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FACTORES DETERMINANTES DEL TRABAJO

INFANTIL EN PERÚ
Rafael CORTEZ VALDIVIA*
Ana Isabel GIL LACRUZ**

I. INTRODUCCIÓN

En este ensayo pretendemos estudiar los factores que conducen a que los niños
se incorporen al mercado laboral, y una vez que han decidido trabajar, en que medida
sus características individuales influyen en el salario que van a percibir. Se trata, en
definitiva, de un trabajo empírico aplicado al Perú por medio de los resultados de la
Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV), 2000. La encuesta aporta evidencias
de que al menos el 25% de los niños peruanos se han incorporado al mercado laboral. El
hecho de que trabaje uno de cada cuatro niños, revela lo preocupante del nivel de vida
de los niños peruanos, y justifica el interés de profundizar los aspectos asociados a los
determinantes que han llevado a esta situación. No hay que olvidar que el trabajo
infantil es un tema complejo, no sólo por ser causa de numerosos factores, sino por sus
diversas consecuencias en el bienestar de los niños y del hogar, lo que hace necesario
tener en cuenta distintas variables sociodemográficas y económicas que afectan tanto al
niño como a su familia.

Se puede pensar que el trabajo infantil afecta con mayor intensidad a los niños
más pobres, y de hecho, los niños que pertenecen a los hogares con menores niveles de
ingresos, son los que tienen una mayor probabilidad de incorporarse al mercado de
trabajo. De todas maneras, hay que analizar con cautela esta información, puesto que
puede darse el caso de que familias con niños trabajadores hayan logrado superar su
condición de pobres, gracias a la contribución económica de sus hijos. Sin duda alguna,
la pobreza constituye un serio problema para la formación de capital humano, y por
tanto, para el logro de razonables niveles de productividad en la edad adulta. Un 62% de
los niños se encuentran en situación de pobreza, de los cuales, un 12% están clasificados
como pobres extremos. Debido a estos datos, la mejora en las condiciones de vida de los
niños, es uno de los principales retos al que se enfrenta la sociedad civil peruana.

Pero el reflejo de una situación económica familiar desfavorable, no sólo se


aprecia en una mayor participación laboral infantil, sino también en la necesidad de
trabajar con bajos estándares en las condiciones de trabajo, y con salarios inferiores al
promedio en actividades similares. Los niños trabajadores más pobres perciben menores
salarios, así el 34% de los niños pobres extremos trabajan por menos de 19 dólares al
mes, mientras que solamente el 11% percibe más de 80 dólares.

En cuanto a la participación laboral, se aprecia ligeras diferencias según sexos.


Con un 28%, la tasa de actividad del niño supera en 7 puntos porcentuales a la de la
niña. Como rasgo generalizado, a excepción de las niñas mayores de 14 años, cuanta
más edad tiene el niño, superior es su tendencia a trabajar. Esto no significa que las
niñas dejen de ser necesarias para el mantenimiento de la economía familiar, sino que

*
Profesor en la Universidad del Pacífico (Perú) y consultor del Banco Mundial. (rcortez@up.edu.pe)
**
Becaria de investigación en el Dpto. Análisis Económico, Universidad de Zaragoza.
(ailacruz@unizar.es).

1
pueden desempeñar otro tipo de funciones de producción en el hogar, por ejemplo, las
tareas domésticas.

Tampoco hay que olvidar el ámbito geográfico donde reside el niño, ya que, por
ejemplo, sólo el hecho de vivir en una ciudad, facilitará al niño el acceso a un mejor
sistema educativo. Con un 42%, la proporción de niños trabajadores en un ámbito rural
es superior al de los niños que viven en un área urbana, puesto que en este caso se
reduce al 13%. Esto es evidente si se tiene en cuenta que los hogares rurales presentan,
por lo general, un menor nivel de ingresos. Así, como ya hemos apuntado
anteriormente, los niños rurales, al presentar mayores deficiencias económicas, deberán
trabajar ante salarios menores con una mayor probabilidad que los niños urbanos. Este
análisis habría que completarlo con un estudio del nivel de vida según área geográfica,
de tal manera que se tuviera en cuenta las diferencias entre precios y calidad de los
bienes y servicios que los que los individuos adquieren en sus respectivas zonas de
residencia.

Dentro de las medidas políticas aplicadas para elevar las condiciones de vida de
los hogares peruanos, analizamos la efectividad de los programas sociales -desayuno,
vaso de leche, y comedor- concluyendo que su cobertura es ineficiente e insuficiente.
En primer lugar, porque aunque cubre a un elevado número de niños, no lo reciben
todos aquellos que se encuentran en situación de pobreza o incluso pobreza extrema, y
sin embargo, se benefician un alto porcentaje de niños no pobres. En segundo lugar,
porque sólo alivia parcialmente la situación sin corregirla, por lo que persiste la
necesidad familiar de obtener ingresos a través del trabajo infantil.

