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EL PROFETA UN HOMBRE DE DIOS; EL PROFETA DENUCNIA, EXHORTA Y

ANUNCIA

Gelber Prada Ruso


Escuela de Diaconado Permanente
Noviembre 25 del 2020

Nota del Autor


Gelber Prada Ruso, Escuela de Diaconado Permanente

La correspondencia relacionada con este trabajo debe ser dirigida a nombre de


Geber Prada Ruso, Escuela de Diaconado Permanente, Diagonal 60 Barrio las Americas
Contacto: gelrus47@hotmail.com
EL PROFETA UN HOMBRE DE DIOS

EL PROFETA DENUNCIA, EXHORTA Y ANUNCIA

1. DENUNCIA

a) LA IDOLATRIA: es un concepto religioso para describir al conjunto de

prácticas y creencias que no están conforme a las religiones abrahámicas, sus

seguidores lo definen como culto a un ídolo. El comportamiento considerado

idólatra, puede incluir la creación de cualquier tipo de imagen de una deidad u

otras figuras de importancia religiosa como profetas, santos y clérigos, la

creación de imágenes de personas o animales cualesquiera, y el uso de

símbolos religiosos o seculares.

La idolatría no sólo se refiere a la adoración falsa del paganismo. el Catecismo

de la Iglesia católica lo sostiene; el hombre comete idolatría cada vez que

venera y reverencia a una criatura en lugar de a Dios, ya sea este dioses,

demonios (por ejemplo satanismo), poder, placer, raza, ancestros, Estado,

dinero, etc.

b) LA OPRESION DE LOS PUEBLOS: La predilección de Jesús fue con el

pueblo sencillo, explotado y empobrecido en gran medida. Su solidaridad la

orientó sobre todo a los más humildes y a los que nunca se le retiro, ni busco

jamás liberarse de la imagen escandalosa de amigos de publicanos y pecadores

(Mt 11, 19). Este es el Jesús que presenta otra imagen de Dios; Por esta

convicción, Jesús no perteneció a ninguna de los partidos religioso-políticos.


Llevo una vida al margen de los grupos poderosos, pero dentro de la sociedad

judía, afectada por la crisis y movida por grandes esperanzas, a fin de poderse

dirigir a todos por igual.

2. EXHORTAR

Se refiere a estimular la fe, dar ánimo, invitar a la reconciliación de tal manera que los

que son exhortados se sientan motivados para mejorar su relación con Dios, con los

hermanos y a participar en las actividades de la iglesia. Es la capacidad especial que

Dios ha dado a algunos para que ministren a otros miembros del cuerpo de Cristo, con

el propósito de ayudarlos expresando palabras de: confortación, consuelo, ánimo y

consejo.

3. PROMETE

Por eso los profetas presentan también la esperanza receptiva. Hay que buscar el bien

y la justicia y hay que dejarse renovar el corazón para poder responder al Dios de la

esperanza. La misericordia divina sólo es tal si es recibida desde esta esperanza que la

recibe. Y así la esperanza se hace palabra y compromiso en una comunidad que actúa

como «resto creyente.


HOMILIA

La idolatría es la adoración de dioses falsos que puede, o no, incluir la creación de


imágenes o ídolos, los dos primeros mandamientos dados en el Decálogo (los Diez
Mandamientos) prohibían el pecado de la idolatría. Así el Señor se refirió al error y al
pecado de tener dioses falsos, tangibles o intangibles, como objetos de adoración.
(Este mandamiento no se refiere a los decorados usados en los templos, tabernáculos o
capillas. El mismo Señor que dio los Diez Mandamientos también instruyó a los
israelitas en cuanto a la decoración del arca del pacto con querubines, el hecho de
tener estos querubines allí como objetos artísticos no se consideraba idolatría. La
fabricación y el empleo de una imagen u objeto se tornan idolatría cuando se hace
como parte integral de la adoración y reverencia de los individuos. Los dioses falsos
más conocidos que aparecen en el Antiguo Testamento: Astoret, Baal, Bel o Belus,
Baal-berit, Baal-zebub, Baal-hanán, Baal-peor, Quemós, Dagón, Moloc.

