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Entre 2015 y 2016 realicé una nueva investigación, esta vez sobre la poeta María Emilia
Cornejo, que se materializó en 2019 con el libro Soy la muchacha mala de la historia.
Poemas de María Emilia Cornejo (Paracaídas). Se trata de una nueva propuesta de
lectura de la emblemática autora peruana, fallecida el año 1972 con tan solo 23 años, y
que fue considerada una portavoz de una nueva generación de poetas mujeres que se
decantó en escribir desde una voz femenina, tales como las poetas de la década 1980
Carmen Ollé, Rocío Silva Santistevan, Mariela Dreyfus, entre muchas otras. El libro
recibió numerosos comentarios positivos de parte de la crítica, por contener una nueva
selección de los poemas de la autora, así como notas y el ensayo “Apuntes sobre la
muchacha mala de la historia”, considerado un texto decisivo para comprender mejor la
obra de una poeta revestida por un velo de misterio. La investigación realizada incluyó
entrevistas a familiares y amigos cercanos, críticos y poetas que tuvieron relación con
su obra, y se tuvo acceso a documentos inéditos en poder de la familia, por lo que se
publicaron también poemas encontrados en un cuaderno de apuntes.
Se trata de una novela de más de 300 páginas en donde diferentes líneas argumentales
se entrecruzan a través de personajes y escenarios que se repiten. De la mano de sus
personajes principales: un joven cuya vida está ligada al distrito de Barranco, una
adolescente en busca de su identidad sexual, una chica que se pregunta por su lugar
en el mundo y el mozo de un bar que intenta escribir una novela barranquina, su lectura
nos permite adentrarnos en un universo de personajes nocturnos que transitan por bares
y discotecas, siempre al borde del abismo. Se trata además del trabajo final con el que
me presentaré para recibirme de la Maestría de Escritura Creativa de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, siendo Jorge Valenzuela mi asesor.
Este 2022, entre los proyectos literarios que tengo en mente, la prioridad es escribir la
versión final de Visiones divinas. El viaje de Allen Ginsberg por Sudamérica, que
empecé a escribir entre 2014 y 2015 junto a mi colega chileno Rodrigo Olavarría (uno
de los principales traductores de Ginsberg al idioma español), a quien conocí cuando
vino a Lima para el coloquio que organicé en la PUCP en 2013. Rodrigo Olavarría ha
realizado también una importante investigación en torno a la etapa sudamericana de
Allen Ginsberg, al punto de haber revisado en la Universidad de Stanford (California) los
archivos originales de los diarios del poeta beat. Juntos, en enero de 2015, hicimos la
ruta que hizo Ginsberg de Lima a Pucallpa para probar ayahuasca, tratando de emular
la experiencia. Teniendo la investigación realizada, solo falta escribir el libro.
Documento de Identidad Nacional
Sinopsis
Visiones divinas. El viaje de Allen Ginsberg por Sudamérica indaga en torno a los seis
meses que pasó el poeta estadounidense por Chile, Argentina, Bolivia y Perú, entre los
meses de enero y julio de 1960, cuando el barbudo y joven beatnik se encontraba en la
cúspide de su popularidad tras la publicación de Howl & Other Poems, el libro que había
ocasionado una revolución cultural en los Estados Unidos. En tierras sudamericanas, el
poeta asistiría a un encuentro de escritores en Concepción, perdería el tiempo en casa
de Nicanor Parra y se integraría en la selva a buscar ayahuasca, el brebaje mágico del
Amazonas, como parte de la intensa búsqueda espiritual que, con el pasar de los años,
lo llevaría a la India y a Japón, donde finalmente abrazaría el budismo. ¿Cómo fueron
los meses de Ginsberg en Sudamérica? ¿Cómo fue su encuentro con los intelectuales
de aquellos países? ¿De qué habló con Martín Adán, poeta al que le dedicó un poema
tras encontrarlo en una calle de Lima? En el este libro no solo se relatan los meses que
pasó en tierras sudamericanas, también se adentra en el conflicto que atormentaba a
uno de los grandes poetas del siglo XX en una etapa de vital importancia en su biografía.
