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UNIDAD IV: TERAPIA DE JUEGO: FAMILIAR Y FENOMENOLÓGICA

4.1. Constructos, metas y técnicas básicas de la terapia familiar.

Ha habido dos caminos divergentes en el tratamiento de niños en psicoterapia: uno


marcado terapia infantil y otro marcado terapia familiar. Es posible que los terapeutas
recorran los caminos tanto de la terapia de juego como de la terapia familiar. Esos
caminos divergían de un punto común: la teoría psicoanalítica de Freud.

Muchos de los fundadores de la terapia familiar fueron entrenados psicoanalíticamente


para trabajar con niños. Sin embargo, descubrieron que el trabajo con niños
individuales no era suficiente, y comenzaron a experimentar aconsejando a familias
enteras.

Los dos campos comenzaron a divergir ya que la terapia familiar privilegiaba a la


familia como un sistema sobre las necesidades individuales del niño y la terapia infantil
minimizaba la importancia de la familia como el contexto en el que se desarrollan el
niño y sus problemas.

Los constructos básicos en la terapia de juego familiar son: 1) la teoría de sistemas


familiares y 2) la terapia de juego.

Freud introdujo el concepto de utilizar el juego infantil en psicoterapia en su primer caso


de análisis infantil, notando tres funciones principales del juego terapéutico:

1) El juego proporciona un contexto para la autoexpresión, incluidas aquellas cosas que


son demasiado difíciles de discutir.

2) El juego ofrece un medio para que los niños cumplan sus deseos.

3) El juego terapéutico permite a los niños trabajar y dominar el trauma.

Hay dos enfoques amplios que caracterizan las terapias de juego: las terapias
relacionales, esencialmente no directivas y las terapias directivas o estructuradas.

El campo de la terapia familia encuentra sus raíces en el movimiento de trabajo social,


consejería matrimonial y en la psiquiatría. Surge en diferentes lugares después de la
segunda guerra mundial y se desarrolla como un movimiento organizado en la década
de 1950.

Muchos de los fundadores del movimiento trabajaban con esquizofrénicos y con


delincuentes juveniles y buscaban nuevos métodos para enfrentar estos serios
problemas. Varias perspectivas surgieron para tratar estos problemas pero hubo un
elemento común en todas ellas: el enfoque en la familia como un sistema.
Gregory Bateson, reconocido por muchos como el pensador más influyente en la teoría
de sistemas familiares, no era un terapeuta. Su interés era aplicar conceptos de la
cibernética y teoría de sistemas a los patrones de comunicación de las personas.

La teoría general de sistemas examina la interacción y la relación entre las partes de un


sistema. La terapia familiar considera a la familia como un sistema interdependiente
que comprende subsistemas en los que la familia como un todo es mayor que la suma
de sus partes (miembros individuales de la familia). Enfatiza las relaciones, los
patrones de interacción y las influencias recíprocas entre todos los miembros de la
familia.

Una perspectiva de la teoría del sistema considera que el contexto en el que las
personas viven es vital para moldear sus vidas.

Los fundadores iniciales de la terapia familiar entendían la importancia de la inclusión


de los niños. Ackerman decía que la terapia familiar no podía existir sin la participación
de los niños en un intercambio significativo entre las generaciones. Sin embargo, con el
transcurrir del tiempo, los niños fueron incluidos cada vez menos en la terapia familiar.

La meta del enfoque sistemático es en quitar el énfasis en el paciente y ver a la familia


como un grupo de individuos con relaciones interactivas que influencia y responde uno
al otro, en formas específicas que pueden ser adaptativas y saludables o problemáticas
y disfuncionales.

Los enfoques de sistemas familiares generalmente caen bajo las categorías de


experiencial, estructural, estratégico o intergeneracional.

4.2. Ampliación de las posibilidades de evaluación con la terapia de juego


familiar.

La terapia de juego familiar ofrece una visión especial de la dinámica familiar. Al


evaluar a una familia involucrada en una actividad lúdica, el terapeuta puede observar
cómo la familia se organiza y participa en torno a una tarea, revelando sus estilos de
comunicación, jerarquía y límites, y exponiendo cualquier coalición o alianza.

El juego expone quién está a cargo, qué ideas prevalecen y quiénes pueden ser
marginados.

Los terapeutas en este campo deben tomar nota especial de los siguientes
comportamientos durante las sesiones de juego familiar:
• El nivel de cooperación y organización de la familia a medida que se acercan a una
tarea de juego.

