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¿En qué se basa el terapeuta para formular su hipótesis de trabajo sobre el problema

de la relación de pareja y las posibles estrategias del tratamiento?

Primer paso: El terapeuta se basa en las metas individuales de los miembros de la pareja,
ya que es común que cada uno tenga objetivos y deseos distintos en la terapia. Algunos
pueden buscar aclarar sus sentimientos para tomar decisiones importantes, mientras que
otros pueden desear que su pareja comprenda su punto de vista y acepte que todos
cometen errores en una relación. Además, se considera el contrato terapéutico, que
establece detalles importantes, como la duración de la terapia y las expectativas sobre el
proceso terapéutico. El terapeuta también observa las interacciones y patrones
disfuncionales de la pareja, así como los mensajes que se envían mutuamente. Con base
en esta información, el terapeuta formula su hipótesis sobre el problema de la relación.

Segundo paso: Una vez que se ha formulado una hipótesis de trabajo, es esencial
comprobarla. Esto se hace siguiendo el método científico. Se llevan a cabo entrevistas en
las que se recopila más información, se conectan los puntos y se busca una comprensión
más profunda del caso. Si la comprensión del terapeuta es insuficiente, trabajará con la
pareja para aclarar y entender mejor la situación.

Tercer paso: Luego, el terapeuta realiza la devolución. Explica su comprensión del


problema a la pareja, compartiendo su hipótesis como terapeuta.

Cuarto paso: En esta etapa, los miembros de la pareja tendrán la oportunidad de redefinir
la hipótesis que les he planteado. Expresarán si están de acuerdo o en desacuerdo con mi
comprensión del problema y, lo que es más importante, el porqué de su acuerdo o
desacuerdo. Es importante aclarar que esta comprensión inicial es solo un bosquejo
general. Luego, en la devolución, les expondré cómo he llegado a entender el problema. Por
ejemplo, podría decirles: "Miren, Marta, después de escucharles, he llegado a comprender
el problema por el cual me han consultado. Entre ustedes, han desarrollado una diversidad
de patrones, lo que yo llamo patrones de interacción. Estos son las formas en las que han
construido su relación, incluyendo el control constante que has tenido sobre él y tus
sentimientos de celos y deseo de que él haga lo que tú deseas". En esta etapa, les
proporciono todos estos elementos para que comprendan mi perspectiva. Luego, es
esencial que la pareja redefina si están de acuerdo o en desacuerdo con mi planteamiento,
y expresen por qué están de acuerdo o en desacuerdo.
Quinto paso: Después de esta fase de comprensión y redefinición, avanzamos hacia la
fase del perdón. Aquí, la pareja comienza a abordar la posibilidad de perdonarse
mutuamente. Sin embargo, es importante señalar que el perdón no garantiza
necesariamente que la pareja continuará junta. Puede darse el perdón, pero eso no implica
automáticamente que la relación seguirá adelante. En esta etapa, se trabaja en cómo
manejar las emociones y resentimientos, lo que puede allanar el camino hacia una posible
reconciliación. Posteriormente, se da paso a la terapia de reconstrucción de patrones de
pareja, en la que se trabajarán en profundidad los patrones de interacción y comunicación
de la pareja. Esto marca el inicio de una terapia de pareja más amplia y profunda.
¿POR QUÉ ENTRAN EN TERAPIA LOS MIEMBROS DE LA PAREJA PARA RESOLVER
SU AMBIVALENCIA HACIA LA RELACIÓN Y HACIA LA CONTINUACIÓN DE LA
MISMA?

NIVEL 1: Acá se da la crisis, dilema o ambivalencia, Eso es o separarse o seguir con la


relación, entonces hay parejas donde ellos no establecen contrato con el terapeuta y no se
realiza terapia, entonces deciden separarse y damos paso a una terapia individual con cada
uno de ellos, ojo, si así lo consideran conveniente, esto es en el primer nivel

NIVEL 2: SI HAY CONTRATO, HAY SOLUCIÓN DEL DILEMA O CRISIS, SÍ DECIDEN


SEPARARSE VAN A FIN DE LA TERAPIA ; PERO SI NO SE SEPARAN Y ACEPTAN
ENTRAR EN UNA TERAPIA, ENTONCES SURGE UNA “NUEVA PAREJA”

El nivel 2 de la terapia de infidelidad se concentra en una etapa crítica en la relación de


pareja en la que ambos miembros están experimentando un dilema significativo. En esta
etapa, es común que uno de los miembros desee terminar la relación, mientras que el otro
tiene el deseo de continuarla. La principal meta de este nivel es abordar y resolver este
dilema de manera efectiva.

Cuando un miembro de la pareja ha decidido que quiere dejar la relación debido a la


infidelidad o a otras dificultades, la terapia entra en juego para ayudar a ambas partes a
lidiar con esta situación. Es importante señalar que, en esta etapa, no se trata de hacer
ajustes temporales o superficiales en la relación. En cambio, se busca una resolución más
profunda y definitiva, donde ambas partes lleguen a una decisión clara.

La resolución de este dilema puede llevar a dos resultados principales:

Continuar con la relación: Si ambos miembros de la pareja, después de un


proceso de reflexión y trabajo terapéutico, deciden que quieren seguir adelante
juntos, esto representa un paso importante hacia la continuidad de la relación. En
este caso, el miembro que ha sido fiel decide darle una nueva oportunidad a la
relación. Para fortalecer la relación y superar los desafíos, pueden optar por entrar
en una terapia de pareja o terapia de vínculos reconstructivo.

Procesamiento de la información: En algunos casos, el nivel 2 puede ayudar a


ambos miembros de la pareja a comprender mejor su ambivalencia y dilema. A
menudo, las personas pueden estar atrapadas en una situación de indecisión sin
reconocer plenamente que están lidiando con un dilema que afecta profundamente
su relación. La terapia de infidelidad en este nivel les brinda la oportunidad de tomar
conciencia de esta situación y considerar sus opciones de manera más informada.
Puede facilitar la comunicación y la toma de decisiones conscientes.

En el nivel 2 de la terapia de infidelidad, se aborda la necesidad de tomar


decisiones de manera consciente y fundamentada, en lugar de actuar
impulsivamente en medio de la crisis. Para lograr esto, se emplea un enfoque
terapéutico que se apoya en un contrato entre los miembros de la pareja.

Se establece un contrato que abarca un período de 15 a 20 sesiones, generalmente


unos 6 meses, con el propósito de brindar el tiempo necesario para que la pareja
pueda comprender los acontecimientos que han ocurrido en sus vidas. Durante este
período, el terapeuta tiene la oportunidad de guiar a ambos miembros para que tomen
conciencia de su co-responsabilidad en la creación del ambiente emocional que condujo a
la infidelidad. Además, se realiza una evaluación en profundidad de diversas áreas.

El propósito fundamental de esta fase terapéutica es permitir una comprensión profunda de


lo que ha sucedido en las vidas y en la relación de ambos miembros de la pareja, lo que ha
llevado a la infidelidad. El nivel dos ofrece un espacio seguro y orientado por un terapeuta
para explorar y analizar las dinámicas subyacentes que han contribuido al problema de la
infidelidad.

