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Título Enfermedad, cultura y sociedad; parte 5 y 6

Autor Josep M. Comelles & Angel Martínez-Hernáez

Reseña En la quinta parte se nos haba de la inserción de la antropología en la medicina que era
pragmática y tenia una gran ausencia sobre las relaciones sociales debido a la mirada
universal de la misma y la falta de los ámbitos socio-culturales dentro de una consulta
médica, es así que la enfermedad es como un núcleo analítico duro, complejo y con
múltiples dimensiones. (1993;53). De tal modo que se busco acomodar y relacionar el
papel hegemónico dentro la “enfermedad”, además de su enlace con el “folk”,
relacionando incluso a la psicología dentro de la toma de decisión política y económica.

Al proponer la enfermedad y sus dimensiones como el objeto de estudio de la


Antropología de la medicina abría las puertas a una delimitación precisa del campo
(1993;55), esto también se relaciona con la falta de respuesta en morbilidad crónica, en
esto podemos encontrar dos posturas los personalistas y los naturalistas, los primeros
relacionados a las acciones morales sobre una persona, ligados a la magia y hechicería, y
la segunda a la falta de un equilibrio y su causa es unitaria. Se considera la dualidad
mente/cuerpo, se estudian los diversos sistemas médicos como los procesos de salud y
enfermedad en diferentes sociedades.

Pero, no obstante, en los últimos años ha ido mostrando su trascendencia en


argumentaciones sobre la necesidad de que trastornos como la anorexia o los desórdenes
de la alimentación, más típicos de las sociedades industrializadas, sean considerados tan
folk como el amok; el susto o el windigo, ya que la hegemonía de las categorías
diagnósticas biomédicas no justifica su clasificación diferenciada. (1993;58-59). Se
analiza el contexto socio-histórico como aquel que puede influenciar dentro de la
enfermedad por medio de las imágenes y símbolos, que pueden cambiar con el tiempo.

Es así que se da paso a las dimensiones sociales de la enfermedad por medio de los
análisis a contextos sociales de la enfermedad con enfoques holísticos, de tal modo que
existen dos sentidos antropológicos de la enfermedad, una que descubre lo social en la
situación específica y que analizamos y mencionamos arriba y otro ligado al mercado y
las instituciones públicas de salud, además de la formación de sus profesionales, esta se
liga a las clínicas y define en términos de dónde y para quién se aplica y se conduce la
investigación, además que tiene un excesivo pragmatismo y un modelo de anclaje
sanitario americano que no se relaciona con la realidad sanitaria. (1993;64)

En la sexta parte se no habla del proceso de la antropología de la medicina hacia la


antropología de la enfermedad, esta toma en consideración el fenómeno de la
enfermedad como algo subjetivo y políticamente definido, esta considera los fenómenos
biológicos, culturales y sociales de la enfermedad, rescatando investigaciones de la
psiquiatría por su carácter simbólico.

De igual forma busca comprender la distancia cultural entre el médico y el paciente.


Aunque iban ligados a los intereses de un modelo médico, adoptaron un carácter de
paradigma subalterno y reformista, sin embargo, mantenían irrigado una mirada
hegemónica, aunque a su vez, debatía con los términos de lo simbólico. Es así que
comienza una apropiación por el termino de la enfermedad. Ligando esta a estrategias de
intervención y diseño de modelos prácticos.

Las patologías sociales como alcoholismo, drogadicción y la asistencia en los


psiquíatras, la lingüística por las migraciones y la inserción de nuevas tecnológicas que
se sitúan en los límites de una nueva ética, de igual forma, esto se ve potenciado por
nuevas demandas de investigación sobre la metrópolis como nuevas demandas
científicas sociales, de tal modo que la discusión gira en torno a las representaciones o
dimensiones sociales de la sociedad. Existen trabajos que analizan el psicoanálisis y el
estructuralismo ligados a la eficacia simbólica, esto corresponde al estudio de rituales
con propósitos curativos o terapéuticos, un ejemplo sería el curar las alucinaciones, lo
que se busca es interpretarlas para la recuperación.

Se relacionaron conceptos entre la enfermedad y causalidad, estas a su vez se relación


con planos de lo biológico, lo cultural y lo social, de igual forma parte en la introducción
del análisis socio-histórico en las representaciones de la enfermedad, esto se dio gracias
a diversos estudios en Europa en busca de estudios sobre la noción de la enfermedad sin
englobar solamente el carácter puramente médico, a ello también se le integra el carácter
folclore que repercute en la sociedad y sus políticas, creando imágenes de enfermedad,
integrando clases subalternas en el trabajo que tiene como consecuencia un atraso social
y económico, produciendo hambruna, mortalidad infantil y falta de recursos.

La integración de la subalternidad abrió el paso a la antropología de la enfermedad


porque propone un modelo de medicina popular y su relación con las religiones
analizando las relaciones dialécticas que existen sobre los servicios sanitarios y los
procesos de gestión de salud que no sean rigurosamente mecanicistas, planteando así un
nuevo papel de la conciencia. Los estudios de la antropología, ligados a la medicina y la
enfermedad, tuvieron un largo recorrido antes de establecerse como tal, por un lado, la
antropología médica o de la medicina, ligado a temas de clínicas y sus relaciones en lo
social y cultural, además de la antropología de la enfermedad, que trata de entender los
diferentes procesos de la misma y como estas pueden sanar por medio de las
reproducciones sociales del símbolo que viene a jugar un papel importante tanto en
sociedades indígenas como en la metrópolis, ya que se ve bombardeada por las
imágenes de lo que se espera del cuerpo y como debe ser.

Katia Sánchez Bastovino

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