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Primer paso: El terapeuta se basa en las metas individuales de los miembros de la pareja,
ya que es común que cada uno tenga objetivos y deseos distintos en la terapia. Algunos
pueden buscar aclarar sus sentimientos para tomar decisiones importantes, mientras que
otros pueden desear que su pareja comprenda su punto de vista y acepte que todos
cometen errores en una relación. Además, se considera el contrato terapéutico, que
establece detalles importantes, como la duración de la terapia y las expectativas sobre el
proceso terapéutico. El terapeuta también observa las interacciones y patrones
disfuncionales de la pareja, así como los mensajes que se envían mutuamente. Con base
en esta información, el terapeuta formula su hipótesis sobre el problema de la relación.
Segundo paso: Una vez que se ha formulado una hipótesis de trabajo, es esencial
comprobarla. Esto se hace siguiendo el método científico. Se llevan a cabo entrevistas en
las que se recopila más información, se conectan los puntos y se busca una comprensión
más profunda del caso. Si la comprensión del terapeuta es insuficiente, trabajará con la
pareja para aclarar y entender mejor la situación.
Cuarto paso: En esta etapa, los miembros de la pareja tendrán la oportunidad de redefinir
la hipótesis que les he planteado. Expresarán si están de acuerdo o en desacuerdo con mi
comprensión del problema y, lo que es más importante, el porqué de su acuerdo o
desacuerdo. Es importante aclarar que esta comprensión inicial es solo un bosquejo
general. Luego, en la devolución, les expondré cómo he llegado a entender el problema. Por
ejemplo, podría decirles: "Miren, Marta, después de escucharles, he llegado a comprender
el problema por el cual me han consultado. Entre ustedes, han desarrollado una diversidad
de patrones, lo que yo llamo patrones de interacción. Estos son las formas en las que han
construido su relación, incluyendo el control constante que has tenido sobre él y tus
sentimientos de celos y deseo de que él haga lo que tú deseas". En esta etapa, les
proporciono todos estos elementos para que comprendan mi perspectiva. Luego, es
esencial que la pareja redefina si están de acuerdo o en desacuerdo con mi planteamiento,
y expresen por qué están de acuerdo o en desacuerdo.
Quinto paso: Después de esta fase de comprensión y redefinición, avanzamos hacia la
fase del perdón. Aquí, la pareja comienza a abordar la posibilidad de perdonarse
mutuamente. Sin embargo, es importante señalar que el perdón no garantiza
necesariamente que la pareja continuará junta. Puede darse el perdón, pero eso no implica
automáticamente que la relación seguirá adelante. En esta etapa, se trabaja en cómo
manejar las emociones y resentimientos, lo que puede allanar el camino hacia una posible
reconciliación. Posteriormente, se da paso a la terapia de reconstrucción de patrones de
pareja, en la que se trabajarán en profundidad los patrones de interacción y comunicación
de la pareja. Esto marca el inicio de una terapia de pareja más amplia y profunda.
¿POR QUÉ ENTRAN EN TERAPIA LOS MIEMBROS DE LA PAREJA PARA RESOLVER
SU AMBIVALENCIA HACIA LA RELACIÓN Y HACIA LA CONTINUACIÓN DE LA
MISMA?
Las áreas a través de las cuales se proporcionará nueva información a la pareja Estas
áreas incluyen:
SISTEMAS MÁS AMPLIOS: Se examinan cómo otros sistemas, como amigos, iglesia y
cultura, pueden verse afectados por las consecuencias de la infidelidad.
Existen tres dimensiones que permiten determinar si una persona está comprometida
o no con su relación de pareja:
Por otro lado, las barreras altas indican un fuerte compromiso y valoración hacia la familia y
la relación. Estas personas pueden tener valores religiosos arraigados, alta valoración de la
vida en pareja, incapacidad para enfrentar la soledad y limitaciones económicas. A pesar de
atracciones negativas y atractivos alternativos positivos, tienden a mantenerse en la relación
debido a estas barreras altas.
Por otro lado, están los realistas, que reflejan madurez en su perspectiva y no idealizan
excesivamente a su pareja. Esta dimensión es importante porque puede influir en la forma
en que los individuos perciben y se relacionan en su vida de pareja.
