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LA ÉTICA DE LOS SOFISTAS.

Los sofistas se desarrollan en el contexto de la filosofía de la Antigua Grecia, que se extiende desde
el Siglo V a. C., hasta el siglo II a, C. En las reflexiones de estos filósofos griegos, se encuentran
todos los aspectos que conforman la moral y moralidad del individuo, concebido este como
miembro de una polis o Ciudad-Estado.

De ese conjunto de reflexiones surge la ética, como la disciplina necesaria que dará razón sobre la
esencia de la moral, pues interesa saber, al margen de las opiniones y creencias del sentido
común, si su naturaleza tiene un carácter divino, natural o propiamente humano y cuál es su
función social o comunitaria, para el proceso de formación del propio individuo, en tanto sujeto
moral.

Los sofistas se ubican también en el período llamado presocrático, es decir, anterior a Sócrates,
más en dicho período se encuentran también, los primeros filósofos que abordaron centralmente,
la problemática relacionada con la naturaleza o cosmos. ¿Qué es el ser de las cosas? ¿Se puede
determinar o es indeterminado? ¿Es de carácter material o de otra naturaleza? ¿Lo podemos
percibir con los sentidos o es trascendente a los mismos? Entre los primeros filósofos encontramos
a Tales de Mileto, Anaxágoras, Anaxímenes, Heráclito, Parménides, Anaximandro, Demócrito y
Leucipo, entre otros. A toda esta corriente del pensamiento filosófico se le conoce como la de Los
presocráticos.

SIGNIFICACIÓN DEL VOCABLO SOFISTA.

El término sofista, proviene del vocablo sofós, que en griego significa sabio. Y en realidad, los
sofistas eran consecuentes con el apelativo con que se les conoce en la historia de la filosofía,
aunque sus detractores trataron de desvirtuar sus posiciones filosóficas y el vocablo pasó a ser de
menosprecio y más aún, cuando se refieren a ellos como a los maestros que cobraban por sus
enseñanzas. Así por ejemplo leemos: “Grandes maestros de retórica fueron los primeros en
percibir considerables sumas por sus lecciones. ¿Cómo explicar entonces su escepticismo con ese
afán de lucro y de prestigio social que les caracterizaba? Pensamos que quien asumiera esta
posición gnoseológica, para ser congruente consigo mismo debería mantenerse totalmente
indiferente a la realidad (...) Es evidente que el sofista no podía ser un verdadero filósofo” (Raluy,
Ética, p. 144). Y en el texto de Filosofía de Adela Cortina se dice: “Atenas se convirtió en el siglo V
a. C., en una democracia y para triunfar en la vida pública era importante tener una buena
educación y elocuencia. Por eso surgió un grupo de filósofos que impartían por dinero ese tipo de
educación y se llamaban a sí mismos sofistas (sabios)” (Cortina, p. 184). En todos los tiempos, sea
educación privada o pública, a los maestros o educadores hay que pagarles de alguna forma, sino
de lo contrario ¿de qué vivirían? Por lo tanto, el argumento de la cobranza por enseñar resulta
trivial, cuando el acento debiera de ponerse, en la exposición objetiva de las tesis de los sofistas,
independientemente de que se esté o no de acuerdo con ellos.

En cambio, el Dr. Adolfo Sánchez Vázquez, hace una crítica positiva de los sofistas; en su Ética
escribe: “El sofista reacciona contra el saber acerca del mundo por considerarlo estéril, y se siente
atraído sobre todo por un saber acerca del hombre, particularmente político y jurídico”.

Las diferentes tendencias del pensamiento sofista constituyen quiérase o no, un conocimiento que
incide en las reflexiones de la ética, de la política y del derecho, en tanto que es un conocimiento
práctico: enseñar a los ciudadanos el arte de la retórica, de la reflexión y de la crítica, para que se
inserten en la participación social y comunitaria, de la Ciudad –Estado, es decir, de la polis.

