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Día internacional de la lucha contra el

maltrato infantil

El 25 de abril es día internacional de la lucha contra el maltrato infantil, esta fecha se crea para
fomentar los derechos de los niños a nivel mundial, así como para concienciar a la colectividad
sobre las consecuencias del maltrato en infantes.

A nivel mundial la Unicef realiza campañas de prevención y sensibilización del maltrato infantil,
pero no es el único ente que lucha por el bienestar de los infantes, en estas campañas también
participan gobiernos, instituciones, empresas e individuos.

En Venezuela se han desarrollado varias campañas a nivel nacional, regional y municipal. Se busca
incentivar a la comunidad a luchar contra las formas de maltrato, ofreciendo material de apoyo y
charlas en diferentes zonas del país, uno de los ejemplos de estas charlas son las que se organizan
en escuelas para explicar cuáles son y cómo reaccionar ante las clases de maltrato.

Algunas de las clases de maltratos son:

Física: cualquier acción intencional que provoque daños físicos en el niño, sean estos visibles o no,
como por ejemplo: quemaduras, golpes, pellizcos, fracturas, entre otras.

Psicológico: es cualquier actitud que provoque en el niño o niña sentimientos de descalificación o


humillación.

Por negligencia: es la no protección del niño ante eventuales riesgos y la no atención de sus
necesidades básicas cuando los padres o cuidadores están posibilitados para hacerlo.

Abuso sexual: es el ejercicio abusivo de poder de un adulto hacia un niño que implica la
satisfacción sexual de quien lo ejerce en detrimento y desconocimiento de la voluntad del niño.

Otra forma de someter a los niños a situaciones de violencia es cuando estos son testigos de
maltrato o abuso sexual hacia terceros. Se considera que las consecuencias son similares a las que
experimentan los niños que viven la situación de violencia en forma directa.
Trabajo infantil
En la actualidad, cerca de 215 millones de niños trabajan en el mundo, muchos a tiempo completo. Ellos no
van a la escuela y no tienen tiempo para jugar. Muchos no reciben alimentación ni cuidados apropiados. Se
les niega la oportunidad de ser niños. Más de la mitad de estos niños están expuestos a las peores formas de
trabajo infantil como trabajo en ambientes peligrosos, esclavitud, y otras formas de trabajo forzoso,
actividades ilícitas incluyendo el tráfico de drogas y prostitución, así como su participación involuntaria en
los conflictos armados.

El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC), guiado por los principios
consagrados en el Convenio núm 138 sobre la edad mínima y el Convenio núm 182 sobre las peores formas
de trabajo infantil de la OIT, trabaja para alcanzar la abolición efectiva del trabajo infantil.

Normas laborales

Uno de los principales objetivos que se fijaron para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cuando
se fundó en 1919 fue la abolición del trabajo infantil. Desde una perspectiva histórica, el principal
instrumento de la OIT para alcanzar el objetivo de la abolición efectiva del trabajo infantil ha sido la
adopción y la supervisión de normas del trabajo en las que se aborda el concepto de edad mínima de
admisión al empleo o al trabajo. Además, desde 1919 50, el principio de que las normas relativas a la edad
mínima deberían ir asociadas a la escolarización ha formado parte de la tradición normativa de la OIT en esa
esfera. En el Convenio núm. 138 se establece que la edad mínima de admisión al empleo no deberá ser
inferior a la edad en que cesa la obligación escolar.

La adopción por la OIT diez años después del Convenio núm. 182 consolidó el consenso que existía a escala
mundial en torno a la eliminación del trabajo infantil 53. Este instrumento estableció los objetivos más
concretos que tanto se necesitaban, sin abandonar el objetivo general expresado en el Convenio núm. 138 de
la abolición efectiva del trabajo infantil. Además, el concepto de las peores formas contribuye a fijar
prioridades y puede servir como punto de partida para abordar el problema principal del trabajo infantil. El
concepto también ayuda a prestar atención al impacto del trabajo en los niños y al tipo de trabajo que
realizan.

