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5 claves - ejercicios y libros de mediación lectora

¡Vengan esos cinco! María Baranda, Denise Ocampo, Néstor Ramírez


Peña, María Cristina Thomson y Freddy Gonçalves, comparten claves y
ejercicios para promover la lectura a propósito de cinco libros que escribieron y
para celebrar cinco años de Linternas y bosques. ¡A todos muchas gracias! Y
también a Amanda Mijangos y Armando Fonseca, autores de la fantástica
ilustración de aniversario:

“Entre clases y recesos, exámenes y experimentos, torneos y ferias escolares, cuatro autores


mexicanos pasan al pizarrón y escriben historias que suceden en la escuela pero trascienden
el pupitre. Aquí, hay problemas que no se resuelven contando manzanas”, así empieza la
primera entrada que publiqué en este blog, el 3 de enero de 2014. Para animar la escuela es
un brevísimo recorrido por cuatro novelas que ocurren en contextos escolares, de autores
mexicanos, una invitación a profesores y bibliotecarios y mediadores de lectura escolares a
que se acercaran al blog.

Enseguida, el 4 y el 9 de enero, publiqué dos entradas más: Los otros personajes, sobre


personajes secundarios clásicos de la literatura infantil y juvenil, y 130 años navegando río
abajo, a propósito de Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain. Ambos textos
estaban vinculados con un libro en el que trabaja en aquel momento con una beca Jóvenes
Creadores del FONCA (2013-2014): El dragón blanco y otros personajes
olvidados (originalmente, “El alado rey mono y otros secundarios olvidados”). Uno de mis
compromisos cuando me postulé para obtener este apoyo económico era la creación de un
blog de LIJ en el que, además de escribir notas y reseñas, daría cuenta de algunas de mis
investigaciones para la escritura de los cuentos. Esta beca fue clave pues me dio cierta
estabilidad económica para arrancar un blog no remunerado. 

Y para completar el primer mes de vida de Linternas y bosques y su orientación histórica y de


lectura crítica vinculada a los clásicos: un breve artículo de opinión que subí el 30 de
enero: Dios olvidó al niño, con la mención a dos referentes importantes en la LIJ: Daniel
Goldin y Michèle Petit (como se ve en las últimas entradas, muy presentes toda en mi
horizonte de interés).

Top 10 del país de origen de los lectores en


5 años (enero 2014- enero 2019).

Desde entonces, este blog, cuya justificación teórica e ideológica fueron mi tesis de


licenciatura sobre medios alternativos e independientes y mi paso por el máster en Libros y
Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha atravesado cambios
de diseño y organización de contenidos para hacer la navegación más amable y útil para los
lectores; he sumado colaboradores y un Consejo Editorial Juvenil; me he enfocado en ciertos
temas especiales, como el terrorismo de Estado en la LIJ y la poesía; he realizado casi 40
entrevistas y perfiles, más de 600 reseñas de libros e incluido 26 textos de expertos
invitados. Todo ello ha recibido 574 mil 912 visitas desde 143 países, entre los que destacan,
del top 10, México, Argentina y España; luego hay otra buena parte de Brasil, Centroamérica,
Bolivia, Italia, Francia, Alemania y ¡Hong Kong! y, hasta abajo en la lista, algún lector perdido
de lugares tan lejanos como Omán, Madagascar, Irak, Congo, Sri Lanka, Azerbaiyán y
Maldivas. 

De ese más de medio millón de lectores que ha tenido el blog en cinco años (enero 2014-
enero 2019), casi la mitad corresponden al último. El primer año, llegaron aquí un total de 16
mil 535 y este quinto año, 238 mil 44. Además, al día de hoy el blog cuenta con un total 17 mil
919 seguidores. Muy agradecido y sorprendido de que el blog haya tenido este crecimiento en
tan poco tiempo y que sirva a tanta gente como punto de encuentro, trabajo y reflexión.

Entradas mensuales y total anual en la última columna de la derecha. El notable incremento


entre las visitas de enero de 2018 y enero de 2019 (primera columna de cifras de la izquierda),
fue detonado por el texto invitado de Graciela Bialet sobre abuso sexual y LIJ. Ha suscitado un
interés sin precedentes en el blog, que se corresponde con la urgencia realidad que denuncia.

Para finalizar esta numeralia: he publicado un total de 174 entradas. Las siguientes han sido
las 15 más leídas en estos 5 años. Algunas de ellas, como las primeras dos, tienen también la
ventaja de llevar más años circulando; otras, como la cuarta y la quinta, publicadas el año
pasado, rápidamente se volvieron favoritas:

1. ¡Quiero escribir! 10 juegos de escritura para niños y jóvenes de cualquier planeta.


2. Los mejores libros ilustrados que leí en 2016.
3. 10 libros de adivinanzas, retahílas y canciones para vacaciones.
4. Los mejores libros ilustrados que leí en 2017.
5. ¡Quiero leer! 10 juegos de lectura para niños, niñas y jóvenes libres.
6. Construir un personaje, reconstruirse. Un juego de escritura y otros recursos para
contar historias.
7. ¡Los jóvenes hablan! Manifiesto Soy joven, soy lector.
8. Margarita, a 100 años de la muerte de Rubén Darío.
9. ¿Cómo hacer una antología de poesía para niños? Entrevista a Rodolfo Fonseca.
10. Todo necesita del silencio. Cecilia Bajour: respiración, cuerpo y pausa en la poesía
infantil contemporánea.
11. Historias de padres e hijas.
12. Va en serio. Inventario de cursos, seminarios, becas, posgrados y festivales de LIJ.
13. Descifrar el ADN de los cuentos de hadas por Brenda Bellorín.
14. ‘La narración oral sucede en la mirada de quien escucha’: Janet Pankowsky. Un
cuento, una teoría y el silencio.
15. Terrorismo de Estado y libros para niños.