Un elemento crítico en esta etapa es brindar a ambos miembros de la pareja la oportunidad


de tomar conciencia de su responsabilidad compartida en la creación del entorno emocional
que propició la infidelidad. Esto implica examinar las dinámicas de la relación, los patrones
de disfuncionales y los factores emocionales que han contribuido a la infidelidad.

Al establecer un acuerdo terapéutico, se busca que las decisiones tomadas sean


fundamentadas y racionales, evitando decisiones precipitadas basadas únicamente en las
emociones del momento. Durante este período, el terapeuta tiene la oportunidad de guiar a
la pareja hacia una comprensión más profunda de su relación y las razones detrás de la
infidelidad. Esto puede ayudar a aliviar el sufrimiento emocional y el trauma asociado con la
infidelidad y establecer una base más sólida para la toma de decisiones importantes sobre
el futuro de la relación.
Mientras la pareja trabaja en la resolución de su dilema sobre si continuar o no en su
relación, el terapeuta debe proporcionarles información nueva que les permita comprender
su situación actual y tomar una decisión. Este proceso se lleva a cabo cuando el dilema
está presente y la pareja se encuentra indecisa sobre si desmantelar su matrimonio o seguir
adelante.

Las áreas a través de las cuales se proporcionará nueva información a la pareja Estas
áreas incluyen:

TEMPORALIDAD: En esta área, se analiza el nivel de desarrollo psicológico de cada


miembro de la pareja, de la relación y, si es relevante, de la familia. Se discute cómo el
tiempo y los cambios en la relación pueden haber contribuido al dilema.

FAMILIA DE ORIGEN: Se explora si las experiencias de infidelidad o modelos de


comportamiento similares ocurrieron en la familia de origen de alguno de los miembros y si
existe una lealtad excesiva hacia la familia de origen que afecta la relación actual.

DUELOS NO ELABORADOS: Se investiga si hay duelos no resueltos, ya sea relacionados


con relaciones anteriores, la familia de origen o pérdidas personales, que puedan haber
llevado a la infidelidad.

EXPLICACIONES: Se examina la teoría personal de cada miembro sobre cómo la relación


se ha deteriorado y cómo cada uno ha contribuido a este proceso.

VALORES: Se indagan los valores de la pareja en relación con el matrimonio, el divorcio, el


compromiso, la intimidad y la infidelidad, y cómo estos valores influyen en su toma de
decisiones.

HISTORIA: Se analiza la historia de la infidelidad en la relación, incluyendo si ha sido un


patrón continuo, cuánto tiempo ha durado el engaño y si ambos miembros estaban
conscientes de las necesidades del otro.

SIGNIFICADO: Se explora el significado subyacente de la infidelidad y cómo puede ser una


llamada de atención o una forma de probar el compromiso del compañero.

AGOTAMIENTO: Se considera si alguno de los cónyuges está experimentando agotamiento


en la relación debido a la falta de innovación y conexión personal.
COSTO-BENEFICIO: Se evalúan los costos de continuar o abandonar la relación, tanto
económicos como sociales, y cómo estos factores pueden influir en la decisión.

SISTEMAS MÁS AMPLIOS: Se examinan cómo otros sistemas, como amigos, iglesia y
cultura, pueden verse afectados por las consecuencias de la infidelidad.

DIFERENTES AGENDAS: Se aborda la presencia de agendas diferentes en la pareja,


incluyendo el posible uso de la terapia como una estrategia para separarse de manera más
segura.

CENTRÍPETO Y CENTRÍFUGO: Se explora cómo uno de los miembros puede centrarse en


asuntos externos a la relación (centrífugo) y el otro puede enfocarse en la relación y la
familia (centrípeto), lo que puede llevar a tensiones.

El terapeuta debe ser cuidadoso para no involucrarse en la dinámica de la pareja y


asegurarse de que la toma de decisiones finales sea responsabilidad de la pareja misma.

Existen tres dimensiones que permiten determinar si una persona está comprometida
o no con su relación de pareja:

PRIMERA DIMENSIÓN - Atractivos Internos (AI): En esta dimensión, se evalúa el


compromiso de una persona con su relación a través de los atractivos internos, que son las
recompensas que encuentra en su vida de pareja. Un individuo puede experimentar
atractivos internos positivos si valora la seguridad emocional, la estabilidad económica, la
vida familiar y se siente realizado en la relación. Por otro lado, atractivos internos negativos
pueden surgir si siente aburrimiento, falta de relaciones sexuales, discusiones e irrespeto en
la relación, lo que puede llevarlo a considerar abandonar la pareja.

Atractivos Alternativos o Externos (AA): Esta dimensión se centra en las recompensas


percibidas fuera de la relación, como amistades o posibles relaciones sentimentales. Si los
atractivos alternativos son positivos, uno de los miembros puede sentirse menos
comprometido con la pareja y desear dejar la relación. Por ejemplo, se menciona un caso
donde un padre infiel prefería pasar tiempo con su amante en lugar de cumplir promesas a
sus hijos. En contraste, si los atractivos alternativos son negativos, uno o ambos miembros
pueden querer dejar la relación, pero a veces no lo hacen debido a restricciones
económicas o sociales.
SEGUNDA DIMENSIÓN - Barreras Bajas (BB) y Barreras Altas (BA): En esta dimensión,
se evalúan las barreras para dejar la relación. Las barreras bajas indican una falta de
compromiso con la relación y la disposición de disolverla fácilmente, como en el caso de
relaciones o matrimonios abiertos donde ambos tienen otras relaciones sexuales. Las
personas con barreras bajas suelen tener inmadurez emocional, facilidades económicas y
poca tolerancia a la frustración.

Por otro lado, las barreras altas indican un fuerte compromiso y valoración hacia la familia y
la relación. Estas personas pueden tener valores religiosos arraigados, alta valoración de la
vida en pareja, incapacidad para enfrentar la soledad y limitaciones económicas. A pesar de
atracciones negativas y atractivos alternativos positivos, tienden a mantenerse en la relación
debido a estas barreras altas.

TERCERA DIMENSIÓN - Irrealistas (I) y Realistas (R): En esta dimensión, se distingue


entre personas que son irrealistas y tienden a crear un mundo emocional e idealista, a
menudo poniendo a su pareja en un pedestal. Abordar esta dimensión es esencial en el
tratamiento, ya que estas personas pueden vivir en un mundo de irrealidades y autoengaño.

Por otro lado, están los realistas, que reflejan madurez en su perspectiva y no idealizan
excesivamente a su pareja. Esta dimensión es importante porque puede influir en la forma
en que los individuos perciben y se relacionan en su vida de pareja.

EL DIAGNÓSTICO INDIVIDUALIZADO

Se basa en tres categorías o dimensiones que se combinan para formar ocho


subcategorías, que ayudan a ubicar a las personas con las que se trabaja en una relación
de pareja. Estas categorías son fundamentales para comprender el compromiso y las
tendencias de las personas en sus relaciones. Aquí se explican cada una de las
subcategorías y se proporciona una breve descripción de cómo se pueden identificar:
(tratamos de ubicar a los miembros de la pareja a una de estas dimensiones y
subcategorías)

Realistas "Atados" (R - AI - BA): Estas personas son realistas y tienen altos atractivos
internos, lo que significa que valoran adecuadamente los aspectos positivos y negativos de
su pareja. Además, tienen barreras altas, lo que les lleva a comprometerse con la relación y
la familia. Los miembros centrípetos de esta categoría evalúan la relación y desean
permanecer en ella, mientras que los centrífugos también son realistas pero se mantienen
en la relación a pesar de los problemas.