El trabajo infantil prohibido en el derecho internacional queda comprendido en tres categorías, a saber:

 Las formas incuestionablemente peores de trabajo infantil, que internacionalmente se definen como
esclavitud, trata de personas, servidumbre por deudas y otras formas de trabajo forzoso,
reclutamiento forzoso de niños para utilizarlos en conflictos armados, prostitución y pornografía, y
actividades ilícitas.
 Un trabajo realizado por un niño que no alcanza la edad mínima especificada para el tipo de trabajo
de que se trate (según determine la legislación nacional, de acuerdo con normas internacionalmente
aceptadas), y que, por consiguiente, impida probablemente la educación y el pleno desarrollo del
niño.
 Un trabajo que ponga en peligro el bienestar físico, mental o moral del niño, ya sea por su propia
naturaleza o por las condiciones en que se realiza, y que se denomina «trabajo peligroso»

Una tendencia alentadora

Las nuevas estimaciones y tendencias globales se presentan bajo tres categorías:

 niños económicamente activos,


 niños que trabajan y
 niños que realizan trabajos peligrosos.

Las nuevas estimaciones indican que en 2004 había aproximadamente 317 millones de niños
económicamente activos de 5 a 17 años de edad, 218 millones de los cuales podrían considerarse niños
trabajadores. De estos últimos, 126 millones realizaban trabajos peligrosos. Las cifras correspondientes al
grupo de edad más limitado de 5 a 14 años eran de 191 millones en el caso de los niños económicamente
activos, de 166 millones en el de los niños trabajadores, y de 74 millones el de los que se dedicaban a
trabajos peligrosos. El número de niños trabajadores de 5 a 14 años de edad y de 5 a 17 años se redujo un 11
por ciento entre 2000 y 2004. Sin embargo, se redujo mucho más en el caso de los trabajos peligrosos: un 26
por ciento en el caso del grupo de 5 a 17 años y un 33 por ciento, en el de 5 a 14 años.

La incidencia del trabajo infantil (porcentaje de niños que trabajan) en 2004 se calcula en 13,9 por ciento en
el caso del grupo de 5 a 17 años de edad, en comparación con un 16 por ciento en 2000. Sin embargo, la
proporción de niñas entre los niños trabajadores permaneció constante.

La visión de conjunto que se desprende de estos datos es, pues, muy alentadora: El trabajo infantil está
disminuyendo, y cuanto más perjudicial el tipo de trabajo y más vulnerables los niños afectados, más rápida
ha sido la disminución.

Edad mínima para trabajar

Uno de los métodos más efectivos para lograr que los niños no comiencen a trabajar demasiado temprano es
establecer la edad en que legalmente pueden incorporarse al empleo o a trabajar. Más abajo figuran los
principios fundamentales del Convenio de la OIT por lo que respecta a la edad mínima de admisión al
empleo.

 Trabajo peligroso
Ninguna persona menor de 18 años debe realizar trabajos que atenten contra su salud o su moralidad.
 Edad mínima límite
La edad mínima de admisión al empleo no debe estar por debajo de la edad de finalización de la
escolarización obligatoria, por lo general, los 15 años de edad.
 Trabajo ligero
Los niños de entre 13 y 15 años de edad podrán realizar trabajos ligeros, siempre y cuando ello no
ponga en peligroso su salud o su seguridad, ni obstaculice su educación, su orientación vocacional ni
su formación profesional.

Comprender mejor el problema

La mejora del conocimiento sobre el concepto del trabajo infantil ha ido aparejada de un mejor
entendimiento de la problemática y sus causas.

