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Enfermedad de Osgood-Schlatter secuelas y


complicaciones

Dr. R. Balius Juli, Dr. E. Vendrell Torné y Dr. X. Espiga Tugas

La apofisitis del tubérculo tibial anterior de Os- en forma de trompa de tapiro, separada de la
good-Schlatter, es la más frecuente de las osteo- metáfisis por el cartílago fisario apofisometafisario
necrosis de crecimiento y a su vez la más frecuen- (fig. 1). Esta formación constituye la imagen radio-
te de las afecciones de la extremidad inferior del lógicamente transparente conocida como línea de
deportista adolescente y muy especialmente del JACOBSTAL. Es a partir de los diecisiete años
futbolista. A pesar de tratarse de un proceso que se produce la fusión del núcleo totalmente
banal, su trascendencia es importante, pues in- formado con la tibia, unión que en algunos casos
fluye sobre el rendimiento del jugador, al obligarle no se completa hasta los veintitrés años. Ahora
a largos periodos de reposo deportivo. Además bien, para que se produzcan estos fenómenos de.
con relativa frecuencia presenta complicaciones osificación es necesario ocurran alteraciones es-
que pueden requerir tratamiento quirúrgico y en tructurales en la placa fibrocartilaginosa primitiva,
ocasiones secuelas con manifestaciones doloro- consistentes fundamentalmente en su progresiva
sas tardías, capaces de interferir en la actividad transforrríación en tejido cartilaginoso hipertrófico,
deportiva normal del jugador adulto. precursor del núcleo de osificación secundario.
Circunstancias etiológicas. La apofisitis de Os- Durante este período, que va desde los nueve a
good- Schlatter se observa en adolescentes de los diecisiete años, pueden distinguirse histológi-
entre 12 y 16 años, aunque se han descrito casos camente en la tuberosidad tres zonas: una proxi-
aparecidos antes de los 10 años o incluso depués mal a la tibia de cartílago hipertrófico, una central
de los 23. Se presenta com mayor frecuencia en de tejido óseo en desarrollo y fibrocartilago y una
muchachos de ordinario robustos, muchas veces
en ocasión de desarrollar los primeros esfuerzos
deportivos, siendo raro el hallazgo de un antece-
dente traumático único. Es frecuente en jóvenes
futbolistas, en plena forma, cuyo único problema
se sitúa "por debajo" de la rodilla. En muchos
casos la lesión es bilateral.
Desarrollo de la tuberosidad anterior de la tibia.
La tuberosidad aparece como estructura diferen-
ciada a las 12-15 semanas, de la vida intrauterjna,
pero no se desarrolla hasta mucho después en la
vida postfetal, bajo la influencia de las acciones de
tracción que confluyen sobre ella. Se forma pues,
una placa de crecimiento independiente para la
tuberosidad tibial, de tejido fibrocartilaginoso cuya
característica es la de ser muy resistente a las
fuerzas de tracción. Alrededor de los nueve años,
en la porción distal de este fibrocartilago aparece
un núcleo de osificación que posteriormente se
une al núcleo epifisario superior hacia los catorce
años. En este momento, /a apófisis anterior se Fig.l: Desarrollo esquemático de la tuberosidad anterior de la
presenta ya como una prolongación de la epífisis tibia.

