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Resumen de Arte V – II
(Del Arte Povera al Arte Protesta)

Arte povera: (del italiano, ‘arte pobre’), movimiento artístico de raíz italiana, que se inicia a finales de la década de
1960 y se caracteriza por el uso de materiales pobres, orgánicos y no industriales.
En 1967 se presentó en la galería genovesa La Bertesca una exposición titulada “Arte povera e IM spazio”, organizada
por el crítico de arte Germano Celant. Se mostraban los trabajos de una nueva generación de artistas que pretendía
disociar la creación artística de la idea de cultura. La muestra iba acompañada de un manifiesto del propio Celant, “La
banalidad elevada a la categoría de arte”, y desde allí se rendía culto a la pobreza (pobreza de materiales, de medios y
también de efectos), que se eleva como criterio absoluto. Estos artistas se caracterizan por su oposición al arte entendido
como mercancía y como producto tecnológico, así como por el deseo de volver a conectar con una naturaleza cuyos
procesos de crecimiento, transformación y degradación escenifican
Todos ellos presentaron objetos realizados con materiales orgánicos, no industriales, en constante mutación, efímeros,
frágiles, lo que simbolizaba su oposición al bien de consumo y también su rechazo al arte como producto de mercado. Se
pretendía reducir también los artificios lingüísticos en las artes plásticas, y, de este modo, “…el lenguaje es reducido a un
elemento puramente visual, privado de toda superestructura histórica o narrativa…”. El arte povera, por su parte,
perseguía una condensación de los signos, un empobrecimiento que los convirtiera en elementos cargados de energía y
simplicidad franciscana. Los artistas de esta tendencia rechazan el puritanismo y la homogeneización del minimalismo
americano y pretenden proponer una alternativa europea a la frialdad y los procesos modulares y estandarizados que lo
caracterizaban.
Se insiste, pues, en la presencia física del objeto, y los materiales que se usan (placas de plomo, de cristal, vegetales,
rocas, arcilla, etc.) apenas son alterados. Estos artistas exigen también la participación del espectador, invitado a percibir
de manera puramente sensible el objeto presentado, y no su carga conceptual. Su amplitud de miras y libertad ideológica
y estilística han hecho que estos artistas hayan seguido procesos evolutivos personales, aunque globalmente sus
cuestionamientos plásticos puedan contextualizarse plenamente dentro de la radicalidad contestaria de los 60’. Guarda
una estrecha relación con la voluntad de transformación social y política de esa época, y puede conectarse con otras
búsquedas experimentales del momento.
El arte povera se consagró definitivamente en la exposición del Museo Cívico de Turín en 1971 y en la Documenta V
de Kassel de 1972. El núcleo de los artistas povera sigue siendo italiano, con la adhesión al grupo de Mario Merz,
Giovanni Anselmo, Gilberto Zorio o Michelangelo Pistoletto.

Giovanni Anselmo: es uno de los artistas que reflejan el espíritu povera. A través de su pieza S/T (agua, acero y
algodón) (1968), el artista establece recorridos en los que propone descubrir la energía irradiada por los materiales y
estimular las sensaciones provocadas por la ubicación de los objetos en el espacio. En este trabajo se conjugan algunos
efectos entrópicos1, como el del agua del contenedor de acero que al ser absorbida por el algodón va desapareciendo,
con lo cual la obra se transforma constantemente. A través de esta obra se pueden entrever las búsquedas del artista de
un camino artístico y existencial que capta y manifiesta la energía interior de las cosas. Dirección (1967 - 1968).

Giannis Kounellis (1936 - ): su obra se caracteriza por la utilización de materiales efímeros, confrontados y
sugerentes. La pieza S/T (1969) es una muestra del uso particular de materiales tan originales y opuestos como son una
trenza de cabellos (frágil, moldeable y cambiante) y una rígida placa de metal que unidos provocan un efecto plástico de
gran fuerza poética.
Su obra globalmente se propone reencontrar el sentido de lo sagrado en un mundo profano y por su utilización del
fuego, como símbolo de sabiduría, de castigo y purificación se le ha comparado con un moderno Prometeo, como se
observa en una obra donde crea una flor de acero de cuyo centro surgía una llama (1967). S/T, lana blanca y negra
(1968).

Giuseppe Penone (1947 - ): sus obras están dotadas de una profunda melancolía, ante el deseo de retornar a un
mundo primigenio ya perdido y están imbuidas de un sentimiento panteísta a través del cual el autor busca fundirse con
la naturaleza. Este deseo de conexión quiere recuperar las energías generadoras de vida con el fin de liberar al ser
humano de las estructuras sociales que lo alienan, a la vez que pretende fijar el gesto mediante el cual el artista
interviene, aunque sea de forma efímera sobre la naturaleza.
Los procesos de crecimiento vegetal y los fenómenos atmosféricos se integran en sus intervenciones. Este es el caso
de Mi altura, la anchura de mis brazos, mi espesor en un estanque (1968). En esta obra el artista construyó en medio del
bosque un pequeño estanque con las medidas de su cuerpo, expresando así su deseo de fusión panteísta con la
naturaleza. Repetir el bosque (1969 - 1970), madera.

Gilberto Zorio (1944): en sus primeros trabajos se puede hablar de un teatro de acción pobre. Bajo el título genérico
Para purificar las palabras, ha realizado numerosas obras con las que se acerca a una plástica poética y alquímica. El

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Entropía: Medida de la incertidumbre existente ante un conjunto de mensajes, de los cuales se va a recibir uno solo.
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repertorio de materiales que emplea (hierro, plomo, cobre, vidrio, oro, fósforo, azufre, alcohol, ácidos, cera, caucho o
cuero) y los objetos que aparecen en sus obras (alambiques, estrellas, jabalinas), aluden también a ese deseo de
purificación y esencialidad. Todos los elementos de sus piezas están interconectados, dibujando circuitos por los que, de
forma real o imaginaría, circulan las energías. Tal es el caso de sus obras S/T, plomo (1968) y Canoa (1984).

Mario Merz (1925-2003): pintor italiano, una de las figuras más relevantes del denominado arte povera. Al contrario de
otros artistas del movimiento, Merz nunca abandonó totalmente el dibujo y la pintura, aunque su voluntad de traspasar
los límites de lo establecido ha inspirado toda su producción. Cuando en 1968 se adscribió al movimiento povera
presentó su primer Igloo, con la palabra luminosa Giap trazada en tubos luminosos de neón. A continuación le siguieron
otros construidos en tierra, barro, piedra, vidrio o ramas. El iglú se convirtió así en una construcción paradigmática dentro
de su obra, a medio camino entre la escultura y la arquitectura. Cierra en su interior un espacio de abrigo, pero es a la
vez, por su forma exterior, símbolo del mundo y elemento simbólico de conexión entre el macro y el microcosmos. El
autor considera el iglú como el habitáculo humano esencial y la forma orgánica más perfecta S/T, iglú de piedra, acero y
grapas (1994).
Más tarde proyectó un conjunto de obras numeradas según la serie de Fibonacci, una sucesión matemática en la que
cada número se obtiene como suma de sus dos inmediatos precedentes. A modo de ejemplo, los números
representados en neón sobre una escalera (Scala, 1971) fueron el 1, 2, 3, 5, 8, 13 y 21.
La gran fuerza de su propuesta radica en la creación de un vocabulario de imágenes arquetípicas, tanto en el orden
formal (la espiral, el iglú), como lógico (Fibonacci), que utiliza con gran libertad en muchas de sus obras.

Michelangelo Pistoletto (1933- ): En 1968 participó en la primera exposición del movimiento arte povera, pero ha
continuado siendo un artista independiente. Su obra tiene una dimensión que toca más directamente la esfera
existencial. En sus famosas series de “cuadros espejo”, de principios de los años 60’, el artista sustituye los fondos
tradicionales de la pintura por soportes de acero inoxidable pulido sobre los que puede reflejarse la imagen del
espectador, creando así relaciones de reciprocidad entre las figuras pintadas y las reflejadas, y jugando con la
ambigüedad y las fronteras que separan lo real y lo representado.
En su obra Arquitectura del espejo (4 unidades de espejo y madera dorada) (1990), el objeto artístico no acaba en sí
mismo sino que se abre al contexto arquitectónico en el que está situado a la vez que convierte en protagonista al
espectador que visita la exposición. A través de las imágenes reflejadas genera constantemente nuevas perspectivas y
múltiples visiones interpretativas. Los espejos, con sus marcos dorados, son considerados metáforas de la pintura, con la
que establecen una paradójica relación de diferencia, similitud y alejamiento al mismo tiempo.

