Está en la página 1de 2

Tuluá Valle Marzo 18 de 2020

Querido Cuerpo.

Has estado con migo desde que tengo memoria, hemos afrontado juntos todo
tipo de acontecimientos desde mis primeros pasos, hasta la maternidad que
llego a nuestras vidas, y de verdad que te lo agradezco, sé que nunca te lo
había dicho, pero ha llegado el momento de reconocer, que nunca me has
abandonado ni me has defraudado y Siempre has tenido una gran vitalidad
para realizar no una, ni dos actividades si no muchas en el día.

Sé que en muchas ocasiones no te presto la importancia que te mereces y que


debiera brindarte, debido a los afanes del día a día, pero también sé que tú no
eres eterno y que tarde o temprano el tiempo te cobrara factura y el paso de
los años no será en vano, es por eso que trato de aprovechar al máximo tu
juventud y tu vitalidad, para alcanzar esas metas que nos hemos propuesto y
que se en un futuro lograremos.

El mundo que nos rodea actualmente, ha creado una serie de estereotipos en


cuanto a la belleza exterior, creyendo que así lograran alcanzar la tan anhelada
felicidad, pero sé que nuestro pensamiento es diferente y sabemos que con un
poco de sacrificios lograremos mejores resultados que los que nos vende la
sociedad, es por eso que realizamos deporte a menudo y que llevamos una
alimentación balanceada, aunque admito que no es fácil ya que en ocasiones te
llevo al límite de tus capacidades y siento como quieres renunciar, pero al final
de cuentas regresas porque sabes que es lo mejor para ti.

En cuanto a mi salud mental sé que a veces tengo altibajos debido a las


circunstancias que tú y yo conocemos, y que han sido de difícil superación pero
he luchado y a ti te consta de esa lucha, por superar esta difícil situacion y
estar cada día mejor.

Quiero agradecerte por todo lo que me has entregado a lo largo de la vida y me


comprometo a cuidarte y protegerte, en todos los aspectos en los que sean de
mi relevancia, ya que mientras Dios nos tenga en esta tierra, nos vamos a
necesitar mutuamente y que mejor que llevarnos muy bien y poder compartir
gratos momentos, que quedaran en nuestra memoria y talvez en la memoria de
las personas que nos rodean, cuando ya no estemos aquí.

Querido cuerpo, no sé cuándo volveremos hablar, pero quiero que sepas que me
he sentido muy bien al escribirte esta pequeña carta y el saber que en algún
momento tú la leerás me hace muy feliz, ya que en ella solo hablo la verdad de
lo que pienso y siento de ti.

No hace falta que me agradezcas estas líneas, el placer ha sido mío.

Cordialmente.

Tú amiga.

También podría gustarte