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SEMINARIO PONTIFICIO SANTO TOMÁS DE AQUINO

FACULTAD DE TEOLOGÍA

NATURALEZAY DESNATURALIZACIÓN DE LA FAMILIA SEGÚN EL


ORDEN DE LA GRACIA Y LABOR DEL MAGISTERIO ECLESIAL

Sustentante
Mackenzy Elie

Asesor
Rev. P. DR. Tomás Vladymir Pérez Candelario

Santo Domingo, R.D.


Abril 2023
2

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………….... 3
CAPITULO I
NATURALEZA DE LA FAMILIA…………………………………………….……….. 5
1.1. La familia como núcleo fundamental …………………..…………………...... 8
1.2. La familia en el Antiguo y Nuevo Testamento. …..…………………………. 12
1.2.1. Familia en el Antiguo Testamento …………………….……………..………. 13
1.2.2. Familia en el Nuevo Testamento…………………….…..………….………..... 17
1.3. La función de la familia en la sociedad………………………………….......... 20
1.4. Los hijos don de Dios y garantía de la fe para la sociedad ……………….........27
CAPÍTULO II
FENÓMENOS DE LA POSTMODERNIDAD Y LA SECULARIZACIÓN QUE
DESNATURALIZAN LA FAMILIA ……………………………………………….... 32
2.1. La familia y el feminismo. ………………………………….............................. 37
2.2. La familia y la ideología de género. ….………………………….……..……..... 40
2.3. La familia y sus “variantes”. Cultura de la muerte y divorcio. ………….……...46
CAPÍTULO III
LABOR DEL MAGISTERIO ECLESIAL RESPECTO A LA SITUACIÓN ACTUAL DE
LA FAMILIA Y REALIDADES PARTICULARES DE PROMOCIÓN Y
EVANGELIZACIÓN DE FAMILIAS PARA FAMILIAS…………………….…….....54
3.1. Concilio Vaticano II……………………...………………………………….….57
3.2. Humanae Vitae ……………………..…………………………………………..60
3.3. Teología del Cuerpo……………………………………………………....….….60
3.4. Evangelizar: misión familiar ………………………………………………......66
3.5. La familia corazón de la evangelización ……………………………………..…72
CONCLUSIÓN ………………………………………………………………………...80
Fuentes primarias ………………………………………………………………………83
Fuentes secundarias …………………………………………………..………………..84
3

INTRODUCCIÓN

De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia, la íntima comunidad de vida y amor


conyugal está fundada por el creador y provista de las leyes propias. El mismo Dios es el
autor del matrimonio. La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del
hombre y de la mujer, pues salieron de las manos del Creador. El matrimonio no es una
institución puramente humana. A pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir
a lo largo de los siglos en diferentes culturas, estructura social y actitudes espirituales. La
dignidad de esta institución no se trasluce siempre con claridad, existe en todas las
culturas un cierto sentido de grandeza de la unión matrimonial.

También de acuerdo al Catecismo de la Iglesia católica, la Sagrada Escritura deja ver


que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro. La mujer es la criatura más
semejante al hombre mismo le es dada por Dios como un auxilio, representando así a
Dios que es nuestro auxilio. Por eso deja el hombre a su padre y a su madre, termina con
su mujer y serán una sola carne. Lo que significa que es una unión indefectible de sus dos
vidas. El Señor mismo así muestra recordando cuál es el plan original de la creación.

El matrimonio debe estar abierto a la fecundidad del amor conyugal que se extiende a
los frutos de la vida, moral, espiritual y sobrenatural que los padres transmiten a sus hijos
por medio de la educación. En este sentido, la tarea fundamental del matrimonio de la
familia es estar al servicio de la vida. Es por ello que en el capítulo uno trataremos: La
naturaleza de la familia.

La familia es fuente de vida y esperanza, fuente de caridad, es el lugar donde las


personas viven, aman y aprenden a vivir y amar, y van edificando un hogar que conforma
íntimamente su existencia. Donde uno aprende a salir de sí para tener un encuentro con el
otro.
4

La labor magisterial de la Iglesia frente a la situación actual de las familias es


protegerla, servirle de guía y darle las bases para que se mantenga firme y fuerte ante los
fenómenos que desnaturalizan a la familia como son la cultura de la muerte y del divorcio
con todas sus variantes, la deformación de que es realmente el feminismo y la insistencia
de una agenda mundial que desea imponer la ideología de género, destruyendo la base de
la sociedad que es la familia.

Veremos como la Iglesia tiene una hermosa tarea: hacer que la familia encuentre y
viva su dignidad, porque cada día es más importante la misión de evangelizar,
acompañar, guiar a las familias y el rol que la misma juega para los hijos, la sociedad, el
mundo y la Iglesia misma. Hay un fenómeno que quiere destruirla, es la ideología de
género, esta ha hecho que perdamos la referencia de donde nos viene la vida, ha hecho
que creemos que el resultado de ser hombre o mujer viene por medio de la sociedad, y ha
hecho que creemos que somos seres neutros, pero, ¿esto es verdad?

Si ponemos a buscar una respuesta a esta pregunta, a lo largo de estas páginas vamos a
intentar hace un recorrido por ella como ha nacido, como se ha desarrollado y como se ha
adentrado dentro de nuestra sociedad, las falacias, los límites. Ante esta vamos a
proponer una vuelta a las raíces, una vuelta a la verdadera naturaleza cristiana, fuente y
vida. Con esta investigación pretendemos profundizar y mostrar el rol que juega la Iglesia
como lo visualizaremos en el capitulo tercero, luego de habernos enfocados en los
factores destructivos de la familia que abordaremos en el segundo capítulo.
5

CAPÍTULO I:
NATURALEZA DE LA FAMILIA
El término familia viene derivado del latín “famulus” que significa sirviente o esclavo.
Este término también es equivalente a “patrimonio” e incluía tanto a los parientes como a
los sirvientes de la casa del amo1.
El profesor Pérez- Soba sostiene que la familia es fuente de vida y esperanza; y la
define como el lugar donde las personas viven, aman y aprenden a vivir y amar, y van
edificando un hogar que conforma íntimamente su existencia2.
Para Wojtyla La familia tiene su origen en el mismo amor de Dios con el que, el Creador
abraza al mundo creado, según se expresa desde el principio la Sagrada Escritura en el
libro del Génesis (1,1).
La familia es la célula de la sociedad, compuesta por un grupo de personas que
comparten consanguinidad y donde hay vínculos afectivos y cohabitacionales para cubrir
necesidades en el ser humano para bien de su propio desarrollo integral . Entre los
numerosos caminos, la familia es el primero y el más importante. Es un camino común,
aunque particular, único e irrepetible, como irrepetible es todo hombre; un camino del
cual no puede alejarse el ser humano. En efecto, él viene al mundo en el seno de una
familia, por lo cual puede decirse que debe a ella el hecho mismo de existir como
hombre. Cuando falta la familia, se crea en la persona que viene al mundo una carencia
preocupante y dolorosa que pesará posteriormente durante toda la vida 3. Esta se define
por una serie de variables:
● Las variables estructurales: dependen del número de miembros, vínculos de
generación, número de hijos, edad y sexo.
● Las variables sociopsicológicas: dependen de valores, normas, ideologías,
hábitos de vida, funciones, límites y espacios.
● Las variables evolutivas: se dan de acuerdo a la inclusión (nacimiento), la
pérdida (muerte o divorcio) y por cambios (niñez, adolescencia, jubilación)4.
Estamos llamados a vivir en el amor y superar la soledad que nos empobrece,
llamados a vivir en familia. No es bueno estar solo, pues solos nos perdemos y no
1
M. DE LA CRUZ CAMPUSANO, “La familia”: Material Síntesis Moral-Canónica. Audiendas., 7.
2
Cf. ibid., 8.
3
JUAN PABLO II, Carta Gratissimam Sane (Librería Editrice Vaticana 1994).
4
A. CONTRERAS VARGAS, “Matrimonio y familia como fundamento de vida cristiana, aplicado a la
Parroquia San Vicente de Paul en Santiago de los Caballeros” (Santo Domingo, 2012) 123.
6

hallamos la verdad de nuestro ser, solo el amor nos hace plenos y el amor es salida de sí
mismo, perderse a sí mismo para encontrar al otro 5. La familia es pues, el lugar
privilegiado para aprender aspectos fundamentales para la vida social como son, el
sentido de la vida humana y las virtudes necesarias para vivir en comunión: la justicia, el
respeto, la cooperación, la solidaridad. Se ha convertido en uno de los principales temas
polémicos, no solo por la centralidad que tiene la familia para el ser humano, sabiendo
que es la institución primera y más importante de la sociedad, sino también porque está
siendo el principal foco de ataque por parte de muchos sectores de la sociedad, que
buscan sustituirla por otra forma de unión entre personas, y en búsqueda de
reivindicaciones de otras magnitudes6.
Dijo el padre Santiago Martin: la familia se salva dentro de la gran familia de la
Iglesia, pero de una Iglesia que se mantenga frente al mundo, que predique y practique el
Evangelio sin glosas y se enfrente a lo políticamente correcto, a las ideologías del
momento y a las modas del mundo7.
El catecismo de la Iglesia Católica define la familia como la célula original de la vida
social. Es la sociedad natural en que el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el
amor y en el don de la vida 8. Y partiendo de esta definición podemos decir que la familia
es el núcleo de la sociedad.

La familia, patrimonio de la humanidad, constituye uno de los tesoros más


importantes de los pueblos latinoamericanos. Ella ha sido y es escuela de la fe, palestra
de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y
responsablemente. Sin embargo, en la actualidad sufre situaciones adversas provocadas
por el secularismo y el relativismo ético, por los diversos flujos migratorios internos y
externos, por la pobreza, por la inestabilidad social y por legislaciones civiles contrarias
al matrimonio que, al favorecer los anticonceptivos y el aborto, amenazan el futuro de los
pueblos.

5
R. DOMÍNGUEZ BALAGUER, La nueva tiranía (Bendita María, Madrid 2021) 196.
6
M. DE LA CRUZ CAMPUSANO, El matrimonio y la familia (Susaeta, Santo Domingo 2016) 15.
7
Cf. R. DOMÍNGUEZ BALAGUER, La nueva tiranía, 227.
8
JUAN PABLO II, Catecismo de la Iglesia Catecismo (Librería Editrice Vaticana, Roma 1992) 486-487. En
adelante CCE.
7

Siguiendo al Dr. Mario Campusano: la familia es una institución intermedia entre el


individuo y la sociedad, y nada la puede suplir totalmente. Ella misma se apoya sobre
todo en una profunda relación interpersonal entre el esposo y la esposa, sostenida por el
afecto y la comprensión mutua9.

El padre, por su parte, tiene el deber de ser verdaderamente padre, que ejerce su
indispensable responsabilidad y colaboración en la educación de sus hijos. Los hijos, para
su crecimiento integral, tienen el derecho de poder contar con el padre y la madre, para
que cuiden de ellos y los acompañen hacia la plenitud de su vida 10. Es necesaria, pues,
una pastoral familiar intensa y vigorosa. Es indispensable también promover políticas
familiares auténticos que respondan a los derechos de la familia como sujeto social
imprescindible. La familia forma parte del bien de los pueblos y de la humanidad entera.

1.1. La familia como núcleo fundamental

Vemos como Dios no da espalda a la historia, Alonso Gómez, ha hecho comentario


sobre el motivo aparente de la huida de Jacob muy apropiado: la razón aparente de la
huida es el odio de Esaú. Sin embargo, la salida de Jacob no fue propiamente una huida
sino un envió en toda regla para buscar entre su familia lejana una esposa adecuada:
Llamó, pues, Isaac a Jacob, le bendijo y le dio esta orden: No tomes mujer de las hijas de
Canaán. Levántate y ve a Paddan Aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí
mujer de entre las hijas de Labán, hermano de tu madre (cf. Gn 28, 1-2). “Entonces en la
mente del patriarca está el mandato de Yahvé de no emparentarse con los habitantes de
las naciones paganas dando una hija a sus hijos ni tomando sus hijas para sus hijos para
que no se aparten del seguimiento de Yahvé y sirven a otros dioses (cf. Dt7, 2-4)”11.
El encuentro de Jacob con Raquel, la madre de Israel, se produjo junto a un pozo. Así
sucedió con Eliezer y Rebeca y ocurrirá con Moisés y Séfora. En la plenitud de los
tiempos, Jesús y la Samaritana coincidirán en el pozo de Sicar. “Las corrientes de agua
9
Cf. M. DE LA CRUZ CAMPUSANO, El matrimonio y la familia 16.
10
Alonso Gómez Fernández nos hace una relectura y profundización de la tarea de un padre, en la
convivencia inicio del fin de año 2021 en la Casa de Convivencia María de la Altagracia, donde desarrolló
una visión integral del padre (noviembre 2021).
11
A.G. FERNÁNDEZ, El tercer altar, anotaciones bíblicas al matrimonio (Amigo del Hogar, Santo
Domingo 2019) 81.
8

son símbolos de la vida que Dios da, especialmente en los tiempos mesiánicos (cf. Jn 7,
37-39), y también de la sabiduría y de la Ley que dan la Vida”12.
La vida familiar es el primer lugar de entrenamiento en las relaciones interpersonales.
Es el sitio donde se aprende a valorar la relación hombre-mujer, a comunicarse con otros,
a dar y recibir afecto, a hacer respetar derechos y asumir responsabilidades 13. Es una
unión que ha basado sobre la Ley de Cristo, “ish” hombre (‫“ )גברים‬isha” y la mujer (‫)ִאָׁש ה‬
es completa, no solo psicológicamente, espiritual y moral, como la de padres e hijos, sino
también física y conyugal.

La familia es el primer y más importante de los numerosos caminos que tenemos, es


un camino de santidad, iluminada por la palabra de Dios. Y también es único irrepetible,
cómo es irrepetible todo hombre en camino (cf. Rm 12, 4); del cual no se puede alejar el
ser humano. Esto es debido a que viene del mundo en el seno de una familia, por tal
razón puede decirse que se debe a ella el hecho mismo de existir. Cuando falta la familia
se crean en la persona que viene al mundo una carencia preocupante y dolorosa que
posteriormente le va a pesar durante toda la vida.

El origen de la familia es el mismo amor con el que se abraza al mundo creado como
está expresada al principio del libro del Génesis:
Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió, y
le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahveh Dios
había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces éste
exclamó: Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada
mujer, porque del varón ha sido tomada. Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y
se une a su mujer, y se hacen una sola carne (cf. Gn 2, 18-24).
Tras observar la palabra de Dios vamos a ver lo que dicen algunos autores, sobre este
contexto. Los rabinos por su parte se preguntan: ¿por qué Eva tuvo que ser creada de la
costilla de Adán. La respuesta es simple: Eva no fue creada de la cabeza de Adán porque

12
Cf. Ibid.,81.
13
Cf. L. O. LOZADA, Realidad y familiar 25.
9

no debe mandar y no fue tomada de los pies de Adán porque no es su esclava. Fue creada
de la costilla, que está cerca del corazón, para que siempre esté junto a él14.

Solo las personas son capaces de existir “en comunión” La familia arranca de la
comunión conyugal que el Concilio Vaticano II califica como “alianza”, por la cual el
hombre y la mujer se entregan y aceptan mutuamente15.

Por otro lado, San Juan Pablo II nos hablará de las ideas que frecuentemente se muestran
en este tema de investigación. En la encíclica Familiaris Consortio, pone de relieve cuatro
cometidos principales de la familia:
1. La formación de una comunidad de personas.
2. El servicio a la vida.
3. La participación en el desarrollo de la sociedad.
4. La participación en la vida y misión de la Iglesia16.

La familia es una isla de esperanza para la Iglesia.


Jesucristo establece el sacramento del matrimonio como núcleo de la familia, cuyas
características fundamentales de comunión, amor y unidad, son una imagen de la Iglesia
y, por tanto, del amor de Dios al hombre. La familia cristiana es llamada iglesia
doméstica porque manifiesta y realiza la naturaleza comunitaria y familiar de la iglesia en
cuanto familia de Dios17.
La Iglesia es el sacramento universal de salvación, por medio del cual, Cristo
manifiesta y realiza al mismo tiempo, el misterio de amor de Dios al hombre. Pablo VI
decía que la Iglesia es el proyecto visible del amor de Dios hacia la humanidad. Cuando
se habla de Dios como Padre del Verbo, del Hijo (cf. 1Jn 5, 7), se utiliza un lenguaje qué
sirve para iluminar el misterio de la Santísima Trinidad. Este lenguaje ayuda también a
descubrir la identidad de la familia como una comunidad de personas llamadas a existir y
14
F. G. VOLTAGGIO, Génesis 1: El hombre y la mujer en el proyecto de Dios (Verbo Divino Madrid 2010)
4.
15
A.C. LOPEZ TRUJILLO ET ALII, Varón y mujer los creó Comentarios y textos de la “Carta a las familias”
de Juan Pablo II, y “Carta de los derechos de la familia” (Edicep, Valencia 1994) 13.
16
JUAN PABLO II, Familaris Consortio, (Edicep C. B Valencia 1980) 30.
17
V. S. ANTONIO DÍAZ TOLEDO, Iniciación cristiana y vocación al matrimonio (Edicep, Valencia 2007)
94.
10

a vivir en comunión. Efectivamente, así como entre los esposos la unión consiste en la
armonía de las almas y en la unión de cuerpos, así también la Iglesia está unida a Cristo
por la voluntad y por la naturaleza, con lo cual la Iglesia quiere lo mismo que Cristo, el
tomo su figura de la naturaleza del hombre. La esposa esta, pues, unida espiritual y
corporalmente al esposo, es decir, por el amor y la conformidad de la naturaleza. La
imagen de esta doble unión se encuentra en el matrimonio18.
La armonía de los esposos expresa la unión espiritual de Cristo y de la Iglesia, que se
efectúa mediante el amor. Veremos también que la unión de los sexos expresa la unión
que se efectúa mediante la conformidad de la naturaleza. Hoy vemos el matrimonio como
imagen del amor de Cristo a la Iglesia y el matrimonio es el núcleo de la familia, si
vamos a hablar en término de familia, se entiende ésta como imagen del amor de Dios
hacia toda la humanidad tal como se expresa: “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen
suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. Y bendíjolos Dios, y díjoles
Dios: Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces
del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra” 19 (cf. Gn 1,
27-28).

Por ello solamente veremos una pincelada de lo que dirá Ramón Domínguez: sobre la
dignidad humana, que es una de la esencia que constituye el ser humano, la cual, viene
dada por Dios y como se ve reflejada en este texto por medio del “hagamos”: El varón y
la mujer se convierten en imagen de Dios (cf. Gn 1, 27), tanto en el momento de la
soledad como en el momento de la comunión y es así como lo afirma el Concilio
Vaticano II, cuando expresa que la familia es una comunidad íntima de vida y amor y,
por tanto, la familia es para los hombres imagen de ese misterio grandioso de amor y
unidad vivido en comunión con el Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En efecto como el carisma específico del matrimonio es que hombre y mujer, no
separadamente y de forma individual, sino en cuanto unidos en matrimonio, edifican la
Iglesia de Jesucristo, una, santa, católica y apostólica, tanto en ellos como en sus hijos y
de igual manera están llamados a edificar esa iglesia fuera de su hogar y edificarla en la

18
O. HERMANN PESCH ET ALII, Fe Cristiana y sociedad moderna (Ediciones S. M, Madrid 1985) 23.
19
Cf. ibid.
11

sociedad según su modalidad específica, es decir, los dos en una sola carne, con la misión
complementaria tan rica entre hombre y mujer como una unión indisoluble.

1.2. La familia en el Antiguo y Nuevo Testamento

Para hablar de la familia hay que hablar de matrimonio y en el Antiguo Testamento


hasta el Nuevo Testamento esta figura es muy relevante.
En los dos testamentos, es decir, en el encuentro entre la obra de Dios y la colaboración
del hombre en orden a la salvación, siempre indudablemente pertenece la primacía a la
obra de Dios: la cual comprende hechos y enseñanzas. Se trata de aquella frase típica que
usa Lucas (Hch1,1) al indicar el argumento de su Evangelio: “todas las cosas que Jesús
empezó a hacer y a enseñar” y que contiene precisamente aquel binomio que es
indivisible: hechos y dichos. En efecto, cómo dice (Hb 1,1): Dios habló antiguamente en
distintos momentos y de muchas maneras a los padres por los profetas..., En estos últimos
tiempos nos ha hablado en el Hijo20.

