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2) El juego ofrece un medio para que los niños cumplan sus deseos.
Hay dos enfoques amplios que caracterizan las terapias de juego: las terapias
relacionales, esencialmente no directivas y las terapias directivas o estructuradas.
Una perspectiva de la teoría del sistema considera que el contexto en el que las
personas viven es vital para moldear sus vidas.
El juego expone quién está a cargo, qué ideas prevalecen y quiénes pueden ser
marginados.
Los terapeutas en este campo deben tomar nota especial de los siguientes
comportamientos durante las sesiones de juego familiar:
• El nivel de cooperación y organización de la familia a medida que se acercan a una
tarea de juego.
• El nivel de percepción espontánea, como ver la obra como una metáfora de su propia
realidad.
Como facilitador, el terapeuta debe crear oportunidades para que las familias
establezcan interacciones positivas y experiencias exitosas. El terapeuta es
responsable de seleccionar las técnicas de terapia de juego familiar a implementar.
Asimismo, el terapeuta es responsable de proveer instrucciones claras y precisas para
que los miembros de la familia puedan participar fácil y exitosamente en las sesiones
de juego terapéutico.
Es importante que el terapeuta demuestre el uso de los materiales y que asegure a los
miembros de la familia que las técnicas a utilizar han sido probadas y que son exitosas.
En su rol de animador, el terapeuta promueve, confirma y apoya todos los intentos que
hacen los miembros de la familia. El terapeuta debe recordar siempre que el juego
puede ser incómodo para los adultos. Por tanto, es importante que dé retroalimentación
positiva frecuente durante las sesiones. Sin embargo, no es recomendable hacer
comentarios de naturaleza evaluativa, tales como “estás haciendo un trabajo muy
bueno”; “has escogido los materiales de forma muy adecuada”. En su lugar, puede
hacer comentarios de apoyo como “Todos ustedes han sido muy cuidadosos en la
selección de materiales”.
En su rol de coach de diálogo, el terapeuta permite e incentiva a los miembros de la
familia a reflexionar sobre sus propias creaciones o a curiosear sobre el trabajo de los
otros miembros. Sin hacer muchas preguntas, el terapeuta puede permitir a la familiar
la interacción natural. El terapeuta debe discernir si debe exponer las reglas de esta
interacción, si puede permitir algunos conflictos manejables, para detectar estilos de
resolución de conflictos entre la familia, etc.
Los padres son participantes activos en la terapia de juego familiar. Ellos pueden
participar tanto en la parte de evaluación como en la de tratamiento, dependiendo de la
situación específica de que se trate.
La terapia familiar de juego es un modelo muy efectivo para trabajar con familias y con
niños pequeños, de tres años en adelante.
De acuerdo con Gil; Willis, Walter y Crane, and LeBlanc and Richie, investigaciones de
las últimas décadas han mostrado que la terapia familiar de juego puede ser efectiva en
diversos rangos de edad y en una variedad de situaciones y problemas clínicos. Los
resultados más significativos fueron encontrados en los casos en que los padres están
profundamente involucrados en las sesiones terapéuticas con los niños.
Finalmente, los estudios sobre la terapia familiar de juego indican mayor participación
de los niños comparado a otras modalidades tradicionales de terapia, mayor calidad en
la alianza niño-terapeuta y mayor cantidad de experiencias emocionales positivas.
Los seres humanos, como entes trascendentes, se constituyen en sus propios agentes,
con libertad para tomar decisiones en situaciones dadas y de asumir responsabilidad
por ellas. Esto, de acuerdo a los fenomenologistas, aplica tanto a los adultos como a
los niños.
La terapia fenomenológica de juego se basa en la filosofía fenomenológica, izando el
poder de las imágenes y de los juegos imaginativos como la forma en que los niños
expresan los significados personales sobre ellos mismos y su mundo.
Los padres tienen un rol muy importante en este como en cualquier otro tipo de terapia.
Usualmente, los padres son quienes tienen más conocimiento sobre los niños y son
quienes proporcionan la mayor cantidad de información e insumos para el trabajo de
los terapeutas.
Los resultados de estos estudios confirman el rol único de las imágenes y de los juegos
imaginativos en el proceso de entendimiento e interpretación del niño y su mundo, así
como de la relación terapéutica. Los estudios e investigaciones, sin embargo, continúan
siendo escasos.