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Aunque hay otros criterios para clasificar la amplia gama de fondos de inversión (por ejemplo la zona
geográfica de las inversiones), la clasificación más habitual se hace según la vocación inversora del fondo, es
decir, según el tipo de activos financieros en los que el gestor invierte las aportaciones de los partícipes. De
acuerdo con este criterio se puede hablar de los siguientes tipos de fondos:
Fondos monetarios: se caracterizan por la ausencia de exposición a renta variable, riesgo de divisa y
materias primas. Deben aceptar suscripciones y reembolsos de participaciones diariamente. Tienen por
objetivo mantener el principal y obtener una rentabilidad acorde con los tipos del mercado monetario. En
función de la duración media y del vencimiento medio de la cartera del fondo, podrá encontrar: i) fondos
monetarios a corto plazo y ii) fondos monetarios a largo plazo.
Fondos de renta fija: se caracterizan por la ausencia total de exposición a renta variable. Pueden ser renta
fija euro o renta fija internacional, según la exposición al riesgo divisa.
Fondos de renta variable: tienen una exposición mínima del 75% en renta variable. Pueden ser renta
variable euro o renta variable internacional, según la exposición al riesgo divisa.
Fondos mixtos: en este grupo podrá encontrar fondos de renta fija mixta, con una exposición a renta variable
inferior al 30%, o fondos de renta variable mixta, con una exposición a renta variable inferior al 75% y superior
al 30%. En general, cuanto mayor sea el porcentaje invertido en renta variable, mayores serán el riesgo y la
rentabilidad potenciales.
Fondos de gestión pasiva: su política de inversión consiste en replicar o reproducir un índice bursátil o
financiero. En esta categoría se incluyen los fondos con un objetivo concreto de rentabilidad no garantizado y
los fondos cotizados. Existe más información sobre este tipo de fondo en el apartado “Otras modalidades de
inversión colectiva”.
Fondos total o parcialmente garantizados: en función de si aseguran o no la totalidad de la inversión inicial.
A su vez, dentro de los fondos totalmente garantizados podrá encontrar: i) fondos que aseguran un
rendimiento fijo y ii) fondos que ofrecen la posibilidad de obtener un rendimiento vinculado a la evolución de
un instrumento de renta variable, divisa o cualquier otro activo.
Fondos de retorno absoluto: persiguen un objetivo de gestión, no garantizado, de rentabilidad y riesgo. Los
fondos de inversión libre (también conocidos como "hedge funds") suelen pertenecer a esta categoría.
Fondos globales: son fondos cuya política de inversión no encaja en ninguna de las vocaciones anteriores.
Las diferencias con los fondos tradicionales son básicamente las siguientes:
Cotización continua a lo largo de la sesión, con posibilidad de ejecutar operaciones de compraventa
en cualquier momento, incluso varias veces al día.
No es aplicable el beneficio fiscal en caso de traspaso de fondos.
Comisiones más reducidas.
Se le aplica comisión de en compras y ventas, similar a las acciones.
Fondos de inversión libre (FIL)
Los fondos de inversión
libre, o “hedge funds”
tienen alto nivel de riesgo,
poca transparencia y
reducida liquidez, por lo
que se dirigen
principalmente a
inversores institucionales
y grandes patrimonios.
Los fondos de inversión libre también se conocen como fondos de inversión alternativa o “hedge funds”. No
están sujetos a las restricciones de inversión establecidas para la mayor parte de los fondos (de ahí su
denominación). Pueden invertir en cualquier tipo de activo financiero, seguir la estratega de inversión que
consideren más apropiada y endeudarse hasta cinco veces el valor de su activo. Esto implica un nivel de
riesgo superior al de otros productos de inversión colectiva.
Además, son productos poco líquidos y, en algunos casos, incluso fijan un período mínimo de permanencia a
sus partícipes, durante el que no se les permite reembolsar. La inversión mínima inicial es de 50.000 euros.
Debido a sus especiales características, se consideran productos solo adecuados para inversores cualificados
(institucionales o grandes patrimonios).
Fondos de fondos de inversión libre (FFIL)
Los fondos de fondos de inversión libre invierten mayoritariamente en fondos de inversión alternativa o “hedge
funds”, por lo que también se conocen como “fondos de hedge funds”.