Si te perdiste alguna, aquí el recuento del quinto:

En el quinto año del blog hubo dos temas que


me interesó particularmente abordar. En primer lugar, los 50 años de la matanza de
estudiantes del 68; publiqué cinco entradas relacionadas, parte de la serie de Terrorismo de
Estado y LIJ: una en la que hago un repaso histórico y contemporáneo de la literatura sobre el
tema, que al mismo tiempo fue una ponencia que presenté en dos congresos en Colombia y
Cuba: México recuerda. De Irulana y el Ogronte a Olivia y los más de 30 mil
desaparecidos + Tres libros gratuitos de participación social juvenil; otra en la que
reseño los libros emblemáticos del 68 de Poniatowska y González de Alba y el libro
colaborativo La Biblioteca Roja de Gabriela Halac y Tomás Alzogaray, y en la que concentro
toda la bibliografía que he encontrado al respecto: La biblioteca roja. A 50 años del 68 más
de 50 libros para niños y jóvenes que lo nombran: Fue el Estado.

Luego una nota sobre la serie de actividades del programa “M68: ciudadanías en movimiento”
que funcionó como introducción del texto invitado: Exilios, nacionalismos, represión,
multiculturalidad: panorama de temas políticos para niños y jóvenes, por Jochen Weber
+ M68

Y, precisamente, dos entradas de expertos invitados más que hablan sobre el compromiso
político en los libros, otra tendencia en la LIJ. Una que sí toca específicamente las
dictaduras: La insistencia. ‘El uso de lo simbólico para nombrar el dolor y un recuerdo
de mi tía la triste’: María José Ferrada; y otra que lo hace más tangencialmente: ¿A las
barricadas? Literatura políticamente comprometida: Clémentine Beauvais 
Amanda Mijangos y Armando Fonseca.

El segundo asunto que me interesó abordar fue una tendencia en la publicación de literatura


infantil y juvenil que identifiqué como un “nuevo llamado de lo salvaje”, lleno de personajes
que recuperan cierta fiereza y arrojo interno y que tiene una variante como “regreso al mundo
natural”, con otros personajes que valoran o añoran vivir sin artificios en una flora y fauna
diversa. A ello dediqué tres entradas: De Rómulo y Remo a Mowgli y Tarzán. Una breve
historia de lo salvaje en la literatura; Ruge como un tigre y otros libros feroces. El
nuevo llamado de lo salvaje; Afuera hay una tribu. El regreso a la naturaleza en la LIJ.

Fueron un total de 36 entradas publicadas en 2018. Otras de las más populares


fueron: ¡Quiero leer! 10 juegos de lectura para niños, niñas y jóvenes libres; Va en serio.
Inventario de cursos, seminarios, becas y festivales de LIJ; Los mejores libros
ilustrados que leí en 2017; Peter Rabbit, el conejo travieso de una escritora visionaria:
Beatrix Potter; La ardilla que soñó y otros libros que dicen adiós; Diez pájaros en mi
ventana y otros libros en bandada; ¡31 minutos en la feria infinita! Llega la 38 FILIJ.

Y el resto de las entradas: Reseñas y recomendados: Lucy, el monstruo y un vampiro en


la biblioteca + 12 libros de brujas, parcas y quimeras mexicanas;  La vida amorosa de
los animales y otros libros que enamoran; El huésped y otras ficciones
inquietantes; Blanconieves, la Reina Sirena. El Taller Azul reescribe a los clásicos;  10
libros de futbol para gritar gol, De navidades y años que comienzan. Maratón de libros
Guadalupe-Reyes.
Carmen Segovia.

Personajes y entrevistas: Cecilia Bajour: respiración, cuerpo y pausa en la poesía


infantil; El árbol habla: Octavio Paz para niños y niñas; En busca de un libro no editado
todavía. Autores y especialistas piensan nuevos caminos de la LIJ; Cuatro años de
Linternas y bosques, cuatro proyectos imperdibles; Hola, Mundo cruel o la filosofía del
humor que detona preguntas de Wonder Ponder; Julio Verne en las puertas del
océano; Carmen Diana Dearden y Verónica Uribe: 40 años de leer y editar Ekaré.

Expertos invitados: Alimentar la capacidad metafórica, por María Emilia López ; ‘Muchos


años después de la guerra, formamos una pequeña biblioteca’. 12 experiencias de
lectura en Iberoamérica; Para leer en contextos adversos y otros espacios emergentes,
por Evelyn Arizpe; El valor lúdico y estético de los memes en la mediación lectora, por
Denise Ocampo; Las bibliotecas y lecturas en la vida, por Marina Colasanti; Mentiras,
exorcismos y lavarropas, por Federico Ivanier.

Las ilustraciones de aniversario


Daniela Martagón

Cada año he pedido a algún ilustrador querido y admirado una ilustración para celebrar el
cumpleaños de Linternas y bosques. El primer año, Carmen Segovia, ilustradora de mi primer
libro, Para la niña detrás del árbol, y también autora de la imagen del blog, me regaló dos
increíbles ilustraciones con personajes y motivos clásicos de exploración. Para el segundo
aniversario, Flavia Zorrilla dibujó una pareja: una hermosa reinterpretación de Sueño de una
noche de verano, con dos personajes, Titania y el tejedor con cabeza de burro,
encontrándose en el bosque de las hadas. Emmanuel Peña hizo un original cómic para el
tercer año: una divertida pareja de pingüinos que festeja en la selva su tercer aniversario. Un
bosque-vagabundo de cuatro cabezas fue el delirante gif de regalo de Daniela Martagón para
el cuarto año. 

Y finalmente, este quinto aniversario fue ilustrado por Amanda Mijangos y Armando


Fonseca. La imagen de una niña con máscara de conejo, en una selva de hojas gigantes,
señalando una luna linterna, tiene un significado muy especial para mí. Nació del
extraordinario mundo que imaginaron Amanda y Armando para Jomshuk. Niño y dios
maíz, un poema narrativo que muy pronto publicará Ediciones Castillo y que nos tiene a los
tres muy felices.
 

