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Consejería para parejas (631S)

Licenciatura en Teología- Asignatura de énfasis en Consejería


Profesor: Lic. Pablo Chávez Figueroa

Unidad I – Fundamentos de la consejería para parejas.

I. Introducción

El desafío de la consejería de pareja

1. La consejería para parejas (CP) muestra una creciente demanda en la sociedad actual.
Los educadores, psicólogos, terapeutas de familia, consejeros cristianos, pastores y
ministros de la iglesia se ven cada vez más enfrentados a problemas entre parejas que
requieren su asesoría.

2. Entre las dificultades que a menudo conducen a las personas a buscar la terapia de
pareja (TP) o, en el caso de los miembros de iglesia, la CP con sus respectivos pastores
o consejeros, están la siguientes:

a) Infidelidad / Uso de pornografía, sexting: mensajes sexuales con terceros.


b) Maltrato verbal y físico / Relaciones abusivas, dependencia patológica, distorsión
de los roles en la pareja (masculino y femenino).
c) Problemas financieros / Deudas, desempleo.
d) Incompatibilidad, choque de personalidades / Comunicación deficiente o falta de
habilidad para resolver conflictos.
e) Conflictos con la familia política.
f) Desacuerdos en la crianza de los hijos.
g) Estrés elevado/ Respuesta inadecuada a las presiones de la vida actual (Estrés
laboral, cuidado de los mayores, algún enfermo crónico en la familia, fracaso
escolar de los hijos, conflictos de la adolescencia, etc).

3. La CP es, probablemente, la modalidad más difícil de consejería, con un índice muy alto
de fracaso y frustración para el consejero y los aconsejados. Esto significa alguno de los
siguientes desenlaces: Resultados superficiales y poco permanentes, agudización del
problema por la intervención inoportuna del consejero, ruptura de la relación en
términos que no contribuyen al proceso de sanidad, estancamiento o abandono del
proceso de CP.

4. Muchas de las situaciones de CP, especialmente en el contexto eclesial o ministerial, son


ejercidas por personas que no poseen una verdadera capacitación y formación en el
área de la CP o TP. Debido al panorama descrito en los incisos anteriores, se necesita
algo más que experiencia práctica y formación bíblica para atender adecuadamente las
necesidades de CP en el mundo de hoy.
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La compleja naturaleza y las dificultades de la Consejería de Parejas

1. La trampa del “triángulo”: La primera gran dificultad tiene que ver con la naturaleza
diferente de la alianza o compromiso que se establece con el aconsejado. Incluso el
consejero más habilidoso en generar la confianza de sus aconsejados en consejería
individual puede verse frustrado al querer forjar una buena relación con ambos miembros
de la pareja y terminar ganándose la enemistad de alguno de ellos.

2. La diferencia de enfoque: El foco del aconsejamiento debe privilegiar la relación de


pareja sobre la relación consejero-aconsejados. En esta diferencia radica una de las
características principales de la CP. En vez de centrarse en los rasgos particulares de cada
aconsejado, su historia pasada o sus heridas emocionales, se trabaja con el contexto de
pareja en el que se enmarcan los problemas para utilizarlo como fuente de recursos para
la intervención.

3. Permanente latencia del conflicto: las sesiones están frecuentemente cargadas de


elevadas dosis de tensión, conflicto y emociones complejas. Perder el control de la sesión
durante un breve lapso de tiempo puede resultar en que la pareja inicie una fuerte
discusión, y que la voz del terapeuta se vea desdibujada.

4. Riesgo constante de perder el “guión”: Las situaciones de la pareja que afloran en las
sesiones, constantemente tratan de desplazar al consejero a salirse de la estructura
prevista por él en el proceso de consejería. Un cierto nivel de tolerancia a ceder el
control, a soportar la tensión emocional y la conflictividad, resulta ser una herramienta
indispensable para sobrevivir como consejero de pareja.

5. Ruptura inminente de la relación: la mayoría de las ocasiones la CP comienza con la


amenaza de que la pareja está a punto de romperse. Esto es un poco, salvando las
distancias, como si un médico recién iniciara a tratar a un paciente que no desea curarse,
sino que, en el fondo de su mente, está resignado a morir y hasta lo desea.