Este trabajo cuenta con los siguientes apartados: comenzamos con los
antecedentes teóricos donde se comentan las contribuciones más recientes en la
investigación del trabajo infantil. A continuación, expondremos el modelo teórico y
empírico, el primero se concreta en los Modelos de Demanda Familiar, y el segundo en
un Modelo Probit. En el análisis de resultados, se presenta la descripción de las
características de los niños peruanos en el marco de su participación laboral y salarios
recibidos, así como un análisis de los resultados de las estimaciones, resaltando los
aspectos más importantes. En la última sección se presentan las conclusiones del
estudio.

II. ANTECEDENTES TEÓRICOS

En la primera Cumbre Mundial de los Niños (1990) se estableció el compromiso


de reducir la mortalidad y la malnutrición infantil. Aunque no se establecieron objetivos
explícitos sobre trabajo infantil, si que se incluyo que todo niño debía tener la
posibilidad de acceder a una educación básica, y que por lo menos el 80% completase la
educación primaria.

Según Grootaert y Kanbur (1995), la educación tiene un papel principal en la


reducción del trabajo infantil. Sin embargo, señalan que otras medidas son también
necesarias como políticas adecuadas tal como la adopción de tecnología o mejores
oportunidades para los padres. Además, gracias a una visión más realista de cómo
solucionar el problema, no sólo por parte de la literatura, sino también por parte de las
agencias internacionales competentes, se comienza intentando mejorar las condiciones
de vida y trabajo del niño debido a la importancia del salario infantil en los ingresos
familiares.

2
En este sentido, la Organización Internacional del Trabajo distingue entre dos
conceptos diferentes: el trabajo infantil (“Child Work ”) y la fuerza laboral infantil
(“Child Labor”). Mientras que el primero alivia la situación de la economía del hogar, e
incluso puede aportar cierto valor educativo al niño, el segundo se asocia al concepto de
la explotación laboral “pura” del niño, que no ayuda, sino más bien deteriora su proceso
de formación de capital humano. Respecto a estas ideas teóricas, Basu (1998) sugiere
que la educación obligatoria es más efectiva que prohibir el trabajo infantil, debido a
que la asistencia escolar es más fácil de controlar. De hecho, muchas intervenciones se
justifican bajo la creencia de que el estado se preocupa más por el bienestar de los niños
que sus padres, lo cual es cierto ante casos de abuso aislados, pero no cuando el trabajo
infantil ocurre de forma masiva. Por otro lado, en ciertas economías, el mercado de
trabajo puede tener un equilibrio múltiple, estando uno compuesto por un salario
reducido perteneciente al adulto y alta incidencia en el trabajo infantil, y el otro formado
exclusivamente por un salario del adulto alto.

Con datos pertenecientes a Perú, Ray (2000) estudió como afectan los sueldos de
los padres en la decisión de los hijos sobre trabajar y asistir al colegio. Entre sus
conclusiones resulta de especial interés que si se incrementa el sueldo de la madre, la
probabilidad de que el niño trabaje también se incrementa. Esto lo justifica en la falta de
centros adecuados como colegios o guarderías públicas de calidad. Por ello, el autor
sugiere políticas que potencien el nivel educativo de la madre y la creación de
infraestructuras de servicios adecuadas, que le permita ausentarse del hogar por motivos
laborales. Esta idea se confirma con el estudio de Skoufinas (1994), quien demuestra
con un modelo de efectos aleatorios que el salario de la madre tiene un impacto
negativo sobre la escolarización del niño.

Además de estar positivamente correlacionado con el trabajo infantil, el nivel


educativo de la madre incide positivamente sobre la salud y nutrición del niño en países
en vía de desarrollo. Según Glewwe (1997), se debe principalmente a que adquieren
conocimientos relativos a la salud y hace que la futura madre este más receptiva a los
tratamientos médicos modernos. A su vez, la salud esta estrechamente relacionada con
la productividad en el trabajo, y por consiguiente, con el nivel salarial. Cortez (1999),
introduce un indicador de salud en la ecuación de salarios, y señala que tiene un efecto
positivo y significativo sobre el nivel de la productividad, concluyendo que la inversión
en la salud, tanto pública, como privada, son beneficiosas para incrementar los ingresos
de los hogares.

Pero para Canagarajah y Coulombe (1997), no sólo el nivel educativo de la


madre tiene efectos negativos sobre el trabajo infantil, sino también el nivel educativo
del padre. Las soluciones que plantean para mejorar el capital humano y reducir el
trabajo infantil son: reducir los costes de escolarización, adaptar el sistema educativo a
las áreas rurales, donde los niños trabajan al menos a media jornada, y mejorar la
educación en función a las necesidades del mercado laboral.

En definitiva, se trata de un tema sensible con diversas interrelaciones por la


concurrencia de una gran variedad de variables, que además está asociadas entre sí,
pueden ocasionar problemas de endogeneidad. Por ejemplo, con una mejor estado de
salud se puede alcanzar mayores niveles de productividad, y ello tiene un impacto
positivo en los salarios recibidos. Sin embargo, con salarios más altos se podría adquirir
más bienes y servicios sanitarios, lo que mejorara las condiciones de salud. La
simultaneidad entre el estado de la salud y los salarios son entonces una realidad.

