Está en la página 1de 15

Descripción general

La dislexia (del latín científico dyslexia, y este del griego δυσ- dys-: ‘dis-’ —prefijo que
significa ‘dificultad’ o ‘anomalía’—, y -λεξία -lexía: ‘habla’ o ‘dicción’) es la dificultad
de aprendizaje que afecta a la lectoescritura. Tiene un carácter específico y persistente.
Se da en personas que no presentan ninguna discapacidad motriz, visual ni de cualquier
otro tipo. Asimismo, las personas con dislexia tienen un desarrollo cognitivo normal.
Erróneamente el término se aplica a la dificultad para una correcta escritura, en este
caso el término médico apropiado es el de disortografía. En términos más técnicos, en
psicología y psiquiatría se define la dislexia como una discrepancia entre el potencial de
aprendizaje y el nivel de rendimiento de una persona, sin que exista ningún tipo de
problema, ya sea sensorial, físico, motor ni deficiencia educativa (según el DSM-IV).

La dislexia es una discapacidad del aprendizaje en lectura. Las personas con dislexia
tienen dificultad para leer con fluidez y sin errores. También pueden tener dificultades
con la comprensión lectora, la ortografía y la escritura. Estas dificultades no están
relacionadas con la inteligencia del individuo.

La dislexia es un trastorno del aprendizaje que supone la dificultad para leer a raíz de
problemas para identificar los sonidos del habla y para comprender cómo estos se
relacionan con las letras y las palabras (decodificación). La dislexia, que también se
denomina «dificultad de lectura», afecta zonas del cerebro que procesan el lenguaje.

Las personas con dislexia tienen una inteligencia normal y, por lo general, también una
visión normal. La mayor parte de los niños con dislexia puede tener éxito en la escuela
con la ayuda de un tutor o de un programa de enseñanza especializado. El apoyo
emocional también juega un papel importante.

Aunque la dislexia no tiene cura, la evaluación e intervención tempranas producen los


mejores resultados. En ocasiones, la dislexia no se diagnostica durante años y
permanece sin ser identificada hasta la adultez, pero nunca es tarde para buscar ayuda.

Algunos expertos creen que entre el 5% y el 10% de la población la tiene. Otros dicen
que el 17% de las personas muestran señales de problemas con la lectura.
existen enfoques de enseñanza y estrategias que pueden ayudar a mejorar las
habilidades lectoras. Personas de cualquier edad pueden ser evaluadas para la dislexia,
aunque las pruebas para adultos son diferentes que las de los niños.

Las personas con dislexia suelen tener problemas para leer con fluidez, leen despacio y
con errores. Eso puede afectar la comprensión de lo que leen. Sin embargo, no tienen
problemas para entender el texto cuando otras personas se los leen.

La dislexia también puede causar problemas con otras habilidades, incluyendo:

 Comprensión de la lectura
 Ortografía
 Escritura
 Matemáticas

A veces las personas creen que la dislexia es un problema de visión que causa que se
inviertan letras. La dislexia es un problema con el lenguaje.

Es importante saber que, aunque la dislexia afecta el aprendizaje, no tiene que ver con la
inteligencia. Las personas con dislexia son tan inteligentes como sus compañeros.
Existen innumerables historias de personas con dislexia que son exitosas, incluyendo
actores, emprendedores y políticos.

Profundice

 Pruebe una simulación para ver la dislexia a través de los ojos de un niño.
 Desmienta mitos comunes sobre la dislexia.
 Revise una colección de historias exitosas de personas con dislexia.

Síntomas

La dislexia afecta a las personas de diferentes maneras, por ello los síntomas pueden
variar.
Una señal clave de la dislexia es dificultad para decodificar las palabras, es decir
dificultad para conectar las palabras con los sonidos que producen. Los niños también
pueden tener dificultad con una habilidad más básica llamada conciencia fonémica: la
capacidad para reconocer los sonidos de las palabras. Los problemas con la conciencia
fonémica pueden aparecer a partir del preescolar.

Los signos de la dislexia pueden ser difíciles de reconocer antes de que tu hijo comience
a ir a la escuela, pero hay algunas señales tempranas que pueden indicar un problema.
Una vez que el niño alcanza la edad escolar, es posible que el maestro de tu hijo sea el
primero en notar el problema. La gravedad varía, pero la afección suele volverse más
evidente cuando el niño comienza a aprender a leer.

