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ENTRE ADOLESCENTES
Y ADULTOS EN LA ESCUELA
P u n t u a c i o n e s de época

Daniel KorinfeLd
Daniel Levy
Sergio Rascovan

PAinñ^
1. ENTRE ADOLESCENTES,
JÓVENES Y ADULTOS

por Sergio Rascovan

Las formas de vivir la existencia humana están asociadas a


coordenadas sociohistóricas y culturales propias de cada época.
El período conocido como "modernidad" ha configurado esque-
mas de pensamiento de tal magnitud que su potencia y eficacia
generaron una cosmovisión del mundo y del ser humano cuyos
efectos siguen, con relativa vigencia, hasta nuestros días. Referir-
nos, entonces, a las formas de vivir la existencia para quienes vi-
vimos en esta etapa de la civilización humana es partir de recono-
cer la herencia de la modernidad con sus categorías de significa-
ción. Podríamos decir que todo el andamiaje teórico y conceptual
de las llamadas "disciplinas humanas y sociales" se moldearon
a su imagen y semejanza. Expresiones como "posmodernidad",
"modernidad líquida" y "modernidad tardía" son, en conjunto, re-
acciones diversas a un modo de pensar y actuar en el mundo.
Indudablemente, quienes en la actualidad intentamos pensar
y operar en torno a problemáticas psicosociales somos t r i b u t a -
rios de esa operatoria y, por ello, nos vemos convocados y exigí-
dos a deCistruir, desocultar y e l u c i d a r c r í t i c a m e n t e lo que se Se hace irresistible seguir reproduciendo estos esquemas de
ha a r m a d / consolidado durante muchos años, desde el origen pensamiento. El mapa no es el territorio.
de los diffintes objetos disciplinarios.
La búsieda de un nuevo paradigma nos permitirá animarnos Estamos viviendo la "disolución" de un mundo: el de la física clási-
a reconoc lo fluido, cambiante, dinámico, multidimensional y ca y el del sujeto moderno. Ya a comienzos del siglo XX se hicieron £)ÍSCÍU6¿OV
evidentes las fisuras del pensamiento atomista y esencialista. El # \l
complejo i la constitución de la subjetividad, dejando de con-
quiebre de la certidumbre en las ciencias duras fue recibido con
cebirla cotí una estructura esencial, única, estática y absoluta.
alborozo en el mundo de las humanidades, pero la satisfacción dio
A partille ello, el interés en este capítulo estará centrado en
paso al temor y la inquietud cuando le llegó el turno de ajustar las
abordar lOven, lo adolescente y lo adulto como parte del c a m - cuentas con el Sujeto (Najmanovich, 2006: 4).
po de proemáticas de la subjetividad, concebidas - a l m i s m o
t i e m p o - cno un hecho fáctico y como un significante. No son
esencias; e configuran en la diferencia, es decir que su sig- E L ADIÓS A LAS E S E N C I A S
nificación e construye en la tensión con todo aquello que no
es. "Adulf, "adolescente", "joven" y "niño", son, por lo tanto, Los modelos conceptuales de la modernidad fueron eficaces
diferencia en contextos relativamente estables y lograron estandarizar los
Identidd y diferencia se articulan de este modo en la cons- c o m p o r t a m i e n t o s sociales a través de diferentes instituciones:
trucción á la subjetividad, ya que siempre se es en relación familia, escuela, fábrica, ejército, que generaron f o r m a s colecti-
con el otn (semejante, imagen especular) y el Otro (la Ley, el vas de domesticación. De ese modo, construyeron un universal
inconscieíe, el tesoro de significantes). La subjetividad será, del sujeto que impidió acceder a la particularidad, singularidad y
pues, una onfiguración que se organiza desde la alteridad/otre- diversidad, es decir, a lo inscripto como acontecimiento y que no
dad, sin s^tancializarse. se cristaliza en un modelo o estructura.
Sin suíancia nos vemos enfrentados a abordar, con cierto De esa maniobra e m e r g e n las categorías conceptuales de
desampar, diferentes problemáticas, lo que nos conecta con infancia, adolescencia y juventud, y podemos situarla histórica- o
el mistericde la vida y el enigma de la constitución del ser h u - mente a partir de las revoluciones burguesas. Son u n j n y e n t o
mano. Poteso el paradigma moderno, en tanto lógica racional, moderno, resultado de un conjunto de prácticas -educativas, ^
resultó seiuna defensa verosímil y socialmente compartida. sanitarias y j u r í d i c a s - promovidas por el Estado burgués. La |
La psicología, la sociología y el conjunto de las ciencias s o - modernidad trató, educó, orientó y produjo niños a los que adju- >
ciales sornerederas de esos discursos. Nacieron bajo el i n f l u - dicaba ciertas significaciones, inocencia, docilidad y espera: ser ^-
jo moderro-positivista y sus marcas fundacionales perduran, los hombres del mañana. La producción simbólica e imaginaria z
a través d variadas y refinadas formas, hasta el presente. La
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de la modernidad realizó el minucioso c o n t r o l de los niños, que
lógica setostuvo a través de los procesos de normalización y asi fueron inventados como sujetos sociales por los adultos. o
clasificaciín que permitieron construir mapas sobre territorios,
El s u r g i m i e n t o de sujetos clasificados por edades a los que ; <
edificandoidentidades, en una maniobra que permitió mantener
se les atribuyeron significaciones propias (infancia, a d o l e s - í
estable, eJático lo que en rigor es cambiante, incesante.
cencía, juventud) es, entonces, consecuencia d e l d e s a r r o l l o m a m e n t e ligada a la condición de estudiante (primario, s e c u n -
de las fuerzas productivas, de las exigencias que f u e r o n i m - dario, universitario).'
poniendo las incipientes sociedades b u r g u e s a s para p r e p a r a r En [as sociedades capitalistas industriales, las actividades de
a los individuos en su integración efectiva a la vida social y producción económica, c u l t u r a l y social reclaman un tiempo de
productiva. formación prolongado que se adquiere en instituciones educa-
tivas especializadas. Escuelas primarias, secundarias y luego
Esta estructura, que existe en otros casos (como en las relacio- estudios superiores fueron - y todavía s o n - los responsables de
nes entre los sexos), recuerda que en la división lógica entre jó- producir sujetos a partir de esas necesidades. Adolescencia y j u -
venes y viejos está la cuestión del poder, de la división [en el sen- ventud se van constituyendo como categorías discretas, a la par
tido de repartición) de los poderes. Las clasificaciones por edad
que se va alargando cada vez más el proceso de adquisición de
(y también por sexo, o, claro, por clase) vienen a ser siempre una
saberes y prácticas para la incorporación al mercado de trabajo.
forma de imponer límites, de producir un orden en el cual cada
Alrededor de la adolescencia, de la juventud, se va c o n s t r u -
quien debe mantenerse, donde cada quien debe ocupar su lugar
(Bourdieu, 2002: 164). yendo una " i m a g e n " que se traduce en las f o r m a s cotidianas
del discurso. Toda cultura halla su sustento en determinadas