Estables (R - AA - BA): También son realistas, pero en este caso, valoran atractivos
alternativos además de los atractivos internos. Aunque consideran el divorcio como una
opción, sus barreras altas dificultan la separación, ya que tienen un fuerte compromiso con
la familia.

Idealistas Atrapados (I - AI - BA): Son personas muy idealistas que ponen a sus parejas
en un pedestal y tienen barreras altas. Esto hace que sea difícil para ellos separarse, ya que
tienen una visión irreal de su pareja y la relación.

Soñadores (I - AA - BA): También son idealistas y valoran atractivos alternativos. Sin


embargo, sus barreras altas les impiden separarse fácilmente. Viven en un mundo de
fantasía e idealizan a sus parejas y relaciones.

Negociantes (R - AI - BB): Estas personas son realistas, valoran atractivos internos y


tienen barreras bajas. Son propensos a disolver la relación con facilidad, ya que evalúan la
relación de manera realista pero no tienen restricciones emocionales para separarse.

Realistas Vagabundos (R - AA - BB): Son realistas y valoran atractivos alternativos, pero


también tienen barreras bajas. Esto significa que son más influenciables por factores
externos y pueden separarse fácilmente.

Correlones (I - AI - BB): Tienen expectativas poco realistas de los atractivos internos y


barreras bajas. A pesar de esto, no se sienten atrapados en la relación y utilizan la
decepción como excusa para huir de la relación, a menudo involucrándose en relaciones
extramatrimoniales.

Mariposas Emocionales (I - AA - BB): Son idealistas, valoran atractivos alternativos y


tienen barreras bajas. Tienen una percepción irreal de los atractivos externos y están
dispuestos a separarse con facilidad.

Estas categorías ayudan a comprender las tendencias y el compromiso de las personas en


una relación. Al identificar en cuál de estas categorías se encuentra una persona, se
pueden explicar y abordar sus razones para permanecer o separarse de su pareja. No es
necesario comunicar directamente a la persona en qué categoría se encuentra, pero
comprender estas dinámicas puede ser útil en terapia o asesoramiento de relaciones.

En conclusión, cuando surge la encrucijada de decidir si separarse o no, nuestro papel


consiste en proporcionarles información relevante que les permita tomar una decisión
informada sobre el futuro de su relación. Comenzamos explorando diversas áreas y
categorías que pueden influir en esta decisión. Por ejemplo, consideramos que algunas
personas pueden valorar menos la importancia de la familia debido a su crianza o su
enfoque en aspectos externos. Estos factores se analizarán a fondo durante nuestras
conversaciones.

A lo largo de este proceso, los miembros de la pareja construirán una nueva perspectiva
que les ayudará a tomar la decisión de separarse o mantener su relación. Es importante
destacar que esta decisión es completamente de su competencia y nosotros mantenemos
una posición neutral en este proceso, sin influir en su elección final.

Ejemplo de caso del nivel 2:

Lucía y Carlos habían estado casados durante diez años, pero su relación enfrentó una
crisis profunda cuando Lucía descubrió que Carlos la había engañado con una compañera
de trabajo. La confianza se había desmoronado, y ambos se encontraron en un dilema
significativo. Lucía estaba herida y enojada, considerando seriamente poner fin a su
matrimonio, mientras que Carlos, arrepentido de su error, deseaba desesperadamente
mantener su familia unida.

Optaron por buscar ayuda y se embarcaron en el nivel 2 de terapia de infidelidad. Durante


las primeras sesiones, Lucía expresó su deseo de divorciarse y dejar atrás la traición de
Carlos. Carlos, por otro lado, estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para salvar su
matrimonio y reconstruir la confianza.

El terapeuta comenzó a trabajar con ellos, estableciendo un contrato terapéutico que


abarcaba un período de 15 a 20 sesiones, aproximadamente seis meses. Durante este
tiempo, se embarcaron en un proceso profundo para comprender lo que los había llevado a
esta situación. Exploraron diferentes áreas, como su historia de infidelidad, sus valores en
relación con el matrimonio y la infidelidad, y cómo su familia de origen había influido en sus
actitudes hacia la relación.
La terapia también se enfocó en las dimensiones del compromiso de cada uno. Lucía,
sintiéndose herida y traicionada, tenía atractivos internos negativos, mientras que Carlos,
arrepentido y dispuesto a cambiar, tenía atractivos internos positivos. Además, se descubrió
que Lucía tenía atractivos alternativos negativos, ya que se había centrado completamente
en su matrimonio, mientras que Carlos tenía atractivos alternativos positivos, ya que tenía
oportunidades fuera de la relación.

La terapia también reveló que ambos tenían barreras altas para dejar la relación. Lucía
valoraba profundamente su familia y tenía barreras altas debido a sus creencias religiosas y
su deseo de mantener la familia unida. Carlos, por otro lado, tenía barreras altas porque
estaba decidido a enmendar su error y reconstruir su matrimonio.

El terapeuta se aseguró de no influir en la decisión final de la pareja, pero proporcionó


información valiosa para que tomasen decisiones informadas. A medida que avanzaban en
el proceso, Lucía y Carlos construyeron una nueva perspectiva sobre su relación y las
razones detrás de la infidelidad. Se dieron cuenta de que debían abordar sus problemas de
manera consciente y fundamentada en lugar de actuar impulsivamente en medio de la
crisis.

Al final del proceso, Lucía y Carlos tomaron una decisión. A pesar de las dificultades y el
dolor que habían experimentado, decidieron continuar juntos. Optaron por entrar en terapia
de infidelidad. Surgió una "nueva pareja" en el sentido de que estaban comprometidos a
luchar por su matrimonio sobre una base más sólida y con una comprensión más profunda
el uno del otro.
¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS QUE SE DERIVAN DE GUIAR A LA PAREJA HACIA
LAS METAS DEL NIVEL 3?

Las metas de este nivel están dirigidas a la construcción de una nueva perspectiva acerca
de uno mismo, de su compañero y cómo la relación se fue deteriorando, es decir, que se
llega a una comprensión a construir, a un proceso constructivo, en el cual se logra entender
las razones de la infidelidad y pueden tomar una decisión más sensata sobre la base de
esos conocimientos. Cada miembro de la pareja puede lograr una mejor comprensión
acerca de su conducta en esta relación y puede trabajar para cambiar en futuras relaciones,
incluyendo la actual. Esto es crucial cuando ingresan a terapia de relación, ya que les brinda
información sobre lo que ha ocurrido y lo que no deben repetir si deciden seguir juntos o en
otra relación si se separan, y aquí se los explicamos.

