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PROBLEMÁTICA DE LA CRISTOLIGIA ACTUAL

1. EL LUGAR DE LA CRISTOLOGÍA HOY

Para la RENOVACIÓN DE LA IGLESIA, hay que dar solución a la diferencia teológica

sobre la tarea imputada por el Vaticano II, teniendo en cuenta el tema de la Iglesia, su

personalidad, unidad y estructuras; así como también la dificultad de acoplamiento de la

Iglesia con la sociedad actual. Distintas teologías han puntualizado dicha discusión, y

ninguna de estas está fallada, pero se ve que tampoco pueden serlo solo en el campo de la

eclesiología. La Iglesia corrió el riesgo de perder su filiación con su programa de “puesta al

día”, Moltmann ha descrito este dilema identity-involvement (el preocuparme por la filiación,

pudiendo perder su importancia); reflexionando hondamente en la razón de ser y en el sentido

de la Iglesia y de su tarea en el mundo de hoy, es la única posibilidad de salir de esta

encrucijada.

La base y sentido de la Iglesia es una persona con un nombre totalmente concreto:

JESUCRISTO. Las Iglesias y comunidades eclesiales, todos los grupos por muy desiguales

que sean, están de acuerdo en Actualizar la persona, palabra y obras de EL. Los problemas

que oprimen a la Iglesia podrán ser solucionados en común únicamente a partir de ese punto

central y encaminándose hacia Jesucristo.

El asunto es ¿Quién es Jesucristo?, ¿Quién es Jesucristo para nosotros hoy?, Jesu.cristo es

una profesión que dice: “JESÚS ES EL CRISTO”, esta profesión es el resumen de la fe

cristiana, siendo la Cristología la cuidadosa conclusión de esta profesión. Con esta se quiere

decir: este Jesús de Nazaret, único, insustituible, es simultáneamente el Cristo enviado por
Dios, Esta profesión es patente y global, lo cual centrada en Jesucristo sirve de base tanto a la

concreción, insustituibilidad y diferenciación de lo cristiano, como a su debut universal y

responsabilidad sin inconvenientes, por tanto los problemas eclesiológicos solo obtienen

solución en la circunstancia de una cristología renovada.

La ruptura entre fe y vida en la Iglesia actual tiene como trasfondo una realidad más profunda

de tipo histórico-espiritual e histórico-social que para Hegel es la alienación a la época

moderna.

A causa de la separación del sujeto, el mundo exterior se convirtió cada vez en un objeto,

dominio del hombre con ayuda de la ciencia y técnicas modernas. Es decir, la realidad

exterior se desmitologizó y desacralizó perpetuamente.

La crisis de identidad de la Iglesia tiene como trasfondo la crisis de sentido de la sociedad

moderna. Es aquí es donde la cristología adquiere importancia por encima del estrecho

contexto teológico, la doctrina de la encarnación se trata nada menos que de la reconciliación

de Dios y el mundo, la reconciliación en Jesucristo acontece como liberación y la liberación

como reconciliación entre Dios y el mundo. Aquí Dios es la base de la libertad humana.

Por lo mismo, la cristología puede afrontar la legítima necesidad de la época moderna y con

todo resolver sus dudas; de modo que la tarea de la teología hoy consiste en la cristología en

la que se apoyan mutuamente de modo incomparable y perfecto identidad y relevancia, ser y

significado.
2. LAS TENDENCIAS FUNDAMENTALES DE LA

CRISTOLOGÍA HOY

La primera ola de la nueva reflexión cristológica comenzó en 1951: Se caracteriza por el

artículo de K. Rahner: Calcedonia ¿final o comienzo? Auto-trascendencia de cada formula, de

la que surgieron importantes explicaciones nuevas del dogma de Calcedonia. B. Welte, F.

Malmberg, E, Schillebeeckx, P. Schoonenherg pertenecen a este movimiento.