A veces la dislexia es detectada cuando las personas tienen dificultades con habilidades
más complejas como la gramática, la comprensión lectora, la fluidez lectora, la
estructura de las oraciones y la escritura más elaborada.

Algunas de las señales de la dislexia tienen que ver con las emociones y la conducta.
Las personas con dislexia podrían evitar leer, tanto en voz alta como en silencio, e
incluso sentirse ansiosas o frustradas al leer. Esto puede ocurrir incluso una vez que
dominan lo básico para leer.

La dislexia no solo afecta el aprendizaje, también puede afectar actividades diarias


como la socialización, la memoria y el manejo del estrés.

A continuación, explicamos los principales síntomas de la dislexia. Es importante


puntualizar que cada persona disléxica es única y no tiene por qué presentar la totalidad
de síntomas para serlo: 

 Problemas en la lateralidad.
 Nociones espaciales y temporales alteradas.
 Confundir palabras con pronunciación similar.
 Dificultad para articular o pronunciar palabras.
 Trasponer las letras, cambiar el orden e invertir números.
 Lectura con errores y muy laboriosa.
 Problemas de concentración en la lectura o escritura.
 Dificultad para seguir instrucciones y aprender rutinas.
 Problemas en el equilibrio.
 Problemas de memoria a corto plazo.
 Dificultades para organizar sus pensamientos.
 Problemas para mantener la atención.
 Dificultades en matemáticas.
 En algunos casos, y más en aquellos mal manejados se presenta la dificultad en
el habla.

Existen ciertas características que se presentan siempre y que es necesario observar


espacialmente:

 Dificultades en el lenguaje escrito.


 Dificultades en la escritura.
 Serias dificultades con la ortografía.
 Lento aprendizaje de la lectura.
 Dificultades para aprender y escribir segundas lenguas.

Por otro lado, a menudo podrán presentarse las siguientes:

 Dificultades en matemáticas.
 Dificultades para seguir instrucciones y secuencias complejas de tareas.
 Problemas de comprensión de textos escritos.
 Fluctuaciones muy significativas de capacidad.

A veces, pueden darse según el tipo de dislexia o de como esta haya afectado a la
persona:

 Dificultades en el lenguaje hablado.


 Problemas de percepción de las distancias y del espacio.
 Confusión entre derecha e izquierda.
 Problemas con el ritmo y los lenguajes musicales.

En la escuela
Los signos que indican que un niño pequeño podría estar en riesgo de tener dislexia
comprenden:

 Tardar en comenzar a hablar


 Aprender palabras nuevas a un ritmo lento
 Problemas para formar palabras adecuadamente, como invertir los sonidos de las
palabras o confundir palabras que suenan de forma parecida
 Problemas para recordar o decir el nombre de las letras, los números y los
colores
 Dificultad para aprender canciones infantiles o jugar juegos de rimas

Edad escolar

Una vez que tu hijo esté en la escuela, es posible que los signos y síntomas de la
dislexia se hagan más visibles, entre ellos:

 Un nivel de lectura muy por debajo del que se espera para la edad
 Problemas para procesar y comprender lo que escucha
 Dificultad para encontrar la palabra correcta o formular respuestas a preguntas
 Problemas para recordar secuencias de cosas
 Dificultad para ver (y ocasionalmente escuchar) similitudes y diferencias entre
letras y palabras
 Incapacidad para pronunciar una palabra desconocida
 Dificultad para deletrear
 Tardar más tiempo del habitual en completar tareas que conllevan leer o escribir
 Evitar actividades que conllevan leer

Adolescentes y adultos

Los signos de la dislexia en adolescentes y adultos son similares a los de los niños.
Algunos de los signos y síntomas frecuentes de la dislexia en adolescentes y adultos
son:

 Dificultad para leer, incluso para leer en voz alta


 Lectura y escritura lentas y dificultosas
 Problemas para deletrear
 Evitar actividades que conllevan leer
 Mala pronunciación de nombres o palabras, o problemas para recordar palabras
 Problemas para comprender bromas o expresiones que pueden no ser fáciles de
entender a partir de palabras específicas (modismos), como «pan comido», que
significa «fácil»
 Tardar más tiempo del habitual en completar tareas que conllevan leer o escribir
 Dificultad para resumir una historia
 Problemas para aprender un idioma extranjero
 Dificultad para memorizar
 Dificultad para resolver problemas matemáticos

Señales de la dislexia por escolaridad

Las señales de la dislexia pueden lucir diferentes dependiendo de la edad. Estos son
algunos ejemplos de lo que podría observar:

Preescolar

 Dificultad para aprender canciones infantiles o letras de canciones que riman.