EL DIAGNÓSTICO INDIVIDUALIZADO
Realistas "Atados" (R - AI - BA): Estas personas son realistas y tienen altos atractivos
internos, lo que significa que valoran adecuadamente los aspectos positivos y negativos de
su pareja. Además, tienen barreras altas, lo que les lleva a comprometerse con la relación y
la familia. Los miembros centrípetos de esta categoría evalúan la relación y desean
permanecer en ella, mientras que los centrífugos también son realistas pero se mantienen
en la relación a pesar de los problemas.
Estables (R - AA - BA): También son realistas, pero en este caso, valoran atractivos
alternativos además de los atractivos internos. Aunque consideran el divorcio como una
opción, sus barreras altas dificultan la separación, ya que tienen un fuerte compromiso con
la familia.
Idealistas Atrapados (I - AI - BA): Son personas muy idealistas que ponen a sus parejas
en un pedestal y tienen barreras altas. Esto hace que sea difícil para ellos separarse, ya que
tienen una visión irreal de su pareja y la relación.
A lo largo de este proceso, los miembros de la pareja construirán una nueva perspectiva
que les ayudará a tomar la decisión de separarse o mantener su relación. Es importante
destacar que esta decisión es completamente de su competencia y nosotros mantenemos
una posición neutral en este proceso, sin influir en su elección final.
Lucía y Carlos habían estado casados durante diez años, pero su relación enfrentó una
crisis profunda cuando Lucía descubrió que Carlos la había engañado con una compañera
de trabajo. La confianza se había desmoronado, y ambos se encontraron en un dilema
significativo. Lucía estaba herida y enojada, considerando seriamente poner fin a su
matrimonio, mientras que Carlos, arrepentido de su error, deseaba desesperadamente
mantener su familia unida.
La terapia también reveló que ambos tenían barreras altas para dejar la relación. Lucía
valoraba profundamente su familia y tenía barreras altas debido a sus creencias religiosas y
su deseo de mantener la familia unida. Carlos, por otro lado, tenía barreras altas porque
estaba decidido a enmendar su error y reconstruir su matrimonio.
Al final del proceso, Lucía y Carlos tomaron una decisión. A pesar de las dificultades y el
dolor que habían experimentado, decidieron continuar juntos. Optaron por entrar en terapia
de infidelidad. Surgió una "nueva pareja" en el sentido de que estaban comprometidos a
luchar por su matrimonio sobre una base más sólida y con una comprensión más profunda
el uno del otro.
¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS QUE SE DERIVAN DE GUIAR A LA PAREJA HACIA
LAS METAS DEL NIVEL 3?
Las metas de este nivel están dirigidas a la construcción de una nueva perspectiva acerca
de uno mismo, de su compañero y cómo la relación se fue deteriorando, es decir, que se
llega a una comprensión a construir, a un proceso constructivo, en el cual se logra entender
las razones de la infidelidad y pueden tomar una decisión más sensata sobre la base de
esos conocimientos. Cada miembro de la pareja puede lograr una mejor comprensión
acerca de su conducta en esta relación y puede trabajar para cambiar en futuras relaciones,
incluyendo la actual. Esto es crucial cuando ingresan a terapia de relación, ya que les brinda
información sobre lo que ha ocurrido y lo que no deben repetir si deciden seguir juntos o en
otra relación si se separan, y aquí se los explicamos.
Las metas del nivel 3 están dirigidas a una nueva construcción de una perspectiva sobre
uno mismo, lo que implica que se conozcan realmente a sí mismos, ya que hay personas
que viven en un mundo inconsciente y desconocen quiénes son. Esto les permite tener una
nueva perspectiva acerca de uno mismo, de su compañero y de la relación. Si logran esto,
habrán dado un salto de calidad, ya que la persona comprenderá el mundo emocional en el
que está viviendo, reconocerá tanto los errores cometidos como los aspectos positivos de
su compañera/o, y entenderá principalmente cómo la relación se deterioró a partir de
patrones disfuncionales que construyeron y que los llevaron hasta donde están. Un
beneficio adicional de este nivel es un aumento en la posibilidad de llegar a un acuerdo
mutuo para continuar o dejar la relación.
Uno de los aspectos más devastadores del divorcio es el impacto de tomar una decisión
unilateral. Esto se refiere a la situación en la que uno de los miembros de la pareja decide
poner fin a la relación sin la participación ni el acuerdo del otro. Esta decisión puede tener
un efecto emocionalmente abrumador tanto en quien toma la decisión como en quien no
tiene participación en ella.