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periférica de tejido fibroso. Estos cambios estruc- prepuberal y su carácter muchas veces bilateral.
turales, facilitan que en ocasiones las continuas Estos hechos sugieren la existencia de factores
solicitaciones de tracción produzcan la avulsión endocrinológicos, tales como un exceso de STH o
de pequeños fragmentos del núcleo óseo apofisa- de testosterona (el Osgood-Schlatter es más fre-
rio, que quedan más o menos separados del cuente en los muchachos), capaces de fragilizar
mismo por un tejido fibrocartilaginoso, dando lu- las zonas de crecimiento.
gar a los fenómenos clínicos de la enfermedad de Como factor predisponente, se ha señalado por
Osgood-Schlatter. Este tejido fibrocartilaginoso in- BENSABEL la existencia de una patela alta, que
termedio puede osificarse englobando los frag- condiciona tracciones incesantes, sin embargo,
mentos desprendidos o permanecer éstos separa- LANCOURT encuentra una preponderancia de
dos, como osículos independientes. "patela infera", entre jóvenes de diecisiete a dieci-
Anatomía patológica. Macroscópicamente la tu- nueve años con antecedente de Osgood-Schlat-
berosidad se encuentra engrosada, irregular, mal ter.
limitada, fragmentada en varios nodulos formados Estudio clinico. El proceso se inicia general-
por zonas condensadas y zonas vasculares. El mente de forma solapada, al principio en forma de
cartílago de conjunción interapófisometafisario tensión dolorosa, que se manifiesta durante la
está ensancíiado, como si la tuberosidad hubiera marcha y muy especialmente con motivo de la
sido fraccionada por el tendón rotuliano y se realización de ejercicios físicos del tipo de la
estuviera fraguando una epifisiólisis. carrera, el salto o el chut, localizada por debajo de
Microscópicamente, se observa la desaparición la o las rodillas, en la región anterior de la tibia. Si
de la cortical apofisaria, con fenómenos de aposi- se continúa la actividad deportiva, aumenta poco
ción ósea en la zona de inserción tendinosa. En la a poco la intensidad del dolor, que al principio
tuberosidad, las zonas de necrosis avascular con calma con el decúbito, pero que posteriormente
trabéculas rodeadas de osteoclastos, se mezclan se hace permanente y que en ocasiones llega a
con islotes cartilaginosos de aspecto normal o en ser muy invalidante. Es típico que esta sintomato-
degeneración. No faltan zonas de tejido osteoide logia evolucione en forma de brotes.
y de fibrosis medular. La inspección, permite observar una tumefac-
Patogenia. Se admite mayoritariamente, que la ción, que a veces adquiere notables dimensiones,
enfermedad de Osgood-Schlatter se produce por coincidente con la zona de dolor espontáneo, que
los microtraumas repetidos de tracción, que a muestra ligeros signos inflamatorios en forma de
través del tendón rotuliano se transmiten sobre la calor local o discreto edema congestivo de las
tuberosidad anterior de la tibia. En el tendón partes blandas.
rotuliano convergen las tensiones del cuadríceps La palpación de la tumefacción es dolorosa,
y las repetidas solicitaciones que se producen en siendo posible detectar un punto de dolor electivo,
éste durante la carrera, el salto y especialmente de mayor intensidad a nivel de la iserción tendino-
las hiperextensiones violentas de la pierna sobre sa.
el muslo en el momento del chut inciden sobre La flexión forzada y la hipertensión activa de la
una formación, la tuberosidad tibial, cuya solidez y rodilla son dolorosas, así como la extensión con-
vascularización en fase de crecimiento son preca- tra resistencia de la misma.
rias. Se trataría de una verdadera lesión de sobre- Radiología. En la radiografía de perfil de la
carga o sobreutilización. región metáfisoepifisaria superior de la tibia, es
No puede descartarse un factor circulatorio, que posible observar varios signos, variables según el
para FERGURSON seria primordial. El trastorno no momento evolutivo de la formación de la tuberosi-
se originaría en la apófisis tibial sino en la inser- dad anterior de la tibia, que tienen valor siempre
ción rotujiana. Según este autor, los vasos del
tendón rotuliano son más frágiles a la tracción que
las propias fibras tendinosas y su alteración pro- RADIOLOGÍA
vocaría trastornos vasomotores y degeneración
fibrilar a nivel de la inserción. Estos trastornos LINEA
repercutirán sobre la vascularización de la apófisis JACOBSTAL
subyacente, que en gran parte llega a través de
estos vasos tendinosos. FERGUSON denomina a
este proceso tenostosís, y para él sería frecuente
en adolescentes cuyo rápido crecimiento provo-
cara anómalas tensiones ligamentosas. Este ori-
gen podría explicar los casos de Osgood-Schlatter
sin manifestaciones radiológicas y los constantes
fenómenos edematosos presentes en el tendón.
Con todo, no debemos olvidar que la apofisítis
se presenta en plena fase de actividad puberal o Fig.2: Esquema de.los aspectos radiológicos.