Para San Pablo el matrimonio es misterio en el sentido en que es imagen y


participación de la alianza de amor sellada entre Cristo y la Iglesia y a la vez porque
restablece la primera voluntad de Dios (Gn 2, 24) e ilustra por anticipación la unidad final
y eternal entre Cristo y la Iglesia21.
Considerando todos estos elementos, lo primero que encontramos como fundamental
es la palabra de Dios. Por lo que podemos partir de las intervenciones de Dios que está
situada sobre las coordenadas históricas, únicas e irrepetibles en sí, como, por ejemplo, la
vocación de Abraham o el hecho del éxodo o la elección de David o el exilio y la
correspondiente liberación o en extremo contrario el acontecimiento y la presencia de
Jesucristo en medio de los hombres de su tiempo y de su tierra.
Estos hechos, los del Antiguo Testamento, sobre todo, permanece en el pueblo como
puntos fijos de referencia a través de la memoria que de ellos se conserva y se transmite a
través de la tradición. El matrimonio se presenta como un hecho natural, especialmente
en el tipo de sociedad que se configuraba en el Israel más antiguo, siendo notorio que el
20
A. GIRBES EMILIO, Compendio de teología del matrimonio (Edicep Valencia 1991) 51.
21
Cf. M. DE LA CRUZ CAMPUSANO, El matrimonio y la familia 57.
12

matrimonio y la familia que se genera de él, representa el punto fuerte del grupo sobre el
que gira su consistencia y su continuidad haciéndolo absolutamente esencial.

1.2.1. Familia en el Antiguo Testamento

Como todos los hechos que tocan profundidad en la vida del pueblo, el matrimonio no
puede sustraerse al influjo de la fuerza que regula, anima y conduce toda aquella vida.
Por eso es considerado siempre en Israel como algo sagrado y a la luz del Dios creador y
Señor y al caer como cualquier hecho social bajo la tutela de la ley, se hace evidente que
debió regularse en aquel tiempo, en aquel ambiente por una ley religiosa.
Es una realidad sagrada en sí mismo el matrimonio, por el solo hecho de que viene de
Dios creador. Vemos en el libro de Tobías una especie de liturgia hebrea del matrimonio
en dónde están dos momentos significativos: los esponsales (erûsin) y las bodas (nissûin).
Hay un demonio llamado Asmodeo que quiere profanar la sexualidad, dañar a los
jóvenes. Vamos a ver la partida de Tobit por el mandato de su padre, no es por el dinero
el que le mueve a enviarlo, como piensa equivocadamente la madre, sino la realización de
un plan maravilloso que ahora está oculto y que el Señor ira desvelando en la historia.

El matrimonio es un lugar privilegiado para la realización de la interrelación humana


en la integridad del ser. La expresión definitiva es la lograda al final de la significación
dramática del segundo capítulo del Génesis, la unión del hombre y de la mujer es la que
logra la persona completa y obviamente en el matrimonio no se constituye el hombre
como imagen de Dios, de este Dios cuyo primer acto conocido por la Biblia de crear
lazos con la humanidad.
Podemos visualizar una introducción teológica del cuerpo del Antiguo Testamento en
el cual el matrimonio se sitúa en el plano de su carácter creatural. Poniendo de manifiesto
la concepción antropológica de la Biblia que está en el enfoque del trabajo: todo el
hombre puede considerarse como ser sensible, asiento de las relacionalidad y
comunicabilidad y como ser vivo. La perícopa que vamos a ver es la primera creación
del hombre que se encuentra en Gn 1, 26-28 la cual dice:
13

Y dijo Dios hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y
manden en los peces del mar y en las aves de los cielos y en las bestias y en todas las
alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al ser
humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. Y bendíjolos
Dios, y díjole Dios: sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla: mandad
en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la
tierra22. Parte de la identidad de la familia es la exigencia de ser reconocida como sujeto
social. Pero han de ser reconocidos el matrimonio y la familia naturales y tradicionales,
definiendo el matrimonio, que es la base de la familia, como la alianza por la que el varón
y la mujer constituyen entre si un consorcio de toda la vida23.

Estos constituyen quizás los versículos del Antiguo Testamento más comentado por los
24
padres . Por ello solamente veremos lo esencial de lo que dirán sobre la dignidad
humana, que es una de la esencia que constituye el ser humano, la cual, viene dada por
Dios y como se ve reflejada en este texto por medio del “hagamos”:
La Dignidad de la creación del hombre. Aún no se había usado esta expresión en ninguna
de las cosas que se habían hecho. Hágase la luz. Hágase el cielo, después aún no existía el
hombre y ya hubo deliberación en torno al hombre. No habló lo mismo que con respecto
a los demás seres: hágase el hombre. Reconoce tu propia dignidad. No te dio origen con
un mandato, sino que hubo una deliberación en el seno de Dios sobre cómo llevar a la
vida a un ser de tal dignidad. Gregorio de Nisa, Sermón sobre la creación del hombre, 1,
3 - 4. Dignidad Humana honrada por la deliberación de Dios.

Lo que veo que es muy importante de preguntar primeramente es ¿Por qué razón,
cuando se hizo el cielo no se dijo: hagamos, sino haya cielo, haya luz, y lo mismo en cada
parte de la creación, y sin embargo, pero aquí solamente se da esa palabra, el hagamos,
que implica consejo deliberación y consulta con otro de igual dignidad? ¿por tanto, quién
es pues, el que va a ser creado, que disfruta de la misma dignidad? ¡Es el hombre!, ese
22
Todas las citas Bíblicas utilizadas en el presente estudio, están tomadas de la Biblia de Jerusalén
(Bilbao: Desclée de Brouwer, 1990).
23
Cf. M. DE LA CRUZ CAMPUSANO, El matrimonio y la familia, 148.
24
ANDREW LOUTH, THOMAS C. Oden, Director de la edición en castellano Marcelo Merino
Rodríguez, La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia (Madrid: Ciudad Nueva, 2003), 88.
14

grande y admirable ser viviente al que Dios más honra entre toda la creación… este es el
motivo del consejo de la deliberación y de la consulta: no porque Dios necesite del
consejo ¡nada más lejos! sino porque así, en la misma forma de hablar, se nos muestra ya
el honor otorgado a la criatura. (Juan Crisóstomo, sermones sobre el Génesis 2,1).

Ante este texto San Jerónimo en su comentario a la Sagradas Escrituras nos dirá:
Selem significa ordinariamente una copia o reproducción exacta. Una vez más, la
aspereza de la expresión es atenuada por la edición de demut “semejanza”, que
ordinariamente significa parecido o similitud, el hombre por ser imagen de Dios es su
representante en la tierra como padre de la familia… La distinción de los sexos es de
origen divino y, por tanto, buena. El pleno sentido de la “humanidad” (Adam) solo se
realiza cuando hay un hombre y mujer. Pone buen cuidado en indicar que el procreador
del hombre no es una prueba de su semejanza divina (que alcanzaría una especie de
inmortalidad), sino el resultado de una bendición divina 25. Tomando en consideración el
comienzo del Génesis capítulo 12, Dios dice a Abraham sal de tu tierra nativa y de la casa
de tu padre y ve a la tierra que te mostraré y eso es el mandato y añade a continuación
haré de ti un gran pueblo te bendeciré y hare famoso tu nombre y servirá de bendición.
“Todo esto les acontecía en figura, y fue escrito para aviso de los que hemos llegado a
la plenitud de los tiempos” (cf. 1 Cor 10, 11). El matrimonio afrontado como hecho
interpersonal se asienta en el desarrollo de toda una reflexión típicamente sapiencial,
aunque también los once primeros capítulos del Génesis, tienen un carácter sapiencial
que tiene por objeto el bien del matrimonio entendido como la relación entre el hombre y
la mujer y no solo en el plano de la comunicación física, sino también, en el plano de la
verdadera y global intercomunión entre dos personas destinadas a formar aquella única
carne de la que habla el Génesis en el capítulo 2 versículo 4 qué es una especie de unidad
de persona. Este tipo de reflexiones con natural al pensamiento sapiencial que tiene como
objeto específico el bien del individuo en singular.
“A cualquier marido acepta la mujer, pero unas hijas son mejores que otras. La belleza de
la mujer recrea la mirada, y el hombre la desea más que ninguna cosa. Si en su lengua
hay ternura y mansedumbre, su marido ya no es como los demás hombres. El que
25
SAN JERÓNIMO desde la obra de RAYMOND E. BROWN, JOSEPH A. FITZMYER, ROLAND E. MURPHY,
OCARM., Comentario Bíblico San Jerónimo, (Cristiandad, Madrid 1971) 69-70.
15

adquiere una mujer, adquiere el comienzo de la fortuna, una ayuda semejante a él y


columna de apoyo. Donde no hay valla, la propiedad es saqueada, donde no hay mujer,
gime un hombre a la deriva. ¿Quién se fiará del ladrón ágil que salta de ciudad en ciudad?
Así tampoco del hombre que no tiene nido y que se alberga donde la noche le sorprende.”
(cf. Eclo 36, 21-27).

El texto sapiencial más significativo es Eclo 36, 21-27. En ese texto, así como en Eclo
25, 12-26 se afronta la relación hombre mujer desde distintos puntos de vistas con
matices cambiantes. El tema profético del amor de Dios por Israel nos ofrece dos tipos de
materiales expresivos sacado de la vida, de la relación interpersonal entre los hombres en
dónde primero se presenta a Dios como padre del Pueblo el segundo donde se describe la
relación del amor entre dios y el pueblo comuna relación conyugal siendo el punto clave
de partida.

Vemos en el libro de Ezequiel, de Isaías y del Cantar de los Cantares donde se expresa
la relación de amor entre Dios y su pueblo, la relación de amor entre el hombre y la mujer
que es dónde nace la familia, es fuerte el amor como la muerte (Ct8, 5-7). El Dr. Ramón
Domínguez ha hecho una linda reflexión de este pasaje. Estos últimos versos del Cantar
son un verdadero sello que cierra magníficamente este grandioso canto al amor.
La delimitación de este fragmento parece bastante clara: la interrogación de 8, 5
ejerce la función de introducir e inaugurar un nuevo cuadro, aunque mantiene cierta
relación con el anterior como la mención de la casa de la madre, que aparecía en 8, 2, y la
acción de despertar en contraste con el conjuro en sentido contrario, como se perdía en 8,
426. Al Nuevo Testamento este nos permitirá ver más allá las consideraciones que se
visualizan durante todo el Antiguo Testamento en torno a la creación y a la alianza del
matrimonio.

1.2.2. Familia en el Nuevo Testamento

26
R. DOMÍNGUEZ BALAGUER, Me desposare contigo para siempre (Bendita María, Valencia 2006) 199.
16

La línea y preocupación del Antiguo Testamento en torno a la alianza de Dios con la


humanidad es fundamental, ya que une la creación y la historia de la alianza desde el
Génesis, y le otorga una importancia capital entre familia y matrimonio. Y el Evangelio
de Mateo, que tiene una fuerte inspiración paleotestamentaria remarca esa línea y la
prolonga constantemente y podemos verlo donde habla de la genealogía de Jesucristo,
hijo de David, hijo de Abraham.

La creación, la historia de la salvación de Israel y la venida de Cristo, el Mesías,


constituyen el desarrollo histórico espléndido del misterio escondido de Dios antes de los
siglos. Con la propia Encarnación de la palabra como la realización definitiva de aquella
voluntad original de Dios y de todas las realizaciones históricas previas, Dios se une con
la humanidad, se entrega a ella hasta lo último del Don de su propia vida.

La institución del matrimonio es supuesta como una realidad social en el Nuevo


Testamento. Jesús no se refiere de forma inmediata al matrimonio como institución, sino
a la creación del hombre como ser masculino y femenino y a la unión de los dos en uno
solo, y pasa una declaración de principios que restablece el ideal original. Es en la
Eucaristía donde podrá no solamente entender lo que es el sentido último de la
sexualidad: el don de sí mismo en el cuerpo, sino donde podrá alimentarse de la presencia
del Señor que desde dentro de su subjetividad recompone e irriga sus dinamismos con la
fuerza de su Espíritu, haciendo que pueda vivir el don de sí mismo en su propio estado de
vida27.

El matrimonio monogámico e indisoluble, en el sentido de una alianza entre las


personas, siendo institución en la medida que resulta una estructura estable y permanente,
a partir de la relación que ordena a las personas la una a la otra y las une en un solo ser.
Desde la infrangible relación entre pareja se expresa la voluntad de Dios: Pero, en el
origen de la creación, Dios los hizo hombre y mujer.
Así lo atestigua el papa Pío XI en su encíclica Casi connubii; El matrimonio no fue
instituid por obra de los hombres, sino por obra de Dios, no fue protegido, confirmado ni

27
J. NORIEGA, El destino del eros, Perspectivas de moral sexual (Pelicano, Madrid 2005) 200
17

elevado con leyes humanas, sino con leyes del mismo Dios, autor de la naturaleza 28. Así
pues, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos serán una sola carne. De tal
forma que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios ha unido que no lo
separe el hombre29.

Los escritos del Nuevo Testamento, así como las Cartas, reclaman el respeto de todos
para el matrimonio como visualizamos en corintios: “Por lo demás, que cada cual viva
conforme le ha asignado el Señor, cada cual como le ha llamado Dios. Es lo que ordeno
en todas las Iglesias (cf. 1 Cor 7, 17).

Las Iglesias apostólicas se basan en un derecho emanado de la fe y quieren asegurar su


permanencia, en este sentido, formulan directrices morales y disposiciones jurídicas
orientadas a hacer vivir el matrimonio según la fe en las diferentes situaciones y
condiciones humanas, como se presenta en Colosenses y en la primera epístola de Pedro.
“Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a
vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas” (cf. 1 Cor 7, 17). Citando al Dr. Mario
Campusano: muchos, haciendo una lectura literal de este texto, han visto aquí una
discriminación hacia la mujer. Sin embargo, creemos que Pablo no pretende convertir en
palabra de Dios los condicionamientos de la época y los suyos, sino que lo que es
verdaderamente palabra de Dios es la relación de Cristo con la Iglesia, relación que ha de
ser modélica para el esposo y la esposa30.

Dentro del Nuevo Testamento encontramos lineamientos para la convivencia no solo


del matrimonio, sino también la convivencia como familia. Encontramos esas normas en
Mc 10, en Col, Ef, primera de Pedro y de Timoteo; en las que se conjugan para hacer
descubrir como comprender y vivir el matrimonio cristiano, y estos están condicionados a
la venida del Reino que Cristo ha instaurado. La enseñanza evangélica sobre el amor se
resume, ante todo, en la revelación, de la que forma parte. Este resumen se encuentra en

28
Cf. M. DE LA CRUZ CAMPUSANO, El matrimonio y la familia 25.
29
Cf. A. GIRBES EMILIO, Compendio de teología del matrimonio 83.
30
Cf. M. DE LA CRUZ CAMPUSANO. El matrimonio y la familia, 56.
18

estos dos textos que nos ha dicho el P. Mario Pezzi en una conferencia. La primera es de
San Juan, que afirma: “Dios es amor” (1Jn 4, 8). La segunda está tomada de la carta a los
Romanos de San Pablo, que dice: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros
corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (Rm 5, 5). De estos dos textos se
desprende claramente que cuando hablamos de amor con nuestras palabras o con nuestro
cuerpo, debemos tener siempre delante de los ojos que el amor humano es una
participación real del amor de Dios.

El amor matrimonial es participación real en el amor de Dios. Pero también el amor de


un hombre y de una mujer en todas las etapas de la vida, desde los llamados adolescentes,
hasta los aniversarios que llamamos “bodas de oro” no pueden nacer fuera de esta
participación en el amor de Dios31.

Las comunidades cristianas reciben directrices basadas en el valor especifico y la


dignidad del matrimonio cristiano: hombres y mujeres son iguales, como personas y
como pareja. Sobre la base para salvaguardar el derecho de la fe, que implica la
exigencia de vivir el matrimonio como un compromiso de fidelidad que debe a la fe
poder ser honrado, los pastores y doctores de la Iglesia primitiva se supieron
comprometido en el hecho de tener debida cuenta de las diferentes situaciones y
circunstancias al elaborar las normas pastorales, prácticas, éticas y jurídicas, que ayudan
a los fieles a realizar su matrimonio en el Señor.

En la historia de la Iglesia hasta nuestros días, no se puede dudar de que las


orientaciones marcadas por la primitiva Iglesia y quizá tomadas demasiado al pie de la
letra han ejercido una seria influencia sobre el desarrollo de las normas. En conclusión,
durante todo el Antiguo y el Nuevo Testamento Dios revela la importancia que tiene el
matrimonio como marco donde se forma, se educa y se evangeliza a la familia.

1.3. La función de la familia en la sociedad

Leónidas Ortiz, licenciado en Teología y Formación Sacerdotal, nos dice que el


primer aporte que realiza la familia a la sociedad es la formación de personas conscientes
y responsables de su propia dignidad humana. Una sociedad natural no puede tener
31
M. PEZZI, Catequesis sobre el magisterio de la Iglesia: amor y deseo, en: ID, Convivencia inicio
de curso del Camino Neocatecumenal (2022) 13.
19

varios fines igualmente primarios o principales pues el fin primario específica la obra.
Ahora bien, la sociedad conyugal tiene varios fines: la procreación, la ayuda mutua y
después de la caída, el remedio de la concupiscencia. Por tanto, el fin primario de la
sociedad conyugal es la educación de los hijos. Vemos una función más de los cónyuges.

En el momento del acto conyugal, el hombre y la mujer están llamados a ratificar de


manera responsable, la recíproca entrega que han hecho de sí mismos con la alianza
matrimonial. Ahora bien, la lógica de la entrega total del uno al otro implica la potencial
apertura a la procreación: el matrimonio está llamado así a realizarse todavía más
plenamente como familia32.

Una de la misión de la familia es educar a los hijos, la familia es la primera escuela de


los valores humanos en la que se aprende el buen uso de la libertad, aunque hay
inclinación de desarrollar en la niñez la intimidad de una persona y que permanezca toda
la vida como una emotividad favorable hacia un valor o como un rechazo espontáneo de
determinados comportamientos. En la misma línea, Mario Campusano ha dicho que la
familia es camino de la Iglesia.
El papa Juan Pablo II empieza este punto afirmando que la familia es el primer y más
importante camino del ser humano, quien viene al mundo, precisamente a través de ella y
cuando falta está a una persona, se le crea una situación de carencia muy preocupante y
dolorosa33.

La Iglesia, consciente de esto, se siente solidaria con las personas faltas de familia, las
acoge en su seno y le ofrece la posibilidad de ser su familia 34. Pues el amor de esta
familia es fuente de vida, además de ser principio de vida en la sociedad, es también un
lugar en el que se aprende la experiencia del bien común, de forma que la Iglesias hace
un discernimiento para acoger a estas personas en sus distintas situaciones35.

32
Cf. A. C. LÓPEZ TRUJILLO ET ALII. Varón y mujer los creó, 33.
33
Cf. M. DE LA CRUZ CAMPUSANO, El matrimonio y la familia, 137.
34
JUAN PABLO II, Carta a las familias, 2; PONTIFICIO CONSEJO PARA LA FAMILIA. Enchiridion de la
familia, 896-1084.
35
Cf. ibid.
20

No es habitual que la familia deje la educación de sus hijos en manos de este mundo,
lamentablemente muchas veces algunos programas televisivos o ciertas formas de
publicidad influyen negativamente y debilitan los valores recibidos en la vida familiar,
siendo las redes sociales uno de los principales focos de ataque hacia la familia del Siglo
XXI. Los padres deben prepararse para ser, con la propia vida, el ejemplo y el testimonio
de la felicidad a Dios y de la fidelidad de uno al otro en la alianza conyugal. Su ejemplo
es particularmente decisivo en la adolescencia, periodo en el cual los jóvenes buscan
modelos de conducta reales y atrayentes36.

