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Por todo esto siento que como conocedor del funcionamiento interno
de estos tipos de arquetipos y estereotipos vulnerables, me siento
en la obligación de transmitir mi conocimiento y contribuir en ayudar
a las mujeres que viven bajo esta violencia a que piensen, sientan, y
comprendan que se merecen amarse a si mismas, que se merecen
otra vida y por supuesto que han de ser felices y vivir como ellas
deseen y no seguir siendo el saco roto donde el machismo esconde
sus frustraciones.
Así que con este libro levanto mi mano y levanto mi grito para decir
que ninguna mujer está por debajo de ningún hombre y todas y
todos somos iguales, ya que la igualdad de género es la clave para
poder socializarnos desde la conciencia de que somos individuos
independientes e individuales con los mismos derechos y
obligaciones, justo estos fueron los primeros ideales que las
primeras mujeres que promovieron los derechos femeninos que
defendían, a continuación hago un breve recorrido por la historia
feminista:
Las pruebas de la vida, son diferentes para cada mujer, cada mujer
vive de manera inconsciente para poder superar los obstáculos del
aprendizaje del alma y la vida del espíritu, ya que cada una es
única, y a su vez son el conjunto de todas ellas dentro de lo
femenino, sin embargo, hay diferentes facetas donde la mujer puede
expresar sus energías arquetípicas como son: la independencia, la
vulnerabilidad y la alquimia. Tres facetas o partes que la mujer
contiene como energía propia o aprendida a través de las vivencias
de generaciones anteriores.
ESTEREOTIPOS VULNERABLES
DIOSAS VULNERABLES
Estas tres Diosas que viven volcadas hacía otras personas son las
que he tomado para crear el segundo título de esta Tetralogía
dedicada al inconsciente femenino, así el segundo libro se titula: Los
Tres Apegos de la Mujer, los arquetipos femeninos de la
dependencia.
DIOSAS VÍRGENES
DIOSAS ALQUÍMICAS
Para terminar, las Diosas que Eduardo Grecco y Manuela Dunn han
clasificado como alquímicas en sus esencias y libro
correspondientemente, yo he preferido enfocarme en su fuerza
trasmutadora, ya que aportan al inconsciente femenino esa libertad
que necesita para expresar toda la creatividad, libertad, alegría,
sexualidad..., que lo femenino tiene en su interior y que por
pertenecer a una sociedad patriarcal y bastante represiva con este
sexo, ha creado en las mujeres todos los otros aspectos que hemos
ido viendo en los otros libros de esta tetralogía, estos son las
heridas, los apegos y la independencia en exceso en algunas
mujeres, que a la vez ha sido necesaria para contribuir a que el
equilibrio entre lo masculino y femenino se esté dando, ya en estos
momentos actuales, en todos lo estratos sociales y culturales, ya
que el cambio en lo exterior ha de darse siempre desde el interior.
CAPÍTULO 2
TIPOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
En la violencia de género existen diferentes actuaciones que se
transforman en distintos tipos de violencia, a continuación en este
capítulo mostraré estos diferentes tipos de violencia, conductas y
objetivos del agresor y las consecuencias que estos actos provocan
a la mujer que lo sufre.
El maltrato en la pareja deja ver entrelineas el miedo o falta de saber
expresarse o actuar del agresor, lo que en realidad ellos creen que
mostrando esas aptitudes a sus parejas van a ser más hombres o
respetados, pero lo que realmente están expresando es su miedo o
carencia para poder verse como un igual en entre otros hombres, ya
que por lo general el maltratador no disfruta de una posición
principal en su grupo de "machos", y pretende suplir esto, vejando y
degradando a su pareja, para conseguir en el entorno de casa o
íntimo esa posición que en la calle no disfruta.
Violencia Psicológica.
Normalmente el maltratador es una persona inteligente u
observadora, y que pretende mantener bajo control su entorno,
también es fría, con falta de emociones positivas y sobretodo muy
poco empático y egoísta, este tipo de violencia se activa
prácticamente desde el principio de la relación pero de una forma
sutil, en la que el agresor activa principalmente la manipulación
emocional hacia la víctima.