Hiperrealismo o fotorrealismo: tendencia pictórica que surge a finales de los años 60 pero cobra auge en los
70’s. El hiperrealismo utiliza los géneros tradicionales de la pintura (el paisaje, el retrato, el desnudo), pero
contextualizados en la cotidianidad de la vida moderna. Sin embargo su mirada no es la del artista que compone los
elementos del cuadro a su antojo, que reconstruye un paisaje ideal, que ilumina caprichosamente el cuerpo femenino
para ocultar o evidenciar sus formas en función de búsquedas formales o simbólicas. El hiperrealismo quiere ser un
registro documental de la vida moderna, y para ello, con una técnica extraordinariamente precisa, los hiperrealistas
reproducen a gran escala fotografías tomadas de su entorno inmediato.
Las pinturas hiperrealistas reproducen fragmentos de lo real captados a través de la asepsia fotográfica. Encarnan una
mirada deshumanizada, desapasionada y que, sin embargo, por eso mismo, encierra la paradoja de su inevitable falta de
objetividad. Pues captan mucho más de lo que el ojo humano ve y redimensionan lo real otorgándole una nitidez y una
ampliación de detalles que solo existen en la ficción cinematográfica o en las vallas publicitarias. Bajo la neutralidad
aparentemente objetiva con la que el hiperrealismo representa la realidad, se cobija una reformulación subjetiva de esta
a través de la selección temática, la manipulación de la imagen mediante el encuadre y la escala, así como de la
visualización de elementos rebasando las posibilidades de visión del ojo humano. En suma, son imágenes que se
identifican con lo real por los hábitos visuales adquiridos mediante el cine y la televisión, imágenes, por tanto, cotidianas,
pero no imágenes de lo real.
Algunos autores, sin embargo, no utilizaban la proyección de diapositivas sobre la tela, sino que dibujaban una fina
cuadrícula sobre la fotografía y después copiaban la imagen. A pesar de ser estas obras monumentales, no poseen
valores estéticos, ya que son copias. Ponen en juego la tradición realista, intentando demostrar que su obra no es arte ni
verdadero realismo. Su intención es provocar la reflexión sobre estas cuestiones.
La vuelta al óleo y la figuración que marcaron estos artistas fue aprovechada e impulsada por el mercado del arte como
alternativa a las propuestas conceptualistas y otras acciones artísticas que en la década de los 70 pusieron en crisis al
mercado del arte. Entre los antecedentes de esta tendencia se encuentran la Escuela de Latón de Basura o de los 8,
Los inmaculados, la Escuela de Crítica Social y la de tradición norteamericana (especialmente la literalidad del
trampantojo y la ideología del Pop).

Malcolm Morley (1931, Londres): copia exactamente algunas postales turísticas, proponiéndose ser tan exacto que
cuadrícula el lienzo y copia la foto registro por registro, persiguiendo captar hasta el último detalle. Pinta extrayendo sus
modelos de la publicidad, pero el asombroso efecto ilusionista de sus imágenes queda en entredicho al copiar también
los mensajes publicitarios, revelando así su verdadera naturaleza como copias de copias de la realidad. Entre sus obras
más conocidas se encuentra NY City. Acordeón de postales (1973), esta constituye una serie de parabanes en forma de
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acordeón. Tenían imágenes en ambas caras, una de las cuales estaba invertida, para reproducir al máximo el modelo
original. El espectador estaba obligado a recorrerlo por ambos lados. Otra obra importante es Carrera de caballos (1970),
que reproduce un afiche.

Richard Estes (1936, Illinois, Estados Unidos): es quizás el más interesante de los pintores hiperrealistas. Prefiere
los paisajes citadinos y una de las características que él más explota es el reflejo de los edificios en los cristales Calle de
París (1972). A él sí le preocupa un tanto la estructura de la obra, readecuándola al rigor de la geometría compositiva,
fundamento básico de sus cuadros Downtown (1978). Su pintura, por tanto oculta un rechazo hacia la mimesis mecánica
de la realidad fotográfica para instalarse en la tradición de la pintura abstracta geométrica. Predominan los espacios
vacíos, ciudades donde solo hay objetos, sobre todo automóviles en detrimento de las personas que no se representan.
En estas obras se encuentran reforzados los ángulos.

Ralph Goings (1928, California, Estados Unidos): trabaja el tema del transporte, sobre todo los camiones. Su obra
muestra una preocupación por los reflejos del metal y un dominio del aparato. En sus obras están ausentes las personas.
En Aire acondicionado (1972) se aprecia su interés por el brillo y la luminosidad. Otra de sus obras es Interior (1972).

Robert Bechtle: pintó muchos automóviles Chevis del 60 (1971). Su pintura es inocua, sin valor plástico (la foto)
Bechtle Pontiac 61 (1968 - 1969), en esta obra aparecen personas pero el propio título privilegia al auto.

Chuck Close (1942, Washington, Estados Unidos): pintor estadounidense célebre por sus gigantescos retratos
basados en primeros planos fotográficos de sus amigos Richard, Frank ambos de 1969. Los rostros que pinta, y que
llegan a medir hasta 3 metros de altura, reflejan cada una de las arrugas y poros del retratado. Su técnica consiste en
proyectar una fotografía sobre el lienzo previamente cuadriculado y trasladar metódicamente, cuadrícula a cuadrícula, la
imagen a la tela.
En 1970 comenzó a pintar retratos en color y en las siguientes décadas pasó del hiperrealismo a una forma de
realismo más abstracto. Comenzó, por ejemplo, a añadir a cada cuadrícula su huella dactilar, que entintaba previamente
en una almohadilla, como en el caso de Robert/Huella dactilar cuadrada II (1978). Las huellas dactilares oscuras
conforman las zonas sombrías del cuadro, mientras que las más claras o fragmentos de éstas se utilizan para las zonas
más luminosas. Durante las décadas de 1980 y 1990 continuó experimentando con diferentes formas dentro de cada
cuadrícula, introduciendo en cada una de ellas pinturas abstractas en miniatura, que recuerdan a pequeñas amebas de
colores brillantes como el fucsia, el amarillo mostaza, el violeta oscuro y el turquesa. Si se observa la obra a cierta
distancia, esos centenares de formas abstractas llenas de color se combinan para conformar un retrato de una
minuciosidad en el detalle y de un realismo fotográfico impresionante.

Helnwein: representa una variante del hiperrealismo que descompone la fotografía Doloroso (1971). Usa una temática
muy violenta y posteriormente, a partir de la foto, construye una escena Stress (1980).

Philip Pearlstein: pintaba con modelos, constituyendo más un pintor académico que realista o hiperrealista. No
obstante es incluido como estrategia del mercado en el grupo de los hiperrealistas. Se caracteriza por sus desnudos
rigurosamente estructurados que conferían al realismo un tono frío y abstracto.

Escultura hiperrealista: a diferencia de la imagen pictórica, por muy fiel a la realidad que estas sean, solo la
escultura hiperrealista es capaz de captar la materialidad volumétrica que verdaderamente define el estatuto de lo real.

Duane Hanson (1928, Minnesotta, E. U. - 1996): la primera temática en que se interesó fue la de la violencia
Motocicleta (1969). También se interesa por el tipo de la clase media norteamericana Turistas y Bastón mayor (1971).
Realiza esculturas humanas de talla natural, a las que añade ropas y toda una serie de elementos complementarios y de
ambientación reales como se puede observar en sus obras Mujer en el supermercado (1970), una escultura de resina de
poliéster y fibra de vidrio policromada y Mujer con cartera comando (1973 - 1974).

John de Andrea (1941, Estados Unidos): realizaba desnudos completos de pasmosa exactitud, de tal modo que
hasta los poros, las arrugas y los pliegues de la carne aparecen más reales que en la realidad, al sobredimensionarse su
apariencia S/T (pareja) (1971). En su obra no se evidencia la deshumanización, centrándose solo en aspectos positivos,
como la exaltación de la belleza del cuerpo femenino y de su idea de juventud, apuntando así hacía un nuevo
humanismo. Como ejemplos de esto son Mujer en cama (1974) y La pareja (1978).

Ron Mueck: Padre muerto (1996).

Graffiti: inscripciones o signos anónimos dibujados o pintados en paredes de edificios, muros o vagones de metro,
cuyo objetivo principal es testificar la presencia de su autor en un lugar determinado. El origen de la palabra se encuentra
en el vocablo latino graphiti, que define las inscripciones realizadas en los muros.
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A fines de la década de 1960, comienzan a desarrollarse probablemente los graffiti más representativos, los del metro
de Nueva York. Es entonces cuando un joven mensajero de origen griego empieza a firmar como Taki 183 en las
paredes de los vagones del metro de esta ciudad con un rotulador. Realizados por jóvenes denominados writers
(escritores) procedentes de minorías étnicas (hispana y afroamericana) y ambientes sociales marginales, representan
una subcultura de la calle, espontánea y underground, conectada con la música rap, el break dance y el hip-hop. Se
establece como una lucha contra lo establecido, a modo de guerrilla urbana, que busca una libertad de expresión en
estado puro. No se trata ya de artistas de las distintas vanguardias que reaccionan contra el arte establecido, sino que
supone una verdadera trasgresión de los circuitos oficiales, puesto que el writer infringe la ley y no percibe remuneración
alguna por su arte.

