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“AÑO DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANÍA NACIONAL”

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

ASIGNATURA:

CONSEJO Y ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA

DOCENTE:

Dra. MILLONES ALBA ERICA LUCY

TEMA:

FACTORES DE CONFLICTOS Y PAUTAS PARA LA ORIENTACIÓN


PSICOLÓGICA A LA PAREJA

CICLO: VII SECCIÓN: B - B

INTEGRANTES:

CARDOZO DEL CASTILLO ENITH DEL ROSARIO

CUNTO VILCAPOMA CRISEL JENAETH

MAGUIÑA HUERTA GISSELLA MARIBEL

MAURICIO CHUGDEN ANGIE KATHERINE

SÁNCHEZ AGUILAR JUDY PAULINA

VELA CERVERA MADELEINI

PERÚ - 2022
INDICE
INTRODUCCIÓN

La relación de pareja es un vínculo que nos pone a prueba constantemente, ya que se


establece un contacto íntimo en el que afloran todos nuestros miedos e inseguridades.
Para los terapeutas de pareja existen factores determinantes que causan el final de
una relación. Verse implicado en alguno de estos comportamientos es señal de que
hay que cambiar un aspecto importante en nuestro modo de relacionarnos. De lo
contrario estaremos alimentando el conflicto y aumentando la probabilidad de que la
relación se termine.

Las discusiones, los malos entendidos y los desacuerdos forman parte de la relación
de pareja. Sin embargo, hay muchas maneras de comunicar nuestras emociones y
algunas de ellas son altamente destructivas. Son estas formas de expresión las que
tenemos que dejar a un lado si queremos sentirnos entendidos y que a la vez nuestra
relación salga reforzada.

Entender los conflictos como espacios potenciales para el desarrollo personal y para
estrechar y fortalecer los lazos familiares, es sin duda, un motivo suficiente para
detenernos en el análisis de este tipo de situaciones. Gran parte de los estudios
alertan sobre la gestión destructiva de los conflictos y sus nefastas implicaciones para
los proyectos de pareja y para el desarrollo y bienestar de los hijos/as.

Encontrar una pareja en la que no haya contratiempos ni problemas es casi


imposible. Para empezar, cada uno tiene una personalidad y un modo de
comportarse, por lo que es más que habitual que surjan discrepancias en la manera de
pensar y actuar, por dicha razón es importante seguir una serie de pautas para una
mejor relación entre la pareja.
CONFLICTOS DE PAREJA

Los conflictos de pareja tienen diversas causas. Identificarlas puede ayudarnos a


superarlos, ya que normalmente tras un clima de conflicto, surgen momentos
delicados en la convivencia. Además, en el caso de que la pareja tenga hijos, estos
conflictos generan problemas también para ellos.

Como cualquier relación, la relación de pareja no está exenta de sufrir conflictos o


contratiempos. Es muy raro, por no decir imposible, que una pareja o matrimonio no
atraviese por momentos de conflicto en algún momento de su convivencia.

FACTORES QUE DESTRUYEN UNA RELACIÓN DE PAREJA

Para Aragón (2019) existen 4 factores que destruyen una relación de pareja:

1- Las críticas destructivas

Las críticas duelen, destruyen y lastiman. Su poder es tan grande que por sí mismas
pueden destruir una relación, especialmente cuando van dirigidas a la persona (no al
comportamiento ni a través de un mensaje en primera persona) y esta no tiene la
oportunidad de réplica. En el seno de una relación, son armas cargadas por el
mismísimo diablo.

La crítica se diferencia de la queja. La queja es más bien algo específico, que se


centra en el acto en sí más que en la persona. No es lo mismo decir “hoy te noto
distraído” a “nunca me prestas atención”. La crítica incluye culpa y difamación, con
lo que ello puede suponer para la otra persona.

2- El desprecio

El desprecio es posiblemente el peor de estos cuatro comportamientos que estamos


explorando. Cuando despreciamos a nuestra pareja estamos envenenando la relación,
causando una herida realmente profunda. Así, el desprecio ataca lo más básico, el
respeto que le debemos al otro.

El sarcasmo, la burla y el escepticismo forman parte del desprecio. Hay que estar
pendiente de cuando estamos cayendo en estas conductas, puesto que una vez que
aprendemos a relacionarnos de esta manera, el conflicto está servido y el daño
producido va a tener una reparación larga y compleja.