CORRIENTES DEL PENSAMIENTO SOFISTA

Los sofistas constituyeron de manera genérica, tres corrientes filosóficas:

1.- Del orden legal. Sustentan que las normas, valores y leyes, tanto morales como jurídicas, tienen
su origen en el hombre y para el hombre; están de acuerdo además, en la forma republicana de
gobierno fundado en la democracia y en la igualdad de los hombres. En esta corriente de la
filosofía se ubican Pericles, que fue gobernante de Atenas, Protágoras y Gorgias, entre otros.

2.- Del orden natural. Sustentan que las normas, valores y leyes, tanto morales como jurídicas,
tienen su génesis en la naturaleza; son partidarios de la desigualdad social y enemigos de la
democracia y de la república; el más fuerte tiene el derecho a dominar a los más débiles. En esta
corriente se ubican Calicles y Menón.

3.- De los dos órdenes. Sustentan que tanto la naturaleza como la comunidad o polis, generan y
desarrollan a las normas, valores y leyes, morales y jurídicas, pero que el orden natural tiene
primacía sobre el orden legal.

Esta corriente la encabeza Trasímaco y participan de ella, Antifón, Hipias y Alcidamas, aunque
entre ellos hay diferencias con respecto a la igualdad. Por ejemplo Alcidamas de Elea estaba
convencido de la igualdad de los hombres y llegó a exigir la abolición de la esclavitud. “Dios ha
hecho libre a los hombres, y la naturaleza no ha convertido a nadie en esclavo” (García Maynes,
Los sofistas y la tesis del derecho natural, en Ensayos Filosóficos-jurídicos, UNAM). Es usual que
entre algunos filósofos griegos, se conciba el orden natural como de origen divino y al orden
social, como una extensión del orden natural.

ALGUNAS IDEAS DE LOS PRINCIPALES SOFISTAS

PERICLES (495-429 a. C.)

Pericles gobernó en Atenas y de él se conserva la pieza oratoria, “Discurso en loor a los muertos”,
donde se dice: “Tenemos una República que no sigue las leyes de otras ciudades vecinas (...) y
nuestro gobierno se llama democracia, porque la administración no pertenece a pocos, ni está en
pocos, sino en muchos (...) Cada uno de nosotros, de cualquier estado o condición que sea, si tiene
algún conocimiento de virtud, tan obligado está a procurar el bien y la honra de la ciudad como los
otros, y no será nombrado para ningún cargo, ni honrado, ni acatado por su linaje o solar, sino tan
sólo por su bondad y virtud. Que por pobre o de bajo origen que sea, por tal que pueda hacer bien
a la República, no será excluido de los cargos y dignidades públicos (...) Como hombres libres nos
encontramos frente al Estado (...) En lo que toca a la República y al bien común, no infringimos
cosa alguna, no tanto por temor al juez, cuanto por obedecer a las leyes” (García Maynes, UNAM,
1984, obra citada).

Tres principios ético-jurídicos sostienen al Estado y a una República, de acuerdo con Pericles: la
igualdad de los ciudadanos ante la Ley; la libertad de los individuos independientemente de su
condición social y la
legalidad, es decir, una comunidad regida por las leyes que da la condición de un Estado de
derecho. En este

mismo texto se señala que en Pericles se encuentra un preludio en relación a la noción moderna
del Estado

de derecho: “Dentro de un régimen de legalidad el ciudadano no se halla sometido al poder de


otros hombres,

sino a la autoridad de la ley” ( Maynes, Obra citada).

PROTÁGORAS (490-415 a. C.)

Originario de Abdera, antigua ciudad griega de Tracia. Considera que los hombres se hallan
igualmente

dotados de la naturaleza política para intervenir en la vida del Estado. En el mito de Prometeo y
Epimeteo

narrado por Platón, se escribe de manera magistral, las tesis de Protágoras acerca de cómo los
dioses

procuraron darle a los hombres el pudor y la justicia, distribuyéndolos por igual y no a un pequeño
número

como sucedió con las demás artes y ello permitiría que haya sociedades y poblaciones Protágoras
establece también, los principios que deben regular el derecho social de castigar. En el texto de

García Maynes se plantea lo siguiente: “La actividad punitiva no ha de inspirarse en sentimientos


de expiación

o venganza, sino en consideraciones racionales (...) de que la pena, lejos de constituir un mal con
que se

paga otro mal, sea fuente de beneficios y contribuya a la reforma del delincuente y a la evitación
de nuevos

delitos (...) la pena tiene como fines (...)servir de ejemplo y correctivo, y como fin último el
bienestar social”.