• La capacidad de llegar a un consenso, y la manera en que esto se logró.

• El nivel de contacto afectivo y físico.

• El nivel de disfrute al participar en la actividad.

• El nivel de percepción espontánea, como ver la obra como una metáfora de su propia
realidad.

• El inconsciente colectivo, a través del cual los temas se desarrollan individual y


colectivamente, lo que permite que las familias se comuniquen en un nivel
inconsciente.

4.3. Rol del terapeuta de la terapia familiar.

El rol del terapeuta de terapia familiar es distintivo. El terapeuta sirve de facilitador, de


modelo, de animador y de coach para el diálogo.

Como facilitador, el terapeuta debe crear oportunidades para que las familias
establezcan interacciones positivas y experiencias exitosas. El terapeuta es
responsable de seleccionar las técnicas de terapia de juego familiar a implementar.
Asimismo, el terapeuta es responsable de proveer instrucciones claras y precisas para
que los miembros de la familia puedan participar fácil y exitosamente en las sesiones
de juego terapéutico.

Como modelo, el terapeuta es responsable de dar señales a la familia. Si el terapeuta


se siente cómodo con las técnicas él transmite unas expectativas positivas, lo cual
contribuye a un clima confortable durante las sesiones.

Es importante que el terapeuta demuestre el uso de los materiales y que asegure a los
miembros de la familia que las técnicas a utilizar han sido probadas y que son exitosas.

En su rol de animador, el terapeuta promueve, confirma y apoya todos los intentos que
hacen los miembros de la familia. El terapeuta debe recordar siempre que el juego
puede ser incómodo para los adultos. Por tanto, es importante que dé retroalimentación
positiva frecuente durante las sesiones. Sin embargo, no es recomendable hacer
comentarios de naturaleza evaluativa, tales como “estás haciendo un trabajo muy
bueno”; “has escogido los materiales de forma muy adecuada”. En su lugar, puede
hacer comentarios de apoyo como “Todos ustedes han sido muy cuidadosos en la
selección de materiales”.
En su rol de coach de diálogo, el terapeuta permite e incentiva a los miembros de la
familia a reflexionar sobre sus propias creaciones o a curiosear sobre el trabajo de los
otros miembros. Sin hacer muchas preguntas, el terapeuta puede permitir a la familiar
la interacción natural. El terapeuta debe discernir si debe exponer las reglas de esta
interacción, si puede permitir algunos conflictos manejables, para detectar estilos de
resolución de conflictos entre la familia, etc.

4.4. Rol de los padres de la terapia familiar.

Los padres son participantes activos en la terapia de juego familiar. Ellos pueden
participar tanto en la parte de evaluación como en la de tratamiento, dependiendo de la
situación específica de que se trate.

Usualmente la terapia familiar de juego también supone sesiones individuales con el


niño, pero esto se determina caso por caso. Así, el rol de los padres va desde proveer
información necesaria para evaluación hasta ser participante activo de las sesiones
terapéuticas.

4.5. Aplicaciones clínicas de la terapia familiar.

La terapia familiar de juego es un modelo muy efectivo para trabajar con familias y con
niños pequeños, de tres años en adelante.

Las aplicaciones clínicas de la terapia de juego familiar incluyen las siguientes:

• Cuando hay niños pequeños en la familia, quienes se aburren y muestran desinterés


en la terapia verbal tradicional.

• Cuando la familia ha llegado a un punto bloqueado en la terapia.

• Cuando las familias no están orientadas verbalmente.

• Cuando los miembros de la familia son excesivamente analíticos o cerebrales.

• Cuando se esperan cambiar la dinámica familiar.

• Cuando la familia no puede revelar las preocupaciones subyacentes debido a


vergüenza o incomodidad.

• Para construir o solidificar la alianza terapéutica.

• Promover objetivos terapéuticos específicos.


• Para estimular nuevos patrones familiares de relación.

• Para introducir el juego como un conducto para el cambio.

• Para aumentar la sensación de bienestar de una familia.

4.6. Sustento empírico de la terapia familiar.

De acuerdo con Gil; Willis, Walter y Crane, and LeBlanc and Richie, investigaciones de
las últimas décadas han mostrado que la terapia familiar de juego puede ser efectiva en
diversos rangos de edad y en una variedad de situaciones y problemas clínicos. Los
resultados más significativos fueron encontrados en los casos en que los padres están
profundamente involucrados en las sesiones terapéuticas con los niños.

