir unas políticas públicas, el sistema político necesita que cada una de las
diferentes estructuras que lo integran desarrollen adecuadamente determinadas funciones y
participen en una serie de procesos que concluyen con el suministro a la sociedad de
determinados servicios, bienes y normas, es decir, de determinadas políticas” (Losada & Casas,
2008, p. 245).

“Otros conceptos centrales en el enfoque estructural funcionalista […] Estos autores distinguen
entre funciones sistémicas, es decir, funciones que afectan el desempeño del sistema político
como un todo; funciones sobre el proceso de elaboración e implementación de las políticas
públicas y funciones sobre el impacto de estas últimas en el entorno societal” (Losada & Casas,
2008, p. 246)

“Otro concepto almondiano es el de cultura política. Bajo la influencia de los antropólogos


sociales, el concepto de cultura es entendido como la distribución de las actitudes, creencias y
sentimientos, predominantes y duraderos en una población” (Losada & Casas, 2008, p. 248)

“En otra obra […] la definen [Cultura] como el conjunto de orientaciones psicológicas hacia el
sistema político y sus componentes y hacia el papel del propio yo dentro del sistema, el cual
predomina entre los miembros de una sociedad. sociedad. Cabe considerar tres niveles 0 focos, a
los cuales se refiere la cultura política: el sistema político como un todo, los procesos que tienen
lugar dentro del sistema político y las políticas públicas que este produce” (Almond & Sidney,
1963, citado en Losada & Casas, 2008, p. 248)

CONCEPTO: Legitimidad

“Solo la justificación hace del poder de mandar un derecho y de la obediencia un deber. La


justificación transforma una relación de mera fuerza en una relación jurídica. Ninguna fuerza
puede constituirse en un poder legítimo si no cuenta con el consenso libre y voluntario de quienes
se someten a ella. Así pues, el inicio principia valido de legitimidad del poder político y jurídico es
el consenso”(Bobbio & Bovero, 1984, p. 13).

“Destaca también en este escrito la distinción entre la legitimidad y la legalidad del poder. La
diferencia, como bien anota Bobbio, está en que la legitimidad se refiere al título del poder, la
legalidad al ejercicio del poder. De aquí que lo opuesto del poder legítimo sea el poder de hecho y
lo contrario del poder legal sea el poder arbitrario. La legitimidad permite la distinción entre
gobernantes y gobernados, la legalidad consiente la diferenciación entre el buen gobierno y el mal
gobierno”(Bobbio & Bovero, 1984, p. 13).

“Un poder es legítimo en la medida en que su ejercicio se apega a la ley, es decir, la legalidad no es
solamente el criterio para distinguir el buen gobierno del mal gobierno sino también la clave para
diferenciar el gobierno legítimo del gobierno ilegitimo. El proceso de legitimación se identifica
cada vez más con el proceso de legalización. Este fenómeno ha traído como consecuencia la
vinculación entre la filosofía política y la filosofía del derecho que son consideradas por Bobbio

“El poder legítimo se distingue del poder de hecho en cuanto a un poder regulado por normas,
pero partiendo de dos puntos de vista opuestos, el primero de la noci6n del poder que tiene
necesidad de ser regulado para volverse legítimo, el segundo de la noci6n del ordenamiento
normativo que tiene necesidad de la fuerza para volverse efectivo” (Bobbio & Bovero, 1984, p. 23)
“Hay una muy consistente tradición del pensamiento político y jurídico por la cual un poder es
tanto más legitimo en cuanto es más efectivo, y la efectividad viene introducida, para probar, para
explicar o incluso para justificar la legimidad del poder” (Bobbio & Bovero, 1984, p. 23)

“para que se pueda hablar de un poder soberano es necesario que este sea "habitualmente
obedecido". Lo que es otra manera, una manera propia del lenguaje jurídico, de decir que un
poder es legítimo solo en cuanto es también efectivo” (Bobbio & Bovero, 1984, p. 24).

“Desde el punto de vista del soberano, la legitimidad es lo que fundamenta su derecho; la


legalidad es lo que establece su deber. Desde el punto de vista del súbdito, al contrario, la
legitimidad es el fundamento de su deber de obedecer; la legalidad es la garantía de su derecho de
no ser oprimido” (Bobbio & Bovero, 1984, p. 30).