¡Vengan esos 5!
5 claves, ejercicios y libros de mediación de 5
lectores linterna
Para celebrar el primer año del blog escribí una suerte de cuento y pequeño elogio en Todo
comienza en el bosque; para el segundo año propuse que aquí leemos libres, breve crónica
de cómo me influyeron distintas experiencias de censura en la apertura de mi blog; el tercer
año invité a Carola Martínez, Ellen Duthie y Germán Machado, tres blogueros críticos que
sigo, a que nos compartieran qué y cómo leen; el cuarto año reuní cuatro nuevos proyectos
imperdibles de mediación, booktube y cultura digital y visual: Cuadernos de la Ballena,
EstoNoVaDeLibros, La Retahíla e Imagenred.
Para este quinto año pedí a cinco reconocidos especialistas —linternas— en mediación
lectora, con perfiles muy diversos pero todos con libros escritos al respecto, que compartieran
alguno de los aprendizajes más reveladores que hubieran tenido en su carrera y algún
ejercicio específico. Estas son sus respuestas vinculadas a sus libros, cinco publicaciones
excepcionales. ¡Muchísimas gracias a María Baranda, Denise Ocampo, Néstor Ramírez
Peña, María Cristina Thomson y Freddy Gonçalves por su tiempo y disposición para
celebrar el primer lustro del blog! (y una disculpa por posponer tanto esta entrada por la serie
de eventos desafortunados en la Biblioteca Vasconcelos). Primero leerán las claves y ejercicio
en voz de los invitados y luego mi reseña de los libros. Recomiendo muy ampliamente cada
uno de ellos. Se han vuelto imprescindibles ya de mi biblioteca. 
1. María
Baranda
.
Clave: Profundidad y asombro
La lectura profunda y amada de la poesía. Que así como yo me adentro en la escritura de un
poema, los niños se acerquen, en pleno azoro, a leerlo. La lectura, entonces, debe de tener
esas dos cualidades: profundidad y asombro.

Ejercicio: Preguntas, rituales, secretos


Para mí no hay más que la lectura, entonces, se puede tomar cualquier poema e imaginar qué
estaba pensando el poeta, qué sentía, con qué o quién soñaba, a qué jugaba o qué le
asustaba cuando lo escribió… Y a partir de esas preguntas (que están en El vuelo y el pájaro)
ver qué sucede con nosotros a la hora de leer el poema.

Retomo del libro: El niño se asoma por el hoyo y mira el mundo. El mundo por dentro, más
adentro, hasta lo hondo. El mundo es frágil, piensa. El niño sabe que hay un secreto en el
sonido, en el silencio, en el tiempo, en el corazón. Su alegría es como un vidrio
transparente. Mete una mano en la boca del hoyo: saca una palabra ondulante: lagartija,
dice. Vuelve a decir despacio: la-gar-ti-ja.
Expresión anónima de los pueblos, la poesía era conjuro y oración a la vez. Y con ella
permitían que los peligros y los miedos que acechaban en la oscuridad tuvieran un cauce, una
salida, un lugar para nombrar la luz y que apareciera, interminable, el día.

Regresar al niño esa experiencia de la lectura como si fuera un “ritual mágico”, permitirle
acercarse a ella desde un lugar privilegiado, especial, donde se develarán ciertos secretos,
dejar que la lectura misma fascine y desafíe su inteligencia y sus interrogantes personales,
permitir que él encuentre nuevos significados en el texto, sean los que sean, hará que la
lectura del poema tenga más interés y sentido para él.

Podríamos decir que un poema para niños es aquel que captura su atención, que no insulta su
inteligencia y que le ofrece un reto a su esfuerzo como lector. Inducir a la lectura de un poema
es también tener una actitud distinta para enfrentar el mundo. Es explorar las inquietudes y
emociones del niño ante el texto, pero no sus habilidades lectoras o su comprensión del
poema. No podemos olvidar que los poemas se componen, entre otros elementos, de ritmo,
imagen y metáfora. Esta última viene del griego meta, que es “más allá” y de phero que es
“llevar, pasar”: “llevar más allá”, por lo mismo, resulta estéril preguntarle a un niño qué
entendió, por ejemplo, con: “el mar duerme en las olas/ y no hay luz que lo vea” (que Sofía
Hinojosa dijo cuando tenía siete años). Más interesante sería escuchar qué imágenes
suscitaron en él estos versos y con qué emociones o inquietudes se queda. Respetar la
experiencia personal de la lectura debería de ser un principio que nos guíe al otorgar un
poema.

Libro: El vuelvo y el pájaro o


cómo acercarse a la poesía
Conaculta-Salas de lectura, Ciudad de México
Nunca me había imaginado leyendo un ensayo completo en voz alta. Este extraordinario libro
canta una historia de la poesía que se antoja compartir, decir, escuchar. María Baranda, de la
que estamos más acostumbrados a leer poemas, nos regala aquí una impecable prosa
poética, extensa y bellísima, que en su totalidad es como el largo relato de un asombro, uno
primigenio en nuestra especie. “Imaginemos a los primeros hombres ante el asombro de ver
un ave en pleno vuelo, de cara al sol, como una flecha que avanza rápida por el cielo. Y de
pronto, la letra A se abre amplia y generosa, despliega el primer sonido, luego la V y su ruido
de aire que se corta en el cielo, y por último la letra E, larga como el júbilo extendido en el
espacio”.

Un manifiesto poético y una reflexión sobre la mediación de la poesía, una valiosa antología y
un repaso histórico (con un índice que es en sí mismo una suerte de enigmático poema), una
publicación con mucho vuelo que nos recuerda que nombrar fue el verbo vital para recordar al
mundo y dialogar con él.

Descarga gratuita del libro, aquí.