Es difícil llegar a una reconciliación cuando ha habido desprecio anteriormente. Este


comportamiento genera conflicto y en un disgusto que se torna complicado de
manejar.

3- Actitud defensiva

En la actitud defensiva entorpecemos la comunicación mediante una barrera que nos


creamos culpabilizando a nuestra pareja. Distorsionamos los mensajes y los llenamos
de interferencias, con el objetivo inconsciente de no mostrar nuestra vulnerabilidad.

Cuando permanecemos en esta actitud bloqueamos el diálogo y el tono afectivo, para


dejar paso a la incomprensión y el distanciamiento emocional. Al sentirnos atacados
nos mostramos con un escudo y todas nuestras armas haciendo del vínculo una
batalla campal.

Adoptando una actitud defensiva estamos lanzando el siguiente mensaje a nuestra


pareja “el problema no es mío sino tuyo”, con lo que conseguimos que se agrave el
conflicto.

4- Actitud evasiva

El planteamiento violento en una discusión conforma factores de los que hemos


hablado anteriormente. Las críticas y el desprecio pueden dar lugar a la actitud
defensiva; posteriormente, cuando la distancia empieza a ser importante, aparece la
actitud evasiva.

Llegados a este punto de la relación, en el que es necesario distanciarse para


sentirnos bien, va a ser necesaria la voluntad de los dos para que los rotos no
terminen de destruirse. Todo lo contrario, a lo que sería una actitud evasiva.

Podemos ignorar el problema o ignorar al otro, pero cuando miremos de reojo no


quedará nada. Así, la actitud evasiva es un claro indicador de que el amor se está
marchitando. Por otro lado, este indicador suele aparecer más a menudo en parejas
que ya llevan un largo periodo de tiempo juntos y no han atendido a otros síntomas
que señalaban sus dificultades para relacionarse y amarse.
PRINCIPALES FACTORES EN LOS CONFLICTOS DE PAREJA

Así mismo tenemos a Gómez (2021) quien refiere los siguientes factores:

La convivencia

Muchas veces, las parejas no tienen conflictos hasta que llega la convivencia. La
razón de esto es que tenemos expectativas confusas sobre lo que será permanecer
bajo el mismo techo con la persona que amamos.

Puede que tengamos tan idealizada esa situación que cuando aparezca el conflicto
(porque seguramente lo haga) no sepamos cómo gestionarlo y nos haga
cuestionarnos incluso si tomamos la decisión adecuada.

La clave en estos casos es aprender a negociar, a llegar a un equilibrio y a ceder,


como ocurriría en cualquier tipo de convivencia.

La falta de comunicación

La comunicación es un pilar básico en toda relación. Por eso, cuando surgen


conflictos de pareja, es todavía más importante una buena comunicación,
que permitirá mantener el proyecto de vida en común que inicia la pareja.

En ocasiones, uno de los miembros de la pareja no tiene la suficiente empatía o no


dispone de las habilidades para expresar sus opiniones sin producir malestar en el
otro. En estos casos, los conflictos serán más habituales, por lo que debemos
procurar manejar esas actitudes.

Diferencias de valores

Aunque es más que posible que una pareja con diferentes ideologías tenga éxito, en
ocasiones, la diferencia en los valores fundamentales es fuente de conflicto.

La religión, la política, el valor que otorgan a la familia…Suelen ser causa de


conflicto en la pareja si ésta no consigue mantener un clima en el que el respeto sea
recíproco.

Problemas fuera de la pareja


En ocasiones, los conflictos que tenemos con nuestra pareja proceden de problemas
ajenos a ésta. Es decir, tenemos conflictos laborales o de otra índole que acabamos
pagando con nuestra pareja.

Es habitual en situaciones de exceso de trabajo, de mucho estrés o de inseguridad


laboral. La pérdida de empleo también puede suponer un motivo de conflicto en la
relación.

La clave para que esto no suceda es entender a la pareja como un aliado, alguien en
quien podemos apoyarnos y con quien desahogarnos. Seguramente así tengamos
menos situaciones problemáticas.

Problemas con la familia de la pareja

Puede ocurrir que los problemas no sean exclusivamente de la pareja, sino que uno
de los miembros de la pareja tenga algún desencuentro con la familia del otro.
También puede ser que el conflicto suceda con un amigo de nuestra pareja.