La preocupación fundamental era mostrar COMO SE PUEDE ENTENDER HOY DENTRO

DE LA FE EL DOGMA “VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE EN UNA

PERSONA” Y COMO SE PUEDE INTERPRETAR Y ADAPTAR CON AYUDA DE LOS

MÉTODOS Y CATEGORÍAS FILOSÓFICAS HOY(EXISTENCIAL); el asunto es, por

tanto, cómo puede un hombre único y ser al mismo tiempo Dios y pretender una significación

universal, absoluta e imposible de superar, se puede mostrar de diversas maneras:

• EL intento más antiguo COSMOLÓGICO, y se contiene ya en la cristología del logos en

los apologistas del S. 11, en la naturaleza como en la historia, en la filosofía lo mismo que en

las religiones paganas, ven actuar “ logoi spermatikoi”; fue renovada por Teilhard de Chardin

intentando mostrar que es en la cristogénesis donde alcanzan su perfección la cosmogénesis y

la antropogénesis.

• Un segundo intento ANTROPOLÓGICO. El hombre es el ser que se encuentra abierto a

toda la realidad, es una pobre noticia a un misterio de madurez; desde este punto de partida

quiere Rahner explicar la humanización de Dios, como el caso eminente y único de la

realización esencial de la realidad humana, y la cristología como la realización más completa

de la antropología.
• Un tercer intento HISTÓRICO, es el saber que los aspectos sobre el sentido y la salvación

del hombre se convierte en la pregunta por el sentido y la salvación de la historia como

totalidad. Así se llega a una cristología habituada en horizontes de alcance histórico-universal:

Pannenherg, Moltmann; el cual se apoyan en Escrituras, tradición de la teología. El peligro de

todos estos enfoques da como resultado una filosofía o ideología.

La segunda ola de la reflexión cristológicas: se encuentra en la actualidad bajo el signo de

redescubrimiento de la cuestión sobre el Jesús histórico, incorporando la nueva problemática

rápidamente y advirtiendo que una cristología renovada no consiste únicamente en la

descripción y re descripción de fórmulas tradicionales de fe sean kerigma ticas o dogmáticas.

El lenguaje profesión de fe, se mantiene pleno de sentido y no cae en ideologías mientras la

palabra responda a una realidad y se conforme con ella. En este sentido lo único que

pretenden las fórmulas de profesión cristológica es traducir el ser y la significación de la

persona y la obra de Jesús; y si dicha profesión cristológica no tuviera un soporte en el Jesús

histórico, la fe en Cristo seria pura ideología, una visión general del mundo sin fundamento

histórico.

3. TAREAS DE LA CRISTOLOGÍA HOY

• Partiendo de la Profesión de fe: “Jesús es el Cristo” y de la panorámica discusión teológica

actual, se deducen para una cristología de hoy esencialmente tres grandes tareas:

 1. CRISTOLOGÍA ORIENTADA HISTÓRICAMENTE: A partir de la profesión de fe

"Jesús es el Cristo”, la cristología se remite a una historia totalmente concreta y a un destino

único. Esa cristología no se puede deducir ni de las necesidades del hombre, ni de las dela
sociedad, ni antropológicamente ni socialmente. Lo que tiene que hacer es más bien mantener

vivo y actualizar esa historia ya tiene una gran tradición.

Mas si queremos abordar y contestar estas cuestiones de acuerdo con la problemática tal como

hoy se presenta, tendremos que vérnoslas con los problemas complicados, tendremos que

chocar con la cuestión del Jesús histórico, la del origen de la fe pascual y de la formación más

temprana de las profesiones cristológicas, por ello tales cuestiones no se pueden tratar como

simplemente históricas, sino que hay que preguntar por la relevancia teológica de lo histórico.

 2. CRISTOLOGÍA DE ALCANCE UNIVERSAL. Su pretensión universal requiere ser

pensada y justificada a la vista de las cuestiones y necesidades de los hombres y en analogía

con los problemas de la época. El recuerdo de Jesús y la tradición cristológica tienen que ser

interpretados como tradición viviente y ser conservados con confianza creadora. Es la única

forma de que aparezca una fe viviente, esta pretensión de la profesión cristológica puede

fundamentarse únicamente a la luz del horizonte universal más extenso imaginable.