Las metas del nivel 3 están dirigidas a una nueva construcción de una perspectiva sobre
uno mismo, lo que implica que se conozcan realmente a sí mismos, ya que hay personas
que viven en un mundo inconsciente y desconocen quiénes son. Esto les permite tener una
nueva perspectiva acerca de uno mismo, de su compañero y de la relación. Si logran esto,
habrán dado un salto de calidad, ya que la persona comprenderá el mundo emocional en el
que está viviendo, reconocerá tanto los errores cometidos como los aspectos positivos de
su compañera/o, y entenderá principalmente cómo la relación se deterioró a partir de
patrones disfuncionales que construyeron y que los llevaron hasta donde están. Un
beneficio adicional de este nivel es un aumento en la posibilidad de llegar a un acuerdo
mutuo para continuar o dejar la relación.

EXPLIQUE UNO DE LOS ASPECTOS MÁS DEVASTADORES DEL DIVORCIO

Uno de los aspectos más devastadores del divorcio es el impacto de tomar una decisión
unilateral. Esto se refiere a la situación en la que uno de los miembros de la pareja decide
poner fin a la relación sin la participación ni el acuerdo del otro. Esta decisión puede tener
un efecto emocionalmente abrumador tanto en quien toma la decisión como en quien no
tiene participación en ella.
Cuando uno de los miembros decide abandonar la relación, suele experimentar
sentimientos de culpa y confusión, especialmente si aún existe un compromiso emocional o
familiar. Por otro lado, la parte que no participa en la decisión suele sentir enojo y
resentimiento. En ocasiones, el compromiso con los hijos puede ser un factor adicional que
complica la situación, lo que lleva a expresiones dolorosas como "te vas, te vas y te vas", lo
que puede hacer que el perdón sea difícil de alcanzar.

Un ejemplo ilustrativo es el caso de una pareja en el que uno de los miembros


aparentemente salía para atender asuntos familiares, pero en realidad mantenía una
relación paralela y tenía un hijo con otra persona. Esta situación generó un profundo enojo y
una decisión tajante de separación por parte del otro miembro de la pareja.

En este contexto, trabajar con la pareja facilita la recuperación en caso de divorcio. Cuando
uno de los miembros decide poner fin a la relación, el enfoque terapéutico debe centrarse
en comprender las razones detrás de la ruptura y en reconocer la contribución de ambos
miembros a la misma. Es esencial evitar asignar la responsabilidad exclusivamente a uno
de ellos y, en su lugar, ayudar a ambos a asumir su nivel de responsabilidad en el colapso
de la relación. Además, es fundamental identificar las áreas que cada uno debe trabajar de
manera individual para evitar la repetición de patrones emocionales destructivos en futuras
relaciones y prevenir la infidelidad.

Recapitulando:

Uno de los aspectos más devastadores del divorcio es el impacto de tomar una decisión de
forma unilateral. Cuando ambos cónyuges están de acuerdo en la separación,
generalmente no hay problemas significativos. Lo realmente devastador ocurre cuando uno
de los miembros decide poner fin a la relación sin el consentimiento del otro.

En esta situación, el miembro que decide salir de la relación experimenta una serie de
emociones abrumadoras. Puede sentir culpa, especialmente si hay hijos involucrados, y aún
siente un compromiso con la familia. La confusión también puede ser una emoción común
en esta etapa, ya que la decisión unilateral puede ser un proceso complicado.

Por otro lado, el miembro que no participa en la decisión suele experimentar enojo. En
algunos casos, este enojo puede ser tan abrumador que desemboca en comportamientos
violentos. La violencia a menudo es una consecuencia devastadora de la infidelidad y el
divorcio.
Es esencial abordar este tipo de situaciones trabajando con la pareja, ya que esto puede
facilitar la recuperación en casos de divorcio. El enfoque terapéutico debe centrarse en la
comprensión de por qué se produce la ruptura en la relación y, sobre todo, en la
contribución de cada miembro de la pareja a esa ruptura. Se trata de identificar las áreas
que necesitan ser trabajadas, ya sea en conjunto o de manera individual, para evitar
cometer los mismos errores en futuras relaciones.
METAS DE TRATAMIENTO

Las metas de tratamiento en casos de infidelidad están estrechamente relacionadas


con el tipo de aventura que se esté tratando. No es lo mismo abordar una aventura en la
que el miembro fiel se entera de que su pareja tuvo un breve encuentro durante un viaje y
se lo cuentan posteriormente, que tratar una situación en la que la infidelidad ha durado
varios años. Por ejemplo, consideremos el caso de una psicólogo y una administradora de
empresas que tenían una relación distante como pareja, pero ella coqueteaba con otra
persona, recibía mensajes cariñosos y su esposo desarrollaba un patrón de control. Aunque
no hubo un beso ni un encuentro íntimo, la relación terminó en divorcio. Cada tipo de
aventura tiene sus matices y desafíos específicos, por lo que las metas de tratamiento se
adaptan a las circunstancias particulares de cada caso.

Además, las metas de tratamiento también están relacionadas con los patrones de
relación que han contribuido a la infidelidad. Si se observa un patrón de fusión con
idealización y devaluación, una de las metas iniciales es ayudar a las personas involucradas
a calmarse. El enfoque terapéutico busca que los participantes en la terapia comprendan lo
que está sucediendo en sus vidas y encuentren respeto entre ellos y hacia el terapeuta. En
situaciones en las que la devaluación y la idealización están presentes, la carga emocional
puede ser intensa, por lo que es fundamental establecer un ambiente de respeto y
colaboración en la terapia, donde las personas no entren en discusiones o devaluaciones
mutuas, sino que trabajen juntas para superar la situación y reconstruir una relación más
saludable

Las metas de tratamiento también están vinculadas a la etapa del tratamiento en la


que se encuentra la pareja. La naturaleza de las metas puede variar significativamente en
las distintas fases del proceso terapéutico.

Por ejemplo, las metas al comienzo del tratamiento pueden centrarse en la comprensión de
los patrones de relación y la construcción de una base sólida para abordar la infidelidad.
Durante la etapa de devolución, donde se busca establecer una definición compartida de la
situación, las metas pueden estar orientadas a lograr una comprensión mutua y crear un
terreno común.

En contraste, las metas en la fase de perdón pueden implicar sanar heridas emocionales,
reconstruir la confianza y establecer una base para avanzar. La elección de las metas
dependerá en gran medida de la situación particular de la pareja, los patrones de relación
que han desarrollado y las personalidades de los cónyuges.

La facilidad o dificultad de tratar un escenario específico puede variar según los patrones de
relación existentes y las características psicológicas de los miembros de la pareja. En
situaciones en las que hay conflictos constantes y patrones de relación negativos, el
tratamiento puede ser más desafiante. Además, si alguno o ambos miembros de la pareja
presentan problemas psicológicos, como la depresión o inestabilidad emocional, el caso se
complica aún más. No es lo mismo trabajar con personas que tienen una salud mental
estable que con personas que enfrentan desafíos psicológicos, ya que estos últimos pueden
requerir una atención y enfoque terapéutico específicos.