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III. EL MODELO

1. Economía del hogar

De acuerdo a la teoría tradicional, la economía doméstica elige aquella


combinación de bienes disponibles que maximizan su utilidad. Si los adultos que
componen una economía doméstica no son capaces de cubrir con su sueldo un gasto
mínimo de subsistencia, el niño deberá contribuir con su trabajo a cubrir estas
necesidades básicas, y ello implica asignaciones nuevas de tiempos disponibles hacia el
mercado laboral. A partir de aquí, Becker (1965, 1976) propone que las actividades del
individuo no pueden ser sólo expresadas en términos de precio de mercado, sino
también como coste de oportunidad. De tal manera que en el coste total de que un niño
estudie, considera el material escolar, matricula del colegio, gastos de transporte, pero
también, lo que el niño deja de ganar si invirtiese este tiempo en trabajar.

Por otro lado, Pörtner (2001) desarrolla un modelo de distribución del tiempo, en
el que la función de utilidad de la economía doméstica depende de las características
particulares del hogar ϑ , del número de hijos N , la escolarización de los hijos E , el
tiempo libre de cada uno de los miembros familiares Z , y la cesta de bienes y servicios
que puede adquirir Y . Dichos bienes y servicios se compran en el mercado al precio P
a cambio de los recursos monetarios que dispone la familia I .

Max. U = U ( N , E , Z , Y | ϑ ) (1)

s.a. PY = I (2)

De acuerdo a este planteamiento, el niño distribuye su tiempo entre el mercado


de trabajo, la educación y el tiempo libre. El trabajo infantil no es el resultado de una
decisión tomada por el niño de forma personal, sino de una decisión conjunta entre los
miembros que componen la familia, puesto que los individuos no persiguen maximizar
su función de utilidad individual, sino lograr el máximo bienestar del hogar. Esta idea es
considerada en el trabajo de Psacharopoulos y Patrinos (1997), mediante la definición
de un modelo en el que la actividad laboral o asistencia escolar del niño viene
determinada por el número de miembros de un hogar, y especialmente, por el número de
hermanos. Teniendo en cuenta que los hermanos mayores se responsabilizan de los
pequeños, la hipótesis principal radica en que cuanto mayor es el número de hermanos
que no asisten al colegio, menos probable es que él lo haga.

2. El modelo econométrico

Como modelo econométrico, planteamos un Modeo Probit en dos etapas. En la


primera, se estima la probabilidad de que el niño trabaje y en la segunda, el salario que
va a percibir, si ha decidido trabajar.

A la hora de aplicar el modelo, lo primero que debemos hacer es transformar la


variable dependiente de naturaleza cualitativa en una variable cuantitativa que toma un
valor diferente para cada una de las distintas alternativas ( Y = j tal que j = 0 para los
individuos que no trabajan, y j = 1 para los que si lo hacen).

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Atendiendo a la teoría econométrica descrita por Novales (1997), para
determinar la probabilidad de que un individuo i con las características X í tome la
alternativa j , se utiliza la siguiente expresión:

X ′βˆ j
1
∫e
− t2 2
pˆ i = dt (1)
2π −∞

donde X í es el vector de características individuales y familiares y β j los coeficientes a


estimar. Como características individuales del niño se han considerado: sexo, edad,
lengua materna, si asiste a un centro escolar, nivel educativo, y si se beneficia del
programa social desayuno escolar. En cuanto a las características familiares, se incluye:
área de residencia, el nivel educativo del jefe de familia, número de niños menores de 6
años que residen en el hogar, el nivel económico o de pobreza del hogar y el ingreso no
laboral familiar.

Una vez fijada esta primera etapa, procedemos a la estimación de la ecuación de


salarios, la cual queda determinada matricialmente de la siguiente forma:

Wˆ i = α 0 + α1 X i + α 2 λi + ε i (2)

donde Ŵi simboliza el salario mensual en dólares que percibe el niño por su trabajo, y
X i al vector de sus características individuales y familiares. Como características
individuales se han incluido: sexo, edad, y si asiste a un centro escolar, y como
características familiares: área de residencia y nivel educativo del jefe de familia. Por
último, se utiliza un valor de λi , que es la inversa del ratio de Mills, por el que se tiene
en cuenta la selección de la muestra derivada de que solamente observamos el salario de
aquellos niños que trabajan y en consecuencia están en la muestra. Por lo tanto, corrige
el efecto en el salario de la presencia de un individuo que no pertenezca a la muestra
seleccionada, de tal manera que, si λi no es significativo entonces no existe sesgo de
selectividad.

IV. ANÁLISIS EMPÍRICO

1. Características de la población infantil en el Perú

La información para un total de 5.528 observacione s, ha sido obtenida de la


Encuesta Nacional de Niveles de Vida (ENNIV), 2000. La población se ha clasificado
de tal manera, que se han considerado niños aquellas personas con edades comprendidas
entre 6 y 17 años incluidos, y adultos las personas mayores de 17 años de edad.