Este tipo de violencia psicológica se oculta más en el exterior, ya
que es difícil detectarlo pronto, tanto ella misma como los demás, el
provocador realiza diversas conductas para conseguir el objetivo de
ir degradando a la mujer, y hacerla creer que es la persona que él
está viendo en ella, claro el concepto de sí misma que el maltratador
quiere que se crea ella no es cierto, y por supuesto es mucho peor
que el real, pero sin querer, poco a poco, después de tantas
repeticiones o discusiones ella se va creyendo una por una todas las
palabras que él dice, entre otras cosas porque sabe manipular muy
bien su mente y sentimientos, y en muchos de los casos parecen
hasta ciertas estas afirmaciones, algunos de estos comportamientos
son:
Una de las aptitudes más comunes es desvalorar a la mujer,
tratándola de inferior o estúpida delante de sus amigos o entorno
conocido.
Le gusta criticar sus opiniones e ideales sobre todo en el entorno
de la familia o amistad, de esa forma ella se siente avergonzada
o ridícula, y va perdiendo convicción en sí misma.
Él impide que ella participe en las decisiones de pareja, haciendo
cosas por adelantado o solo para hacerla creer que su opinión
no es importante.
El maltratador insulta su aspecto físico para hacerla sentir poca
mujer y hacerla creer que solo él puede aguantar a esa mujer
tan despreciable.
Le dedica sobrenombres degradantes para que ella se sienta
avergonzada o se identifique con ellos.
Para el agresor los sentimientos, gustos o iniciativas de ella no
son importantes, para él solo existe él y todo lo que sea diferente
a sí mismo simplemente no existe, así que para nada va a tener
en cuenta algo que a ella le guste hacer o desee o quiera, claro
está hasta que esté en la fase de conquista en la que todo lo
que ella le lleva pidiendo desde hace tiempo se lo concederá
para que así vuelva a caer en sus redes de nuevo, este punto lo
explicaré más adelante cuando hablemos del triangulo o ciclo
perverso.
También manipulan la visión de ella para hacerla creer que está
equivocada en todo.
Él nunca reconoce sus cualidades o sus virtudes y además pone
las suyas por encima siempre, aunque la realidad objetiva no
sea así.
En este tipo de relación de pareja son habituales las
comparaciones con otras mujeres, con el objetivo de hundirla
como mujer y que se genere una dependencia hacía él.
Todas estas actuaciones de desvalorización que realiza el
maltratador genera en la mujer una destrucción en la
autoestima, creando distorsiones en su imagen, en sus virtudes
y en sus capacidades.
El agresor le prohíbe relacionarse con su familia de origen,
amigos, compañeros..., alejándola de su entorno con la intención
de tenerla controlada para que su adoctrinamiento tenga la
mayor precisión y eficacia posible para que ella no tenga el
apoyo y la seguridad para escapar de él.
Las consecuencias para la mujer en este tipo de conductas son
el aislamiento, inseguridad, soledad, dependencia del
maltratador y sobre todo destruir el apoyo social hacia ella.
Él intenta controlar todos los movimientos posibles de ella:
dónde está, con quién y qué hace, supervisar las salidas del
trabajo para que ella no se entretenga, así ella va perdiendo
seguridad y confianza en ella, y aunque ni haya hecho nada le
suele reprochar que ha estado coqueteando con los hombres,
para que se sienta culpable de algo que no ha hecho y que él
esta magnificando, poco a poco ella dejará de entablar
relaciones laborales con hombres, no hablará con nadie en la
calle que sea del sexo opuesto, ya que él le ha metido en la
cabeza que todo eso es coquetear y así se asegura que no se
fije en ningún hombre que él sabe que vale más que él y que en
realidad todas estas conductas lo que está ocultando es la baja
autoestima o valoración de él mismo en comparación con otros
hombres.
Conforme la relación avanza, los consejos que él le da sobre sus
estudios o trabajo son para destruir su futuro de objetivos e
ilusiones, él pretende que ella dependa económicamente de él
(aquí se activa otro tipo de maltrato del que hablaré más
adelante) y así ella no se haga independiente, asegurándose
que no surja ninguna ruptura en el futuro por parte de ella.
