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MATER ET MAGISTRA

Mater et magistra es una carta encíclica del papa Juan XXIII que fue promulgada el 15
de mayo de 1961. Fue anunciada el día anterior ante miles de personas en un discurso
dirigido, a todos los trabajadores del mundo. El objetivo de esta encíclica es mantener
encendida la antorcha levantada por los grandes predecesores de la iglesia y exhortar a
todos a que acepten como luz y estimulo las enseñanzas de sus encíclicas, si quieren
resolver la cuestión social por los caminos más ajustados a las circunstancias de nuestro
tiempo. La encíclica está dirigida a los venerables hermanos patriarcas, primados,
arzobispos, obispos y demás ordinarios del lugar. Esta critica las realidades
deshumanizantes, para el hombre, pero se centra en dos grandes temas: la explotación
del trabajador y el régimen económico injusto que impera en muchas naciones.

El papa explica, como de cierta manera esta realidad surge a partir de la concentración
de poder en pocos, la concentración de bienes en manos de pocos, la perdida de la
visión por el bien común, la mala distribución de las riquezas, en resumen un régimen
económico injusto y deshumanizante. Esta encíclica defiende al trabajador a toda costa,
es decir, la iglesia defiende a toda aquella realidad en la cual el trabajador no sea
explotado, sino que trabaje lo justo según la ley mande, que no se le obligue a trabajar
más de lo debido, y si es así que se le pague lo justo por su esfuerzo extra, apoya con
alegría todo aquel régimen en el cual las decisiones pueda ayudar al desarrollo de las
partes involucradas en este caso.

Reafirma el carácter de derecho natural de la propiedad privada y también de su efectiva


difusión entre todas las clases sociales. La dignidad de la persona humana exige, como
fundamento natural para vivir, el derecho al uso de los bienes de la tierra, al cual
corresponde la obligación fundamental de otorgar a todos, en cuanto posible sea, una
propiedad privada. Enfatiza en el derecho de los trabajadores de:

 Sindicalizarse
 La necesidad de que los salarios estén de acuerdo con la dignidad humana del
trabajador y de su familia, con la aportación efectiva del trabajador la
posibilidad económica de la empresa y la situación económica general.

Juan XXIII sostiene en esta encíclica que una economía justa no solo depende de la
abundancia y distribución de bienes y servicios, sino que incluye el papel de la persona
humana como sujeto y objeto del bienestar.

Mater et magistra propone la cristianización de la familia, la empresa y sociedad a su


vez que debemos incentivar la vocación que debe tener cada cristiano y la vocación de
la iglesia para predicar, el superar la excesiva desigualdad entre los distintos sectores de
la sociedad y resistir los procesos económicos y políticos que ponen en peligro la
dignidad humana y la libertad.

Annery Paulino (2017-0451)

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