 Dificultad para nombrar objetos familiares, en su lugar usa palabras generales
como cosa y eso.
 Dificultad para recordar cosas en el orden correcto, como decir las letras del
alfabeto.

Primaria

 Dificultad para pronunciar palabras escritas.


 Confundir a menudo letras que lucen parecidas (b, d, p, q) o que suenan parecido
(d/t, b/p, f/v).
 Problemas de ortografía.
 A menudo no reconoce palabras comunes.

Escuela media

 Lee muy lentamente.


 Escribe la misma palabra correctamente e incorrectamente en un ensayo.
 Dificultad para hacer proyectos escritos.

Bachillerato

 Con frecuencia omite palabras cortas cuando lee en voz alta.


 Parece estar buscando las palabras cuando habla, y podría sustituir palabras
 A menudo no entiende las bromas.

Cuando consultar al médico

Si bien la mayoría de los niños están listos para aprender a leer en la etapa del jardín de
infantes o primer grado, con frecuencia, los niños con dislexia no pueden comprender
los conceptos básicos necesarios para esa actividad en esta etapa. Habla con el médico
si el nivel de lectura de tu hijo está por debajo de lo que se espera para su edad o si
notas otros signos de dislexia.

Cuando no se diagnostica ni se trata este trastorno, las dificultades para leer que se
presentaron en la infancia continuarán en la edad adulta.

Causas

La dislexia tiende a ser hereditaria. Parece estar relacionada con ciertos genes que
afectan la forma en la que el cerebro procesa la lectura y el lenguaje, y con factores de
riesgo presentes en el entorno.

Los investigadores aún no han identificado con exactitud las causas de la dislexia, pero
saben que los genes y el cerebro juegan un papel. Estas son algunas de las posibles
causas:

 Genes y herencia: A menudo hay más de un miembro de la familia que tiene


dislexia. Cerca del 40% de los hermanos de personas con dislexia tienen
problemas con la lectura. El 49% de los padres de niños con dislexia también la
presentan. Los científicos han encontrado genes relacionados con las dificultades
para leer y con el procesamiento del lenguaje.
 Anatomía y actividad cerebral: Los estudios de imágenes del cerebro indican
diferencias entre las personas con y sin dislexia. Estas diferencias ocurren en
áreas involucradas con habilidades importantes para leer, como saber cómo se
representan los sonidos en las palabras y reconocer cómo lucen las palabras
escritas.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo de la dislexia son los siguientes:

 Antecedentes familiares de dislexia u otras dificultades de aprendizaje


 Nacimiento prematuro o bajo peso al nacer
 Exposición a la nicotina, a drogas, a bebidas alcohólicas o a una infección
durante el embarazo que pueden alterar el desarrollo cerebral del feto
 Diferencias individuales en las partes del cerebro que permiten la lectura

Complicaciones

La dislexia puede ocasionar una serie de complicaciones, entre ellas:

 Problemas para aprender. Debido a que la lectura es una habilidad básica para
muchas de los otros materiales escolares, un niño con dislexia se encuentra en
desventaja en la mayoría de las clases y es posible que le sea difícil seguirles el
ritmo a sus compañeros.
 Problemas sociales. Si no se trata, la dislexia puede causar baja autoestima,
problemas de conducta, ansiedad, agresión y retraimiento hacia amigos, padres y
maestros.
 Problemas en la adultez. Un niño puede verse impedido de alcanzar su potencial
cuando crezca si no puede leer ni comprender. Esto puede tener consecuencias
educativas, sociales y económicas a largo plazo.
 Los niños que tienen dislexia están expuestos a un mayor riesgo de sufrir
trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y viceversa. El
trastorno de déficit de atención con hiperactividad puede causar dificultad para
mantener la atención como también hiperactividad y conducta compulsiva, lo
que puede hacer que sea más difícil tratar la dislexia.

Cómo se diagnostica la dislexia

La única manera de cerciorarse de que alguien tiene dislexia es a través de una


evaluación completa realizada en la escuela o de forma privada.
Recibir un diagnóstico (que las escuelas llaman identificación) puede resultar en la
obtención de apoyos y servicios en la escuela, y adaptaciones en la universidad y en el
lugar de trabajo.