Esquema general
Elementos narrativos
Líneas argumentales
Arco Dramático 2:
• La Búsqueda de la visión.
• La búsqueda de las visiones, influencia de Burroughs y su viaje.
• Ayahuasca, chamico y latué, drogas alucinógenas en general.
• El encuentro del Sartori en Japón.
Arco Dramático 3:
• Naomi y las mujeres: “cásate, ten hijos”. La cuestión de tener hijos. Referencias:
Tenemos el poema “This Form of Life Needs Sex”, la entrevista de Gay Sunshine
Review y el último sueño. Aquí entra también el tema Elsa Dorfman.
Spontaneous Mind p. 337 (Greater trust closeness)
• Carta de Kerouac: 16 de diciembre de 1948 y 29 de diciembre, 1954 (odio a las
mujeres)
• El 8 de julio de 1950. Sale del manicomio y lo primero que hace es coger con
una mujer.
• Libro American Scream p. 148-151
Arco Dramático 4:
Capítulo 1 (Biográfico)
Peter Orlovsky
Hasta 1960
Capítulo 2
Según distintos rumores, lo primero que dijo Ginsberg a la prensa y a Fernando Alegría
(Miguel Arteche) al bajarse del avión en la loza del aeropuerto Los Cerrillos, fue: “Vengo
a coger”.
Razón del viaje / Direcciones y datos con los que vino a Santiago.
17 de enero llega a Chile, llegada a Cerrillos
Regresa a Santiago
Capítulo 3
Capítulo 4
Visita los cafés en el centro de La Paz, recorridos en torno a la ciudad (los diarios)
Viaje a Perú, cruza Desaguadero en bus y llega a Puno desde donde toma un tren a
Cusco.
Toma un tren a Machu Picchu, donde pasa una semana en los alrededores y duerme
tres noches entre las ruinas (Biografías y diarios)
Capítulo 5
Ginsberg también se molesta con su amiga Elsa Dorfman, quien se había enamorado
de él (Biografía y cartas en Family Business)
Allen Ginsberg en la portada del diario El Comercio, donde trabajaba Salazar Bondy, el
lunes 9 de mayo de 1960. Se hospeda en el Hotel Paruro, cerca del Barrio Chino.
(Periódico de la época)
Sale con los poetas peruanos y busca cocaína, sin éxito. Conoce a Walter Curonisy, a
quien describe como un “Theatrical Fairykid” (Cartas inéditas)
Viaja a Chancay, donde encuentra muchos huacos y momias pre-incas (Diarios inéditos
y testimonio de Leslie Lee)
Se muda al Hotel Comercio y ahí bebe por primera vez Ayahuasca. Conoce a Martín
Adán y tiene un encuentro con él en el Bar Cordano, donde discuten. (Diarios Inéditos.
Testimonio de Jorge Capriata y José Miguel Oviedo. También el artículo: “Dos
encuentros con Allen Ginsberg”, de Jorge Capriata y la columna del 22 de mayo de 1960
de Crimen y Castigo, del suplemento Dominical de El Comercio)
Es operado del ano, lo que retrasa su inminente viaje a Pucallpa (Cartas inéditas y
biografía)
Tiene sexo por primera vez en casi seis meses. Visita una sauna y lo hace con un joven
peruano y con un viejo alemán (Diarios inéditos)
Consume éter con Walter y Raquel (Poema “Aether” y tetimonio de Walter Curonisy y
Raquel Jodorowsky. También los “Poema a Allen Ginsberg”, de W. Curonisy y “Oda a
Allen Ginsberg”, de R. Jodorowsky)
Capítulo 6
Parte a hasta Iquitos navegando por el río Ucayali (Biografías y diarios inéditos.
Impresiones para tomar en cuenta de nuestro propio viaje por la selva)
Llega a Iquitos el 22 de junio, donde consigue un galón de Ayahuasca. Se queda en la
ciudad una semana (Hay que investigar qué es lo que ve y lo que hace).