“Tres formas de poder legítimo descritas por Max Weber […] poder tradicional se obedece a la
persona del señor y en el caso del poder carismático se obedece a la persona del jefe, en el caso
del poder legal el ciudadano obedece al ordenamiento impersonal establecido legalmente y a los
individuos propuestos por el en virtud de la legalidad formal de las prescripciones y en el ámbito
de estas”(Bobbio & Bovero, 1984, p. 34)

“La norma fundamental, que permite considerar todos los poderes que son ejercidos en los
diversos niveles internos del mismo ordenamiento como poderes jurídicos, funge como criterio de
legitimidad y cumple esta función en un contexto histórico en el cual el proceso de legitimación
del poder estatal progresivamente se ha venido identificando con el proceso de legalización del
ejercicio del poder en todos los niveles, hasta el último nivel, que es el del poder constituyente”
(Bobbio & Bovero, 1984, p. 35)

“Ni la efectividad ni la legalidad agotan el proceso de legitimación del poder. Esto lo saben muy
bien los gobernantes que jamás se contentan con establecer el propio poder solamente sobre la
duración o sobre el respeto de la ley, sino que para obtener la obediencia de la que tienen
necesidad se reclaman a valores como la libertad, el bienestar, el orden, la justicia” (Bobbio &
Bovero, 1984, p. 35)

“Para la tradición iusnaturalista pos-hobbesiana […] los límites del poder político están, por decirlo
así, establecidos en las cláusulas del pacto social, es decir, en el acto que instituye el mismo poder:
por lo que el poder político nace limitado, y es reconocido como legítimo solo si, y hasta que, es
ejercido en el respeto de aquellos límites. Cuando los límites no se respetan el deber de
obediencia cesa e inicia el derecho de resistencia” (Bobbio & Bovero, 1984, p. 51)

“Si mantenemos la definición que hasta aquí se ha dado de poder político como poder de emitir
mandatos apoyados por la coacción, en términos kelsenianos este poder es legítimo sólo en
cuanto es autorizado, en los modos y en las formas en las que es conferido a determinados sujetos
por la norma constitucional. La constitución a su vez emana del poder constituyente. Para Kelsen
este es el verdadero poder ultimo: aquel que se ha definido basta aquí como poder político
aparece en esta perspectiva como poder "penúltimo". Si ahora "preguntamos por qué es válida la
constitución nos remontamos quizás a otra constitución más antigua. Llegamos por último a una
constitución que históricamente es la primera que vino dictada por un usurpador particular o por
alguna asamblea" (Bobbio & Bovero, 1984, p. 55)
ANÁLISIS CONCEPTUAL

Actor y fenómeno político

El Movimiento de la Séptima papeleta fue una iniciativa estudiantil creada como resultado del
contexto conflictivo en el cual se encontraba Colombia durante los años 80´s, la violencia del
narcotráfico, la represión y el miedo reinaba durante ese tiempo. Los grupos narcotraficantes
generaban terror en todo el territorio nacional, ocurrían asesinatos sistemáticos a líderes sociales,
la constitución política de 1886 tenía un carácter represivo en cuanto a las protestas sociales, se
dispararon los secuestros, los robos y el terrorismo en todo el territorio nacional, ocurrió la Toma
del Palacio de Justicia y mientras tanto ni el gobierno, ni las instituciones actuaban de manera
efectiva al respecto.

Por un lado, el artículo 46 de dicha constitución establecía que: “Toda parte del pueblo puede
reunirse o congregarse pacíficamente. La autoridad podrá disolver toda reunión que degenere en
asonada o tumulto, o que obstruya las vías públicas” (Const., 1886), esto sumado al constante
Estado de Sitio que se mantuvo durante esos años y a la aprobación del reglamento de Combate
de Contraguerrillas de 1987, en donde “los paros, movimientos sindicales, huelgas y protestas
fueron catalogadas cómo acciones políticas” (Amaya González, 2013, p. 13)y por lo tanto objetivo
militar, presentaban un escenario bastante represivo y hostil para la manifestación popular.