Existen diferentes tipos de profesionales que pueden evaluar si una persona tiene
dislexia, incluyendo a los psicólogos escolares, psicólogos clínicos y neuropsicólogos.
Un evaluador realizará una serie de pruebas para la dislexia, así como también pruebas
en otras áreas para determinar con exactitud cuáles son las fortalezas y los retos del
individuo.

Las evaluaciones realizadas en la escuela son gratuitas, pero las privadas pueden ser
muy costosas (en algunos casos se pueden obtener gratis o a bajo costo). Las
universidades que ofrecen programas en psicología suelen tener centros donde las
realizan estudiantes que se están entrenando.

Algunos hospitales realizan proyectos de investigación en el que las personas pueden


ser evaluadas gratuitamente. Learning Disabilities Association of America (LDA) tiene
oficinas en todos los estados, y pueden ayudarlo a encontrar evaluaciones gratuitas o a
un costo reducido.

Tipos de dislexia

Para hacer una clasificación de la dislexia, deberíamos hablar de dos tipos: adquirida y
evolutiva.

 Adquirida: aparece a causa de una lesión cerebral concreta.


 Evolutiva: no hay una lesión cerebral concreta que la haya producido. Es la
más frecuente en el ámbito escolar.

Asimismo, otra posible clasificación según los síntomas predominantes del paciente es:

 Fonológica o indirecta: se trata del mal funcionamiento de la ruta fonológica.


El niño hace una lectura visual y deduce en vez de leer. Por ejemplo, puede
leer “casa” en vez de “caso” o “lobo” en vez de “lopo”. Los niños con este
tipo de dislexia pueden leer las palabras familiares, pero les resulta difícil
leer palabras desconocidas, palabras largas o pseudopalabras.
 Superficial: el trastorno se encuentra en el funcionamiento visual, leen
utilizando la ruta fonológica. Los niños que la padecen no tendrán problemas
a la hora de leer palabras regulares, pero sí a la hora de leer palabras
irregulares, por ejemplo, del inglés. Asimismo, la velocidad lectora de estos
niños disminuye cuando aumenta la longitud de las palabras, cometen
errores de omisión, adición o sustitución de letras y suelen confundir
palabras homófonas (un ejemplo sería abría o habría).
 Mixta o profunda: Están dañados dos procesos de lectura, el fonológico y
visual. Provoca que se cometan errores semánticos. 

La dislexia como barrera en la infancia

La dislexia afecta a entre un 10% y un 15% de la población. Sin embargo, el principal


problema de este trastorno se da en la población infantil (dislexia del desarrollo), ya
que, en nuestro país la educación se basa en la lecto-escritura, y es aquí donde estas
personas presentan los mayores problemas. La dislexia es un trastorno del que la
mayoría de la gente no tenemos gran conocimiento, por eso, en el día de la Dislexia.

La dislexia es un trastorno que se transmite genéticamente, el cual se basa en la


dificultad del aprendizaje de la lecto-escritura. Además, este trastorno no es debido a un
déficit en el cociente intelectual ni a problemas visuales o auditivos, sino que parece
tener como origen una alteración en el neurodesarrollo.

Tratamiento

Tiempo atrás el tratamiento de la dislexia se anclaba en la idea del refuerzo del área de
lateralidad, la orientación espacial, la grafo motricidad, la orientación temporal y las
seriaciones. Sin embargo, actualmente este tipo de tratamientos están prácticamente
abandonados.

Existe en la actualidad gran cantidad de material específico para la prevención de la


dislexia, entendido éste como un recopilatorio de ideas para la mejora de su práctica
docente. Entre ellas cabe destacar el uso de los materiales elaborados por el profesor,
contribuyendo de esta manera a la enseñanza más individualizada que necesitan los
alumnos con rasgos disléxicos. Dicho material específico suele estructurarse en orden
de dificultad y también por edades.
Indicaciones generales

Una máxima que debe guiar el tratamiento es el «sobre aprendizaje». Es decir, volver a
aprender la lecto-escritura, pero adecuando el ritmo a las posibilidades del niño.