Regala botellas con Ayahuasca a Sebastián Salazar Bondy, Carlos Eduardon Zavaleta,
Marcia Koth, Leslie Lee (Entrevistas a Irma Lostaunau y Leslie Lee)
Capítulo 7
Sesión de Ayahuasca con Jack Kerouac (Diarios Early Fifties, Early Sixties)
Viaje a la India en julio de 1963 para continuar su búsqueda espiritual, la misma que
finaliza con una visión en un tren a Tokyo y que describe en el poema The Change:
Kyoto – Tokyo Express (Biografías y libro Acid Dreams)
En la cama de hospital, Ginsberg sueña con el hijo que nunca tuvo y escribe el sueño
el 27 de marzo de 1997, una semana antes de morir.
Fragmento
Capítulo 5
Llegó a Lima antes de cumplir cuatro meses en Sudamérica. La capital del Perú le pareció similar
a Ciudad de México, por su desorden y el aspecto colonial de sus parques y sus plazas. Lima era
una ciudad grande pero apacible, un organismo vivo que se nutría de los migrantes provenientes
del interior del país. Nada parecido a otro lugar en el que hubiera estado en las últimas cinco
semanas. Es la década de las grandes migraciones en el Perú. Un año después, en 1961, Lima
estará habitada por un millón ochocientos mil habitantes, de los cuales casi la mitad será oriunda
de provincias de la costa, sierra y selva.
Cuando llega Ginsberg, su geografía está compuesta por lo que entonces se conocía como Lima
y balnearios. Una ciudad céntrica a orillas del río Rímac, de una arquitectura a veces colonial,
otras veces moderna y funcional. Rezagos de casas señoriales, patios interiores, balcones
moriscos de estilo barroco o republicano. Más allá, la ciudad de los vergeles. Islotes urbanos
rodeados de campos, interconectados por tranvías que iban del centro a Barranco y Chorrillos,
balnearios a donde la gente acomodada acudía a pasar los meses de verano.
Fue recibido y hospedado en casa de Sebastián Salazar Bondy –“the main cat”, como lo llamaría
en una carta. El barrio al que arribó tras el agotador viaje desde Cusco era residencial. Miraflores
se erigía como una de esas islas urbanas al borde del mar, ocupadas por una clase media deseosa
por encontrar su lugar en Lima. Salazar Bondy le ofreció, al igual que hiciera con Ferlinghetti
meses atrás, una habitación en la casa que ocupaba él con su esposa, Irma Lostanau, y la
pequeña Ximena. Pero no se quedaría ahí mucho tiempo. Conocer las comodidades de la clase
media no formaba parte de su itinerario de viaje. Abandonó en el cuarto apenas pudo. Dejó su
bolsa de lona, llena de ropa, y se mudó a un hotel barato en el centro de la ciudad.
***
Algo de este escenario le había comunicado Ferlinghetti a Ginsberg en una carta fechada el 7 de
febrero. Desde Lima, el editor comentaba que Salazar Bondy había organizado una buena lectura
de poesía en el IAC, que le había pagado por ella 300 Soles –“él quiere hacer lo mismo contigo”,
anunció–, que José Miguel Oviedo había hecho buenas traducciones de los poemas durante la
lectura, que ambos –Oviedo y Salazar Bondy– eran “periodistas profesionales” y que “realmente
llamaron la atención sobre nosotros”.
Le habla también de una chica guapa a la que debería conocer, Raquel Jodorowsky. Ferlinghetti
afirma en la misiva que ella se describe a sí misma como “vagabunda, titiritera y poeta” 1, y que
le ha hablado a sobre Ginsberg. A modo de postdata, agrega que “escritores, pintores pasan el
rato en el Café Zella [sic] en la Plaza San Martín” 2.
***
***
Tal como había ocurrido en Chile, la llegada de Ginsberg a Lima trajo la atención de los diarios y
revistas. Pero fue el diario La Prensa, feudo conservador del impopular Primer Ministro del
segundo gobierno de Manuel Prado Ugarteche, Pedro Beltrán, el primer periódico peruano en
publicar una entrevista con Ginsberg.
1
En español en el original.
2
Ferlinghetti, Lawrence y Allen Ginsberg. I Greet you at the beginning of a Great Career (1955 – 1997).
City Lights Books. 2015. Página 96.
3
“Los beatniks y la poesía”, El Comercio, Lima, 4 de febrero de 1960, página 2.