La escuela fue la principal institución responsable de p r o - condiciones materiales de la sociedad y en cierto imaginario so-

ducir subjetividad m o d e r n a . Al d i s t r i b u i r a los sujetos por eda- cial, entendido como el conjunto de imágenes -cuyo origen es

des, a g r u p a r l o s y p r o m o v e r l o s de año en año de m a n e r a es- generalmente inconsciente-, que tiñen la relación de los sujetos

tablecida y estandarizada, inventa, produce infancia, adoles- con el mundo de los otros y de los objetos. El conocimiento de

cencia, j u v e n t u d . Esta separación del m u n d o de los adultos ha la realidad estará, pues, fuertemente condicionado por el imagi-

colaborado en el d e s a r r o l l o de a t r i b u t o s y peculiaridades para nario social, que se nutre, a su vez, de ciertos valores culturales

una m i s m a edad, en la producción de f o r m a s propias de vivir. predominantes en cada época.

A su vez, f u e r o n los adultos quienes, sostenidos en discursos La pregunta esencialista - ¿ q u é es la adolescencia, qué es
científico-pedagógicos, e m p e z a r o n a c o n s i d e r a r y a dar e n - la j u v e n t u d ? - podría r e e m p l a z a r s e , entonces, por ¿cuál es el
tidad certera a sujetos de acuerdo con su edad cronológica imaginario social que existe acerca de ellas? C r e e m o s que en
específica. Nacían y se constituían en identidades sólidas: n i - t o r n o a la adolescencia y a la juventud se ha c o n s t r u i d o un
ños, adolescentes y jóvenes a quienes se les atribuían rasgos, i m a g i n a r i o cuyo p r i n c i p a l eje es la homogeneización. Esto es,
cualidades y características psicológicas propias en función la existencia de un conjunto de ideas, creencias y opiniones
de una n o r m a social. que puedan servir de explicación a variados aspectos de los