Neograffittismo: Desde finales de la década de 1970, el fenómeno del graffiti se abre a los artistas blancos y se
eleva en Nueva York a la categoría de arte mediante el apoyo de ciertos críticos y galerías que comienzan a exponer la
obra de algunos writers convertidos en artistas, como Jean-Michel Basquiat, Keith Haring o Kenny Scharf, quienes
realizan en sus obras una mezcla de signos e imágenes tomadas de la cultura de la calle con otras procedentes de la
historia del arte o de la cultura.

Keith Haring (1958 - 1990): Haring se interesó vivamente por las líneas negras de los graffiti que artistas como el
estadounidense Jean-Michel Basquiat dibujaban en el metro, un tipo de expresión artística que empezaba a ganar
aceptación en las galerías de Nueva York. En 1979 utilizaba recortes de periódicos para crear falsos titulares como, por
ejemplo, “Reagan asesinado por un poli”, que posteriormente distribuía por la ciudad. En 1980 empezó a pintar graffiti en
el metro y en otros muchos lugares. Empleaba imágenes como un perro ladrando, platillos volantes que emitían rayos
luminosos y lo que él mismo denominaba su “bebé radiante”, un bebé sin cara rodeado de líneas luminosas, que se
convirtió en su firma. Dibujaba estas imágenes con un rotulador negro grueso o con tiza blanca sobre el fondo oscuro de
los carteles de las estaciones de metro. Aunque estas obras le hicieron famoso, fue arrestado en varias ocasiones por
dañar la propiedad pública. Al tiempo que realizaba estas pinturas callejeras, creaba también obras para exponerlas en
importantes galerías. La exposición que presentó en 1982 en la prestigiosa Tony Shafrazi de Nueva York tuvo un enorme
éxito y supuso el lanzamiento definitivo de su carrera.
Entre sus obras más conocidas se encuentran América (1984), El artista en Dusseldorf (1985). En SIDA (1985), Retrato
del artista(1985) y Muerte silenciosa (1990) hace referencia a su propia enfermedad y estado anímico y Perro, metal
constituye una obra volumétrica realizada en metal.

Jean Michel Basquiat (1960-1988): creador de graffiti, pintor y dibujante estadounidense, figura emblemática de la
década de 1980, que llamó la atención por su primitivismo intuitivo y como voz de las minorías étnicas. Creció en un
entorno familiar desgarrado y ya en su juventud entró en contacto con la subcultura de la gran ciudad. Basquiat se
convirtió en un protagonista del mundo de los graffiti. Siguiendo el consejo del autor de pintadas Al Diaz, se independizó
antes de haber concluido los estudios escolares y sobrevivió dibujando postales y decorando camisetas. También trabajó
como compositor y músico. A partir de 1979 se dedicó principalmente a la pintura. Completó su formación como
autodidacta y como oyente en la Escuela de Artes Visuales, donde contactó con el pintor y autor de graffiti Keith Haring.
A pesar de su temprano fallecimiento creó más de 1.000 cuadros y objetos, así como cerca de 2.000 dibujos. Entre sus
obras de estilo neoexpresionista cercano al graffiti cabe citar Six crimes (1982), Untitled (1982) y Hollywood africans
(1983). Falleció en Nueva York el 12 de agosto de 1988 a causa de una sobredosis de heroína. Retrato del artista y
Basquiat, son dos de sus más importantes obras, ambas de 1985, donde su temática referida a sus propios orígenes no
constituye una defensa de los derechos de la población negra, sino una exposición del mundo donde vive con todos sus
intereses y lacras. Utiliza la ironía del choque de culturas, a la vez que incorpora los mitos negros.

Kenny Scharf: Artista norteamericano cuya obra combina el graffiti con la instalación, realizando sorprendentes obras
dotadas de una gran fantasía y originalidad, entre las más conocidas están Closet (1984), donde rechaza violentamente
el mundo de la moda, es una experiencia que repitió muchas veces ante las innumerables peticiones, y Scharf (1985), en
la que el artista se autorrepresenta en medio de coloridos seres fantásticos de inmenso formato, sacados de los cómics.

Kitsch: Dicho de un objeto artístico: Pretencioso, pasado de moda. La esencia de lo Kitsch es la falsedad, pues
ofrece un falso democratismo, intentando ser popular; pero su espontaneidad calculada, planificada se corresponde con
un arte falso. Es importante diferenciarlo de lo cursi que en sí no está falseado, pues es una manifestación auténtica,
aunque tampoco puede ser considerado arte, al menos en muchos casos. El Kitsch es la obra que para poder justificar
su función estimuladora de efectos, se cubre con los despojos de otras experiencias y se vende como arte sin reservas.
Determinados artistas explotaron recursos del ámbito culto reduciéndolo a elementos kitsch, y los convirtieron en arte
al reinscribirlos en el contexto artístico.

Frank Stella (1936 - ): sus enormes estructuras de formas malas, especie de negativos que empleo en su etapa de la
nueva abstracción, manchadas con salpicaduras de colores agrios empastados se consideran exponentes de lo kitsch. Al
expandirlas en profundidad y superficie les dio el rango culto diferenciador por el impacto de lo evidente. Realiza obras
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con un alto grado de profundidad, las estructura de modo tal que devienen obras muy fuertes y violentas, tratando de
convertir lo negativo en positivo, lo no estético en estético; Anderstop (1981).

Nancy Kintisch: su obra se caracteriza por una imitación deliberada de todo el sistema kitsch en su vertiente más
popular. Tal es el caso de su obra Amor a la italiana, donde crea una estructura de tres paneles. En el primero reproduce
una sentencia sobre el amor, en el segundo una pareja besándose en un jardín y en el tercero una joven de larga
cabellera negra saliendo de entre olas o nubes. Simula un arte de mala factura por desconocimiento o falta de destreza.
esta obra afirma lo kitsch más popular, sin dejar de mencionar su sencilla espontaneidad y la validez de su mensaje.

Georganne Deen: es un claro exponente de lo kitsch, a partir de la apropiación de elementos de la sociedad


consumista y la imagen de la mujer en medio de esta sociedad. Ejemplo Venus de Manhattan.

Otros exponentes del fenómeno kitsch son: George Green, como ejemplo del uso de formas malas en la composición
(El ladrido quiere una zorra). Nancy Graves (1940 - ) con su obra Cavet Epton (1948) y Byron Werner con su Kennedy
psicodélico, obra que se incluye en esta temática por las implicaciones del personaje y por el empleo en la confección de
la escultura de yeso pintado, vinyl y colores escandalosos; realiza una falsa imitación del mármol.

Simulacionismo: Entre las acciones saboteadoras más discutidas de los modos de hacer arte está la que se
interesa por subrayar los mecanismos de la estrategia promocional de objetos de uso diario, incluidos los adornos. Su
propuesta artística es sumamente irónica.

Allan McCollum: estudió el fenómeno de la estética de los artículos de consumo en detrimento de sus valores de uso
en el mercado consumista norteamericano. Es precisamente esto lo que expresa en sus obras. Entre sus obras hay
instalaciones que remedan los stands de las tiendas o soluciones decorativas recomendadas por las revistas de
decoración interior. Hizo varias series de jarrones de yeso de gran tamaño, todos iguales, pero de una amplia gama de
colores acaramelados o decorados con franjas, como para satisfacer todos los gustos, Vehículos perfectos.
Otro ejemplo son sus obras llamadas Sustitutos, que remedan interiores de los años 50’, repitiendo la estructura
tradicional del sofá, con las mesitas a ambos lados y el conjunto decorativo de cuadritos en la pared, esta vez solo
marcos vacíos, dando a entender que al decorador y al usuario les es indiferente lo que se pinte, lo que se intenta es dar
un efecto moderno con la decoración de los cuadritos.

Jeff Koons: artista simulacionista que amplía esa otra forma de incursionar en lo kitsch con sus obras mercancías.
Encierra una atractiva aspiradora eléctrica en una impecable vitrina, Aspiradoras. Deja en suspensión y equilibrio
perfecto dos pelotas de baloncesto dentro de una pecera. Su ironía al asumir lo kitsch es un tanto ambigua y peligrosa,
dado que la seducción trasciende el objeto pelota, por ejemplo para actuar como elemento artístico de la obra en su
totalidad. En Autopropaganda el mismo se autopromociona como obra de arte, forma irónica de enfrentarse a la
cosificación del arte por el mercado.

Neohistoricismo: en los 70’ las posiciones extremas llegaron a afectar la solidez del mercado; también muchas
fueron quedando en el camino, bien porque se agotaron o porque fueron cooptadas entre la multiplicidad de opciones,
nueva estrategia mercantil que marca la era del cultivo hedonismo postmoderno, produciéndose una gran recuperación
del mercado artístico en los 80’. Esto se debió a un historicismo de nuevo tipo, surgido en Europa desde la década de los
70 que se institucionalizó y expandió a Estados Unidos en los 80’. Estuvo constituido inicialmente por el
neoexpresionismo alemán (Nuevas Fieras) y la transvanguardia italiana. Posteriormente se extendió a una
multiplicidad de “neos”, en su mayoría vacíos de un sentido inmediato, constituyendo un producto atractivo que nutrió a la
perfección la estrategia de la multiplicidad de opciones, entre los que se incluye el neohistoricismo clásico, que transita
por la historia del arte apropiándose de códigos anteriores al XX.