“El autor del Aullido ('Howl'), libro traducido a cinco idiomas,
cree que Machu Picchu 'está bien hecho': son sus propias
palabras dichas en excelente castellano. Su arquitectura, la
línea de ella, le recuerda a la pintura de Paul Klee y su
problema, entiende, es el mismo del verso: construir sobre
una base sin simetría.
Al final de la nota se anuncia la que sería la única presentación de Ginsberg en el Perú, el recital
celebrado en el IAC, organizado por Salazar Bondy –tal como lo había augurado Ferlinghetti–,
que convocó en el pequeño sótano de la Calle Ocoña a buena parte de la intelectualidad limeña.
Para la presentación, “the main cat” pidió a Carlos Eduardo Zavaleta, entonces un joven narrador
ancashino autor de libros de cuentos, novelas breves y un ensayo sobre Willian Faulkner, que
presentara a Ginsberg en sociedad. Por su parte José Miguel Oviedo, periodista y crítico literario,
colaborador de El Comercio y La Prensa, sería el encargado de acompañar la lectura y de hacer
la interpretación al español de los poemas. La fecha pactada fue el jueves 12 de mayo, una
semana después de la llegada de Ginsberg a la ciudad.
***
Acudió a la Embajada de Estados Unidos, donde lo esperaba un buen número de cartas que se
habían ido acumulando conforme pasaba las semanas en Sudamérica. Unas de Peter, otras de
su padre, Louis, pero muchas, tal vez demasiadas, de Elsa Dorfman, una amiga que trabajaba en
4
“Un elogio de Machu Picchu hace el poeta Allen Ginsberg”, La prensa, Lima, 6 de mayo de 1960.
5
“Un elogio de Machu Picchu hace el poeta Allen Ginsberg”, La prensa, Lima, 6 de mayo de 1960.
Grove Press y que lo había empezado a acosar con delirantes planes de matrimonio. Según ella,
Ginsberg necesitaba sentar cabeza, casarse, tener hijos. Tal como se lo había dicho su madre,
Naomi, en la carta que llegó a San Francisco después su muerte.
Pues bien, Dorfman quería casarse con Ginsberg y afirmaba saber “qué era bueno para él”, lo
que terminaría por molestarlo. Como respuesta ella recibió una carta de Allen en donde le
informaba que, antes que nada, no estaba enamorado de ella. Tampoco estaba deprimido o
sufría de una crisis nerviosa, como ella aseguraba. Allen Ginsberg dijo que se encontraba
“demasiado ocupado viajando para escribir mucho”. Al final, le advertía que, de seguir
presionándolo de esa manera, se alejaría para siempre de Nueva York7.
Esta atracción que despertaba en algunas mujeres, como Elsa Dorfman, no era algo nuevo para
Ginsberg. Ya le había pasado con Elise Cowen, otra amiga que había llegado a mudarse a su
mismo edificio para estar cerca de él. Estos episodios solo le hacían pensar, con mucha tristeza,
que sí era posible hallar el amor, pero justamente ahí donde no le interesaba encontrarlo. Sus
relaciones con las mujeres nunca habían sido las más felices.
***
6
Carta de Allen Ginsberg a Peter Orlovsky, Lima, 12 de mayo de 1960.
7
Morgan, Bill. I Celebrate Myself, página 313.
estuvo quince días, diez de los cuales vivió en Machu Picchu,
alojado por los guardianes de las ruinas. 'El hotel es solo para
los ricos', declaró. Luego entró en contacto con algunos
escritores peruanos, Carlos Zavaleta, Salazar Bondy, José
Miguel Oviedo […]”.8
***
Raquel Jodorowsky era chilena y llevaba casi una década viviendo en el Perú cuando conoció a
Ginsberg. Inicialmente había llegado a Lima becada por la Universidad San Marcos para estudiar
Letras, pero cambió a Arqueología cuando se enamoró de la enorme riqueza de la cultura
prehispánica. Había nacido en Iquique, en 1927, y pasado su infancia en Tocopilla, un pequeño
pueblo minero en el desierto de Atacama, junto a su hermano Alejandro. Curiosamente ambos
decidieron convertirse en artistas desde muy jóvenes.