El d e s a r r o l l o capitalista i n d u s t r i a l y su m a q u i n a r i a s i m b ó -
l i c o - c u l t u r a l p r o d u j e r o n , de este modo, integración i n t r a g e n e - ' En un interesante trabajo, Marcela Fridman (2000) nombra como,."alumnidad"jel pro-
ceso a través del cual el adulto se ubica en el lugar de niño que debe callar, escuchar y
racional, en función de a g r u p a m i e n t o s etarios que condujeron obedecer. Es un fenómeno observable en muchas escenas áulicas de instituciones de
a una mayor proximidad e intensificación de vínculos entre distintos niveles de enseñanza (incluso en posgrados universitarios); la posición "infan-
til" del estudiante independientemente de su edad cronológica está asociada no solo
pares. La condición infantil, adolescente y juvenil estaba ínti- al aspecto académico sino también al relacional (entre docentes y alumnos, y entre
alumnos entre sí).
adolescentes y jóvenes, como si fueran un todo c o m p a c t o , (Castoriadis, 1998) sobre algunos campos problemáticos. Una
co.mo si todos los adolescentes y jóvenes fueran iguales por elucidación que no suponga definición sino construcción de
ser así n o m i n a d o s . marcos referenciales y operativos que favorezcan procesos de
En las diferentes etapas históricas, la adolescencia y la j u - intelección y acción.
ventud son portadoras de determinadas características. A la Para ello, nos proponemos elucidar nociones tales como
manera de un signo, se les adjudica un conjunto de valores so- subjetividad, sujeto, "yo", que habitualmente se entremezclan,
cioculturales con los que predominantemente se las reconoce. se confunden, y en esa babel van disminuyendo su eficacia s i m -
Tanto ayer como hoy, el imaginario social se relaciona con las bólica y potencia operativa; vale decir, pierden su capacidad para
lógicas de poder, con las expectativas que la sociedad - a d u l t a - producir nuevos efectos de sentido.
tiene en relación con " s u " adolescencia y juventud, y que pueden
ser aceptadas y/o legitimadas como propias por los sujetos que
transitan por esa etapa vital. SUBJETIVIDAD, S U J E T O , YO
Ciertamente, la sociedad necesita de la juventud para perpe-
tuarse. Los jóvenes son una suerte de relevo generacional, que Creemos que aclarar algunas aproximaciones conceptuales
permite llevar a cabo la transmisión y apropiación cultural. Los nos permitirá volver luego sobre lo adolescente, lo joven y lo
adultos son los responsables de esta misión de integración de adulto como elementos de un campo complejo de p r o b l e m á t i -
las generaciones jóvenes a la sociedad. No se trata de una tarea cas de la subjetividad.
mecánica, lineal. Al [[IJsrnoJtienipo que se busca la adaptación, Nos interesa revisar c r í t i c a m e n t e estas nociones ya que
los sujetos adolescentes y jóvenes, con sus capacidades y po- están í n t i m a m e n t e relacionadas con las intervenciones que
tencialidades, procuran generar procesos de cambio. De modo r e a l i z a m o s en el campo de las intersecciones e n t r e salud y
tal que en este proceso surgen fuerzas que pueden tener sen- educación (véase el capítulo 7 de este libro). Favorecerá r e -
tidos contrarios: reforzar lo existente, conservando las actuales conocer las variadas operatorias n o r m a l i z a d o r a s que desde
estructuras, o promover su transformación. una lógica sustancialista t e r m i n a n patologizando la infancia,
Alejados de una perspectiva ontológica preocupada en la adolescencia y j u v e n t u d , pretendiendo soluciones a p a r t i r de
configuración identitaria del ser, de lo UNO, es decir, distantes la simplificación de la realidad. A través de esas m a n i o b r a s se
de pretender saber qué es ser niño, adolescente, joven o a d u l - lleva a medicalizar al "desviado", a e s t i g m a t i z a r al diferente, a
to, nos anima m á s la intención de abordar cómo se establecen c o r r e g i r al d i s f u n c i o n a l , a s e p a r a r al " r i e s g o s o " y a judicializar
los procesos de subjetivación de niños, adolescentes, jóvenes y al pobre.
adultos. Se trata de pensar en los problemas con los que nos Comencemos por señalar que la categoría^ subjetividad ha
enfrentamos, de concebir las aproximaciones conceptuales permitido integrar lo idéntico y lo diferente, la estructura y el
como herramientas de pensamiento y el pensamiento como ins- acontecimiento, lo individual y lo social, lo público y lo privado.
t r u m e n t o de t r a n s f o r m a c i ó n . Si aceptamos esta premisa, la investigación de la subjetividad
En este sentido, nos parece necesario promover una eluci- consistiría básicamente en la interrogación de los sentidos, las
dación crítica, pensar lo que hacemos, saber lo que pensamos significaciones y los valores que produce una determinada c u l -
tura, su forma de apropiación por los sujetos y los efectos sobre de una operación crítica sobre la subjetividad instituida. No hay
sus acciones prácticas. La subjetividad no es otra cosa que una posibilidad de subjetivación sin ese plus indeterminado producido
producción histórica de las significaciones imaginarias que ins- por la instauración de una subjetividad determinada. La operación
crítica que llamamos subjetivación es aquella que se produce so-
. tituyen f o r m a s de vivir la existencia humana.
bre la subjetividad instituida desde el plus que ha producido como
A través de lo que l l a m a m o s "subjetividad", el ser humano se
efecto no anticipado (Grupo doce, 2001: 21).
constituye como tal, ingresando al mundo simbólico, c u l t u r a l y
regido por las lógicas del lenguaje. En ese sentido, al hablar de
En nuestras sociedades capitalistas -tecnológicas, globali-
subjetividad nos enfrentamos con aquello que resulta irreduc-
zadas y d e s i g u a l e s - cada vez resulta más difícil abrir nuevos
tible a la t r a m a que conforman la sociedad y los sujetos que la
surcos, nuevos recorridos de subjetivación. Sin embargo, allí
componen. No hay sujeto sin sociedad, ni sociedad sin sujeto.
está la clave del proceso de construcción subjetiva, en el plus
Los procesos de acogida al mundo humano y los recorridos pos-
que los sujetos, los grupos y las comunidades pueden darse
teriores que se transitan a lo largo de la vida van cambiando de
creativamente, para buscar en sus vidas otros horizontes que
acuerdo con las épocas y produciendo diferentes f o r m a s de vivir,
los socialmente instituidos por los poderes hegemónicos.
de producir subjetividad.
Las instituciones sociales son las que instituyen las f o r m a s El proceso de subjetivación es la acción de dar sentido, de sig-
de organizar la subjetividad. Si la familia y la escuela fueron (y en nificar y poner una marca de origen (firmar) un proceso de