No sólo la composición de la población presenta proporciones muy parecidas


entre hombres y mujeres, ya que el 51% de los niños encuestados son varones, sino que
la población también es bastante homogénea atendiendo a grupos de edades.

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Cuadro 1. Distribución población infantil según edad
Edad N. niños (miles) Porcentaje Porcentaje acumulado
6-8 2.000,3 27,5 27,5
9-11 1.869,4 25,7 53,2
12-14 1.796,7 24,7 78,0
15-17 1.607,7 22,0 100,0
Total 7.274,1 100,0
Fuente: ENNIV 2000
Elaboración propia

Entre las distintas variables que utilizamos para explicar el trabajo infantil, no
sólo se consideran aquellas variables tradicionales como el sexo y edad, sino también
otras más específicas de la realidad peruana como, por ejemplo, la lengua materna,
debido a su estrecha vinculación con la vida social del niño. Así, en aquellas
comunidades donde se habla Aymara o Quechua, no sólo los niños tuvieron que
asimilar el castellano para poder acceder a la educación, sino que los maestros tuvieron
que aprender el dialecto para comunicarse con sus alumnos y familiares, lo cual sin
duda supone un esfuerzo adicional en su aprendizaje y en la difusión del mismo por
parte de los profesores de escuelas. Además, la lengua materna nativa se asocia con
prácticas de vida y culturales específicas que pueden influenciar la percepción familiar
sobre el trabajo infantil.

Cuadro 2. Distribución de la población infantil según lengua materna


Lengua Materna N. niños (miles) Porcentaje Porcentaje acumulado
Castellano 6.626,7 91,1 91,1
Quechua 501,9 6,9 98,0
Aymara 29,2 0,4 98,4
Otro 116,3 1,6 100,0
Total 7.274,1 100,0
Fuente: ENNIV 2000
Elaboración propia

Las distintas lenguas maternas se distribuyen según el lugar de residencia, ya


que las personas tendemos a agruparnos en comunidades con características semejantes.
Así, en casi todo estudio empírico se introduce una variable geográfica que recoge el
impacto de las diferencias que se producen entre espacios físicos distintos. En nuestro
caso, se concreta en una variable que nos informa si el niño reside en ámbito rural o
urbano.

En la actualidad coexisten varios puntos de vista al tratar la problemática del


trabajo infantil. Ya no existe unanimidad en que la solución pase por su prohibición,
sino en intentar dotar al niño de unas condiciones de vida adecuadas que cubran sus
necesidades básicas y procure el fortalecimiento de la inversión en educación, salud y
otros vinculados a la formación de capital humano. En este sentido, el abastecimiento de
servicios mínimos y viviendas adecuadas aporta información valiosa. De hecho

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encontramos que un 30,5% de los hogares no disponen de electricidad, un 47,4% de
servicio de desagüe y un 36,2% de agua corriente dentro de la vivienda.

Unas condiciones de vivienda deficientes afecta, sin duda, negativamente a la


salud del niño. El siguiente cuadro, nos indica como se han encontrado los individuos de
la muestra en las últimas 4 semanas. Dicho estado se va a medir atendiendo a los días en
los que el individuo se ha encontrado enfermo o accidentado, y como parece lógico,
puesto que determinadas enfermedades se desarrollan como consecuencia de hábitos de
vida, el malestar se incrementa con la edad, de tal manera que los jefes de familia
presentan un peor estado de salud.

Cuadro 3. Estado de salud de la población: días de enfermedad


Días de Niños Jefe de familia
enfermedad N. niños (miles) Porcentaje N. niños (miles) Porcentaje

0 5.673,7 77,8 5.055,5 69,5


1-5 1.018,3 14,0 1.025,6 14,1
5-15 516,4 7,1 843,8 11,6
15- 65,7 1,1 349,2 4,8
Total 7.274,1 100,0 7.274,1 100,0
Fuente: ENNIV 2000
Elaboración propia

Dentro de los estudios de formación de capital humano, la salud juega un papel


esencial, puesto que cuanto mejor sea el estado de la salud física y mental del individuo,
mayor será su rendimiento laboral. Sin embargo, este no es el único indicador sobre la
productividad potencial de una persona, sino que existen otros como la educación. Así
cuanta mayor formación haya recibido un individuo, más productivo será. Analizando la
tasa de asistencia a centros escolares, observamos que alcanza un valor elevado,
recibiendo formación educativa el 91% de los niños. Sin embargo, este dato analizado
por si sólo no refleja condiciones de calidad de la educación ofrecida, ya que uno de los
problemas más graves que experimenta la población escolar es el retraso por la
repetición de cursos académicos. Por esto, a pesar de que casi la mitad de los niños son
mayores de 12 años, sólo el 30% de ellos ha alcanzado niveles de secundaria. En el
cuadro 4 se recoge la distribución poblacional según nivel educativo.