2. Denise
Ocampo
.
Clave: Trabajar en red
Mi formación académica es como Analista del Discurso. En esta disciplina, como en el área de
la Comunicación en general, uno tiende a tener mucha conciencia del ciclo de producción y
recepción de un discurso, con los distintos procesos, espacios y actores involucrados. A pesar
de que ser mediadora nunca ha sido una exigencia formal para mi investigación
(lamentablemente, a veces el trabajo práctico y concreto no es lo más cercano a la academia),
he intentado experimentar en todos los espacios que han estado a mi alcance. He trabajado
en editoriales, narrado cuentos en un círculo infantil (guardería), he hecho teatro de títeres y
talleres con niños y con adolescentes, he diseñado e impartido talleres y posgrados en temas
de mediación y en Análisis del Discurso de literatura infantil, he hecho algún que otro rato de
voluntaria en una biblioteca y también en un punto de venta en la Feria del Libro de La
Habana. Todo eso lo he ido simultaneando con mi trabajo como investigadora, incluso durante
mi investigación doctoral.

Regularmente rindo cuentas de mis resultados de investigación a otros mediadores (lo mismo
personas naturales que instituciones), y en general dedicarme a la literatura infantil desde el
campo de la investigación me ha permitido asesorar proyectos editoriales o ser jurado en
concursos, lo que es otra manera de mediar entre la literatura y los niños. Pero, también,
compartir con otros mediadores, así como estar en el terreno yo misma, me retroalimenta con
información que ni siquiera sospecharía desde mi oficina, por mucha bibliografía que
consultara.

Cuando imparto mis cursos de Mediación de Lectura, los convoco para un público diverso:
editores, ilustradores, maestros, bibliotecarios, padres, autores, bibliotecarios, etc. Noto que
para cada uno de ellos resultan muy enriquecedoras las experiencias en otras áreas que no
son la suya, tanto las que yo trasmito como las de sus colegas, y siempre al final valoran esos
saberes entre las ganancias más importantes de haber pasado el curso.

Creo, por tanto, que una de las claves de la mediación consiste en tener conciencia de
que se trata de un oficio siempre incompleto, puesto que una misma persona no puede
estar en todos los espacios de la mediación desde la concepción del libro hasta la lectura, ni
ser experto en cada una de las especialidades técnicas de cada uno de esos espacios. Tener
esa conciencia dirige a una segunda clave: la mediación es un oficio colaborativo en el
que cada mediador precisa retroalimentarse con otros. Pensemos algunos ejemplos. El
decisor de políticas públicas para la lectura, para ser certero, necesita la visión de los
maestros y los bibliotecarios para poder elegir títulos, pero también consultar sobre
experiencia editorial. Los padres que quieren familiarizar a sus niños con la literatura desde
la infancia temprana, debieran consultar a mediadores que trabajen con niños, para saber
cómo acercarse mejor a los suyos. Los talleristas para lectores en edad escolar necesitan
estar al tanto de los planes de estudio si quieren hacer ofertas alternativas sin el peligro de
repetir títulos. En resumen, es en red como mejor podemos funcionar.

Ejercicio: Brindis literario 
Originalmente diseñé esta actividad para motivar la lectura de novelas epistolares. La organicé
una vez con El corazón de Voltaire, de Luis López Nieves, una historia apasionante construida
con correos electrónicos. También ha funcionado con textos más breves, como el cuento
“Amor de 160 caracteres”, de Eldys Baratute, que consiste en una conversación de sms entre
adolescentes; y con un libro de poesía ideal para niños de primaria, Cartas de un buzón
enamorado, de Mildre Hernández, compuesto por breves mensajes de amor con propuestas y
réplicas, muy hilarantes, que se intercambian distintos personajes. En algún momento me di
cuenta de que puede hacerse también con cualquier diálogo interesante o emblemático.
Materiales: Una bebida apropiada (jugos, refrescos, té), vasos (pueden ser de plástico
reutilizable) y papel opalina o cartulina.

Instrucciones

Preparación: Se imprime o escribe en papel opalina o cartulina un intercambio epistolar


(entre dos personajes en una novela, por ejemplo). Puede ser en hojas de cualquier formato,
con la página vertical y un margen ancho. Es necesario cuidar que el texto no exceda las dos
pulgadas (unas 6 o 7 líneas en times new roman). Se recorta la opalina o cartulina, de modo
que cada carta, de cada personaje, quede independiente de la otra. Cada recorte de papel se
grapa o pega por los márgenes, formando un cilindro para insertar un vaso tamaño estándar
(es necesario cuidar que, una vez grapado el papel, ninguna parte del texto quede tapada).
Debe quedar a la manera de los aislantes de calor que se emplean en los cafés y con todo el
texto a la vista. Hecho esto, los vasos deben ser colocados sobre una bandeja.

Ejecución: El mediador debe explicar al grupo, que van a brindar por la obra literaria cuya
lectura compartirán próximamente. También deberá añadir detalles acerca del texto, que
permitan a los presentes realizar algunas inferencias sobre el contenido. Luego él mismo leerá
la primera carta, servirá la bebida en su vaso (no debe beberla aún) e invitará a que lea
aquella persona que crea tener la carta de respuesta. Cuando la respuesta haya sido leída, el
mediador servirá el vaso de esa persona. Así hasta que todos los presentes hayan sido
servidos. Una vez que todos los participantes hayan leído y todos los vasos estén servidos, se
procede al brindis.

Quizá lo más importante para el éxito de esta actividad es la implementación de estrategias


para mantener la motivación. Los textos más apropiados son aquellos con algo de suspenso o
los mensajes con visos humorísticos. Para que el proceso no sea muy largo, es más
recomendable hacerlo en grupos pequeños. Asimismo, en el caso de novelas epistolares
cuyas cartas sean muy extensas, pueden emplearse fragmentos, solo que es imprescindible
mantener en el texto aquellas expresiones que puedan constituir pistas para descubrir la carta
que sirva de respuesta.