A diferencia de los fondos de inversión libre, los fondos de fondos de inversión libre están concebidos como
producto adecuado para el inversor particular. En principio, la selección y seguimiento de los “hedge
funds” por parte de una gestora, unidos a la diversificación, permiten un mayor control de los riesgos
existentes que en todo caso deberán ser debidamente destacados tanto en la publicidad como en el folleto del
fondo. Los inversores deberán dejar constancia por escrito de que conocen los riesgos asociados a este tipo
de fondos.
Como en los fondos de inversión libre, el valor liquidativo se podrá calcular con periodicidad trimestral o
semestral. Esto significa que los partícipes sólo podrían suscribir o reembolsar este tipo de fondos cada tres o
seis meses, por lo que resultan menos líquidos que los fondos “tradicionales”. No son aplicables los límites
máximos de comisiones que rigen para el resto de los fondos de inversión.
Fondo de inversión
Un fondo de inversión o fondo mutuo es una institución de inversión colectiva (IIC) que
consiste en reunir fondos de distintos inversores, naturales o jurídicos, para invertirlos en
diferentes instrumentos financieros, responsabilidad que se delega a una sociedad
administradora que puede ser un banco o institución financiera.
Los FCI o fondos mutuos son una alternativa de inversión diversificada, ya que invierten en
numerosos instrumentos, lo que reduce el riesgo.
Modo de operación[editar]
El fondo es un patrimonio indiviso conformado por los aportes de varios inversores (aunque
contablemente se lo considera una sola cuenta) pueden ser de distinta naturaleza
(individuales, grupales, o institucionales; privados o estatales) que tienen los mismos objetivos
de rentabilidad y riesgo respecto de las inversiones que realizan, delegando la administración
del mismo a un equipo de profesionales.
Existen diferentes tipos de FCI o fondos mutuos según sea la cartera o portafolio de inversión
elegida por la sociedad administradora. La sociedad administradora define el valor de una
cuota o cuotaparte, dividiendo el patrimonio en partes iguales, la cual varia según sea la
rentabilidad del fondo. En general no tienen vencimiento ni requieren renovación y el dinero
invertido se puede rescatar fácilmente.
El dinero que aportan los clientes es recibido por la Sociedad Depositaria, destinándose
posteriormente a la compra de los activos que son objeto del FCI. Entre la Sociedad Gerente y
la Depositaria deben controlar mutuamente el cumplimiento de las pautas del “Reglamento de
Gestión”.
Gestión pasiva
Fondos indexados, estos replican un índice, comprando los valores de este
con las ponderaciones otorgadas, emula el rendimiento de ese índice. Los costes de
estos suelen ser 1% de lo invertido. El riesgo asumido es menor que un fondo de
inversión
ETF (Exchange-Traded Fund), al igual que los fondos indexados estos emulan
a un índice o Benchmark, pero también utilizan técnicas de inversión avanzadas,
como la adquisición de futuros, opciones y derivados. El coste de estos ronda el 0.5%
de lo invertido, tienen una liquidez tan alta como las acciones y el riesgo asumido es
menor que en un fondo de gestión activa.
Rendimiento absoluto[editar]
Estos fondos están gestionados por corredores, no se sabe exactamente en qué van a invertir
(pueden invertir en cualquier cosa: divisas, materias primas, bonos, acciones, derivados...) y
utilizan técnicas de inversión más especulativas. Existen los siguientes tipos de fondos:
Fondos de gestión alternativa: estos fondos están dedicados a los particulares que
buscan una alta rentabilidad y un alto riesgo
Si un inversor quiere entrar en uno de estos fondos de inversión de alta rentabilidad lo más
importante es que lo haga con gestores profesionales que trabajen con corredores de
bolsa fuertemente regulados y que les puedan ofrecer reportes de estos fondos para una
mayor seguridad.
Este generalmente realiza las compras y ventas para mantener el rendimiento, utilizando un
programa de predicción del comportamiento de mercado.
Los fondos de renta estabilizada son sumamente complejos de operar y en su mayoría son
gestionados por computadoras que realizan las operaciones de predicción, compra y venta en
milésimas de segundos. Dependiendo de su algoritmo, estos fondos generalmente arrojan un
rendimiento mensual de entre 2.3% y el 4.3% del capital inicial invertido.