Cuadro 4. Distribución población infantil según nivel de estudios


Nivel de estudios N. niños (miles) Porcentaje Porcentaje acumulado
Ninguno 130,9 1,8 1,8
Inicial 1.120,2 15,4 17,3
Primaria 3.855,2 53,0 70,3
Secundaria 2.124,0 29,2 99,5
Superior 43,8 0,5 100,0
Total 7.274,1 100,0
Fuente: ENNIV 2000
Elaboración propia

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Estos valores son bastante reducidos, sobre todo si pensamos que haber asistido
algún curso académico no supone su finalización. Este escaso rendimiento escolar
puede deberse a una oferta deficiente de bienes y servicios educativos, por lo que se
introduce una nueva variable que capte si dicha oferta es suficiente para que todo niño
pueda acceder a ella. Así, hemos empleado el tiempo que necesita el niño en acudir a su
centro educativo, considerando que trayectos largos influyen negativamente sobre los
resultados académicos. Pero de hecho, se comprueba que la distancia entre los centros
educativos y la vivienda de los niños no supone ningún problema, tardándose en el 93%
de los casos menos de media hora en llegar a sus clases. De tal manera, una ineficiente
oferta educativa sólo justifica el retraso escolar en casos particulares, teniendo que
encontrar otras razones que lo expliquen y que probablemente se concentra en aspectos
pedagógicos, calidad de la infraestructura educativa, capacidad de enseñanza de los
maestros, disponibilidad del material de enseñanza, y hasta en los niveles de nutrición
de los niños que incide en su capacidad de retención, concentración y aprendizaje. En el
cuadro 5, se asignan a los problemas económicos o motivos de trabajo como principales
causas por las cuales el niño no asiste al centro escolar a pesar de estar matriculado, y
sólo en un escaso 15% se deben a que no les interese o a su escaso rendimiento escolar.

Cuadro 5. Motivos por los que no asiste a un centro educativo


Motivo Trabaja No trabaja Total
N. (miles) % N. (miles) % N. (miles) %
Problemas económicos 61,9 27,3 60,0 39,5 121,9 32,1
No le interesa 35,3 15,4 15,6 10,2 50,9 13,4
Esta trabajando 48,6 21,3 -- -- 48,6 12,8
Terminó sus estudios 9,2 4,1 28,8 19,0 38,0 10,0
Enfermedad o accidente 8,7 3,9 12,2 8,0 20,9 5,5
Quehaceres del hogar 9,1 4,0 11,0 7,3 20,1 5,3
Por ayudar a sus padres 8,8 3,9 1,1 0,7 9,9 2,6
No tiene edad suficiente 4,3 1,9 4,5 2,9 8,8 2,3
Sacaba bajas notas 5,1 2,3 0,6 0,3 5,7 1,5
Problemas familiares 1,8 0,3 3,1 2,0 4,9 1,3
Por embarazo -- -- 0,1 0,0 0,1 0,0
Otra razón 35,6 15,6 14,6 10,1 50,2 13,2
Total 228,4 100,0 151,6 100,0 380,0 100,0
Fuente: ENNIV 2000
Elaboración propia

Por otro lado, hemos construido un cuadro que relaciona el número de horas que
trabaja el niño con su asistencia al colegio. Se observa que más del 95% de los niños
que trabajan entre 1-10 horas acuden al colegio, e incluso dicho porcentaje se mantiene
por encima del 90% para los niños que trabajan entre 20-40 horas. Sin embargo, decrece
a partir de las 40 horas, de tal manera, que sólo estudian el 63% de los que trabajan
entre 40-60 horas, y el 48% de los niños que trabajan más de 60 horas.

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Cuadro 6. Horas de trabajo y asistencia escolar
Estudia actualmente
Total
Horas Sí No
N. (miles) (%). N. (miles) (%). N. (miles) (%).
1 - 10 2.429,6 96,8% 80,3 3,2% 2.509,9 100%
10 - 20 1.383,0 95,8% 60,7 4,2% 1443,7 100%
20 - 40 1.164,6 91,4% 109,6 8,6% 1.274,2 100%
40 - 60 194,9 63,0% 114,6 37,0% 309,5 100%
60 - 69,3 48,2% 74,5 51,2% 143,8 100%
Total 4.354,7 96,8% 144,0 3,2% 4.498,7 100%
Fuente: ENNIV 2000
Elaboración propia

Con relación a la situación laboral del niño y del jefe de familia, encontramos
que los niños presentan una tasa de actividad de 25% y el jefe de familia en torno al
83%. Un hecho que sorprende, es que el 85% de los niños no percibe sueldo alguno, por
lo que aun trabajando un 25%, sólo el 15% recibe una prestación económica. Esto puede
ser un indicador de las condiciones laborales en las que los niños desarrollan su trabajo,
encontrando dos situaciones distintas: bien que el niño trabaje en la calle o en
actividades de economía informal, o bien, que colabore en la actividad económica
familiar.