6. La confrontación de los sistemas de valores: En la CP resulta inevitable que exista


choque entre los valores morales y espirituales, tanto de los miembros de la pareja entre
sí, como con los del consejero y aún con los valores éticos de las Escrituras. Temas tales
como el significado de las relaciones humanas, del matrimonio, los hijos, el dinero, el
amor, la masculinidad y feminidad, la ternura, la intimidad, el compromiso, el sexo, la
(in)fidelidad, el maltrato, la violencia, la soledad, la responsabilidad y un sinfín más de
temas, pueden suponer un desafío para el consejero en el sentido de ayudar a reeducar o
reorientar la escala de valores de los miembros de la pareja.
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Claves para una consejería de parejas efectiva

1. Adecuada capacitación del consejero para el manejo de una perspectiva sistémica


y evolutiva: Es necesario que los enfoques modernos de la CP asuman, al menos de
forma parcial, una perspectiva sistémica en el sentido de entender que no se trabaja con
dos individuos independientes entre sí, sino en total interdependencia. La unidad básica
de análisis es por tanto el subsistema de pareja como tal, el cual está regulado por ciertas
propiedades y sistemas de significado. Por otra parte, la perspectiva evolutiva nos
advierte de la importancia de entender a las parejas en un proceso de desarrollo
continuo, en el que se entrelazan la necesidad de cambiar para adaptarse a los retos
impuestos por el ciclo vital y la lucha por preservar la integridad del sistema. El hecho de
establecer el momento del ciclo vital nos da idea del lugar en que se encuentra la pareja
en todas sus dimensiones, afectiva, relacional, familiar, sexual, etc.

2. Centrada en el presente, mirando hacia el futuro: Las parejas son expertas en discutir
sobre el pasado. Los asesores, pastores y líderes efectivos y con experiencia en CP saben
bien lo que significa esta idea. Por ello, suelen evitar la espiral de discusiones infructuosas
y centran la intervención en ayudar a la pareja en su momento actual del ciclo vital,
preparándolos incluso para la etapa siguiente. Todo consejero capacitado debe confiar en
que, si la pareja es capaz de cultivar una relación satisfactoria en el presente, los
problemas del pasado probablemente caerán por su propio peso. Así pues, las dos
preguntas clave que deben hacerse frente a una pareja que pide consejería son: “¿Por qué
buscan ayuda ahora?” y “¿Hacia dónde vamos después?”

3. Focalizada en los procesos del sistema que mantienen o disuelven el problema:


Dada la naturaleza breve y centrada en el presente de la CP, para la mayoría de los
consejeros de pareja resulta esencial poder establecer focos concretos que guíen la
intervención. Los consejeros y la pareja se tienen que centran en desvelar y desafiar los
patrones relacionales que están ligados al problema. Estos patrones funcionan como
agentes mantenedores/ disolventes del problema y deben ser formulados tras un
adecuado diagnóstico relacional de la pareja; tanto de los factores del problema como las
dinámicas de relación constructivas.

4. Balance a favor de los recursos: Aunque los patrones relacionales que mantienen el
problema acostumbran a ser un foco importante de la consejería, una formulación
relacional debe dar cuenta, incluso en mayor medida, de las fortalezas de la pareja, los
recursos con los que cuentan sus miembros para facilitar la creatividad con que una
pareja puede transformarse a sí misma. Un patrón disfuncional no equivale a una pareja
disfuncional. Los problemas pueden llegar a ser muy persistentes y abarcadores, pero
nunca cubren la totalidad de la extraordinaria complejidad que involucra una relación de
pareja. Es imprescindible que dentro del proceso de consejería la arquitectura de las
sesiones se focalice significativamente más en reconocer y amplificar los recursos y
fomentar las interacciones positivas. Ayudar a las parejas a recordar, reconocer o
experimentar sus dinámicas relacionales constructivas (círculos virtuosos), facilita que la
pareja pueda reformular su proyecto, disolver tensiones, y madurar la relación, incluso si
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ello implica la separación. Hay que generar una formulación relacional del cambio, que
permita a la pareja revisar su proyecto, redefinirse.

La consejería puede ser un espacio muy propicio para el reencuentro de la pareja.

Preguntas para reflexión en foro grupal:

1. Comparta en sus propias palabras cuáles son los principios expuestos en la lectura que
le han resultado de mayor interés, han producido un choque de ideas, le han desafiado
o parecido de gran utilidad y explique por qué…

2. Comparta sus expectativas respecto a este curso después de haber leído el sumario y
el tema introductorio.

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Bibliografía

Clinton, Tim y Trent, John (2014). Consejería bíblica, tomo 2: Manual de consulta sobre el matrimonio y la
familia. Editorial Portavoz
de la Espriella Guerrero, Ricardo (2008). “Terapia de pareja: abordaje sistémico”, Revista Colombiana de
Psiquiatría, vol. 37, núm. 1.
Escudero, Manuel (2016). Problemas de pareja más frecuentes. Centro Manuel Escudero: Psicología y
Psiquiatría. Madrid.
Montesano, A. (2015). “Claves fundamentales en terapia de pareja: Una guía de navegación para la
práctica”. Revista de Psicoterapia, 26(102).

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