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Fig.3: Niño 10 años. Fig.4: Niño 13 años.

que exista una sintomatologia clínica paralela, (fig. evolución radiológica sobrepase en tiempo a la
2). Sin embargo, no es raro que imágenes super- clínica. Una vez el proceso estabilizado, puede
ponibles se observen en el lado asíntomático en ocurrir que la tuberosidad anterior adopte la forma
muchos casos con clínica unilateral. anatómica normal, o que persista de forma defini-
Para COLÉ, el signo inicial más temprano, sería tiva un aspecto irregular de la misma, a veces
el engrosamiento edematoso del tendón rotuliano, alargada hacia arriba, en pico de loro o con focos
de difícil interpretación, aún con técnicas radiográ- de osificación aislados en el interior de la inser-
ficas del tipo de la xerografía. ción del tendón rotuliano. Estos últimos pueden
La línea de JACOBSTAL correspondiente al car- interpretarse como islotes de fibrocartilago osifica-
tílago interapófisometafisario, aparece ensancha- do, como verdaderos desprendimientos tuberosi-
da, perdido su paralelismo normal y el ángulo que tarios o como faltas de fusión del extremo epifisa-
la tuberosidad forma con el eje tibial, que normal- rio.
mente es de 45°, está aumentado. , Secuelas. De gran interés es el síndrome se-
Es muy tipleo el carácter irregular, fragmentado, cuela descrito por PIULACHS y AZNAR-GARCIA,
moteado, con zonas densas y zonas vacuoladas. que por sus características interfiere en el rendi-
El aspecto de este núcleo es muy variable, sin que miento deportivo. Aunque habitualmente existe el
pueda establecerse un paralelismo entre la inten- antecedente de la enfermedad de Osgood-
sidad de sus alteraciones radiográficas y la de las Schlatter durante la adolescencia, en ocasiones
•manifestaciones dblorosas. (fig. 3, 4 y 5) es difícil de encontrarlo; posiblemente puede ex-
Evolución. Aunque algunos casos curan clínica- plicarse este hecho, teniendo en cuenta que la
mente de forma espontánea, es raro que esto enfermedad puede haberse desarrollado histológi-
ocurra si no se elimina la actividad deportiva camente y radiográficamente sin apenas traduc-
durante un periodo variable de tiempo. Lo habitual ción clínica. El síndrome secuela se manifesta por
es que la evolución adquiera las características de dolor y tumefacción a nivel de la tuberosidad. El
la cronicidad, a brotes, terminando cuando al final dolor es a veces espontáneo, pero frecuentemen-
del crecimiento se produce la fusión del núcleo te está provocado por (a presión de mínimos
tuberositarío con la tibia. Es constante que la traumatismos; a veces muy vivo impide al enfermo

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arrodillarse, obligándole a apoyarse sobre la otra


rodilla, lo que constituye un importante inconve-
niente en determinadas actividades deportivas,
como la de portero de fútbol. La tumefacción, en
ocasiones bastante marcada, es fija y de consis-
tencia ósea, aunque en los casos en que existe un
islote óseo intratendinoso puede desplazarse lige-
ramente en sentido lateral.
La exploración radiográfica de estos casos se-
cuela, muestra las imágenes anteriormente descri-
tas (tuberosidad irregular, en pico de loro o inclu-
siones óseas intratendinosas). (fig. 6 y 7)
Tratamiento. Como primera medida debe res-
tringirse la actividad deportiva, según la intensidad
del dolor. No parece razonable, permitir una prác-
tica deportiva intensa, que sabemos es causa
fundamental en el desarrollo del proceso y que
además se ve considerablemente mermada por
los síntomas dolorosos de éste. En muchos casos
basta este reposo deportivo, para que el cuadro
doloroso ceda en unas semanas, después de las
cuales puede reemprenderse el entrenamiento de
forma prudente y progresiva, aunque el deportista
debe conocer el carácter de su enfermedad y su
evolución a brotes. Puede indicarse la aplicación
de antiinflamatorios locales y de fisioterapia (ra-
dar, ultrasonidos, onda corta), junto con el reposo
Rg.5: Niño 14 años. obligado.