En la familia aprendemos a cuidar de la casa común, la tierra, a cuidar de nosotros y


de los demás, pues en ella aprendemos a enfrentar las dificultades. Y es en la familia
donde empezamos a conocer a Dios, porque la familia está llamada a ser iglesia
doméstica. Dentro de una familia que se ha basado en la ley de Dios: por su índole
natural, el instituto del matrimonio y el amor conyugal están ordenados por sí mismos a
la procreación, donación mutua y a la educación de la prole37.
Siguiendo con ideas de Francisco Gil se hace mención expresa de los dos aspectos que se
orientan por su propia naturaleza al fin de la procreación y educación de los hijos: el
instituto del matrimonio y el amor conyugal. El matrimonio, es decir, tanto la institución
como el amor conyugal tienden a la procreación y educación de los hijos por su propia
naturaleza.

Las cartas de San Pablo a las comunidades cristianas de los primeros siglos, dirigidas
a Corinto, Éfeso, Tesalónica, Galacia, Roma, etc., son la mejor muestra de lo que es la
iglesia doméstica. Hay una belleza en el encuentro “yo- tú”: La relación yo- tú es fontanal
de la misma persona y, así mismo, condición de posibilidad y pilar de la relación
conyugal. Ya mostramos como la persona esta radicalmente abierta y dirigida hacia los
otros. Cerrarse en sí misma, no querer vivir como persona sino como individuo, es una
elección posterior. Pero el hecho originario es el de nuestra apertura a los otros. Por ello,
las otras personas no limitan a la persona, la hacen ser y desarrollarse. Ella no existe sino

36
E. BONETE, Ética de la sexualidad (Desclee De Brouwer Salamanca 2007) 92.
37
F. GIL HELLÍN, El matrimonio y la vida conyugal (Edicep, Valencia 1995) 140-141.
21

hacia los otros, no se conoce sino por los otros, no se encuentra sino en los otros. La
experiencia primitiva de la persona es la experiencia de la segunda persona38.

La familia es el escenario del primer desarrollo de la comunidad cristiana. Es el lugar


en dónde nace la fe, allí se cultiva y desde su ambiente íntimo se irradia. Estás cartas
escritas por San Pablo vemos las comunidades cristianas en su primera etapa, las familias
enteras se reunían en las casas y se iban agregando parientes amigos y vecinos
convirtiendo así la casa en un lugar de culto, pero ante todo significado el grupo de
personas que se reúnen (Rm16,..): “saludad también a la Iglesia que se reúne en su casa.
Saludad a mi querido Epéneto, primicias del Asia para Cristo. Saludad a María, que se ha
afanado mucho por vosotros. Saludad a Andrónico y Junia, mis parientes y compañeros
de prisión, ilustres entre los apóstoles, que llegaron a Cristo antes que yo. Saludad a
Ampliato, mi amado en el Señor. Saludad a Urbano, colaborador nuestro en Cristo; y a
mi querido Estaquio”.
Otro aspecto importante que podemos destacar en la doctrina matrimonial de san Pablo,
dos características fundamentales que es bueno tenerlas en cuenta según, Mario
Campusano.

A) San Pablo se sitúa en línea de continuidad con el relato personalista de Génesis 2


sobre la creación de la primera pareja. Mediante esta narración presenta el gran
misterio del amor de Cristo a la Iglesia.
B) Realiza una incorporación de su teología matrimonial a un contexto teológico más
amplio, o sea, el cristológico y el eclesiológico, por medio de lo cual explica
como el matrimonio cristiano solo se entiende desde su relación con Cristo, en su
realización eclesial.
A lo largo del capítulo 16 de Romanos, Pablo menciona varias iglesias domésticas y a
cristianos aislados perteneciente a familias paganas que aún no se han convertido en su
totalidad, así como también, menciona casas enteras. Sin embargo, descubre que no se
trata una familia aislada sino de la comunidad que se reúne entorno a la familia, a unos
esposos que sirven de conexión para los nuevos cristianos y en cuyas casas en cierta
manera brindan la hospitalidad necesaria en la práctica y la difusión de la fe.
38
Cf. D. PRIETO, Antropología de la familia, 78.
22

En la familia, “que se podría llamar iglesia doméstica” (LG, 11), madura la primera
experiencia eclesial de la comunión entre personas, en la que se refleja, por gracia, el
misterio de la Santa Trinidad. “Aquí se aprende la paciencia y el gozo del trabajo, el amor
fraterno, el perdón generoso, incluso reiterado, y sobre todo el culto divino por medio de
la oración y la ofrenda de la propia vida” (CCE 1157).

De esta manera, en la comunidad que ha sido unida, se ve la plenitud de la Iglesia, por


eso, más allá de una casa física y aún de miembros de una sola familia, se entiende, de
acuerdo a San Pablo, que la iglesia local se reunía en la casa de un cristiano.
En las cartas pastorales se observa que el nivel de organización eclesiástica es distinto,
pues se habla de la Iglesia en su conjunto, con el nombre de casa de Dios. Pero si tardo,
para que sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la Iglesia de Dios vivo,
columna y fundamento de la verdad39.

Es por ello, que podemos decir que una de las funciones de la familia es la de
evangelizar. La familia tiene un carácter misionero, por ser como el matrimonio, una
comunidad salvada y salvadora. Para abordar la participación de la familia en la misión
de la Iglesia, Juan Pablo II lo refiere a Jesucristo Sacerdote, Profeta y Rey y presenta el
matrimonio y la familia cristiana con una triple misión: profética, sacerdotal y regia 40.

a) Comunidad creyente y evangelizadora (misión profética)

Acogiendo por fe, la palabra de Dios y anunciándola con obras y palabras es que el
matrimonio y la familia cristiana viven su cometido profético.
Por tanto, son dos los aspectos que resaltan en la misión profética de la familia: 1) es la
exigencia de un proceso de maduración en la fe que lleva consigo el deber de la
educación permanente; y 2) el anuncio de la buena nueva a los demás, es decir, el
Evangelio hecho vida. La familia es un bien necesario para los pueblos, un fundamento
indispensable para la sociedad y un gran tesoro de los esposos durante toda su vida es un
39
Cf. M. DE LA CRUZ CAMPUSANO, El matrimonio y la familia, 50.
40
J.
MARIA JAVIERRE, Totus Tuus: El mensaje de Juan Pablo II (Edicep Valencia, 2014) 260.
23

bien insustituible para los hijos, que han de ser fruto del amor, de la donación total y
generosa de los padres41. Proclamar la verdad integral de la familia, fundada en el
matrimonio como iglesia doméstica y santuario de la vida, es una gran responsabilidad de
todos42. La familia es la verdadera medida de la grandeza de una nación, del mismo modo
que la dignidad del hombre es la autentica medida de la civilización43.

La familia cristiana, hoy, sobre todo, está llamada a ser testigo de la alianza pascual de
Cristo, mediante la constante irradiación de la alegría del amor y de la certeza de la
esperanza, la que da la razón.
En la medida que la familia cristiana acoge el Evangelio y madura en la fe, se hace
comunidad evangelizadora en la que todos sus miembros evangelizan y son
evangelizados. “El tú y, en él, el nosotros, preceden al yo. En este sentido, afirma Buber
que el acontecimiento fontanal es la relación y el encuentro: “Toda vida verdadera es
encuentro… Relación es reciprocidad. Mi tú me afecta a mí como yo le afecto a él.
Vivimos inescrutablemente incluidos en la fluyente reciprocidad universal44”

A eso era que se refería Juan Pablo II, cuando afirmó que la futura evangelización
depende en gran medida de la iglesia doméstica, porque una familia con esas
características se hace evangelizadora de otras familias más. Por eso vemos la
conferencia Episcopal Española que ha dicho: El Evangelio del matrimonio comienza
con una buena noticia: el matrimonio es una vocación (cf. 1Cor 7, 7, 17). Es el anuncio
de la existencia de un plan de Dios anterior a todo proyecto humano, porque todo hombre
ha sido creado por amor y ha sido llamado al amor45.

Por tanto, la familia debe formar a los hijos para una nueva vida por amor a los de
más, de manera que cada uno cumpla su cometido de acuerdo con la vocación recibida de
parte de Dios.

41
Cf. M. De La Cruz Campusano, El matrimonio y la familia, 16.
42
BENEDICTO XVI, Discurso en el V encuentro mundial de las familias (Valencia del 08-07-2006).
43
Cf. J. MARÍA JAVIERRE, Totus Tuus: El mensaje de Juan Pablo II, 264.
44
Cf. DOMÍNGUEZ PRIETO, Antropología de la familia, 78.
45
CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, La familia santuario de la vida y esperanza de la sociedad (Gran
familia de Madrid 2001) 59.
24

La misión evangelizadora de la familia también es de una dimensión universal,


católica, en efecto, la familia cristiana está llamada con su ejemplo y testimonio a
iluminar a los que buscan la verdad.

b) Comunidad en diálogo con Dios (misión sacerdotal)


El fundamento de la misión sacerdotal de los cónyuges y de la familia radica en el
sacerdocio bautismal vivido en el sacramento del matrimonio, mediante el cual, todo el
quehacer diario se transforma y se convierte en un sacrificio espiritual. La oración
conyugal y familiar es el complemento que necesita la proclamación de la palabra, para
conseguir que el matrimonio y la familia se transforme en la iglesia doméstica, siendo en
esa iglesia doméstica en la que la transmisión de la fe encuentra el clima adecuado que le
permite que se haga vida.

Así en el ámbito de las relaciones personales tiene lugar el despertar religioso de los
hijos, siendo el hogar, lugar privilegiado para aprender a orar, es ahí donde se ejercita el
sacerdocio bautismal del padre, de la madre, los hijos y demás miembros de la familia, en
la oración, en la acción de Gracias, en la recepción de los sacramentos, con el testimonio
de vida, etcétera y es donde se aprende el amor fraterno, el gozo del trabajo, el perdón
generoso y el culto divino mediante la oración. Pedro Lombardo nos hablará de la
naturaleza del matrimonio, da por sentado en sus sentencias, escritas hacia 1150, que el
matrimonio es un sacramento, e inicia su exposición sobre el matrimonio con esa
afirmación. Luego continua: El matrimonio, por ser un sacramento, es también un signo
sagrado y de una realidad sagrada, concretamente de la unión de Cristo y de la Iglesia,
como dice el Apóstol (Ef 5, 31s)46.

La oración familiar es germen e inicio del diálogo de cada hombre con Dios, la
oración debe formar parte de todos los acontecimientos de la vida de la familia. Porque la
iglesia es una familia, la familia de los hijos de Dios, la que todos tenemos, un mismo
padre Dios y una misma madre, la Iglesia. “El hombre y la mujer son, por lo tanto, uno
ante el otro, “cara a cara”, como los querubines en el arca de la alianza que tenían sus

46
Cf. HERMANN ET ALII, Fe cristiana y sociedad moderna, 22-23.
25

rostros en dirección el uno hacia el otro (cf. Ex 25,20) y entre los cuales moraba la
Shekhinah, la “Presencia divina”, como para indicar que solo en el reconocimiento del
rostro del otro, es decir en la comunión, Dios se hace plenamente presente47.

c) Comunidad al servicio del Hombre (misión regia)


La misión regia de la familia cristiana es el servicio, por eso, el matrimonio y la
familia cristiana está al servicio de cada hombre, considerado siempre en su dignidad de
persona y de hijo de Dios, esta misión debe llevarse a cabo, primero a nivel interno en
beneficio de los propios cónyuges, tratando de crear una auténtica comunión de personas
basadas en el amor, este amor debe extenderse al resto de la familia, principalmente a los
hijos y también a la comunidad eclesial y fuera de ella. La Virgen María acogió con amor
perfecto al Verbo de la vida, Jesucristo, que vino al mundo para que los hombres tengan
vida en abundancia (cf. Jn 10,10). A ella le encomendamos a las mujeres embarazadas, a
las familias, a los agentes sanitarios y a los voluntarios comprometidos de muchos modos
al servicio de la vida48.
La familia tiene el compromiso de formar a los hombres para el amor de modo que
debe permanecer abierta a la comunidad, consciente de la propia responsabilidad hacia
toda la sociedad. Para que se cumpla el plan de Dios sobre la paternidad y el amor
responsable, el sacramento del matrimonio otorga a los cónyuges una fuerza más que les
conducirá eficazmente a Dios: les ayudará y fortalecerá en la sublime misión de la
paternidad y la maternidad49.

1.4. Los hijos don de Dios y garantía de la fe para la sociedad

Empezaré este punto de esta manera: la vida del hombre recibe su ritmo de una
meditación que la penetra y la hace fluir, señalando los momentos fundamentales de la
existencia: el nacimiento, el amor, el trabajo y la muerte.

47
Cf. F. G. VOLTAGGIO, Genesis 1: El hombre y la mujer en el proyecto de Dios, 15.
48
J. GASCO CASESNOVES. El papa con las familias, toda la enseñanza de Benedicto XVI sobre la familia
(BAC Popular Madrid 2006) 104.
49
U. SÁNCHEZ GARCÍA, Matrimonio, familia y felicidad (Sociedad de educación Atenas, Madrid 1990) 60.
26

Estudiando con: Ramón Domínguez. Vimos como Nietzsche entendió que el final del
camino como es el nihilismo. Y, por tanto, resulta inútil pretender mantener el edificio de
la convivencia humana responsable y de la democracia, toda vez que se han quitado sus
cimientos y, aunque se intenta apuntalarlo con todos los medios posibles, dado que el
abismo que abre a nuestros pies es demasiado aterrador y profundo, comienza a
resquebrajarse por sus estructuras más frágiles, como son la vida más inocente de los
niños no nacidos y la vida más débil y menos útil de los enfermos, los minusválidos,
tanto físicos como psíquicos, y los ancianos50.

En el Nuevo Testamento, la esterilidad es temida como una maldición, mientras que la


prole numerosa es considerada como una bendición: “La herencia del Señor son los hijos,
recompensa el fruto de las entrañas” (Sal 127/126,3; cf. Sal 128/127, 3-4) 51. Gianfranco
Ravasi ha apreciado como la ley de Dios, a este punto se pasa a la otra tabla de nuestro
díptico: con el Señor se tiene sobre todo el don de los hijos, vistos como la recompensa y
la bendición más alta para con los justos. Entre otras, hay que recordar que en hebreo
“construir” e “hijo” se parecen fonéticamente (banh/ben)52.

“La herencia de Yahveh son los hijos, recompensa el fruto de las entrañas” 53. De
acuerdo con su promesa, Dios prestó atención a Sara y cumplió con lo que le prometió,
así que ella quedó embarazada y le dio un hijo a Abraham cuando él ya era muy anciano.
Los hijos son por excelencia el don, la gracia divina (v.3), por las razones concretas a las
que se hizo alusión, pero también porque garantizaban la continuidad de la familia y el
recuerdo de los padres. Por siguiente ha dicho Gianfranco Ravasi que el salmo 127
termina precisamente con una escena oriental: el padre, como un jeque, rodeado de su
numerosa y vigorosa prole, se abre espacio entre la multitud que se agolpa en la puerta de
la ciudad.

“Yahveh visitó a Sara como lo había dicho, e hizo Yahveh por Sara lo que había
prometido. Concibió Sara y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el plazo predicho por

50
R. DOMÍNGUEZ BALAGUER. El cordero, la mujer y el dragón (Bendita María, Madrid 2013) 12.
51
JUAN PABLO II. El valor inviolable de la vida humana (BAC, Madrid 1995) 69.
52
G. RAVASI, Una comunidad lee los salmos (San Pablo, Bogotá 2011) 485-486.
53
Cf. Sal 127, 3
27

Dios. Abraham puso al hijo que le había nacido y que le trajo Sara el nombre de Isaac.
Abraham circuncidó a su hijo Isaac a los ocho días, como se lo había mandado Dios.
Abraham era de cien años cuando le nació su hijo Isaac. Y dijo Sara: Dios me ha dado de
qué reír; todo el que lo oiga se reirá conmigo. Y añadió: ¿Quién le habría dicho a
Abraham que Sara amamantaría hijos?; pues bien, yo le he dado un hijo en su vejez.
Creció el niño y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete el día que destetaron a
Isaac.”54.

Los autores sagrados afirman con mayor o menor claridad, que el origen mismo y la
maravilla del proceso evolutivo del embrión humano, más que de los padres, dependen de
la fuerza y de la actividad creadora de ese Dios que es el mismo vida y fuente de vida.

El valor que las Sagradas Escrituras le atribuyen a la vida que nace y se desarrolla en
el seno materno aparece, al menos implícitamente, en las promesas y elecciones que
acompañan el nacimiento de algunas grandes figuras bíblicas, sin que se pueda hacer
valer el hecho de que se trata de casos excepcionales. Es casi la escenificación ideal de la
familia colocada bajo la mirada benévola del Señor. El escritor francés Pierre Corneille
(1606-1684) acudía precisamente a nuestro salmo cuando formulaba este augurio nupcial:
Las mujeres de nuestras familias sean como viñas fecundas que rodean las casas. Ellas les
darán los frutos más dignos prometidos por un amor perfecto55.

La fuerza del argumento no está en lo excepcional del caso sino en lo que supone la
base común a todo ser humano. Por tanto, los hijos son una bendición concedida por el
dador de la vida, Dios.

El núcleo familiar no debe aislarse de la familia ampliada, donde están los padres, los
tíos, los primos e incluso los vecinos. Jesús les recordaba a los fariseos que el abandono

54
Cf. Gn 2-1, 1-8
55
Cf. F. RAVASI, Una comunidad lee los salmos, 488-489.
28

de los padres está en contra de la Ley de Dios: Porque todo el que pide recibe; el que
busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo
que le pide pan le dé una piedra; ¿o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues,
vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro
Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! Por tanto, todo
cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta
es la Ley y los Profetas. Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y
espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella.56.

A nadie le hace bien olvidarse de ser hijos, y en las Escrituras desde el Génesis el
Señor nos habla del compromiso que tienen los hijos con los padres, por tanto, en los
hijos se garantiza la transmisión de la fe aprendida de los padres, así como las enseñanzas
y la perpetuidad de la vida humana concedida por el don de Dios.

Francisco Argüello (Kiko), el iniciador del camino Neocatecumenal, nos hace pensar
en nuestra vocación diciendo en una convivencia en Roma: Estar dispuestos a anunciar a
Cristo, salvación eterna para todo hombre y esto sabemos que se hace fundamentalmente
a través de la comunidad cristiana. En este sentido, la célula base de la comunidad
cristiana es la familia: iglesia doméstica, donde el hombre se hace adulto y se prepara a
recibir el destino celeste que le confía el Señor57.

Vio Israel a los hijos de José y preguntó: ¿Quiénes son éstos? Dijo José a su padre:
Son mis hijos, los que me ha dado Dios aquí. Y él dijo: “Tráemelos acá, que yo les
bendiga”. Los ojos de Jacob se habían nublado por la vejez y no podía ver. Acercóselos,
pues, y él los besó y los abrazó. Dijo Israel a José: “Yo no sospechaba ver más tu rostro,
y ahora resulta que Dios me ha hecho ver también a tus hijos”. José los sacó de entre las
rodillas de su padre, y se postró ante él rostro en tierra. José los tomó a los dos, a Efraím

56
Cf. Mt 7, 8-13
57
“Economía de la Salvación”, Término utilizado por los padres de la Iglesia, y en la Constitución
Dogmática Dei Verbum n. 2, llamado “Economía de la Revelación”.
29

con la derecha, a la izquierda de Israel, y a Manasés con la izquierda, a la derecha de


Israel, y los acercó a éste. Israel extendió su diestra y la puso sobre la cabeza de Efraím,
aunque era el menor, y su izquierda sobre la cabeza de Manasés: es decir que cruzó las
manos, puesto que Manasés era el primogénito; y bendijo a José diciendo: el Dios en
cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que ha sido mi pastor
desde que existo hasta el presente día, el Ángel que me ha rescatado de todo mal, bendiga
a estos muchachos; sean llamados con mi nombre y con el de mis padres Abraham e
Isaac, y multiplíquense y crezcan en medio de la tierra58.