Con el siguiente cuadro, se pretende estudiar las condiciones económicas de los


padres, y la necesidad de que los niños trabajen. El hecho de que la mayoría de los niños
reciban sueldos bastantes reducidos, nos da una idea de que este dinero es necesario
para la adquisición de bienes y servicios básicos. La mitad de los jefes de familia
percibe menos de 100 dólares al mes, por lo que no resulta extraño que dichas
economías domésticas se apoyen en el sueldo de sus hijos para subsistir.

Cuadro 7. Distribución de la población según sueldo mensual


Sueldo Niños Jefe de familia
(Dólares) Número Porcentaje Número Porcentaje
0 6.917,8 95,1 982,1 13,6
0-30 116,4 1,6 814,7 11,2
30-100 196,4 2,7 1.833,0 25,2
100-200 29,0 0,4 1.862,2 25,6
200- 14,5 0,2 1.782,1 24,5
TOTAL 7.274,1 100,0 7.274,1 100,0
Fuente: ENNIV 2000
Elaboración propia

Esta situación queda confirmada por los elevados índices de pobreza, los cuales
ya hemos comentado en la introducción. Para aliviar la situación, el gobierno ha creado

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una serie de programas sociales con el fin de mejorar el bienestar de la población. El
45% de los niños encuestados reciben el desayuno, el 36% vaso de leche y el 24% el
servicio de comedor, pero este dato no es suficiente para determinar que los programas
sean eficientes. Además, junto a la cobertura, es necesario conocer si los beneficiarios
son aquellos que más lo necesitan. La tabla de contingencia entre nivel de pobreza y
beneficiario del programa vaso de leche, indica que el 29% son pobres extremos, el 45%
pobres no extremos y el 25% no pobres, por lo tanto, se concluye en que no están todos
los que son, ni son todos los que están. La situación para el programa desayuno se
asemeja bastante, pero empeora considerablemente para el servicio comedor.

Cuadro 8. Distribución población infantil según pobreza y uso programa vaso leche
N. Desayuno Vaso leche Comedor
(%)
(miles) N. (miles) (%) N. (miles) (%) N. (miles) (%)
Pobre extremo 1.403,9 19,3 871,9 27,0 729,9 28,7 89,6 5,3
Pobre no extremo 309,4 42,5 1.472,5 45,6 1.164,8 45,8 314,6 18,6
No pobre 2.778,7 38,2 884,9 27,4 648,6 25,5 1.287,5 76,1
Total 7.274,1 100,0 3.229,3 100,0 2.543,3 100,0 1.691,7 100,0
Fuente: ENNIV 2000
Elaboración propia

2. Los resultados del análisis econométrico

En el cuadro 9 se expone la incidencia de distintos factores de la participación


laboral infantil. Una de las características del método Probit es que los resultados han de
interpretarse con relación a la variable de referencia, la cual ha quedado omitida en la
estimación.

Cuadro 9. Ecuación de participación laboral


Total (N=5.528) Niños (N=2.822) Niñas (N=2.706)
Coef. t-ratio Coef. t-ratio Coef. t-ratio
Constante -2,2136 -10,2233 -2,0461 -6,909 -2,0415 -6,3791
Género: Niño 0,2658 6,3307 -- -- -- --
Niña*
Edad niño 0,1295 11,9795 0,1501 10,1422 0,1049 6,5336
Residencia: Urbana -0,7537 -16,1544 -0,8630 -13,2967 -0,6376 -9,4375
Rural*
Idioma: Castellano*
Quechua 0,9789 12,8044 0,9682 8,7269 0,9843 9,3289
Aymara 1,7118 5,0220 2,0290 3,3882 1,5461 3,8899
Otro 0,4527 2,9045 0,6833 2,8131 0,2760 1,3142
Estudia: No*
Sí -0,4674 -5,7488 -0,5657 -4,8606 -0,3949 -3,3981
Educación niño: Ninguno*

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Inicial 0,5023 2,3884 0,3561 1,2260 0,6897 2,1927
Primaria 0,2972 4,5370 0,3445 3,7898 0,2336 2,4348
Secundaria -0,4829 -2,2388 -0,3946 -1,3206 -0,6476 -2,0126
Ed. jefe familia: Ninguno 0,3578 3,1580 0,2991 1,8705 0,4309 2,6506
Inicial 0,7390 4,0383 0,4386 1,6251 0,9750 3,8611
Primaria 0,3596 4,6093 0,3300 3,1242 0,3921 3,3612
Secundaria 0,2716 3,5692 0,2079 2,0118 0,3402 3,0063
Superior*
Desayuno: No*
Sí 0,2640 5,6814 0,2737 4,2380 0,2649 3,9234
Menores 6 años 0,0735 2,4491 0,1095 2,6036 0,0365 0,8399
Ingr. no laboral ($) -0,0007 -5,6669 -0,0007 -4,5377 -0,0006 -3,2952
Pobreza: Pobres*
No pobres 0,1332 2,7932 0,1367 2,0727 0,1248 1,7894
*Variables tomadas como referencia