Neoexpresionismo Alemán: esta tendencia tuvo como antecedentes al grupo El Puente, Kokoschka, al
Realismo Expresionista (Köllwitz) y el Grotesco Expresivo (Kooning y Dubouffet), pues sitúa al problema humano como
centro de sus reflexiones, promulgando un rescate de lo perdido con el nazismo a partir de la búsqueda de una realidad
más allá de lo aparente. Así, bebe de lenguajes o estilos poéticos individuales, ahora recontextualizados, presentando al
arte como cita de sí mismo.

Georg Baselitz (1938): artista alemán, cuyo expresionismo figurativo contribuyó al renacimiento del arte
representacional en los 80’. Desde la década de los 50’ su obra se venía encauzando hacia el lenguaje expresionista. En
su Serie 1 S/T (1959), representa figuras con formas de monstruos, trabajando constantemente con grafía, trazos que
conforman su producción en un primer tiempo. En los 60’ crea una serie de pinturas que tienen como tema al soldado
perdedor, antihéroe, el hombre perdido, aunque también representa héroes insertos en el propio escenario de la guerra.
Aquí se va acentuando el trabajo con las texturas, que será característico de su obra.
A partir de 1969 comenzó a representar sus pinturas cabeza abajo, con el objetivo de atraer la atención del espectador
hacia las cualidades pictóricas y no hacia el tema del cuadro, sin embargo la poética violenta de sus obras incluye
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elementos de la iconografía germánica y se plantea el tema de la identidad alemana. En Adieu (1982), Baselitz pintó
figuras invertidas con un tono próximo al expresionismo, algo típico de su producción posterior al 69’.
Su obra provoca, irrita, arremete. Se mantiene muy figurativo, aunque matizado por el informalismo y lo gestual.
Baselitz fue uno de los artistas alemanes más importantes de su época y tuvo una influencia crucial en la nueva
generación de artistas figurativos que surgieron en Alemania y otros países occidentales en los últimos años de la
década de 1970 y durante la de 1980.

Jörg Immendorf (1945): empezó utilizando la pintura como un medio para criticar la situación política, pero también
para replantearse los valores estéticos e ideológicos imperantes. En 1977 inició la serie titulada Café Deutschland, que
constituiría su ciclo pictórico más conocido. El Café representa las turbulencias de la mente del autor, en la que se
mezclan simultáneamente símbolos y figuras del pasado germánico con personajes implicados en la lucha de clases. En
su obra Café Deutschland III (1978), representa el ambiente sórdido de un café alemán lleno de personajes grotescos,
entre los que aparece el propio artista apoyado sobre una mesa.

A. R. Penck (1939): quería hacer pinturas que comunicaran lo más directamente posible con el espectador. La
esquemática figura de un personaje con los brazos levantados aparece en muchas de sus obras, como un símbolo de la
estandarización de la era cibernética. Se inclina hacia un primitivismo que bebe tanto en las fuentes no tradicionales,
como el graffiti y la pintura infantil, como en el arte de figuras consagradas como Picasso o Dubouffet. A través de su
obra, de trazos simples y figuras esquemáticas, creó escenas que se convierten en símbolos de gran contundencia y
reevindica un vitalismo no constreñido por la rigidez de la geometría.
Entre sus obras más conocidas están El Camino (1963), Yo en Alemania del Oeste y Tríptico para Basquiat ambas de
1984. Obras que reflejan los conflictos en la Alemania de su época, ante la división originada tras la Segunda G. M.

Anselm Kiefer (1945): ha focalizado su interés creativo hacia la reinterpretación de sus orígenes culturales, así como
hacia la mitología nórdica y germánica, la alquimia y la historia reciente de su país. Su obra comenzó hacia 1969,
estrechamente relacionada con la idea de que Alemania tiene aún un destino que cumplir. El uso de materiales orgánicos
conecta formalmente su obra con la de los artistas povera italianos, pero, a diferencia de ellos, Kiefer solo está
interesado por su significación simbólica y no por la voluntad de oponerse al mercado del arte. El carácter escenográfico
de muchas de sus pinturas recrea imágenes arquetípicas como el bosque, el camino o la plaza, y juega con el alto valor
simbólico de elementos como la paleta alada, el fuego, la hélice o la serpiente.
En su serie Camino II, incluye figuras históricas alemanas de diversos momentos, estableciendo un diálogo entre ellos.
También representa paisajes que fueron escenarios de la propia guerra, reflejando la destrucción a partir de elementos
arquitectónicos, y mostrando en sus obras toda una indagación histórica. En su obra Dyonisius Areopagita. El orden de
los ángeles (1978 - 1982), se encierra un sentido simbólico siempre relacionado con la situación política y cultura
alemana, mediante una iconografía de desastres. Utiliza una técnica de superposición de fotografías recubiertas de
capas de óleo y materiales diversos como plomo, cinc, cartón y laca.

Algunos artistas alemanes interesados en lenguajes o poéticas específicas a través de la apropiación, marcaron un
segundo momento dentro de este neoexpresionismo alemán.

Helmut Middendorf: este artista se apropia del lenguaje de la etapa rosa de Picasso, y de la figura del Jinete Azul,
ejemplo de lo cual son sus obras Sobre la esfera (1984) y Corredor de Cabeza (1984).

Rainer Fetting (1949): trata temas tradicionales con unos trazos vivos y coloristas que dejan constancia de la fuerza
del gesto del artista y aluden a su manifiesta pasión por la tensión existencial de la figura, los escritos y el arte pictórico
de Van Gogh, así como el poder de la música rock y por el punk. Homenaje a Delacroix (1982), es una obra en que se
apropia del tema del caballo.

Marcus Lüpertz (1941): a realizado diversas series pictóricas entre las que destacan a partir de 1962, las pinturas
ditirámbicas, llenas de referencias mitológicas y temas de guerra (Ciclo micénico - 1985); las pinturas de estilo, en las
que niega ese concepto transitando por múltiples formas de representación; o las paráfrasis de los 80’, en las que
reinterpreta temas extraídos de obras de Poussin, Corot y otros pintores de la tradición clásica. Una de sus obras es 4
Cuadros sobre la guerra (1992).

Sigmar Polke (1941 - ): pintor alemán que suele combinar en sus lienzos, por lo general de gran tamaño, motivos
tomados de la historia del arte y de la cultura cotidiana con soterrada ironía y humor sarcástico.
En 1963 fundó junto a Gerhard Richter el movimiento artístico realismo capitalista, en irónica alusión al realismo
socialista. Satirizó las formas comerciales de representación de la publicidad y los medios de comunicación de masas y
criticó la tendencia consumista de la posguerra, así como el ingenuo optimismo acerca del progreso.
En sus obras de principios de la década de 1960, adoptó motivos sumamente banales del mundo comercial cotidiano y
de la vida de la pequeña burguesía y colocó, por ejemplo, calcetines, palanganas de plástico, tabletas de chocolate,
flamencos, palmeras o parejas de amantes en el punto central de sus cuadros. Como soporte, a menudo utilizó telas y
manteles corrientes y baratos. A partir de 1963 pintó los cuadros con una trama de puntos de gran tamaño inspirada en
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la serigrafía. En ocasiones también utilizó sustancias que se transforman con el paso del tiempo o que varían de color
dependiendo de la humedad ambiental.
Entre 1963 – 1969 pintó un conjunto de 12 óleos siguiendo el estilo kitsch, característico de los 50’, con un trasfondo
entre crítico y nostálgico. La apropiación de imágenes empezó a ser un procedimiento corriente en sus obras; la
superposición de estilos se convirtió en una práctica habitual que se basaba en una filosofía de la inclusión y no de la
exclusión y en una voluntad de eludir todas las ortodoxias. Desde entonces, se ha convertido en uno de los pintores más
polimórficos de la escena alemana. Juegos infantiles (1989).

Gerhard Richter (1932- ): En 1963 organizó junto a Konrad Fischer-Lueg y Sigmar Polke la exposición titulada
“Demostración para un realismo capitalista”. En ella se mostraba un gigantesco ready-made consistente en un zócalo
donde se instaló el contenido de una tienda de muebles, animado por la presencia de los artistas vestidos como hombres
de negocios. La exposición arrancaba del descubrimiento del Pop Art americano y el empeño por adaptarlo a las culturas
europea y alemana, creando así lo que sarcásticamente llamaron el ‘realismo capitalista’.
Se trata de un pintor bastante difícil de encajar dentro de un estilo, puesto que su polifacética obra presenta una gran
variedad: la pintura realista basada en modelos fotográficos (realizando paisajes desenfocados dentro de una escala de
grises o, más adelante, en color); la figuración (destaca la serie Retratos de hombres célebres, 1971-1972); sus gray
paintings; el expresionismo abstracto, a partir de 1979, con la serie de Pinturas abstractas, y también su acercamiento a
los temas clásicos, como sus vanitas (naturalezas muertas de carácter simbólico) con cráneos (No. 527 - 1983).
Otra parte importante de su obra es la que incluye la producción en vidrio y los monocromos, a partir de mediados de la
década de 1960. Se trata de enormes paneles, que miden 5 x 2,70 m, sujetados por unas estructuras de acero que los
sitúan a 50 cm del muro, y que, contrapuestos a una alineación de espejos pintados, producen una secuencia infinita de
reflejos.
Es él mismo quien reivindica esta diversidad de producción: “…huyo siempre de toda fijación… me gusta lo indefinible
y lo ilimitado, y también la continua incertidumbre…”.