Nos recuerda la Gaudium et Spes que la familia es una escuela del más rico
humanismo. Para que pueda lograr la plenitud de su vida y misión se requieren un clima
de benévola comunicación y unión de propósitos entre los cónyuges y una cuidadosa
cooperación de los padres en la educación de los hijos (GS 52).

La alianza de amor y fidelidad, de la cual vive la Sagrada Familia de Nazaret, ilumina


el principio que da forma a cada familia, y la hace capaz de afrontar mejor las vicisitudes
de la vida y de la historia. Sobre esta base, cada familia, a pesar de su debilidad, puede
llegar a ser una luz en la oscuridad del mundo. “Lección de vida doméstica. Enseñe
Nazaret lo que es la familia, su comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su
carácter sagrado e inviolable; enseñe lo dulce e insustituible que es su pedagogía; enseñe
lo fundamental e insuperable de su sociología 59. Termino este capítulo tomando las
palabras de Wojtyla sobre la verdad del amor. Se trata de enseñar la verdad sobre el tema
de amor, una verdad que forma parte de nuestra fe y que debemos proclamar y predicar
en la pastoral. Esta predicación debe ser autentica, es decir, evangélica60.

58
Cf. Gn 48, 8-16.
Cf. M. PEZZI, Catequesis sobre el magisterio de la Iglesia: amor y deseo, 20.
59
Cf. FRANCISCO, Amoris Laetitia, 66.
60
M. PEZZI, Mamotreto, para la formación de los jóvenes y matrimonios (Madrid 2022) 4.
30
31

CAPÍTULO II:
FENÓMENOS DE LA POSTMODERNIDAD Y LA SECULARIZACIÓN QUE
DESNATURALIZAN LA FAMILIA
32

a) Postmodernidad
Para poder ver este capítulo, es esencial saber todo lo que ha pasado en la
sociedad durante el s.XX, ya que todo lo que ha sucedido es importante para después
poder entender la postmodernidad y la secularización e ideología de género. A nuestro
alrededor ocurren cosas. Más bien ocurren muchas cosas y esto genera complejidad.
Precisamente las cosas ocurren donde hay complejidad. Por lo tanto, la realidad no es
fácil entenderla. A veces, se trata de explicar esta realidad, lo que solo sirve para
confirmar qué ideología se encuentra atrás, oculta, o bien con que superficialidad se
tratan o se quieren ver acontecimientos que han sucedido y que suceden, debido a una
completa y total ignorancia. Jorge M. Bergoglio ha escrito un libro en el que ve como la
corrupción lleva a perder el pudor que custodia la verdad, el que hace posible la
veracidad de la verdad. El pudor que custodia, además de la verdad, la bondad, belleza y
unidad del ser61.

El mismo fue introducido al campo filosófico por el filósofo francés Jean François
Lyotard, quien habló de “la condición posmoderna”, en 1979. Desde entonces, es un
término con carácter universal que encierra o expresa el suceder contemporáneo y que
pretende dejar atrás la tradición filosófica que abarca, de una manera muy general, desde
René Descartes (1596 - 1650), a Friedrich Nietzsche (1844 - 1900).
Se llaman filósofos posmodernos aquellos para quienes la modernidad ha
terminado, al menos en algunos rasgos fundamentales; rasgos a los cuales se hará
referencia más adelante. No obstante, si bien por época todos deberían ser posmodernos,
no todos participan de las ideas de la posmodernidad. El término posmoderno aparece,
por primera vez, en el campo literario, en la obra: Antología de la Poesía Española e
Hispanoamericana, del crítico literario español Federico de Onis, en 1934, como una
corriente que reacciona frente a las exageraciones del modernismo literario. Ese mismo

61
J. M. BERGOGLIO, Corrupción y pecado papa Francisco (Biblioteca El Mundo, Madrid 2013) 43-44.
33

año, un poco más tarde, el término es empleado por el historiador británico Arnold
Toynbee en A Study of History, para señalar la nueva etapa histórica de la civilización
occidental, a partir de 1875, con el surgimiento del Imperialismo62.

El término posmodernidad se emplea para hacer referencia a una amplia gama de


fenómenos culturales, que se alejan de la formalidad intelectual de la modernidad y se
aproximan a formas más eclécticas y populistas de la diversidad y de la creatividad en
general.
Se puede concluir que lo posmoderno es un concepto sin una definición precisa, cuya
aproximación se refiere a las diferencias respecto al concepto de moderno, sin embargo,
posee un denominador común que es en líneas generales, según los posmodernos, lo que
se resume en algunos elementos que interpretan como signos de la modernidad. En
efecto, la modernidad se caracteriza por:
1. La creencia en soluciones mesiánicas y absolutas del mundo.
2. La propensión a hablar en términos de “nuevo” y de “superación”.

Sigmund Freud, ha dicho: “yo soy un nuevo Moisés, que ha elaborado unas tablas
nuevas para la humanidad, porque soy el que tiene que sacar del abismo a tantos pueblos,
que viven esclavos de este faraón de la palabra de Dios”, él conoce muy bien a Moisés y
el libro sagrado, Son millones y millones los que leen a Freud y de él dicen: tú tienes
razón, tú eres un profeta de la modernidad, como Darwin. Hay, además, una humillación
psicológica por la que el hombre se encuentra sujeto a perturbaciones de su mente.
Después vino Jean Paul Sartre el mayor filósofo del siglo XX, al que toda Francia
admira, y ¿qué dice Jean Paul Sartre en su libro El ser y la nada, en su novela La náusea?
: Dios no existe, el hombre viene de la nada, y va a la nada, el hombre es una pasión
inútil, la vida no tiene sentido; y aparece el existencialismo moderno que es pesimista;
pero añade, seamos adultos reconozcamos la verdad, no seamos como estos infantiles,
que sueña con un paraíso, que sueña con un Dios, con seres como cuento de hadas.

Frente a estas ideas matrices, los posmodernos proponen otras ideas:

62
R. ESTRADA, El concepto de posmodernidad en Gianni Vattimo (Bogotá 1998) 1.
34

1. Desconfianza de pensamiento ante las soluciones totalitarias y legitimadoras.


2. Formas de pensamiento débiles e inestables, que puedan ser mutables.

b) Secularización

Para entender lo que Vattimo quiere decir con pensamiento débil, es necesario tener
claro lo que significa secularización. La palabra secularización deriva del adjetivo latino
saecularis y se refiere a las diferencias entre las cosas de este mundo y las cosas del cielo.
Califica los quehaceres mundanos, los asuntos terrenales y no necesariamente espirituales
tanto de personas como de instituciones. El término surgió en los siglos XVI-XVII, en el
campo jurídico para indicar el cambio de un religioso al estado secular.

Adquirió importancia sociológica, teológica y filosófica en los siglos XIX y XX para


expresar una forma de relación entre sociedad contemporánea y cristianismo, lo cual
implica una pérdida de sacralidad. Sin embargo, no es posible entender las concepciones
de secularización en el s. XX sin entender sus orígenes en el pensamiento de Hegel, y
específicamente en el concepto hegeliano de mundanización, concepto con el cual se
explica la manera como se forma y realiza el mundo moderno que es una realización
histórica y filosófica de la teología cristiana del hecho de la encarnación de Dios en la
historia y en la muerte de Dios como anunciara Nietzsche como un adelanto, o más bien
como una profecía donde ya se contemplaba la autodestrucción tanto de la metafísica
como de la teología, a raíz de los nuevos pensamientos y planteamientos que volvían
insostenibles las antiguas creencias63.

Ciertamente algo anda mal, podemos expresar que es nuestra civilización occidental
que desprende un hedor de muerte. Y la semilla de muerte ha sido plantada justamente en
la parte del mundo que se denominaba cristiana y por personas que provenían de una
tradición cristiana. Es nuestro mundo el que está a punto de desmoronarse, corroído
desde dentro porque, la soberbia humana ha ida abandonando paulatinamente a Dios
hasta llegar a suplantarlo por completo. No hay otra razón. Si eliminamos a Dios, Señor

63
Cf. R. ESTRADA, El concepto de posmodernidad en Gianni Vattimo, 48.
35

de vida, únicamente nos quedamos con la muerte 64. Se puede organizar una sociedad sin
Dios se ha hecho muchas veces, pero como decía Henri de Lubac, será una sociedad
contra el hombre.

La secularización es un proceso que refleja los profundos cambios que han sufrido las
sociedades contemporáneas. La influencia del cristianismo ha sido sustituida por la
influencia y el poder de los Estados, medios de comunicación, a los grupos de poder
económico y político. El esquema religioso de valores también ha sido vulnerado. Sin
embargo, la necesidad de autonomía humana afincada en la secularización no es ajena a
un anhelo de trascendencia que todo ser humano se formula en alguna etapa de su vida.
Una mirada objetiva a la dinámica de la secularización permite entender que ella es
posible porque forma parte del mismo designio de Dios. De este modo, la secularización
es una necesidad de nuestro tiempo afín a la búsqueda de sentido y trascendencia65.

Hay una muerte del hombre en la familia en el día de hoy, como una realidad. Parece
que esa muerte acontece no solo espacialmente fuera de la casa de la familia, sino
también temporalmente, en el momento en que el sujeto humano ha dejado de tener una
familia, hijos. Hay un punto que nos hace ver Rocco: por un lado, no son solamente el
enfermo, y el anciano, en cuanto enfermo, los que sufren un cierto alejamiento de la vida
de la familia. El alejamiento se extiende también al anciano con buena salud. Los hijos
crecen, forman una familia. Las circunstancias de la vida moderna, y la situación del
mercado inmobiliario y de los alquileres, obligan a que a menudo el lugar de residencia
de los hijos este alejado de aquel en que se quedan los padres66.

En la Constitución Gaudium et Spes, el Concilio describe ampliamente los rasgos


característicos del mundo, que considera como signos de los tiempos. Son los cambios
rápidos, profundos y de expansión mundial, que caracterizan al hombre moderno,
condicionan su mentalidad individual y conforman su conciencia colectiva. Estos rasgos

64
R. DOMÍNGUEZ, La nueva tiranía (Bendita María, Madrid 2021) 135.
65
J. SALVADOR, Reflexión teológica sobre la secularización, (Universidad La Salle México 2012), 123.
66
B. ROCCO, La persona y la familia (Biblioteca Palabra, Madrid1998) 133.
36

se dan en el orden científico técnico y en el cultural de los valores, en el orden social,


económico y político, en el orden psicológico, moral y religioso. Todos estos cambios
producen discrepancias, desequilibrios y conflictos en el mundo mientras se consolida la
tendencia a establecer un nuevo orden político, social y económico al servicio del
hombre, para bienestar de todos los hombres, como realización de una vida digna.

Estamos en un momento de profundos cambios sociales, económicos y políticos; de


urgentes problemas éticos, culturales y medioambientales; pero también de
comunicaciones más intensas entre los pueblos, de nuevas posibilidades de conocimiento
y diálogo en el que debemos de anunciar la esperanza del Evangelio. Los seres humanos
sienten el ensanchamiento del mundo y de sus anhelos, que deben ser decididamente más
universales. A pesar de las diferentes culturas y contextos, el icono para dar cuenta de la
novedad es estar profundamente unidos67.

2.1. La familia y el feminismo

El feminista nació en el siglo XIX y resurgió en los años 60. La propuesta del
feminismo radical es romper la servidumbre sexual de las mujeres con diferentes
instrumentos que van desde el aumento del uso de los medios anticonceptivos hasta la
legalización del aborto asistido, también por el rechazo de la heterosexualidad como
única forma de relación sexual normal y no desviada 68. Como muy bien expresó
Monseñor Víctor Masalles, el feminismo no es malo, pero radicalizarlo si, por que es
llevarlo al extremo, porque da apertura a la tergiversación del movimiento feminista. Por
eso Manuel Burgos planto una pregunta: ¿Tiene razón el feminismo? En parte si y en
parte no. Las feministas han visto con agudeza algunas situaciones injustas, pero han
exagerado tanto sus críticas que han acabado por perjudicar a las mismas mujeres a las
que teóricamente querían beneficiar; además, pocas veces se han preocupado de ofrecer
alternativas viables69.

67
Cf. J. SALVADOR, Reflexión teológica sobre la secularización, 128.
68
M. PEZZI, Mamotreto para el retiro, de la familia que está en la Mission Ad Gentes (La pizarra, Madrid
2022) 21.
69
J. BURGOS, Diagnóstico sobre la familia (Biblioteca Palabra Madrid 2004) 99.
37

El feminismo es un movimiento de emancipación de la mujer. Como la mayoría de


los grandes movimientos sociales, como el liberalismo en política, el derecho al amor en
moral, es un movimiento confuso en el que se encuentran tendencias extremistas o
moderadas muy diversas que están polarizadas alrededor de una idea única: la decadencia
femenina y el derecho de la mujer a la igualdad con el hombre. Por ello, para entenderlo
es preciso situarlo dentro de la evolución general del posmodernismo.

De Lubac considera el positivismo de Comte, con sus promesas de liberar al hombre


del “yugo insoportable” de lo trascendente, no tanto el antagonista como el aliado de las
corrientes marxistas y nietzscheanas que reinan en el clima espiritual de hoy en día.

Comte también tuvo una significativa influencia en las áreas del cientifismo, donde las
ciencias empíricas arrojan fuera la metafísica; en el relativismo, donde la verdad es la
primera víctima; y en el feminismo, donde las mujeres son consideradas seres más
morales que los hombres. Ha tenido una marcada influencia en el avance de la causa del
humanismo secular, que, al no deber nada a Dios, no duda en promover la contracepción,
la esterilización, el aborto y la eutanasia por todo el mundo 70. El debilitamiento de la
presencia materna con sus cualidades femeninas es un riesgo grave para nuestra tierra.

Valoro el feminismo cuando no pretende la uniformidad ni la negación de la


maternidad. Porque la grandeza de la mujer implica todos los derechos que emanan de su
inalienable dignidad humana, pero también de su genio femenino, indispensable para la
sociedad. Sus capacidades específicamente femeninas en particular la maternidad le
otorgan también deberes, porque su ser mujer implica también una misión peculiar en
esta tierra, que la sociedad necesita proteger y preservar para bien de todos71.

Antes, el papel esencial de mujer consistía en la atención de los hijos la creación del
hogar, que era como una extensión física de su capacidad de acogida materna. Los hijos y
el hombre se sentían allí protegidos afectivamente, comprendidos, atendidos, queridos.
70
M. BENJAMÍN, Arquitectos de la cultura de la muerte (Ciudadela Libros Madrid 2007) 101.
71
Cf. FRANCISCO, Amoris Laetitia, 173.
38

La estabilidad emocional del marido estaba asegurada y la vuelta al hogar con la esposa y
los hijos esperando anhelantes su regreso, era un momento esperado con gozo en los
momentos difíciles del trabajo72.

El derecho a la vida de los seres humanos no nacidos no depende del poder de otro, ni
de su permiso o aprobación. Está anclado en su humanidad. Al igual que una cosa es
amada como consecuencia de su bondad (en lugar de ser buena como consecuencia de ser
amada), un derecho existe antes de ser reconocido, y no depende de este reconocimiento.
Cabría esperar de Thomson, en cuanto “feminista”, que entendiese que una mujer es
digna no porque un hombre le dé su aprobación o le preste atención, sino porque ella
misma es algo bueno73.
Agustín Laje expresó: La segunda ola nace de la teoría marxista, en especial por
la teoría de la familia de Engels: En la familia la mujer es el burgués y la mujer es el
proletariado74.
Laje aborda una somera explicación sobre las llamadas “olas” del feminismo que
han degenerado en el hembrismo, cuyo motor no es la defensa de la mujer sino el odio
al varón.
La primera ola del feminismo, con origen en el Renacimiento, reclamaba en un
primer momento la incorporación de la mujer al mundo académico. Tomó fuerza en el
siglo XVIII con las revoluciones burguesas, reclamando igualdad legal y acceso a la
ciudadanía para la mujer75.
Mientras que la primera ola feminista tenía principios ideológicos, la segunda ola
nace de la teoría marxista, en especial por la teoría de la familia de Engels: En la familia
el hombre es el burgués y la mujer es el proletariado76.

72
Cf. B. J. MANUEL. Diagnóstico sobre la familia, 98
73
Cf. M. BENJAMÍN, Arquitectos de la cultura de la muerte, 111.
74
A. LAJE, La Estafa del feminismo en cinco minutos, en: https://www.actuall.com/familia/agustin-laje-
explica-en-5-minutos-como-el-feminismo-llego-a-convertirse-en-el-hembrismo-que-odia-al-varon/ (17 de
febrero 2023).
75
Cf. ibid.
76
Cf. ibid.
39

La ideología de género es la comprensión anticientífica de nuestra sexualidad que


la desarraiga de los componentes naturales, de tal forma que la sexualidad pasa a ser un
constructor de la cultura, sostiene Agustín Laje77. Se tiende así el puente entre la lucha de
clases y la lucha de sexos, con la particularidad de que la mujer debía, para liberarse en el
plano sexual, subordinarse a la lucha del obrero, con lo que se vio cada vez más esclava.
En ese sentido, sostiene Laje, la segunda ola del feminismo fracasó78.

Así es como llega la tercera ola del feminismo, de la mano de Simone de


Beauvoir y su libro ‘El segundo sexo’ en el que pontifica que “no se nace mujer, se llega
a serlo”. Esta concepción de la mujer está en la base de los fundamentos ideológicos de
la ideología de género79.

Laje subraya que esta ideología no es sino la comprensión anticientífica de


nuestra sexualidad que la desarraiga del componente natural para dejarle a la cultura un
espacio monopólico, de tal forma que la sexualidad pasa a ser un constructor de la
cultura.

Esta tercera ola se radicaliza cada vez más y se concibe más como un
“hembrismo” que como un movimiento feminista. Es decir, no está motivado por el amor
a la mujer, su dignidad y valor personal y social, sino por el odio al hombre80.Esta
intuición está unida a su capacidad física de dar la vida. Sea o no puesta en acto, esta
capacidad es una realidad que estructura profundamente la personalidad femenina.

2.2. La familia y la ideología de género

En primer lugar, vamos a considerar los fenómenos de la postmodernidad y la


secularización. En segundo lugar, vamos a enfocar las consecuencias en la familia. Este
movimiento ataca a la tradición. La tradición es la que nos hace ser hoy lo que somos, ya
77
Cf. ibid.
78
Cf. ibid.
79
Cf. ibid.
80
Cf. ibid.
40

que gracias a lo que nos han transmitido nuestros predecesores tenemos una cultura, una
enseñanza y unos valores, es decir, en la tradición se mantiene nuestro saber y nuestra
cultura, por lo tanto si rompemos con ella todo se viene abajo, porque la tradición
significa transmitir una serie de conocimientos, unos valores, y una enseñanza a la
siguiente generación, por lo tanto si nos quitamos de encima la tradición se acaba con la
sociedad y con la cultura.

Este acontecimiento lo podemos ver por ejemplo a través de Simón de Beauvoir y su


obra “Segundo sexo” en el que ataca directamente a la tradición, principalmente romperá
con la tradición familiar, partiendo de la base que la vida siempre ha sido una lucha entre
ambos sexos, en la cual los hombres siempre han dominado y sometido a las féminas,
para ello dirá, en uno de sus puntos, que la liberación de la mujer se dará cuando derribe
las conductas sexuales tradicionales consiguiendo así la autonomía sexual81.

Para poder desarrollar que es la ideología de género primeramente vamos a ver que es
una ideología y después veremos algunas ideologías del s. XX, para así después poder
definir de una manera más sencilla, lo que es la ideología de género.
La ideología es: un cuerpo doctrinal cerrado, con pretensiones de dar una explicación
de toda la realidad y, por ende, de brindar pautas universales de comportamiento. Parte de
una premisa indemostrable -porque es falsa-, y a partir de ella, se van deduciendo las
consecuencias82.

Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente


llamada gender, que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer.
Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico
de la familia. Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que
promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas
de la diversidad biológica entre hombre y mujer. La identidad humana viene determinada
por una opción individualista, que también cambia con el tiempo.

