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La Intervencion de Terceros en El Proces
La Intervencion de Terceros en El Proces
RESUMEN
Es sabido que la sentencia produce efectos con relación a los que han sido partes
del proceso (principio de relatividad de la sentencia), aunque muchas veces
despliega sus efectos respecto de terceros a quienes, directa o indirectamente,
puede afectar. En estos casos se produce la intervención de esos terceros que
pueden ser afectados con la decisión a recaer en el proceso.
ABSTRACT
It is known that the judgment produces effects in relation to those that have been
part of the process (principle of relativity of the sentence), although it often
deploys its effects with respect to third parties whom, directly or indirectly, it may
affect. In these cases, the intervention of those third parties that may be affected
by the decision to fall back on the process takes place.
INTRODUCCIÓN AL TEMA
A) Según Hugo Alsina “…el proceso sólo comprende a los que en él intervienen
como actor o demandado, y únicamente a ellos aprovecha o perjudica la sentencia,
pero las relaciones jurídicas son tan complejas que, con frecuencia la litis afecta
derechos de terceros, que se ven así vinculados a un proceso en el que no han
intervenido y de cuya sentencia, puedan derivarles un perjuicio” (Tratado Teórico
Práctico de Derecho Procesal Civil y Comercial).
Esta frase resume mejor que ninguna otra la razón de ser de la intervención de los
terceros en el proceso civil.
B) Como señalé en un artículo que publiqué hace unos años bajo el epígrafe LA
TRASLACION DE LA RELACIÓN JURÍDICA MATERIAL A LA RELACIÓN JURÍDICA
PROCESAL COMO ANTECEDENTE NECESARIO DE ESTA ÚLTIMA, la relación jurídica
material, cualquiera que sea su causa o naturaleza, es el antecedente necesario de
la relación que se va a llevar al proceso cuando surge un conflicto de intereses con
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relevancia jurídica, o una incertidumbre jurídica que debe ser resuelta por el Estado
a través de su aparato jurisdiccional.
Lo cierto es que hay una serie de situaciones que, a lo largo del proceso, hacen que
la relación procesal se modifique, sea por la incorporación de nuevos sujetos
procesales, sea por la exclusión de alguno de ellos; como hemos visto, durante el
desarrollo del mismo se suceden una gama de relaciones jurídicas que, por
producirse dentro del proceso, se denominan relaciones jurídicas procesales.
Uno de los fenómenos que modifican la relación material trasladada al proceso es,
precisamente, la intervención de terceros.
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intervención) y los de la intervención excluyente de propiedad o de derecho
preferente, ya sea que en este último caso se trate de una tercería de dominio o de
una de derecho de preferente de pago, que el art. 101 del CPC remite a las reglas
particulares del proceso abreviado (arts. 533 y ss. del CPC), y que son los casos en
que el proceso puede afectar un bien de propiedad del tercero excluyente de
propiedad, o el cobro de un derecho de crédito preferente del tercero: en estos
casos el tercerista no interviene directamente en el proceso en donde se ha
producido o puede producirse la afectación de su derecho según el citado art. 101,
sino que, como señalé arriba, debe iniciar un nuevo proceso, cuya demanda dirigirá
contra las partes del proceso en que se produjo su afectación con la finalidad de
conseguir que se alce el gravamen, en el caso de la tercería de dominio, o que se
declare que tiene derecho preferente para cobrar con el producido del remate del
bien a subastarse en ese otro proceso. Contrariamente a esto, en el caso de la
intervención excluyente principal el tercero hacer valer su alegado derecho
interviniendo directamente en el proceso en curso a través de una demanda que
dirige contra ambos litigantes, como se va a ver más adelante.
1.2 En otros casos -distintos a los del litisconsorcio pasivo necesario, donde el
tercero es incorporado por necesidades del proceso con el fin de formar una
relación jurídica procesal válida (ya que la decisión a recaer en éste va a afectar de
manera uniforme a todos los litisconsortes; art. 92 del CPC)- el tercero se
incorpora al proceso en curso de manera voluntaria, como vamos a ver enseguida,
o se incorpora obligadamente al mismo, como consecuencia de la denuncia civil
que formulada el demandado contra dicho tercero para que sea incorporado lo
quiera o no, como ocurre en los casos de aseguramiento de pretensión futura (art.
104 de CPC), o de llamamiento posesorio (art. 105), o de llamamiento en caso de
fraude o colusión (art. 106), distintos de los demás casos de intervención voluntaria
de los terceros en el proceso, como veremos.