Fig.6: Secuela de Osgood-Schlatter. Varón 19 años. Fig.7: Secuela de Osgood-Schlatter. Varón 31 años.

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En casos aparatosos por el dolor y la tumefac-


ción, debe indicarse una inmovilización escayola- HAND (1.971). 7 casos
da durante tres semanas, para proseguir después
de la misma forma antes expuesta. ROBERTS (1.979) 7 casos
Se ha recomendado las infiltraciones de la in- SHELTON y CANALE (1.979) 39 casos
serción tendinosa y de la tuberosidad con un
anastésico local y un corticoide microcristalizado. OGDEN (1.960) 15 casos
Para GUILLET, esta práctica es peligrosa, pues
favorece el arrancamiento de la tuberosidad por BENEZIS (1.980) -40 casos
un esfuerzo.
BALIUS, ESPIGA y VENDRELL (1.985) 6 casos
Es rara la indicación de tratamiento quirúrgico,
que personalmente no hemos realizado en ningún
caso de enfermedad de Osgood-Schlatter, sin se- Tabla I
cuelas. Se han descrito numerosas técnicas, que
enumeramos a continuación: bell en veinticinco años, OGDEN (1980) quince
Perforaciones múltiples de la tuberosidad (BOS- casos en catorce adolescentes y BENEZIS (1980)
ZAN y O'KANE), eh un intento de modificar el cuarenta casos entre 15 o 31 accidentes deporti-
régimen circulatorio. vos observados en siete años. (TABLA I)
Discisión del ligamento rotuliano (COLÉ), inci- Son lesiones propias de los adolescentes, entre
diendo en el peritendón y entre las fibras, para doce y dieciseis años, sobre todo varones. Los
disminuir la tensión intratendinosa. seis casos observados por nosotros se dieron
Extirpación de la tuberosidad, a través de una asimismo en adolescentes varones. Esta relación
incisión longitudinal del tendón rotuliano o extirpa- con la adolescencia está ligada con el desarrollo
ción de fragmentos óseos intratendinosos aisla- histológico intimo de la tuberosidad anterior de la
dos. Estas intervenciones estarán especialmente tibia y con la existencia de una enfermedad de
indicadas frente a un síndrome secuela. Osgood-Schlatter. Recordemos que durante la
BOSWORTH, recomienda enclavar la tuberosi- adolescencia, la tuberosidad tibial pierde progresi-
dad con dos tarugos óseos, tomados de la misma vamente su estructura fibrocartilaginosa, resisten-
tibia, pretendiendo modificar el régimen circulato- te a las tracciones, para adoptar una estructura-
rio y al mismo tiempo fijar la tuberosidad. cartilaginosa hipertrófica precursora de su osifica-
Sin embargo, todos aquellos procedimientos ción definitiva. Entre los doce y dieciseis años la
quirúrgicos que actúan sobre el cartílago de creci- apófisis se halla ya formada, aunque separada de
miento apófisometafisario, realizados en pacientes la tibia por el cartílago físario apófisometafisario.
muy jóvenes, corren el peligro de cerrarlo tempra- Cuando existe una enfermedad de Osgood-Schlat
namente y provocar el desarrollo de un genu ter, ésta, predispone a la avulsión tuberositaria, al
recurvatum. alterar la respuesta biomecánica de la fisís apofi-
sometafisaria para aumento del carácter hipertrófi-
Complicaciones. Hemos dejado para el final la
co de dicho cartílago físario con la consiguiente
complicación más grave a que puede dar lugar la
fragilizacíón, antes de que se produzca la adecua-
enfermedad de Osgood-Schlatter. Nos referimos a
da maduración de la tuberosidad tibial.
la avulsión traumática de la tuberosidad anterior
de la tibia. Aunque son pocas y cortas las estadís-
ticas publicadas, sin duda los casos son más OCDEN.TROSS V MURPHY-1980
numerosos de lo que se ha venido considerando
hasta ahora. Así HAND (1971) describe siete ca-
sos en dos años, ROBERTS (1979) publica siete
casos en muchachos de edades comprendidas
entre trece y quince años, SHELTON y GÁNALE
(1979) treinta y nueve casos de la Clínica Camp-