Abarca todos los sectores económicos

En el Informe global de 2002 se indicaba que la gran mayoría (70 por ciento) de los niños que trabajan se
dedica al sector agrícola y que en la economía informal es donde se concentra casi todo el trabajo infantil en
todos los sectores económicos 56. Además, el género desempeña una función importante al determinar los
distintos tipos de trabajo que realizan las niñas y los niños. Por ejemplo, en el trabajo doméstico hay una
mayor presencia de niñas, mientras que en las minas y canteras la presencia de niños es muy superior. La
situación se agrava cuando, como sucede con el trabajo doméstico en muchos países, el tipo de trabajo de
que se trate no está reglamentado en un gran número de países.
Nuestro conocimiento de las causas del trabajo infantil también ha mejorado a medida que se han planteado
distintas perspectivas académicas para abordar el problema. La consideración del trabajo infantil como un
producto de las fuerzas del mercado – la oferta y la demanda – ha sido un enfoque provechoso, que toma en
cuenta el comportamiento tanto de los empleadores como de los hogares.

Trabajo infantil y la pobreza

La pobreza y las crisis económicas desempeñan sin duda una función importante, si no un papel clave, para
determinar el mercado de trabajo infantil. A su vez, este último contribuye a perpetuar la pobreza. Por
ejemplo, algunas conclusiones empíricas extraídas recientemente por el Banco Mundial en relación con el
Brasil ponen de manifiesto que un acceso temprano a la fuerza de trabajo reduce las ganancias a lo largo de
la vida entre un 13 y un 20 por ciento aproximadamente, lo que aumenta en gran medida la probabilidad de
terminar sumido en la pobreza.

Sin embargo, la pobreza no basta para explicar el trabajo infantil, y desde luego no explica algunas de las
formas incuestionablemente peores de trabajo infantil.

Trabajo infantil, y los derechos humanos

Es preciso adoptar una perspectiva de derechos humanos para entender mejor el problema, ya que se centra
en la discriminación y la exclusión como factores que contribuyen al mismo. Los grupos más vulnerables en
relación con el trabajo infantil suelen ser los que sufren discriminación y exclusión: las niñas, las minorías
étnicas y los pueblos indígenas y tribales, las personas de clase baja o de una casta inferior, los
discapacitados, las personas desplazadas y las que viven en zonas apartadas.

En 2002, el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en favor de la
infancia aprobó un enfoque de integración que incorporaba el trabajo infantil al programa de desarrollo. Ello
entrañaba la necesidad de establecer un nuevo objetivo para el movimiento mundial de lucha contra el
trabajo infantil. En términos políticos, ello conllevaba la incorporación del trabajo infantil al programa de los
ministerios de finanzas y de planificación, ya que, después de todo, el movimiento mundial tiene que
convencer a los gobiernos de que actúen para acabar con el trabajo infantil. La eliminación del trabajo
infantil está, pues, más relacionada con la adopción de una serie de decisiones políticas que con una labor
tecnocrática. Además, la situación real cotidiana de inestabilidad y crisis obstaculiza los intentos de realizar
progresos.

Objetivos y metas mundiales

En el plan de acción se propone que la OIT y sus Estados Miembros sigan procurando lograr el objetivo de la
eliminación efectiva del trabajo infantil comprometiéndose a eliminar todas las peores formas de trabajo
infantil para 2016. A tales efectos y de conformidad con el Convenio núm. 182, todos los Estados Miembros
deberían concebir y poner en práctica medidas apropiadas de duración determinada para finales de 2008. Si
nos basamos en las tendencias respecto del trabajo infantil que se ponen de relieve en la parte I de este
informe, se llega a la conclusión de que es posible alcanzar la meta de la eliminación de las peores formas de
trabajo infantil para 2016. Por otra parte, esta meta sería concomitante y contribuiría tanto a los ODM como
a la abolición efectiva de todas las formas de trabajo infantil, que es la meta fundamental de la OIT.La acción
de la OIT en pro de la abolición del trabajo infantil se ha intensificado en los últimos cuatro años, y desde la
publicación del primer Informe global sobre este tema se han logrado avances considerables. En los
próximos cuatro años el desafío consistirá en que la OIT trabaje de manera más centrada y estratégica para
actuar como catalizador de una alianza mundial revitalizada en apoyo de la acción nacional encaminada a
abolir el trabajo infantil. Esta transformación del enfoque con respecto al liderazgo mundial permitirá
garantizar que la OIT contribuya de manera más eficaz a relegar el trabajo infantil a la historia.

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