El don de la exhortación se encuentra en la lista de dones que menciona Pablo en


Romanos 12:7-8. La palabra que se traduce como "exhortación" o "consuelo" es la
palabra griega paraklésis, relacionada con la palabra paracleto. Paraklésis básicamente
significa "un llamado al lado de alguien".
Todas estas acciones constituyen el don de exhortación. Por ejemplo, Pablo a menudo
exhortó e instó a sus lectores a que actuaran sobre algo que escribió. Un buen ejemplo
está en Romanos 12:1-2, donde Pablo insta a los romanos a presentar sus cuerpos a
Dios como un sacrificio vivo. Haciendo esto, ellos conocerían y comprenderían la
voluntad de Dios, curiosamente, cuando Jesús conversaba con sus discípulos en la
noche de su arresto, se refirió al Espíritu Santo como el "Ayudador" o "Consolador",
razón por la cual se habla del Espíritu Santo como el "Paracleto", que es aquel que
viene a nuestro lado para exhortarnos y alentarnos.

Una persona con el don espiritual de la exhortación, puede usar su don tanto en
público como en privado. La exhortación es útil en la consejería, el discipulado, el
mentoreo y la predicación. El cuerpo de Cristo es edificado en la fe como resultado del
ministerio de aquellos que tienen el don de la exhortación.
El don de la exhortación o consolación, se diferencia del don de la enseñanza en
cuanto a que la exhortación se centra en la aplicación práctica de la Biblia, mientras
que una persona con el don de la enseñanza, se enfoca en el significado y el contenido
de la Biblia; la enseñanza dice, "Este es el camino que debes seguir"; la exhortación
dice, "Yo te ayudaré a ir por ese camino".

La Biblia subraya la fidelidad de Dios a su promesa. El pueblo elegido no responde a


las atenciones y cuidados de Dios y le indispone con sus múltiples infidelidades a la
Ley. En lugar de ser guía de los otros pueblos, en lo referente al conocimiento y al
culto del verdadero Dios, se convierte en piedra de tropiezo. Los profetas, verdaderos
“sismógrafos” de Dios, advierten la gravedad de la situación y llaman la aten¬ción del
pueblo y de los jefes. Estos no se dan por enten¬didos y continúan en sus
prevaricaciones.
Pese a la situación, la fe de los profetas no vacila. Intu¬yen el plan de Dios. Su
misericordia y fidelidad son para siempre. Dios no puede abandonar a su pueblo, ni
renun¬ciar a su plan de salvación. Yahvé hará una nueva alianza y la escribirá en el
corazón de la gente, no en las tablas de la Ley. De ella se beneficiarán todas las
naciones.
Hay que tener en cuenta la particularísima situación polí¬tica y religiosa, en que el
pueblo de Israel se encontraba.
Su ubicación geográfica, hacía de Palestina un paso obli¬gado de los imperios asirio y
babilónico hacia Egipto y vice¬versa, con indiscutibles ventajas comerciales. Pero
también lo hacía vulnerable a las amenazas y a las invasiones terri¬toriales, sea por
parte de las potencias mesopotámicas, sea por parte de Egipto.
En su mismo territorio los judíos se habían sobrepuesto a poblaciones más antiguas,
con las que estaban en continuo conflicto, por motivos económicos y religiosos.
El pequeño Israel se veía rodeado de enemigos, que ame¬nazaban destruirlo. Este
hecho, en lugar de alimentar una mentalidad abierta de misión religiosa hacia otros
pueblos, lo encerró en sí mismo, buscando una apasionada defensa para salvaguardar
sus tradiciones e identidad religiosa.
En realidad, escudriñando atentamente la Biblia, podemos distinguir entre los judíos,
por lo menos, tres grandes grupos:
Los radicales: bastante superficiales y simplistas, que sueñan con la destrucción total
de los enemigos, para que la tierra toda sea para uso exclusivo de Israel.
Los moderados: menos influenciados por resentimientos y revanchas nacionalistas,
intentan reconciliar el parti¬cularismo nacional con las grandes perspectivas de su fe:
sueñan con la conversión de los enemigos, no tanto por una acción organizada de los
misioneros de Israel, ni por un atractivo interior de la gracia divina, sino subyugados
por el poder de Yahvé. Jerusalén y su templo serán el centro del mundo, y todos los
extranjeros, finalmente convertidos al Dios verdadero, servirán dócilmente a Israel.
El Resto de Israel: un pequeño grupo de santos judíos, que no ponen límites a la
generosidad de su Dios, ni restricciones a sus esperanzas. Es un Resto, porque son
pocos y dispersados entre la masa, pero guiados por el Espíritu Santo.

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