Otro de los puntos más importantes en la violencia psicológica es
el exigir sometimiento, obediencia y la obligación a contar hasta
lo más íntimo de ella, las preguntas son frecuentes e incluso los
cuestionamientos, para saber en todo momento que le pasa por
la cabeza a ella, a priori la convence como que no va a pasar
nada si le cuenta esto o aquello, pero la realidad es diferente y al
enterarse el agresor de cualquier intimidad o duda o lo que diga
para expresarse, él desde la manipulación conseguirá darle la
vuelta y convertirlo en malo, sucio, asqueroso o perverso..., e
incluso conseguirá hacerse la víctima obligándola a ella a
recogerlo y generando la culpa necesaria para volver a
someterla cada vez más.
Las amenazas de todo tipo también son comunes, algunas tales
como: echarla de casa, quitarle a los hijos, comentarle de que
todo el patrimonio o bienes son suyos, de muerte o amenazarla
con que le va a pegar o agredir, normalmente esta fase llega
más bien cuando ya llevan bastante tiempo en la espiral del
maltrato y ella no quiere seguir perdonando comportamientos de
él que antes si perdonó, por eso el agresor amenaza aumenta el
adoctrinamiento, pudiendo hasta llegar a la violencia física para
que ella no acabe con la relación y no lo denuncie.
En la mayoría de los casos induce sentimientos de pena y
victimismo para que la víctima se apiade de él y sea
influenciable quedando atrapada en un ciclo falso de victimismo.
Chantajea con quitarse la vida si ella deja la relación, con esta
manipulación el maltratador deja anclado un sentimiento de
culpa a la víctima para que ella nunca lo abandone.
Violencia Sexual. El agresor impone una relación sexual no
deseada por la víctima, imposición de una relación sexual no
deseada, abuso o violación con las herramientas del chantaje,
amenazas, insultos si la mujer se niega a tener relaciones sexuales
En este tipo de violencia el agresor tiene conductas agresivas como:
Exigir las relaciones aunque ella no quiera, manteniendo el
control de la víctima a través de la presión y el control.
El agresor empieza a tener conductas llenas de ira y agresividad
si ella no quiere mantener relaciones, educándola desde la
programación de adaptabilidad hacia estas situaciones de
maltrato y abuso sexual.
Obliga a la mujer a realizar prácticas sexuales no deseadas para
mantener el control y la dominación sobre ella.
Intimidar sexualmente a la mujer en momentos y lugares sin
coherencia, en presencia de los hijos, después, de agresión
física, tras un ataque de celos, etc. Todo esto lo hace para
marcar el territorio y tener control a la mujer para seguir
adoctrinándola.
Comparación en el ámbito sexual con otras mujeres para
humillarla y bajar la estima de la mujer, con el resultado de
atacar a su estima y así estar por bajo de su poder creando
dependencia.
El agresor se ocupa de su propio placer utilizando a la mujer
como una muñeca hinchable. El agresor desvalora totalmente a
la mujer, sin pensar en sus sentimientos, valores, provocando un
daño colateral en la víctima, ese daño hace que la víctima entre
en la culpa, para desvalorarse aún más.
Tener una actitud violenta en la relación sexual para utilizar el
control, la dominación sobre la vida sexual de la mujer y así ella
cae en lo más profundo de su oscuridad, impregnándose de
culpa y abatimiento.
FASE DE TENSIÓN.
Se caracteriza por el maltrato psicológico. El agresor se muestra con
frecuencia irritable, hostil, parece enfadado, y la tensión va en
aumento, al principio suele no llegar a episodios violentos, pero
conforme el triangulo perverso vuelva a comenzar de nuevo en la
espiral de este ciclo y se vuelva a comenzar, el adoctrinamiento
aumentará y muy probablemente el maltrato aumente o incluso pase
a otro tipo de maltrato más fuerte, como por ejemplo pasar del
maltrato psicológico al sexual o del económico al físico.
.