Transvanguardia italiana: esta tendencia se desarrolló como parte del neohistoricismo de la década de los 80”
sus artistas agrupados y estudiados por el teórico Achile Bonito Oliva. Este se basó en determinadas características
comunes que identificaron las propuestas de estos artistas, como la recuperación del individualismo, un retorno a la
tradición iconográfica del propio país, una actitud nómada para transitar por los diferentes lenguajes de los distintos
estilos artísticos y la reivindicación de la memoria como nexo de unión entre el presente y el pasado. Para Bonito Oliva,
estos artistas recuperan el principio del placer de la creación pictórica frente al principio de realidad. La pintura
renacentista, y la metafísica de De Chirico y Carrá, son sus fuentes de inspiración más importantes.
Sandro Chía (1949): El gusto por la alegoría, el decorativismo barroco y la teatralidad de su obra, permiten la
convivencia en ellas, de gigantescas figuras humanas que parecen flotar en contextos oníricos Juego de manos (1981),
El Gladiador (1983). Los contornos de estos personajes, redondeados y delineados, recuerdan a los de Chagall. En
ocasiones la inclusión de textos supone una alusión explicativa directa al tema representado. Las escenas de vuelo y
levitación aparecen como metáfora recurrente de los tránsitos amorosos. S/T (1977-1984), Génova (1980).

Francesco Clemente (1952): constituye el más inquietante y prolífico de todos los pintores de la transvanguardia
quien realizó, en 1980, una obra titulada Myriads que se convirtió en el paradigma de la fragmentación y la voluntad de
deconstrucción que caracterizan al postmodernismo. Sus numerosos viajes a la India, NY., Japón y a muchas otras
partes del mundo, le han ayudado a concebir su yo, en permanente devenir entre el erotismo y la ascesis 2, entre
Occidente y Oriente. Las ambiguas y múltiples transformaciones de su pintura se derivan de la fluidez y adaptabilidad a
las infinitas posibilidades que le abre el azar de la existencia y de los viajes.
Su obra se caracteriza tanto por su fuerza plástica como por el contenido existencial y subjetivo de sus imágenes. En
su obra Mis padres (1982), el artista muestra una visión onírica, densa y compleja de sus progenitores. A través de ella
refleja su preocupación por ahondar en sus propias raíces biológicas y culturales. La obra está llena de símbolos
personales y de imágenes que aluden al viaje, a la vida y a la muerte. Una iconografía sobrecogedora, acompañada de
una policromía exaltada, configura el escenario sobre el que el artista se representa a sí mismo como ser fragmentado.
En S/T (1983) muestra una superposición de imágenes de diversos tamaños. En la obra se ve cierto expresionismo
pero resalta la marcada intención de rescatar la figuración de una forma algo grotesca. La obra resulta enigmática
haciéndose difícil descifrar el lenguaje de la pieza en sí. ¿Qué busca decir el artista? No es posible saberlo, estos artistas
no están interesados en la transmisión de un mensaje claro.
La pintura de Clemente transmite un vitalismo exuberante y alude, de una forma clara y directa, a la fascinación que el
artista siente por “aquellos que han pensado con su cuerpo”. Por ello, las referencias a la sexualidad y a las fuerzas
primigenias de los impulsos psíquicos son una constante en su producción. Sus producciones son célebres por la
elegancia de su dibujo y la mezcla onírica de psicología personal, historia cultural y simbolismo religioso. Sus figuras son
terrenales y espirituales al mismo tiempo y reflejan el ciclo de la vida humana desde el nacimiento hasta la muerte,
haciendo frecuentes alusiones a las actividades sexuales y otras funciones corporales. En sus cuadros emplea técnicas
diferentes haciendo imposible establecer una unidad entre ellos.

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Reglas y prácticas encaminadas a la liberación del espíritu y el logro de la virtud.
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A principios de la década de 1990 creó una importante serie de lienzos de grandes dimensiones titulada Las pinturas
negras, compuesta de varias piezas unidas en las que se representan imágenes derivadas tanto del arte indio islámico
como del hindú.

Mimo Paladino (1948): sus figuras sensuales y esquemáticas están llenas de referencias mitológicas y sus
simplificaciones figurativas aparecen entre signos esotéricos que evidencian el interés de este artista por el arte primitivo.
Sin embargo, según el propio Paladino, sus pinturas no narran, sino aluden, Tango 1983. Los elementos pintados no
quieren decir nada, y en sus referencias históricas aluden especialmente a la cultura antigua y clásica italiana, no solo a
través de imágenes, sino también mediante técnicas como el mosaico y el fresco, que en su obra se combinan con el
collage o cualquier otra técnica. No obstante, no se afilia a ninguna tendencia anterior en específico. Realiza interesantes
esculturas con referencias humanas, Ora Sesta, terracota con influencia de Chirico (1995) y Testigos (9 elementos) -
1988. Sus figuras son estilizadas y exclusivas de su obra.

Postmoderno clásico: los artistas buscan un estilo del pasado que les propicie la aceptación del público y el
reconocimiento. Creen que ya no se puede inventar nada por lo abarcador de la era de las comunicaciones. Abierta la
brecha de la imitación estilística el panorama artístico se inundó de todo tipo de estilos anteriores. Neoclasicismo,
simbolismo, romanticismo, clasicismo dieciochesco o renacentista, son saqueados por los artistas del postmodernismo
clásico, tomando tanto recurso de la aplicación del pigmento, formas de trabajar la luz, el espacio, la estructura, como
temas, y a veces hasta el carácter, la poética de un momento ya pasado.

Carlos Maria Mariani (1931 - ), italiano: en sus obras reproduce la visualidad neoclásica, particularmente de Ingres.
No obstante en la forma de tratar el tema, desvirtuarlo, se aprecia la ironía que marca el común de su obra, y la negación
de lo sublime de dicho estilo del pasado. La mano obedece al intelecto (1983), El pintor zurdo (1992), Prohibido despertar
a los dioses (1984), en esta última las figuras de los presuntos dioses duermen precisamente sobre ruinas de la
antigüedad clásica.

Stephen Mckenna (1939), G. Bretaña: su obra se caracteriza por un fuerte vínculo a los espacios arquitectónicos y
temas del mundo de la antigüedad, pero lo desvirtúa en composiciones caóticas O’Illium, o incitando a la reflexión sobre
la incapacidad del hombre para captar el sentido de una época ante los lugares históricos (Pompeya), Los espectadores
– 1986.

Werner Tübke (1920 ó 1929 - ): en sus obras retoma temas religiosos tergiversados, pasados por su creatividad, y
transpiran ironía, y desacralización. En Navidad representa a Santa Claus muy parecido a un cardenal. Por otra parte en
Descendimiento de la cruz (1983) se evidencia la influencia patente del Bosco en un ambiente dramático y catastrófico.
La división de las distintas escenas permite narrar a la vez que el descendimiento otros elementos de la pasión cristiana.

Stone Roberts: en su obra Janet (1984), aunque no copia a Vermeer si apropia de algunas de sus ideas, pero
introduce en la obra una silla roja muy moderna que parece un diseño de la Bauhaus.

Lincoln Perry (EEUU): sus obras están también cargadas de ironía, ridiculizando no solo escenas antiguas
Embarcadero de mañana (1985) sino también más contemporáneas Matrimonio y sagrado (1983), en ambas obras se
aprecia la falsedad de la escena narrada, a partir de lo forzado de las posturas y su irrealidad.

Escultura:
Igor Mitoraj: Copia para la eternidad, esta obra representativa de la creación escultórica de Mitoraj, constituye una
reflexión sobre la producción artística realizada para ser conservada y su finalidad imperecedera. Es una escultura de
impresionante acabado que refleja la gran calidad artística del escultor.

Jeff Koons: remeda con en sus esculturas periodos artísticos precedentes, aunque recontextualizados sin obviar las
notas de humor que se aprecian en las temáticas y el modo en que están trabajadas. Jeff e Ilona (1991), es una escultura
en mármol perteneciente a la serie Hecho en el cielo, que remeda las antiguas esculturas de busto. Por otra parte
Michael Jackson con mono, en el material usado (porcelana) y los colores que le imprime a la obra, se remite al rococó.

Edgar Allington (1948 – G. Bretaña): en sus esculturas se remite a los tema de la antigüedad grecolatina, pero con el
objetivo de denunciar la reproducción masiva para la comercialización de las imágenes pertenecientes a estas culturas
antiguas. Romanos desde los griegos en América (1987) y Dos Apolos mirando un vaso en rojo (1987).