buena medida siguen siendo) las principales agencias de s u b - metabolización. Dar un sentido personal, un made in my ñame
jetivación, en la actualidad la comparten con los discursos m e - acompañado del acto que siempre implica. La subjetividad es
diáticos y las tecnologías de la información y la comunicación o materia que se produce en el intercambio entre otros sistemas
pierden terreno frente a ellos (véase el capítulo 3 de este libro). (intrapsíquico), por el intercambio con los otros (intersubjetivo),
por el intercambio con el medio (transubjetivo). Su actividad por
En la actualidad, la subjetividad socialmente instituida es
ser intercambio entre sistemas es inacabada. Mientras hay vida,
m e r c a n t i l y está en tensión con la subjetividad estatal debilita-
hay vida psíquica y, consecuentemente, posibilidad de producción
da, subjetividad que se configura como consecuencia de tos po-
subjetiva. La misma está en-red(ada) con el cuerpo, con la his-
deres hegemónicos pero, también, con la existencia de un plus toria, con el medio, con la cultura, con la genealogía. No deter-
singular como efecto de los procesos de subjetivación. Frente a minada ni fijada (aunque no sin) el deseo del Otro. Es un devenir
la subjetividad m e r c a n t i l , socialmente instituida como h e g e m ó - que se produce con el cuerpo, con el Otro, con los otros (Grassi y
nica, surgen otras f o r m a s de habitar el espacio y el tiempo, un Córdova, 2012: 20).
campo de cierta autonomía respecto de las f o r m a s dominantes.
En este sentido, la subjetivaciómsería el revés de la subjetividad Pensar la constitución subjetiva en t é r m i n o s de entramado
instituida. se diferencia de la noción de identidad como forma que adoptó
la subjetividad bajo la racionalidad moderna siguiendo el m o -
Llamamos subjetivación a la operación capaz de intervenir sobre delo identitario: esencializada, fija, estable, unitaria, autónoma,
la subjetividad y el lazo social instituidos. La subjetivación como auténtica, privada, independiente y ahistórica.
la subjetividad es una operación pero de otro estatuto. Se trata
El concepto d é j d e n t i d a d f a l igual que tantos otros, se cons- dominado por el mercado que promueve una cultura h o m o g e -
truyó desde un paradigma moderno sustancialista, esencialista. neizadora de la condición juvenil, surgen y se desarrollan d i -
Surgió como intento de articulación entre lo individual y lo so- ferentes experiencias de carácter contrahegemónico, distintas
cial, pero t e r m i n ó explicándose en sí m i s m o , como una entidad f o r m a s de resistencia en las que sujetos llamados "adolescen-
cerrada, verdadera y única. El individuo fue considerado un ser tes" y "jóvenes" construyen procesos de subjetivación a l t e r n a -
autónomo, racional, consciente, libre, capaz de determinarse a tivos con sus propios saberes, relaciones de poder y estéticas.
sí m i s m o . Precisamente, es la noción de sujetedla que viene a e n - A esta altura, conviene aclarar que subjetividad no es a s i m i -
frentar esta concepción de individuo como indiviso, homogéneo lable a sujeto. El sujeto es un organismo vivo perteneciente a
y encapsulado en sus propios límites. una especie. Es una configuración única e irrepetible, una or-
La construcción del sujeto se configura alrededor de un ganización corpórea.con un aparato psíquico, anclada en una
proceso de unión a los otros, es decir, de pertenencia, pero al civilización particular. Sujeto, entendido como singularidad
m i s m o tiempo de separación con los otros, o sea, de diferencia. constituida a través de marcas, inscripciones e identificaciones.
Identidad y diferencia des-sustancializadas. La denominación "sujeto del inconsciente", instituida por el psi-
Los procesos de subjetivación representan un momento coanálisis, marca la relación del sujeto con el deseo, es decir,
constitutivo de los procesos de sentido y significación que r o m - sujeto de deseo inconsciente, sujeto constituido a partir de una
pen con una pretendida homogeneización. Si hay subjetivación, falta e s t r u c t u r a l que produce su división; de allí sujeto barrado.
hay condiciones para su producción, de modo que los procesos Sujeto tampoco es igual a yo. Para el psicoanálisis se trata
de subjetivación infantil, adolescente y juvenil remiten a las con- de una instancia del aparato psíquico, una construcción que se
diciones materiales, simbólicas y discursivas que los producen. produce de manera inconsciente a partir de la relación que el
No hay infancia, adolescencia ni juventud; hay sujetos portado- sujeto establece con los otros y con su cuerpo. La primera t ó -
res de ciertos signos. Son niños, adolescentes, jóvenes y adul- pica freudiana es determinante al dividir el aparato psíquico en
tos que viven sus vidas de una manera socialmente instituida, los sistemas consciente, preconsciente e inconsciente. De este
es decir, sometidos a ciertas lógicas de poder (de significación), modo, el aparato psíquico se presenta heterogéneo, escindido,
aunque, j u s t a m e n t e , serán los procesos de subjetivación los dividido, disociado. Esta particularidad del aparato psíquico es
responsables de producir ese plus sobre lo establecido hege- estructural y, obviamente, no se limita a sus f o r m a s patológicas.
mónicamente. En este sujeto escindido, el yo deja de ser un todo, lo uno con-
Retomando las lógicas clasificatorias de la modernidad, hoy gruente, coherente, quedando ligado directamente al fenómeno
aparecería una nueva cartografía que pretende visibilizar las del narcisismo, vía defensas inconscientes. El yo tendría, e n t o n -
relaciones sociales y simbólicas, y la producción c u l t u r a l para ces, una dimensión inconsciente a través de la cual pone en f u n -
luego ser utilizada en la mercantilización de la vida cotidiana. cionamiento sus propias defensas, de manera que ese m e c a -
r Si la lógica clasificatoria e identitaria fue o p o r t u n a m e n t e nismo no es voluntario. Es decir, las defensas inconscientes del
funcional en la distribución de sujetos en el campo social, e d u - yo no se eligen libremente sino que sencillamente se c u m p l e n .
cativo y productivo, en la actualidad lo es, además, para soste- El yo es la instancia encargada de inscribir y dar continuidad
ner y reproducir la lógica de mercado. En un escenario social a la existencia a través del tiempo. Desde el nacimiento hasta
la muerte, es decir, desde la infancia hasta la ancianidad, como inscripción de satisfacción, que, a su vez, sería la matriz genera-
denominaciones que marcan el paso por la vida, en el que el tiva de la fantasmática del sujeto. Y precisamente lo f a n t a s m á t i -
desarrollo corporal - q u e va más allá de los límites de su cuerpo co es la cualidad distintiva en la mediatización de la relación del