Durante el tratamiento de infidelidad, la pareja se enfrenta a una serie de decisiones


significativas que deben abordar. Estas decisiones son cruciales para el proceso
terapéutico y el futuro de la relación. Algunas de estas decisiones incluyen:

Revelar la aventura: En algunos casos, la pareja debe decidir si revelarán la


aventura al cónyuge afectado. Algunas personas pueden estar siendo infieles pero
no desean admitirlo, ya que temen que la revelación ponga fin a la relación de
pareja.

Compromiso con el tratamiento: Es fundamental preguntarse si ambos cónyuges


están comprometidos en trabajar en la infidelidad. ¿Están buscando terapia porque
uno de ellos ha establecido como condición para continuar en la relación?

Trabajo individual y de pareja: El miembro infiel a menudo se autoengaña,


engañando a su amante y a su esposo/a, creando una realidad psicológica de
autoengaño. Es importante que cada uno trabaje en sí mismo a nivel individual y que
también trabajen juntos como pareja. Cambiar es difícil cuando no se es consciente
de los propios problemas personales.

Honestidad: ¿Podrán ser honestos el uno con el otro y con sus amantes? La
deshonestidad es común en la sociedad, pero es crucial abordarla en el proceso
terapéutico.
Resolución de diferencias: ¿Pueden resolver las diferencias que tienen, como
aquellas relacionadas con los hijos o el control que ejercen el uno sobre el otro?

Perdón: ¿Pueden perdonarse el uno al otro, incluso si ha habido múltiples


infidelidades?

Separación: Si la relación de pareja llega a su fin, ¿pueden hacerlo de manera


amigable sin utilizar a los hijos como herramientas en su conflicto? Cuando uno de
los cónyuges ha idealizado al otro, la revelación de la aventura puede ser
devastadora, y el dolor emocional es profundo.

Objetivos del tratamiento: Es importante que la pareja comprenda que el propósito


de la terapia de infidelidad es entender lo que ha sucedido y lo que está ocurriendo
en la relación.

Postergar decisiones emocionales: Se insiste en que las decisiones importantes,


como la separación, deben ser pospuestas hasta que ambos cónyuges hayan
logrado una comprensión más profunda de la situación y eviten tomar decisiones
impulsivas basadas en emociones intensas.
¿CÓMO TRABAJAR LA OBSESIÓN DEL MIEMBRO FIEL?

Trabajar la obsesión del miembro fiel en la terapia de infidelidad es un desafío importante.


La obsesión a menudo se centra en la preocupación constante por si lo que sucedió está
bien o mal, y es esencial cambiar la dirección de esta atención. Debe desplazarse de
evaluar la moralidad de la infidelidad a explorar las motivaciones, tanto conscientes como
inconscientes, que llevaron a la infidelidad y los patrones de relación que construyeron entre
ambos.

Para disolver la obsesión, el terapeuta debe ayudar a la pareja a comprender por qué
ocurrió la infidelidad y cómo contribuyeron ambos a esos patrones disfuncionales en su
relación. Este proceso implica mirar más allá de la acción en sí y adentrarse en las razones
subyacentes que llevaron a la infidelidad.

La obsesión puede servir como una vía de escape para evitar abordar temas incómodos en
la relación que la pareja no ha deseado enfrentar. Funciona como un mecanismo de
adormecimiento emocional.

Mantener la obsesión es uno de los patrones de relación compartidos por ambos cónyuges.
En esta danza, el miembro fiel toma el papel dominante, expresando su dolor, ira y
confusión, mientras que el infiel trata de calmarlo y pedir disculpas. Sin embargo,
independientemente de cuánto se disculpe y explique el infiel, a menudo no será suficiente
para el miembro fiel.

El ciclo de la obsesión puede incluir preguntas como "¿Cómo pudiste hacerme esto?", "¿Por
qué me lastimaste tanto?", "¿Qué tiene la otra persona que te hace mejor en la cama?". El
infiel generalmente intenta minimizar la importancia de la infidelidad y se disculpa,
afirmando que la pareja y los hijos son lo que realmente le importa. Este ciclo puede
repetirse continuamente en la terapia.

En la fase inicial, el terapeuta debe mostrar empatía hacia el miembro fiel, reconociendo su
rabia y dolor. Sin embargo, es crucial que el terapeuta no condene al miembro infiel. El
miembro fiel necesita sentir que el terapeuta comprende sus emociones, pero el terapeuta
no debe tomar partido ni emitir juicios morales sobre si lo que ha hecho el infiel está bien o
mal.
Una forma de evitar este problema es establecer la norma de que cada uno en la pareja
tiene la oportunidad de expresar su perspectiva y sus emociones desde su propio punto de
vista, siempre hablando en primera persona sin necesidad de formar una alianza con uno u
otro miembro. Esto fomenta un ambiente de apertura y permite que ambos cónyuges se
sientan escuchados y comprendidos sin que se les condene.

La obsesión es especialmente problemática en parejas con ciertos patrones de relación,


como los identificados por los terapeutas Charny, Brown (patrones escindidos) y Sharpe
(patrones de fusión, idealización y devaluación). Estos patrones pueden complicar la terapia
y aumentar la intensidad de la obsesión, por lo que el terapeuta debe abordarlos de manera
particular para ayudar a la pareja a superarlos y avanzar en el proceso de recuperación.

¿Ante estas condiciones que se hace?

Ante las condiciones de obsesión que pueden surgir en la terapia de infidelidad debido a los
patrones de relación de la pareja, se aborda la situación de la siguiente manera. Se les
plantea a la pareja que es muy probable que se obsesionen con un tema, y se les explica en
detalle utilizando los elementos y palabras que ellos mismos han proporcionado al describir
sus sentimientos y pensamientos.

Esto se hace con el propósito de que la pareja gane control sobre su situación al definir
claramente lo que está sucediendo en su vida cotidiana. Se les hace ver que, en caso de
que la obsesión se manifieste, el terapeuta sugiere al miembro infiel que deje de
proporcionar explicaciones por completo, incluso si el otro miembro insulta o busca
respuestas.

El enfoque terapéutico busca que, en lugar de obsesionarse, la pareja utilice su tiempo y


energía para comprender, trabajar y superar los problemas subyacentes que han estado
evadiendo. Con el tiempo, la obsesión debería atenuarse a medida que se aborden estos
problemas de manera más constructiva.

Es importante destacar que, en última instancia, la infidelidad y la crisis que ha surgido


debido a ella se convierten en parte de la historia de la relación. Aunque puede ser
doloroso, se convierte en una herida antigua y profunda. Si la pareja insiste en mantener
una colusión obsesiva y no avanza en la terapia, se puede llegar al punto de declarar que la
terapia no es efectiva y poner fin a la intervención, dejando en claro que se han agotado
todas las habilidades terapéuticas disponibles.
Recapitulando:
LA OBSESIÓN:

La obsesión es una de las consecuencias más graves de la infidelidad, especialmente


cuando el miembro fiel se vuelve completamente obsesivo. Para que el terapeuta sea
efectivo en su trabajo, debe abordar y disolver esta obsesión. Esto implica un cambio en la
dirección de la atención del miembro fiel, que debe pasar de estar centrado en si lo que
sucedió está bien o mal, a explorar las motivaciones conscientes e inconscientes que
llevaron a la infidelidad.

