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Aprendizaje por habituación

La habituación es una de las formas más simples de aprendizaje. Gracias a ella, un


animal aprender a ignorar un estímulo repetido. Por ejemplo, una paloma recién
llegada a una plaza se asustará las primeras veces que un automóvil frene
bruscamente cerca de ella, pero con el tiempo, aprenderá a ignorar los ruidos. En la
habitación, un organismo reduce o suprime la respuesta a un estímulo persistente.
No se trata de fatiga muscular, sino del resultado de un proceso de aprendizaje.
La habituación también es diferente de la adaptación social en la que la repuesta
disminuye sólo en forma temporal frente al estímulo. Por ejemplo, los receptores
gustativos de una mosca se adaptan a la presencia de moléculas de azúcar y
suprimen su actividad, aunque estén sumergidos en una solución azucarada que
los estimula permanentemente.

Aprendizaje por asociación


La asociación consiste en que un estímulo llega a conectarse, por medio de la
experiencia, con otro estímulo en principio no relacionado. Por ejemplo, los peces
se aproximan a la esquina del acuario cuando se acerca la persona que suela
arrojar comida en ese sitio y los perros se excitan al ver su correa porque la
asociación con el paseo. Se trata de un tipo de aprendizaje más complejo que la
habituación.

Existen diferentes tipos de condicionamiento:

 Condicionamiento clásico
 Condicionamiento operante

El condicionamiento operante, también llamado “aprendizaje por ensayo y error”,


tiene lugar cuando un animal asocia una actividad particular con un castigo o un
premio. 

En sus experimentos de condicionamiento clásico, Pavlov ofrecía cada día a un


perro hambriento un trozo de carne. Previamente hacía sonar unas campanas que
anunciaban el momento de la comida. El perro pronto asoció ambos estímulos, el
alimento y el sonido que lo anunciaba, y comenzó a responder salivando ante el
sonido de la campana, aun en ausencia de carne.

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