Comenzando con las variables relativas exclusivamente al niño, confirmamos


que la probabilidad de que el niño trabaje es superior a la de la niña, y además que la
edad tiene un efecto positivo sobre la probabilidad de que ambos trabajen, siendo
ligeramente superior la del niño a la de la niña. Asistir a un centro educativo reduce la
probabilidad de trabajar, y en mayor medida a las niñas. En cuanto al nivel educativo
alcanzado, encontramos que los niños que han aprobado cursos de inicial o de primaria
tienen una mayor probabilidad de insertarse laboralmente que aquellos niños que no
tienen estudios, mientras que dicha probabilidad se reduce si aprueban estudios de
secundaria. En cuanto a la efectividad de los programas sociales, el hecho de
beneficiarse del programa desayuno parece incrementar la probabilidad de inserción
laboral. Esto lo podemos interpretar de dos maneras: por un lado, se benefician aquellos
niños que más lo necesitan, pero por otro, es una medida insuficiente puesto que no
corrige la situación.

Continuando con las características familiares, tener como lengua materna otro
idioma que no sea el castellano parece incrementar la probabilidad de insertarse
laboralmente, y de igual modo, residir en un ámbito rural. A su vez, el nivel educativo
del jefe de familia tiene un impacto negativo en la inserción laboral, y parece ser que a
medida que dicho nivel mejora la probabilidad de inserción disminuye en mayor
medida. Dicho efecto es más perceptible a partir de estudios de Inicial y en el caso de
los niños. Por otro lado, a medida que incrementa el número de menores de 6 años
residentes en el hogar va a aumentar la probabilidad de participación laboral infantil. En
la misma línea, cuanto mayor es el ingreso no laboral familiar, menor es la probabilidad
de que el niño trabaje, pero dicha disminución realmente es inapreciable para lo que
cabía esperar. De todas maneras, el resultado más sorprendente es que el hecho de ser
no pobre parece incrementar la probabilidad de que el niño trabaje. La explicación de
este dato podría explicarse en parte al hecho que se observa la situación de pobreza de
los hogares ex post a la decisión de participación laboral. Es decir, se sugiere que
gracias al dinero aportado por los niños a la economía del hogar se observa solo la

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situación ex post donde los hogares dejan de ser hogares pobres pero que quizá bordean
en el límite de la línea de la pobreza.

Una vez estimada la 1ª fase del modelo, calcularemos los coeficientes de las
ecuaciones de salarios, los cuales presentamos en el siguiente cuadro.

Cuadro 10. Ecuación salarial mensual en dólares


Total (N=1.362) Niños (N=794) Niñas (N=568)
Coef. t-ratio Coef. t-ratio Coef. t-ratio

λi 1,8103 0,8119 2,5371 0,6968 3,5993 1,5575


Género: Niño 7,2260 4,2087 -- -- -- --
Niña*
Edad niño 1,6925 7,1281 1,9419 5,9815 1,6131 5,0090
Residencia: Urbana 12,1861 3,7521 18,4806 3,6592 2,0472 0,6013
Rural*
Estudia: No*
Si -28,0944 -6,8268 -28,2862 -5,5276 -26,9812 -4,0516
Educa. jefe familia.: Ninguno 8,7501 2,4031 11,8274 2,1032 8,3571 2,1406
Inicial 18,6534 1,2913 35,5646 1,1420 7,6066 2,1949
Primaria 5,7744 1,9695 7,0609 1,6080 7,7322 2,6998
Secundaria 1,3424 1,4758 6,1808 1,3754 5,6359 1,9557
Superior*
*Variables tomadas como referencia

La inversa del ratio de Mills no es aceptada por los t-ratios, por lo que no existe
suficiente evidencia empírica de que se hayan producido sesgos de selectividad para
estos grupos.

Como ya hemos comentado, los niños perciben una remuneración superior que
las niñas, y la edad está positivamente correlacionada con el nivel salarial, tal que
cuanto mayor es individuo, mayor es el salario va a percibir. Por otro lado, residir en
zona urbana reduce la probabilidad de trabajar, pero en caso de que decidan trabajar,
estarán mejor remunerados. En cuanto a la educación, observamos que asistir al centro
educativo reduce el salario, puesto que ha de compaginar su tiempo disponible entre la
jornada laboral y el estudio, pudiendo invertir, por tanto, menos horas y en peor estado
que aquellos niños que sólo trabajan. Por último, cuanto mayor es el nivel educativo del
jefe de familia menor será la remuneración que percibe el niño, hecho que se acentúa a
partir de estudios de la etapa Inicial.

IV. CONCLUSIONES

Para poder entender mejor cuales son las causas y consecuencias del trabajo
infantil, hemos planteado con los datos procedentes de la encuesta de hogares ENNIV
(2000), un modelo de estimación en dos etapas, donde en la primera se calcula la
probabilidad de que el niño trabaje, y en la segunda, se determina la ecuación salarial

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del niño. Para esto, se han considerado los distintos condicionantes individuales y
familiares del niño como por ejemplo su edad o el nivel económico del hogar.