Por otro lado, la violencia que se vivía mantenía una rutina de asesinatos a líderes sociales,
opositores al gobierno nacional, candidatos e incluso miembros de la comunidad universitaria.
Oscar Guardiola (Integrante del movimiento) nos añade otro factor importante que alimentó el
espíritu de creación del movimiento, el cual fue un profundo aburrimiento de los estudiantes
universitarios a la propia formación que recibían, ya que declara que esta se encontraba llena de
sesgos, metodologías monótonas y no respondía a lo que los estudiantes demandaban. Pero la
gota que rebasó el vaso y que impulsó la creación del movimiento de la séptima papeleta fue el
magnicidio de Luis Carlos Galán el 18 de agosto de 1989.

A causa del hecho anteriormente mencionado, la creación del movimiento de la Séptima Papeleta
coincide con la realización de la llamada Marcha del silencio realizada el 25 de agosto del mismo
año como manifestación por parte de la comunidad estudiantil y universitaria contra la violencia
que se estaba viviendo en ese tiempo. En un comunicado que leyeron en esa marcha
manifestaron:
“i) El rechazo a todo tipo de violencia, ii) respeto de los Derechos Humanos, iii) apoyo a
instituciones democráticas en contra de fuerzas desestabilizadoras (guerrilla, narcotráfico,
paramilitares etc.), iv) rechazo de cualquier intervención armada extranjera, v) reforma de algunas
instituciones para conjurar la crisis, vi) exigir depuración de Fuerzas Militares, Policía, Gobierno y
partidos políticos, vii) conformación de un frente unido para formular propuestas de salida a la
crisis.”(Amaya González, 2013, p. 14)

A partir de allí se empezaron a generar una serie de activismos y análisis liderados por la
comunidad estudiantil, en donde se estudiaban las acciones del gobierno lideradas por grupos de
trabajo, uno de ellos al mando del actual procurador Fernando Carrillo Flórez. Se ampliaron los
escenarios de discusión sobre la esfera pública y se buscó a través de la representación cultural, el
dialogo con las comunidades de diferentes estratos, entrevistas con exguerrilleros, discursos en
plazas públicas, la aparición en medios de comunicación y el desarrollo de movilización bajo las
lógicas de un liderazgo horizontal con una participación muy activa del estudiantado como la cara
más visible del movimiento. Todo esto tenía un único objetivo en el cual cualquier sector de la
sociedad, independiente de sus intereses, convergía, el cual fue la necesidad de una Asamblea
Nacional Constituyente que reformara la Constitución Política de 1886.

Después de pasado un año de activismo el movimiento a decidió apostarle al ejercicio democrático


del voto para que se pudiera consolidar el objetivo que se estaba buscando, por lo cual se generó
la idea de insertar una séptima papeleta en las elecciones de Senado, Cámara de Representantes,
Asambleas Departamentales, Juntas Administradoras Locales, Consejos Municipales y Alcaldías del
11 de marzo de 1990.

Al no ser una papeleta oficial, los encargados de conteo de las papeletas fueron los estudiantes
quienes con gran vocación y en bodegas se encargaron de hacer el conteo en la cual se vieron
involucradas más de 2 millones de papeletas. Dado la gran popularidad que tuvo, y después de
una ratificación por parte de la Corte Suprema de Justicia y con la postulación del Decreto 927 de
1990 se estableció una elección formal a nivel nacional en las elecciones presidenciales del 27 de
mayo. En esta ocasión 4´991.887 personas votaron “Si” lo que evidencia que el proceso tuvo un
gran apoyo popular ((Registraduría Nacional del Estado Civil, 2011).

A partir de ahí empieza un proceso de elección para quienes debían representar al pueblo
colombiano ante la Asamblea Nacional Constituyente. Esta asamblea fue instalada el 5 de febrero
de 1991 y el reflejo del apoyo y legitimidad que tenía fue dado por la gran participación y acción
del Movimiento de la Séptima Papeleta para convocar a la ciudadanía, manifestar el descontento
social que se veía durante los años 80´s y la integración de todos los sectores y facciones políticas
hacia un fenómeno que cambiara las lógicas del estado, su conformación e institucionalización.