Cuando uno de los miembros decide abandonar la relación, suele experimentar
sentimientos de culpa y confusión, especialmente si aún existe un compromiso emocional o
familiar. Por otro lado, la parte que no participa en la decisión suele sentir enojo y
resentimiento. En ocasiones, el compromiso con los hijos puede ser un factor adicional que
complica la situación, lo que lleva a expresiones dolorosas como "te vas, te vas y te vas", lo
que puede hacer que el perdón sea difícil de alcanzar.
En este contexto, trabajar con la pareja facilita la recuperación en caso de divorcio. Cuando
uno de los miembros decide poner fin a la relación, el enfoque terapéutico debe centrarse
en comprender las razones detrás de la ruptura y en reconocer la contribución de ambos
miembros a la misma. Es esencial evitar asignar la responsabilidad exclusivamente a uno
de ellos y, en su lugar, ayudar a ambos a asumir su nivel de responsabilidad en el colapso
de la relación. Además, es fundamental identificar las áreas que cada uno debe trabajar de
manera individual para evitar la repetición de patrones emocionales destructivos en futuras
relaciones y prevenir la infidelidad.
Recapitulando:
Uno de los aspectos más devastadores del divorcio es el impacto de tomar una decisión de
forma unilateral. Cuando ambos cónyuges están de acuerdo en la separación,
generalmente no hay problemas significativos. Lo realmente devastador ocurre cuando uno
de los miembros decide poner fin a la relación sin el consentimiento del otro.
En esta situación, el miembro que decide salir de la relación experimenta una serie de
emociones abrumadoras. Puede sentir culpa, especialmente si hay hijos involucrados, y aún
siente un compromiso con la familia. La confusión también puede ser una emoción común
en esta etapa, ya que la decisión unilateral puede ser un proceso complicado.
Por otro lado, el miembro que no participa en la decisión suele experimentar enojo. En
algunos casos, este enojo puede ser tan abrumador que desemboca en comportamientos
violentos. La violencia a menudo es una consecuencia devastadora de la infidelidad y el
divorcio.
Es esencial abordar este tipo de situaciones trabajando con la pareja, ya que esto puede
facilitar la recuperación en casos de divorcio. El enfoque terapéutico debe centrarse en la
comprensión de por qué se produce la ruptura en la relación y, sobre todo, en la
contribución de cada miembro de la pareja a esa ruptura. Se trata de identificar las áreas
que necesitan ser trabajadas, ya sea en conjunto o de manera individual, para evitar
cometer los mismos errores en futuras relaciones.
METAS DE TRATAMIENTO
Además, las metas de tratamiento también están relacionadas con los patrones de
relación que han contribuido a la infidelidad. Si se observa un patrón de fusión con
idealización y devaluación, una de las metas iniciales es ayudar a las personas involucradas
a calmarse. El enfoque terapéutico busca que los participantes en la terapia comprendan lo
que está sucediendo en sus vidas y encuentren respeto entre ellos y hacia el terapeuta. En
situaciones en las que la devaluación y la idealización están presentes, la carga emocional
puede ser intensa, por lo que es fundamental establecer un ambiente de respeto y
colaboración en la terapia, donde las personas no entren en discusiones o devaluaciones
mutuas, sino que trabajen juntas para superar la situación y reconstruir una relación más
saludable
Por ejemplo, las metas al comienzo del tratamiento pueden centrarse en la comprensión de
los patrones de relación y la construcción de una base sólida para abordar la infidelidad.
Durante la etapa de devolución, donde se busca establecer una definición compartida de la
situación, las metas pueden estar orientadas a lograr una comprensión mutua y crear un
terreno común.
En contraste, las metas en la fase de perdón pueden implicar sanar heridas emocionales,
reconstruir la confianza y establecer una base para avanzar. La elección de las metas
dependerá en gran medida de la situación particular de la pareja, los patrones de relación
que han desarrollado y las personalidades de los cónyuges.