Raquel publicó La dimensión de los días, libro de poemas que recibió gran aceptación por la
crítica, cuando solo tenía 23 años. Al respecto Rosamel del Valle, el vanguardista, escribió “Al fin
la poesía chilena femenina ha vuelto a levantar la cabeza después del primer ciclo de la Mistral”.
Alejandro, mientras tanto, andaba con Enrique Lihn y Nicanor Parra. Finalmente, cada hermano
tomaría rumbos distintos. Raquel viajó a Lima, en 1952, y un año después su hermano tomó un
barco a Paris. La distancia entre ambos se haría inconmensurable. Y la enemistad mítica.
Para 1960, Raquel había tenido un hijo, Dayal, y vivía en un apartamento frente al parque
Mariscal Castilla, en Lince. Además de “vagabunda, titiritera y poeta”, como se describía a sí
misma, era una guapa muchacha de ojos verdes que deslumbraba a propios y extraños.
Ferlinghetti afirma, en su carta fechada el 7 de febrero de 1960, que Raquel “tiene un novio
americano [llamado] Stewart Monroe que tiene un gran apartamento y ofreció alojarme gratis”.
Pero hacia mayo, Raquel tiene un romance con un jovencísimo actor de 21 años llamado Walter
Curonisy, con quien se gana la vida haciendo funciones de títeres para teatro y televisión.
El show se llamaba “La puerta mágica” y era presentado en la sala Entre Nous, en el centro de
Lima. El Día de la Madre en el Perú cayó un domingo 8 de mayo en 1960. Ese día tuvieron
función, según la agenda cultural publicada por la revista Cultura Peruana de dicho mes. Raquel
y Walter manejaban las marionetas y los títeres, hacían intervenir a los niños, regalaban
golosinas, como los chicles Bazooka, y Allen Ginsberg estuvo presente ese día. Walter Curonisy
afirma que “cuando vino Ginsberg a vernos al teatrín se disfrazó de payaso y salió a actuar con
los niños” 9.
***
8
“Llegó A. Ginsberg el poeta de la 'Beat Generation'”, El Comercio, Lima, 6 de mayo de 1960, página 2.
9
Entrevista vía email con Walter Curonisy. 26 de julio de 2011.
“Allen Ginsberg, estadounidense, hombre de mundo, de 33
años, con una barba que cualquiera pudiera tomar por
cubana, poeta destacado con un libro traducido a varios
idiomas, y tres en preparación, acaba de llegar de Machu-
Pichu [sic].
***
10
“Machu-Pichu no s para los pobres cuesta mucho subir para contemplarla”, El Comercio, Lima, 9 de
mayo de 1960, portada.
aproximar el espíritu de los pueblos de estos dos hemisferios
americanos que requieren embajadores sin protocolo
político de sus respectivas y diferentes culturas” 11.
***
Salazar Bondy a veces se preguntaba por el paradero de Ginsberg: ¿Dónde estará este hombre?
¿Qué se habrá hecho? ¿Por dónde andará? Aparecía entonces por la casa de Miraflores, pedía
prestada la máquina de escribir y se sentaba durante horas a redactar cartas que luego enviaba
a los Estados Unidos. Sacaba un poco de ropa que había dejado en el cuarto de huéspedes y se
volvía a perder en el centro, a sumergirse en la noche limeña.
Antes de la presentación en el IAC, Salazar Bondy lo llevó a la librería de Juan Mejía Baca, en
jirón Azángaro. Mejía Baca era otro personaje imprescindible de la vida cultural limeña. A los
cuarenta años ya lo había dejado todo para vender libros y, al igual que Ferlinghetti en San
Francisco, había fundado una de las librerías más importantes de su ciudad. En uno de sus
artículos, Salazar Bondy lo describe como “un hombre de carácter, jovial, de espíritu optimista,
de indeclinable fe en sí mismo y en los demás” 12.