físico- es uno de los trabajos permanentes. Es ya legendaria la sujeto con el mundo.
frase freudiana en el texto Elyoyel ello, "el yo es ante todo un yo Ese yo ideal sería el molde de unidad primera del sujeto. A
corporal" (Freud, 1923). partir de allí y sobre ese sostén se van hilvanado las identifica-
Para el psicoanálisis, el cuerpo es cuerpo erógeno, libidinal. ciones posteriores.
La relación yo-cuerpo es ineludible. Los procesos de c r e c i m i e n - Vale puntualizar que la identificación primaria produce ali-
to, desarrollo y maduración corporal (que caracterizan a los s u - neación, enajenación. El sujeto se ve, se reconoce, allí donde no
jetos niños, adolescentes y jóvenes) exigen un trabajo psíquico está, en esa imagen. El reconocimiento de esa imagen permitirá
de anudamiento e integración psicosomática. Los cambios cor- adquirir atributos de permanencia, de identidad, de sustancia.
porales imponen a l psiquismo un trabajo de ligazón constante. Sin embargo, ese logro tendrá su contracara en tanto condicio-
Nacemos y nos construimos a través de un trabajo incesante nará el psiquismo a la fijeza, a la inmovilidad.
que tiene gran impacto en los primeros años de vida del sujeto La tensión conflictiva del narcisismo en la que queda el s u -
humano. Los procesos madurativos, a nivel neurológico, endo- jeto es, por un lado, permanecer encerrado, cristalizado en una
crino y psicológico, permiten reconocer una sucesión de eventos imagen de sí m i s m o y, por otro, perder esa adquisición, perder
que se articulan a través de intercambios con el medio ambiente esa unidad y correr el riesgo de volver a precipitarse en una
social, c u l t u r a l y natural. fragmentación.
El registro de un yo, asiento de la identidad, solo será posible El segundo sentido es de orden simbólico y se relaciona con
desde la otredad. Hay yo porque hay otros. El proceso de identi- lo que se conoce como ideal delyo. El proceso de identificación
ficación es justamente la operatoria psicológica por la cual el yo primaria ocurre en un mundo c u l t u r a l , simbólico. Es decir, el
establece relaciones con los otros, hace lazo. niño nace en un mundo de simbolizaciones, nace en una t r a m a
Para c o m p r e n d e r la dinámica del psiquismo, sintéticamen- de significaciones que determina lugares, lugares sociales que,
te podríamos decir que la identificación, desde una perspectiva en la modernidad, están asociados con la institución familia
psicoanalítica, se despliega en dos sentidos: un lugar en el que (Rodulfo, 1989).
se identifica, la imagen, y el lugar desde donde se identifica, la Podemos reconocer una cronología en el devenir humano,
posición social y c u l t u r a l . El primero, de orden imaginario, está que no es lo m i s m o que constituir entidades, cosificarlas a t r a -
asociado con lo que se conoce como yo ideal. El segundo sentido vés de criterios evolucionistas. Los efectos de esta distinción
corresponde al registro simbólico y se relaciona con el d e n o m i - son decisivos ya que, en el fondo, lo que está en juego es el r e -
nado ideal del yo. conocimiento d e l niño, del adolescente, del joven como sujeto,
La dialéctica de lo imaginario parte del sujeto que establece sujeto que migra de una dependencia absoluta a una dependen-
una relación libidinal con su imagen ante la cual queda fasci- cia relativa en busca de la autonomía.
nado, lo que resulta en una primera unificación libidinalmente El paradigma de la complejidad colabora a pensar estos f e -
investida. Este proceso se constituiría a partir de una primera nómenos de la subjetividad desde el "entre", fuera de las esen-
cías. Supone el desplazamiento conceptual desde los sistemas se instituye la desigualdad. No se trata de la mera diferencia, sino
cerrados y cerca del equilibrio hacia los sistemas abiertos en de diferencias desigualadas. Se sostienen así muchos siglos de
interrelación constante con su ambiente. Desde esta perspec- dispositivos de discriminación, exclusión, estigmatización o exter-
minio. Hablar de diferencias desigualadas supone pensar que la
tiva conceptual el sujeto no es lo dado biológicamente, ni una
construcción de una diferencia se produce dentro de dispositivos
estructura psíquica aislada, sino que adviene y deviene como
de poder: de género, de clase, de etnia, geopolíticos, etcétera. No
una configuración única e irrepetible en el intercambio con el
se constituye primero una diferencia y luego una sociedad injus-
ambiente y el entorno social y c u l t u r a l h u m a n o .
ta que la desiguala. Y no se trata de describir diferencias o des-
Siguiendo con la disquisición entre sujeto y subjetividad, De- igualdades, sino de construir categorías que puedan visibilizar y
nise Najmanovich, sugiere una distinción: enunciar la producción-reproducción de los dispositivos biopolíti-
cos que configuran, en un mismo movimiento, esa diferencia y esa
El sujeto no se caracteriza solamente por su subjetividad, sino por desigualdad (Fernández, 2009: 26).
ser al mismo tiempo capaz de objetivar, es decir, de convenir, de
acordar en el seno de la comunidad, de producir un imaginario co-
mún y por tanto de construir su realidad. Lo que los positivistas
LO A D O L E S C E N T E Y LO JOVEN COMO DEVENIR
llamaban "el mundo objetivo" es para las ciencias de la compleji-
SUBJETIVO
dad una construcción imaginaria compartida, un mundo simbólico
creado en la interacción multidimensional del sujeto con el mundo
del que forma parte. El mundo en que vivimos es un mundo hu- El devenir subjetivo, marcado por sus itinerarios, trayectos
mano, un mundo simbólico, un mundo construido en nuestra in- y transiciones, por sus puntos, cortes, articulaciones y f r a c t u -
teracción con lo real, con lo que está afuera del lenguaje, con el ras, por procesos de crecimiento, desarrollo y maduración, pro-
misterio que opone resistencia a nuestras creaciones y a la vez es movió - c o m o hemos s e ñ a l a d o - que el paradigma moderno lo
la condición de posibilidad de las mismas (Najmanovich, 2006: 9). t r a n s f o r m a r a en etapas a través de mecanismos de n o r m a l i -
zación y clasificación. Desde la perspectiva que estamos inten-
Las cualidades de la subjetividad adolescente y/o juvenil no tando transmitir, nos interesa reconocer distintas dimensiones
f o r m a n parte de una esencia adolescente o joven, sino que se que se imbrican de manera irreductible en la configuración del
construyen en un "entre", son efectos de los procesos de inter- devenir subjetivo: las biológicas, asociadas con el fenómeno p u -
cambio intra e intergeneracionales como factores que producen berat; las psicológicas, relacionadas con los procesos de iden-
identidad y diferencia. tificación-desidentificación; y las sociológicas, en tanto produc-