La facilidad o dificultad de tratar un escenario específico puede variar según los patrones de
relación existentes y las características psicológicas de los miembros de la pareja. En
situaciones en las que hay conflictos constantes y patrones de relación negativos, el
tratamiento puede ser más desafiante. Además, si alguno o ambos miembros de la pareja
presentan problemas psicológicos, como la depresión o inestabilidad emocional, el caso se
complica aún más. No es lo mismo trabajar con personas que tienen una salud mental
estable que con personas que enfrentan desafíos psicológicos, ya que estos últimos pueden
requerir una atención y enfoque terapéutico específicos.
Honestidad: ¿Podrán ser honestos el uno con el otro y con sus amantes? La
deshonestidad es común en la sociedad, pero es crucial abordarla en el proceso
terapéutico.
Resolución de diferencias: ¿Pueden resolver las diferencias que tienen, como
aquellas relacionadas con los hijos o el control que ejercen el uno sobre el otro?
Para disolver la obsesión, el terapeuta debe ayudar a la pareja a comprender por qué
ocurrió la infidelidad y cómo contribuyeron ambos a esos patrones disfuncionales en su
relación. Este proceso implica mirar más allá de la acción en sí y adentrarse en las razones
subyacentes que llevaron a la infidelidad.
La obsesión puede servir como una vía de escape para evitar abordar temas incómodos en
la relación que la pareja no ha deseado enfrentar. Funciona como un mecanismo de
adormecimiento emocional.
Mantener la obsesión es uno de los patrones de relación compartidos por ambos cónyuges.
En esta danza, el miembro fiel toma el papel dominante, expresando su dolor, ira y
confusión, mientras que el infiel trata de calmarlo y pedir disculpas. Sin embargo,
independientemente de cuánto se disculpe y explique el infiel, a menudo no será suficiente
para el miembro fiel.
El ciclo de la obsesión puede incluir preguntas como "¿Cómo pudiste hacerme esto?", "¿Por
qué me lastimaste tanto?", "¿Qué tiene la otra persona que te hace mejor en la cama?". El
infiel generalmente intenta minimizar la importancia de la infidelidad y se disculpa,
afirmando que la pareja y los hijos son lo que realmente le importa. Este ciclo puede
repetirse continuamente en la terapia.
En la fase inicial, el terapeuta debe mostrar empatía hacia el miembro fiel, reconociendo su
rabia y dolor. Sin embargo, es crucial que el terapeuta no condene al miembro infiel. El
miembro fiel necesita sentir que el terapeuta comprende sus emociones, pero el terapeuta
no debe tomar partido ni emitir juicios morales sobre si lo que ha hecho el infiel está bien o
mal.
Una forma de evitar este problema es establecer la norma de que cada uno en la pareja
tiene la oportunidad de expresar su perspectiva y sus emociones desde su propio punto de
vista, siempre hablando en primera persona sin necesidad de formar una alianza con uno u
otro miembro. Esto fomenta un ambiente de apertura y permite que ambos cónyuges se
sientan escuchados y comprendidos sin que se les condene.
Ante las condiciones de obsesión que pueden surgir en la terapia de infidelidad debido a los
patrones de relación de la pareja, se aborda la situación de la siguiente manera. Se les
plantea a la pareja que es muy probable que se obsesionen con un tema, y se les explica en
detalle utilizando los elementos y palabras que ellos mismos han proporcionado al describir
sus sentimientos y pensamientos.
Esto se hace con el propósito de que la pareja gane control sobre su situación al definir
claramente lo que está sucediendo en su vida cotidiana. Se les hace ver que, en caso de
que la obsesión se manifieste, el terapeuta sugiere al miembro infiel que deje de
proporcionar explicaciones por completo, incluso si el otro miembro insulta o busca
respuestas.
La obsesión se intensifica aún más cuando se trata de una persona narcisista que enfoca
gran parte de su autoestima en su aspecto físico o su cuerpo. Esta característica narcisista
actúa como un fertilizante que fortalece la obsesión en la fase inicial del tratamiento. Como
terapeutas, es esencial mostrar empatía hacia el miembro fiel, pero al mismo tiempo, no
debemos condenar al miembro infiel ni juzgar si lo que han hecho está bien o mal. La
neutralidad es un principio cardinal en este trabajo, así como en terapia individual, para
evitar que la pareja busque a los terapeutas como aliados en su conflicto, tratando de
ganarse su apoyo en contra del otro.