Protágoras es autor de la sentencia que ha trascendido hasta nuestros días: “El hombre es la
medida de todas

las cosas, de la existencia de las que existen y de la no existencia de las que no existen”. Platón y
muchos

otros pensadores, han visto en esta sentencia una idea en sentido individualista. Pienso que no es
así; se

trata del hombre como ser genérico, pues el hombre, es el único ser que determina lo que las
cosas son o no
son. El hombre es el ser que valora, establece, define y conoce lo que las cosas son en esencia no
en

apariencia.

Sin embargo, Protágoras establece con respecto a la teoría del conocimiento la tesis de que sí algo
es

verdadero o falso, tiene un carácter individual y subjetivo de cada persona; lo justo o injusto, lo
bello o feo, lo

bueno o lo malo, lo frío o lo caliente, no pueden determinarse de manera objetiva y universal, sino
de acuerdo

a la sensación y percepción de cada persona.

Calicles y Gorgias

GORGIAS (484-375)

Este sofista es importante porque llego a negar la posibilidad de conocer la verdad de las cosas, es
decir, qué

es una cosa y qué realmente no es. O bien sí las cosas existen realmente o son una mera ilusión de
nuestras

sensaciones.

Las tres ideas centrales de Gorgias son: 1) Nada existe; 2) Si algo existiera, no lo podríamos
conocer; y 3) Si

algo conociéramos, no lo podríamos expresar (Gutiérrez Saenz, Raúl, Historia de las doctrinas
filosóficas).

CALICLES

La tesis central de este sofista, es la de que debe predominar la ley del más fuerte en la vida social
de los

individuos y que esto se encuentra determinado por la naturaleza, al dotar de mayor fuerza e
inteligencia a

unos y a otros haberlos hecho débiles y menos inteligentes. Por consecuencia, los primeros deben
mandar en

la polis y disfrutar de mayores bienes y servicios y los segundos deben obedecer y poseer menos
cosas.

En el diálogo de Platón, Gorgias o de la retórica, se hace referencia a algunas ideas de Calicles,


quien
contrapone el orden natural al orden legal sin mediación alguna: “Según la naturaleza, todo
aquello que es

más malo es igualmente más feo. Sufrir, por tanto, una injusticia, es más feo que cometerla (...)
sucumbir bajo

la injusticia de otro no es hecho propio de un hombre sino de un vil esclavo (...) la naturaleza
demuestra, a mi

juicio –sigue diciendo Calicles -, que es justo que el que vale más tenga más que otro que vale
menos, y el

más fuerte más que el que más débil”(García Maynes, obra citada).

TRASÍMACO

Originario de Calcedonia, formuló un conjunto de ideas que en esencia difieren de las del sofista
Calicles. Lo

justo es lo que conviene al más fuerte y posee un carácter universal, es decir, es aplicable a toda
forma

política de gobierno, trátese de un régimen democrático, monárquico o aristocrático. Las leyes


beneficiarán

indefectiblemente a los que están en el poder o tienen el poder en sus manos. No existe un valor
de lo justo

de manera universal; la justicia es convencional y está definida de acuerdo a los intereses de los
que tienen el

poder.

Tanto las tesis de Calicles como las de Trasímaco, son el precedente filosófico de pensadores como
Nicolás

Maquiavelo, de Thomas Hobbes y Federico Nietzsche. Los sofistas representan uno de los
movimientos intelectuales más importantes en la antigua Grecia y en la

historia de la Filosofía y la Ética. Los sofistas no constituyeron un sistema de pensamientos


homogéneos; al

contrario, hubo serias polémicas y contradicciones en ellos, sin embargo, en algunos aspectos se

establecieron coincidencias aunque adoptaron consideraciones divergentes:

1. Poner en cuestionamiento la existencia de las normas, valores y leyes que tuviesen una validez

absoluta.