81
J. MARTÍNEZ GUISASOLA, La Ideología de Género, génesis filosófica desarrollo doctrinal e incursión
jurídica (Sevilla: Punto Rojo, 2018) 73-90.
82
Cf. ibid.., 158-159.
41

Es inquietante que algunas ideologías de este tipo, que pretenden responder a


ciertas aspiraciones a veces comprensibles, procuren imponerse como un pensamiento
único que determine incluso la educación de los niños. No hay que ignorar que el sexo
biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir, pero no
separar. Por otra parte, la revolución biotecnológica en el campo de la procreación
humana ha introducido la posibilidad de manipular el acto generativo, convirtiéndolo en
independiente de la relación sexual entre hombre y mujer83.

Ahora queda claro que aquí está en juego la visión del ser mismo, de lo que
realmente significa el ser humano. Cita la famosa frase de Simone de Beauvoir: “La
mujer no nace, se hace” (Une femme ne naît pas, elle devient). En estas palabras se da el
fundamento de lo que hoy, bajo el término “género”, se presenta como una nueva
filosofía de la sexualidad. En este mismo tenor, Ramón Domínguez nos muestra que en
esta filosofía el sexo ya no es dato originario de la naturaleza que el hombre debe aceptar
y llenar personalmente de sentido, sino que es un rol social sobre el que se decide de
forma autónoma, mientras que hasta ahora era la sociedad la que lo decidía.

Frente a los intentos de desmontar la estructura familiar pieza por pieza, la


enseñanza del Santo Padre es una barrera moral de autoridad reconocida, incluso por
quienes no comparten nuestra fe. El Santo Padre ha tomado un texto clave del concilio
Vaticano II, al cual muchas veces hace referencia. Como afirma el Concilio, el hombre
“es la única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma” (n. 9; Gaudium et
Spes, 24).
Ramón Domínguez nos hace saber cómo en este siglo esta ideología está fuerte, el
rodillo de la ideología de género y el transexualismo avanza arrollando todo lo que
encuentra a su paso, dejando tras de sí un campo yermo y desolado, como se decía que
ocurría allí por donde pasaban los caballos de Atila. Un vacío de sin sentido absurdo, de
una ideología insensata que quiere imponerse aplastando todo lo que se interponga a su
paso84.

83
Cf. FRANCISCO, Amoris Laetitia, 56.
84
Cf. R. DOMÍNGUEZ, La nueva tiranía, 211.
42

Víctor Masalles en el desayuno de la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Santo


Domingo expresó: “La ideología de género es un conjunto de ideas no científicas que
desarraigan de la sexualidad humana su naturaleza y la explican de acuerdo a la
cultura”85.

Tipos de ideologías del Siglo XX


Vamos a poner como ejemplo las dos ideologías más relevantes de todo el siglo
pasado, la ideología comunista y de la ideología nazi, desarrollemos de una forma breve
ambas ideologías: la ideología comunista, ha sido la más perversa de todo el s. XX, y que
ha acabado con la vida de más de 100 millones de personas, partiendo de una premisa
“Todos los fenómenos históricos se pueden explicar a partir de una lucha dialéctica entre
clases: la clase opresora y la clase oprimida”. Sabemos que esta afirmación es falsa
porque la mayoría de las guerras no es una lucha de clases ni todos los fenómenos
históricos se pueden explicar desde la lucha dialéctica y de clases, pero si un ideólogo
hace que se lo crea la masa puede conseguir sus objetivos, lo mismo pasó con la segunda
ideología que fue más perversa del s. XX.

Esta es la ideología nazi la cual acabo con más de 25 millones de personas, esta
ideología parte de la siguiente premisa “La raza aria es superior a todas las demás” es
muy obvio que esto es falso, pero Hitler subió al poder a través de la democracia e hizo
que el pueblo alemán se lo creyera después de que tras la 1ª Guerra Mundial fuera el
pueblo alemán hundido86.

En este trabajo vamos a ver la ideología de género que parte de la premisa, “todo ser
humano es neutro”, todos sabemos que esta afirmación es falsa, no hace falta ser médico,
para saber que esto es falso, somos seres sexuados nuestra biología lo demuestra y no

85
V. MASALLES, Fundación palabra y vida realiza desayuno-conferencia, Conferencia de Monseñor
Víctor Masalles, Obispo de Baní en el Desayuno Anual de la Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de
Santo Domingo. Junio 2019. Santo Domingo, en: https://ced.org.do/la-cuestion-del-genero/. (05 de febrero
2023).
86
Notas de Alonso Gómez, una conferencia del 2022 noviembre.
43

somos seres neutros veamos cómo nace, como se está desarrollando y con qué limites se
encuentra87.
A este respecto es interesante lo que dice el Papa Francisco en Amoris Laetitia 56:
Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender,
que niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Ésta presenta una
sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia. Esta
ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una
identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad
biológica entre hombre y mujer.

Quería distinguir claramente la atracción hacia el mismo sexo, de los grupos gay. Con
la intención de ayudar a los padres cuyos hijos en la edad de la pubertad sufren por
sentirse atraídos por el mismo sexo. De hecho, los homosexuales no solo quieren un
reconocimiento público y civil de sus derechos, sino que forman “lobbies” que ejercen
una fuerte presión sobre aquellos que sienten esta tendencia, para tener un
reconocimiento oficial por parte de la Iglesia, y acceder a los Sacramentos sin la
Confesión88.

El Magisterio de la Iglesia Católica es por tanto: Madre y Maestra.


Desde la década de 1970, la Iglesia se ha enfrentado al problema emergente de los
fieles a los que les atrae el mismo sexo, ofreciendo algunas indicaciones para los pastores
respecto a los fieles católicos con esta tendencia. Indico solamente algunos fragmentos
tomados de dos documentos de la Congregación para la Doctrina de la Fe89.

Límites que sobrepasa la ideología de género.

87
Apuntes de la conferencia realiza en la Casa de Convivencia María de Altagracia, por el padre: A.
GÓMEZ. (29 de octubre 2022).
88
Cf. R. DOMÍNGUEZ, En una conferencia en el Seminario Redemptoris Mater de Santo Domingo Sábado
22 de octubre 2022.
89
J. RATZINGER, Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la pastoral de las personas
homosexuales, Roma, de la sede de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en:
https://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/
rc_con_cfaith_doc_19861001_homosexual-persons_sp.html, (20 de febrero 2023).
44

La ideología de género se ha topado con tres límites muy grandes los cuales están
intrínsecos tanto, en la sociedad como en la persona y estos son: el límite moral, el límite
legal, y el límite corporal90.
Limite moral: Este obstáculo es evidente porque la ideología de género pretende
cambiar totalmente el concepto de moralidad, pero ¿Por qué se rige la moralidad? La
moralidad se rige por la Ley Natural, que es la ley escrita intrínsecamente dentro del
hombre y que nos hace decir que está bien y que está mal, Santo Tomás dirá “que es
participación de la ley eterna en la criatura racional”. Sí, nos guste o no nos guste hay una
ley eterna establecida por Dios y que es común y rige a todo hombre y la cual nos hace
saber qué está bien y qué está mal91.

Y esto lo sabe la ideología de género, es decir, los ideólogos, por eso pretenden crear
el relativismo moral, implantando postulados bajo el sello de una falsa “libertad”, por
ejemplo, si yo quiero mantener relaciones sexuales con mi hija de 11 años y los dos
queremos, déjanos y respeta mi opinión, a pesar de saber que está mal. Cambiando así el
eje y dejando que gobierne el deseo y los sentimientos en vez de la razón.

Y aquí mencionaremos una autora y un libro comentado anteriormente, Shulamith


Firestone con su obra. “La dialéctica del sexo”, parte de la idea de que las mujeres
constituyen un grupo oprimido y su causa es la biología. Pero lo más importante de esta
autora es que habla de la liberación sexual infantil, los niños están oprimidos y por ello
hay que liberarlos sexualmente, haciendo que ellos practiquen la sexualidad, porque
todos los niños están capacitados para ello, por eso hablará de que las madres son las que
tienen que iniciar sexualmente a los niños, incluso que la primera felación se la tendría
que hacer la madre.
Límite legal: Con el segundo límite que se encuentra es el límite legal. Aquí en
República Dominicana la ideología de género se ha encontrado con dos instituciones que
le han frenado. Estas son la de la familia y el matrimonio. Para que se pueda implantar la
ideología de género tiene que acabar con ellas si no, no puede imponerse, por eso
estamos viendo que las leyes principalmente van contra del plan de Dios algunos
90
Apuntes del padre Alonso Gómez, en una Convivencia de seminaristas.
91
Ibid.,
45

ejemplos son como son: las leyes promulgadas en Europa, la Ley del divorcio exprés, la
Ley del aborto, la recién instaurada Ley de la Eutanasia son: algunas de estas leyes que
pretenden acabar tanto con la familia como con el matrimonio, y otra forma de derribarlo
es redefiniendo los conceptos, y diluirlos dentro de otra definición que no tiene la
totalidad del significado que lo compone.
Límite corporal: El tercer y último límite con que se encuentra la ideología de género
es el corporal y a la vez es el más problemático para ellos, porque la biología del ser
humano, lo hace ser un ser sexuado, es decir, nos hace ser hombre o mujer, esto va
intrínseco en nosotros si nosotros nos hacemos un estudio cromosómicamente te dice si
eres hombre o mujer, además tenemos un sexo gonádico que también nos dice qué
somos, y por último tenemos un sexo genital, por lo tanto, la ideología de género se
encuentra claramente con un gran obstáculo, y este obstáculo es el propio cuerpo de cada
uno, y aunque hay evidencias y clarividencia en esto la ideología de género ha intentado
borrarlo y eliminarlo92. Benedicto XVI nos dirá que la ideología de género es la última
rebelión de la criatura contra su Creador, porque esta intenta acabar con nuestro propio
cuerpo, con nuestra identidad, con nuestros principios con lo que somos.

2.3. La familia y sus “variantes”. Cultura de la muerte y divorcio

Bajo la presión conjunta de los avances técnicos y de la opinión pública, se han


propuesto leyes nuevas en muchos campos relacionados con el respeto de la vida y de la
familia, concerniente a cuestiones delicadas de la transmisión de la vida, la enfermedad y
el fin de la vida, pero también al lugar de la familia y al respeto del matrimonio.
La Iglesia afirma claramente que el matrimonio ha de estar abierto a la transmisión de
la vida humana. Precisamente esta es su misión más ennoblecedora y dignificante. No
obstante, es preciso tener en cuenta que cuando el matrimonio no alcanza los hijos
esperados no por ello pierde su razón de ser, ya que se realiza la entrega reciproca de
amor, al tiempo que los esposos pueden abrirse con especial solicitud al servicio de la
Iglesia, de la sociedad o de otros fines legítimos y ennoblecedores.

El aborto
92
Cf. ibid.
46

La familia es la institución de la vida. Como su fin primario es la transmisión de


la vida, las agresiones a esta constituyen otras tantas agresiones a la familia. Aborto,
reproducción asistida, eutanasia, en suma, todo lo que afecta a la vida, desnaturaliza la
familia. Comencemos por el aborto que es una agresión a la familia porque ataca a uno de
sus fines fundamentales, al primario: la transmisión de la vida 93. En la cuestión del aborto
resultan afectados aspectos morales, jurídicos, políticos e incluso científicos que conviene
distinguir. En cualquier caso, el Derecho no puede suplantar o sustituir a la moral. Ni
tampoco puede pretender estar por encima de ella, ni erigirse en la única moral vigente u
obligatoria94.

Tomando la palabra del padre Alonso: Es muy interesante constatar como desde
el Antiguo Testamento hasta nuestros días existen muchos datos históricos a favor de la
vida.
En el Antiguo Testamento no hay ninguna condenación expresa el aborto provocado
no porque estuviera aprobado, sino porque se apreciaba tanto la vida humana que no se
estimaba necesario tener una legislación penal en contra. En un primer momento eran las
tres causales, pero no, ahora a los 40 días se puede abortar, después de los seis meses
también se puede abortar, en Nueva York una mujer puede abortar cuando quiera, aunque
sea con 9 meses. En República Dominica, por más que ha intentado imponernos esta
ideología de todas las formas posibles, tanto con recursos económicos y con bombardeo
social95.

La vida comienza con la concepción como declaran las escrituras: Como no sabes
cómo viene el espíritu a los huesos en el vientre de la mujer encinta, así tampoco sabes la
obra de Dios que todo lo hace.

Si hasta los cielos subo, allí estás tú, si en el sol me acuesto, allí te encuentras. Si tomo
las alas de la aurora, si voy a parar a lo último del mar, también allí tu mano me conduce,

93
I. SANCHEZ CAMARA, La familia la institución de la vida (La Esfera de los Libros, Madrid 2011), 83.
94
Cf. ibid.
95
Cf. Apuntes de la conferencia realiza en la Casa de Convivencia María de Altagracia, por el padre: A.
Gómez. (29 de octubre 2022).
47

tu diestra me aprehende. Aunque diga: Me cubra al menos la tiniebla, y la noche sea en


torno a mí un ceñidor, ni la misma tiniebla es tenebrosa para ti, y la noche es luminosa
como el día. Porque tú mis riñones has formado, me has tejido en el vientre de mi madre;
yo te doy gracias por tantas maravillas: prodigio soy, prodigios son tus obras. Mi alma
conocías cabalmente, y mis huesos no se te ocultaban, cuando era yo formado en lo
secreto, tejido en las honduras de la tierra. Mi embrión tus ojos lo veían; en tu libro están
inscritos todos los días que han sido señalados, sin que aún exista uno solo de ellos96.

Esto mismo recibe su confirmación última en la Encarnación, cuando Dios envía a su


propio hijo a asumir la naturaleza humana en la unidad de una persona, lo hace desde el
seno virginal de María. No dejando dudas de que ahí empieza su existencia humana, así
como tampoco del valor que esta existencia, aún embrionaria, tiene a los ojos de Dios.
Aborto, se cierran a la vida, por la fama y el dinero, la seguridad idolátrica, como el
pueblo de Israel, sacrifican “a sus hijos y a sus hijas a los demonios” (Sal 106,37).
Experimentos con células madres donde se desechan personas por millares. Experimentos
con embriones, por un espíritu utilitarista, los descuartizan cromosómicamente y mueren
luego de la extracción de las llamadas células madres97.

El desengaño que quizás sentimos por la falta de una condenación del aborto,
explícita y categórica, en la Biblia, queda compensada, y con creces, por la afirmación
positiva y clarísima de la vida y su valor a los ojos de Dios.

El Concilio Vaticano II afirma que la vida ya concebida ha de ser salvaguardada con


extremos cuidados, el aborto y el infanticidio son crímenes abominables.

Pablo VI dijo que la vida del hombre es sagrada, nadie puede atentar contra ella. Y en
la encíclica de la vida humana habló con firmeza sobre el acto matrimonial, la vida
humana y los métodos artificiales entre otras cosas. Expresaba que el respeto a la vida
humana se impone desde que comienza el proceso de la generación y qué es un grave
pecado. Al mismo tiempo, esta llamada sobrenatural subraya precisamente el carácter
96
Cf. BIBLIA DE JERUSALÉN (Desclée De Brouwer, Bilbao: 1990).
97
R. DOMÍNGUEZ, Requiem por Europa (Grafite, Bilbao 2007) 138-143.
48

relativo de la vida terrena del hombre y de la mujer. En verdad, esa no es realidad


“última”, “sino penúltima”; es realidad sagrada, que se nos confía para que la
custodiemos con sentido de responsabilidad y la llevemos a perfección en el amor y en el
don de nosotros mismos a Dios y a los hermanos98.
He aquí dos testimonios. El primero de Gandhi: Me parece claro como la luz del día
que el aborto es un crimen. El segundo, de Pier Paolo Pasolini: Soy contrario a la
legalización del aborto porque la considero una legalización del homicidio. Ninguno de
los males que se pretende suprimir con el aborto es mayor que el mal que el aborto
entraña en sí mismo99

La eutanasia

La vida nueva, recibida en el bautismo, no está sometida a la corrupción y al poder de


la muerte. Para quien vive en Cristo, la muerte es el paso de la peregrinación terrena a la
puerta del cielo, donde el Padre acoge a todos sus hijos.

La enfermedad, la desventura, o la vejez que llevan a la muerte repercuten en toda la


vida familiar. La experiencia de luto se vuelve particularmente dolorosa cuando la
pérdida afecta a los pequeños y a los jóvenes. Está dolorosa experiencia requiere una
atención pastoral especial, entre otras cosas a través de la implicación de la comunidad
cristiana. La valoración de la fase conclusiva de la vida es hoy más necesaria cuando más
intenta camuflarse de todas maneras el momento del tránsito.

La fragilidad y dependencia del anciano a veces son explotadas malvadamente por


mero interés económico. Numerosas familias nos enseñan qué es posible afrontar las
últimas etapas de la vida usando el sentido del cumplimiento y de la integración de toda
la existencia del misterio pascual. Gran número de ancianos quedan acogido en
estructuras eclesiales, dónde pueden vivir en un ambiente sereno y familiar en el plano
material y espiritual.

98
Cf. JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, 2.
99
Cf. I. SANCHEZ CAMARA, La familia la institución de la vida, 85.
49

La eutanasia y el suicidio asistido son graves amenazas para las familias en todo el
mundo. Su práctica es legal en muchos estados. La Iglesia, a la vez que refuta firmemente
esta práctica, siente el deber de ayudar a las familias que atienden a sus miembros
ancianos y enfermos, y de promover por todos los medios la dignidad y el valor de la
persona hasta el término natural de la vida.

La familia protege la vida en todas sus etapas y también en su ocaso. Por eso, a
quienes trabajan en las estructuras sanitarias se les recuerda la obligación moral de la
objeción de conciencia. Del mismo modo, la Iglesia no sólo siente la urgencia de afirmar
el derecho a la muerte natural, evitando el ensañamiento terapéutico y la eutanasia, sino
también rechaza con firmeza la pena de muerte 100. La vida humana es sagrada e
inviolable.

La vida humana es sagrada porque desde su inicio comporta la acción creadora de


Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo
Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término: nadie, en ninguna
circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano
inocente. Con estas palabras la Instrucción Donum vitae expone el contenido central de la
revelación de Dios sobre el carácter sagrado e inviolable de la vida humana101.

Jack Kevorkian es el médico estadounidense, que planto una idea muy falsa. El primer
caso sucedió en Alemania, y fue la base para una película propagandística producida en
1941: Ich klage an (Yo acuso). El objetivo de los productores era promover la idea de que
las personas incapacitadas no son dignas de seguir viviendo, y de que la eutanasia puede
ser considerada como un acto de compasión 102. A esposa de un médico, también doctora,
sufre de esclerosis múltiple. Considera que su vida es inútil y que es una carga para su
marido. Si pudiese morir pronto, mientras su marido es aún joven, él tendría una

100
Cf. FRANCISCO, Amoris Laetitia, 83.
101
Cf. JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, 53.
102
Cf. M. BENJAMÍN, Arquitectos de la cultura de la muerte, 220.
50

oportunidad de vivir una nueva vida. Ella le pide que la libre de su miseria. Él lo hace,
inyectándole una droga letal. El marido es llevado a juicio, pero el jurado lo absuelve103.

Cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner
fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente
inaceptable. Por tanto, una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca
la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la
dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador. Haeckel se adhería
al sistema darwinista en su totalidad, para el que elaboró no sólo la teoría biológica
descriptiva, sino la agenda eugenésica prescriptiva que sería desarrollada por Darwin en
El origen del hombre (lo hizo con tal fuerza y tal furor anticlerical, que hizo ponerse
nervioso al mucho más cauto Darwin).

De hecho, sería justo decir que la importancia de Haeckel no reside en que elaborase
nada nuevo, sino precisamente en que desarrolló todo el abanico de implicaciones del
darwinismo, proclamando la nueva verdad con intensidad, frecuencia y una brutal
coherencia, algo a lo que Darwin se mostraba reticente. De este modo, en Haeckel
encontramos un apoyo pleno y sin vacilaciones no sólo a la eugenesia y la exterminación
racial, también al aborto, el infanticidio y la eutanasia104.

Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una


persona enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos. El uso de analgésicos para
aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser
moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como fin ni
como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable. Los cuidados paliativos
constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razón deben ser
alentados105.