En otras palabras, se debe trabajar en base a la exploración de las motivaciones y patrones


de relación, tanto conscientes como inconscientes, que han contribuido a la infidelidad. El
objetivo es comprender qué patrones de relación han creado el escenario emocional que
permitió que la infidelidad ocurriera. Este proceso puede resultar muy desafiante para la
pareja, ya que a menudo se resisten a explorar estos patrones.

Algunos miembros de la pareja pueden reaccionar con sorpresa o incredulidad al principio,


como el comentario de "este idiota ha sido infiel, ¿significa que ahora yo también?"
Señalamientos como este surgen cuando se intenta guiarlos hacia la comprensión de cómo
sus propios patrones de relación han contribuido a la infidelidad. Otros pueden mostrar
resistencia o cuestionar la idea de que ellos también han tenido un papel en la infidelidad.
Sin embargo, el trabajo terapéutico se enfoca en ayudar a la pareja a explorar y comprender
estos patrones para que puedan avanzar hacia la sanación y la recuperación.

¿QUÉ ALIMENTA LA OBSESIÓN DEL QUE HA PERMANECIDO FIEL?

La obsesión del miembro que ha permanecido fiel generalmente se intensifica cuando la


infidelidad ha sido descubierta y cuando ya existen patrones de control en la relación. Esta
obsesión puede alcanzar niveles extremos, donde la persona comienza a vigilar
obsesivamente a su pareja. Pueden revisar la ropa de su pareja, el teléfono, cuestionar por
qué se tardaron tanto en salir y otros comportamientos similares. Esta dinámica disfuncional
sirve como una vía de escape para evitar abordar los problemas subyacentes que llevaron a
la infidelidad.
La obsesión es un patrón de relación adicional que se suma a la dinámica. Se puede
describir como un juego del gato y el ratón, donde el miembro fiel busca constantemente
controlar a su pareja, tratando de entender, atrapar o cuestionar su comportamiento. Esta
danza de control puede variar en su expresión según la pareja, pero en última instancia, se
traduce en una constante interrogación y búsqueda de explicaciones. A menudo, esto se
manifiesta en preguntas como "¿por qué me has hecho esto?", "¿por qué me lastimaste de
esta manera?", o "¿qué tiene esa otra persona que yo no tengo?". La obsesión se convierte
en una parte integral de la crisis que enfrenta la pareja después de la infidelidad.

La obsesión se intensifica aún más cuando se trata de una persona narcisista que enfoca
gran parte de su autoestima en su aspecto físico o su cuerpo. Esta característica narcisista
actúa como un fertilizante que fortalece la obsesión en la fase inicial del tratamiento. Como
terapeutas, es esencial mostrar empatía hacia el miembro fiel, pero al mismo tiempo, no
debemos condenar al miembro infiel ni juzgar si lo que han hecho está bien o mal. La
neutralidad es un principio cardinal en este trabajo, así como en terapia individual, para
evitar que la pareja busque a los terapeutas como aliados en su conflicto, tratando de
ganarse su apoyo en contra del otro.

Es importante establecer claramente que en el proceso terapéutico, cada uno de los


miembros hablará por sí mismo y adoptará su propia posición como personas maduras y
sensatas. En muchos casos de infidelidad, la obsesión persiste durante un tiempo
prolongado, y atenuar esta danza obsesiva es la parte más difícil del tratamiento. La meta
no es controlarla por completo, sino disminuir su intensidad.

Como terapeuta, plantee a la pareja que es muy probable y normal que estén
experimentando lo que están viviendo. Jamás debe señalar que lo que están haciendo es
muy dañino, en su lugar, enfatice que es una respuesta normal a la situación. Puede decir,
por ejemplo: "Es muy normal que usted se sienta así, señora, que no se obsesione con esto
me parecería raro. Esto se debe a los patrones que han desarrollado como pareja".
Explique este concepto en detalle, utilizando las palabras que ellos mismos han expresado
durante las sesiones terapéuticas anteriores. Al hacerlo, como terapeuta, está ganando
control al definir lo que realmente está ocurriendo en la relación.

Si esta estrategia no funciona y la obsesión persiste, indíqueles que llegará un momento en


el que el terapeuta cederá la palabra al miembro infiel para dar explicaciones, incluso si la
otra persona está gritando o tratando de detener la danza obsesiva.
Explique a la pareja que la obsesión disminuirá cuando comiencen a utilizar su tiempo y
energía de manera más productiva. En lugar de gastar energía en discusiones, gritos o
insultos, deben enfocarse en trabajar juntos para superar los problemas que han estado
evadiendo. Deben aprender a abordar sus problemas con sinceridad y buscar soluciones en
lugar de evitar hablar de ellos y controlarse mutuamente. La energía empleada en el control
y el seguimiento constante del otro no es productiva y solo perpetúa el conflicto.

Hágales entender que la infidelidad y la crisis que ha desencadenado formarán parte de su


historia de relación. Así como las viejas heridas duelen en días fríos y lluviosos, los
recuerdos de la infidelidad podrán aflorar de vez en cuando. En estos momentos, deben
abordar maduramente por qué ocurrió la infidelidad y cómo pueden avanzar juntos. Es
esencial que hablen abierta y sinceramente sobre su experiencia para poder sanar y crecer
como pareja.

En resumen:

Validación y empatía: Es fundamental que el terapeuta muestre empatía hacia el miembro


fiel. Valide sus emociones, reconociendo su dolor, ira y confusión. Haga que se sienta
escuchado y comprendido en un entorno seguro.

Neutralidad: A pesar de mostrar empatía, el terapeuta debe mantener la neutralidad. No


debe tomar partido ni emitir juicios morales sobre la infidelidad. La neutralidad es esencial
para evitar que la pareja busque al terapeuta como un aliado en su conflicto.

Cambio en la dirección de la atención: Ayude al miembro fiel a cambiar su enfoque de


evaluar la moralidad de la infidelidad hacia la exploración de las motivaciones conscientes e
inconscientes que llevaron a la infidelidad y los patrones de relación subyacentes.

Exploración de patrones de relación: Trabaje con la pareja para comprender los patrones
de relación que han contribuido a la infidelidad. Esto implica analizar cómo se relacionan,
cómo se comunican y cómo han lidiado con problemas en el pasado. Ayude a la pareja a
identificar sus patrones disfuncionales y cómo han contribuido a la situación actual.

Comunicación abierta: Fomente la comunicación abierta y sincera entre los miembros de


la pareja. Cada uno debe tener la oportunidad de expresar sus pensamientos y emociones
desde su propio punto de vista. Esto promueve la expresión de sentimientos y la
comprensión mutua.
Uso productivo del tiempo y la energía: Enfatice la importancia de utilizar el tiempo y la
energía de manera más productiva. En lugar de gastar energía en discusiones, control o
vigilancia constante, anime a la pareja a dedicar tiempo y esfuerzo a trabajar en la
resolución de problemas y la superación de los desafíos en la relación.