Teniendo en cuenta el marco teórico y los resultados obtenidos de las


estimaciones, concluimos en que:

• Los niños tienen una tendencia superior a trabajar y perciben una remuneración
ligeramente superior que las niñas.

• Los programas sociales, como el desayuno escolar, vaso de leche y comedor no


corrigen la situación familiar que conlleva a que el niño trabaje, de hecho, aunque sean
ofertados en el centro escolar, no hay evidencia contundente que ayudan a detener la
inserción laboral infantil. En definitiva dichas asistencias se pueden entender en un
segundo plano como políticas de redistribución de la renta, de tal manera que si se
mejora la situación económica del niño, se podría disminuir vía efecto ingreso la
probabilidad de que trabaje.

• A pesar de la alta tasa de actividad laboral infantil existe un alto nivel de asistencia
escolar. No obstante, estos resultados deben mirarse con cautela dado que el fracaso
escolar medido en términos del atraso y repetición escolar es elevado. Como causas
principales de la falta de asistencia al centro educativo se encuentran la restricción de
presupuesto familiar. De hecho, la asistencia al colegio frena tanto la inserción laboral
como la remuneración que los niños perciben.

• El nivel educativo del jefe de familia reduce tanto la inserción laboral como la
remuneración que percibe el niño. Segurame nte desarrollan trabajos más cualificados,
por lo que perciben consecuentemente salarios superiores, de tal manera que el trabajo
infantil es menos necesario para el mantenimiento del hogar. En definitiva, es un hecho
favorable que aquellos individuos con mayores años de educación valoren
positivamente la inversión en capital humano.

• Es necesario un estudio más profundo de cómo incide el trabajo infantil en la


asignación de tiempos de los miembros del hogar y en el nivel de bienestar del hogar, ya
que la propia remuneración de los niños puede causar que la familia deje de ser
considerada pobre, y no puedan prescindir del salario que reciben los niños.

De todas maneras, toda generalización en materia de trabajo infantil no esta


exenta de reservas, debido principalmente a la diversidad de condicionantes que pueden
afectar en la decisión de trabajar. Lo que parece claro, es que una deficiente situación
económica familiar es el motivo principal por el cual el niño se ve forzado a trabajar
prematuramente, pero el desconocimiento de las condiciones en las que trabajan es
amplio y las opciones son numerosas; colaboración en las explotaciones familiares,
trabajo doméstico, actividades de economía informal.

Los esfuerzos políticos se deben centrar en erradicar la pobreza, con medidas


que redistribuyan eficientemente la renta. La cobertura de los programas no ha de
limitarse solo a los niños, de tal manera que su sueldo ya no sea necesario como única
opción para comprar bienes y servicios básicos requeridos por el hogar. Sin una mejora
de la situación familiar, es poco probable que mejore la proyección futura del niño.

13
BIBLIOGR AFÍA

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• Apéndice 1: Estadísticas

Cuadro A1. Las variables


Descripción Media
Variable
(Desv. Típica)
Sexo Variable dicotómica, donde 0 representa mujer y 1 0,51
hombre. (0,50)
Área Variable dicotómica, de tal manera que 0 representa 0,60
residir en área rural y 1 en área urbana. (0,49)
Idioma Adopta cuatro valores distintos: 1 Castellano, 2 Quechua, 1,13
3 Aymara, 4 Otro, (0,46)
Edad niño Representa la edad del niño. 11,22
(3,41)
Nivel educativo Adopta cuatro valores distintos según el nivel educativo
3,11
niño alcanzado por el niño: 1 si carece de estudios, 2 de Incial,
(0,72)
3 de Primaria, y 4 de Secundaria.
Asistir al Variable dicotómica, donde 0 representa no asistir al 0,93
colegio colegio y 1 lo contrario. (0,25)
Niño trabajador Variable dicotómica, donde 0 representa no trabajar y 1 0,25
lo contrario. (0,43)
Nivel educativo Adopta cinco valores distintos según el nivel educativo
3,56
jefe familia alcanzado por el jefe de familia: 1 si carece de estudios, 2
(0,94)
de Incial, 3 de Primaria, 4 de Secundaria y 5 Superiores.
Desayuno Variable dicotómica, de tal manera que 0 representa no
0,45
haberse beneficiado del programa social desayuno y 1 lo
(0,50)
contrario.
Niños menores Índica el número de niños menores de 6 años que residen 0,38
6 años en el hogar. (0,69)
Nivel de Variable dicotómica, tal que, 0 si el hogar es pobre, 1 si 0,38
pobreza es no pobre. (0,49)
Ingreso no Indica el ingreso mensual no laboral familiar en dólares. 114,12
laboral familiar (318,00)
Sueldo mensual Indica el sueldo total mensual en dólares recibido por el 3,02
niño niño. (18,60)

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