En ambos casos, es una situación muy complicada porque suelen ser personas muy
queridas y cuesta mantenerse al margen. Por eso, esta también suele ser una fuente
de conflictos en la pareja.

Las dificultades económicas

Atravesar problemas económicos produce mucha incertidumbre ante el porvenir. Por


eso, la pareja puede estar preocupada, tensa e irascible, lo que producirá un ambiente
más proclive al conflicto.

Los hijos

Formar una familia es uno de los momentos vitales más bonitos para una pareja; sin
embargo, también suele ser el origen de muchos conflictos.

Los hijos nos hacen estar más cansados o estresados, lo cual nos hará crispar los
nervios con más facilidad.

Además, puede ser que uno de los miembros de la pareja tenga un rol más importante
en la crianza que el otro, lo que producirá mucho desgaste y discusiones entre ambos
por la falta de equilibrio.

La monotonía
La monotonía produce aburrimiento y ésta es habitual cuando los miembros de la
pareja llevan mucho tiempo juntos. Por eso, iniciar nuevas actividades, plantear
planes diferentes, mantener nuestro propio espacio…son claves para que la
monotonía no impacte negativamente en la relación.

Decepción de la pareja

Puede ocurrir que en la primera fase de la relación tengamos una idea o concepto del
otro que cambie conforme vamos conociendo a la pareja.

Esto puede suponer mucha decepción, ya que la visión que teníamos de nuestra
pareja puede venirse abajo y generar muchos conflictos, hasta el punto de romper la
relación.

El confinamiento sanitario

Por último, cabe destacar la situación que estamos atravesando en los últimos
tiempos. La pandemia sanitaria por coronavirus, que se ha extendido con carácter
mundial, ha generado muchos conflictos en la pareja.

La causa puede ser una mayor convivencia, una situación tensa a nivel social que
incide negativamente en nuestro estado de ánimo, la ansiedad por la evolución de la
pandemia que genera crispación en la pareja, etc…

De hecho, en el último año, se han incrementado los casos de separación o divorcio.


Muchos expertos lo atribuyen a la crisis sanitaria.

PAUTAS PARA RESOLVER LOS CONFLICTOS DE PAREJA

Así mismo Gómez (2021) refiere las siguientes pautas

En función de la causa del conflicto, tendremos diferentes pautas para resolver el


conflicto. En general, los pasos que suelen funcionar son:

 El incremento de conductas positivas: reforzar al otro, hacerle sentir


comprendido, escucharle.
 Poner en práctica habilidades de comunicación y resolución de problemas. En
ocasiones, es necesario formarse sobre ello leyendo libros o acudiendo a
terapia.
 Cambiar el patrón negativo introduciendo conductas positivas. Esto es más
factible si se produce antes de que estalle la situación.
 Practicar cambios en las expectativas cuando sea necesario.

Según las estadísticas, la gran mayoría de parejas que acude a terapia (75%), tiene
una mejoría en su relación de pareja. Esto puede deberse a un mejor manejo de las
situaciones de conflicto y de tensión.

Claves para resolver los conflictos de pareja de forma eficaz según la psicología

Según Savater (2021) refiere que el éxito y la felicidad de una pareja no parte de la
ausencia de problemas, sino de la habilidad para gestionarlos de manera adecuada.
Por lo mismo da a conocer una serie de claves que nos ofrece la psicología.

Anatomía de las peleas: ¿qué las suele desencadenar?

Por lo general, los conflictos en las parejas casi siempre siguen un patrón. Por decirlo
de manera sencilla: hay ciertas cosas que siempre actúan como mecha para la
discusión, la crítica, el reproche y el desencuentro. Aún más, es común que existan
una serie de problemas centrales que son la raíz de nuestros problemas.

Puede que uno sea demasiado celoso y el problema resida en su inseguridad. Cabe la
posibilidad de que el problema lo tengamos en el estrés que nos rodea, en el trabajo o
la falta de él, en la casa, en los hijos si los hay, en la falta de tiempo.

Lejos de construir puentes para resolver, deconstruimos a través de la crítica, la


amenaza y el reproche que duele. Es necesario identificar esos puntos rojos que
ocasionan nuestros conflictos.