Comprensión y sanación: Ayude a la pareja a entender que la infidelidad y la obsesión


serán parte de su historia de relación. Los recuerdos pueden surgir en el futuro, y es
importante que estén dispuestos a abordar estos recuerdos de manera madura y abierta.
Esto es esencial para avanzar en la sanación y el crecimiento como pareja.
MANIOBRA TÉCNICA:

La maniobra técnica que implementamos en casos de infidelidad tiene como objetivo


fundamental lograr un cambio en la posición de la pareja. Pasamos de una posición en la
que uno de los miembros se siente agraviado o culpable y no ve ningún beneficio, a una en
la que ambos asumen la infidelidad como un problema compartido en el que ambos tienen
responsabilidad. Esto se relaciona con el enfoque constructivista en terapia, que busca que
las parejas, familias o individuos comprendan y construyan una nueva perspectiva sobre la
realidad que están viviendo.

El enfoque terapéutico se dirige hacia la construcción de la idea de que la infidelidad es un


problema mutuo, y ambos miembros de la pareja comparten la responsabilidad de lo que ha
ocurrido. Nuestra estrategia terapéutica se enfoca en fomentar una conversación entre la
pareja que conduzca a una comprensión compartida de los problemas que enfrentan. Esta
definición compartida se convierte en la base del tratamiento, ya que ayuda a ambos a
asumir la responsabilidad y a avanzar hacia la solución de los problemas en la relación. La
clave radica en que tanto el terapeuta como la pareja lleguen a un entendimiento de que la
responsabilidad no recae únicamente en uno de los miembros, sino que es compartida, y a
partir de ahí se construye el proceso terapéutico.

La "definición compartida" en el contexto de la terapia de infidelidad se refiere a una


comprensión mutua y acordada de los problemas que han llevado a la infidelidad y a las
dinámicas disfuncionales en la relación. Esta definición no solo se basa en lo que el
terapeuta observa y recopila durante las sesiones de terapia, sino que también implica que
ambos miembros de la pareja se involucren activamente en identificar y comprender su
papel en la situación.

Aquí hay algunos puntos clave sobre esta definición compartida:

Contribuciones recíprocas: La definición compartida debe incluir una comprensión mutua


de que ambas partes de la pareja han contribuido de alguna manera a la creación de un
entorno emocional en el que la infidelidad se convirtió en una posibilidad. Esto significa que
ninguno de los miembros puede culpar exclusivamente al otro por la infidelidad. La
responsabilidad se comparte.

Hipótesis del terapeuta: El terapeuta formula una hipótesis implícita basada en la


información recopilada a lo largo de las sesiones de terapia. Esta hipótesis es una especie
de suposición informada sobre cómo se desarrollaron los patrones de relación
disfuncionales y llevaron a la infidelidad. Es importante destacar que esta hipótesis se utiliza
para ayudar a las personas a comprender la dinámica de su relación y no necesariamente
como una verdad absoluta.

Aspectos positivos: Al escribir la definición compartida, se comienza señalando aspectos


positivos de la pareja o de cada miembro individual. Esto no solo crea un ambiente de
apertura y comprensión, sino que también ayuda a contrarrestar la negatividad y la culpa
que a menudo surgen en situaciones de infidelidad.

Responsabilidad individual: Luego, se profundiza en las contribuciones individuales de


cada miembro de la pareja en la creación de los patrones de relación disfuncionales que
llevaron a la infidelidad. Esto implica examinar cómo cada uno ha influido en la relación y en
qué áreas específicas se han producido tensiones o conflictos.

La definición compartida es una herramienta poderosa en la terapia de pareja, ya que


permite a ambos miembros de la pareja tomar conciencia de su papel en la dinámica de la
relación y trabajar juntos para comprender y abordar los problemas subyacentes. Al
reconocer que ambos comparten la responsabilidad en la creación del escenario emocional
en el que se desarrolló la infidelidad, pueden empezar a construir un nuevo significado de
su realidad y, en última instancia, avanzar hacia la sanación y la mejora de su relación.

Ejemplo: El terapeuta se dirige a la señora Martínez de la siguiente manera: "Quiero


resaltar, señora Martínez, que he observado en usted cualidades valiosas, como su
responsabilidad, su destacado papel como madre y su apoyo constante a su esposo en
momentos difíciles, como cuando perdió su empleo o enfrentó una enfermedad grave. Ha
demostrado ser una esposa que siempre ha deseado lo mejor para su esposo y ha estado
dispuesta a brindar apoyo de manera tierna y responsable.

Sin embargo, es fundamental que exploremos ciertos aspectos en nuestra terapia. En


particular, noto que ha habido dificultades para abordar temas relevantes en su relación,
como los relacionados con sus hijos, las finanzas y la vida sexual. Hasta ahora, no ha
buscado activamente soluciones en conjunto con su esposo, y no han tenido
conversaciones abiertas para resolver estas problemáticas como adultos maduros y
sensatos. En lugar de abordar estas cuestiones, parece que se han pospuesto, creando una
especie de tensión acumulativa que, como sabemos, en algún momento podría estallar.
Además, me gustaría señalar que en algunas instancias, ha exhibido tendencias
controladoras y ha mostrado un interés en conocer todos los detalles de las finanzas de su
esposo. Este comportamiento podría estar interfiriendo con su espacio y privacidad
individual en la relación".

En este enfoque, se destaca tanto lo positivo como lo problemático de la señora Martínez en


la relación, con el propósito de fomentar la comprensión de cómo sus acciones y patrones
de relación han influido en la dinámica de la pareja.

Y de la misma manera, con el esposo, el terapeuta procede a resaltar sus cualidades


positivas y no se limita únicamente a señalar su nivel de responsabilidad, sino que también
explora cómo la relación se ha deteriorado, incluso con respecto a la esposa de Don Carlos
Martínez.

Un ejemplo dirigido al esposo podría ser el siguiente: "Quiero destacar, Don Carlos
Martínez, lo admirable y responsable que ha sido en el hogar. Usted trabaja
incansablemente, incluso durante las largas horas de la noche, para asegurarse de que
nunca falte lo esencial en su familia. Siempre ha demostrado un profundo interés en
proporcionar una dieta saludable y nutritiva para todos en su hogar. Su dedicación a la
búsqueda de frutas frescas, verduras y carne en los supermercados o en el mercado es
realmente admirable y habla de su compromiso con la nutrición de su familia".

Siguiendo la misma metodología, el terapeuta proporciona una copia de estas


observaciones al esposo y procede a discutir la problemática de la pareja, así como las
contribuciones recíprocas de ambos miembros en la creación del escenario emocional que
llevó a la infidelidad.

En el transcurso del proceso terapéutico, se solicita a los miembros de la pareja que


expresen su acuerdo o desacuerdo con las observaciones y señalamientos que se les han
proporcionado en las copias escritas. En lugar de solicitar esta información de inmediato, se
les puede asignar como tarea reflexionar sobre estas observaciones en sus respectivos
tiempos y ritmos, sin presionarlos para que proporcionen respuestas en el mismo momento
de la sesión. Esto se debe a que, si se les pide su opinión de inmediato, es probable que
ofrezcan información ambigua y general.