Finalmente, los estudios sobre la terapia familiar de juego indican mayor participación
de los niños comparado a otras modalidades tradicionales de terapia, mayor calidad en
la alianza niño-terapeuta y mayor cantidad de experiencias emocionales positivas.

4.7. Constructos, metas y técnicas básicas de la terapia fenomenológica.

La fenomenología es el estudio de las estructuras de conciencia experimentadas desde


el punto de vista de la primera persona. La estructura central de una experiencia es su
intencionalidad, está dirigida hacia algo, ya que es una experiencia de o sobre algún
objeto.

Una experiencia se dirige hacia un objeto en virtud de su contenido o significado (que


representa el objeto) junto con las condiciones de habilitación apropiadas.

La fenomenología como disciplina es distinta de otras disciplinas clave de la filosofía,


como la ontología, la epistemología, la lógica y la ética, pero está relacionada con ellas.
La fenomenología se ha practicado de varias maneras durante siglos, pero se hizo
patente a principios del siglo XX en las obras de Husserl, Heidegger, Sartre, Merleau-
Ponty y otros. Las cuestiones fenomenológicas de intencionalidad, conciencia, qualia y
perspectiva en primera persona han sido prominentes en la filosofía de la mente
reciente.

Los seres humanos, como entes trascendentes, se constituyen en sus propios agentes,
con libertad para tomar decisiones en situaciones dadas y de asumir responsabilidad
por ellas. Esto, de acuerdo a los fenomenologistas, aplica tanto a los adultos como a
los niños.
La terapia fenomenológica de juego se basa en la filosofía fenomenológica, izando el
poder de las imágenes y de los juegos imaginativos como la forma en que los niños
expresan los significados personales sobre ellos mismos y su mundo.

Rogers fue el primero en los Estados Unidos en desarrollar la teoría fenomenológica de


la personalidad y psicoterapia. Estas teorías fueron más tarde aplicadas por Axline su
trabajo con niños y por Moustakas en el desarrollo de su terapia infantil existencial.

Los enfoques terapéuticos de Rogers, Axline, Moustakas y otros, fueron desarrollados


para adultos, aunque incorporaron el juego como un modo principal de autoexpresión.
Pero en las terapias infantiles se centraron principalmente en la relación terapéutica y,
como tales, se mantuvieron predominantemente de naturaleza verbal. Las
contribuciones de todos ellos llevaron a la formulación de los principios básicos de un
enfoque humanista y existencial de la psicoterapia infantil.

4.8. Rol de los padres de la terapia fenomenológica.

Los padres tienen un rol muy importante en este como en cualquier otro tipo de terapia.
Usualmente, los padres son quienes tienen más conocimiento sobre los niños y son
quienes proporcionan la mayor cantidad de información e insumos para el trabajo de
los terapeutas.

El terapeuta proporciona retroalimentación a los padres e información de los progresos


del niño. Los padres a su vez informan al terapeuta sobre cualquier avance y cambios
de conducta observados en el hogar.

4.9. Aplicaciones clínicas de la terapia fenomenológica.

La terapia fenomenológica se aplica en un vasto rango de situaciones clínicas y


desórdenes. Ya que su énfasis yace en imaginería y juegos imaginativos, es
recomendada para niños de 4 a 11 años de edad, quienes presenten perturbaciones
emocionales producto de experiencias relacionales, traumáticas o abusivas. Estas
experiencias pueden referirse a la pérdida de un miembro de la familia, la separación
de los padres, ser testigos de violencia, abuso sexual, a enfermedades terminales o
crónicas, víctimas de conflictos bélicos y de desastres naturales, entre algunas.

4.10. Sustento empírico de la terapia fenomenológica.


La investigación en este campo tiene como objetivo analizar sistemáticamente los
significados y las estructuras de significado de fenómenos tales como las relaciones
terapéuticas, el juego imaginativo, las sesiones de terapia, etc.

Ejemplos de estas investigaciones y estudios son los realizados por Harinck y


Hellendoorn; Vroom; Jenkins; Onishi.

Los resultados de estos estudios confirman el rol único de las imágenes y de los juegos
imaginativos en el proceso de entendimiento e interpretación del niño y su mundo, así
como de la relación terapéutica. Los estudios e investigaciones, sin embargo, continúan
siendo escasos.

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