Apartado del d e t e r m i n i s m o monista-dualista clásico del ciones culturales y relaciones intra e intergeneracionales.
pensamiento moderno, los abordajes del paradigma de la c o m -
plejidad reubican y revalorizan el lugar de la diferencia como El significante adolescencia (también el de juventud), desde un
factor de creación y cambio. tiempo inmemorial, connota para el adulto, además de su signi-
ficación vital, el amenazante sentido de anunciar el advenimiento
Allí donde la diferencia es pensada como negativo de la identi- inexorable del recambio generacional. Los adolescentes (y jóve-
dad, en el mismo movimiento en que se distingue la diferencia, nes) al crecer agitan los espectros de las tres figuras de la alteri-
dad en su versión más radical: el extranjero, la muerte y la sexua- El "trabajo" que los adolescentes deben efectuar (desasimiento
lidad (Grassi y Córdova, 2010: 25). de la autoridad de los padres y hallazgo de un objeto no incestuo-
Para pensar acerca de las figuras de la alteridad en su ver- so, al decir de Freud) se llevará a cabo bajo coordenadas socio-
culturales muy diferentes a las de la modernidad. Sostenemos
sión más radical, debemos puntualizar que en la constitución
que la adolescencia puede ser entendida desde el psicoanálisis
del sujeto quedará siempre un resto imposible de ser s i m b o -
como una contundente conmoción estructural, un fundamental
lizado y, por lo m i s m o , será vivido como lo radicalmente ajeno,
y trabajoso replanteo del sentimiento de sí, de la identidad del
como "lo Otro". Sobre esta experiencia de ajenidad, rechazada sujeto. Pero lo afirmado no reduce la cuestión a una temática
por indomable, se asienta la construcción del Otro en relación exclusivamente subjetiva (Barrionuevo, 2011: 5).
con e l cual se articularán las tres figuras de la alteridad en su
versión más radical: el extranjero, para ubicar la categoría de La integración s o c i o c u l t u r a l de las generaciones jóvenes
lo extraño; la muerte, como lo irrepresentable que atentaría es una adaptación activa, dialéctica con el medio, que p e r m i t e ,
contra la integridad del yo; y la sexualidad, que bajo la f o r m a a p a r t i r del registro de las coordenadas epocales, p r o m o v e r
del exceso surgirá en el trasfondo de lo traumático inasimilable procesos de c a m b i o s y t r a n s f o r m a c i o n e s que, al producirse
(Venere, 2012). - n o n e c e s a r i a m e n t e de m a n e r a efectiva-, modifican a los p r o -
Al decir que los adolescentes agitan las figuras de la a l t e r i - pios sujetos.
dad en su versión más radical, sostenemos que provocan a los
adultos allí donde se m u e s t r a n m á s preocupados por "defen- En respuesta al silencioso embate de la pulsión y las vertiginosas
der" su propio "ombligo" identitario. transformaciones en lo real del cuerpo, los adolescentes necesitan
La condición adolescente, de este modo, se convierte - a l m e - recurrir a significantes propios, a veces inéditos para apalabrar e
nos en nuestra c u l t u r a - en una f o r m a privilegiada de deposi- inscribir ese íntimo acontecimiento y subjetivarlo. Con esa finalidad,
trabajan para des-ordenar las convenciones del lenguaje adulto y
tación de esa articulación entre "lo Otro" y "el Otro". El sujeto
des-alienarse de los significantes parentales del tiempo de la in-
(adulto), frente a lo inasimilable de la experiencia de vivir, e n -
fancia, que no dan respuesta, ni les permiten expresar sus íntimas,
cuentra en su propia "identidad" un elemento apaciguador y es-
inéditas e inexplicables vivencias (Grassi y Córdova, 2010: 27).
tabilizador que le permite sostener la ilusión de poder d o m i n a r
al diferente (adolescente).
Si el sujeto se construye a partir del Otro simbólico es por-
E N T R E E L SOSTÉN Y LA AUTONOMÍA
que, el ser hablante, debe someterse a las leyes del lenguaje aun
antes de nacer, en tanto las relaciones entre sus progenitores
Des-sustancializar la subjetividad no significa desconocer las
están reguladas por la palabra. Si se incluye en un linaje, llevará
f o r m a s de agrupamiento que efectúan los seres humanos, sus
un nombre y apellido, marcas que se producen más allá de la vo- lugares de pertenencia, sus marcas de origen, sus inscripciones
luntad de quienes lo engendraron. Quedará incluido y atravesado simbólicas y jurídicas, y sus producciones culturales. Des-sus-
por la historia de las generaciones precedentes, con sus c o r r e s - tancializar, como hemos señalado, hace eje en el entre, no en las
pondientes leyendas familiares y mitos socioculturales. esencias.
El cachorro humano necesita del sostén {holding en inglés) tantes de una franja etaria sino como articuladores responsables
para su armado subjetivo. Como proponía Fernando Ulloa, el de promover, sostener y soportar los procesos de subjetivación.
sostén está relacionado con los dispositivos socioculturales liga- Las distancias generacionales con los adultos se resignifican
dos al cuidado y a la ternura, y es resultado de la coartación del y se modifican. Ahora los jóvenes -tecnología m e d i a n t e - poseen
fin último de la pulsión. Es una primera estación de sublimación, saberes que los adultos desconocen. El ritmo de difusión de los
que habrá de producir dos ordenadores fundamentales para los conocimientos rompe las antinomias (el que sabe versus el que
suministros que le son propios en relación con el niño. En p r i m e r se prepara), generando una mutación de los roles típicamente
término, la empatia que garantiza el adecuado suministro, esen- asignados a adultos y jóvenes. A pesar de este dato de época, la
cialmente el abrigo y el alimento. En segundo término, el m i r a - función de sostén sigue recayendo en el adulto, como función
miento, un m i r a r con amoroso interés a alguien que, aun salido garante de desarrollo de procesos de subjetivación.
de las propias entrañas, es advertido como sujeto otro, sujeto Pensar en la relación entre adolescentes, jóvenes y adultos
ajeno. El miramiento garantizará el gradual desprendimiento de exige replanteos en t o r n o a las consideraciones clásicas en
este sujeto a través de los años. La madre (entendida como f u n - las que juventud se significaba c o m o preparación y a d q u i s i -
ción) irá donando su código simbólico a quien nació inválido de él. ción de roles adultos. La edad adulta concebida c o m o un e s -
Pronto el infantil sujeto pondrá vocablos audibles en las huellas tadio caracterizado - p r i n c i p a l m e n t e - por la c o n f o r m a c i ó n de
que han dejado las experiencias de satisfacción y de frustración, una familia propia y la obtención de un e m p l e o asalariado. Sin
huellas inscriptas en el aparato psíquico como letras capaces de duda, ese r e c o r r i d o vital se ha desbaratado y desincronizado,