.
Libro: Libro infantil y juvenil.
Formación de lectores
Editorial Científico-Técnica del Instituto Cubano del Libro, La Habana, 2014.

“Hay que recordar que, en su condición de puente entre la creación literaria y la sociedad, el
libro implica una recodificación material de la literatura —toda vez que le otorga un soporte, le
confiere ilustraciones, etcétera— y una recodificación subjetiva —al incluirlo en una colección,
adjudicarle un público, etcétera—. Empero, también hace de la literatura algo mercantilizable y
crea el espejismo de que un libro vendido es un libro para ser leído”. Análisis como estos,
seguidos de muchas preguntas para poner en crisis y sugerir salidas alrededor de la lectura y
los lectores abundan aquí.

Pensar la mediación como una colaboración entre muchos es un eje de este libro, que se
refleja en su organización en cinco partes: 1) “Elección de textos y discurso editorial”, que
abarca el papel de las casas editoriales en el ciclo del libro: la evaluación y selección y la
construcción de un catálogo; 2) “De cuando el perro hace mu. Distintas miradas al niño lector”,
sobre la concepción e imagen construida del lector; 3) “Libros para niños y adolescentes como
sujetos de derechos”, de cómo una buena gestión editorial y promoción lectora pueden
fortalecer los derechos de la niñez y adolescencia; 4) “Curiosas noticias del estado de un
arte”, que pone en cuestión el llamado “boom” de la LIJ y analiza la imagen que circula desde
diferentes medios de que los libros y la literatura infantojuvenil “son algo para comprar,
poseer, coleccionar, y en un segundo o tercer planos y a veces fuera del cuadro, para leer”; y
finalmente 5) “Leer para transformarse. Mediar para propiciarlo”, un inspirador y agudo cierre
sobre el mediador, la vida y la lectura. Este libro por ahora sólo se consigue en Cuba, pero si
está leyendo por aquí un editor, lo recomendaría ampliamente. 
3. Néstor
Ramírez Peña
.

Clave: Gratuidad, voluntad, tenacidad


Creer en mí y el poder de la palabra hablada y escrita. Es decir, cuando decidí abrir mi casa
para que la gente leyera, muchos me dijeron (otros lo hicieron a mis espaldas), que estaba
loco, que como pensaba que la gente tenía ganas de leer. Siempre he pensado que la familia
es primero, por lo que invité primero a mis primos y sobrinos, después a los vecinos, y
teniendo en cuenta la gratuidad de la lectura. Es importante también reconocer que aprendí a
desprenderme de mis libros, de mi biblioteca personal (novelas, cuentos, poesía etc.), que por
lo menos hace 18 años ya contaba con más de 500 ejemplares. La gratuidad, la buena
voluntad y la tenacidad, son palabras clave en mi aprendizaje. Como sabrás, hace tres
años me desahuciaron por una enfermedad congénita del corazón, lo que me ha provocado
ser y hacer de la palabra mi motor de vida.

Ejercicio: Alberca de libros
Sin duda, una de mis actividades preferidas para trabajar con mediadores, que llamo
“irreverente“, es la “Alberca de libros”.

Objetivo: Desmitificar al libro como objeto precioso para conocer, seleccionar y leer un acervo
determinado.

Materiales: Libros suficientes, informativos y literarios, para ser utilizados, compartidos, leídos


y comentados. Pueden ser libros poco conocidos o poco utilizados de los acervos de las
Bibliotecas de Aula y Escolares, de Salas de Lectura, de los Libro Clubes o del acervo
personal.

Requerimientos técnicos: Salón o espacio amplio, con pizarrón, sillas y mesas. Un


reproductor de discos compactos, computadora portátil u otro aparato para reproducir y
escuchar música.

Desarrollo:

1. Los libros a utilizar se colocan juntos en una mesa.


2. Disponemos las mesas alrededor del salón, junto con las sillas.
3. El centro del salón debe quedar desocupado. Podemos adaptarnos a las condiciones
del lugar y ocupar una esquina o tres cuartos del lugar destinado a la actividad.
4. Damos la bienvenida a los participantes y pedimos que tomen un lugar y se sienten.
Nos presentamos y compartimos una lectura, misma que al final nos servirá para
reflexionar sobre el papel del maestro o del mediador. La lectura sugerida es el
capitulo 49 del libro Como una novela de Daniel Pennac donde cuestiona los
momentos de leer, tanto para grandes como para chicos. Nos hace reflexionar sobre la
“obligación“ de leer y la posibilidad de cambiar a partir de la lectura placentera, lo
compara con el momento de amar. Si usted es docente de educación básica puede
consultar el libro en la Biblioteca para la Actualización del Maestro (BAM), de la
Secretaría de Educación Pública.
5. Se indica que la lectura será comentada al final, junto con la actividad.
6. Preguntamos “¿Quién ha ido a nadar?”, “¿en qué se nada?” Habrá respuestas
diversas y habrá quien sepa nadar y quien no. El mediador indica que en esta ocasión
nadaremos en una alberca de libros.
7. Se pide a los participantes poner mucha atención en las reacciones a partir de la
instalación y las instrucciones para nadar.
8. Se instala la alberca de libros de la siguiente manera: los participantes permanecen
sentados. Se toman los libros, uno a uno se tiran al piso de tal forma que provoquen
ruido al chocar contra el piso.
9. La instrucción para nadar es: todos los participantes se quitarán los zapatos, pasarán
encima de todos y cada uno de los libros, leyendo el título, el autor, el ilustrador y la
editorial. Mirando la portada, lo colorido de la misma. No se pueden tomar. Una vez
recorrida la alberca (terminando de nadar), los participantes regresan a su lugar y se
ponen los zapatos.
10. Iniciamos el conversatorio con algunas preguntas: ¿Qué pasó al momento de la
instalación? ¿Qué reacciones observaron entre los participantes? ¿Qué piensan sobre
la actividad y la lectura del capítulo 49, qué relación existe entre el texto y la actividad?
¿conocían los libros en la alberca, los habían leído? ¿a cuáles regresarían?
Libro: ¿Y si leemos? Cómo
acercar los libros a sus (potenciales) lectores
Ilustrado por Irma Bastida. Secretaría de Cultura y Manojo de Ideas, Ciudad de
México, 2018.