El divorcio
103
Cf. ibib.
104
Cf. ibid., 73.
105
Cf. JUAN PABLO II, Catecismo de la Iglesia Católica, 2276-2279.
51

La Iglesia no puede ni cambiar, ni atenuar la propia enseñanza sobre el matrimonio y


sobre la familia, deplora todo atentado contra la verdad del matrimonio coma contra su
indisolubilidad cómo es el divorcio. Por tanto, urge superar la cultura divorcista que se
viene fomentando. El poder civil no tiene facultades para pronunciar una sentencia de
divorcio porque es algo que escapa a sus posibilidades por afectar al derecho divino, y
por qué el matrimonio es un contrato entre partes privadas, cuyo consentimiento no
depende del posterior fallo civil.

En la Exhortación Apostólica, Familiaris Consortio, Juan Pablo II se pronunció contra


el divorcio, y advirtió que el Estado no tiene poder para ello, y que las sentencias o fallos
de divorcio son falsos ante Dios y su Iglesia: “El hombre y la mujer se comprometen
totalmente entre si hasta la muerte. La donación física total sería un engaño si no fuese
signo y fruto de una donación en la que está presente toda la persona, incluso en su
dimensión temporal; si la persona se reservase algo o la posibilidad de decidir de otra
manera en orden al futuro, ya no se donaría totalmente. Por tanto, nadie ni siquiera el
Estado, puede romper el vínculo del amor. Por esta razón, cuando se contrae matrimonio
según las leyes de la Iglesia, el vínculo sagrado subsiste y perdura no obstante el eventual
divorcio civil, y une entre si a los cónyuges hasta la muerte”106.

El divorcio lleva entre otras cosas al adulterio, que es gravemente contrario a la ley
moral. El adulterio es pecado porque constituye la ruptura de la alianza personal del
hombre y de la mujer. Esta enseñanza de la Iglesia es la indisolubilidad esencial del
matrimonio. La Iglesia sería desleal al Maestro si no insistiera como él lo hizo, en que
quien se divorcia de su esposo o esposa en Dios en matrimonio y se casa con otro, comete
adulterio.

La Iglesia no cierra el corazón a estos hijos suyos, pues les invita a participar de su
vida espiritual. No obstante, no pueden ser admitidos a la Eucaristía. Esto no puede dar
lugar a interpretaciones erróneas como si la Iglesia se obstinar en ignorar este problema
pastoral, o como si fuera inflexible e inmisericorde: La Iglesia mantiene esta disciplina en

106
P. JESÚS, La familia futura de la sociedad (Ediciones Palabras, Madrid 1994), 129.
52

virtud de su amor y respeto a la verdad, en favor de los cristianos divorciados. La vida


humana es sagrada e inviolable en cada momento de su existencia, también en el inicial
que precede al nacimiento.

El hombre, desde el seno materno, pertenece a Dios que lo escruta y conoce todo, que
lo forma y lo plasma con sus manos, que lo ve mientras es todavía un pequeño embrión
informe y que en él entrevé el adulto de mañana, cuyos días están contados y cuya
vocación está ya escrita en el libro de la vida (cf. Sal 139 138, 1. 13-16). Incluso cuando
está todavía en el seno materno, como testimonian numerosos textos bíblicos el hombre
es término personalísimo de la amorosa y paterna providencia divina107.

El divorcio adquiere también su carácter inmoral a causa del desorden que introduce
en la célula familiar y en la sociedad. Este desorden entraña daños graves: para el
cónyuge, que se ve abandonado; para los hijos, traumatizados por la separación de los
padres, y a menudo viviendo en tensión a causa de sus padres; por su efecto contagioso,
que hace de él una verdadera plaga social108.

107
Cf. JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, 61.
108
Cf. JUAN PABLO II, Catecismo de la Iglesia, 2385.
53
54

CAPÍTULO III:
LABOR DEL MAGISTERIO ECLESIAL RESPECTO A LA SITUACIÓN
ACTUAL DE LA FAMILIA Y REALIDADES PARTICULARES DE
PROMOCIÓN Y EVANGELIZACIÓN DE FAMILIAS PARA FAMILIAS
La iglesia doméstica está iluminada por la vida misma de Cristo Jesús, siendo Él
quien conduce a las comunidades para que puedan anunciar el Evangelio a toda criatura
en el mundo por medio de la vida testimonial y desde la predicación que tiene su origen
en la formación en el seno de las familias, porque es la fuente de vida. La familia es el
tesoro más grande que tiene la Iglesia para la evangelización en este siglo.

El deseo de sostener el bien común se funda en la convicción de que el hombre viene al


mundo con un don del Creador. Creados por Dios a su imagen, hombre y mujer reciben
de él su dignidad común e inviolable y su llamada a la responsabilidad. Hoy, las personas
olvidan cuál es su origen y, por tanto, pierden de vista sus metas haciéndose vulnerables a
ser víctimas de caprichosas tendencias sociales, de la distorsión de la razón por grupos de
intereses particulares y de un individualismo exagerado 109. Hoy es necesario y urgente
promover y defender la vida, por los múltiples ataques con que la amenazan sectores de
la sociedad actual.

Por consiguiente, ante esta situación, los líderes religiosos y civiles están llamados a
trabajar, a impulsar a todos, incluso a los jóvenes, a orientarse hacia una verdad que los
trasciend, para salvar la vida de todos, porque la familia es un bien. Tiene una tarea
disponibilidad a proteger y promover los valores de la justicia y la paz a todos.

Para cumplir esta misión es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los
signos de la época e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, deteniéndose
en cada generación, pueda la Iglesia responder a los perennes interrogantes de la
humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua
relación de ambas. Es necesario por ello conocer y comprender el mundo en que
vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramático que con frecuencia
toma. He aquí algunos rasgos fundamentales del mundo moderno110.
109
DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI AL SEÑOR GEOFFREY KENYON WARD, EMBAJADOR DE
NUEVA ZELANDA ANTE LA SANTA SEDE. Jueves 16 De Junio De 2005, en: Https://Ewtn.Es/2022/Discurso-
Del-Santo-Padre-Benedicto-Xvi-Al-Senor-Geoffrey-Kenyon-Ward-Embajador-De-Nueva-Zelanda-Ante-
La-Santa-Sede-Jueves-16-De-Junio-D (13 de Marzo 2023).
110
CONCILIO VATICANO II, Gaudium et Spes (Librería Editrice Vaticana, Roma 1965), 2.
55

En este capítulo nos centraremos en la importancia de la educación de la familia, en


sentido global. Porque con educación bien formada, las personas ven la vida con los
ojos de Cristo. Son todavía muchos los esposos que, con generosa responsabilidad,
saben acoger a los hijos como el don más excelente del matrimonio. No
faltan familias que, además de su servicio cotidiano a la vida, acogen a niños
abandonados, a adolescentes y jóvenes en dificultad, a personas minusválidas, a
ancianos. No faltan centros de ayuda a la vida, o instituciones análogas, están
promovidos por personas y grupos que, con admirable dedicación y sacrificio, ofrecen
un apoyo moral y material a madres en dificultad, tentadas de recurrir al aborto.

También surgen y se difunden grupos de voluntarios dedicados a dar hospitalidad a


quienes no tienen familia, se encuentran en condiciones de particular penuria o tienen
necesidad de hallar un ambiente educativo que les ayude a superar comportamientos
destructivos y a recuperar el sentido de la vida111.

El Papa Juan Pablo II, indica que la Iglesia, iluminada por la fe, es la que le da a
conocer toda la verdad, para que pueda anunciar el Evangelio, que es la buena nueva, a
todos indistintamente, pero en particular a los que son llamados al matrimonio y se
preparan para ello, a todos los esposos y padres del mundo. Solo en la aceptación del
Evangelio, se realiza plenamente la esperanza puesta en el matrimonio y en la
familia112. Contemplar a Dios Padre significa concebir la familia como el lugar de la
acogida y de la promoción de la vida, laboratorio de fraternidad donde, con la ayuda
del Espíritu de Cristo, se crea entre los hombres "una nueva fraternidad y solidaridad,
verdadero reflejo del misterio de recíproca entrega y acogida propio de la santísima
Trinidad113.

111
JUAN PABLO II, Evangelium Vitae (Librería Editrice Vaticana, Roma 1968)
112
G. FABIÁN, misión de la iglesia doméstica en la encíclica Familiaris consortio, Universidad Rafael
Landívar, (Campus De Quetzaltenango 2015).
113
JUAN PABLO II, Compromiso por la promoción de la familia (Librería Editrice Vaticana 1999).
56

A la luz de la experiencia de familias cristianas renovadas, la Iglesia misma podrá


aprender a cultivar, entre todos los miembros de la comunidad, una dimensión más
familiar, adoptando y promoviendo un estilo de relaciones más humano y fraterno. El
mandamiento no matarás establece, por tanto, el punto de partida de un camino de
verdadera libertad, que nos lleva a promover activamente la vida y a desarrollar
determinadas actitudes y comportamientos a su servicio. Obrando así, ejercitamos
nuestra responsabilidad hacia las personas que nos han sido confiadas y manifestamos,
con las obras y según la verdad, nuestro reconocimiento a Dios por el gran don de la
vida114.

3.1 Concilio Vaticano II

La Iglesia católica se alegra cuando otras comunidades cristianas anuncian con ella el
Evangelio, sabiendo que la plenitud de los medios de salvación le ha sido confiados a
ella. En este contexto debe ser entendido el subsistir de la enseñanza conciliar 115. El
matrimonio es el camino del amor humano establecido por Dios Creador: Creándola a su
imagen... Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y
consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión El amor
es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser humano116.
La Iglesia es familia de familias, constantemente enriquecida por la vida de todos las
Iglesias domésticas. Por consiguiente, en virtud del sacramento del matrimonio cada
familia se convierte, a todos los efectos, en un bien para la Iglesia 117. La familia es una
fuerza, es un don de Esperanza para esta Sociedad en el día de hoy, que el hombre es el
camino de la Iglesia. Por eso hay que buscar a los demás que ansía una palabra de
salvación con hechos, donde que la gente se enamora por una experiencia de felicidad, la
promesa de vida. Por eso a la luz del Amoris Laetitia: El amor vivido en las familias es
una fuerza constante para la vida de la Iglesia. El fin unitivo del matrimonio es una
llamada constante a acrecentar y profundizar este amor. En su unión de amor los esposos

114
Cf. JUAN PABLO II, Humanae Vitae, 32.
115
JUAN PABLO II, Cruzando el umbral de la esperanza, (Bolsillo, Barcelona 2004) 165.
116
Cf. JUAN PABLO II, Familiaris Consortio,11.
117
Cf. FRANCISCO, Amoris Laetitia, 71.
57

experimentan la belleza de la paternidad y la maternidad; comparten proyectos y fatigas,


deseos y aficiones; aprenden a cuidarse el uno al otro y a perdonarse mutuamente118.

Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro
tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas,
tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que
no encuentre eco en el corazón de los que le siguen. La comunidad cristiana está
integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo en su
peregrinar hacia el reino del Padre y han recibido la buena nueva de la salvación para
comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género
humano y de su historia119.

Por ello la vida es valiosa, no se puede tocar, impulsando la evangelización a todos, la


gente encuentra una vida nueva, que renueva a los que están viviendo en la pobreza, la
droga, la prostitución, robo, infidelidad. Entonces la presencia de una familia que tiene a
Dios dentro, es un sí al don de la vida, un canto del kerigma. Gracias a la mission Ad
gentes muchos de nuestros jóvenes no viven en una pesadilla, porque sus vidas están
llenas de amor y de misericordia.
En nuestros días, el género humano, admirado de sus propios descubrimientos y de su
propio poder, formula con frecuencia preguntas angustiosas sobre la evolución presente
del mundo, sobre el puesto y la misión del hombre en el universo, sobre el sentido de sus
esfuerzos individuales y colectivos, sobre el destino último de las cosas y de la
humanidad120.

El papa, Benedicto XVI, en la Encíclica Deus Caritas Est, ha retomado el tema de la


verdad del amor entre el hombre y la mujer, que se ilumina a la luz del amor de Cristo
crucificado. Él reitera que, el matrimonio basado en un amor exclusivo y definitivo se
convierte en ilustración de la relación de Dios con su pueblo y, viceversa, el modo de
amar de Dios se convierte en la medida del amor humano. Además, en la Encíclica

118
Cf. ibid.
119
Cf. CONCILIO VATICANO II, Gaudium et Spes, 1.
120
Cf. ibid.
58

Caritas in Veritate, pone de manifiesto la importancia del amor como principio de vida
en la sociedad (cf. CV 44), en el contorno eclesial se aprende la experiencia del bien
común121.

La familia al aceptar el Evangelio, sale al encuentro del otro, sana el corazón del otro
y al crecer en la fe, esta fe vivida en un proceso de aceptación y crecimiento se convierte
en comunidad de vida y de santidad evangelizadora en el mundo, especialmente donde
hace falta la voz de Dios que grita en el corazón del hombre, que es el lugar adecuado de
la práctica del amor que viene de Dios, desde la educación y la catequesis de los hijos se
hace camino en la santidad encontrándose en toda la vida cotidiana.

El Concilio, testigo y expositor de la fe de todo el pueblo de Dios congregado por


Cristo, no puede dar prueba mayor de solidaridad, respeto y amor a toda la familia
humana que la de dialogar con ella acerca de todos estos problemas, aclarárselos a la luz
del Evangelio y poner a disposición del género humano el poder salvador que la Iglesia,
conducida por el Espíritu Santo, ha recibido de su fundador. Es la persona del hombre la
que hay que salvar. Es la sociedad humana la que hay que renovar. Es, por consiguiente,
el hombre; pero el hombre todo entero, cuerpo y alma, corazón y conciencia, inteligencia
y voluntad, quien será el objeto central de las explicaciones que van a seguir122.

La constitución Lumen Gentium, es el fuego del Espíritu que se dona en un momento


preciso para florezca la evangelización, puntualiza que la familia adquiere su realización
en Cristo, por el testimonio de su vida y por la palabra vivida que proclamó el Reino del
Padre, para que el Evangelio brille en la vida familiar y social, santificada por el
sacramento del matrimonio, en la cual la religión cristiana pueda penetrar y transformar
las familias cada día. En este trabajo es importante hablar un poco de los hombres de la
ciencia, ya que expresan importante que el conocimiento viene del dador de la vida.

Queremos ahora resaltar a los hombres de ciencia, los cuales pueden contribuir
notablemente al bien del matrimonio y de la familia y a la paz de las conciencias si,
121
Cf. G. FABIÁN, Misión de la iglesia doméstica en la exhortación apostólica Familiaris Consortio, 80.
122
Cf. CONCILIO VATICANO II, Gaudium et Spes, 3.
59

uniendo sus estudios, se proponen aclarar más profundamente las diversas condiciones
favorables a una honesta regulación de la procreación humana. Es de desear en particular
que, según el augurio expresado ya por Pío XII, la ciencia médica logre dar una base,
suficientemente segura, para una regulación de nacimientos, fundada en la observancia de
los ritmos naturales. De este modo los científicos, y en especial los católicos, contribuirán
a demostrar con los hechos que, como enseña la Iglesia, no puede haber verdadera
contradicción entre las leyes divinas que regulan la transmisión de la vida y aquellas que
favorecen un auténtico amor conyugal123.

3.2 Humanae Vitae

Dada la realidad antes mencionada es necesario que la santa Iglesia asuma a labor su
labor catequética contextualizando la doctrina en un lugar desfavorable a los enfermos de
corazón, de los ciegos y desnudos. Entonces en cuarto elemento fundamental en las
preocupaciones pastorales de Karol Wojtyla en la relación con las cuestiones familiares y
moral conyugal fue la cuestión de la encíclica Humanae Vitae sobre la cuestión de la
anticoncepción124.
Juan Pablo II estuvo implicado de muy cerca en la elaboración de esta encíclica
publicada por Pablo VI el 25 de julio de 1968. Una encíclica que fue ocasión de una
grave crisis en la Iglesia. Puede decirse, en efecto, que no ha habido en toda la historia de
la Iglesia una encíclica más controvertida, contestada, criticada y, por otra parte,
deformada que la Humanae Vitae125.

3.3Teología del Cuerpo

Las catequesis de Juan Pablo II sobre la “Teología del cuerpo” son una profundización
sobre la persona humana y su vocación al amor. Pero la persona no puede vivir su amor
ni expresarlo si no es en y a través de su cuerpo sexuado. Por eso las catequesis se
centran en la búsqueda del significado del cuerpo humano marcado por la masculinidad y

123
Cf. JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, 12.
124
Y. SEMEN, La sexualidad según Juan Pablo II (Desclée De Brouwer, París, 2005), 47.
125
Cf. ibid.
60

feminidad126. El matrimonio y la familia son desde el “principio” el “camino de salvación


y de santidad” de muchos seres humanos: La salvación de la persona y de la sociedad
humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal
y familiar127. El matrimonio es el camino de la redención del cuerpo, debe consistir en
recuperar esta dignidad en la que se cumple, al mismo tiempo, el verdadero significado
del cuerpo humano, su significado personal y de comunión128.

Su determinación de proporcionar la luz necesaria para comprender de manera


adecuada y asimilar la doctrina de la vida, de su Santidad Juan Pablo II, es necesario en la
vida del ser humano. La “Teología del cuerpo” no tiene como fin único ni principal
mostrar el contenido teórico de una antropología integral, es decir, señalar la verdad
sobre la constitución del ser humano. Su meta es convertir esa verdad integral sobre el
hombre creado a imagen y semejanza de Dios en un programa de vida para todos los
cristianos y especialmente para los esposos, es decir, trata de que cada uno de los
cristianos realicen la verdad de su ser personal manifestada en su cuerpo sexuado,
hombre y mujer, en el amor, esto es en el don sincero de sí mismo a los demás129.

El hombre no puede vivir sin amor. El permanece para sí mismo un ser


incomprensible, su vida está privada de sentido si no se revela el amor, si no se encuentra
con el amor, si no lo experimenta y lo hace propio, si no participa en él vivamente 130. La
Iglesia repite en muchas direcciones su non possumus apostólico: No podemos dejar de
hablar de lo que hemos visto y oído (cf. Hech4,20), permaneciendo así fiel a sí misma y
difundiendo a su alrededor aquel veritatis splendor que el Espíritu Santo infunde en el
rostro de su esposa.

La sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a


imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1,26- 27) y se cierra con la visión de las “bodas del

126
Cf. A. MARSAL, Teología del cuerpo de Juan Pablo II, en:
https://observatorio.campus-virtual.org/uploads/930_Marsal_E-A2006_Teologia.pdf (14 de marzo 2023).
127
Cf. CONCILIO VATICANO II, Gaudium et Spes, 47; Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1603.
128
Cf. Y. SEMEN, La Sexualidad Según Juan Pablo II, 127.
129
Cf. CONCILIO VATICANO II, Gaudium Et Spes, 24.
130
JUAN PABLO II, Redemptor Hominis, (Librería Editrice Vaticana, Roma 1979) 10.
61

Cordero” (Ap 19,9; cf. Ap 19, 7). De un extremo a otro la Escritura habla del matrimonio
y de su misterio, de su institución y del sentido que Dios le dio, de su origen y de su fin,
de sus realizaciones diversas a lo largo de la historia de la salvación, de sus dificultades
nacidas del pecado y de su renovación en el Señor (1 Co 7,39) todo ello en la perspectiva
de la Nueva Alianza de Cristo y de la Iglesia (cf. Ef 5,31-32)131.

Ante todo, aquellos que buscan la realización de la propia vocación humana y


cristiana en el matrimonio, ante todo son llamados a hacer de esta “teología del cuerpo”
el contenido de su vida y de su comportamiento. En efecto, qué indispensable es en el
camino de esta vocación, la conciencia profunda del significado del cuerpo, en su
masculinidad y feminidad132.

La otra palabra que califica la vocación al amor es fundamental. Lo cual quiere decir
que podemos tener otras muchas realizaciones concretas de esta vocación al amor:
esposos, padres, madres, sacerdotes, religiosos... incluso diversas profesiones: médicos,
economistas, empresarios, abogados... Pero sea la que sea, si no está arraigada y
cimentada en el amor, no sirven para nada, no tienen sentido, de nada aprovechan, están
vacías133.