Gracias a la gran participación de la ciudadanía, no solo en las votaciones del 27 de mayo, sino
también en las que se eligieron los representantes a la Asamblea Constituyente, fue que se logró
brindar legitimidad a dicha asamblea y apoyarlas en la conformación de la nueva norma
fundamental que se crearía el 4 de Julio de 1991. Empero, el accionar del movimiento de la
Séptima Papeleta, se vería terminado justamente con la creación de la asamblea, pues su objetivo
era el de congregar a la gente y presionar su creación, lo que gracias a su activismo y sus
actividades lograron esa integración general de la ciudadanía que, como consecuencia, brindó la
participación y la legitimidad suficiente para la nueva carta política fundamental.

Concepto

La legitimidad, viene del término latino Legitimus cuyo significado es: conforme a las leyes. Es uno
de los conceptos que da cuenta de las acciones que son válidas bajo un ordenamiento jurídico ya
dado o establecido y superior. Sin embargo, bajo esta concepción del concepto sucede un
fenómeno que dificulta la definición de este concepto, debido a que, dado que para que una
acción sea legítima, necesita de una ley que justifique su accionar, a su vez, habría que remontarse
a otra ley más antigua que justifique el accionar de la ley que legitima la acción. Es decir, que, si la
acción A es legítima, es porque hay una ley B que justifica su legitimidad, pero para que la ley B sea
legítima, necesita de una ley C que la legitime, y así sucesivamente hasta el infinito.
Este problema, es el que nos presenta el filósofo jurista Hans Kelsen en su obra General Theory of
State. La respuesta la cual nos dio Kelsen al desarrollar su teoría es que hay una Norma
Fundamental, fuente de toda legalidad, superior a todas y emanada del poder constituyente
penúltimo a este. Este poder constituyente es desarrollado por varios pensadores ilustrados entre
ellos Thomas Hobbes y Jean-Jaques Rousseau con la teoría de Contrato Social, desarrollado en
Hobbes con su obra Leviatán y por Rousseau en su obra El Contrato Social.

Para empezar en hay que desarrollar lo que Hobbes denomina el Estado de Naturaleza Humana,
en su obre Leviatán afirma:
La naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en las facultades del cuerpo y espíritu que si bien
un hombre es, a veces, más fuerte de cuerpo o más sagaz de entendimiento que otro, cuando se
considera en conjunto de la diferencia entre hombre y hombre no es tan importante que uno
pueda reclamar un beneficio cualquiera al cual otro no pueda aspirar. […]

[…]Esta es la causa por la que dos hombres que desean la misma cosa, y que no pueden disfrutarla
ambos, se vuelven enemigos, y en el camino que conduce al fin (que es, principalmente, el de su
propia conservación y a veces sólo su delectación) tratan de aniquilarse o sojuzgarse uno a otro. De
aquí que el agresor lo que teme es el poder singular de otro hombre. Si alguien construye o posee
un lugar conveniente, cabe esperar que vengan otros sumando sus fuerzas para desposeerle y
privarle no solo del fruto de su trabajo, sino también de su vida o de su libertad. El invasor, a su vez,
se encuentra en el mismo peligro con respecto a otros. (Hobbes, 1984, p. 7)

Para salir de este estado Norberto Bobbio dice a partir de Hobbes que:
Para eliminar el difundido recurso a la fuerza por parte de los centros individuales de poder no hay
otra vía que concentrar la fuerza, todas las fuerzas, en un solo punto: instituir el poder soberano
como poder político coactivo, que se vuelve el único poder “de derecho'' (Bobbio & Bovero, 1984,
p. 49)

De aquí la base legitimadora de la Norma Fundamental de Kelsen, un acuerdo multilateral en


donde una comunidad crea un Contrato Social para otorgarle legitimidad a un tercero soberano el
cual centraliza la fuerza y el poder.

Sin embargo, esta norma fundamental, también denominada modernamente como Constitución,
al tiempo que legitima el accionar y el poder de ese tercero, lo regula bajo unas cláusulas que
funcionan como una serie de garantía para que dicho soberano no abuse del poder otorgado, lo
que se puede llamar legalidad. En consecuencia, se da la creación de una relación de mando y
obediencia donde:
Desde el punto de vista del soberano, la legitimidad es lo que fundamenta su derecho; la legalidad
es lo que establece su deber. Desde el punto de vista del súbdito, al contrario, la legitimidad es el
fundamento de su deber de obedecer; la legalidad es la garantía de su derecho de no ser oprimido
(Bobbio & Bovero, 1984, p. 30).

