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PERÚ - 2022
INDICE
INTRODUCCIÓN
Las discusiones, los malos entendidos y los desacuerdos forman parte de la relación
de pareja. Sin embargo, hay muchas maneras de comunicar nuestras emociones y
algunas de ellas son altamente destructivas. Son estas formas de expresión las que
tenemos que dejar a un lado si queremos sentirnos entendidos y que a la vez nuestra
relación salga reforzada.
Entender los conflictos como espacios potenciales para el desarrollo personal y para
estrechar y fortalecer los lazos familiares, es sin duda, un motivo suficiente para
detenernos en el análisis de este tipo de situaciones. Gran parte de los estudios
alertan sobre la gestión destructiva de los conflictos y sus nefastas implicaciones para
los proyectos de pareja y para el desarrollo y bienestar de los hijos/as.
Para Aragón (2019) existen 4 factores que destruyen una relación de pareja:
Las críticas duelen, destruyen y lastiman. Su poder es tan grande que por sí mismas
pueden destruir una relación, especialmente cuando van dirigidas a la persona (no al
comportamiento ni a través de un mensaje en primera persona) y esta no tiene la
oportunidad de réplica. En el seno de una relación, son armas cargadas por el
mismísimo diablo.
2- El desprecio
El sarcasmo, la burla y el escepticismo forman parte del desprecio. Hay que estar
pendiente de cuando estamos cayendo en estas conductas, puesto que una vez que
aprendemos a relacionarnos de esta manera, el conflicto está servido y el daño
producido va a tener una reparación larga y compleja.
3- Actitud defensiva
4- Actitud evasiva
Así mismo tenemos a Gómez (2021) quien refiere los siguientes factores:
La convivencia
Muchas veces, las parejas no tienen conflictos hasta que llega la convivencia. La
razón de esto es que tenemos expectativas confusas sobre lo que será permanecer
bajo el mismo techo con la persona que amamos.
Puede que tengamos tan idealizada esa situación que cuando aparezca el conflicto
(porque seguramente lo haga) no sepamos cómo gestionarlo y nos haga
cuestionarnos incluso si tomamos la decisión adecuada.
La falta de comunicación
Diferencias de valores
Aunque es más que posible que una pareja con diferentes ideologías tenga éxito, en
ocasiones, la diferencia en los valores fundamentales es fuente de conflicto.
La clave para que esto no suceda es entender a la pareja como un aliado, alguien en
quien podemos apoyarnos y con quien desahogarnos. Seguramente así tengamos
menos situaciones problemáticas.
Puede ocurrir que los problemas no sean exclusivamente de la pareja, sino que uno
de los miembros de la pareja tenga algún desencuentro con la familia del otro.
También puede ser que el conflicto suceda con un amigo de nuestra pareja.
En ambos casos, es una situación muy complicada porque suelen ser personas muy
queridas y cuesta mantenerse al margen. Por eso, esta también suele ser una fuente
de conflictos en la pareja.
Los hijos
Formar una familia es uno de los momentos vitales más bonitos para una pareja; sin
embargo, también suele ser el origen de muchos conflictos.
Los hijos nos hacen estar más cansados o estresados, lo cual nos hará crispar los
nervios con más facilidad.
Además, puede ser que uno de los miembros de la pareja tenga un rol más importante
en la crianza que el otro, lo que producirá mucho desgaste y discusiones entre ambos
por la falta de equilibrio.
La monotonía
La monotonía produce aburrimiento y ésta es habitual cuando los miembros de la
pareja llevan mucho tiempo juntos. Por eso, iniciar nuevas actividades, plantear
planes diferentes, mantener nuestro propio espacio…son claves para que la
monotonía no impacte negativamente en la relación.
Decepción de la pareja
Puede ocurrir que en la primera fase de la relación tengamos una idea o concepto del
otro que cambie conforme vamos conociendo a la pareja.