Herramientas esenciales de todo mediador, etapas lectoras, estrategias de arranque,


clasificación de libros, espacios para leer, la relación imagen-texto, los lectores pequeños y los
jóvenes… Un libro guía que resultará de muchísima utilidad no sólo a quien quiera volverse
mediador o recién haya arrancado su camino, también a todos aquellos que con años de
práctica busquen nuevas actividades, recomendaciones de libros y respuestas a dilemas no
resueltos sobre mediación. Para los que no hayan tenido tiempo de detenerse a reflexionar o
a dialogar con otros mediadores, el libro ofrece un territorio común de dudas exploradas con
honestidad y múltiples experiencias, y puede propiciar la escritura de un registro de la propia
labor. Sin duda, es una lectura para reflejarse con el autor, que narra aquí anécdotas
específicas con lectores, desde bebés hasta policías, en sus más de 20 años de trabajo.  

 
4. María Cristina
Thomson
.

Clave: Lectura multimodal de libro álbum


Los aprendizajes han sido muchos. Tuvieron lugar en el marco de la investigación que realicé
para la obtención de la maestría en Literatura para Niños (Universidad Nacional de Rosario,
Sta. Fe), que significó llevar a cabo un trabajo de campo con dos grupos de niños
provenientes de distintos ambientes socioculturales del quinto grado del nivel primario de dos
escuelas públicas de la ciudad de Buenos Aires (CABA) durante un año lectivo. A partir de la
lectura compartida de los llamados libros-álbum, es decir, aquellos que invitan a una lectura
multimodal donde se entrecruzan dos códigos semánticos —el lingüístico por un lado y el
icónico por el otro— y los que un lector activo e independiente procesa simultáneamente para
lograr completa significación.

Desde una propuesta socializadora de lectura grupal que propiciara interacciones dialógicas
donde todos y cada uno de los participantes pudieran expresar sus ideas, divergencias o
dudas libremente, mi propuse averiguar qué impacto estético producía la lectura multimodal
de estos libros en niños ya alfabetizados y qué procesos cognitivos estimulaba en ellos,
lectores independientes y diestros intérpretes de códigos visuales multimodales (internet,
video juegos, cine, TV y otros). También fue mi propósito evaluar si las pautas culturales y/o
socioeconómicas de pertenencia influían o no en su lectura. Completé la propuesta con la
lectura de reproducciones pictóricas inusuales que ampliaran sus habilidades lectoras
visuales.

Destaco esta experiencia didáctica como una de las más significativas de mi carrera docente
dadas las interesantes perspectivas que surgieron desde los planos cognitivo, afectivo y
relacional relativos a los niños y los nuevos aprendizajes aplicables a mi papel de mediadora
que modificaron mis prácticas.

De manera sucinta, menciono algunas: El interés y el entusiasmo que la lectura propuesta


por el libro-álbum (libro no utilizado por sus docentes de grado) despertó en los niños
lectores (los libros-álbum concitaban la atención de los docentes de los grados iniciales del
nivel primario principalmente como herramientas para la enseñanza de la lectura en los más
pequeños, es decir, los propios docentes desempeñaban el papel protagónico de lectores
activos y no los niños, y curiosamente, los libros-álbum dejaban de ofrecerse en los grados
superiores).

Los intercambios orales y escritos perfilaron a los lectores como hábiles e intuitivos


lectores multimodales capaces de desentrañar el doble juego interpretativo palabra-
imagen que propone el libro-álbum. 

La lectura multimodal resulta un acicate que estimula a los niños a poner en juego
diversas operaciones cognitivas y meta-cognitivas. Los participantes contribuyeron
comentarios orales y escritos donde expresaron sus impresiones, suposiciones o valoraciones
subjetivas, plantearon hipótesis, interpretaciones, comparaciones y críticas: “A mí me
sorprendió que los personajes fueran monos, porque si hubieran sido humanos, la historia no
tendría por qué haber cambiado de ninguna manera” [sobre Voces en el parque]. Sobre
líneas. El libro-álbum en el aula (2014) da cuenta pormenorizada de esta experiencia.

Ejercicio: Para mirar y pensar


Considero que cada libro-álbum propone de manera particular y única un universo pictórico
ficcional que amerita que quien lo comparta con jóvenes lectores, sugiera actividades
específicas a él. Sin embargo, las siguientes consignas generales pueden contribuir a
intensificar la observación y agudeza visual del lector, tan necesarias para desvelar el
significado de los indicios pictóricos. Por ejemplo, después de observar sucintamente las
imágenes de cualquier álbum a compartir: ¿qué te sugieren estas imágenes sobre el
argumento de la historia?, ¿qué notas respecto del tamaño/color de las imágenes?, ¿por qué
crees que el dibujante las presenta así? Imagínate estar dentro de esta imagen: ¿qué
sientes?, ¿oyes algún sonido?, ¿qué olor hueles?, ¿puedes tocar algún objeto?, describe su
forma, color y textura. En la imagen, ¿estás solo?, ¿te acompaña alguien? ¿Puedes hablar
con esta persona/animal/objeto?  ¿Qué conversación tendrían?

 A continuación, sugiero un par de actividades sobre dos títulos específicos:

Título: Donde viven los monstruos (1984, 2005), Maurice Sendak, Madrid: Santillana.


Breve descripción de la imagen: Muestra a Max, el protagonista, en su habitación con gesto
muy contrariado.
Para mirar y pensar: actividad: Por su desobediencia, Max es enviado a “la cama sin cenar”.
La imagen lo muestra, presa de enojo, en su dormitorio. Observa las paredes, la alfombra y
las superficies en general. ¿Cómo sugiere Sendak la ilusión de volumen? [Respuesta:
entramado de líneas].