En el caso de que el soberano abuse de su poderío otorgado, la comunidad está en todo su


derecho de dejar de obedecerlo y de resistir a su autoridad.

Esta es la base de lo denominado por Max Weber como “Poder Legal-racional”, fundamento del
contractualismo y el constitucionalismo, en donde la base legitimadora está dada por una norma
fundamental, llamada Constitución, que es creada bajo en consenso de una comunidad (Poder
constituyente) para otorgarle a un tercero soberanía y centralización del poder, para que este les
brinde seguridad, justicia y libertad.

En conclusión, la legitimidad se da como la razón o justificación que autoriza las acciones. Si


hablamos de acciones dentro de un marco jurídico, la legitimidad está dada bajo lo que dicte la
norma fundamental, que, si bien es superior a todo y todos, su legitimada está dada por el poder
constituyente que la pone como ley suprema.

En el caso de la Séptima Papeleta, por un lado, lo que sucede en el escenario de los años 80´s se
puede asemejar a lo denominado como Estado de Naturaleza, debido a que Colombia estaba bajo
un ambiente de terror desorganizado, donde los grupos narcotraficantes estaban en auge y se
dedicaban a atemorizar a las personas, quitarle la vida a líderes que trabajaran en contra de sus
intereses particulares, generando atentados contra las instituciones (Toma del palacio de justicia,
bomba del DAS); un escenario donde la oposición era silenciada de manera sistemática, donde los
objetivos eran en mayor parte candidatos, gobernantes y la comunidad universitaria. Por otro
lado, también se puede interpretar como una respuesta de resistencia ante la acción estatal que
había perdido su legitimidad debido a sus abusos. Esto se puede evidenciar por el carácter
represivo del Estado Colombiano, en lo que respecta a manifestaciones y protesta social, el Estado
de Sitio en el que se encontraba aún el país o la aprobación del Reglamento de Combate de
Contraguerrilla de 1987, considerando a los movimientos sindicales y la protesta social como
objetivos militares.

Dentro de ese ambiente caótico, el Movimiento de la Séptima Papeleta, como actor influyente se
dio al trabajo de reunir a la ciudadanía en el objetivo de crear y/u organizar al poder constituyente
que cree una nueva Norma Fundamental (Constitución) con nuevas lógicas de gobierno para salir
de ese estado de naturaleza y poder sobrevivir.

En este sentido, lo que hizo este movimiento fue revelar la situación en que se encontraba el país,
congregar a todos los sectores bajo un mismo objetivo e incentivar la participación y el apoyo a la
Asamblea Nacional Constituyente. Esto se evidenciar por la marcha del silencio y el activismo que
el movimiento utilizó durante su manifestación (Artículos en periódicos, discursos en plazas
populares, debates en espacios públicos, propaganda, etc.); su carácter integral de congregación
por una parte debido a que no podían catalogar al movimiento en un sector definido, pues como
coincide lo dicho por el profesor Guardiola (Integrante) y la decana Botero (autoridad académica),
no los podían situar ni a la derecha, ni a la izquierda, pues participaron todos; y lograron generar
que la ciudadanía en su gran mayoría apoyara el proceso Constituyente, lo que en últimas, le dio
legitimidad no solo a la asamblea, sino a la norma fruto del proceso Constituyente.

Si bien cabe destacar que a través de la visión de Weber existen otros dos tipos de legitimación,
como la tradicional, basada en la antigüedad del mandato; o la carismática, basada en el liderazgo
de un ser con habilidades específicas e individuales destacadas, en este caso no se aplicarían.