Por eso es claro que la vocación al amor y el mismo amor humano, si es verdadero,
envuelve a toda la persona, es una llamada al amor en su totalidad unificada: uno en
cuerpo y alma. El amor abarca el cuerpo humano, haciéndole participe del amor
espiritual. La vocación “innata y fundamental” al amor reclama, envuelve, implica y
complica necesariamente el cuerpo sexuado, masculino o femenino. Un ser humano no
puede amar sin su cuerpo, ni sin su sexualidad concreta, varón o mujer, sexualidad que
define un modo concreto de ser persona134.

131
Cf. JUAN PABLO II, Catecismo de la Iglesia Catecismo (Librería Editrice Vaticana, Roma 1992) 1602.
En adelante CCE.
132
Cf. A. MARSAL, Teología del cuerpo de Juan Pablo II, en:
https://observatorio.campus-virtual.org/uploads/930_Marsal_E-A2006_Teologia.pdf (14 de marzo 2023),
59.
133
Cf. ibid.
134
Cf. ibid.
62

El cuerpo que es y expresa la persona en su visibilidad es siempre sexuado, de hecho,


el cuerpo personal es siempre masculino o femenino. Toda relación, encuentro,
comunicación y comunión interpersonal tiene la mediación del cuerpo sexuado.
Sexualidad, que no es sólo genitalidad, ni “algo” que tengo, sino un modo de ser persona
y por eso abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de cuerpo y alma
que es la misma persona. La sexualidad afecta particularmente a la afectividad, a la
capacidad de amar y de procrear, y de manera más general a la capacidad de establecer
vínculos de comunión con los otros seres humanos 135. Es la sexualidad la que sostiene la
conciencia y expresa en el cuerpo la vocación al amor. El hombre es por excelencia un
ser-en-relación. Ser persona es vivir en relación con Dios, con nosotros mismos y con los
demás136.

El matrimonio queda afirmado como una obra de santidad incluso en y por los actos
de la carne. Los esposos cristianos, que se unen en una comunión total de espíritu, de
corazón y de cuerpo con una apertura a la vida, contribuyen por la gracia de su
sacramento matrimonial a la santidad de la Iglesia en el misterio de la comunión de los
santos137.

Esta relación interpersonal siempre está mediada por nuestro cuerpo y por nuestra
acción con, en y a través del cuerpo. Esta apertura al otro, a la alteridad, pertenece a la
estructura del ser humano en cuanto persona 138. Esta relación interpersonal siempre está
mediada por nuestro cuerpo y por nuestra acción con, en y a través del cuerpo. Esta
apertura al otro, a la alteridad, pertenece a la estructura del ser humano en cuanto
persona. La relación del yo al tú es una polaridad constitutiva de la persona humana. La
acción humana libre nace en este horizonte y es una respuesta a esta relación
interpersonal. Toda acción humana construye o destruye esta relación intersubjetiva.
Toda acción crea comunión o destruye la comunión personal139.

135
Cf. JUAN PABLO II, Catecismo de la Iglesia (Librería Editrice Vaticana, Roma 1992) 511.
136
C. VITTORIO, Entretien sur la foi, (Editorial Fayard, Madrid 1985), 90.
137
Cf. Y. SEMEN, La sexualidad según Juan Pablo II, 55.
138
Cf. ibid., 54.
139
Cf. A. MARSAL, Teología del cuerpo de Juan Pablo II, en:
https://observatorio.campus-virtual.org/uploads/930_Marsal_E-A2006_Teologia.pdf (14 de marzo 2023).
63

Esto quiere decir que esta unidad en la persona humana (corporal-espiritual), no se da


sólo a nivel constitutivo o esencial, sino existencial y vivencial. Es decir, toda experiencia
y acción humana en cuanto humana se realiza y expresa a través de la corporeidad.
Cuerpo y alma son inseparables en la persona, en el agente voluntario y en el acto
deliberado. Es precisamente en la unidad de cuerpo y alma donde la persona es el sujeto
de sus propios actos140.

Familiaris Consortio y Amoris Laetitia


Nos brinda formaciones exactas para nuestra naturaleza, nos hace contemplar a un
Dios que es amor. El amor es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser
humano.
En cuanto espíritu encarnado, es decir, alma que se expresa en el cuerpo informado por
un espíritu inmortal, el hombre está llamado al amor en esta su totalidad unificada. El
amor abarca también el cuerpo humano y el cuerpo se hace partícipe del amor
espiritual141.

La comunión entre Dios y los hombres halla su cumplimiento definitivo en Cristo


Jesús, el Esposo que ama y se da como Salvador de la humanidad, uniéndola, así como su
cuerpo. Él revela la verdad original del matrimonio, la verdad del principio y, liberando
al hombre de la dureza del corazón, lo hace capaz de realizarla plenamente 142. Ahí el papa
Francisco nos hace ver en este contexto, el erotismo aparece como manifestación
específicamente humana de la sexualidad. “En él se puede encontrar el significado
esponsalicio del cuerpo y la auténtica dignidad del don”. En sus catequesis sobre la
teología del cuerpo humano, enseñó que la corporeidad sexuada es no sólo fuente de
fecundidad y procreación, sino que posee “la capacidad de expresar el amor: ese amor
precisamente en el que el hombre persona se convierte en don”. El más sano erotismo, si

140
Cf. Sobre la cuestión alma cuerpo ver: CONCILIO VATICANO II, Gaudium et Spes, 14, 51; Catecismo de
la Iglesia Católica, nº 362-366. JUAN PABLO II, Familiaris Consortio, nº 11; Veritatis Splendor, 48-50.
141
Cf. JUAN PABLO II, Familiaris Consortio, 19.
142
Cf. ibid., 21.
64

bien está unido a una búsqueda de placer, supone la admiración, y por eso puede
humanizar los impulsos143.

Concluyendo con esta labor, veremos la enseñanza de la teología moral no debería


dejar de incorporar estas consideraciones, porque, si bien es verdad que hay que cuidar la
integridad de la enseñanza moral de la Iglesia, siempre se debe poner especial cuidado en
destacar y alentar los valores más altos y centrales del Evangelio, particularmente el
primado de la caridad como respuesta a la iniciativa gratuita del amor de Dios144.

Como ha dicho Juan XXIII, la vida humana es sagrada, los maridos deben amar a sus
esposas como a su propio cuerpo. Amar a la esposa ¿no es acaso amarse a sí mismo?
Nadie ha odiado jamás su propia carne, sino que la nutre y la cuida, como Cristo a su
Iglesia. Este misterio es grande, pero entendido de Cristo y la Iglesia. Por lo que se
refiere a vosotros, cada uno en particular ame a su esposa como a sí mismo y la mujer
respete a su propio marido145.

Conviene constatar que se trata de obtener estos fines del matrimonio tomando como
fundamento la norma personalista. En cuanto a persona, el hombre y la mujer han de
cumplirlos conscientemente, Y esto, según el orden definido, es un orden objetivo al
alcance de la razón y, por tanto, obligatorio para las personas. La norma personalista
contenida en el mandato evangélico del amor indica justamente la manera esencial de
alcanzar estos fines, que se deducen igualmente de la naturaleza y hacia los cuales, el
hombre es llevado por su tendencia sexual146. La moralidad sexual, por lo tanto, la
moralidad conyugal es una síntesis continua y profunda de la finalidad natural de la
tendencia sexual y de la norma personalista. Si se considera que unos de los fines del
matrimonio es hacer atracción de esta última, se llegaría fatalmente a una cierta forma de
utilitarismo. En el primer o en el segundo sentido de la palabra gozar. Considerada así la

143
Cf. FRANCISCO, Amoris Laetitia, 114.
144
Cf. ibid., 248.
145
Cf. PABLO VI, Humanae Vitae, 98.
146
K. WOJTYLA – JUAN PABLO II, Amor y Responsabilidad Estudio de Moral Sexual (Editorial Razón y Fe,
S. A. Madrid 1978) 28.
65

procreación, conduce a la desviación rigorista, mientras que adoptar la teoría de la libido


absolutista el tercer fin del matrimonio, a saber, el remedio a la concupiscencia 147.

La norma personalista misma no se identifica evidentemente con ninguno de los fines


del matrimonio. Por lo demás, una norma jamás es un fin como un fin, jamás es una
norma. Pero es un principio del que depende la realización de los tres fines del
matrimonio, realización conforme con la naturaleza del hombre en cuanto persona148.

El cumplimiento de los fines del matrimonio es, por otra parte, complejo, la
eliminación de toda posibilidad de procreación disminuye sin duda alguna, las
probabilidades de la formación y de la mutua educación de los esposos. Por lo demás,
una procreación a la que nos acompaña el deseo de una mutua formación y la tendencia
común al bien supremo, sería en un cierto sentido, igualmente incompleto149.

E incompatible con el amor entre personas. Porque no se trata simplemente de un


crecimiento numérico de la especie humana, sino también de la educación, cuya base
natural es la familia fundada sobre el matrimonio y cimentada por la mutua ayuda. Si en
el matrimonio hay una cooperación íntima entre la mujer y el hombre, y si saben ambos
completarse y educarse mutuamente, su amor madurará para llegar a ser un día el
fundamento de una familia. Sin que por ello se identifiquen, puesto que, en todo caso,
queda siempre la Unión íntima de dos personas150.

3.4 Evangelizar: misión familiar

La doctrina de la Iglesia en materia de regulación de la natalidad, promulgadora de la


ley divina, aparecerá fácilmente a los ojos de muchos difícil e incluso imposible en la
práctica. Y en verdad que, como todas las grandes y beneficiosas realidades, exige un
serio empeño y muchos esfuerzos de orden familiar, individual y social. Más aun, no
sería posible actuarla sin la ayuda de Dios, que sostiene y fortalece la buena voluntad de
147
Cf. ibid.
148
Cf. ibid.
149
Cf. ibid.
150
Cf. ibid.
66

los hombres. Pero a todo aquel que reflexione seriamente, no puede menos de aparecer
que tales esfuerzos ennoblecen al hombre y benefician la comunidad humana151.

El lugar de educar de los niños es privilegiado en el proceso de la evangelización, la


familia protege la vida en todas sus etapas y también en su ocaso. Por eso, a quienes
trabajan en las estructuras sanitarias se les recuerda la obligación moral de la objeción de
conciencia. Del mismo modo, la Iglesia no solo siente la urgencia de afirmar el derecho a
la muerte natural, evitando el enseñamiento terapéutico y la eutanasia, sino también
rechaza con firmeza la pena de muerte152. La Iglesia nos empuja hacia la Caridad es una
virtud teologal, que brota de un corazón que ama, que se siente amado por Dios, y que
transmite ese amor al prójimo. No se separa Dios y el prójimo, quien dice que ama a Dios
y desprecia a su hermano, es un mentiroso (cf. Jn 4, 20-21). Se ama a Dios en cuanto se
ama al hermano que está a tu lado, o sea, se concretiza la expresión del amor, si tomo en
cuenta al que está próximo a mí. La caridad es caminar en la verdad153.

Una práctica honesta de la regulación de la natalidad exige sobre todo a los esposos
adquirir y poseer sólidas convicciones sobre los verdaderos valores de la vida y de la
familia, y también una tendencia a procurarse un perfecto dominio de sí mismos. El
dominio del instinto, mediante la razón y la voluntad libre, impone sin ningún género de
duda una ascética, para que las manifestaciones afectivas de la vida conyugal estén en
conformidad con el orden recto y particularmente para observar la continencia periódica.
Esta disciplina, propia de la pureza de los esposos, lejos de perjudicar el amor conyugal,
le confiere un valor humano más sublime154.

Exige un esfuerzo continuo, pero, en virtud de su influjo beneficioso, los cónyuges


desarrollan íntegramente su personalidad, enriqueciéndose de valores espirituales:
aportando a la vida familiar frutos de serenidad y de paz y facilitando la solución de otros
problemas; favoreciendo la atención hacia el otro cónyuge; ayudando a superar el
151
Cf. PABLO VI, Humanae Vitae, 10.
152
Cf. FRANCISCO, Amoris Laetitia, 69.
153
Cf. F. COLON, El don de la fe y la caridad, en: https://www.lainformacion.com.do/opinion/articulos/el-
don-de-la-fe-y-la-caridad (12 de marzo 2023).
154
Cf. PABLO VI, Humanae Vitae, 10.
67

egoísmo, enemigo del verdadero amor, y enraizando más su sentido de responsabilidad.


Los padres adquieren así la capacidad de un influjo más profundo y eficaz para educar a
los hijos; los niños y los jóvenes crecen en la justa estima de los valores humanos y en el
desarrollo sereno y armónico de sus facultades espirituales y sensibles155.

¿No habéis leído que al principio el Creador los hizo varón y hembra? Y dijo: por esto
dejará el hombre al padre y a la madre y se unirá a la mujer, y serán los dos una sola
carne. De manera que ya no son dos sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió no lo
separe el hombre. Ellos le replicaron: entonces, ¿cómo es que Moisés ordenó dar libelo
de divorcio al repudiar? Él les dijo: por la dureza de vuestro corazón os permitió Moisés
repudiar vuestras mujeres, pero al principio no fue así 156. Hay algo importante que vimos
en Hechos de los Apóstoles donde se narra el acontecimiento grande de la conversión de
Lidia y su familia, en agradecimiento les ofreció alojarlos en su casa; la familia que se
abre a la fe, vive la generosidad, vive en el conocimiento de Dios, la solidaridad y vive en
el amor de Dios.

En el designio de Dios Creador y Redentor la familia descubre no sólo su “identidad”,


lo que es, es decir una comunidad de vida y amor, sino también su misión, lo que puede y
debe hacer. El cometido, que ella por vocación de Dios está llamada a desempeñar en la
historia, brota de su mismo ser y representa su desarrollo dinámico y existencial. Toda
familia descubre y encuentra en sí misma la llamada imborrable, que define a la vez su
dignidad y su responsabilidad familia, ¡sé lo que eres! 157. La familia tiene la misión de
ser cada vez más lo que es, es decir, comunidad de vida y amor, en una tensión que, al
igual que para toda realidad creada y redimida, hallará su cumplimiento en el Reino de
Dios158.

La familia vida y don de esperanza. En República Dominicana, tenemos buenos


abuelos que, en la ausencia de los padres, por situaciones concretas, como son: droga,

155
Cf. ibid.
156
JUAN PABLO II, Identidad y misión de la familia (RIO DE JANEIRO, BRASIL 1997) 6.
157
Cf. ibid.
158
Cf. ibid.
68

delincuencia, prostitución y abandono, entre otros; asumen la crianza e inculcan la fe a


sus nietos, por eso podemos examinar muy bien la palabra del papa emérito Benedicto
XVI, que llegó a decir que no se puede separar fe y caridad, pues ambas van de la mano;
estas dos virtudes teologales están íntimamente unidas, por lo que es equivocado ver en
ellas contradicción. Para una vida espiritual sana es necesario rehuir, apunta Su Santidad,
tanto del fideísmo como el activismo moral 159. La Fe, es un don que se recibe en el
sacramento del bautismo, es un don de Dios, un regalo de la Providencia Divina, que,
como don, hay que pedirla, y cuando la aceptamos tenemos que convertirla en una fe
virtuosa, es decir, debemos dar fruto de conversión160.

En nuestra cultura los padres son reflejo de la transmisión de la fe que han recibido,
por eso son fieles al Evangelio en palabras y obras. Cuando los obispos dominicanos
hablan de fe virtuosa, están queriendo decir, que, como virtud, se debe cuidar, y hacerla
crecer, a través de la oración, laudes los domingos en familia y las vivencias de los
sacramentos. Una vez recibida la fe, se espera del hombre, una respuesta generosa y
confiada al Dios que camina en campos, valles, barrios y urbanizaciones. La carta a los
hebreos nos va a decir que la fe es: garantía de lo que se espera; la prueba de las
realidades que no se ven (He11,1).

Para lograr esta misión se requiere un clima de benévola comunicación y unión de


propósitos entre los cónyuges y una cuidadosa cooperación de los padres en la educación
de los hijos. La activa presencia del padre contribuye sobremanera a la formación de los
hijos; sin postergar la legítima promoción social de la mujer, hay que asegurar el cuidado
de la madre en el hogar, especialmente necesario a los menores161.

Para gozar el amor en familia cristiana, es moverlo en la experiencia de Cristo Jesús


Señor nuestro, en la Iglesia, en la fe y en la esperanza que nos sostiene como católicos.
Cultivando esta fe en familia, que es un don de esperanza desde la oración, el estudio de
159
Cf. F. COLÓN, EL don de la fe y la caridad, en: https://www.lainformacion.com.do/opinion/articulos/el-
don-de-la-fe-y-la-caridad (14 de marzo 2023).
160
Cf. ibid.
161
Cf. JUAN PABLO II, Identidad y Misión de la Familia (Rio de Janeiro, Brasil 1997) 15.
Cf. ibid.
69

la doctrina católica, y la vida según las enseñanzas de Cristo. Es de notar que la familia
ha desempeñado el papel importante en diferentes épocas y grupos sociales,
contribuyendo así con el plan salvífico de Dios en el anuncio del Evangelio en todas las
realidades de la humanidad. Hay que decir que la esencia y el cometido de la familia son
definidos en última instancia por el amor. Por esto la familia recibe la misión de
custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y participación real del amor de
Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor por la Iglesia su esposa162.

Todo cometido particular de la familia es la expresión y la manifestación concreta de


tal misión fundamental. En este sentido, partiendo del amor y en constante referencia a él,
estos son los cuatro cometidos generales de la familia:
1) Formación de una comunidad de personas;
2) servicio a la vida;
3) participación en el desarrollo de la sociedad;
4) participación en la vida y misión de la Iglesia163.

Cada familia cristiana es comunidad eclesial, Iglesia domestica (cf. LG 11). Por tanto,
en el correspondiente nivel de Iglesia, la familia es lugar de catequesis (cf. DGC 255).
Los padres son allí maestros, catequistas y los primeros ministros de la oración y del
culto a Dios. Se renueva la imagen de Nazareth: Jesús crecía en sabiduría, en estatura y
en gracia ante Dios y ante los hombres. Aquí es donde se ejercita de manera privilegiada
el sacerdocio bautismal del padre de familia, de la madre, de los hijos, de todos los
miembros de la familia164.

El hogar no solo constituye el medio natural de la educación de los hijos y su primera


escuela, sino que es también comunidad educadora de su fe y el primer templo que los
cobija. Los padres no solo son los primeros educadores y primeros responsables de la
educación humana y global en el hogar (cf. CATIC 2223-2224), sino también los

162
Cf. JUAN PABLO II, Familiaris Consortio, 29-30.
163
Cf. ibid.
164
Conferencia Del Episcopado Dominicano, I Concilio Plenario Dominicano (Susaeta República
Dominicana 2000) 36.
70

primeros educadores y responsables de la educación en la fe, que debe comenzar desde la


más tierna infancia165.

Vimos en la familia es una pequeña isla hermosa para la nueva evangelización en este
siglo, y primordial comunidad humana representa la aportación personal del hombre y de
la mujer. En efecto, la familia es una comunidad de personas, para las cuales el propio
modo de existir y vivir juntos es la comunión: communio personarum. También aquí,
salvando la absoluta trascendencia del Creador respecto de la criatura, emerge la
referencia ejemplar al Nosotros divino. Sólo las personas son capaces de existir en
comunión. La familia arranca de la comunión conyugal que el concilio Vaticano II
califica como alianza, por la cual el hombre y la mujer se entregan y aceptan
mutuamente166.

La Iglesia fundada por Jesús y guiada a lo largo de la historia se ha preocupado por las
realidades que afectan y benefician las condiciones de las familias, constatándose en la
serie de documentos escritos por los pastores. Al igual que las diferentes pastorales y
organizaciones que se han formado dentro de la Iglesia para proyectar el amor y la
misericordia de Dios por su pueblo al interior como exterior del ser de la familia, para lo
cual se han realizado sínodos sobre ella, como el Sínodo de los Obispos XIV Asamblea
General Ordinaria. La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo
contemporáneo, donde en su introducción se expresa: El Sínodo de los Obispos reunido
en torno al Papa dirige su pensamiento a todas las familias del mundo con sus alegrías,
fatigas y esperanzas167.