Para 1960, en su librería, ya se podían encontrar ejemplares de Howl, On the Road, entre otros
testamentos de la Generación Beat. Mejía Baca también había empezado una profusa labor de
editor que lo llevaría a publicar a 145 autores peruanos en tirajes que, en conjunto, superaron
el medio millón de ejemplares. Dicha faceta lo convirtió en uno de los más importantes
promotores culturales de su tiempo. Además se había convertido en el protector y único cable
a tierra de quien entonces era el poeta vivo más importante del Perú, Martín Adán.
***
Paseó por el centro de Lima. Visitó museos y se interesó en la cerámica pre colombina, que le
pareció muy similar al arte chino y egipcio de la antigüedad. Escribió a Peter contándole de los
huacos eróticos, escenas de sexo doméstico recreadas en ceramios de las culturas Moche o
Chimú, a las que se refirió como “sofisticadas, locas, obscenas, pornográficas”. Allen Ginsberg
contempló en los museos de Lima felaciones, penetraciones anales, sexo con cabezas muertas.
Le impresionó el Barrio Chino, que consideró “tan grande como el de San Francisco”, que se
desplegaba junto al Mercado Central, escenario que tanto le había descrito Burroughs en sus
cartas de hacía siete años atrás. Descubrió de paso los restaurantes de comida china cantonesa-
acriollada, que los peruanos llaman “chifa”, donde gastó su dinero en abundantes almuerzos.
Tras dejar la habitación de la casa de los Salazar-Lostanau, Ginsberg se hospedó cerca a la Plaza
Mayor, en el Hotel Paruro, donde la habitación costaba 14 soles al día. Con el dinero recibido
por el adelanto de Ferlinghetti –200 dólares americanos– Allen se sentía millonario. “Podría vivir
aquí con menos de un dólar al día”, escribió a Peter.
Compró un par de anteojos y botas nuevas en el Mercado, porque las que había conseguido en
Bolivia le hacían daño y le sacaban cayos en los pies. Siguió visitando museos, apreciando el arte
pre-hispánico, los telares de las culturas Nazca y Paracas. Finalmente contactó en el Museo de
Historia Natural a un especialista, doctor y antropólogo peruano, con quien inició sus pesquisas
sobre la Ayahuasca. Le enseñó algunas muestras, flores y hojas de la liana sagrada del Amazonas,
11
“Ginsberg entre nosotros”, El Comercio, Lima, 9 de mayo de 1960, página 2.
12
“Juan Mejía Baca: un trabajador”, La Prensa, Lima, 20 de octubre de 1955.
y le explicó nuevamente dónde podía conseguir el brebaje. Ese mismo día, Ginsberg recaló en
casa de Salazar Bondy donde pidió prestada la máquina de escribir.
***
Escribió a Peter:
[…]
***
En la carta a Peter Orlovsky, Ginsberg afirma que por el momento “no ha logrado conseguir
cocaína, ninguno de los poetas es hip14, [pero] me encontré con un chico de hadas teatral15 quien
dijo que podía conseguir, pero luego no me entregó nada hasta ahora –lo veré esta noche”.
Aquel “theatrical fairykid” a quien se refiere es sin duda Walter Curonisy, el actor con quien
Raquel Jodorowsky hacía la función de “La puerta mágica”. Más adelante, en la misma carta,
Ginsberg vuelve a señalar que “no hay nadie realmente interesante por aquí, excepto una clase
de chicos de extraña pantomima a la que acudí (buscando cocaína)”16.
***
Rafael de la Fuente Benavides, Martín Adán, era una leyenda viva mucho antes de que Ginsberg
llegara al Lima. Nació en 1908, en una casa solariega del centro histórico, y el destino lo condujo
al desamparo y la orfandad desde muy niño. Su padre murió en Pacasmayo, ciudad de la costa
norte de donde era oriundo, cuando Rafael tenía solo seis años. Más tarde su hermano, César
Augusto, moriría de escarlatina. Rosa Mercedes, su madre, falleció tiempo después, dejándolo
13
Carta de Allen Ginsberg a Peter Orlovsky, Lima, 12 de mayo de 1960.
14
Según el argot beatnik, “hip” vendría a ser sinónimo de bohemio, enrollado, en onda.
15
En la carta Ginsberg escribe: “theatrical fairykid”.