Rob Gonsalves (Canadá): su propuesta artística no ha podido aún ser clasificada bajo tendencia alguna. En sus obras
se aprecia un interés por los ingeniosos juegos visuales vinculado a las ganancias de la Gestalt y a la obra de René
Magritte. S/T (2004) en la cual el agua de la cascada se transforma progresivamente en figuras de monjes.

Malcolm Morley (1931, G. Bretaña): El estudio del pintor (1968) es una copia que realiza este autor de una postal
sobre un cuadro de Vermeer. En Islas Little Palm (1991), se apropia del lenguaje vanguardista de Raoul Dufy.
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Englobados bajo el sobrenombre de Bad Painting, se reunieron en exposición las obras de una serie de pintores
estadounidenses que se oponían al intelectualismo de los artistas conceptuales de fines de los 70’ y buscaban en la
banalidad del mal gusto, una forma de liberarse de las restricciones en que estaba sumido el arte, y de conectar con
otras formas de expresión en las que la sensualidad del color, el efectismo y las disonancias, los empastes gruesos y los
trazos violentos, permitieron volver a conectar con una visión barroca y compleja que se alejara de la pobreza sensorial
del arte conceptual.
De todos modos, en E. U. A., los nuevos pintores toman fragmentos de su rica tradición contemporánea, en la que el
Pop ofrece un repertorio de imágenes y símbolos que no dudaran en utilizar junto a otras referencias tomadas con
absoluta libertad de la tradición europea.
La creación plástica norteamericana de estos años estuvo en sintonía con la pujante ola neoexpresionista que se
extiende por Europa durante la década de los 80’. Este deseo de recuperar el placer sensual de la pintura, de volver a
llenar la práctica artística de narraciones y ficciones, de referencias a la tradición clásica y romántica, propiciaban la
emergencia de múltiples resonancias alegóricas.

Julian Schnabel (1951- E. U.): es el más significativo representante de la nueva figuración neoyorquina. Su obra hace
constante alusión a la tradición judeo-cristiana. Realizó obras a partir del collage de platos rotos con referencias
implícitas al trencadís de Gaudí, que tanto fascinó a Schnabel, El mar (1980). En ellas, la aparición de figuras
antropomórficas o de los retratos de su mujer y su hijo ofrecen un contrapunto personal a los grandes formatos de óleo y
yeso sobre terciopelo, en los que rememora otros viajes. En su obra Exilio (1980) se observa una apropiación de la obra
de Caravaggio, mezclada con elementos diversos y diferentes códigos pictóricos. Por otra parte María Callas No. 2
(1982), es una obra abstracta, diferente a su obra anterior, con un alto simbólico de evocación que intenta sublimar la
obra. Ana Magniani (1985), es un grabado donde independientemente del lenguaje de vanguardia utiliza recursos
gestuales. Evidentemente es un artista que se ha apropiado indistintamente de múltiples lenguajes en la historia del arte,
tal es el caso de Eulalio Epicantlos después de ver St. Jean Viannay (1986), en que recurre al surrealismo combinado
con un paisaje sencillo.
En su conjunto, la obra de Schnabel constituye un apasionado, melancólico e intenso ejemplo de cómo el collage
puede convertirse en signo y símbolo del carácter fragmentario de la vida, de cómo los grandes formatos permiten al
hombre tener conciencia de su escala frente al mundo y de cómo el artista ha de defender la libertad en el arte sin miedo
a los errores. Las gigantescas dimensiones de sus pinturas pretenden crear una nueva relación con el espectador.

David Salle (1952): sus superposiciones y transparencias son un ejemplo del uso arbitrario de fragmentos de
imágenes extraídas de contextos diferentes, como recurso para mostrar que su valor pretende ser puramente formal y no
narrativo, no se propone ningún significado, sino crear un espacio con imágenes diversas que permitan al espectador la
interpretación de acuerdo con el modo de sentir y actuar en su momento histórico. Constituye así uno de los mejores
ejemplos de deconstrucción plástica, tal como muestran sus obras Arbusto ardiendo (1982) y Papel azul (1986), donde
incluye desnudos femeninos en poses algo grotescas. Deja sus obras abiertas, con el fin de que las futuras generaciones
las resemanticen. Sus cuadros pretenden gustar, chocar y violentar al mismo tiempo. Usa la yuxtaposición para crear un
mundo caótico semejante a la sociedad actual, en opinión de algunos críticos. Salle retoma con cinismo postmoderno un
recurso que Picaba utilizó con una voluntad desmitificadora y contestaria.

Otras formas de apropiación. Redefinición del arte* (consultar libro de la Jubrías): a partir de
las obras de un grupo de artistas que aquí se incluyen se observan manifestaciones de protesta en disímiles sentidos,
sirviendo de continuidad a los problemas del moderno. Algunos de los artistas más representativos de esta tendencia
son: el Grupo Crónica (Homenaje a Sorolla), Peter Blake (El encuentro; Buenos Días) este autor retoma temas del XIX,
específicamente en esta obra de una pintura de Courbet; Brad Holland (Conferencia ecológica, 1975) se apropia del
Gótico Americano de Grant Wood la japonesa Mariko Mori (Star Doll, 1998) quien se apropia del lenguaje de los cómics
asiáticos y los dibujos manga de los que toma un detalle, lo magnifica y antropomorfiza; Elaine Sturtevan (Niña con cinta
de Lichtenstein) y Sherry Levine con varias obras como De WPA Walter Evans (1981), la Fuente (1989)
recontextualizando el Urinario de Duchamp y otros. Todos ellos se apropian de obras o discursos precedentes de la
historia del arte, que en su momento marcaron pautas, y que ellos retoman, recontextualizándolos como parte de la
vuelta a la figuración.

Significados en torno a la cuestión del hombre: se suele identificar la sensibilidad postmoderna con las
posiciones hedonistas. Sin embargo, al analizar las manifestaciones artísticas del periodo se vislumbra otra alternativa: la
de los artistas que no aceptan y luchan por su verdad. Tres son los ejes de respuesta al problema del hombre: el primero,
el rescate de los valores humanos, del sentido de la vida, la sencillez de las relaciones; el segundo lo constituye el arte
que expresa la deshumanización en que se vive y el tercero es la protesta concretamente, que intenta denunciar las
contradicciones y la transformación de la sociedad. El hombre se resiste a ser cosificado, deshumanizado.

Ecologismo: algunos de los artistas que se enmarcan en esta tendencia son: Brad Holland con su obra
Conferencia Ecológica (1975), Christo con Árbol empaquetado, Laurie Anderson con algunos de sus performances, las
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instalaciones de William Wiley en las que se muestra la huella que ha ido dejando el hombre a lo largo de su historia
(Fragmentos de nave, 1969), donde reconoce a todos los navegantes anónimos del mundo; el artista del Land Art,
Michael Heizer (La ciuda, complejo 1 – 1972-1974),donde alude a las culturas prehispánicas; y la polaca Magdalena
Abakanowicz, 1930 con su Manos como árboles.

Tony Smith (1912-1980): escultor estadounidense nacido en South Orange, Nueva Jersey. Arquitecto en un principio,
se convirtió en la década de 1960 en fundador de la escuela minimalista de escultura. Sus enormes trabajos, realizados
en acero o en imitaciones hechas de conglomerado de madera, suelen componerse de elementos modulares pintados de
negro con radicales, masivas y poderosas formas geométricas. Smog (1973), es un ejemplo de sus inmensas obras
minimalistas ubicada en un espacio natural que alude por el título a su interés por la preservación ecológica y su
denuncia de la destrucción de la naturaleza, muy a tono con los presupuestos del Land Art.

Alan Sonfist: artista norteamericano que realizó diversas acciones con un interés ecológico, una de las más
importantes es su Paisaje temporal, para la realización de la cual pidió autorización estatal y transformó durante un
tiempo el entorno circundante a una gran carretera, intentando reproducir el aspecto salvaje que tuvo antes de ser
modificado.

Lothard Baumgarten, Alemania: fue alumno de Beuys en Dusseldorf, de ahí su acercamiento al arte conceptual y
sobre todo a la utilización de textos con el fin de rescatar del olvido los nombres indígenas de América, por ejemplo pintó
nombres de los pueblos indios de Norteamérica en plumas de águila y llenó una sesta con ellos. En 1984 hizo un piso de
mármol con los nombres de los ríos sudamericanos, en el metro de París sustituyó como parte de una actividad los
nombres napoleónicos de las estaciones por nombres desaparecidos de poblaciones dominadas por el colonialismo
francés. En esta misma cuerda se ubica su obra La gran sabana (1986), una gran instalación de varias dependencias
con nombres de pájaros y plantas reales autóctonas alternando con huacales llevados de Occidente.