2. Establecer la relatividad de las normas, valores y leyes, sean estas de carácter moral o jurídico.
3. Colocar al hombre en el centro de reflexión teórica y el único ser del universo o la naturaleza,
capaz

de determinar por sí mismo el conocimiento y la búsqueda de la verdad para darle un sentido


ético a

su existencia y a la praxis social desarrollada en la polis o comunidad.

4. Establecer los vínculos necesarios entre el comportamiento moral y la actividad política de los

ciudadanos. Moral y Política como formas de la conducta humana, constituyen una unidad en la
vida

del hombre, desde el punto de vista de los sofistas.

5. Formular con criterios racionales la vinculación entre la moral y el nivel jurídico del Estado. Es
decir,

una ley jurídica reviste mayor fuerza moral cuando se tiene conciencia de ella y los ciudadanos se

someten a la ley y no a quienes la administran.

6. El llevar al extremo de la subjetividad individual, los criterios de valoración de lo bueno y lo


malo, lo

justo y lo injusto, lo verdadero y lo falso, constituye el aspecto más cuestionable de la filosofía y de


la

ética sofista

Bibliografía

García Baca, Juan David, los presocráticos, Fondo de Cultura Económica

García Maynez, Eduardo, Ensayos filosóficos-jurídicos, UNAM

Raluy Balluz, Antonio, Ética, Publicaciones Cultural

Sánchez Vázquez, Adolfo, Ética, Grijalbo


Quiénes eran los sofistas?
En la Antigua Grecia se llamó sofistas a los estudiantes y maestros de retórica
que vivieron principalmente en Atenas durante los siglos V y IV a. C. Si bien
los sofistas eran en su mayoría maestros y estudiantes, nunca constituyeron un
conjunto uniforme, como si se hablara de una escuela, sino que cada uno de ellos
predicaba y enseñaba a su manera y diferenciándose de los demás.

Entre los sofistas más famosos encontramos a Protágoras (485 – 411 a. C.) y
Gorgias de Leontinos (483 – 375 a. C.), quien todavía hoy es conocido por dos de
sus obras más importantes, Sobre la Naturaleza o el No Ser y Encomio de
Helena. Tanto Protágoras como Gorgias encontraron a sus mayores
detractores en Sócrates, Platón y Aristóteles. Ambos aparecen como
personajes en varias de las obras platónicas y, en simultáneo, fueron acusados de
persuadir audiencias y asambleas políticas sin ningún fin más que el beneficio
propio.

Ver además: Pensamiento filosófico

Etimología y significado del término «sofista»


El origen del término sofista se remonta a los vocablos griegos sophía,
“sabiduría”, y sophós, “sabio”, a juzgar por los textos antiguos que sobreviven
(como la Ilíada), en los que es común verlo asociado a conceptos como “ingenio”,
“talento” o a diversas formas de inteligencia práctica en un sentido genérico.

En el siglo V a. C., se llamó a los sofistas “sabios” o “maestros”, no del


vocablo sophós sino de sophistés (σοφιστής). La variación del término se debe a
que no se los consideraba maestros de la sabiduría sino profesionales del
conocimiento y la elocuencia. Como sustantivo, sophistés se derivó del
verbo sophizo (σοφίζω), que tiene su origen en la palabra sophós y se traduce
como “enseñar” o “hacer aprender”. De este juego de palabras es que se
traduce sophistes no solo como “sofista”, sino también como “hombre sabio o
experto” o “el maestro de la habilidad de uno”.

Un ejemplo de esta derivación es el uso que se le da a la palabra sofista en las


obras de Platón (c. 427 – 347 a. C.). En los diálogos platónicos se la usa en el
sentido de “maestro profesional”, ya que los sofistas deambulaban por Grecia
impartiendo los más diversos saberes y conocimientos.