Esto puede suponer mucha decepción, ya que la visión que teníamos de nuestra
pareja puede venirse abajo y generar muchos conflictos, hasta el punto de romper la
relación.
El confinamiento sanitario
Por último, cabe destacar la situación que estamos atravesando en los últimos
tiempos. La pandemia sanitaria por coronavirus, que se ha extendido con carácter
mundial, ha generado muchos conflictos en la pareja.
La causa puede ser una mayor convivencia, una situación tensa a nivel social que
incide negativamente en nuestro estado de ánimo, la ansiedad por la evolución de la
pandemia que genera crispación en la pareja, etc…
Según las estadísticas, la gran mayoría de parejas que acude a terapia (75%), tiene
una mejoría en su relación de pareja. Esto puede deberse a un mejor manejo de las
situaciones de conflicto y de tensión.
Claves para resolver los conflictos de pareja de forma eficaz según la psicología
Según Savater (2021) refiere que el éxito y la felicidad de una pareja no parte de la
ausencia de problemas, sino de la habilidad para gestionarlos de manera adecuada.
Por lo mismo da a conocer una serie de claves que nos ofrece la psicología.
Por lo general, los conflictos en las parejas casi siempre siguen un patrón. Por decirlo
de manera sencilla: hay ciertas cosas que siempre actúan como mecha para la
discusión, la crítica, el reproche y el desencuentro. Aún más, es común que existan
una serie de problemas centrales que son la raíz de nuestros problemas.
Puede que uno sea demasiado celoso y el problema resida en su inseguridad. Cabe la
posibilidad de que el problema lo tengamos en el estrés que nos rodea, en el trabajo o
la falta de él, en la casa, en los hijos si los hay, en la falta de tiempo.
Ahora no, mejor cuando estemos más relajados (programar tiempos para la
discusión)
Hay instantes en que casi, sin darnos cuenta, estalla la tormenta perfecta. La
discusión se inicia, por ejemplo, al volver del trabajo, justo cuando estamos más
cansados, justo cuando en nuestra mente se arrastran también los problemas
laborales. Debemos ser conscientes de algo muy simple: cuando las emociones están
a flor de piel dejamos ir los comentarios más desacertados.
Seamos prudentes. Una de las mejores formas para resolver los conflictos de pareja
de forma eficaz es saber elegir el momento. En ocasiones, posponer una
conversación nos permite ver las cosas con mayor claridad y resolverlas de manera
exitosa.
¿A quién no le ha pasado alguna vez? En medio de una discusión con alguien es muy
probable que, en un momento dado, nos sintamos bloqueados. Son instantes en los
que las emociones vuelven a hacer acto de presencia con gran intensidad y entonces
dejamos incluso hasta de escuchar al otro.
Si anteriormente recomendábamos elegir un buen momento del día para tener esa
conversación difícil, también debemos tener presente esta estrategia. Pedirle a la otra
persona que nos dé 10 minutos para nosotros solos también es útil, emocionalmente
inteligente y válido para volver con mayor calma a esa conversación.
Hagámoslo además de manera afectiva, basta con decirle al otro algo como: “te
quiero y deseo resolver esto, pero necesito 10 minutos”.
A la hora de resolver los conflictos de pareja de forma eficaz, debemos hacer uso de
un enfoque resolutivo, útil y positivo. ¿Qué significa esto? Implica que si nos
centramos solo en reprochar al otro lo que hace mal o en criticar lo que no nos gusta,
no avanzamos.
Por lo tanto, debemos ser capaces de proponer y solicitar: “me gustaría que
decidiéramos a partir de ahora las cosas entre los dos. Te propongo que cuando te
moleste algo, me lo digas y no te lo guardes para ti mismo”.
Pocas cosas son más complicadas en medio de una discusión que escucharnos
mutuamente sin interrumpir. Ahora bien, debemos entrenarnos y habituarnos en la
habilidad de la escucha activa y paciente. Eso significa que es necesario escuchar al
otro con atención dejando que exprese todo lo que quiera y necesite.