Ana Mendieta (1948 - 1985), Cuba-NY.: consideraba al cuerpo de la mujer como la fuente de energía primordial para
establecer el contacto con las fuerzas ancestrales de la naturaleza. Retomando el potencial erótico y generador de las
Venus del paleolítico, Mendieta usó su cuerpo para realizar múltiples intervenciones que interconectan los presupuestos
estéticos y conceptuales del Body Art, del Land Art y del performance. El fuego, el aire, el agua y la tierra son los
soportes en los que la huella o la silueta de su cuerpo se recorta y se funde con los elementos “Mi arte es la forma como
restablezco los lazos que me unen con el universo”. Silueta en fuego (1975), tierra, ropa y fuego y Árbol de la vida serie
de 1977, cuerpo hecho de tierra con arcilla y tierra.
Durante el verano de 1981, grabó siluetas de figuras femeninas en las paredes de dos cuevas del parque estatal de
Jaruco, cerca de La Habana, en un intento de volver a conectar con los mitos prehispánicos de las Antillas. Todo su arte
intenta profundizar en la identidad ancestral y relacionarse con los ciclos de muerte y renacimiento característicos de los
procesos naturales.

Ian Hamilton Finlay (1925-2006): Siguiendo el ejemplo de Apollinaire se interesó por la forma de las palabras,
explorando las posibilidades de la poesía como arte visual. Comenzó a crear una serie de obras pictóricas de palabras e
imágenes de varios tipos, incluyendo la creación de un ‘jardín clásico’, heredero de la tradición inglesa del jardín
pintoresco, con esculturas e inscripciones, en Pequeña Esparta, su casa en las colinas de Pentland, un pequeño lugar
incontaminado de comercialismo. Allí vivió desde 1966, en un espacio donde combinó paisaje, esculturas neoclásicas y
poesía, concebido todo como un espacio natural mejorado por el intelecto. En las cuatro hectáreas que ocupa el jardín se
concentran templos cubiertos por la hierba, lápidas, estelas conmemorativas, esculturas simbólicas y epigramas tallados
en las rocas, siendo muy conocido su homenaje a Durero (A. D., 1975) al colgar de un árbol un pequeño relieve con la
firma característica del artista; en un intento por crear la obra de arte total. También diseñó un jardín en el parque
Stockwood, Luton.

Nuevo Humanismo: la condición humana, la necesidad de someterla a un análisis riguroso para despojarla de la
falsedad, es tema de varios artistas.

Christian Boltansky (1944 - Francia): sus instalaciones aluden obsesivamente a la necesidad de la memoria colectiva
para determinar los parámetros de la ética personal y apelar a la capacidad de juicio para desvelar la crueldad y la
violencia humanas. Cuando expone su trabajo fuera de las salas de un museo o de una galería su obra adquiere una
dimensión social que llega a ser estremecedora, como son las intervenciones que realizó en 1996 en la Iglesia de Santo
Domingo de Bonaval, en Stgo. de Compostela, España, donde recrea altares con imágenes de personas desaparecidas,
ropas usadas (Personas desaparecidas)o proyecciones de sombras.
En obras como Vitrina de referencia (1970), reúne documentos y recuerdos personales que ordena a modo de reliquia.
Es un modo de plasmar el sufrimiento, el dolor y los conflictos del individuo con respecto a los recuerdos, a los fantasmas
de un pasado personal y colectivo.
Monumento (1985) es una instalación en dos estancias, en la exterior una pared llena de retratos de niños con
lucecitas y en la interior un altar (“el altar de los niños muertos”) con más retratos de niños y más luces. Pero los
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retratados no han muerto realmente, solo los niños que un día fueron. Otra obra suya con una temática similar fue Mar de
los muertos (1990).

Jon Borofsky: realiza dibujos vinculados a experiencias personales. Va acumulandolos y luego los exhibe,
apropiándose de las paredes y hasta del techo. En Sueño de Hitler (1979), se hace eco de la opresión a que es sometida
el pueblo por las fuerzas del orden, la obra está realizada a modo de graffiti y la figura del hombre que corre y del hombre
con portafolios, son emblemáticas de su producción. Pues incursiona repetidamente en las instalaciones, siempre
alrededor del tema del hombre, utilizando las imágenes anteriormente mencionadas. Ejemplo de ello es Instalación
(1982), donde el hombre del portafolio en el techo representa el hombre universal, con sus sueños, miedos y dudas a
cuestas, o él mismo, con sus dibujos en el portafolio. En su Instalación en Seatle con el hombre del martillo, hace
referencia a las problemáticas del obrero del mundo entero, el hombre transformador, en una pieza de gigantesca
dimensión. Otras obras importantes por esta misma línea son Molécula de hombres y Caminando en el cielo (2004).

Buster Simpson, E. U.: en su acción Tenderas compartidas (1978), une mediante tendederas de ropa dos edificios de
clases sociales diferentes, y es reflejo de la intención de la obra de este artista de mostrar y repercutir en la falta de
comunicación entre las personas.

Deshumanización y violencia: la deshumanización es consecuentemente uno de los significados


homocéntricos de mayor generalidad en el arte postmoderno. Se da en distintas variantes, bien relacionada con el
extrañamiento del hombre en un mundo dominado por los objetos, en la propia objetivación de la imagen humana, o bien
subrayando la violencia que tiñe la contemporaneidad.

Ray Johnson, E. U.: en su obra Elvis Presley No. 1 (1955), muestra la imagen de Elvis llorando sangre, condenando
así la cosificación y explotación de su persona por parte de la sociedad de consumo norteamericana para convertirlo en
un ídolo cultural y sexual.

Robert Longo, E. U.: realizó obras escultóricas y dibujos en alusión a la violencia oculta en la lucha por el poder.
Trabajó en una obra de tres piezas La lucha de las corporaciones (1982) – granito y metal, con un relieve al centro de
gentes agrediéndose entre sí, y dos bloques negros, imágenes de poder, a ambos lados. Otras de sus obras son: Ahora
todos (1982 - 1983), serie Riot Blanco (1982), Master Jazz (1982 - 1983).

Otros artistas que tratan con fuerza esta temática son Arnulf Rainer (1929, Austria) con Autorretrato, 1975; Hugh
Weiss, Yo también, yo soy libre (1975-1975); Jake y Dinos Chapman, De Goya los desastres de la guerra; Wolfgang
Mathever – Alemania, Aterrorizados (1977); Yasuma Momura – Japón, Retrato (Rojo 1) – 1988; Gottfried Helnwein –
Austria, Stress (1980), Autorretrato (1983), Búsqueda (1997); Magdalena Abakanowicz, Multitud III (1988-1989) – 50
figuras de resina, Espaldas sin brazos (1992); Ron Mueck, Muchacho (2001), Hombre sentado, Mujer acostada, Mujer
en estado; Laurie Anderson con sus performances sobre la incomunicación.

Arte de protesta: preferimos el término protesta por permitir la inclusión de posiciones en contra de todo lo que
genera contradicciones internas, aunque no sean fundamentales, y a la vez admite todos los niveles, medios y recursos,
hasta los que no trascienden la intención del artista, pero sí constituyen una protesta. Los problemas que refleja este
arte, las causas que defiende, evidencian para nosotros contradicciones propias del sistema capitalista, aunque es casi
seguro que la mayoría de los artistas no lo han concientizado así. Apoyar una causa de interés para toda la humanidad,
disentir respecto al racismo u a otras formas de discriminación, y hasta tratar de resolver problemas locales que les
impiden desarrollarse como artistas, tienen como trasfondo social el problema planteado en términos de derechos
humanos.

Protesta política: Durante el periodo 60 – 90, aparecen una serie de organizaciones o grupos que a partir de sus
acciones demuestran inconformidad en diversos sectores de la sociedad, utilizan recursos novedosos como los carteles,
en un principio anónimos, y posteriormente incluyendo mensajes escritos para apoyar la imagen, La guerra es un buen
negocio. Invierte a tu hijo. Entre estos grupos se encuentra la AWC. (Art Workers Coalition), quienes realizaron una
serie de acciones, entres las que se destaca la referida a la masacre de My Lai, un performance llamado ¿Y los niños?
(1969). En el propio año la AWC realizó una peregrinación performática contra la guerra de Viet Nam. El PADD es otro
grupo que realiza el performance Guerra Imaginaria en el Pentágono (marcha hacia Washington contra la intervención en
el Salvador) 1981.
En el año 1970 el grupo de artistas Guerrilla Artística, desarrollo el performance Demostración ante el Guernica, el año
anterior había realizado otro donde exigía la renuncia de los Rockefeller al consejo del MOMA.
Algunos artistas con su obra individual aluden a diversas problemáticas sociales. Tal es el caso de Annie Newmarch,
Australia 1980 con la Cita del pastor Niemöllers. Masato Nakamura, Japón, quien denuncia el efecto nocivo de las
multinacionales, específicamente la McDonalds en la ciudades del mundo, con su instalación Fast and Show (Bienal de
Venecia 2001). Yinka Shonibare, Instalación vs. Colonialismo en Documenta 11.
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Krzysztof Wodiczcho (1943), Polonia: su obra es iniciadora de un arte público que comenzó siendo el monumento
conmemorativo de un acontecimiento político, para después convertirse en testimonio de la libertad individual del
creador. Alejándose de la tradicional definición que asocia la obra de arte exclusivamente con una escultura situada en
una plaza o un jardín, este nuevo tipo de manifestación cultural implica el compromiso directo del artista con su
audiencia, para compartir sus preocupaciones e ilusiones. La obra como artefacto puede ser inexistente. Son típicas de
su obra las proyecciones de imágenes que aluden a la violencia de la política exterior de los E. U. A. y de la sociedad
norteamericana de su momento. Con su intervención Trabajos de 1988 proyectó sobre la fachada del Hirshhorn Museum
imágenes referentes a las elecciones de 1980, poniendo de manifiesto la paradoja entre la cara amable de la América de
Bush y el amplio despliegue de fuerzas americanas por todo el planeta. Otras de sus obras son Proyección en la Iglesia
Martin Luther en Kassel, Alemania (1987) y Proyección en Hiroshima.