Pero dado que los poetas y filósofos cobraban por sus servicios, se les acusó de
perseguir a través del debate no la verdad, sino únicamente la victoria
argumentativa, incluso a través de métodos de pensamiento falaces o
deshonestos, un reclamo que les hicieron sus contemporáneos, como Píndaro (c.
518 – 438 a. C.) o Sócrates (470 – 399 a. C.), el propio maestro de Platón.

A partir del siglo V a. C., el término sofista comenzó a emplearse con el sentido
de farsante, charlatán o filósofo dispuesto a ceder ante la opinión pública, en
lugar de comprometerse con la verdad. Este último significado se perpetuó hasta
los tiempos del Imperio Romano, aplicado no solo a filósofos sino a escritores,
poetas, oradores y profesores de retórica por igual, muchos de los cuales
formaron parte del Segundo Movimiento Sofístico.

Principales sofistas
Algunos de los principales sofistas de la tradición griega fueron:

 Protágoras de Abdera (c. 485 – c. 411 a. C.). Fue un pensador, viajero y


maestro griego de retórica. Se lo recuerda como un maestro itinerante, que
viajaba por el país y cobrando elevadas tarifas por enseñar, por ejemplo, el
correcto uso de las palabras (se llama “ortoepía” al arte de pronunciar bien las
palabras). Aun cuando Platón no respetaba a los sofistas, les dedicó uno de
sus diálogos, Protágoras, de nombre homónimo. Según Diógenes Laercio y
Sexto Empírico, Protágoras fue famoso por una de las máximas que enseñaba,
“El hombre es la medida”. La versión extendida, escrita en una obra perdida
llamada Los discursos demoledores, dice: “el hombre es la medida de todas
las cosas, de las que son en cuanto que son, de las que no son en cuanto que
no son”.
 Gorgias de Leontinos (483 – 375 a. C.). Fue discípulo de Empédocles y
conocedor del pensamiento de Zenón de Elea y de Parménides. Gorgias fue
otro de los grandes sofistas griegos, respetado como filósofo incluso por sus
detractores. Algunos le atribuyen el rol de padre de la oratoria y fundador de la
epidíctica, que es una forma de discurso que elogia o censura a una persona.
Sus obras más conocidas son Sobre la Naturaleza o el No Ser y el Encomio de
Helena. El primero es un tratado sobre la filosofía eleática, en el que concluye
que nada existe y, si existiera, no podría ser conocido por el hombre o, en todo
caso, sería imposible explicarlo con el lenguaje. El Encomio de Helena es un
apasionado discurso en el que señala todas las razones por las que se culpa a
Elena de la guerra de Troya y, una a una, las desestima por falsas.
 Pródico de Ceos (465 – 395 a. C.). Fue un sofista de las primeras
generaciones y contemporáneo de Sócrates, cuyas enseñanzas se centraban
en la gramática y la retórica. Ninguna de sus obras sobrevivió hasta hoy, pero
existen numerosas referencias a este filósofo en obras de otros autores,
algunas incluso con fragmentos citados. Al parecer entre sus intereses estaban
la astronomía, el lenguaje, la ética y la religión.
 Hipias de Élide (c. 460 – c. 400 a. C.). Fue uno de los sofistas de las primeras
generaciones y un destacado geómetra, descubridor de la cuadratiz, con la
que dio respuesta a problemas centrales de la geometría griega. También se le
atribuye una gran memoria y la invención de numerosas reglas
mnemotécnicas.
 Trasímaco de Calcedón (459 – 400 a. C.). Se sabe poco de la vida de este
sofista, que hace aparición en los diálogos platónicos y en la República de
Platón, en particular en las reflexiones respecto al rol de la justicia. Del resto de
su vida, se sabe sobre su vida gracias a las referencias de una obra perdida
del comediante Aristófanes y en la obra de Clemente de Alejandría

Fuente: https://concepto.de/sofistas/#ixzz8FEK4cJEs

Sofista (del griego sophi, 'experto', 'maestro artífice', 'hombre


de sabiduría'), en su origen, nombre aplicado por los antiguos griegos
a los hombres eruditos, tales como los Siete Sabios de Grecia; en
el siglo V a. de. n. e., nombre que se daba a los maestros itinerantes
que proporcionaban instrucción en diversas ramas del conocimiento.