El Sínodo de los Obispos reunido en torno al Papa dirige su pensamiento a todas las
familias del mundo con sus alegrías, fatigas y esperanzas. En particular, siente el deber de
agradecer al Señor la generosa fidelidad con la cual tantas familias cristianas responden a
su vocación y misión. Lo hacen con alegría y con fe incluso cuando en el camino familiar
encuentran obstáculos, incomprensiones y sufrimientos. A estas familias va el aprecio, el
165
Cf. ibid.
166
Cf. JUAN PABLO II, Gratissimam Sane, (Librería Editrice Vaticana 1994).
167
Cf. G. FABIÁN, Misión de la Iglesia doméstica en la Encíclica Familiaris Consortio, 62.
71

agradecimiento y el aliento de toda la Iglesia y de este Sínodo 168. Eso si podemos hablar
con mucha Certeza, tenemos comunidades en china, donde han visto a Dios en un país
frio, lejos de su cultura, ejemplo en Japón También hermanos que están ahí dando la vida,
para otro pueda encontrar a Dios.

3.5 La familia corazón de la evangelización

Con intimo gozo y profundo consolación, la Iglesia mira a las familias que
permanecen fieles a las enseñanzas del Evangelio, agradeciéndoles el testimonio que van
y alentándolas. Gracias a ellas, en efecto, se hace creíble la belleza del matrimonio
indisoluble y fiel para siempre. En la familia, que se podría llamar iglesia domestica
(Lumen Gentium, 11), madura la primera experiencia eclesial de la comunión entre
personas, en la que se refleja, por gracia, el misterio de la Santa Trinidad. Aquí se
aprende la paciencia y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso, incluso
reiterado, y sobre todo el culto divino por medio de la oración y la ofrenda de la propia
vida169. Es importante la educación familiar, porque es una palabra, un kerigma,
fundamental en este siglo. Siempre la familia estará en el primer lugar.

Mientras algunos permanecían encerrados en una catequesis que le dio el demonio,


nosotros sentamos en la tradición del Señor Jesús, miramos el número 2202 del CCE. Un
hombre y una mujer unidos en matrimonio forman con sus hijos una familia. Esta
disposición es anterior a todo reconocimiento por la autoridad pública; se impone a ella.
Se la considerará como la referencia normal en función de la cual deben ser apreciadas
las diversas formas de parentesco. Al crear al hombre y a la mujer, Dios instituyó la
familia humana y la dotó de su constitución fundamental. Sus miembros son personas
iguales en dignidad. Para el bien común de sus miembros y de la sociedad, la familia
implica una diversidad de responsabilidades, de derechos y de deberes 170.

168
Sínodo de los Obispos XIV Asamblea General Ordinaria: La vocación y la misión de la familia en la
Iglesia y en el mundo contemporáneo. (Ciudad del Vaticano 2014).
169
Cf. FRANCISCO, Amoris Laetitia, 71.
170
Cf. JUAN PABLO II, Catecismo de la Iglesia Católica, 2203.
72

Todavía mas explicita y clara resulta la declaración del episcopado canadiense (n. 26):
Selon les príncipes reconnus de la théologie morale, dans la mesure ou ces personnes
auraient fait un effort sincère pour se conformer aux directives données, sans toute fois y
pervenir, elles peuvent avoir la certitude qu' elles ne sont pas coupées de l'amour de Dieu,
dés lors qu'elles choisissent honnêtement la vois qui leur semble la meilleure171.

Como nos brido el representante del Papa Francisco en el 100 año de la coronación de
la Virgen Altagracia, Edgar Peña Parra, nos ha dicho: Esta imagen así mismo es un
símbolo de la familia como Iglesia doméstica, donde se aprenden las primeras lecciones
de fe. Como dice el Documento de Santo Domingo, la misión de la familia es ser Iglesia
doméstica que acoge, vive, celebra y anuncia la Palabra de Dios, es santuario donde se
edifica la santidad y desde donde la Iglesia y el mundo pueden ser santificados (CELAM
1992, II.2.3.). Así que, ¡apoyemos a la familia! Defendámosla de todo lo que ponga en
peligro su belleza. Acerquémonos a este misterio del amor con asombro, discreción y
ternura. Y comprometámonos a salvaguardar sus preciosos y delicados vínculos: hijos,
padres, abuelos… Necesitamos estos vínculos para vivir y vivir bien, para hacer la
humanidad más fraterna172. En este contexto, pensemos especialmente en los jóvenes, que
son el futuro de este querido país y de la humanidad. ¡Jóvenes dominicanos!, pido a
Nuestra Señora de la Altagracia que les dé fortaleza en la fe y que los conduzca a
Jesucristo, porque sólo en Él encontrarán respuesta a todas sus inquietudes y anhelos;
sólo Él puede apagar la sed de sus corazones. La fe cristiana nos enseña que vale la pena
trabajar por una sociedad más justa; que vale la pena defender al inocente, al oprimido y
al pobre; que vale la pena sacrificarse para que triunfe la civilización del amor 173.

La familia cristiana es una comunión de personas, reflejo e imagen de la comunión del


Padre y del Hijo en el Espíritu Santo. Su actividad procreadora y educativa es reflejo de
la obra creadora de Dios. Es llamada a participar en la oración y el sacrificio de Cristo.

171
K. RAHNER, Reflexiones en torno a la Humanae vitae (Ediciones Paulinas Madrid 1968) 67.
172
MONSEÑOR RAMÓN DE LA ROSA Y CARPIO, Homilía 100 años de la coronación,
en:https://www.elcaribe.com.do/gente/cultura/certifico-y-doy-fe/homilia-100-anos-de-la-coronacion/ (23
marzo 2023).
173
Cf. ibid.
73

La oración cotidiana y la lectura de la Palabra de Dios fortalecen en ella la caridad. La


familia cristiana es evangelizadora y misionera174.

La familia es el lugar y espacio privilegiado en el que se puede y se debe vivir el


mensaje de la Biblia. Es frágil y vulnerable, pero en ella se ofrece una oportunidad mayor
para que la fe pueda desarrollar su fuerza salvadora. Es necesario crear una alternativa
creyente a la familia actual. La biblia puede ayudar a iluminar y solucionar en parte tanta
desorientación existente, muchas personas piden ayuda a sus problemas, demostrando
tener buena voluntad al cambio de vida en busca del amor175.

El enviado del Papa encontró el cielo abierto en esta hermosa isla, me ha hecho
pensar muy especial a San Florián y San Juan Pablo II, Cuando era un pequeño sacerdote,
decía: siendo aun un joven sacerdote aprendí a amar el amor humano. Este es uno de los
temas fundamentales sobre el que centre mi sacerdocio, mi ministerio desde el pulpito, en
el confesionario, y también a través de la palabra escrita. Si se ama el amor humano, nace
también la viva necesidad de dedicar todas las fuerzas a la búsqueda de un amor humano.
Porque el amor es hermoso. Los jóvenes, en el fondo, buscan siempre la belleza del amor,
quieren que su amor sea bello176. En su visita a San Florián, Wojtyla, crea un grupo de
jóvenes que tomara más tarde, el nombre de Srodowisko, que podemos traducir con la
palabra “medio”, pero aún mejor con la de “red”. Esta red estaba constituida por
diferentes grupos de apostolado animados por el reverendo Wojtyla177.
La nueva evangelización está destinada a los pueblos que han recibido ya el anuncio
de Cristo, y tiene la tarea de suscitar la adhesión personal a Jesucristo y a la Iglesia de
tantos hombres bautizados que viven sin energía el cristianismo, han perdido el sentido
vivo de la fe o incluso no se reconocen ya coma miembros de la Iglesia, llevando una
existencia alejada de Cristo y de su Evangelio178.

174
Cf. JUAN PABLO II, Catecismo de la Iglesia (Librería Editrice vaticana, Roma 1992) 486.
175
Cf. G. FABIÁN, Misión de la Iglesia doméstica, en la Encíclica Familiaris Consortio 95.
176
Cf. JUAN PABLO II Cruzando el umbral de la esperanza, 148-149.
177
Cf. Y. SEMEN, La Sexualidad Según Juan Pablo II, 36.
178
Cf. CONFERENCIA DEL EPISCOPADO DOMINICANO, I Concilio Plenario Dominicano, 46.
74

En un plan de nueva evangelización, una vez formados los agentes para esta misión, el
primer paso a dar, prioritario y fundamental, es la proclamación del kerigma. Para esto se
debe salir al encuentro de los alejados, mediante el dialogo sencillo y directo, conocer sus
preocupaciones y compartir la experiencia gozosa de un Cristo que murió por ellos,
resucitó, y ha estado vivo en sus vidas en todo memento sin abandonarlos179

Para todos los hombres de Buena voluntad una llamada a redescubrir el valor del
matrimonio y de la familia. Como nos hace saber en el Catecismo de la Iglesia
católica se lee: La familia es la célula original de la vida social. Es la sociedad natural
en que el hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de la vida.
La autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la familia constituyen los
fundamentos de la libertad, de la seguridad, de la fraternidad en el seno de la sociedad
(cf. CCE. n. 2207)180.

La Iglesia anuncia con alegría y convicción la Buena Nueva sobre la familia en la cual
se fragua el futuro de la humanidad y se concreta la frontera decisiva de la Nueva
Evangelización. Así lo proclamamos, aquí en América Latina y el Caribe, en un momento
histórico en que la familia es víctima de muchas fuerzas que tratan de destruirla o
deformarla181.

Dios, en su poder de Creador y Padre, lleva a la perfección la obra de la creación


del hombre y de la mujer llamando a los esposos a una especial participación en su
amor mediante su cooperación libre y responsable en la transmisión del don de la
vida humana: Y bendíjolos Dios y les dijo: “Sed fecundos y multiplicaos y henchid
la tierra y sometedla” (cf. Gn 1, 28)182.

179
Cf. ibid.
180
Cf. JUAN PABLO II, AUDIENCIA GENERAL Miércoles 1 de diciembre de 1999 en:
https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1999/documents/hf_jp-ii_aud_01121999.html
181
Documento De Santo Domingo Este Documento Es El Resultado Del Trabajo De Los Obispos De
Latinoamérica Durante La Cuarta Conferencia General Del Episcopado Latinoamericano, en:
Https://Www.Celam.Org/Documentos/Documento_Conclusivo_Santo_Domingo.Pdf (20 Marzo 2023), 76.
182
Cf. JUAN PABLO II, Identidad y misión de la familia (Rio de Janeiro, Brasil 1997) 54.
75

Frente a la realidad del siglo XXI urge el compromiso por anunciar el auténtico
compromiso de la familia, como evangelizar la realidad familiar, promoviendo que ellas
recuperen su fundamental papel en la misión evangelizadora de la Iglesia. Dios quiso
venir al mundo en el seno de una familia. El Señor Jesús elevó el matrimonio a 39 la
categoría de Sacramento. La Iglesia a lo largo del tiempo, no ha dejado de defender a la
familia, y hoy más que nunca alza su voz, a veces lo hace sola, para desenmascarar, los
múltiples ataques de lo que es víctima183.

Lo que es la Enseñanza de la Iglesia


La familia, fundada y vivificada por el amor, es una comunidad de personas:
del hombre y de la mujer esposos, de los padres y de los hijos, de los
parientes. Su primer cometido es pues vivir fielmente y desarrollar dicha
comunidad de personas184.

En este sentido, es notorio que el Evangelio dio un nuevo impulso a la familia, la vida
como un lugar misterioso y fundamental para la evangelización. Explicitado el núcleo del
Evangelio de la vida, el Santo Padre Juan Pablo II indica que: Al mismo tiempo, se trata
se señalar todas las consecuencias de este mismo Evangelio, que se pueden resumir así:
la vida humana, don precioso de Dios, es sagrada e inviolable, y por esto, en particular,
son absolutamente inaceptables el aborto procurado y la eutanasia; la vida del hombre no
sólo no debe ser suprimida, sino que debe ser protegida con todo cuidado amoroso; la
vida encuentra su sentido en el amor recibido y dado, en cuyo horizonte hallan su plena
verdad la sexualidad y la procreación humana; en este amor incluso el sufrimiento y la
muerte tienen un sentido y, aun permaneciendo el misterio que los envuelve, pueden
llegar a ser acontecimientos de salvación; el respeto de la vida exige que la ciencia y la
técnica estén siempre ordenadas al hombre y a su desarrollo integral; toda la sociedad
debe respetar, defender y promover la dignidad de cada persona humana, en todo
momento y condición de su vida185.

183
Cf. G. FABIÁN, Misión de la Iglesia doméstica en la Encíclica Familiaris Consortio, 75.
184
Cf. JUAN PABLO II, Identidad y misión de la familia, 37.
70 Cf. JUAN PABLO II, Evangelium Vitae, 26.
185
Cf. JUAN PABLO II, Evangelium Vitae (Librería Editrice Vaticana 1995) 104.
76

Una misión que se basa en la voluntad de Dios, que quiere que todos los hombres sean
salvos y vengas al conocimiento de la verdad, conocer el camino de la felicidad. Este
designio universal de Dios en pro de la salvación del género humano no se realiza
solamente de un modo secreto en la mente de los hombres, o por los esfuerzos, incluso de
tipo religioso, con los que los hombres buscan de muchas maneras a Dios, para ver si a
tientas le pueden encontrar; aunque no está lejos de cada uno de nosotros (Act 17,27),
porque estos esfuerzos necesitan ser iluminados y sanados, aunque, por benigna
determinación del Dios providente, pueden tenerse alguna vez como pedagogía hacia el
Dios verdadero o como preparación evangélica186.

Dios, para establecer la paz o comunión con El y armonizar la sociedad fraterna entre
los hombres, pecadores, decretó entrar en la historia de la humanidad de un modo nuevo
y definitivo enviando a su Hijo en nuestra carne para arrancar por su medio a los hombres
del poder de las tinieblas y de Satanás (cf. Col., 1,13; cf. Act., 10,38), y en El reconciliar
consigo al mundo (cf. 2 Cor 5,19). A El, por quien hizo el mundo, lo constituyó heredero
de todo a fin de instaurarlo todo en El (cf. Ef., 1,10).

Terminado este trabajo, solo queremos llamar atención a todos que tienen la
oportunidad de educar, hazlo como la norma de Dios. Un ambiente favorable a la
castidad. Nos queremos en esta ocasión llamar la atención de los educadores y de todos
aquellos que tienen incumbencia de responsabilidad, en orden al bien común de la
convivencia humana, sobre la necesidad de crear un clima favorable a la educación de la
castidad, es decir, al triunfo de la libertad sobre el libertinaje, mediante el respeto del
orden moral187.

Según Familiaris Consortio, la familia es la primera comunidad llamada a anunciar el


Evangelio a toda persona y a conducirla a la madurez cristiana, a través de la educación

186
AD GENTES, Sobre la actividad misionera de la Iglesia, en:
Https://Www.Vatican.Va/Archive/Hist_Councils/Ii_Vatican_Council/Documents/Vat-
Ii_Decree_19651207_Ad-Gentes_Sp.Html (19 de marzo 2023).
187
Cf. PABLO VI, Humanae Vitae, 22.
77

por la catequesis, en el matrimonio y la familia porque estas están ordenadas a realizarse


en Cristo, tienen necesidad de su gracia, para ser limpiados del pecado, así obtener el
conocimiento pleno y realizarse en los designios de Dios. Mira a Walter Kasper: Las
familias, como iglesias domésticas, están llamadas de modo especial a transmitir la fe en
su medio respectivo. A ellas les compete una propia misión profética y misional. Su
testimonio es, sobre todo, el testimonio de vida, por el que pueden actuar en el mundo a
modo de levadura (cf. Mt 13, 33)188.

En el plan de Dios creador y redentor la familia descubre no sólo su identidad sino


también su misión: custodiar, revelar y comunicar el amor y la vida, a través de cuatro
cometidos fundamentales (cf. FC 17):

a) La misión de la familia es vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de


personas que se caracteriza por la unidad y la indisolubilidad. La familia es el lugar
privilegiado para la realización personal junto con los seres amados.

b) Ser como el santuario de la vida (CA 39), servidora de la vida, ya que el derecho a la
vida es la base de todos los derechos humanos. Este servicio no se reduce a la sola
procreación, sino que es ayuda eficaz para transmitir y educar en valores
auténticamente humanos y cristianos.

c) Ser “célula primera y vital de la sociedad” (cf. FC 42). Por su naturaleza y vocación la
familia debe ser promotora del desarrollo, protagonista de una auténtica política familiar.
d) Ser “Iglesia doméstica” que acoge, vive, celebra y anuncia la Palabra de Dios, es
santuario donde se edifica la santidad y desde donde la Iglesia y el mundo pueden ser
santificados (cf. FC 55). No obstante, las graves crisis de la familia, constatamos que
muchas familias latinoamericanas y del Caribe se esfuerzan y viven llenas de esperanza y
con fidelidad el proyecto de Dios Creador y Redentor, la fidelidad, la apertura a la vida,
la educación cristiana de los hijos y el compromiso con la Iglesia y el mundo189.

188
G. AUGUSTIN ET ALII, El Matrimonio y la Familia (Sal Terrae Cantabria España 2014) 161.
189
Cf. Documento De Santo Domingo, en:
https://www.celam.org/documentos/Documento_Conclusivo_Santo_Domingo.pdf (20 de marzo 2023).
78
79

CONCLUSIÓN
81

La vida humana es un don de Dios, como ha afirmado el Magisterio y la sagrada


escritura, por lo que nosotros queremos valorar. Después de haber realizado este
recorrido en torno de la naturaleza de la familia, por el destino del creador. Vimos que la
sociedad esta compuesta por familias, que esta fundadas en el matrimonio. Según la
Sagrada Escritura y el Magisterio, vemos que la familia es afirmada en todo el trabajo
como una comunidad de fe, esperanza y caridad.
Por eso desarrollamos en el primer capítulo la naturaleza de la familia, porque la vida de
familia es iniciación a la vida en sociedad. Enseñar al hombre a cuidar su dignidad y de la
vida, como a la preservación de la realidad familiar cristiana en contextos de
secularización creciente que llevan a proponer el proceso de nueva evangelización de
manera urgente.
En el segundo capitulo resaltamos la desnaturalización del don de la vida y como el
nuevo orden mundial ha influido en el desenfoque del sentido primordial de salvaguardar
este don de Dios, que ha recibido múltiples ataques que han lacerado su identidad y por
ende su sentido primario que se encuentra en la tradición y en la Sagrada Escritura.
En el tercer capítulo nos vemos como en dimensión antropológica, la familia, fundada en
el matrimonio, se asienta en unos presupuestos que la distinguen de otros tipos de unión:
igualdad entre el hombre y la mujer, el carácter complementario de ambos sexos. Por
tanto, el Magisterio, debe ser definida de manera correcta, la verdadera identidad de la
familia, de modo que quede claro el verdadero papel de la familia fundada en el
matrimonio y lo que la diferencia de las uniones de hecho.

Finalmente, el documento presentando profundiza en la naturaleza y desnaturalización de


la familia, por lo cual se apoya en tres personajes que han marcado la historia del fin del
siglo pasado y del comienzo del presente, tanto con sus obras académicas y su estilo de
vida. Son ellos: San Juan Pablo II, que fue un gran promotor de la familia, Benedicto
XVI quien confirmó que el verdadero amor hacia la familia es la libertad al servicio, y
Jorge Mario Bergoglio (en la actualidad Papa Francisco), que ha dicho: el que ama sirve,
la familia es el mejor asilo para los ancianos, es la gran riqueza social.
82

Por tanto, desde el Magisterio, la Tradición y el Catecismo de la Iglesia, tenemos la labor


eclesiástica de proteger a la familia y a la Iglesia misma, de los fenómenos del
postmodernismo que, en sus ideologías, está la destrucción integral de la familia, ésta que
representa la fecundidad, la caridad, el amor y la intimidad con Dios.

Como Iglesia desde su labor debemos transformar y/o renovar la misión de una nueva
evangelización fundamentada en la defensa y la reconstrucción de la naturaleza de la
pequeña iglesia doméstica que es la familia, siendo educadora, protectora y denunciante
de todo aquello que dañe a la familia y por ende, forma parte de la destrucción de la
sociedad, porque daña al plan original de Dios.
83

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