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de las que voy a señalar seguidamente dos de carácter genera, desarrollando otras
de carácter particular a lo largo de este artículo.
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transferencia de dominio de un bien inmueble social hecha por uno de los
cónyuges sin contar contar con el consentimiento del otro.
Debo dejar constancia que la figura del litisconsorcio activo necesario no está
reconocida jurisprudencialmente, pues no se puede obligar a nadie a litigar como
actor en unión de otro u otros. El caso hipotético de litisconsorcio activo necesario
tendría su razón de ser, como ya señalé, en la propia naturaleza de la relación
jurídica material, o mejor dicho en la inescindibilidad de ésta, que obligaría a la
presencia conjunta de todos los interesados en el proceso. También indiqué que
nadie puede ser obligado a litigar contra su voluntad, por lo que es posible que la
disponibilidad del sujeto demandante sobre el objeto demandado no puede
ejercerse en forma conjunta con otro sujeto, lo que ocasionaría un caso de falta de
legitimación activa para litigar (legitimatio ad causam), dando lugar a una
excepción de fondo que se denomina exceptio plurium litisconsortium que, con
respecto a la necesidad de intervención de varios sujetos no podría prosperar si se
propone respecto del lado activo, por aquello que nadie puede ser compelido a
participar como parte demandante en un proceso junto con otros, ya que eso
importaría el desconocimiento del derecho a la libertad del individuo, que es una
garantía de orden constitucional. Por eso la sociedad conyugal, cuando actúa como
demandante, puede ser representada indistintamente por cualquiera de los dos
cónyuges; los acreedores solidarios pueden ser representados en el cobro del
crédito común por cualquiera de ellos; cualquiera de los copropietarios de la cosa
común puede demandar el desalojo, la reivindicación, etc.
2.2 La doctrina habla de litisconsorcio propio, que existe cuando es la ley la que
señala que dos o más personas deben demandar o ser demandados de manera
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conjunta. En realidad, esto está ya en la relación material que se traslada a la
relación procesal: si no están todos los de la relación material no se puede crear
una relación jurídica procesal válida; de ahí la necesidad de la presencia de todos
en el proceso; esto dicho con las reservas que he indicado arriba para el caso del
litisconsorcio activo necesario.
3.1 Los casos de intervención voluntaria de los terceros son básicamente cuatro,
según nuestro Código Procesal Civil, y están recogidos en los artículos 97,98, 99 y
100 de dicho código, que contemplan, respectivamente, las distintas formas en que
el tercero puede intervenir de manera voluntaria en un proceso al que son ajenos:
1°) el primero es el de la intervención coadyuvante (también llamada “adhesiva”),
para “quien tenga con una de las partes una relación jurídica sustancial, a la que
deban extenderse los efectos de la sentencia (…) pero que pueda ser afectada
desfavorablemente si dicha parte es vencida”; 2°) el segundo es la intervención
litisconsorcial voluntaria (art. 98), que es la que solicita “quien se considere titular
de una relación jurídica sustancial a la que presumiblemente deban extenderse los
efectos de una sentencia”; 3°) el tercero es el de intervención excluyente principal,
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que es el caso de “quien pretenda, en todo o en parte, ser declarado titular del
derecho discutido” en el proceso en que pide participar como tal, y 4°) el cuarto es
el de intervención excluyente de propiedad o de derecho preferente, dando lugar
estas últimas a las tercerías de dominio y de derecho preferente a las que ya nos
hemos referido anteriormente.
3.2 Con la intervención del tercero se busca que una persona distinta del actor y
del demandado pueda participar en el proceso en el que estos son partes
originarias, ya sea interviniendo voluntariamente para ayudar a alguna de esas dos
partes en resguardo de un interés propio que quiere defender en ese proceso que
puede afectarle, o por mandamiento del juez ante el pedido de una de las partes
procesales. Existen dos formas para ello: la intervención coadyuvante, regulada en
el art.97 del CPC, y la intervención litisconsorcial del art. 98 del citado código; esta
última es radicalmente distinta del litisconsorcio necesario, en que la intervención
se produce por necesidades del proceso, mientras que la intervención
litisconsorcial se produce a pedido de un tercero que se considere legitimado para
intervenir en el proceso en defensa de una de las partes para evitar los efectos
adversos que una sentencia adversa a sus intereses. El código autoriza a que este
tipo de intervención se produzca incluso durante el trámite del proceso en segunda
instancia.
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de la cosa o derecho sobre el que se sigue el proceso, el que, de acuerdo con art.