Por un lado, no es tradicional, pues quienes legitiman el poder es una comunidad que no lo ejercía
anteriormente, y aunque hay cierta tradición en cuanto a algunos dirigentes y partidos que habían
detentado el poder en el pasado; la base para el establecimiento del nuevo régimen no se basaba
en el criterio superior de dicha facción. Por otro lado, tampoco es carismático por motivo de que el
movimiento no fue presidido ni representado por un individuo o grupo en específico, ni tenía una
estructura jerarquizada, por el contrario, fue la suma de diferentes facciones dentro de una
organización horizontal, unidas bajo el mismo objetivo, sin que nadie tomara representación del
movimiento. Esto se evidencia en especial, con la asamblea, debido a que quienes la compusieron,
eran personas que pertenecían a diferentes grupos políticos o movimientos, sin tener o abducir
ninguno a la representación del movimiento de la Séptima Papeleta, movimiento que por los
logros que había obtenido en la opinión pública, sería el candidato más relacionado con un
carisma de unificación nacional.

Enfoque

El enfoque el cual se pude abordar esta investigación es el enfoque funcional-estructuralista, un


enfoque definido dentro de los enfoques que privilegian el entorno Total según Losada & Casas,
pues integra 2 enfoques con objetos de estudio diferentes, pero que están relacionados y de
hecho se integran dentro del este enfoque.

Por un lado, tenemos el enfoque funcionalista, el cual está situado en el rango de los enfoques que
privilegian las instituciones. Las instituciones son definidas como las reglas de juego y ejes de la
actividad política que encauzan las interacciones pronostican el accionar futuro e intervienen en la
solución de conflictos (Losada & Casas, 2008, p. 163). Lo que busca el enfoque funcionalista es
analizar la función de cada una de las partes con respecto a otras partes y con respecto al
organismo en su conjunto, siendo las actividades políticas que componen un cierto organismo o
institución las bases y componentes a investigar, de manera a partir de la función que cumplen
dentro de dicha institución se logre la comprensión de por qué se mantiene dicha institución,
cómo trabaja y cómo llega a los resultados que debe cumplir.

Por otro lado, tenemos al enfoque estructuralista, el cual se sitúa dentro de los enfoques que
privilegian el entorno Total. El enfoque viene de la raíz estructura, sin embargo, este concepto
tiende a ser muy dinámico dentro del la misma corriente. Aunque, me voy a quedar con la
definición dada por Jean Viet el cual dice que es:
un conjunto dinámico y significativo de relaciones entre diversos aspectos de una misma y única
realidad social, conjunto de relaciones de tal naturaleza que todo cambio de uno de estos aspectos
0 de una de estas relaciones acarrea en las otras cambios correlativos que aseguran la persistencia
del tipo fundamental del conjunto (citado en Losada & Casas, 2008, p. 223)

Esto implica revistar todos lo microcomponentes que interactúan dentro de una misma estructura
para revisar sus dinámicas y cómo son afectados a partir del ambiente en el que se encuentren, de
manera que se pueda identificar cómo este interviene en ellas cambiando las dinámicas y el
funcionamiento de la estructura en su conjunto.

La combinación de estos 2 enfoques da como resultado el funcional-estructuralista. Este enfoque


toma como tal los elementos de los dos enfoques y los integra sobre un mismo marco de
investigación. Se parte de un sistema, siendo este una organización que interactúa y es afectado
por un entrono; este sistema está compuesto por estructuras (Instituciones), las cuales son un
conjunto de órganos que se interrelacionan entre si y que desarrollan actividades que permiten
que el sistema trabaje; Cada una de las estructuras cumple una función, la cual es la actividad que
realizan; la interrelación y/o unión entre las distintas funciones crea un proceso el cual determina
las dinámicas y metas del sistema y por último, se genera la política, siendo el resultado que sale
del proceso realizado por el sistema.

Este enfoque nos permite hacer un análisis total de las funciones de un sistema, el cual no solo
tiene en cuenta las partes que lo componen, sino también el entorno en el que se desenvuelven.
Como resultado, tenemos un análisis de las dinámicas del sistema y sus variaciones con respecto al
entorno y de cómo del mismo sistema interactua con el entorno, en un tipo de relación dual.