Como terapeuta, plantee a la pareja que es muy probable y normal que estén
experimentando lo que están viviendo. Jamás debe señalar que lo que están haciendo es
muy dañino, en su lugar, enfatice que es una respuesta normal a la situación. Puede decir,
por ejemplo: "Es muy normal que usted se sienta así, señora, que no se obsesione con esto
me parecería raro. Esto se debe a los patrones que han desarrollado como pareja".
Explique este concepto en detalle, utilizando las palabras que ellos mismos han expresado
durante las sesiones terapéuticas anteriores. Al hacerlo, como terapeuta, está ganando
control al definir lo que realmente está ocurriendo en la relación.
En resumen:
Exploración de patrones de relación: Trabaje con la pareja para comprender los patrones
de relación que han contribuido a la infidelidad. Esto implica analizar cómo se relacionan,
cómo se comunican y cómo han lidiado con problemas en el pasado. Ayude a la pareja a
identificar sus patrones disfuncionales y cómo han contribuido a la situación actual.
Un ejemplo dirigido al esposo podría ser el siguiente: "Quiero destacar, Don Carlos
Martínez, lo admirable y responsable que ha sido en el hogar. Usted trabaja
incansablemente, incluso durante las largas horas de la noche, para asegurarse de que
nunca falte lo esencial en su familia. Siempre ha demostrado un profundo interés en
proporcionar una dieta saludable y nutritiva para todos en su hogar. Su dedicación a la
búsqueda de frutas frescas, verduras y carne en los supermercados o en el mercado es
realmente admirable y habla de su compromiso con la nutrición de su familia".
"Desearía que ustedes, como miembros de la pareja que conocen bien su realidad, me
digan en qué están de acuerdo y en qué no están de acuerdo con lo que les he planteado
esta mañana. Esto será su tarea para completar en casa, y luego lo analizaremos en la
próxima sesión. Antes de que se retiren, me gustaría que examinemos las siguientes
preguntas juntos".
¿Qué cambios ocurrieron en sus vidas justo antes de que la infidelidad se presentara?
¿Hubo la muerte de uno de sus padres o la grave enfermedad de un bebé (su hijo)? Estos
eventos pueden ser antecedentes emocionales significativos que desequilibraron a los
miembros de la pareja, llevándolos a buscar un escape a través de la aventura.
¿Cuándo comenzaron a ir mal las cosas para alguno de ustedes o para ambos?
¿Tenían conciencia personal de lo que estaba sucediendo cuando empezaron a surgir los
problemas y por qué? Les preguntaremos acerca de los tipos de problemas que no
resolvieron o al menos no discutieron. También exploraremos qué habilidades no se
desarrollaron para enfrentar las dificultades o desacuerdos. En las relaciones de pareja, los
desacuerdos son comunes, y es importante entender cuándo comenzaron a manifestarse y
por qué.
La definición compartida es esencial para que la terapia sea efectiva, ya que permite que
ambos miembros de la pareja lleguen a un entendimiento común sobre la problemática en
su relación. Sin una definición compartida, es difícil avanzar en la terapia y abordar los
problemas de manera constructiva. Por lo tanto, el análisis de las preguntas orientadoras
sirve como un paso crucial para lograr esta definición compartida y, finalmente, trabajar en
la mejora de la relación de pareja.
La fase del perdón es el último paso del proceso terapéutico. En esta etapa, se aborda la
idea del perdón como un medio para liberarse de la carga emocional que implica la
infidelidad. Es importante destacar que el perdón no implica necesariamente expiación, es
decir, no se trata de buscar una especie de redención o castigo. En su lugar, el perdón se
entiende como un acto sincero y honesto por parte de ambas partes, el que pide perdón y el
que perdona.
El terapeuta busca guiar a la pareja hacia un perdón genuino, en el cual tanto el que pide
perdón como el que perdona lo hacen con sinceridad y honestidad. Se enfatiza que las
palabras vacías o superficiales no tienen cabida en este proceso. El perdón en esta fase se
considera un acto profundo y significativo.
Este proceso terapéutico consta de varias fases, como la devolución, el análisis de las
preguntas orientadoras y, finalmente, la definición compartida de la problemática de la
pareja. La definición compartida es un componente esencial que debe lograrse antes de
avanzar hacia la fase del perdón. Si la pareja no puede llegar a un entendimiento común de
la situación y la problemática que enfrentan, es difícil trabajar en la resolución de los
problemas subyacentes en su relación.