16
Carta de Allen Ginsberg a Peter Orlovsky, Lima, 12 de mayo de 1960.
al cuidado de la tía Tarcila, una mujer descrita como “celosa y dominante” que lo llevó a vivir a
Barranco con un tío loco al que había que encadenar cuando llegaban visitas a la casa17.
Adán tuvo entonces “una niñez conducida por mujeres y una juventud de huérfano”, como
anota Mirko Lauer18. Fue un muchacho “retraído, tímido, circunspecto, esquivo a los juegos
colectivos”. En 1916 ingresó al colegio Alemán, Deustche Schule, donde recibió las lecciones más
importantes de su vida de la mano de profesores como Luis Alberto Sánchez y, sobre todo, Emilio
Huidobro, filólogo español, tal vez la persona que más influencia ejerció sobre la posterior obra
poética de Martín Adán. Se dice que por aquellos años Huidobro desarrolló un “original método
didáctico que fue aplicado a sus cursos de español” en algunas instituciones, sobre todo en el
colegio Alemán, donde fue uno de sus más destacados maestros19.
A los quince años, De la Fuente escribiría un largo ejercicio para la clase de gramática castellana
que llevaba con Huidobro y el resultado fue su primer libro, La casa de cartón (1928), novela
corta vanguardista que lo convertiría en un escritor aclamado con tan solo 19 años. Aunque
publicada en una edición reducida y de escasa circulación, contó con un más que elogioso
prólogo y colofón de Luis Alberto Sánchez y José Carlos Mariátegui, respectivamente.
El influjo de Huidobro sería tan grande que toda la obra de Adán lleva el sello característico de
su maestro: la obsesión por la métrica, el léxico y la historia de la lengua. Todos aspectos
esenciales en la obra de Martín Adán, quien estrenó su seudónimo con la publicación de La casa
de cartón, según se cuenta, para simbolizar el encuentro entre lo divino y lo terreno.
***
Allen Ginsberg consignó “Martín Adán” y el título “La casa de cartón” en su diario. Tal como
había hecho en Paris, donde buscó propiciar un encuentro con Jean Genet, Ginsberg buscaba en
todo el mundo a los poetas que fueran homólogos en su lucha por la liberación del hombre a
través de la poesía. El historial de demencia y la famosa e irremediable bohemia de Martín Adán,
por otro lado, terminaría por despertar su interés. Para Ginsberg, Martín Adán era nada menos
que el poeta maldito de las letras peruanas.
***
17
Laurer, Mirko. Los exilios interiores. Una introducción a Martín Adán. Lima, Hueso Húmero ediciones,
página 10.
18
Idem.
19
Núñez, Estuardo. “Emilio Huidobro, un maestro del idioma”. Lima, Revista Lexis, Volumen 5, Número
1. Julio de 1981.
los mismos realizadas por dicho escritor y José Miguel
Oviedo” 20.
***
Curonisy afirmaba que fue Salazar Bondy quien les había presentado a Allen Ginsberg. Según
contó vía email desde Marruecos, “el poeta norteamericano encontró afinidad judía con Raquel
desde la primera vez”21. Un día, probablemente antes del recital en el IAC, Allen preguntó si es
que había en Lima algún lugar donde pudiera comer cocina europea, a lo que Raquel dijo que
no, pero que ella le podía cocinarle un borcht22. “¡Eso hace mi familia!”, había exclamado
Ginsberg.
Esa coincidencia los condujo encontrar varias similitudes en sus biografías. Raquel y Allen habían
nacido con un día y un año de diferencia, ambos eran descendientes de familias judías
ucranianas que habían huido de la Rusia zarista a causa de los pogromos y tanto el padre de
Raquel como la madre de Allen habían sido fervorosos comunistas. Estaba presente, también,
el tema de la locura: tanto la madre de Allen como la madre de Raquel habían sufrido trastornos
mentales. Finalmente, la fascinación por la poesía corría por las venas de ambas familias.
20
“Ginsberg recita hoy en el IAC”, El Comercio, Lima, 12 de mayo de 1960, página 14.
21
Entrevista vía email con Walter Curonisy. 26 de julio de 2011.
22
Típica sopa rusa.