El terapeuta ha desempeñado un papel en la definición del problema inicial, y ahora se


espera que los miembros de la pareja participen en la redefinición del problema. El objetivo
es alcanzar una definición compartida del problema en la que ambos estén de acuerdo. Sin
una definición compartida, será difícil avanzar en la terapia y abordar los problemas de
manera efectiva. Si no se logra una definición compartida, los objetivos terapéuticos pueden
resultar inalcanzables.

Antes de asignar la tarea de reflexionar sobre las observaciones, es recomendable realizar


un análisis en la misma sesión. Esto implica discutir y analizar las observaciones junto con
la pareja, permitiendo que expresen sus puntos de vista, emociones y preocupaciones en el
proceso. El análisis conjunto puede ayudar a aclarar la comprensión de la pareja sobre el
problema y facilitar la creación de una definición compartida del mismo.

A continuación, se plantean algunas preguntas orientadoras para guiar a los miembros de la


pareja en la reflexión sobre las observaciones proporcionadas y que les servirán como tarea
para abordar en la próxima sesión. El terapeuta les explica:

"Desearía que ustedes, como miembros de la pareja que conocen bien su realidad, me
digan en qué están de acuerdo y en qué no están de acuerdo con lo que les he planteado
esta mañana. Esto será su tarea para completar en casa, y luego lo analizaremos en la
próxima sesión. Antes de que se retiren, me gustaría que examinemos las siguientes
preguntas juntos".

¿Por qué piensan que la aventura ocurrió ahora?


Esta pregunta ayudará a evaluar el grado de conciencia que tienen acerca de los problemas
en su relación. Si reconocen que existían problemas mutuos, conflictos continuos o
devaluación profunda entre ellos, esto indicará que tienen claridad sobre los desafíos en su
relación que llevaron a la infidelidad.

¿Qué cambios ocurrieron en sus vidas justo antes de que la infidelidad se presentara?
¿Hubo la muerte de uno de sus padres o la grave enfermedad de un bebé (su hijo)? Estos
eventos pueden ser antecedentes emocionales significativos que desequilibraron a los
miembros de la pareja, llevándolos a buscar un escape a través de la aventura.

¿Cuándo comenzaron a ir mal las cosas para alguno de ustedes o para ambos?
¿Tenían conciencia personal de lo que estaba sucediendo cuando empezaron a surgir los
problemas y por qué? Les preguntaremos acerca de los tipos de problemas que no
resolvieron o al menos no discutieron. También exploraremos qué habilidades no se
desarrollaron para enfrentar las dificultades o desacuerdos. En las relaciones de pareja, los
desacuerdos son comunes, y es importante entender cuándo comenzaron a manifestarse y
por qué.

¿Qué factores externos contribuyeron a los problemas?


Identificaremos posibles factores externos que pueden haber contribuido a los problemas en
la relación. Estos factores pueden incluir influencias de la familia de origen, amigos, el
trabajo y otros aspectos de sus vidas. Comprender cómo estos factores influyeron en su
relación es fundamental para abordar la problemática.

¿Qué estaba sucediendo entre ustedes cuando ocurrió la aventura?


Queremos que reflexionen sobre los tipos de problemas o conflictos que enfrentaban en su
relación en el momento en que ocurrió la infidelidad. ¿Tienen conciencia de estos
problemas? La conciencia de estos hechos es crucial para poder abordarlos y trabajar en su
resolución.

¿Qué los atrajo inicialmente el uno al otro al principio de la relación?


A menudo, lo que inicialmente atrajo a las parejas puede convertirse en el foco de conflictos
más adelante en la relación. Exploraremos lo que los atrajo inicialmente el uno al otro y
cómo esos aspectos pueden haberse convertido en causas de quejas o conflictos a lo largo
del tiempo.

Por ejemplo, consideremos el caso de una esposa que inicialmente se


sentía atraída por la comunicación fluida y versátil de su esposo. Sin embargo, con
el tiempo, esta comunicación se convirtió en un foco de conflicto cuando se dio
cuenta de que a través de esa habilidad, su esposo la manipulaba y la llevaba a
hacer lo que él quería.

También conozco una pareja en la que al principio de su relación, la esposa


se sentía atraída por la cualidad de su esposo de ser ahorrativo. Ella creía que su
enfoque en la economía familiar aseguraba que siempre habría dinero disponible
para enfrentar las posibles emergencias, como enfermedades de sus hijos o de sus
padres. Sin embargo, con el tiempo, la misma característica que la atrajo se convirtió
en el foco de conflicto. Ahora, él es tan ahorrativo que quiere que laven la ropa con
una sola bola de jabón o que utilicen el río para lavar la ropa, con el fin de ahorrar
agua, lo que genera desacuerdos y tensiones en la relación.
Estos ejemplos ilustran cómo las cualidades o características que inicialmente atraen a las
parejas pueden evolucionar con el tiempo y convertirse en desencadenantes de conflictos si
no se manejan adecuadamente. La terapia ayudará a explorar estos cambios en la dinámica
de la relación y buscar formas de abordarlos de manera constructiva.

El análisis de las preguntas orientadoras cumple un propósito fundamental en el proceso


terapéutico. Estas preguntas están diseñadas para ayudar a la pareja a reflexionar y adquirir
una mayor conciencia sobre su situación. A través de estas preguntas, el terapeuta busca
fomentar la autorreflexión y el diálogo entre los miembros de la pareja.

El proceso de análisis de las preguntas orientadoras tiene como objetivo proporcionar a la


pareja una comprensión más profunda de su relación y los factores que pueden haber
contribuido a la infidelidad. Esto les brinda más elementos de juicio para abordar y
completar la tarea de definición compartida que el terapeuta les ha asignado.

La definición compartida es esencial para que la terapia sea efectiva, ya que permite que
ambos miembros de la pareja lleguen a un entendimiento común sobre la problemática en
su relación. Sin una definición compartida, es difícil avanzar en la terapia y abordar los
problemas de manera constructiva. Por lo tanto, el análisis de las preguntas orientadoras
sirve como un paso crucial para lograr esta definición compartida y, finalmente, trabajar en
la mejora de la relación de pareja.

La fase del perdón es el último paso del proceso terapéutico. En esta etapa, se aborda la
idea del perdón como un medio para liberarse de la carga emocional que implica la
infidelidad. Es importante destacar que el perdón no implica necesariamente expiación, es
decir, no se trata de buscar una especie de redención o castigo. En su lugar, el perdón se
entiende como un acto sincero y honesto por parte de ambas partes, el que pide perdón y el
que perdona.

El terapeuta busca guiar a la pareja hacia un perdón genuino, en el cual tanto el que pide
perdón como el que perdona lo hacen con sinceridad y honestidad. Se enfatiza que las
palabras vacías o superficiales no tienen cabida en este proceso. El perdón en esta fase se
considera un acto profundo y significativo.

Este proceso terapéutico consta de varias fases, como la devolución, el análisis de las
preguntas orientadoras y, finalmente, la definición compartida de la problemática de la
pareja. La definición compartida es un componente esencial que debe lograrse antes de
avanzar hacia la fase del perdón. Si la pareja no puede llegar a un entendimiento común de
la situación y la problemática que enfrentan, es difícil trabajar en la resolución de los
problemas subyacentes en su relación.

¡Prohibido rendirse, respira hondo y


sigue!
-Alexis

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