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Definición: La Otitis Media con Efusión (OME) es una enfermedad caracterizada por una colección
de líquido en el oído medio, sin signos o síntomas de infección aguda del oído, lo cual la diferencia
de la Otitis Media Aguda (esta última se asocia a signos y síntomas de inflamación, fiebre y dolor
asociados a la efusión del oído medio). La OME puede ocurrir espontáneamente o posterior a un
episodio de OMA.
Epidemiología: Se presenta comúnmente en niños pequeños, con un pico entre los dos y los cinco
años. La duración en promedio de la efusión es de seis a 10 semanas (30-40 % de los casos
presentan recurrencia).
Pruebas de Audición y lenguaje: Se recomienda su uso en OME que persiste por más de tres
meses o en cualquier momento que se detecte retraso del lenguaje, problemas de aprendizaje o
pérdida de audición en el paciente. Se realiza la Audiometría convencional iniciando con tonos de
20 dB en una o más frecuencias en ambos oídos, y en pacientes en los que los resultados son
alterados, menores de 4 años o a los que no se les pudo realizar la audiometría convencional, se
recomienda una evaluación audiológica completa, la cual incluye Evaluación de conducción aérea
y ósea tonal, de reconocimiento de voz y de reconocimiento de palabras. Las pruebas de
potenciales evocados y las otoemisiones acústicas no se hacen de rutina y no remplazan las
Audiometría tonal.
Manejo: La mayoría de los casos de OME se resuelven de manera espontánea, pero algunos niños
necesitan intervención médica por los efectos de la hipoacusia.
Se le hace únicamente vigilancia al niño con OME sin factores de riesgo, durante 3 meses desde el
inicio de la efusión o desde el diagnóstico si el inicio es desconocido.
No se recomienda el uso de esteroides intranasales o sistémicos, ya que pueden asociarse
a cambios de comportamiento, aumento de apetito y aumento de peso, supresión
suprarrenal, infecciones mortales de varicela y necrosis avascular de la cabeza femoral.
No se recomienda el uso de antibióticos, ya que se asocian a alteración de la flora
nasofaríngea y desarrollo de resistencia bacteriana.
No se recomienda el uso de antihistamínicos ni descongestionantes, ya que se asocian con
mejoría a corto plazo y recaídas posteriores.
Vigilancia: Si se tiene un paciente con OME persistente más de tres meses, se debe tener
seguimiento en tres a seis meses nuevamente, hasta que la efusión ya no esté presente. En estos
pacientes es importante descartar sospecha de pérdida auditiva o existencia de anomalías
estructurales del oído medio o membrana timpánica.
Un paciente con OME asintomática sin factores de riesgo, no requiere intervención, aunque dure
más de tres meses.
Los factores de riesgo a tener en cuenta porque hacen menos probable la resolución espontánea
son:
- Inicio de la OME en una época diferente al invierno.
- Pérdida de la audición superior a 30 dB en el mejor oído.
- Antecedente de colocación de tubos de ventilación.
- Ausencia de antecedente de adenoidectomía.
Complicaciones: Los pacientes con OME crónica están en riesgo de daño estructural de la
membrana timpánica porque la efusión contiene leucotrienos, prostaglandina y metabolitos del
ácido araquidónico. La hipoventilación en oído medio favorece la formación de bolsillos de
retracción por presión negativa o una atelectasia generalizada con un posible colesteatoma
subsecuente.