Fig.8: Clasificación de Watsnn-Jones. Fig.9: Clasiticación de ugden, iross y Murphy.

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B
Fig.lO: (A) Avulsión traumática de la tuberosidad anterior tipo IB. Varón 16 años. (B) Tratamiento quirúrgii

rl
-'i*:

Fig.11: (A) Avulsión traumática de la tuberosidad anterior de la tibia tipo IIIB. Varón 17 años. (B) Tratamiento quirúrgico.

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WATSON-JONES (1955) clasificó estas lesiones la presión de la tuberosidad y rápida aparición de


en tres tipos: •una aparatosa tumefacción.
Tipo I. Se trata de un arrancamiento de la por- En cuanto al tratamiento, será ortopédico siem-
ción distal del centro de osificación de la tuberosi- pre que fuera posible, estando indicado el trata-
dad, que se desplaza hacia arriba aunque sin miento quirúrgico en los casos con mucho despla-
solución de continuidad en su base. zamiento. Podemos decir que el tratamiento será
Tipo II. Se trata del arrancamiento completo de incruento en los tipos lA y HA de OGDEN, si el
la tuberosidad, que se separa, angulándose en su desplazamiento es mínimo, mientras que será
base a nivel de su unión con la epífisis. obligadamente quirúrgico en los demás tipos. En
Tipo III. En éste la línea de fractura se prolonga estos casos, se procederá a la reposición de la
intraarticularmente sobre el núcleo epifisario supe- tuberosidad en su lecho y a la osteosíntesis.
rior de la tibia. OGDEN, TROSS y MURPHY modifi- Siempre que el tamaño del fragmento lo permita
can esta clasificación, (fig. 8) incluyendo un tipo IB (generalmente se observa operatoriamente que
en el cual el núcleo apofisario está desplazado este tamaño es mayor de lo que en la radiografía
adelante y arriba, un tipo IIB en el que la tuberosi- aparentaba), se fijará con uno o dos tornillos de
dad está fracturada de forma conminuta y un tipo esponjosa, que aseguren una adecuada adapta-
IIIB, en el que el fragamento es conminuto y está ción a su lecho. Una inmovilización escayolada
más o menos desplazado, (fig. 9) durante unas seis semanas, asegura la consolida-
. La lesión se produce como consecuencia de un ción, (fig. 10 y 11)
traumatismo en el que se reahza una violenta Guando el tratamiento es precoz y la reducción
flexión pasiva de la rodilla, coincidente con una y la osteosíntesis correctas, los resultados anató-
contractura potente del cuadríceps o una violenta micos y funcionales son excelentes. No debe
y brusca contracción del cuadríceps contra resis- temerse el desarrollo de un genu recurvatum, por
tencia. Al provocarse la avulsión, el deportista fusión precoz de la tuberosidad, por tratarse de
nota un dolor agudo á nivel de la rodilla, impoten- adolescentes relativamente maduros, en los que
cia funcional, más o menos completa, con aumen- el crecimiento es ya poco importante.
to del dolor al intentar extender la rodilla, dolor a

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