También hemos de tener en cuenta que, tanto en la escuela como en casa, para un niño
disléxico las tareas escolares le van a ocupar más tiempo y esfuerzo que a otro niño
cualquiera, lo que las convierte a veces en un trabajo arduo y pesado, y, por tanto, una
tarea que causa frustración y rechazo.

Por ello, en la reeducación es importante encontrar actividades que sean motivadoras


para el niño acercándole de una manera más lúdica a la lectoescritura.

Además, el tratamiento dependerá de la edad y momento evolutivo del niño. La


necesidad de este tratamiento diferenciado está muy unido a los cambios en el curso del
trastorno.

Según la edad

En la infancia será fundamental incidir de manera preventiva; y por tanto sobre todos
los niños; en los requisitos de la lectura. Entre todos ellos será clave el aumento de la
conciencia fonológica. Para ello se utilizarán materiales orales (aún no se ha comenzado
la lectura), en los que los niños deberán crear rimas, derivar palabras, dividir palabras en
sílabas, etc.

Entre los 7 y los 10 años los objetivos serán por un lado aumentar la conciencia
fonológica; tanto oral como escrita; y por otro mejorar la automatización de la mecánica
lectora. Para lo primero se utilizarán recursos similares a los de la etapa anterior; para lo
segundo se tratará de lograr que el niño practique lo más posible la lectura en voz alta.

Tanto en este momento, como en los posteriores, es fundamental que el sujeto lea lo
más posible como forma de mejorar sus habilidades. Sin embargo, esto no es tarea fácil,
ya que al niño o adulto con dislexia el leer puede resultarle una tarea agotadora y poco
grata.

Por tanto, será fundamental encontrar textos adecuados a la edad e intereses del sujeto y
motivarle de forma que leer le resulte una actividad atractiva. En esta misma línea
también será fundamental concienciar a los padres y profesores de estas edades de las
dificultades del niño, de forma que no se le exija por encima de sus posibilidades ni se
sienta inferior a sus compañeros.

A partir de los 10 años está comprobado que es difícil aumentar la conciencia


fonológica y la automatización de la lectura. Desde este momento los objetivos serán
diferentes; buscando fundamentalmente la enseñanza de estrategias de comprensión de
textos (búsqueda de palabras clave, subrayado, resumen, etc.)

Estrategias de compensación

Será en la última etapa (a partir de los 10 años) cuando sea interesante plantear
estrategias de compensación de los déficits, como complemento a la rehabilitación. Las
estrategias de compensación son todas aquellas que sin modificar las capacidades
deficitarias del sujeto le facilitan su adaptación a la vida diaria apoyándose en sus
puntos fuertes.

Algunos instrumentos de ayuda pueden ser las calculadoras, grabaciones de voz, tablas
de datos o la presencia de un adulto ayudándole con la lectura oral del material de
estudio.

Los procesadores de texto también son interesantes al corregir instantáneamente muchas


de las faltas de ortografía y ayudar a escribir con el soporte de diccionarios
personalizados y temáticos que sugieren palabras.

Terapias de controversia

Existen multitud de terapias que aseguran curas rápidas o casi milagrosas; que gozan de
gran difusión en el mundo; y que sin embargo no tienen estudios que respalden
suficientemente su utilidad o que incluso estén desaconsejados.

Las siguientes terapias en el mejor de los casos no están actualmente suficientemente