resonar con la palabra propia y ajena (Ulloa, 2003). bajo el i m p u l s o de los c a m b i o s en el m u n d o productivo y so-
Podríamos pensar lo adulto, en tanto sostén, como una f u n - ciocultural.
ción social encarnada por diferentes sujetos que hospedan al El enfre jóvenes y adultos asumió características diferentes.
recién llegado. Una hospitalidad y un sostén que generan c o n - La modalidad confrontativa predominó en tiempos del capita-
diciones favorables para la construcción subjetiva. Por eso, hay lismo industrial, m i e n t r a s que la modalidad abúlica, desintere-
un trabajo psíquico específico que llevan a cabo niños y adoles- sada y apática fue propia de ciertos c o m p o r t a m i e n t o s juveniles
centes de identificación, desidentificación y resignificación iden- en la etapa del capitalismo financiero, tiempos de d e r r u m b e de
tificatoria que requieren la presencia de otro que asuma una la sociedad salarial. El pasaje de la modernidad sólida a la m o -
posición adulta particular, sustentada en el reconocimiento de dernidad líquida.
esa producción psíquica. Una posición que, al m i s m o tiempo que Así como podemos pensar lo adulto como función de sos-
ofrece sostén, soporta la confrontación. tén para el desarrollo de los procesos de subjetivación, también
La construcción subjetiva se produce, entonces, en ese enfre podemos reconocer lo adulto como representante de los pode-
del niño, adolescente y/o joven con el adulto. Lo adulto como fun- res hegemónicos, como operatoria para sostener el sistema. Lo
ción, expresada en la responsabilidad de atenderlos y acompañar- adulto en tiempos de Estado-nación se constituyó como princi-
los en la búsqueda de la autonomía. pal sostén de su política domesticadora.
En este sentido, consideramos a los niños, adolescentes y jóve- ¿Cómo leer entonces la crisis del rol adulto? ¿La crisis de a u -
nes como sujetos de derechos, y a los adultos no como represen- toridad del adulto no será acaso una forma de resistencia, una
forma de rebelión (probablemente inadvertida y sin duda fallida) a en otras épocas? ¿Es posible que su carácter menos confronta-
no querer seguir siendo agente-sostén de una maquinaria social? tivo lo invisibilice?
La dificultad de ejercer la función adulta -entendida como En la etapa histórica en la que comenzaron a configurarse la
disciplinamiento- es solidaria con e l pasaje del r o l protagónico adolescencia y la juventud como fenómenos socioculturales, es
del Estado hacia el mercado. La ausencia de una función regula- decir, el capitalismo industrial, había canales m u y centraliza-
toria y disciplinadora da paso a l mercado, que domina mediante dos de circulación de mensajes. A la par había muchos medios
la seducción y la fragmentación. alternativos donde se buscaban rasgos, cualidades de perte-
En 1990, Pierre Bourdieu abonaba la idea de que las divisio- nencia, esto es, de constitución identitaria que, por lo general,
nes entre las edades pueden entenderse como un arbitrario c u l - funcionaban como de oposición, de rebeldía contra el orden
t u r a l , una imposición de los sectores dominantes para atribuir instituido.
significaciones que a l m i s m o tiempo que encubren relaciones En la actualidad, no hay m á s canales centrales; la t e n d e n -
de fuerza se m u e s t r a n como únicas y legítimas. Mario Margulis cia es que todo llegue a convertirse en alternativo y que sea
titula uno de sus libros La juventud es más que una palabra. En rápidamente metabolizado por un sistema que lo ofrece como
"diálogo" con el sociólogo francés, destaca que e l carácter s i m - mercancía. Los jóvenes tienen sueños y los adultos los c o m e r -
bólico del concepto de juventud no es un mero signo, no es una cializan.
representación simbólica separada de las condiciones m a t e r i a - Si algo caracteriza lo adolescente y lo joven en su interrela-
les que la producen y la significan. Por ello, afirma que juventud ción con lo adulto, es la búsqueda de autonomía, de un espacio
es más que una palabra (Margulis, 2008). propio para desarrollar la vida. Una búsqueda de autonomía que
Podríamos a f i r m a r que no hay un espacio más fértil para des- supone recorridos marcados por las condiciones de época.
plegar el malestar que produce el sistema social que la escuela Lo adolescente y lo joven c o m o búsqueda de autonomía i m -
o la familia, ya que allí hay sujetos reconocibles que encarnan lo plican r e p l a n t e a r c r í t i c a m e n t e la noción de t r a n s i c i ó n , a b a n -
adulto, es decir, que sostienen la vida institucional y/o la lógica donar la idea de un m e r o pasaje a lo adulto (véase e l capítulo
del sistema. Por ello, la escuela y la familia son los escenarios 9 de este libro). La búsqueda de autonomía tiene un estatuto
privilegiados donde se manifiestan centralmente los conflictos que produce c o m u n i ó n con otros, búsquedas colectivas de
¡ntergeneracionales. f o r m a s de vivir la vida, c u l t u r a s juveniles, p o d r í a m o s decir,
La relación intergeneracional no solo se organiza a través del más cercanas a las lógicas h e g e m ó n i c a s m e r c a n t i l e s , en a l -
enfrentamiento por los diferentes lugares que se ocupan en la gunos casos, y m á s p r ó x i m a s a búsquedas c o n t r a c u l t u r a l e s ,
producción, sino principalmente por los gustos y las estéticas en otros.
de cada grupo. Adolescentes, jóvenes y adultos se hallan liga- Las f o r m a s de autonomía no se reducen a tener trabajo
dos por la lógica del mercado (obviamente del mercado c u l t u r a l propio, independencia económica y emancipación familiar con
también) más que por la lógica productiva. De todos modos, no nuevo domicilio, sino a un conjunto de decisiones en diferentes
es lo uno o lo otro. Es una tensión entre ambas. ámbitos de la vida individual y social. A su vez, cabe subrayar
¿Podríamos decir que la cultura de mercado provocó que el que estas f o r m a s de autonomía son las correspondientes a las
conflicto intergeneracional sea en la actualidad más intenso que expectativas socioculturales de las sociedades capitalistas.
Frente a esta significación hegemónica se oponen otras entendidas Se trata de generar y apoyar, desde muy diferentes á m b i -
como procesos que basculan entre lo subjetivo y lo social. La auto- tos, estatales y privados, iniciativas que reconozcan, respeten
nomía siempre involucra al otro y al colectivo social. La autonomía y promuevan la pluralidad y la tolerancia hacia las diferentes
es una interrogación ilimitada que apela a un nuevo modo de la ló-
manifestaciones culturales juveniles y, que, al m i s m o tiempo,
gica, la lógica de los magmas, que implica establecer una noción no
enfrenten la exclusión basada en la desigualdad social. "Estas
