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CONECTORES y DESCRIPCION
CONECTORES y DESCRIPCION
1.- Lee atentamente el texto siguiente y contesta a las preguntas que vienen a continuación.
Voló la torcaz, disparé. Cayó como una piedra negra, mi perro fue a recogerla,
gruñendo; tiraba de algo largo, oscuro, que principiaba. El animal retrocedía con esfuerzo, ganando
La tarde era hermosa y se estaba cayendo. Los verdes y los amarillos formaban todas las
combinaciones del otoño; la tierra, friable y barrosa con reflejos bermejones, se abría en surcos
A – Señala todas las oraciones compuestas cuyas proposiciones se unan por yuxtaposición.
B – Analiza la oración: “La tarde era hermosa y se estaba cayendo”. Subraya proposiciones y nexo.
C – El fragmento que va desde “Suaves colinas” hasta “en lontananza” ¿Cómo podemos analizarlo?
2.R. Distingue en este texto de Rafael Alberti (de su obra de teatro Noche de guerra en el Museo del
Prado) las oraciones simples y las compuestas. Señala las proposiciones que estén relacionadas por
yuxtaposición.
Es un ciclón de hermosura,
- “La libertad no los hace felices a los hombres, los hace,sencillamente, hombres” (M. Azaña)
- “El hombre ama poco y a menudo; la mujer mucho y raramente” (J. Basta)
- “Algo debo haber hecho mal o no sería tan famoso” (R. L. Stevenson)
- “La historia es la hazaña de la libertad, y la libertad, la hazaña de la historia” (C. Sánchez Albornoz)
- “Los malos libros provocan malas costumbres y las malas costumbres provocan buenos libros” (R.
Descartes)
- “Siente el pensamiento,
- “El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones” (O. Wendell Holmes)
- “Los débiles tiemblan ante la opinión, los tontos la desafían” (M. J. Roland de la Platerie)
Señala el tipo al que corresponde cada una . Observa que la conjunción o puede a veces no señalar un
relación disyuntiva.
“Los hombres no se contentan con consolarse mediante cuentos de dioses y gigantes, o limitando
sus pensamientos a los asuntos cotidianos de la vida. También construyen telescopios, satélites y
aceleradores, y se sientan en sus escritorios durante horas interminables (...) El esfuerzo para
comprender el Universo es una de las pocas cosas que eleva la vida humana (...) y le imprime algo de
la elevación de la tragedia”.
fragmento.
Por las noches se apagan todas las luces de Madrid. Con esto crecen los tiroteos. A veces me asomo
al balcón a oscuras, es decir, no me asomo, me acerco y contemplo la ciudad desde el quicio. Hoy hay
luna llena, en un cielo azulado casi sin estrellas. La naturaleza siempre se burla de los hombres.
Apagan éstos las luces para esquivar los bombardeos y aparece la luna como una gran lámpara
maligna. (...) La luna en Madrid ha recobrado su antiguo y terrible prestigio. Otra vez dependen de ella
¿De qué tipo son las oraciones compuestas coordinadas del texto?
Doña Gloria estaba sentada en un sillón de orejas, con un chal en los hombros y envuelta en una
manta blanca desde la cintura hasta los pies. Era una anciana robusta y de aire distinguido. Tenía
los ojos de un azul acuoso, el pelo blanco y venerable. Usaba lentes de metal, prendidos por un
cordón de terciopelo, y su mano derecha descansaba sobre un bastón con empuñadura de plata. La
habitación prolongaba aquella imagen entre dulce y vetusta. Los muebles eran serios, de un
esplendor caduco que los emancipaba de los tiempos y parecía eximirlos de los deberes de su oficio.
Apenas se dejaban alumbrar por una lámpara de pergamino con madroños que, en un rincón, era
marchita matrona sorprendida en enaguas. En la vitrina del aparador se veía un juego de loza con
dragones y aves del paraíso, y las paredes estaban cubiertas hasta el techo por cuadros que
representaban siempre una plaza y un burro. El burro podía aparecer bebiendo, rebuznando,
cargado de leña, de melones, de paja, yendo o viniendo, a pelo o con albarda, con o sin jinete, de
día o de noche, con sol o con lluvia, y en todas las posturas, planos y combinaciones que se pudiera
imaginar. La plaza tenía una torre, un ayuntamiento con balconada y un pilón central, en el que a
veces aparecía una mujer con cántaro. Según la perspectiva, podía o no salir un viejo sentado en
una silla (que al parecer siempre estaba allí, dormido o cabizbajo), un perro con el rabo entre piernas
y, sobre el colorín de una barbería, un anuncio de Nitrato de Chile. Era una habitación
incomprensible, y sólo la mesa camilla, con hule de gallos portugueses y patas con bolillos, sobre la
que había una radio portátil, una canastilla de costura y una cacerola de alubias crudas, le daba un