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Es la herramienta de trabajo, por lo tanto su elección es clave.

Hay muchos en el mercado y si bien lo básico y fundamental lo tienen


todos, existen también muchas diferencias entre unos y otros.

Desde mi punto de vista la clasificación más importante que se puede


hacer en este sentido es la siguiente:

 Programas que compras e instalas en tu ordenador.


 Programas que usas por un precio mensual y que están en la
nube.

Los primeros son los programas de toda la vida: tu los tienes en tu


ordenador, los vas actualizando, haces tus copias de seguridad,…

Los segundos son relativamete recientes pero han venido para


quedarse y pronto terminarán sustituyendo a los otros.

Lo digo porque las ventajas que conlleva trabajar con un programa de


contabilidad en la nube son importantes. Destaco estas dos:

1. Sólo necesitas un terminal cualquiera y una conexión a Internet


para trabajar, lo que permite la deslocalización tan valorada hoy
día.
2. Al ser tecnología en la nube, te despreocupas de copias de
seguridad, de actualizaciones, de ocupación de espacio en los
ordenadores, … Estos “problemas” pasan a ser responsabilidad del
proveedor.

2. Los justificantes de las operaciones


Para poder hacer un apunte contable se necesita estar en posesión del
documento en el que se refleja la operación de que se trate.

Y sin los documentos que respalden las anotaciones contables no se


podría demostrar su veracidad.

A modo de ejemplo entre la documentación contable más habitual


podemos nombrar: las facturas emitidas y recibidas, las nóminas, los
seguros sociales, los justificantes de los movimientos bancarios, los
recibos de caja, etc.
El proceso para llevar la contabilidad de una empresa consiste, a
grandes rasgos, en estos 4 pasos:

1. Recopilar la documentación contable, tanto la que se refiere a los


ingresos, gastos y demás operaciones, como la que refleja sus
cobros y pagos.
2. Hacer los asientos contables que correspondan por cada
documento. Es lo que se llama “mecanizar” o “picar datos”.
3. Conciliar los bancos, que también se llama “cuadrar los bancos”.
Consiste en hacer coincidir exactamente los apuntes que figuran
en los extractos que proporcionan las entidades bancarias con los
de la cuenta contable del banco en cuestión, de forma que el
saldo concuerde en todo momento.
4. Revisar las distintas cuentas y saldos para tener la seguridad de
que no hay apuntes duplicados o erróneos.

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