Título: La cenicienta (2001), Charles Perrault y Roberto Innocenti, Barcelona: editorial Lumen.


Breve descripción de la imagen: muestra el pie y la pierna izquierda de la protagonista al
momento de probarse el zapato que perdiera en el baile del palacio.
Para mirar y pensar: actividad: En la escena seleccionada se destaca el pie y la pierna de la
protagonista en el momento en que se prueba el zapato que ha perdido en el baile del palacio.
¿Cómo logra el ilustrador resaltar la importancia de la imagen?  ¿Desde dónde está
enfocada?  [Respuesta: perspectiva aérea o “vista a vuelo de pájaro”].

Libro: Sobre líneas. El libro álbum en el aula


Ilustrado por Alfredo Grondona White. Editorial DelDragon, Buenos Aires, 2016.

Con el lápiz bien afilado pero sin presionar la punta, Thomson, escribe una bitácora de trabajo
minuciosa y sensible, resultado de un proceso largo de escucha, observación, análisis e
interlocución con una amplia fracción de teóricos y con niños y niñas de quinto grado de
primaria, en igual jerarquía. Los menores aquí tienen mayoría de edad para votar por lo que
les gusta y lo que no, para expresar con textos o dibujos lo que experimentan al ver y leer, y
ello enriquece la cuadrícula sobre la que la autora va trazando sus hallazgos. 

Como su mirada es sucinta, alcanza profundidad, y es empática con el docente, bibliotecario o


mediador que lee: entiende sus necesidades, pero también las de los niños y niñas, brinda
muchas definiciones del libro-álbum y comparte técnicas, recursos y una metodología de
trabajo que se puede replicar con los lectores. Desde allí somos testigos de cómo la lectura
multimodal del libro-álbum tiene un impacto estético que estimula la curiosidad, el
pensamiento crítico, la tolerancia, el interés por el otro y la libertad de ser.

5. Freddy
Gonçalves
.

Clave: Libertad y diálogo
Sigo sorprendiéndome en la interacción con familias, bibliotecari@s, maestr@s o
profesionales del área pues descubro la gran capacidad que tiene el adulto de ignorar su
propia adolescencia. Cuando eres mediador y trabajas con jóvenes, es vital que visites tu
pasado, tus nostalgias, para ayudarte a ser un poco más tolerante con el presente de ellos.
Hay que aprender a no subestimar a los jóvenes, el proceso físico, mental y emocional que
implica su desarrollo. Los adultos les exigen, los descuidan, los determinan pero son pocos los
que conversan desde el respeto a sus gustos e intereses. Parece que, a medida que pasa el
tiempo, hay cada vez más miedo o desinterés por escucharlos. Esto más que una revelación,
es un aprendizaje constante.

Súmale a esto que en los últimos quince años hemos visto una importante transformación en
las formas de entender la lectura: los avances tecnológicos, el uso de las redes sociales, los
nuevos formatos en el mercado del libro (y otros discursos), lo que nos obliga como
mediadores a una reinvención constante. O eso nos hacen creer. El tiempo y la historia se
hacen cada vez más efímeros, breves, poco constantes. El mediador, entonces, no sólo es un
puente, es quien debe abrir puertas y ventanas de la casa en la que habita el adolescente,
para que ellos puedan encontrar otras luces, formas, colores, para elevar el pensamiento
crítico cada vez más cercado por esa misma velocidad de los acontecimientos.

La clave de un mediador está en la libertad y en el diálogo. Debemos ofrecerles la


libertad que nosotros también añoramos a esa edad. Si dejamos que los jóvenes se
apropien de la palabra y la imagen (y lo hacen siempre, es su esencia, es una condición
humana); nosotros podemos mostrarles las múltiples posibilidades que existen. Pero también
oír lo que nos tienen por ofrecer. Es decir, podemos darles un libro de Edward Gorey,
una película de Quentin Tarantino o un poema de Ramos Sucre; pero oye su canción de
Bad Bunny, mira un capítulo de Hora de aventuras y lee a Javier Ruescas. Dialogar, no
imponer. Si algo no te gusta, díselo, que ellos te lo dirán a ti. Pero demuéstrales que el
mundo es amplio. Que los lectores adolescentes puede subvertir la precariedad si habitan en
zonas marginales; que las bibliotecas, por muy pequeñas que sean, siempre tienen ideas que
ofrecer y un catálogo diverso donde se pueden descubrir nuevas lecturas; que hay otras voces
más allá de los BookTubers (aunque existan algunos que recomienden cosas buenas) y de los
betsellers editoriales; que no todo lo que sugieren los algoritmos de internet a través de redes
sociales o motores de búsqueda tiene porqué determinar cuáles deben ser sus gustos; que en
la literatura clásica también hay un punto de encuentro a pesar del tiempo… En resumen,
darles la oportunidad de elegir en libertad, invitarlos a que defiendan sus ideas con
argumentos, compartir las herramientas y la confianza para que lo consigan y, ante todo,
revelarles que la lectura puede ser un acto placentero.

Cita del libro [La nostalgia del vacío]: “Lo complejo en medio de este posicionamiento del
joven lector en la actualidad, es hacerles entender que no pierden su libertad ante la presencia
del adulto. El rol del mediador de lectura, hoy más que nunca, cumple una función vital:
comparar su sentimiento de nostalgia con el de ellos. Dialogar y encontrar, en ese
extrañamiento, la posibilidad de un encuentro crítico en la ficción. Hacernos de la emoción
como punto de enclave para profundizar más allá de la anécdota o el enganche de las
historias, e invitarlos a visitar el hecho estético que implica la palabra literaria.”