respaldadas por estudios científicos; en otros casos parten de supuestos que no están de
acuerdo con los conocimientos que actualmente se tienen de la dislexia. Antes de
decidirse por un tratamiento parece fundamental enterarse por fuentes fiables de si
realmente está comprobada su eficacia.
1. Entrenamiento visual optométrico (optometría): se basa en la teoría de que la
dislexia se debe a un defecto visual y consiste en ejercicios de rastreo visual,
control binocular, etc. Una postura clara y definida respecto a la no utilización
del entrenamiento visual más allá del manejo de una disfunción visual básica se
expresó en una declaración conjunta emitida por el Comité de Niños con
Incapacidades, de la Academia Americana de Pediatría y un grupo de trabajo ad
hoc de la Asociación Americana de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo y la
Academia Americana de Oftalmología.
2. Lentes de colores: se basa en las teorías de Irlen y pese a que desde los años 80
este método ha gozado de gran publicidad como tratamiento de la dislexia no
existen suficientes estudios científicos que prueben su eficacia.1718
3. Entrenamiento cerebelo-vestibular: se basa en las teorías que afirman que el
problema de base de la dislexia es en realidad un problema del cerebelo y el oído
(centros del equilibrio); y consiste fundamentalmente en ejercicios dirigidos a
mejorar la estabilidad, o fármacos anti-vértigo. No hay pruebas que respalden ni
esta teoría ni los tratamientos que propone.
4. Terapia de integración sensorial: se basa en la teoría de que los problemas de
aprendizaje y los problemas motores se deben a un déficit de integración
sensorial. Se ha comprobado su ineficacia frente a otros programas de
intervención.
5. Retroalimentación electroencefalográfica (EEG Biofeedback): se basa en la
suposición de que tanto en la dislexia como en otros trastornos (por ejemplo, el
déficit de atención/hiperactividad) hay un funcionamiento cerebral anómalo de
base. Así los defensores de esta terapia consideran que si se modifican los
patrones electroencefalográficos se modificarán igualmente las dificultades
externas. Además de su alto coste los estudios que han comunicado su utilidad
hasta el momento son inadecuados desde el punto de vista metodológico. Los
grupos fueron pequeños y sin controles apropiados.
6. Cinesiología aplicada (osteopatía craneal): propone que la dislexia y los
trastornos del aprendizaje son secundarios a un desplazamiento de los huesos
temporal y esfenoidal. por lo que ‘una manipulación ósea casi infinitesimal’
corregiría la discapacidad y desaparecerían los síntomas. Los ‘reflejos cloacales’
se describen como localizados en la superficie anterior y posterior de la pelvis;
estos reflejos supuestamente centran la pelvis para coordinar la cabeza y el
cuello con la porción inferior del cuerpo, por medio de los reflejos de
enderezamiento visual y laberíntico, y de los receptores tónicos del cuello. Se ha
propuesto que la manipulación de estas áreas pélvicas mejora la dislexia. Este
tratamiento quiropráctico (quiropráctica) y osteopático para los trastornos del
aprendizaje no se basa en ninguna investigación conocida y algunos de sus
conceptos anatómicos no coinciden con lo conocido actualmente.

Bibliografía

 Asociación Andaluza de Dislexia (s.f). Dislexia en positivo.


 Cuetos Vega, Fernando; Soriano-Ferrer, Manuel; Rello Sánchez, María Luz
(2019). Dislexia. Ni despiste, ni pereza (1 edición). La Esfera de los Libros.
ISBN 978-84-9164-645-7.
 Tweeley, Adrian (2019). Dislexia. SELF PUBLISHER. ISBN 978-88-3251-
153-6.
 Rello Sánchez, María Luz (2018). Superar la dislexia. Paidos Iberica.
ISBN 978-844-933-515-0.
 Moreno Rebato, Mar (2018). Dislexia: Régimen Jurídico. DYKINSON,S.L.
ISBN 978-84-1324-051-0.
 Juan E. Jiménez (2014). Dislexia en español. Ediciones Pirámide. ISBN 978-
84-3682-688-3.
 Sánchez Merchán, Manuel Lisardo (2013). Dislexia: un enfoque
multidisciplinar (1 edición). Editorial Club Universitario. ISBN 978-84-
9948-220-0.
 Matute, Esmeralda (2012). Dislexia: Definición e intervención en
hispanohablantes (2 edición). Editorial El Manual Moderno.
 Angulo Domínguez, M. C., et al. (2010). Manual de atención al alumnado
con necesidades específicas de apoyo educativo derivadas de dificultades
específicas de aprendizaje: DISLEXIA. Junta de Andalucía. Disponible en:
http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/ishare-
servlet/content/a9327d5e-1443-445e-9d32-18953f54684f
 Perez Ordoñez, Miguel Angel (2005). Guías neuropedagógicas para autismo,
DHAD, dislexia y epilepsia (1 edición). Editorial Universidad Cooperativa
de Colombia. ISBN 958-8205-61-1.
 Torras de Beà, Eulàlia (2002). Dislexia en el desarrollo psíquico. (1 edición).
PAIDOS IBERICA. ISBN 978-84-4931-195-6.
 Thomson, Michael E. (1992). La dislexia: Su naturaleza, evaluación y
tratamiento (1 edición). Alianza Editorial. ISBN 978-84-2066-538-2.

 Blomquist, Marlys L. (1972). La dislexia: manual de lectura correctiva (1


edición). Editorial Universitaria.

También podría gustarte