99 del CPC, pude intervenir formulando su exigencia contra demandante y
demandado, actuando como una parte más en el proceso.
Según ese criterio, la mayor parte de los casos pueden solucionarse a través de la
acumulación de procesos, pero como todos sabemos, el proceso iniciado en último
lugar detiene el trámite del primer proceso, con lo que el argumento de la
celeridad queda aniquilado.
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5. LA DENUNCIA CIVIL (litis denuntiatio, o intervención coactiva),
Al comienzo me ocupé someramente de este instituto (supra 1.2), como un caso de
intervención necesaria o coactiva del tercero, porque ha sido llamado a intervenir
en el proceso contra su voluntad.
La denuncia civil puede, según nuestro Código, asumir hasta tres formas:
Se demanda a una empresa de Leasing para que pague una suma de dinero al
vendedor demandante del bien adquirido por la empresa (por ejemplo, un
cargador frontal Caterpillar), adquirido con el único fin de ser dado en
arrendamiento financiero a un cliente de esta última, argumentando el actor que la
demandada (la empresa de Leasing) no le ha pagado la totalidad del precio
acordado por la compra de dicho cargador frontal. En su defensa, la empresa de
Leasing presenta una carta, de fecha muy anterior a la interposición de la
demanda, en la que la vendedora declara que ha recibido directamente del
arrendatario financiero la suma de dinero que ahora le reclama a la demandada
(con lo que demuestra que ese faltante ya le había sido pagado al demandante); la
demandada denuncia civilmente al arrendatario financiero bajo la forma de
“aseguramiento de pretensión futura”, para que en caso de ser condenada al pago
de la suma que se le exige (y que ya fue pagada), sea este último quien finalmente
responda en la eventualidad de una sentencia estimatoria que condene al pago a la
empresa de Leasing.
En este caso en comentario resulta evidente que las razones para denunciar
civilmente al tercero son de economía procesal, pues de no proceder así la
empresa de Leasing demandada se vería obligada -en caso de ser condenada al
pago de la suma reclamada por el actor- a interponer una demanda contra el
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arrendatario financiero para recuperar lo pagado al demandante como
consecuencia de la compra del bien hecha al vendedor por encargo de éste.
Como es sabido, la posesión puede ejercerse directamente por una persona que no
está en contacto directo con la cosa (caso de posesión mediata) o por medio de
otra persona que sí está en contacto con la cosa (posesión inmediata). La posesión
mediata se caracteriza porque el derecho posesorio se ejercita mediante
interpósita persona, que viene a ser el poseedor inmediato, por ejemplo: el nudo
propietario es el poseedor mediato en el usufructo, mientras que el usufructuario
es el inmediato; lo mismo en el derecho de habitación; lo mismo en el caso de
arrendamiento, en que el inquilino es el poseedor inmediato porque posee para el
arrendador de la cosa alquilada, etc.
Por otra parte, el código habla del tenedor, que obviamente es un poseedor
inmediato pero que posee la cosa para otro, que es el mediato; ejemplos de ello es
el del locatario, que tiene contacto directo con la cosa pero que reconoce en otra
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persona (el locador) la posesión mediata de la misma. El tenedor es un
representante de la posesión del poseedor mediato; la línea divisoria entre un
poseedor inmediato que posee para sí y un tenedor que posee para otro, la da el
hecho que este último es también un poseedor inmediato, pero posee para otro (el
arrendador, en este caso). Como es lógico, el poseedor inmediato que posee para sí
puede adquirir la cosa poseída por usucapión.
Este supuesto está ligado íntimamente al caso del art. 178 del CPC, que legisla
sobre la cosa juzgada fraudulenta, pero la diferencia, en este el caso del
llamamiento, es que el juez del proceso advierte durante el curso del mismo que
puede tratarse de un caso de fraude o colusión, en tanto que, en el caso de la cosa
juzgada fraudulenta, ese hecho ha pasado inadvertido para el juez, quien incluso ha
llegado a dictar sentencia, que es el supuesto del citado art. 178.
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derecho sobre la cosa; esto va ser visto con más detalle en el numeral 8.5 que trata
sobre la sucesión procesal en las obligaciones de garantía, pero también es un caso
de llamamiento en garantía coactivo, pues el demandado está en la obligación de
citar al transferente para que comparezca al proceso.
