Está en la página 1de 2

QUADRAGESIMO ANNO

Carta Encíclica promulgada por el Papa Pío XI el 15 de mayo de 1931.

Un proyecto Doctrinal sobre materia económico social


para la restauración del orden cristiano.

CONTEXTO
El siglo XIX había llegado a su término, el nuevo siglo ensayaba un sistema
económico apoyado en los progresos de la ciencia y la técnica. El
incremento de la industria en la mayor parte de las naciones propició una
sociedad humana dividida en dos clases: una, con ser la menos numerosa,
gozaba de casi todas las ventajas, provenientes de inventos modernos que
proporcionaban una vida muy confortable; mientras que otra, compuesta
de muchedumbres de obreros, sumergidos en una preocupante miseria,
luchaban por salir de la estrechez en que vivían.

La ocasión de la encíclica de SS: Pio XI fue el cuadragésimo aniversario de


la Rerum Novarum: una diferencia, en orden temático, entre la encíclica
Rerum Novarum y Quadragesimo Anno. La primera trata la cuestión
obrera del naciente capitalismo industrial. La segunda se extiende a todo
el orden social. Contempla la evolución del socialismo y las nuevas
estructuras sociales después de la 1ª. Guerra Mundial. Se necesitaba una
nueva visión orgánica y ética del orden económico y social a nivel mundial.

CONTENIDO
Esta encíclica establece en qué consiste la autoridad que tiene la Iglesia en
materia social y económica, al poner en claro la relación que existe entre
la economía y el orden moral. La restauración del orden social
quebrantado por la guerra. Condena por igual al socialismo, y al
individualismo como impedimentos para la restauración del respeto a la
vida humana y a las costumbres cristianas.

Aun cuando ya Rerum Novarum mencionaba el principio de subsidiaridad


sin darle este nombre, Quadragesimo Anno lo expone con toda claridad y
justifica porqué los superiores deben respetar la iniciativa de los inferiores
y sólo intervenir para ayudarlos cuando sea necesario; esto no minimiza su
sentido de solidaridad. Expone las exigencias y condiciones del salario
justo, y propone como medio para atacar el problema social, la
cristianización de la vida económica y ejercicio de la caridad. Así
enfrentaba valientemente a los ídolos del liberalismo y los echaba a tierra,
superaba, prejuicios se adelantaba a los tiempos y contribuye a una nueva
filosofía social.

ACTUALIDAD
La temática del orden social tiene una gran vigencia hoy día no sólo para la
Iglesia, sino para todos los hombres y particularmente para los
empresarios. Las interrogantes siguen siendo las mismas, ¿Quién debe
regular las atribuciones del Estado?, ¿Cuál es la base para determinar un
salario justo?, ¿Qué papel tiene la empresa en la vida social? Debemos
recordar que la riqueza de la encíclica está en que, mientras existan
relaciones humanas dentro y fuera de la empresa Quadragesimo Anno
seguirá instruyendo sobre estas cuestiones vitales a todos los hombres. Es
aquí donde radica su valor, vigencia y trascendencia.

El panorama histórico que antecede a la encíclica es que: se vivía cada vez


y en mayor escala una actitud de indiferencia, no sólo hacia Dios, sino
también ante las miserias ajenas. El liberalismo filosófico nutría con sus
ideas al sistema económico que conocemos como capitalismo liberal. La
utopía de los idealismos socialistas, principalmente de origen marxista,
fomentaba las inconformidades y los reclamos de los trabajadores y
los empujaba a la lucha de clases. Se necesitaría estar ciego para no ver la
pobreza escandalosa de los asentamientos humanos en los barrios
proletarios, la carencia de lo necesario para vivir dignamente, esas familias
no vivían, subsistían. La moral individual, la resignación de algunas
personas y la exhortación a la generosidad de los ricos con los desposeídos
es la voz de algunos autores por despertar una conciencia social. Si bien
hay que recordar que varios eclesiásticos y laicos habían precedido,
denunciado y actuando con sentido social.

También podría gustarte