Ahora no, mejor cuando estemos más relajados (programar tiempos para la
discusión)

Hay instantes en que casi, sin darnos cuenta, estalla la tormenta perfecta. La
discusión se inicia, por ejemplo, al volver del trabajo, justo cuando estamos más
cansados, justo cuando en nuestra mente se arrastran también los problemas
laborales. Debemos ser conscientes de algo muy simple: cuando las emociones están
a flor de piel dejamos ir los comentarios más desacertados.

Seamos prudentes. Una de las mejores formas para resolver los conflictos de pareja
de forma eficaz es saber elegir el momento. En ocasiones, posponer una
conversación nos permite ver las cosas con mayor claridad y resolverlas de manera
exitosa.

Te quiero y quiero resolver esto, pero dame solo 10 minutos

¿A quién no le ha pasado alguna vez? En medio de una discusión con alguien es muy
probable que, en un momento dado, nos sintamos bloqueados. Son instantes en los
que las emociones vuelven a hacer acto de presencia con gran intensidad y entonces
dejamos incluso hasta de escuchar al otro.

Si anteriormente recomendábamos elegir un buen momento del día para tener esa
conversación difícil, también debemos tener presente esta estrategia. Pedirle a la otra
persona que nos dé 10 minutos para nosotros solos también es útil, emocionalmente
inteligente y válido para volver con mayor calma a esa conversación.

Hagámoslo además de manera afectiva, basta con decirle al otro algo como: “te
quiero y deseo resolver esto, pero necesito 10 minutos”.

Propuestas en lugar de críticas, solicitudes en lugar de reproches

A la hora de resolver los conflictos de pareja de forma eficaz, debemos hacer uso de
un enfoque resolutivo, útil y positivo. ¿Qué significa esto? Implica que si nos
centramos solo en reprochar al otro lo que hace mal o en criticar lo que no nos gusta,
no avanzamos.

Por lo tanto, debemos ser capaces de proponer y solicitar: “me gustaría que
decidiéramos a partir de ahora las cosas entre los dos. Te propongo que cuando te
moleste algo, me lo digas y no te lo guardes para ti mismo”.

Escuchar sin interrumpir y preguntar para entender

Pocas cosas son más complicadas en medio de una discusión que escucharnos
mutuamente sin interrumpir. Ahora bien, debemos entrenarnos y habituarnos en la
habilidad de la escucha activa y paciente. Eso significa que es necesario escuchar al
otro con atención dejando que exprese todo lo que quiera y necesite.
Más tarde, en lugar de caer de nuevo en el “es que tú, es que para ti…” es bueno
recurrir a la pregunta constructiva. “Me dices que no te presto atención ¿qué es lo
que hago exactamente para que te sientas así?”.

Estas estrategias nos permitirán valorar más la situación de uno y otro para tomar
mejores decisiones más acertadas.

Aprender a pedir perdón para resolver los conflictos de pareja de forma eficaz

Pedir perdón es un acto de respeto, hacerlo bien, una virtud. Porque no todos “lo
siento” son válidos cuando discutimos con nuestra pareja y tomamos conciencia de
algo que hemos hecho mal. Lo adecuado, lo esperable, es procurar que esas disculpas
lleguen de manera auténtica al otro y que además expliquemos qué sentimos haber
hecho mal y cómo vamos a mejorar esa situación.

Por otra parte, el Instituto de Psicología Psicode (2018) propone las siguientes pautas
para a resolución de conflictos:

Hablad del problema cuando no estéis inmersos en él

Normalmente en las parejas existen ciertas escenas repetitivas que acaban con un mal
desenlace. La pareja erróneamente intenta poner solución en el momento que
acontece el problema, apareciendo entonces la gran disputa. Es difícil encontrar
razones cuando tenemos el cerebro emocional tomando el control de nosotros. Por
ello, es recomendable hablar del problema una vez pasado, no “in situ”.

No es necesario solucionarlo ahora ni hoy. Posiblemente podáis hablar de ello y


llegar a un acuerdo cuando estéis calmados.

Antes de ponerte a dialogar del problema, prepárate mentalmente

Haz un pequeño ejercicio de ajuste de expectativas para luego no frustrarte si la


situación no se desarrolla como te gustaría.

Los puntos de vista diferentes son sólo eso, diferencias. Hay que buscar un punto
intermedio para ajustarlas y resolver el problema. Para ello, se tiene que pasar por un
proceso de diálogo; la solución no viene inmediata. No te frustres si no sale a la
primera, porque eso aumentará el enfado y será más difícil manejarlo.
Reflexiona sobre cómo la otra persona vive la situación, intenta verlo desde su
perspectiva. Realiza un pequeño ejercicio de empatía para ponerte en el lugar del
otro, para entender por qué quizá el otro miembro de la pareja está actuando así.
Seguramente encontrarás en el ejercicio que la otra persona no tiene intencionalidad
de lastimarte, sino que interpreta la situación de otra forma diferente.