ANÁLISIS CRÍTICO

Después de haber hecho el proceso investigativo sobre el movimiento de la Séptima Papeleta se


puede afirmar que este movimiento fue el desencadenante y el integrador de la sociedad, en la
medida que, a través de la propaganda, la manifestación, los discursos populares, el acercamiento
a la ciudadanía y la participación de diferentes tendencias políticas, acompañado de un objetivo
común a todos ellos; logra compenetrar en todos los sectores de la sociedad independientemente
de los intereses particulares a los que pertenecían los componentes que lo conformaban. De
hecho, entrevista con la decana Botero y el profesor Guardiola, revelan que el movimiento no solo
fue un integrador social, sino que también se encontraba bajo un escenario apto para un nuevo
proceso constituyente, en lo que la decana especifica que se da debido al carácter integrador y a
que no se podía situar bajo un espectro político específico, por lo cual no era un proceso
orquestado por un sector de la sociedad en particular, sino por la ciudadanía en general, buscando
un régimen nuevo que favoreciera a todos y defendiera los intereses de todos.

En cuanto al enfoque, nos da las herramientas suficientes para identificar ese tipo de dinámicas
tanto del sistema como del ambiente, para poder sacar las conclusiones de que el movimiento
impulsa la legitimidad de la asamblea, al tiempo que es integrador social. Esto, en la medida de
que estaba compuesta en sus inicios por diferentes universidades, de diferentes centros de
pensamiento, de distintas estratificaciones sociales y tanto de carácter público como privado.
Posteriormente, con el desarrollo del movimiento, lo que sucede es un proceso de acercamiento
con la realidad colombiana, teniendo que ir a la periferia y las provincias del país para conocerla;
también tratando de ampliar la esfera pública, al realizar los debates en escenarios fuera del
espacio académico y político, y llevándolo a el espacio público (Bares, parques, plazas, barrios).

Además, al ser un enfoque de escenario Total, nos permite identificar al tiempo, el panorama, el
contexto y el ambiente en que se origina, desarrolla y culmina el movimiento, al tiempo de
identificar internamente, que sucede con las dinámicas de los diferentes componentes del
sistema, como interactúan entre ellas y/o con el sistema en su conjunto y cómo sus variaciones y
obtáculos afectaron el resultado final. En últimas es un enfoque integral que permite ver todo lo
que hay alrededor y como eso interviene en el sistema, dejándonos ver las interacciones entre los
componentes, los objetivos particulares y generales, las acciones de cada uno y su influencia, los
mecanismos utilizados, la sistematización de las diferentes funciones y los beneficiados y
perjudicados de las decisiones tomadas.

Por último, el profesor Guardiola, también menciona que el movimiento fue rico en material,
tanto audiovisual como físico, lo cual da muchas posibilidades de analizarlo desde lo que se utilizó
para hacerlo evidente y se mostrara a la opinión y a la esfera pública. Empero, no hay una
documentación unificadora, sino material disperso esperando a ser integrado para contar la
historia de dicho movimiento desde lo que se podría conocer como una revolución desde abajo,
desde la gente, desde las personas, desde la ciudadanía. Tanto porque fue una iniciativa que la
misma ciudadanía apoyó y que la integró en su generalidad, como porque el resultado no solo fue
en beneficio de todos, sino que, de alguna forma, todos consensuaron para legitimarlo.

BIBLIOGRAFÍA

Amaya González, R. I. (2013). Democratización sin represión, excepción en el caso colombiano el


movimiento estudiantil de la Séptima Papeleta o todavía podemos salvar a Colombia LK -
https://univdelosandes.on.worldcat.org/oclc/1049671143. In Revista de Derecho Público.
http://derechopublico.uniandes.edu.co/components/com_revista/archivos/derechopub/pub
364.pdf
Bobbio, N., & Bovero, M. (1984). Origen y fundamentos del poder político (J. Fernández (ed.)).
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Hobbes, T. (1984). Del Leviatán. Publicaciones Cruz O., S.A. https://books.google.com.co/books?
id=DqcgsEXrrZMC
Losada, R., & Casas, A. (2008). Enfoques para el analisis politico. In Libro. Pontificia Universidad
Javeriana.
Registraduría Nacional del Estado Civil. (2011, July). 20 años de la Constitución de 1991, ¿Qué ha
cambiado en materia electoral y de identificación? Nuestra Huella.
https://www.registraduria.gov.co/rev_electro/2011/rev_elec_julio/revista_julio2011.html

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