La mujer en esta fase empieza a vivir en una pequeña prisión que
va en aumento, sin embargo ella se esfuerza por minimizar las
situaciones, sobre todo para intentar tapar o no reconocer lo que ya
sabe que no está del todo bien, pero que aún se cree que puede ser
algo esporádico, o incluso que si poniendo más esfuerzo o haciendo
más caso esto va a parar, la finalidad, en este momento, es decirse
así misma que las cosas mejoren y pueda cambiar la situación.
En realidad, ella pretende comprenderlo, generándose en ella una
sensación de angustia que irá en aumento. La mujer va dudando de
sus propias percepciones y se siente culpable de lo que está
sucediendo.
Si la mujer empieza a sentir lo dicho anteriormente, comenzará a
nublarse de las conductas tóxicas que el maltratador le está
realizando y lo siguiente será más grave porque pasará a la
siguiente Fase, la FASE DE AGRESIÓN.
FASE DE AGRESIÓN
Cuando hay un incremento en la fase de Tensión y se llega a un
punto extremo, apareciendo la violencia física, psíquica o sexual
grave, comienza la FASE DE AGRESIÓN. Cuando finalizan estos
episodios de agresión la mujer normalmente puede sentir
desesperación, agonía, miedo, culpabilidad o se puede armar de
valor y puede buscar ayuda, claro está, el 50% de las mujeres no
buscan ayuda.
En el caso que no consiga salir, el adiestramiento será más fuerte y
la mujer dejará de ser persona convirtiéndose en un objeto donde el
maltratador hará de ella un contenedor lleno de las heridas,
frustraciones, irresponsabilidades de Él, dejando a la víctima sin
vida o mejor dicho con un sufrimiento que pensará, que mejor no
haber nacido.
FASE DE CONCILIACIÓN
En esta fase el agresor entra en un falso parte de arrepentimiento
manifestando desde la pena y el victimismo, empleando estrategias
de manipulación que acercan a lo afectivo entre ella y el agresor.
Él comienza a pedir perdón, parece y hace promesas de cambio o
acude a los regalos admitiendo su responsabilidad de sus actos y
reconociendo de que está mal, en un periodo de tiempo breve el
agresor se siente culpable. En esta fase da un punto de enganche
en la mujer para mantener la relación con Él.
En esta fase se permite ver el lado bueno de su pareja aumentando
la esperanza de que pueda llegar a cambiar, haciéndose muy difícil
que pueda romper la relación.
No todas las parejas se llega al mismo destino las parejas tiene su
diferente ritmo tanto en intensidad y tiempo, cuando en esta fase se
equilibra el agresor vuelve a la primera fase llamada FASE DE
TENSIÓN.
CAPÍTULO 4
Esto último que he puesto de que " cuando ella acude a la familia",
casi siempre la familia le dirá que lo entienda, que tendrá una mala
racha, que lo comprenda y lo apoye que para eso es el amor, en ese
momento los consejos exteriores son para hundir más a la víctima",
si una mujer contiene un nivel de creencia de entrega, lo normal, es
que haya sido inculcada en su familia o bien lo haya visto hacer de
forma inconsciente en sus familiares, a lo mejor ellos no han llegado
al maltrato pero la crianza en un entorno machista puede derivar en
una hija que elija a su pareja desde la creencia que el hombre es
superior, y encaje con un hombre maltratador. Además, esto sucede
porque la víctima al tener esa creencia no cree en lo que está
sintiendo y necesita ayuda para resolverlo, ahí es cuando el
inconsciente colectivo le da lo contrarió, todo por la memoria o
creencia que ella tiene y atrae este tipo de ayuda envenenada.
Tanta es la culpa que ella admite, que cree que se merece las
palizas que recibe, los insultos y los desprecios, al final llega a creer
que se lo merece, por mala o simplemente por ser mujer, en este
caso, los sentimientos de culpabilidad aumenta para alimentar a la
gran disonancia cognitiva del maltrato (La Culpa).
EXPLICACIONES DE LA CULPA
1. Explicaciones económicas:
El Déficit del sistema Judicial, claro está que las leyes cambian
cuando los conflictos se hacen más sonoros en la sociedad y las
estadísticas crecen.
3. Explicaciones Psicológicas