El VII Pleno Casatorio ha dado reglas, entre otras, una según la cual prevalece la
propiedad no inscrita sobre el embargo inscrito; esto es, a mi juicio, un retroceso
jurisprudencial importante, pues va a tener por efecto que se multipliquen los
casos de compraventa de inmuebles (sobre todo), donde el contrato se quedará en
minuta y será ingresado a una notaría para obtener fecha cierta a través del
número de kárdex, propiciándose así la abundancia de casos de propiedad
clandestina, donde no se conocerá al propietario porque no ha inscrito su derecho,
y propiciando el engaño a los acreedores de parte de deudores inescrupulosos que
se valdrán de ese mecanismo para alzar una medida cautelar (generalmente un
embargo, pero también puede ser una carga, como la anotación de la demanda)
inscrita sobre un bien que todavía aparece inscrito a nombre del vendedor, quien
hará que el comprador clandestino interponga una demanda de tercería de
propiedad para alzar dicho medida cautelar a causa de ese errado criterio del Pleno
Casatorio, que privilegia el derecho real sobre el derecho de crédito en todos los
casos.
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Lo ideal era, en estos casos, que el juez analizara caso por caso, para evitar estas
situaciones de fraude que ahora se van a generalizar, al darle siempre preferencia
al propietario clandestino.
Segundo: Los créditos alimentarios, hasta la suma de una (1) Unidad Impositiva
Tributaria mensual;
Cuarto: Los créditos de origen tributario del Estado, incluidos los del Seguro Social
de Salud - ESSALUD, sean tributos, multas, intereses, moras, costas y recargos; y
Como puede verse, siempre tendrán preferencia los créditos alimentarios y los
laborales sobre los demás, y en cuanto a los créditos asegurados con hipoteca,
prenda, etc. y embargo, la preferencia se decidirá en función a la fecha de
inscripción del gravamen.
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7. LA EXTROMISIÓN.
Así como los terceros intervienen en el proceso alegando un derecho o interés que
deben defender, el juez de la causa, puede separar a ese tercero por considerar
que ese derecho o interés ha desaparecido o por haber comprobado su
inexistencia. La extromisión es el fenómeno inverso a la intervención: es la salida
del tercero interviniente del proceso, que puede incluso haber llegado a ser parte
del mismo, por efecto de una decisión del juez que lo excluye de continuar
participando en el mismo, y esa exclusión del proceso puede darse, incluso,
respecto de una parte originaria como también y, con más razón, del tercero que
haya intervenido o haya sido incorporado al proceso en trámite (aun cuando lo
haya sido como parte), como los casos que han sido vistos arriba.
El siguiente caso que paso a exponer puede dar una idea más precisa sobre la
extromisión y cuándo puede darse este mecanismo procesal como forma para salir
del proceso por el tercero incorporado al mismo.
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arrendatario financiero ejerce la opción de compra y adquiere de la empresa de
Leasing los bienes embargados, convirtiéndose en propietario de los mismos, por lo
que la empresa demandante pierde el interés para obrar y, equivocadamente,
solicita al juez su extromisión del proceso, para que su lugar sea ocupado por el
actual propietario de los bienes embargados, la cual le es negada bajo los
siguientes argumentos que paso a transcribir:
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Queda claro, así, que la extromisión no es un mecanismo de salida del proceso para
todos los que intervienen en él, sinos solo para los terceros que han sido
incorporados voluntaria u obligadamente a participar en él.
8. LA SUCESION PROCESAL.
8.4 Cuando el plazo del derecho discutido vence durante el proceso y el sujeto que
adquiere o recupera el derecho, sucede en el proceso al que lo perdió.
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dicha parte a un tercero por el plazo de dos años, vencido el cual resuelve el
contrato y demanda el desalojo al subarrendatario. El proceso de desalojo se
prolonga por más de un año, plazo en el cual vence el contrato de arrendamiento y
el propietario solicita la devolución de terreno arrendado. En esta situación, el
plazo del derecho discutido vence para el demandante, y el sujeto que adquiere o
recupera el derecho es el propietario, que sucede en el proceso al que perdió el
derecho.
Art. 1498.-
Promovido juicio de evicción, queda el adquirente obligado a solicitar, dentro del
plazo para contestar la demanda, que ésta se notifique al transferente que éste
designe.
Art. 1499.-
Si el transferente sale a juicio ocupará el lugar del adquirente como demandado
hasta la conclusión del proceso. Cuando el adquirente lo solicite puede coadyuvar
en la defensa.
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por otro la intervención coadyuvante de quien fue parte y ahora es tercero, al
haber sido sustituido en el proceso por el transferente compareciente, pero que
conserva un interés por defender en el mismo.
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