excluyente entre la racionalidad y la imaginación, entre la determi-
acciones deberían alentar el desarrollo de espacios protegi-
nación y la indeterminación (Franco, Freiré y Loreti, 2007: 38).
dos para el intercambio entre pares y con adultos que faciliten
el encuentro. Y donde adquiere particular relevancia incluir la
De esta m a n e r a habría una autonomía c o m o acceso a los
perspectiva de género y e s t i m u l a r la más amplia participación
l u g a r e s que s u p u e s t a m e n t e un sujeto adulto debería alcanzar
juvenil" (Balardini, 2004: 20).
de acuerdo con los valores d o m i n a n t e s y otra que se asociaría
Un sujeto de derecho referido a condiciones materiales y
al ejercicio de una a u t o n o m í a , en el sentido de p r o c u r a r n o s
simbólicas de existencia. Un sujeto con derecho a desplegar t o -
n u e s t r a s propias leyes, de c o n f i g u r a r un nuevo modo de lo
das las potencialidades a las que un ser humano puede acceder.
social opuesto a la h e t e r o n o m í a , en tanto orden jurídico i m -
La obligatoriedad de la escuela secundaria es, sin duda, una
puesto por los sectores m á s poderosos del privilegio. La a u -
conquista de los derechos de los jóvenes a la educación aunque
tonomía c o m o desinstitución de la función del discurso a m o ,
no parece suficiente. Se requiere la aplicación de un conjunto de
c o m o opuesto a la alienación; figuras s i e m p r e relativas, no
decisiones políticas para dejar de reproducir procesos de seg-
absolutas.
mentación al interior de las diferentes instituciones escolares,
r o m p e r la transmisión intergeneracional de la pobreza y la ex-
clusión. Si en la actualidad existe la voluntad política de recupe-
LOS NIÑOS, A D O L E S C E N T E S Y JÓVENES COMO
rar el lugar del Estado frente a la hegemonía del mercado, son
S U J E T O S DE DERECHO
necesarias políticas de inclusión a través de acciones concretas,
no solo de retención, sino de respeto, protección y garantía para
Lejos de la lógica normalizadora de las sociedades discipli-
el pleno ejercicio de los derechos de adolescentes yjóvenes.
narias y de la lógica m e r c a n t i l propia de nuestros tiempos, la
Será imposible llevar adelante políticas del conocimiento
distinción de niños, adolescentes y jóvenes hoy tiene sentido si
mientras no se instituyan "políticas del reconocimiento" para t o -
es para sostener, defender y extender su condición como suje-
dos los sujetos, porque para conocer se necesita ser reconocido
tos de derechos, allí donde son vulnerados.
bajo la forma de la confianza en la mirada del otro. Se necesita
La validez de una categoría llamada "condición adolescente"
pensar que todos son pares, que todos tienen que f o r m a r parte,
o "condición juvenil" es por la necesidad de generar y/o p r o f u n -
que todos tienen derecho a ser parte (Frigerio y Diker, 2005).
dizar políticas públicas dirigidas a cierto segmento de la pobla-
Un cambio histórico se ha producido con la reciente inclusión
ción que demanda ser reconocido como sujeto de derecho, es
democrática de niños y adolescentes al a m p l i a r los atributos de
decir, como sujeto que pueda vivir su vida con dignidad en tér-
la ciudadanía con la promoción de los derechos humanos. Con la
minos de educación, salud, vivienda y seguridad.
Convención Internacional de los Derechos del Niño, que entien-
de la ciudadanía como "la adquisición de derechos que permiten joven-adulto en las representaciones sociales, y cómo estas de-
a las personas menores de edad pronunciarse e involucrarse en bieran repercutir en el diseño e implementación de políticas pú-
las decisiones que afectan sus vidas", la ciudadanía ha dejado de blicas orientadas a la juventud. Por ello, los jóvenes después de
los 18 años han estado invisibilizados como sujetos específicos de
ser entendida exclusivamente como el derecho al voto adquirido
políticas y tienden a quedar subsumidos en la programación adul-
con la mayoría de edad.
ta (Krauskopf, 2003: 292).
Las áreas prioritarias en la formulación de políticas de juven-
tud según la CEPAL (2007: 321) tienen que ver con las siguientes Las sociedades actuales, profundamente desiguales (a pesar
cuestiones: de algunos intentos destacables en algunos países latinoame-
ricanos por revertiría), siguen vigentes y son motivo de severa
• Reconocimiento de derechos e igualdad ante la ley.
preocupación. Para enfrentar el desafío de construir sociedades
• Acceso equitativo a los recursos de la sociedad e igualdad
inclusivas es necesario contar con legislación, políticas públicas
de oportunidades.
e institucionalidad orientadas al pleno reconocimiento de las
• Acceso a una calidad de vida estimada adecuada.
capacidades y los derechos de niños, adolescentes yjóvenes, y
• Recursos para el logro de la autonomía y la emancipación.
las medidas necesarias para su c u m p l i m i e n t o . Se trata de hacer
• Participación en los procesos democráticos y en el ejerci-
frente a la redistribución del poder que implique la participación
cio de la ciudadanía. juvenil genuina y la construcción de puentes para favorecer una
relación intergeneracional que revalorice los aportes de los j ó -
En este sentido, en marzo d e l año 2008 entró en vigor la venes en t é r m i n o s de conocimientos, experiencias e innovación.
Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes
La situación de los adolescentes y los jóvenes latinoamerica-
(CIDJ), el único tratado internacional que reconoce a la j u v e n -
nos requiere de diversas acciones articuladas en lo municipal,
tud c o m o un s e g m e n t o de la población con derechos especia-
nacional y regional como parte de una estrategia integral de re-
les y que ha sido desarrollada y promovida por la Organización
conocimiento de derechos e igualdad ante la ley, que suponga
Iberoamericana de Juventud (OIJ). Siete países la han ratifica- LO
el acceso equitativo a los recursos de la sociedad, a la igualdad O
do: Bolivia, Costa Rica, Ecuador, España, Honduras, República
de oportunidades, al logro de la autonomía, la emancipación y la Z>
O
Dominicana y Uruguay. Gracias a ello, se cuenta con un m a r c o <
participación en los procesos democráticos, es decir, al ejercicio >•
para el desarrollo de políticas de juventud con un enfoque de LO
pleno de la ciudadanía.
derechos.
La propia Convención Iberoamericana, al definir a los jóvenes >
•O
como toda persona nacional o residente en algún país de Ibe-
LLI
roamérica "entre los 15 y 24 años de edad" sigue la tendencia de O
ai
LU
"superposición etaria de la adolescencia y la juventud". _l
o

<
Esta ambigüedad alude a un problema no resuelto en muchos paí- LU
ce
s e s , a saber, la falta de una discusión acabada sobre la relación

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