Jenny Holzer (1950), E. U.: su obra es un excelente ejemplo para comprobar como la aparición de nuevos soportes
tecnológicos electrónicos abre nuevas vías para la imaginación de los creadores. Se basa esencialmente en la utilización
del lenguaje escrito, que presenta en todo tipo de espacios públicos en forma de texto impreso sobre papel, grabado
sobre mármol o como lo que se ha convertido casi en la identificación de su estilo personal: los “ truismos”, una especie
de mensajes electrónicos dirigidos a la comunidad mediática, que emplaza en letreros luminosos de los que se utilizan
habitualmente para publicidad. Un ejemplo es El abuso del poder viene sin sorpresa, un cartel luminoso expuesto en una
céntrica esquina de Manhattan
A partir de 1986 concibió las series Survival, en las que ha ido integrando progresivamente el tono subjetivo, al tiempo
que su narrativa ha ganado en complejidad y sensibilidad frente al lugar en que iba a ser expuesto su trabajo, Instalación
en la Bienal de Venecia. Los temas a los que repetidamente se refiere son la guerra, la sexualidad y la muerte. El
carácter público que la artista quiere dar a su trabajo le ha llevado incluso a inscribir sus comentarios sobre la vida y la
moral en camisetas, lapiceros, anuncios de televisión, paradas de autobuses, etc. También seguirá la misma línea de
trabajo usando proyecciones de textos, tal es el caso de La guerra comenzará en secreto, es hora de detenerla.

Hans Haacke (1936, origen alemán): con extraordinaria lucidez ha utilizado los principios del conceptual para
evidenciar el funcionamiento de los mecanismos que relacionan el arte con la sociedad y cuestionar las estructuras
sociopolíticas y culturas dominantes. Tal es el caso de su proyecto de instalación Caligrafía (1989), que consistía en la
colocación en el centro del patio principal de la Court d’Honneur de una zona plantada con la forma del mapa de Francia;
con una fuente cónica delante con la palabras Libertad, Igualdad y Fraternidad, escritas en árabe, denunciando la
existencia de una sociedad multicultural y multirracial, fundamentalmente árabe en Francia.
En Comprando Acciones (óleo sobre tela inacabado enmarcado en oro), parece realizar un retrato oficial de Margaret
Thatcher, sin embargo, es una denuncia de las controvertidas relaciones de la primera ministra británica con dos
empresarios que denuncia los negocios irregulares y especulaciones de la compañía Saatchi & Saatchi, que se convierte
también en blanco de su obra The Saatchi (1987). También es muy conocida su instalación Homenaje a Marcel Brotares
(1982).

Minorías: también se ha extendido en las últimas décadas la obra de diversos artistas cuya propuesta constituye una
denuncia contra la discriminación de la mujer y de minorías étnicas y raciales, sean chicanas, puertorriqueñas, latinas en
general o negras. Las instalaciones, los carteles y todos los medios que sirvan para mover la opinión sobre la mujer, son
igualmente utilizados por grupos feministas o artistas aislados, ejemplo de lo cual lo constituye el cartel anónimo de 1968
Asesinato de Martín Luther King. Entre los principales exponentes de este arte de protesta se hayan Iras Hall con su
cartel Año internacional de la mujer; Barrie Kelly con Documento Post Jartum (1975); Georganne Deen, Los clásicos
(1999) – óleo y collage; Ron Mueck con obras como Mujer en estado y Andrés Serrano quien realizó una serie
fotográfica Estudio de un “sin techo”, reflejando las problemáticas de la marginalidad.
Gottfried Helnwein, en varias de sus obras trata el tema del abuso infantil. En La niña del domingo (1972), se
pronuncia en contra de los abusos sexuales a niñas; mientras Ángeles durmiendo (1999) es una denuncia de las
experiencias nazis con fetos, al igual que en su serie Epifanía (2000).
Gilbert & George, pareja de artistas homosexuales que se pronuncian a favor de la homosexualidad en sus diversas
acciones performáticas, como son Cantando (muy cercana al Body Art) y Ellos (1986), donde aparece una imagen de la
pareja vestidos iguales años después. Sobre el mismo tema trata la obra del alemán Franz Gertsch, Marina y Luciano
(1975), donde refleja los límites imprecisos de la apariencia de las personas independientemente de su orientación
sexual. Vinculado a esto y desde una postura de defensa al universal sentimiento del amor gira la propuesta de Félix
González Torres (Cuba 1957 – NY. 1996), con obras como Amantes perfectos (1987 - 1990), donde dos relojes
dispuestos uno junto al otro marcan la misma hora; Retrato de Ross (1991), un homenaje a su fallecida pareja
sentimental y Valla anunciadora (almohadas), que también trata sobre el tema de la convivencia e intimidad de la pareja.
La revista Art Forum se hizo eco de las manifestaciones de protesta contra la discriminación en sentido general,
incluyendo en uno de sus números una sección sobre el abandono social de los enfermos de Sida, cuestionando la
actitud de las damas de sociedad inglesas que se ocupan de los hijos de enfermos de Sida, para la publicidad. Se basan
para ello en la inclusión en la portada de la revista de un texto que termina en la pregunta ¿Y las madres?, junto a la
fotografía de una de esas damas con un bebé en las manos.
13
Barbara Kruger (1945), E. U.: en su obra juega con los lenguajes de la comunicación de masas. Para ello yuxtapone
frases cortas y contundentes sobre imágenes fotográficas extraídas de los medios de comunicación de masas y, así,
utilizando sus mimos códigos, critica la forma de vida de la sociedad occidental. La estética de sus imágenes recuerda la
de la famosa revista Life, de la que toma el característico e impactante grafismo de letras blancas, sobre fondo macizo
rojo. Su fotografía de dimensiones apabullantes S/T (1987), (compro luego existo) es una muestro de ello. Otro de sus
trabajos es: Es nuestro placer asquearte a ti.

Carolee Scheneemann: luchó por el derecho a exhibir su cuerpo desnudo y contra el patriarcado, algo evidente en
sus obras Eye Body (1963) y Carne fresca; morfología de un sueño (1983); integrando su cuerpo desnudo en la obra que
contiene dibujos a modo de graffiti y otros objetos.

Cindy Sherman: a partir de fotografías propias, que supuestamente toman como modelos a las heroínas típicas de
Hollywood o modelos de revistas de moda, intenta mostrar como la mujer ha perdido su personalidad ante los
estereotipos y tendencias de la sociedad. Tal es el caso de sus fotografías seriadas de 1983: No. 117, No. 118, No. 142,
y S/T, s/f donde deforma su propia figura que semeja un maniquí a partir del maquillaje y el vestuario.

Grupo Las Camareras: sus integrantes combaten la explotación, y una de sus actividades fue ir vestidas de
camareras y desfilar en una parada, California 1979.

Grupo Ariadne (Suzanne Lacy y Leslie Labowitz): trabajan el tema de la violencia contra la mujer en sus
performances muy agresivos en sus representaciones por la vestimenta, los textos y la actuación en general, De luto y
con ira (1987) – performance contra las violaciones.

Judy Chicago (1939), E. U.: dirigía un grupo cuyos integrantes organizaban performances en los que se denunciaba la
situación de la mujer en la sociedad contemporánea. Abluciones (1972) es una de las más significativas de aquel
momento y alude a la violación sexual. A través de esta y otras intervenciones creativas, las artistas feministas
comenzaban a introducir nuevos parámetros en las formas de entender el arte, la vida y la crítica social, así como a
manifestar públicamente el rechazo por las formas de opresión y violencia contra las mujeres. Pero quizá la obra que ha
quedado como símbolo de las reivindicaciones feministas sea La Cena (1974), una enorme pieza escultórica en la que
sobre una mesa triangular, se rendía homenaje a 39 mujeres cuyos nombres aparecían inscritos en los manteles
mientras que en suelo de cerámica aparecían casi mil referencias más a otras figuras femeninas.

Judy Baca: se puede considerar antológico el Gran Muro de los Ángeles (1976), mural de 325m. de largo que Baca
auspició y tutoreó, orientando a la comunidad chicana de Los Ángeles que pintara algo alusivo a la historia de California
vista desde la verdad de los chicanos.

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