Evolución histórica
En el siglo V a. de. n. e, en varias ciudades griegas, el poder político
de la antigua aristocracia y de la tiranía fue sustituido por el de la
democracia esclavista. El desarrollo de sus nuevas instituciones
electas (los comicios y los tribunales), que cumplían un importante
papel en la lucha de clases y de los partidos de la población libre,
impuso la necesidad de enseñar el arte de la elocuencia y la
persuasión. Algunos de los hombres que más se destacaron en este
campo se convirtieron en maestros del saber político y de la retórica.
Pero la fusión reinante entre la Filosofía y las materias científicas y,
por otro lado, la significación que aquella tenía en el siglo V a. de. n.
e entre personas cultas dieron lugar a que estos nuevos pensadores
no solo enseñaran conocimientos políticos y Derecho, sino que los
fusionaron a las cuestiones generales de la Filosofía y la
cosmovisión del mundo.

Características
Los sofistas compartían puntos de vista filosóficos mucho más
amplios que los de una escuela, popularizaron las ideas de varios
filósofos anteriores; pero, basándose en su interpretación de ese
pensamiento filosófico anterior, casi todos ellos concluyeron
afirmando que la verdad y la moral eran en esencia materias
opinables. Así, en sus propias enseñanzas tendían a enfatizar formas
de expresión persuasivas, como el arte de la retórica, que facilitaba a
los discípulos técnicas útiles para alcanzar el éxito en la vida, en
especial en la vida pública.
El rasgo característico más significativo de todos los seguidores de
la sofística es la tesis que atribuye relatividad a todas las nociones,
reglas éticas y valoraciones humanas. Protágoras el más notable de
los sofistas, la expresó con las siguientes palabras: “El hombre es la
medida de todas las cosas; de las que son en cuanto son, y de las que
no son en cuanto no son”.
Los sofistas gozaron de popularidad durante un tiempo, sobre todo en
Atenas; sin embargo, su escepticismo de la verdad absoluta y la
moral suscitó a la postre fuertes
críticas. Sócrates, Platón y Aristóteles pusieron en tela de juicio
los fundamentos filosóficos de las enseñanzas de los
sofistas. Platón y Aristóteles les censuraron por aceptar dinero.
Más tarde, fueron acusados por el Estado de carecer de moral. Como
consecuencia, la palabra sofista adquirió un significado despectivo.
Los sofistas fueron de importancia menor en el desarrollo histórico
del pensamiento filosófico occidental. Fueron, sin embargo, los
primeros en sistematizar la educación. Entre los principales sofistas
del siglo IV a. de. n. e. destacan Protágoras, Gorgias, Hipias de Élide
y Prodicus de Ceos.

Sofistas anteriores

Protágoras

Figuran en este primer grupo Protágoras (481-411 a. de. n. e),


Gorgias, Hipias y Pródigos. La doctrina de Protágoras tiene por
cimiento una reelaboración, en el espíritu del relativismo de las ideas
de Demócrito, Heráclito, Parménides y Empédocles. Protágora fue
materialista y admitía la fluencia de la materia y la relatividad de
todas las percepciones. Para él, a cada afirmación se le puede
oponer la afirmación contraria y tan convincente como ella.
Gorgias

Estaban en boga los siguientes razonamientos de Gorgias:

1. Nada existe.

2. Aunque hubiera un ser sería incognoscible.

3. Aunque hubiese conocimiento del ser, sería incomunicable e


inexplicable.