Recuerda que cada uno propone soluciones diferentes, marcadas por su cultura, sus
modelos de creencias de la infancia, sus experiencias pasadas... Esto hace que saque
conclusiones, valores diferentes a los tuyos, y que no vea el problema como tú.

Cuando te sientas pequeño e indefenso, no recurras a generar miedo

Puedes sacar tu fuerza hablando de un futuro donde ambos estéis felices. Por
ejemplo, encontramos muchos casos que recurren a amenazar con la separación ante
la mínima disputa. Esto genera más tensión en la situación y hace más difícil buscar
una opción.

Prueba a buscar argumentos en los que manifiestes tu intención de solucionar el


problema, de poner de tu parte para buscar consenso y seguir caminando juntos. Esta
opción hace que el otro miembro guarde su escudo defensivo y así sea más fácil la
comunicación y la búsqueda de alternativas.

Cuanto más se altera el otro, más esfuerzos tengo que hacer yo por mantener la
calma

Si no conseguimos estar en un ambiente propicio para el diálogo, eso será la señal de


que no es momento de hablar. Podemos posponerlo. Hay una extraña manía en
resolver todo ya, y eso sólo trae más problemas. Por ejemplo, los fines de semana,
sin las interrupciones y presiones de las obligaciones del día a día, favorecen que
haya más acercamiento en la comunicación y con ello que la solución esté más
accesible.

Pedir perdón no es de débiles

A veces, con un simple lo siento se abren mil caminos de solución. No tengas miedo.
El orgullo sólo enquista el problema.

Sin espectadores, es mejor


Recuerda la regla más importante: “con niños delante, no” , ya que al final ellos
sufren con las discusiones y no saben manejarlo. A veces surgen problemas delante
de amigos o familiares. Es mejor hacer de tripas corazón y dejarlas para luego,
porque al tener testigos delante, aparece la imperiosa necesidad de tener razón y eso
sólo hace que nos volvamos más extremistas y radicales para ganar delante de los
otros.

Entrénate en el A-B-C, los 3 ingredientes que te ayudarán a expresarte

En primer lugar, habla de cómo te sientes sin juzgar a la otra persona. Muestra tu
parte de acuerdo con lo que el otro piensa o siente y valídalo también.

En segundo lugar, pídele sin usar reproches y sin soltar ironías lo que tú esperas, lo
que te gustaría que pasara. Hazlo sin generalidades y abstracciones, cuanto más
concreto mejor. Recuerda no sacar el pasado, miramos hacia delante.

Finalmente, explica las consecuencias positivas que tú crees que tendría si lo que
demandas sucediera, ya no sólo para la pareja sino para cada uno de los dos por
separado.

No abriremos varias puertas a la vez

Si estás hablando de un tema, es importantísimo que no atraigas otro error o


problema pasado. Prohibido mezclar temas para llenarte de razón. La clave es
dialogar, y buscar soluciones paso a paso. Si mezclamos, abrimos muchas heridas y
luego es difícil permanecer lo suficientemente racionales para encontrar la salida. Si
el otro se siente muy culpable o herido poco ayudará a que ponga de su parte, más
bien tenderá a defenderse.

Conclusiones
Referencias

Aragón, R. (2019) 4 factores que destruyen una relación de pareja.


https://lamenteesmaravillosa.com/4-factores-que-destruyen-una-relacion-de-
pareja/

Gómez, A. (2021) Conflictos de pareja. https://libellapsicologia.es/conflictos-de-


pareja/

Instituto de Psicología Psicode. (27 de Junio de 2018). 8 reglas de oro para superar
un conflicto de pareja. 8 reglas de oro para superar un conflicto de pareja.
Obtenido de https://psicologiaymente.com/pareja/reglas-para-superar-
conflicto-de-pareja

Savater, V. (2021) Cómo resolver los conflictos de pareja de forma eficaz según la
psicología. https://lamenteesmaravillosa.com/como-resolver-los-conflictos-
de-pareja-de-forma-eficaz-segun-la-psicologia/

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