Tal exigencia lleva a la cristología al encuentro y al diálogo con la filosofía y, más en

particular, con la metafísica, ya que la fe en Jesucristo representa una radical polémica de todo

pensamiento cerrado sobre sí mismo; a esa fe le es propio un motivo critico-ideológico. El

sentido del ser se decide aquí en una historia concreta y única, el cual implica un concepto de

la realidad totalmente específico que no se encuentra, sin duda, bajo el primado de un

pensamiento esencialista orientado por lo natural, sino bajo el de una ontología determinada

de modo histórico y personal. Es en este punto en que la cristología se ve obligada hoy a un

dialogo crítico con su propia tradición; el tema consiste en cómo se ha de pensar

principalmente la relación entre cristología y filosofía. Con nuevas esperanzas laten aquí

viejas razones controvertidas sobre la relación entre naturaleza y gracia o entre ley y
evangelio. Digamos ya que en este tema hay dos probabilidades. Puede considerarse a la

cristología dentro de la relación Dios-mundo, como hace K. Rahner, o se abre la relación

Dios-mundo dentro de la cristología, como prefiere K. Barth.

 3. CRISTOLOGÍA DETERMINADA SOTERIOLÓGICAMENTE. Con este punto de

vista se resume las dos anteriores en una unidad superior; porque de lo dicho se deduce que

persona e historia de Jesús son inseparables de su importancia universal y viceversa, que el

significado de Jesús es indisoluble de su persona e historia.

Cristología y soteriología, es decir, la doctrina del significado salvador de Jesucristo, forman

fielmente una unidad y dicha se puede destruir en dos sentidos tal como lo hicieron los

escolásticos: separó la doctrina sobre la persona de Jesucristo, sobre su divinidad, su

humanidad así como sobre la unidad de ambas, de la doctrina sobre la obra y ministerios de

Cristo y con ello la cristología se convirtió en una doctrina separada e inmaterial sobre la

constitución humano-divina de Cristo.

La importancia precisa de la profesión en Jesucristo y del dogma cristológico se nos abre,

pues, sólo cuando preguntamos por el significado liberador y salvador de Jesús. Por esta razón

hay que superar la separación escolástica entre cristología y soteriología y así la orilla opuesta

lo representa la reducción de la cristología a la soteriología.

Como reacción contra la doctrina escolástica sobre el ser de Cristo «en sí» Lutero resaltó el

pro me de la acción salvadora de Cristo. Lutero siguió manteniendo, sin duda, el sentido

«objetivo» de la profesión cristológica. Pero ya Melanchthon aplicó parcialmente el principio

del pro me y se convirtió en la base de la cristología de Schleiermacher y a través de él del

llamado neo protestantismo. Schleiermacher pasa de la experiencia actual de salvación hasta

el salvador, el dominio de Schleiermacher se nota hoy además de en P. Tillich ante todo en R.


Bultmann y su escuela, y este mismo no deja lugar a dudas de que las sentencias neo

testamentarias sobre la divinidad de Jesús no son proposiciones sobre la naturaleza, sino que

quieren serlo únicamente sobre el significado. Con ello la cristología se convierte en la

variante de la antropología (H. Braun).

Es ante todo H. J. Iwand el que ha protestado contra la utilización del pro me luterano como

principio metódico. Constata que al hacerlo se cambia el pensamiento de Lutero sobre el

sacrificio de Jesús por nosotros por la subjetividad de Kant sobre el conocimiento

experimental.

En la profesión «Jesús es el Cristo» ser y significado están fijamente unidos. Por tanto, el

contenido de la fe no puede ser conocido más que en el acto de fe, pero este se hace absurdo,

si no se encamina hacia un contenido de fe. En consecuencia, el conflicto entre una cristología

ontológica y otra funcional es teológicamente un problema aparente y una alternativa en la

que la teología no debe caer, esto significa que la iglesia no puede asegurar su identidad ni por

la mera insistencia en la ortodoxia ni remitiéndose a la realización de la fe y a la orto praxis.

Los problemas actuales hay que afrontarlos desde la base y preguntar de qué modo se aúnan

ambas cosas en Jesucristo.

GELBER PRADA RUSO

ASPIRANTE AL DIACONADO PERMANENTE

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