Los sofistas de este grupo eran conocedores del Derecho. Protágoras


escribió las leyes por las que se rigió la democracia de Turios,
colonia ateniense en el sur de Italia, y fundamentó la idea de la
igualdad de los hombres libres. Hipias señaló que toda ley humana es
una coacción contra la naturaleza del hombre. Los sofistas anteriores
intentaron investigar con sentido crítico las creencias religiosas. La
obra de Protágora “Acerca de los dioses”, públicamente quemada, fue
el pretexto para obligar a su autor a abandonar Atenas. Pródigos
desarrolló las ideas de Anaxágoras y Demócrito e interpretó los
personajes mitológicos como individualización de las fuerzas de la
naturaleza.

Sofistas posteriores

Licofrón

En las doctrinas de los sofistas posteriores (siglo V a. de. n. e) de las


cuales se poseen escasísimos datos, destacan sus ideas éticas y
sociales. Así Licofrón y Alquídames negaban la necesidad de las
clases. El primero afirmaba que la nobleza es un infundio; el segundo
que la naturaleza no creó a nadie esclavo y que los hombres nacen
libres.
Trasímaco

Trasímaco hizo extensiva la doctrina de la relatividad de los


conocimientos a las normas socio-éticas y sostuvo que es justo lo
que es útil al fuerte, que cada estado implanta leyes útiles para él
mismo: la democracia instaura leyes democráticas; la aristocracia,
leyes aristocráticas, etc.

Enseñanza
Aunque algunos sofistas fueron grandes pensadores, su relativismo
les condujo frecuentemente a negar la cognoscibilidad de las cosas y
al subjetivismo. Lenin señala que, por ejemplo, Gorgias sobre
relativista, era escéptico. De ahí que los sofistas impulsaran no solo
la dialéctica, sino doctrinas carentes de principios, a veces nihilistas
en un todo que reciben el nombre de sofística.

Referencias bibliográficas
Historia de la Filosofía. Tomo I. Pág 67

Sofistas
Sofistas (desarrollaron su actividad filosófica durante el siglo V a. C.) fue un
grupo de pensadores conocidos como los “filósofos de la naturaleza”, su
pensamiento y reflexión se ocupó en la reflexión sobre el hombre y la
sociedad. Además, plantearon reflexiones sobre las costumbres y las leyes de las
sociedades, esto pudo ser posible por las constantes visitas a diferentes territorios
en donde analizaban estos aspectos.
Ahora bien, los sofistas se caracterizaron por ser los primeros maestros de
Europa, de hecho, vivían de ello. Sus enseñanzas se basaron en educar buenos
ciudadanos que tuvieran éxito en la política, para tal fin aprendían el arte de hablar
en público, la retórica, y temas como la democracia griega. Se debe mencionar
que, el principal sofista fue Protágoras (480-410 a. C.): estuvo un largo tiempo
en Atenas lugar en el cual se relacionó con Sócrates y Pericles quien le
encargó el trabajo de realizar la constitución para la colonia de Turios en la
cual se basó la educación pública y obligatoria. En lengua griega la palabra
sofista significa sabio, pero al mismo tiempo significa manipulador, esto porque el
sofista es una persona que usa diferentes sofismas o argumentos falsos por
verdaderos.
Gran parte de los sofistas residían en Atenas, ciudad de importancia en el ámbito
filosófico y cultural lo que daba la oportunidad de crear nuevas ideas. Sus
propuestas tenían grandes diferencias con los presupuestos filosóficos de
Sócrates y Platón. Además, de Protágoras podemos mencionar a sofistas
importantes como:
Gorgias: excelente orador, aunque sus planteamientos fueron tachados por
Sócrates como débiles y fueron rebatidos de manera constante.
Prodico: filósofo griego miembro de la primera generación de sofistas.
Hipias: su mayor y mejor fuente de conocimiento se inspiró en Platón.
Sócrates: es considero uno de los filósofos más destacados a nivel mundial. Fue
maestro de Platón quien a su vez tuvo a Aristóteles como discípulo. Los tres son
considerados representantes de la filosofía griega.
Obras de los sofistas
El tratado sobre el No Ser

Argumentos Dobles

Refutaciones Sofísticas (Aristóteles)

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