Más tarde, en lugar de caer de nuevo en el “es que tú, es que para ti…” es bueno
recurrir a la pregunta constructiva. “Me dices que no te presto atención ¿qué es lo
que hago exactamente para que te sientas así?”.
Estas estrategias nos permitirán valorar más la situación de uno y otro para tomar
mejores decisiones más acertadas.
Aprender a pedir perdón para resolver los conflictos de pareja de forma eficaz
Pedir perdón es un acto de respeto, hacerlo bien, una virtud. Porque no todos “lo
siento” son válidos cuando discutimos con nuestra pareja y tomamos conciencia de
algo que hemos hecho mal. Lo adecuado, lo esperable, es procurar que esas disculpas
lleguen de manera auténtica al otro y que además expliquemos qué sentimos haber
hecho mal y cómo vamos a mejorar esa situación.
Por otra parte, el Instituto de Psicología Psicode (2018) propone las siguientes pautas
para a resolución de conflictos:
Normalmente en las parejas existen ciertas escenas repetitivas que acaban con un mal
desenlace. La pareja erróneamente intenta poner solución en el momento que
acontece el problema, apareciendo entonces la gran disputa. Es difícil encontrar
razones cuando tenemos el cerebro emocional tomando el control de nosotros. Por
ello, es recomendable hablar del problema una vez pasado, no “in situ”.
Los puntos de vista diferentes son sólo eso, diferencias. Hay que buscar un punto
intermedio para ajustarlas y resolver el problema. Para ello, se tiene que pasar por un
proceso de diálogo; la solución no viene inmediata. No te frustres si no sale a la
primera, porque eso aumentará el enfado y será más difícil manejarlo.
Reflexiona sobre cómo la otra persona vive la situación, intenta verlo desde su
perspectiva. Realiza un pequeño ejercicio de empatía para ponerte en el lugar del
otro, para entender por qué quizá el otro miembro de la pareja está actuando así.
Seguramente encontrarás en el ejercicio que la otra persona no tiene intencionalidad
de lastimarte, sino que interpreta la situación de otra forma diferente.
Recuerda que cada uno propone soluciones diferentes, marcadas por su cultura, sus
modelos de creencias de la infancia, sus experiencias pasadas... Esto hace que saque
conclusiones, valores diferentes a los tuyos, y que no vea el problema como tú.
Puedes sacar tu fuerza hablando de un futuro donde ambos estéis felices. Por
ejemplo, encontramos muchos casos que recurren a amenazar con la separación ante
la mínima disputa. Esto genera más tensión en la situación y hace más difícil buscar
una opción.
Cuanto más se altera el otro, más esfuerzos tengo que hacer yo por mantener la
calma
A veces, con un simple lo siento se abren mil caminos de solución. No tengas miedo.
El orgullo sólo enquista el problema.
En primer lugar, habla de cómo te sientes sin juzgar a la otra persona. Muestra tu
parte de acuerdo con lo que el otro piensa o siente y valídalo también.
En segundo lugar, pídele sin usar reproches y sin soltar ironías lo que tú esperas, lo
que te gustaría que pasara. Hazlo sin generalidades y abstracciones, cuanto más
concreto mejor. Recuerda no sacar el pasado, miramos hacia delante.
Finalmente, explica las consecuencias positivas que tú crees que tendría si lo que
demandas sucediera, ya no sólo para la pareja sino para cada uno de los dos por
separado.
Conclusiones
Referencias
Instituto de Psicología Psicode. (27 de Junio de 2018). 8 reglas de oro para superar
un conflicto de pareja. 8 reglas de oro para superar un conflicto de pareja.
Obtenido de https://psicologiaymente.com/pareja/reglas-para-superar-
conflicto-de-pareja
Savater, V. (2021) Cómo resolver los conflictos de pareja de forma eficaz según la
psicología. https://lamenteesmaravillosa.com/como-resolver-los-conflictos-
de-pareja-de-forma-eficaz-segun-la-psicologia/