.
Ejercicio: Náufragos y habitantes
Es un ejercicio rompe hielo inspirado en el álbum La Isla de Armin Greder, que puede tomar
distintos caminos, formas, y permite ampliar el juego de comunicación dependiendo de la
complejidad de cada grupo.

1. PRIMERA FASE: EL ENCUENTRO

Primero nos dividimos en dos grupos: los que llegan a la isla (los náufragos de la balsa) y los
que están allí (los habitantes de la isla). Procuro, como monitor, no darles mi nombre al
principio para estar en igual condiciones con todos ellos.

Cada uno de los grupos se reúne y debe ingeniarse un saludo de bienvenida. Pueden usar
palabras o gestos, inventados o no. La idea es que cada grupo tenga un saludo personalizado
que no conozca el otro equipo.

Coloco a los dos grupos alineados unos frente a otros. Es decir, los náufragos deben quedar
frente a los habitantes (si hace falta completar un par, me integro a la actividad). Entonces
iniciamos el encuentro. A la cuenta de tres, todos los náufragos, al mismo tiempo, hacen su
saludo de bienvenida a los habitantes. Inmediatamente después, los habitantes saludan a los
náufragos.

En este primer intento, obviamente no nos vamos a entender. Así que, empezando por
cualquiera de los extremos, deben repetir el saludo pero de forma individual. Es decir, ambas
personas (náufrago y habitante) hacen su saludo al mismo tiempo mientras los demás del
equipo lo ven. Apenas terminen, los de al lado deben hacer lo propio. La idea es que, a
medida que vayan pasando las personas, intuyan cómo es el saludo del otro pero también se
den cuenta de que no han logrado saludarse ni decirse absolutamente nada. Puede ocurrir
que, por imitación, a medida que vaya pasando el saludo de un chic@ al otro, se apropien de
gestos del otro y los saludos varíen; sin embargo el resultado es el mismo: no logran
comunicarse. 

2. SEGUNDA FASE: EL RECONOCIMIENTO

Al culminar los dos últimos de la fila con el saludo, nos sentamos en círculo. De un lado
estarán los náufragos y del otro los habitantes. En uno de los extremos del círculo habrá una
silla que los mire de frente a todos. Esa silla solemos llamarla: La silla del mono. En esa silla
me siento yo e invito a todos los participantes a que digan la primera palabra que les pase por
la cabeza al verme. Suelo ser yo el que pasa primero para que se sientan en absoluta libertad
de decir cualquier cosa que se les ocurra. Se trata de compartir una primera impresión.
Culminada esa ronda, los invito a que cada uno ocupe la silla del mono. Y se repite la
dinámica, decir qué impresión te causa. Al terminar, la persona observada debe decir su
nombre y si están equivocados o no con esa impresión que da, y señalar alguna cualidad que
tenga (a ver si alguno de ellos acierta o no, en esa primera impresión). Cuando pasan todos,
me vuelvo a sentar yo y digo una cualidad mía y finalmente me presento. En este instante
solemos conversar un poco de los extraños, las primeras impresiones y la mirada del otro en
nosotros mismos.

3. TERCERA FASE: LA CONVIVENCIA


Iniciamos la lectura y posterior discusión del libro La Isla de Armin Greder, siempre dura y
compleja.

Para dispersar, y a manera de cierre, los invito a levantarse por equipos, y ver si han estado
atentos y con ganas de comunicarse. Los coloco en fila nuevamente y les invito a que los
náufragos hagan ahora el saludo de los habitantes y viceversa. A ver si pasada la actividad,
logran acordarse. No importa el resultado (que suele ser errado); luego unos enseñan a otros
los saludos originales y juntos, los dos equipos, inventamos un nuevo saludo que incluya lo
mismo: gestos y/o palabras, inventadas o no, de ambos saludos anteriores o de cosas nuevas
que quieran presentar. E incluso (y esto da para otra actividad más compleja y otro taller),
hemos llegado a crear una palabra que signifique Bienvenido (y aquí les dejo la libertad de
que sea bienvenida, o cualquier emoción que los identifique como grupo y tenga que ver con
incluir al extranjero o al otro).

Libro: La nostalgia del vacío. La lectura como espacio de pertenencia en


los adolescentes

Pantalia publicaciones, Zaragoza, 2018.

Lo primero que llama la atención de este libro es que parece que fue leído y anotado
por un adolescente. Notas al lápiz escritas al margen, subrayados, flechitas,
asteriscos, corchetes (y cohetes), espirales y dibujos de animales, árboles y barcos
que atrapan al instante. Evidencia de una preocupación formal que atiende al fondo:
hablar de adolescentes colocándose en su lugar. Freddy Gonçalves es un experto en
ello y cada enunciado escrito en este libro es una prueba (oro molido o etnografía
traducida para el mediador que quiera comprender mejor a los adolescentes que tiene
cerca). No es algo que se pueda simular, requiere de una inmersión atenta de muchas
horas antes, durante y después de los encuentros con los jóvenes.

El cuidado en la impresión de los originales paratextos y marcas de lectura es tan


efectivo que en un primer momento creí en serio que el autor me había enviado por
equivocación su versión anotada (sí, sé que él está en contacto con su adolescente
interior, ya dije, es su materia), luego, al descubrir el truco, me fascinó la dialéctica
sartreana que implica: el escritor como lector permanente de su propia obra, y su
reverso: el lector que se mira reflejado en las anotaciones, que (se) reescribe mientras
la lee. Pero más allá de este desdoblamiento, que es marca de identidad de todos los libros
de esta colección, Freddy construye un conmovedor, profundo, divertido y bellamente trazado
retrato sobre su práctica como mediador con jóvenes y su vida como lector, un retrato íntimo
pero universal, cuya estructura son las propias emociones que escriben, tanto adolescentes
como adultos, en los márgenes, para decir: “estuve aquí”. Es fácil imaginar a muchos lectores
convocados, sumándose a esos márgenes y extendiéndolos con sus propias experiencias.

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